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ENSAYO Rev
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Cartagena de Indias
Programa de Historia
Taller de Redacción II
Cartagena de Indias
En este ensayo analizaremos los conflictos, luchas y resistencias que libran las
se conoce como mesa de fritos; actividad que se desarrolla en medio de unas leyes de
espacio público poco claras y ante todo que privilegia la gran inversión de la dinámica
industrial y económica propia de una ciudad con vocación turística y en donde este tipo
turismo hacer parte de su oferta gastronómica para sus clientes, y no allí, en espacios
sentido la mesa de fritos y las fritangueras que allí trabajan chocan no solo con los
tenemos los cartageneros, reúne todo tipo de personas, convoca, llama, invita a recordar
y a degustar esos saberes, y esos sabores que hacen parte de nuestra herencia cultural, es
debajo del palito e´ caucho, o allá donde se pudo. Cada tarde se arma un concierto de
olores, colores y sabores erigiéndose como uno de los símbolos de resistencia de lo que
del espacio publico; y, la mesa de fritos como símbolo de resistencia. Estos aspectos se
1984, pues, al valor económico de los predios se sumó el valor simbólico de tal
reconocimiento. Esto hizo insostenible para las gentes raizales su permanencia y facilitó
una transformación del sector amurallado que da lugar a que personas foráneas con
mayor poder adquisitivo sean ahora las propietarias, impulsando la creación de hoteles,
restaurantes, bares y discotecas, para ubicar a Cartagena como destino de lujo. Esto trae
como consecuencia que la población original de este sector la cual, según cálculos de la
80% de sus residentes tradicionales. Dentro de los efectos que causa este
desplazamiento está la pérdida del patrimonio social cuyo tejido humano lo forman los
hábitos culturales de sus habitantes originales, que le imprimen una dinámica particular,
lo que causa la desaparición de ciertas tradiciones que ayudan a que este acervo cultural
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de costumbres cotidianas quede relegado para darle paso a otras más acordes a las
deja sin respuesta las siguientes preguntas: ¿el patrimonio para quién?, ¿quién decide
los elementos que constituyen la herencia social y cultural y les cambia el sentido
simbólico en relación con los intereses privados. Así ocurre, por ejemplo, cuando las
de elementos que constituyen la memoria y la identidad. Esto puede explicar por qué la
oferta gastronómica de las mesas de fritos transitó de la calle del Centro Histórico a la
carta de los restaurantes de los hoteles. Poco a poco se ha usurpado un saber que es
patrimonio social.
aspectos, prioriza el derecho del turista sobre el derecho de los ciudadanos, en especial,
por la fuente económica que representan los primeros, lo que configura una dinámica de
Las calles, andenes, plazas y monumentos del Centro Histórico de Cartagena son
los espacios públicos en donde se expresa la vida cotidiana de los actores locales y se
pública, de dominio y uso público, es un lugar por donde cualquier persona tiene
derecho a circular, cuyo paso no puede ser restringido por criterios de propiedad privada
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estas zonas, en beneficio de empresarios y no de los que quizás más necesiten este
calles y plazas, lo que contribuiría a una marginalización espacial, puesto que las ventas
inviables.
por la especialización y reglamentación del cobro por uso de suelo, lo que sin dudas
con un nivel de consumo alto. Esto entra en abierta contradicción con las
verse afectados, pues tales medidas obligarían al abandono de estos espacios por temas
el Centro Histórico cuatro mesas de fritos como son la del Parque de San Diego; la de la
calle Segunda de Badillo, casi esquina con el Parque Fernández Madrid; la del Palito de
actividad culinaria de las fritangueras, en el contexto del Centro Histórico, puede partir
vista como lengua es un sistema construido que organiza el espacio y predetermina “el
cómo debe” usarse. En el espacio urbano, la fritanguera no tiene lugar, de modo que se
lo fabrica. “Allí hay una fabricación en la que el practicante es el autor” (De Certeau,
1979). La fritanguera construye un lugar a partir de tácticas que ‘le sacan el quite’ a la
lugar que se hace y se deshace en el diario trasegar. En consecuencia, con los referentes
que la mesa de fritos marginal, proletaria, popular, se convierte en una táctica de lucha y
venta y el consumo de estos productos. Es aquí que tanto la mesa de fritos como sus
cultura local, puesto que la comida forma parte de las tradiciones, de las creencias, de la
memoria colectiva y de la cotidianeidad, así como a su vez, forma parte del individuo de
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manera única y personal al ser conducto de sensaciones que nos remiten emociones,
recuerdos, vivencias propias. Este es el valor intrínseco que ella representa y lo que la
labores con las que por más de treinta años ha sustentado a sus hijos.
en la plaza de San Diego, espacio que ha ocupado por más de dos décadas. Hoy, a sus
casi 88 años, continúa luchando para que la Policía Nacional y la Oficina de Espacio
figura de confianza legitima donde ella está registrada, le permita seguir ofreciendo sus
productos, sin que haya la necesidad de que ella permanezca en el lugar dadas sus
condiciones de salud; así mismo busca que esos requisitos legales amparen a sus
familiares quienes son los que han asumido estas labores. Al respecto la entidad dice
que esta sólo ampara a su beneficiario, quien debe tener antigüedad, continuidad y
La invitación es a que nos apropiemos de esos espacios que cada vez son menos
identidad está reflejada en todos esos sabores que, con la ampliación de la oferta
que se dan en la vida cotidiana, pues es allí donde se rehace la ciudad cada vez que se
levanta.
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Referencias
390-407. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26814208