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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

DIVISIÓN DE POSGRADOS
POSGRADO EN HISTORIA Y ETNOHISTORIA

INAH SEP

De asalariados a empresarios.
El proceso de huelga de los trabajadores de
Refrescos Pascual, 1982-1985
TESIS

QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE:

MAESTRO EN HISTORIA Y ETNOHISTORIA

PRESENTA

Carlos Alberto Ortiz Ortiz

DIRECTOR DE TESIS: Dr. Mario Camarena Ocampo

Investigación realizada gracias al apoyo del


Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT)
MEXICO, D.F. 2014
A mi mamá y papá. Mis logros son la forma de agradecer su esfuerzo

Mis hermanos. Jaime, Amanda, Rogelio y Laura

A los “pascuales”
ÍNDICE

INDICE 5
INDICE DE SIGLAS 6
AGRADECIMIENTOS 9
INTRODUCCION 13
Capítulo I Los sindicatos y la crisis 23
La insurgencia obrera en la década de los setenta 24
Se agrega la “crisis” 29
Redes solidarias 32
La industria del refresco 34
El refresco en México 34
Los inicios de la Refresquera Pascual 35
Capítulo II La huelga de la Pascual, 1982 a 1984 41
La huelga 42
Los actores. Los huelguistas, el patrón, el sindicato 45
Los huelguistas 45
El patrón 47
El sindicato 50
El Estado 51
Del reclamo a la acción. Las primeras demandas 52
De la falta de negociación a la represión. La muerte de dos patos 59
La lucha por el sindicato. En busca de la representación 63
De la reinstalación a la huelga 66
Contra la huelga, la quiebra 77
El fin de la huelga 82
Capítulo III De trabajadores a empresarios. La cooperativa de
85
Refrescos Pascual
De la quiebra a la Incertidumbre 86
Del conflicto hacia una organización 88
Pactando con el Estado 90
Después de la huelga ¿ahora qué? 91
La cooperativa 94
Hacia el cooperativismo 98
Del sindicato a la asamblea 101

Consideraciones Finales 105

Fuentes 111

5
Índice de siglas

Confederación de Trabajadores de México CTM

Confederación Regional de Obreros de México CROM

Congreso del Trabajo CT

Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE

Coordinadora Revolucionaria de Obreros y Campesinos CROC

Junta Federal de Conciliación y Arbitraje JFCA

Ley Federal del Trabajo LFT

Nacional Financiera NAFINSA

Partido Mexicano de los Trabajadores PMT

Partido Revolucionario Institucional PRI

Secretaría del Trabajo y Previsión Social STPS

Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora, STIECS


Cervecera y Similares

Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional STUNAM


Autónoma de México

Sindicato General de Obreros, Empleados, Agentes y SGOEARRP


Repartidores de Refrescos Pascual

Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad SITUAM


Autónoma Metropolitana

Sindicato Nacional “Benito Juárez” de Trabajadores de la SNBJTIAGTSCRM


Industria de Aguas Gaseosas sus Transportes, Similares o Sindicato
y Conexos de la República Mexicana “Benito Juárez”

Sindicato Nacional de la Industria de Aguas Gaseosas SNIAG

Unidad Obrera Independiente UOI

7
Agradecimientos

Las experiencias de mi infancia transitan por diversos momentos. Entre el colegio,


las tardes en casa, el parque con los amigos y las pequeñas aventuras que se
hacen gigantes cuando se recuerdan. Dentro de estos momentos no pocos iban
ligados al ideal de sentirse lo más pronto posible alejados de ellos, como si de
niños la inevitable experiencia de crecer y tener al alcance objetos y experiencias
que se antojaban prohibitivas se hicieran más que necesarias.

Algo similar pero inverso ocurre cuando los años nos someten a la
inagotable rutina del trabajo, la escuela y los deberes familiares, donde el encargo
de cubrir las necesidades propias, y en algunos casos de alguien más, nos lleva a
la añoranza sobre lo vivido de chico como un momento más que envidiable. Como
sea, los recuerdos entre unos y otros momentos siempre van acompañados de la
nostalgia y el aprendizaje. De lo que uno vive al paso de los años se formará
nuestro futuro.

De entre los recuerdos más afamados, y quizás menos correctos de contar,


está el de ser castigado varias veces en la escuela; principalmente durante mi
adolescencia en la secundaria. La condena, que no lo era tanto si se compartía
con compañeros de travesuras, era perderse el recreo para ejercer la labor de
vender los productos que la cooperativa escolar ofrecía. Si me preguntaban en
ese entonces qué era una cooperativa, hubiese respondido alguna sandez, mal
atribuida a mi juventud y no a mi ignorancia. Lo que si podía decirles era, que no
era el único que la diría y tampoco era el único que lo poco que sabía era que al
final del ciclo escolar recibíamos dinero de ella. Una pequeña fortuna, invertida en
algún gusto pasajero, como la salida al cine u otros ocios.

De entre los productos que ofrecía esa cooperativa escolar se encontraba


uno que era tradición entre alumnos y uno que otro profesor. Y no sólo por lo que
el producto ofrecía en sí, que era una bebida de frutas conocida como Boing, sino
porque abría la posibilidad a otras múltiples opciones, principalmente travesuras,

9
como la de reventar el embase triangular a los pies de algún compañero distraído
o la de usar el popote como cerbatana. En el mejor de los casos, era ocupado
para refrescarse después de la cascarita echada con los amigos o para cortejar a
la chica más atractiva del salón.

Al pasar los años mi interés sobre el Boing pasó del simple consumo al
interés, esto al escuchar de entre el anecdotario de algunos de mis profesores y
conocidos las peculiaridades de la bebida que tanto me gustaba. Una era su
carácter nacional, que hacía frente al mercado de mayor capital como lo es la
Coca y Pepsi; y la otra, que me hacía más eco, era la de que los dueños de la
fábrica donde se elaboraba eran los trabajadores y que eso sucedió a partir de
una huelga ¿es eso posible? Me preguntaba en el contexto de un mundo que
ofrecía pocas garantías para ser trabajador. A partir de ahí lo que era un gusto se
volvió interés. Quién diría que esa bebida que acompaño mi infancia, adolescencia
y madurez, me permitiría estar frente a una computadora escribiendo sobre los
encargados de elaborarla, para dejarme así abrir otra posibilidad, la del
conocimiento.

Si te encuentras leyendo estas líneas y planeas seguir leyendo las


siguientes, ya sea que tu interés sea académico, algo te una a la Pascual o
simplemente la curiosidad te aborde como a mí, sirva esto como agradecimiento y
espero te sea provechoso mi esfuerzo. Gracias.

10
Del mismo modo agradezco a mi familia, amigos y equipos de fútbol, quienes me
ofrecían su apoyo y distracción del mundo académico, y que han forjado lazos a
través de los años que nos permiten estar siempre juntos.

A Andrea, Rita, Luis y Víctor, por permitirme conocerlos y compartir conmigo esta
etapa de mi vida.

A mis profesores Gerardo y Claudia.

A mi asesor Mario Camarena, por enseñarme que otra historia es posible, la que
no se cuenta, la de las personas comunes que día a día también construyen al
mundo y que tienen mucho por decir. Y que para poder hacer posible esa Historia
es necesario romper mis límites y salir de la comodidad del investigador de
escritorio para ver que tienen los protagonistas de la historia viva para ofrecer.

A mis compañeros de la línea de investigación de México siglo XX, por ayudarme


en la reflexión sobre mi trabajo y mostrar que la colectividad es una gran
herramienta para el conocimiento. En especial a Lulú Y Eduardo por el apoyo
rumbo al final de este proyecto.

A los integrantes de la Cooperativa Pascual. Hoy más que nunca, volver la vista
atrás y no olvidar su lucha debe ser necesario.

Finalmente, a la Escuela Nacional de Antropología e Historia por permitirme un


nuevo enfoque en mi proceso de formación académica.

11
Introducción

En mayo de 1982 un grupo de trabajadores de la Refresquera Pascual se

organizaron y emprendieron una lucha por aumento salarial y derechos laborales

sin pensar que tres años después acabarían su combate de manera distinta a lo

que esperaban. Fue a partir de una huelga que lograron organizar y conjuntar su

participación, en la cual no sólo modificaron su situación laboral sino que surgieron

como un nuevo tipo de empresa, en donde se conjuga una identidad de obreros

asalariados con una de socios de una cooperativa.

¿Qué sucedió para que en tan poco tiempo hubiese ocurrido este cambio?

Dejárselo a la explicación llana de que obedeció a una férrea lucha por parte de

estos refresqueros sería simplemente inoperante para entender a los ahora

cooperativistas ya que, a pesar de su particularidad, éstos no se pueden explicar

alejados a su entorno.

Buscar analizar la huelga de los trabajadores de la Refresquera Pascual

S.A., debe ir con relación a los elementos que jugaron en ella, los contextos que la

enmarcaron y la perspectiva de los propios involucrados. Todo esto teniendo un

enfoque que descartaría a las huelgas como hechos, sustentados en una relación

causa efecto, para verlas como deben de ser, procesos con su propia dinámica,

donde influyen, las demandas, los objetivos y las vivencias de los trabajadores.

13
Habrá que hacer un acuse de principios y decir que en primera instancia, mi

motivación por el tema era un asunto compartido entre la admiración hacía lo que

escuchaba de las narraciones sobre los que producían el Boing, y del gusto por la

bebida. Esto me generó la curiosidad, sobre todo cuando por menciones

escuchaba a algún profesor mencionar la presencia de trabajadores de dicha

refresquera en las instalaciones de la escuela, “con bote en mano” solicitando

ayuda para su huelga.

La idea de una bebida de la cual siempre he sido asiduo consumidor y que

como valor agregado incluía su característica nacional ante las refresqueras de

mayor envergadura como lo son la Coca Cola y la Pepsi, se complementaba con

mucha más valía cuando escuchaba que los dueños de la empresa eran los

trabajadores.

En una sociedad donde las relaciones laborales no son una garantía de

estabilidad para el mundo laboral, la existencia de luchas obreras que dotaran de

esperanza a otros trabajadores que se encontraban en una situación precaria me

hacía ilusionarme un “mucho más”. La curiosidad por saber de los pascuales,

mote con el que eran conocidos estos trabajadores, me incitó a leer sobre su

situación y buscar esa chispa de esperanza que, a partir de ellos, se construyó

como alternativa para otras luchas.

14
La primera aparición escrita que encontré acerca de ellos fue mediante el

trabajo de autores como Paco Ignacio Taibo II1, quien entre 1982 y 1986 hizo un

seguimiento periodístico de lo que fue el movimiento de los pascuales, su obra

contribuyó todavía más a mi admiración por dichos trabajadores, pero me dejaba

en una zanja de dudas, ya que no representaba más que un excelente anecdotario

de lo que se vivió en la huelga. El seguimiento emprendido por este autor fue

dentro de su labor como colaborador del Boletín de Información Obrera, una

publicación encargada de dar noticia sobre el ambiente laboral de aquellos años y

donde Taibo II, junto con otros miembros se encargaron de escribir acerca del

conflicto en la Pascual y otros tantos durante esos años. Del resultado de lo ahí

escrito fue armado, años después, una publicación avalada por los cooperativistas

de la refresquera titulado Pascual. Decimo Round. Hasta la fecha dicho material

es mencionado por los pascuales como principal fuente de referencia cuando se

les pregunta sobre su huelga.

Del mismo modo, se puede rescatar lo que ofrecía, unos años después,

Elena Poniatowska2 a través de su labor periodística, que en un contexto posterior

donde la cooperativa se encontraba discutiendo por los derechos del suelo donde

se estableció la refresquera y que quedó en pugna tras la huelga, la labor de la

periodista y escritora consistió en dar semblanza sobre lo vivido por los

trabajadores reactivando el recuerdo social sobre su lucha, en pos de que se diera

1
Taibo II, Paco Ignacio, “Ellas son la línea dura (notas a partir de una grabación tumultuosa)” en Boletín de
Información Obrera, México, n.3, 4 de diciembre de 1982. pp. 35-40.; Décimo Round. México, Cuadernos del
militante PRD. 1986.
2
Poniatowska, Elena, “La Cooperativa Pascual. Emblema de lucha laboral” en La Jornada, México, 25 de
febrero de 2006.

15
el fallo a su favor sobre el conflicto legal por los predios. Bajo ese cometido, fue en

esa época que los periódicos empezaban a fijar su atención, nuevamente, sobre la

lucha de los pascuales, algo que me hacía pensar que todavía faltaban cosas por

saber acerca de estos refresqueros.

La especialización en textos sobre la Pascual, se hacía necesaria si quería

seguir descifrando sobre lo que era su cooperativa. Fue así que llegué a los

escritos realizados por Araceli Nava Navarro 3 quien, desde una perspectiva

sociológica, establece la integración de esta cooperativa como un movimiento

social que consiguió, con base en sus acciones, una forma de romper con las

estructuras establecidas del sistema. En mi idea de caracterizar a los pascuales,

como un grupo radical entre el mundo obrero dicha postura fue compartida por un

largo tiempo, pero que conforme con la siguiente investigación fue avanzando

tomo un rumbo distinto.

De lo escrito por Araceli Nava surgió otra beta de exploración acerca de los

movimientos sociales, en la cual se jugaba con la integración de una colectividad

pero que desdibujaba a los protagonistas y que los encuadraba en un esquema

plano de lo que era un movimiento social sin tomar en cuenta el contexto de

desarrollo y a los propios involucrados. Aun así, su propuesta y la discusión en la

línea de investigación de Historia Social de México, siglo XX, me llevó a

dinamizarlo dentro de la polémica sobre lo que son las organizaciones y

movimientos sociales.

3
Nava Navarro Araceli. “De la acción colectiva al movimiento social. El caso de la Cooperativa Pascual”. En
Revista Mexicana de Sociología. I.I.S., vol. 59, núm. 3 jul– sept., 1997, pp. 301–316.

16
En ese momento autores como Alfonso Torres4 surgieron de manera

interesante para partir en el entendimiento de lo que son estos. Él acota a los

movimientos sociales como un tipo de acción colectiva en torno a conflictos de una

escala societal, protagonizada por grandes colectivos sociales y con alta

capacidad de transformación social. De esa relación establecida por los sujetos en

una organización aparecieron otras líneas de entenderlas, lo cual me llevó a

involucrarlo con lo ofrecido por Sergio Zermeño,5 quien en un su investigación

sobre una población de Ocoyoacac, Estado de México, en un contexto donde la

democracia comenzaba a aparecer como discusión, aportó un valor significativo al

estudio sobre los movimientos sociales, mostrando la dinámica de los involucrados

en los mismos.

A partir de eso mi investigación sería relacionada con la integración de una

organización social, en la cual, la colectividad a partir de intereses particulares en

común, el dinamismo que conlleva el conflicto, entendido como huelga, se irán

desarrollando en un contexto propio como lo fue los inicios de la década de los

ochenta, donde los actores influyen de acuerdo a su experiencia y su toma de

decisiones. Y que permitirá entender que el conflicto tiene una dinámica propia, y

que a pesar de desarrollarse en una temporalidad corta, es capaz de establecer

un nuevo tipo de actor social.

4
Torres Carillo, Alfonso, “El campo problemático: pobladores, organizaciones y luchas urbanas en América
Latina”, Identidad y política de la acción colectiva. Organizaciones populares y luchas urbanas en Bogotá
1980-2000, Bogotá, Colombia, Colección de Ciencias Sociales, Universidad Pedagógica Nacional, 2007, pp.
17-63.
5
Zermeño, Sergio “La democracia como identidad restringida” en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 49, N.
4 Democracia emergente, México, UNAM, octubre-diciembre 1987, pp. 3-7; “Ocoyoacac: triunfo de la
política”, Revista Mexicana de Sociología, número 4, octubre-diciembre 1987, pp. 75-109.

17
Si bien ya existía un panorama donde enfrascar mi discusión hacía falta

seguir haciendo acopio de información sobre la Pascual. Continuando con mi

búsqueda por saber más sobre estos refresqueros, habrá que decir que fue

frenada cuando noté que la carencia de textos en la bibliografía convencional lo

significó otra preocupación. De ahí me brotó la necesidad de recurrir a las fuentes

directas. La búsqueda de material hemerográfico sería el siguiente paso.

Desmenuzar el conflicto vivido por los pascuales a través de este medio me dotó

de muchas cosas. La principal, entender el contexto en el que se gestó y

desarrolló el conflicto de los pascuales, que iba del momento coyuntural que

significó la crisis de 1982, así como las distintas luchas sindicales que se

desenvolvieron para esos años, lo cual me permitió abrir los ojos a que ni la guerra

emprendida por los pascuales era única, ni sus logros estaban perdidos en un

desierto como un oasis. Aun así faltaban elementos que había que tomar de otro

lado.

A la par, me di cuenta que los personajes que estaba investigando eran

todavía actores vivos de mi sociedad. Su presencia a través de su producto y el

paisaje citadino de ver camiones cargados de refresco atravesando la ciudad me

llevó a tomar una decisión, ir con los que vivieron la huelga. Fue así como de

manera incipiente empecé a recolectar testimonios sobre lo vivido, algo que en

algún momento me logró establecer una primer investigación.

No fue sino hasta que al continuar con mis estudios a nivel maestría dentro

del posgrado de Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e

Historia me permitió entender que la huelga como tal, estaba significada de

18
distintos momentos que tienen su propia dinámica, donde el conflicto y los

procesos toman sentido, donde estos trabajadores que hoy entrevisto no son los

mismos que vivieron lo sucedido ya que su recuerdo no es una fiel recreación de

lo vivido pero que sin embargo lo recuerdan y operativizan dentro de la memoria

colectiva del grupo, eso sí, en función de su actualidad.

Sin querer meterme en asuntos de memoria, mi labor en el siguiente trabajo

recae en tratar de entender la huelga, no como un simple acto coyuntural, sino

como el proceso de un conflicto propio a su época, con características particulares

y generales de su tiempo y espacio. Y que, con base en la participación y

organización de los involucrados generó una compañía que hasta la fecha sigue

operando.

Deseaba distinguir el cómo las diferencias entre dos puntos encontrados

que derivan en un rompimiento – entendiéndose a dicho rompimiento como

conflicto – es capaz de reorganizar un ente social. Los trabajadores de la Pascual,

al final de su jornada de lucha, lograrían establecer una Cooperativa y con ello

serían replanteados también de otra forma, ya no como unos simples trabajadores

asalariados sino como los socios de una empresa donde su trabajo sería más que

un valor de cambio una inversión.

Para eso entender los contextos también se hizo parte esencial. Para

diferenciar a las organizaciones es necesario puntear una serie de características

que podemos ver en la lucha entablada por los trabajadores de la Refresquera

Pascual, la cual va ligada a los contextos que podemos distinguir en la década de

19
los ochenta, tales como: La existencia de cambios generacionales en el modo de

pensar y vivir.

En la ciudad de México se comenzaba a dar una transformación de una

vida pensada colectivamente a una individual. En el caso de la vida fabril se

empezaba a marcar una tendencia a mayor productividad, la cual también

obligaba a una fragmentación en el proceso de trabajo, donde los obreros en

relación con un nuevo tipo de maquinaria se automatizaban, muchas veces

desconociendo el funcionamiento de otras partes de la fábrica.

La ideología marcó a las organizaciones, como elemento cohesionador.

Esta estaba estrechamente ligada a un pensamiento de izquierda, pero con una

tendencia social, enraizada en la teología de la liberación y partidos políticos como

el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).

La judicialización de las organizaciones. La necesidad de conocer las

herramientas jurídicas para satisfacer sus conflictos se volvió necesaria en el

desarrollo de las organizaciones, esto les daba certeza sobre los límites que

podían tener sus luchas.

El fortalecimiento de redes clientelares, como medio de dirimir cargos y

servicios. En el mundo laboral esto pasaba en el sindicato y que en el caso de

organizaciones se hacía necesario para la obtención de demandas de servicios y

otros derechos.

20
La búsqueda de apertura de espacios y la creación de nuevas formas de

participación, Todo lo anterior en el cambio en la estructura del Estado, pasando

de uno caracterizado como benefactor al incipiente modelo neoliberal donde la

lógica del mercado sería la reguladora.

De ese modo dichas contextualizaciones influyeron en la activación de los

trabajadores de la refresquera Pascual que de un simple conflicto por aumento

salarial integraron una empresa y modificaron su estatus ahora como

cooperativistas, dejando ver así la relevancia del conflicto como transformador de

la sociedad.

Es de destacar también que la integración de la huelga de los pascuales a

su contexto así como lo relacionado a los logros de la huelga se enfrascaría con lo

dicho por autores que manejan el tema y que a la par entraría en polémica al yo

decir que, entre los logros de la huelga no existe más que una victoria pírrica, y

que solo fue el primer paso para que los pascuales replantearan lo que habían

hecho y lo que habían cosechado de la misma para lograr establecer su

Cooperativa con base en su participación y capacidad de organización a partir del

conflicto.

21
Capítulo I.

LOS SINDICATOS EN LA CRISIS

La crisis económica de 1982 fue la coyuntura que nos permite observar la

inconformidad de los obreros de varios sectores productivos dentro del sector

industrial mexicano. La pérdida del poder adquisitivo del sector trabajador conllevó

a que en ese año se protagonizaran muchas huelgas impulsadas por las

demandas salariales, ligado a las demandas por diversos derechos laborales.

La forma como se llevaban las políticas sobre los diversos sectores

sociales, estaba relacionada con el anquilosamiento de las relaciones corporativas

que se daban entre las altas cúpulas laborales y el sector empresarial, sin dejar de

lado la imagen represiva que Luis Echeverría Álvarez que forjó su imagen a partir

de su política hacía los movimientos laborales y estudiantil de 1968, y que en su

periodo presidencial necesitó buscar un mecanismo para dirimir las tensiones que

casi lleva a un rompimiento con los sectores populares dentro de los que están

obreros y campesinos. 6 La apertura desde la esfera política abrió la puerta a

diversos gremios que buscaban cambiar a sus representantes, cuestión que no se

entendería sin la insurgencia obrera que se desarrolló durante la década de 1970,

donde estarían agrupaciones como los electricistas, maestros, trabajadores de

comunicación, de la industria telefónica, sindicatos universitarios, entre otros.

6
Bizberg, Ilán, Una historia contemporánea de México, Vol. IV. México, Editorial Océano. 2009, p. 324.

23
La insurgencia obrera en la década de los setenta

Al hablar de insurgencia obrera me refiero al periodo de la década de los setenta,

en el cual surgieron diversos movimientos sindicales que intentaban reformar las

líneas de relación que el corporativismo sindical – entendido como los pactos

establecidos entre Estado y la cúpula de los distintos sindicatos obreros – fue

encabezado por las grandes Centrales de Trabajadores. Esta corriente sin dejar

de tener relación con el Estado, buscaba un cambio en sus dirigencias que se

volcó a una corriente democrática dentro de los mismos.

Como lo refiere Bizberg “La creciente complejidad de algunas plantas

rebasó el manejo autoritario paternalista de los patrones y de los dirigentes

sindicales”.7 La acusada falta de representatividad en los centros de trabajo, por

parte del sindicalismo aglutinado alrededor de la Confederación de Trabajadores

de México (CTM), se encontraba relacionada con el nuevo ritmo laboral que se iba

implementando por la acelerada industrialización que se mantenía desde la

década de 1950 y que, con la modernización de equipos y nuevos procesos de

producción – como lo son la tecnología del tetrapack y la ultrapasteurización –

detentaba la exigencia de mano de obra calificada. Dicha mano de obra calificada

se contrastaba con los escasos ingresos de los trabajadores no especializados –

en la mayoría de los casos eran migrantes que se dedicaban a las labores simples

dentro de las fábricas – generando que se dieran friccionen en las relaciones entre

trabajadores, sindicato y empresarios.

7
Bizberg Ilán, Una historia contemporánea de México, Op. Cit., p. 325.

24
El charrismo, pieza fundamental en el corporativismo del sector obrero

durante las décadas anteriores – entre 1940 y 1970, como mecanismo de control

del Estado – era una figura desgastada dentro de los sindicatos pero necesaria

para el Estado. En su figura se conjugaban la presencia de las políticas

gubernamentales, las cuales tenían que ser avaladas, al menos en imagen, por los

sectores populares, el líder charro,8 inmerso en el mundo político, formaba parte

de las estrategias del gobierno para que dichas políticas, aunque fueran en contra

de los intereses de los trabajadores, no mostraran el descontento de manera

activa. La imperiosa necesidad de contar con una representación verdadera se

hacía notoria sobre todo al irse agravando la crisis que fue acentuándose en la

segunda mitad de la década de los setenta.

La situación en que se encontraban los trabajadores en general comenzaba

a cambiar. Empezaban a verse lejos los pactos establecidos bajo el corporativismo

que acompañó buena parte del siglo XX. Anterior a la década de los ochenta, la

notoriedad de los obreros giraba alrededor de las luchas intrasindicales por la

apertura democrática, combatiendo uno de los vicios más controversiales del

sindicalismo mexicano como lo es el charrismo. Sectores como los de los

maestros, telefonistas, ferrocarrileros y trabajadores de la Universidad Nacional

Autónoma de México habían tomado renombre. La idea de crear un sindicalismo

independiente tenía una oportunidad para sobresalir.

8
Se entiende por “charro” a aquel líder sindical que se caracteriza por estar supeditado a intereses
empresariales y de Estado antes que el de los trabajadores. El término se originó a mediados de siglo cuando
cobró notoriedad el líder sindical ferrocarrilero Jesús Díaz de León, apodado “el charro”, quien mediante
actitudes entreguistas fortaleció la figura ideal de líder sindical que el corporativismo obrero requería.

25
En la década de 1970 se fue dando un incremento sustancial en los

conflictos laborales. Tan solo a inicios de la década se contaban apenas 11

conflictos relevantes, mientras que para 1975 y 1976 estaban entre los 39 y 29,

respectivamente.9 Entre los que aparecían con más brío encontramos a los

electricistas, ferrocarrileros, minería y metalurgia, textil, automotriz, universitario

telefonista, de la construcción, de la industria farmacéutica. 10 Dichos sectores

habían emprendido disputas por la democratización de sus gremios, ya que

consideraban que la filiación por parte de sus dirigentes al Estado limitaba su

accionar de reclamo o de interlocución con el mismo.

La aparición de los conflictos durante la insurgencia obrera fue vista como

una forma de cambiar dirigencias y apartarse un tanto de las organizaciones

oficialistas.11 La aparición de organismos como el Consejo Nacional Ferrocarrilero

(CNF) en 1971, y la Unidad Obrera Independiente (UOI) en 1972, eran prueba de

la apertura política que empezaba a ganar dicha insurgencia obrera.

Un caso enmarcado en esta efervescencia de movimientos obreros sería el

de los trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que

lograron consolidar un sindicato entre trabajadores administrativos y profesores,

dando lugar a la formación del Sindicato de Trabajadores de la UNAM12

(STUNAM) en 1977; hecho relevante para la huelga de la Pascual, ya que serían

estos una de los principales organizaciones con quien el movimiento de los

9
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores en el siglo XX. Sindicato, Estado y sociedad en México: 1907-2004.
México, Sindicato de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, 2006. P. 90.
10
Ibídem, p. 90
11
Bizberg Ilán, Una historia contemporánea de México…Op. Cit., p. 326.
12
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores... Op. Cit. p. 92.

26
Pascuales tejería redes de solidaridad y que los apoyaría en el terreno de lo

económico y lo moral.

La representación que había desarrollado la insurgencia obrera, seguiría

con presencia años después. Sin embargo, elementos como las modificaciones en

las políticas administrativas y el deterioro económico, producto de las crisis le

agregarían nuevos elementos.

Entre 1978 y 1982 las políticas sustentadas en el desarrollo petrolero

hacían pensar que el crecimiento económico del país era cosa inequívoca. Desde

las políticas de Estado se trataba de conciliar con el mundo laboral. Los ajustes

sobre el empleo y salario no serían tocados de manera significativa.13 La labor del

Estado consistía en sobrellevar, por un lado a los empresarios que no se

encontraban a gusto con las presiones ejercidas desde el sindicalismo

independiente, y por el otro, el sindicalismo oficial representado por la CTM que

comenzaba a ejercer presión ante el protagonismo que el sector independiente

estaba tomando.

Conforme el sexenio de José López Portillo avanzaba, las políticas de

conciliación con el sector corporativo y empresarial lo iban llevando a limitar el

accionar del sindicalismo independiente. La manera más común era la negación

del registro para los nuevos sindicatos que intentaban engrosar sus filas, mientras

que, con los ya establecidos, se negociaba que las demandas no fueran más allá

13
Ibídem, p.96.

27
de las relacionadas con salarios y condiciones laborales. 14 Del otro lado, la UOI

que se había vuelto la representación obrera independiente de más impacto,

dejaba ver que sus luchas seguirían esa línea, declarándose apolítica. 15 Aunque

entre las filas de sus integrantes existiera la presencia de adheridos a partidos de

izquierda y de Estado.

Otro elemento que sumó el gobierno federal fueron las políticas en torno al

sector obrero, que iban encaminadas hacia reformas procesuales de la Ley

Federal del Trabajo (LFT) de 1980.16 En ellas se limitaban las huelgas, otorgando

la facultad de negociación al sindicato que, según la Secretaría del Trabajo,

tuviera la titularidad del contrato colectivo. Ya no era suficiente demostrar la

mayoría de la planta laboral, elemento que solía jugar de lado contrario a los

sectores independientes. La existencia de un sindicato empoderado en la

empresa, era suficiente para que se limitara el accionar de cualquier organización

que fuera contra ella, y también era reflejo del interés por parte del Estado de

mantener activos los vínculos corporativos con los sectores populares que se

inclinaran a su favor. El control sobre el sector obrero seguiría fraguándose de

acuerdo a las exigencias políticas y las presiones de distintos gremios.

14
Bizberg Ilán, Una historia contemporánea de México… Op Cit. p. 332.
15
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores… Op. Cit. p.95.
16
Sobre todo lo referente al ARTÍCULO 923. Que establece: No se dará trámite al escrito de emplazamiento
de huelga cuando éste no sea formulado conforme a los requisitos del artículo 920 o sea presentado por un
sindicato que no sea el titular del contrato colectivo de trabajo, o el administrador del contrato ley, o
cuando se pretenda exigir la firma de un contrato colectivo, no obstante existir ya uno depositado en la
Junta de Conciliación y Arbitraje competente. El Presidente de la Junta, antes de iniciar el trámite de
cualquier emplazamiento a huelga, deberá cerciorarse de lo anterior, ordenar la certificación
correspondiente y notificarle por escrito la resolución al promovente. Ver. Ley Federal del Trabajo 1983.

28
Se agrega la Crisis

La década de los ochenta trajo entre sus brazos un nuevo giro en la forma

de establecer relaciones, la forma de consumir, cambios en el modo de pensar y

actuar, las preocupaciones y modos de vida. La salida a la decadente situación en

que se encontraba la economía mexicana se buscó en una dirección de apertura

del mercado. Las políticas impulsadas desde el Fondo Monetario Internacional

(FMI) proponían la solución para la crisis mexicana, a través de una mecánica de

endeudamiento a borbotones. La dependencia de la economía al petróleo y la

carente renovación tecnológica que ponía a las empresas mexicanas a boca jarro

de los embates de otras acostumbradas a la competencia fuera de México eran un

factor determinante para la decadencia de varias. Saúl Escobar apunta que la

devaluación, la inflación y fuga de capitales modificaron las condiciones del

desarrollo y abrieron ambiente propicio para el neoliberalismo.17

Los encargados de escribir sobre el desenvolvimiento de la vida sindical, 18

nos permiten ver que muchas de las demandas del sector obrero se centraban en

la democratización sindical, mejores condiciones laborales, reclamo por servicios

de salud, la necesidad de tener un contrato colectivo que se respetara, la lucha

por el aumento salarial y por romper el tope del mismo.19 A las demandas se le

agregarían la lucha por el reconocimiento por parte de los empresarios y la

17
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores… Op. Cit. p. 129.
18
Al estudiar el Boletín de información obrera podemos encontrar un abanico de información y un
muestrario de los campos sobre los que los distintos gremios manifestaban sus inquietudes. Dicha
publicación coincide con los años en que se desarrolló la huelga en Pascual, en donde otra serie de
movimientos son seguidos por personajes relacionados con movimientos sociales, como Paco Ignacio Taibo
II y Francisco Pérez Arce, por mencionar algunos.
19
Trejo Delarbre, Raúl, Crónica del sindicalismo en México, (1976-1988), México, Siglo XXI editores. 1990, p.
20.

29
Secretaría del Trabajo en el tema de los contratos colectivos, así como la

recuperación del control a partir de la democratización de sus sindicatos que

estaban cooptados por la CTM y la queja por las políticas de austeridad

emprendidas por el Estado que se reflejaba en la desaparición de diversas

Paraestatales.

Para 1982 la crisis económica, atribuida a la nacionalización de la banca,

se sumó al descontento existente entre la sociedad. La inflación empezaba a

dañar la ya mermada calidad de vida de los habitantes del país, y un incremento

inflacionario de casi el 100% no podía desatenderse. Además de eso, la ciudad de

México y el país se encontraban en convulsión. La devaluación del peso ante el

dólar, junto con un constante flujo migratorio del campo a las ciudades y Estados

Unidos, la pérdida en el nivel adquisitivo con el siempre inseparable aumento a los

productos de la canasta básica, se volvieron el escenario de muchos reclamos. El

ambiente entorno a la crisis llevó a José López Portillo, en abril de 1982, a emitir

un aumento de emergencia que iba del 10 al 30% según sea el caso. 20

Las disputas con el sector patronal y al interior de los sindicatos se

multiplicarían por obtener dicho aumento.21 A la par el sindicalismo del sector

paraestatal mantendría el reclamo por las políticas de austeridad que entre otras

disposiciones incluía el descuento del sueldo de lo equivalente a una jornada de

trabajo para cubrir la indemnización que la nacionalización de la banca requería.

20
El 17 de febrero de 1982 el peso se devaluó de 27 a 38 por dólar, y al cabo de un par de a 48. Convencido
de que la devaluación podía producir una insurrección popular, López Portillo ordenó aumentar los salarios a
razón de 30% para los salarios bajos, 20% para los medios y 10% para los altos. Ver Ayala Anguiano,
Armando La epopeya de México. Tomo II, México, FCE, 2005.
21
Trejo Delarbre, Raúl, Crónica del sindicalismo en México… Op. Cit., p. 29.

30
La prensa en ese entonces anunciaba que los emplazamientos a huelga

estaban en constante aumento. Dentro del mismo oficialismo, a través de la

Secretaría del Trabajo, se decía que el número iba alrededor de 10,107 empresas

en huelga mientras que la CTM entre sus cifras presentaba 200,000.22 Los

números distantes hacen pensar más en una disputa mediática para dar la

sensación de que la central de trabajadores ejercía presión sobre el gobierno. Sin

embargo, la tensión y los conflictos patronales mostraban un aumento

considerable para esos años. Ya entre 1982 y 1988 durante el transcurso del

sexenio de Miguel De la Madrid, la demanda primordial sería sobre la negociación

del contrato colectivo ante el proceso de flexibilización laboral que vendría.

Para junio de 1983 el intento por presionar al Estado por parte de la CTM

quedó parco en sus pretensiones por entablar un paro nacional ya que “el

gobierno decidió enfrentarse al sindicalismo corporativo, su viejo aliado.”23

Conforme se fueron asentando las nuevas políticas económicas y administrativas,

las nuevas condiciones laborales lo iban haciendo también. En la cotidianeidad

comenzaban a agravarse la perdida en el poder adquisitivo con relación al salario,

la desocupación laboral, el crecimiento de la economía informal, el control del

elemento contractual por parte de los empresarios y las privatizaciones del sector

público.

Para el periodo salinista, entre 1988 y 1994, la limitación del gran sector

sindical, agrupado en la CTM empezó a ser contrarrestado mediante el apoyo

22
Corro, Salvador, “11, 000 empresas emplazadas a huelga” en Proceso N. 312, 23 octubre 1982.
23
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores… Op. Cit. p. 101.

31
estatal a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y la

Confederación Regional Obrero Mexicana (CROM).24 Si bien el Estado intervenía

en la regulación de conflictos laborales, parecía claro su objetivo a largo plazo: el

desentendimiento como interventor en la regulación de las relaciones entre

trabajadores y patrones. Los años en que el Estado era quien ponía los puntos a

los conflictos empezaban a ser sustituidos por la política neoliberal que se traducía

en la regulación social establecida desde una lógica empresarial. El blindaje de

garantías para los derechos laborales se fue reduciendo, pese a la resistencia de

gran parte del sector obrero.

Desde una lógica general de la clase trabajadora del país, pareciera que se

estaba viviendo un periodo de desgaste progresivo que, visto en el sindicalismo,

se podría acusar un periodo de decadencia dentro del cual los sindicatos parecían

ser organizaciones maquilladas para cumplir con las normas laborales y donde el

panorama obrero parece discutirse en las propuestas de Reforma a la LFT de los

últimos años. 25

Redes solidarias

Otro elemento relevante en el sindicalismo de la época, se encuentra en las

redes solidarias que entre los distintos gremios se tejían. Estas redes se entienden

como los vínculos de apoyo entre los diversos gremios que iban desde el mero

apoyo moral y de despensas en los plantones, el permiso para botear entre los

24
Ibidem, p.105.
25
Escobar Toledo, Saúl, Los trabajadores… Op. Cit., p. 131.

32
integrantes del sindicato, hasta la presencia y colaboración en mítines y marchas,

apoyos económicos, el asesoramiento legal y planes de acción en conjunto.

Dichas redes eran una práctica construida años atrás y que las diversas

luchas sindicales habían logrado solidificar. Incluso la ley reconocía, dentro de la

fracción VI del artículo 450 de la LFT, la huelga de solidaridad como un medio

permitido para expresar apoyo a sindicatos ajenos. La huelga de solidaridad se

caracteriza por el paro de labores en apoyo a otros sindicatos de trabajadores,

cuestión que se ha mantenido como constante en la actualidad.

El apoyo que representaban dichas redes era considerable en el accionar

de las huelgas, ya que la asesoría legal y de acción, el apoyo económico, el apoyo

en marchas, entro otros aspectos podían inclinar la balanza en favor. No sólo eso,

la relación existente entre sectores independientes y oficiales, era recurrente en un

periodo donde las huelgas se multiplicaban. Para el caso de los pascuales, uno de

los puntos que les permitió afianzar su organización fue tener el respaldo en las

actitudes arriba expresadas, así como otro tipo de acciones que se mencionarán

cuando lleguemos a lo correspondiente a la cooperativa.

La efervescencia marcada a partir de la insurgencia obrera y el desarrollo

del sindicalismo en la década de los setenta sería una de las condicionantes en la

lucha de los Pascuales quienes entrarían en un contexto donde la democratización

de los sindicatos era algo que sucedía en el ambiente laboral.

33
LA INDUSTRIA DEL REFRESCO.
El refresco en México

La industria del refresco en México tiene poco más de un siglo de presencia

en la alimentación de sus habitantes. Desde del siglo XIX podemos apreciar las

primeras pequeñas fábricas dedicadas a la elaboración de bebidas carbonatadas.

Muchas de éstas operaban en pequeños establecimientos y eran de orden

familiar, las boticas eran sus lugares de expendio y su atribución como remedio a

malestares comunes se iba haciendo popular, ya que el primer tipo de consumo

que se le dio a esta clase de bebidas fue medicinal.26 Fue hasta finales del siglo

XIX que surgieron las primeras empresas de mayores dimensiones, entre las que

se puede mencionar a La Montañesa que tras algunas fusiones, en 1895

integraría la fábrica Topo Chico S. A., ubicada en la Ciudad de Monterrey y

dedicada principalmente a la venta de agua mineral. 27

Para inicios de siglo XX refresqueras como la Sidral Mundet empezaban a

labrar su camino, mostrando lo fructífero del ramo de las bebidas gasificadas. Sin

embargo, fue en la década de los 30 que se dio un crecimiento considerable en

este tipo de compañías. En esos años la Refresquera Pascual S. A. surgía por

iniciativa de un empresario veracruzano de nombre Rafael Jiménez Zamudio, que

de un negocio de paletas de hielo se adentró en la venta de agua embotellada y

de ahí dio el salto a la industria del refresco. 28 Asimismo, las regiones de

26
Steinbach Palazzini, Fiora; tr. Guadalupe Meza Staines. Coca Cola. La historia del sabor, México, Mc Graw
Hill, 1994.
27
Disponible en http://www.anprac.org.mx/paginas/historia.html
28
Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual, Generalidades de la empresa, Comisión de educación-
Cooperativa Pascual. p. 1.

34
Balsequillo y Tehuacán, en Puebla, empezaban a ser utilizadas debido a los

distintos manantiales que existían en sus terrenos, para copar el mercado

refresquero de la zona central del país.29 La década de los treinta en general

presentó un avance para las refresqueras establecidas, y la innovación en

maquinaria embotelladora acrecentó el número de las mismas.

El proceso mecánico de embotellamiento, la proliferación de vehículos

motorizados como unidades de reparto y el empleo de una publicidad constante,

contribuían a que las calles se vieran abastecidas de refrescos de una y otra

compañía.30 De igual modo, la inserción que estaba teniendo el refresco en la vida

cotidiana de las urbes del país obedecía a la presencia de compañías extranjeras,

sobre todo norteamericanas que ofrecían concesiones de embotellamiento de su

producto a empresas mexicanas. De esta manera fueron absorbiendo pequeñas

refresqueras limitando su mercado, salvo en casos regionales específicos. De

2300 refresqueras que existían en la década de los 30 se redujeron a 1500, diez

años después.31

Los inicios de la Refresquera Pascual

Como he mencionado, para la década de los 30 podemos ver que muchas

de las embotelladoras, principalmente las ubicadas en las ciudades de Monterrey

y Puebla ocupaban el grueso del mercado. Aun así, la oportunidad de tener un

centro de distribución dentro de la capital permitió la solidificación de la

29
Disponible en http://www.grupopenafiel.com.mx/grupo-peniafiel-historia.asp
30
Flores Cevallos, Raúl, Factores de penetración al mercado de la industria refresquera vía el servicio-
distribución, tesis para obtener el grado de administración (industrial) FCA UNAM. p44.
31
Raúl, Flores Cevallos, Ibídem. P.44

35
Refresquera Pascual. Sus primeras instalaciones se establecieron en la colonia

Anáhuac, y posteriormente se trasladarían a la colonia San Rafael, para de ahí

asentarse en las inmediaciones del centro de la capital, en la colonia Tránsito, y en

la década de los sesenta expandiéndose con otra planta en la colonia Calputitlan

en la zona norte de la ciudad.32

La creciente infraestructura urbana, que facilitaba el aprovechamiento del

agua para estas industrias, conllevó a que se les otorgara la concesión de pozos

en cada una de las colonias donde contaban con la planta refresquera. En este

aspecto, ambos predios que llegó a ocupar la Refresquera Pascual operaban con

el pozo de agua como insumo básico en la elaboración del producto. Lo anterior,

aunado a su ubicación, permitió abarcar el mercado citadino y el crecimiento en la

demanda por la expansión demográfica y territorial que tenía la ciudad, hizo que la

colonia Tránsito fuera un sitio propicio para establecer la refresquera.

La planta de Clavijero, ubicada en la colonia Tránsito, se encontraba en las

inmediaciones del primer cuadro de la ciudad, aledaña a la zona de la Merced y la

Viga, mientras que la otra planta, la cual fue una adquisición posterior a sus

inicios, y que perteneció a la también empresa embotelladora Canadá Dry,

ubicada en una zona más próxima a los sectores industriales de la parte norte de

la capital, que se encontraba sobre la Avenida de los Insurgentes, en los límites de

la zona industrial de Vallejo. La Refresquera Pascual con el paso del tiempo se fue

posicionando en el mercado metropolitano y el refresco empezaba a ser cotidiano

de los paisajes urbanos de la ciudad.

32
Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual, Generalidades de la empresa, Op. Cit., p. 2.

36
La creciente industria del refresco fue tejiendo estructuras de competencia.

Para la década de los 40, la aprobación de los estatutos para crear la Asociación

de Productores de Aguas Gaseosas, A.C. era un reflejo del crecimiento del ramo y

por lo tanto de la competencia por el mercado.33 Además de eso, se extendía la

relación con otros sectores industriales de producción como la azucarera, insumos

de frutas y jarabes, la producción de vidrio, esencial en la elaboración del envase,

así como el gas carbónico. 34 La Asociación se encargaba simplemente de

delimitar y regular el grado de competencia que comenzaba a crecer entre los

diversos productos.

La presencia de las dos grandes refresqueras, Coca Cola y Pepsi,

comenzaba a fijar su atención en México, las razones iban mezcladas entre el

proceso de desarrollo económico que la pacificación del país tras la Revolución

permitía, a la par de que los recursos de agua que existían en el territorio eran una

atracción despampanante por la necesidad de dicho elemento para la elaboración

de refrescos; y el otro gran factor era la carestía que mostraba el mercado

norteamericano por la guerra y la falta de insumos como el azúcar, debido al

racionamiento que había. Empresas embotelladoras como Fomento Económico

Mexicano SAB de CV (FEMSA), la cual fue fundada en 1890 en la ciudad de

Monterrey, vieron la oportunidad de envasar la Coca Cola como un negocio

redituable.35

33
Disponible en http://www.anprac.org.mx/paginas/historia.html
34
Flores, Raúl, Op. Cit. p. 45.
35
En la actualidad FEMSA constituye la embotelladora de refrescos más importante de América Latina
(Coca- Cola Femsa), al manejar 64 marcas de gaseosas y agua; es además la segunda embotelladora de The

37
Como se puede apreciar, conforme el refresco incrementaba su presencia

en el mercado, también iba apareciendo la necesidad de regulaciones al sector.

Debido al creciente nivel de venta del refresco se dio un control por parte del

gobierno Federal a través de impuestos en el producto. 36 Para mediados de siglo,

la industria embotelladora, que aglutinaba cerveceras, refresqueras, agua de

manantial y purificada, se extendía por regiones como Veracruz, Morelos,

Guanajuato, San Luis Potosí y Jalisco.37 Para la década de 1950, la Ley sobre

Atribuciones del Ejecutivo Federal en Materia Económica, que entre sus facultades

establecía un control sobre los precios considerados de primera necesidad, dejaba

entrever que el refresco ya formaba parte importante en la dieta del mexicano.38

Las políticas proteccionistas hacia los insumos del campo permitieron que

en la década de 1960 se diera un nuevo impulso a las compañías y empresas que

utilizaran materias primas de origen nacional,39 y la industria del refresco mostró

un auge puesto que estaba íntimamente vinculada al sector primario nacional. La

estabilidad y un nuevo auge en el crecimiento de la industria refresquera se

presentó a mediados de los setenta. El subsidio otorgado por el Gobierno a las

empresas mexicanas incidió de manera directa en la comercialización del producto

dentro del país.

Algunos años antes, a mediados de la década de 1960 la Refresquera

Pascual innovaba en el mercado con la concesión hecha por la empresa sueca

Coca- Cola Company más grande del mundo. Ver. Tony, Clarke, Embotellados. El turbio negocio del agua
embotellada y la lucha por la defensa del agua. México, editorial Ítaca, 2009, p. 60.
36
Tony, Clarke, Ibídem. P. 45.
37
Disponible en http://www.anprac.org.mx/paginas/historia.html
38
Ibídem.
39
Tony, Clarke, Embotellados, Op Cit. p. 45.

38
Tetra Pack; la entrada al mercado en exclusiva de este envase resultó en

dividendos rentables para la refresquera, pues se incremento la demanda del

producto, fueron los mismos años en que la adquisición de la planta norte era

muestra del crecimiento de la fábrica. A nivel nacional, para la segunda la segunda

mitad de la década la producción de refrescos representaba un 2.3% de la

producción industrial nacional.40

Hasta aquí podemos ver un breve panorama de lo que un siglo después

su aparición se convirtió en una de las industrias más sólidas en el país. La

introducción en venta de este tipo de bebidas sería una de las áreas más

rentables en cuanto a la industria alimentaria y de consumo se refiere. El refresco

al paso del tiempo se volvería la fuente de hidratación por excelencia en las

grandes ciudades, y varias comunidades del país.

En la actualidad las tiendas de abarrotes, misceláneas, restaurantes,

escuelas, bares, fondas, centros de espectáculos y entretenimientos, el comercio

informal, supermercados han intensificado la presencia de dicho producto en la

cotidianidad de la Ciudad y de prácticamente cualquier localidad del país.

40
López Arellano, Olivia, La relación salud-trabajo. El caso de la Cooperativa Pascual. México, UAM-
Xochimilco, p. 9.

39
CAPITULO II

LA HUELGA DE PASCUAL DE 1982 a 1984.

UN CICLÓN DE RABIA

Cuando todas las abejas decidieron


dejar las flores, la miel y los cuidados
y empezaron a girar ruidosamente
cercando la colmena
como un ciclón de rabia,
la reina con su corte de zánganos
sintió por vez primera
que la historia no iba siempre a
ser
igual.

Miguel A. García Argüez

El siguiente capítulo será una reflexión en torno a la huelga de la Refresquera

Pascual. La pregunta que guiará el desarrollo del mismo será ¿Cómo se dio el

proceso de huelga de los trabajadores de la Refresquera Pascual? Para ello,

recuperar el testimonio servirá como fuente directa, incorporando bibliografía y

hemerografía relativa al tema.

El supuesto en el que me baso es que, la huelga de los trabajadores de La

Pascual surgió como la posible solución, en una primer instancia a una demanda

básica, como lo fue un aumento salarial, pero que a la par fue tomando forma de

movimiento organizado y participativo de un nutrido grupo de trabajadores que,

sustentados en sus experiencias, aunado al apoyo de organizaciones sociales y

41
políticas, siendo el caso explícito del PMT41 y la experiencia de sus propias

localidades, les permitió ir modificando demandas y objetivos que, posteriormente,

terminaron por consolidarse y establecer un nuevo orden como organización,

depositada en una cooperativa, aspecto que se desarrollará más adelante.

La Huelga

Reflexionar sobre lo que es una huelga abre muchas brechas a explorar.

Desde lo que el diccionario y la ley establecen sería una opción que nos impediría

fallar en definirla, no habría margen para el error, pero tampoco para el

entendimiento. Lo que aquí se busca es explicarla, lo cual tendría que ir de la

mano con entenderla, no sólo como una herramienta jurídica, un derecho de los

trabajadores, una táctica política que si bien, son inherentes para explicarla, dejan

de lado a los que en ella participan, lo que de ella recuerdan y lo que cuentan ante

el que les pregunta.

Cuando se comenta sobre huelga y su injerencia social inmediatamente se

puede pensar en la conservación de sus derechos laborales, entre ellos la jornada

de trabajo, la revisión contractual, salario, normas de seguridad social y

condiciones óptimas de trabajo. La manera en que estos se negocian y se

establecen entre trabajadores y patrón conllevan un equilibrio en la dinámica

laboral.

41
El Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) fue una organización política que tuvo su auge entre la
década de los 70 y 80, tuvo injerencia en diversos movimientos que reclamaban, entre otras cosas, servicios
como luz, agua, así como derechos de carácter laboral al Estado. Para los trabajadores el apoyo brindado por
este partido y en especial por Demetrio Vallejo, uno de sus dirigentes, sigue vigente.

42
Cuando el equilibrio entre estas dos partes es alterado por un desgaste en

la forma de producción que altere los derechos laborales, las tensiones y los

rompimientos pueden manifestarse, mediante inconformidades, reclamos, y

contemplando la huelga como último recurso. Dicha herramienta de presión es

entendida como un “medio eficaz de los trabajadores para obtener el

mejoramiento de sus condiciones de trabajo cuando los patrones no acceden a

sus justas demandas”42

A pesar de ser considerada como un derecho de los trabajadores y la

herramienta por excelencia para conseguir sus demandas, la huelga, lleva inmersa

diversas complicaciones sociales, jurídicas y económicas. En el factor social, la

manera en que ésta se desarrollé ira permeando en la actitud que tomen las

autoridades, los participantes y la opinión pública. Una huelga desprestigiada corre

el riesgo de ser mal vista y por lo tanto la presión sobre ella se agrava. La parte

jurídica condiciona en muchos sentido el accionar de la huelga. Para José Dávalos

puede existir el caso que en “la normatividad que se instrumente recoja sin

cortapisas “el derecho a la huelga”, pero también puede suceder que al ser

regulado este derecho se restrinja y condicione demasiado su ejercicio, mediante

la imposición de múltiples requisitos que nulifiquen su eficacia”.43 Y en lo

económico, se puede decir que la simple suspensión de la producción y con ello la

remuneración económica genera trastornos entre los involucrados, en el caso de

los huelguistas, la decisión de seguir o no en protesta obedece a dicho elemento.

42
Dávalos, José, Orígenes, evolución y ejercicio de la huelga en el derecho mexicano del Trabajo.
www.bibliojuridica.Org/libros/2/649/13.pdf, p.124
43
Ibidem, pp. 119-120.

43
Recuperar el testimonio, se hace relevante en este apartado, donde se

formulan preguntas como ¿Qué sucedió durante la huelga, las marchas, el boteo,

los rumores, las anécdotas, la experiencia y su participación en ella? ¿Cómo se

expresan del conflicto tras haber ganado o perdido la lucha? En fin, la presencia

del testimonio posibilita nuevas interrogantes y agrega sobre las ya formuladas.

Conforme al artículo 440 de la LFT de 1980, una huelga es “la suspensión

temporal del trabajo llevada a cabo por una coalición de trabajadores”.44 Y en

el papel así es, pero hay que considerar otras significaciones, que van desde la

misma lucha de los trabajadores por obtener mejoras laborales, pasando por la

unión de los huelguistas hasta la batalla por la apertura democrática en los

sindicatos, que permita una nueva reorganización de las relaciones laborales al

interior de las empresas.

El derecho a huelga contemplado en la LFT, fue empleado por los

trabajadores como la herramienta jurídica y social por excelencia en la búsqueda

de sus demandas, junto con actos de presión como son plantones, marchas y

desplegados, entre otros. Con ello, es común encontrar en los distintos

testimonios de los huelguistas un entramado que se imbrica entre el plano de la

acción y el legal, donde la comprensión de los límites de su movimiento era tema

recurrente en las pláticas durante el transcurso de la huelga, después de todo, la

legalidad, los lineamientos, las instancias a las cuales recurrir y el procedimiento

para dirigir su lucha se encontraban atados a la legislación.

44
Baltasar Cavazos flores, et al, Nueva Ley Federal del Trabajo, tematizada y sistematizada, México, 14ª
edición, 1983, art. 440, p. 305.

44
Habrá que mencionar que la huelga de los pascuales, transitó entre lo legal

y la acción, ya que su movimiento empezó como un paro laboral y, a partir de ello,

fueron tejiendo un entramado entre las acciones de presión en conjunto con una

serie de gestiones jurídicas, que los llevo a desconocer a sus líderes sindicales y

poder establecer una verdadera representación de las bases, que les permitiera

negociar con la empresa y las autoridades correspondientes.

Los actores. Los Huelguistas, Patrón, Sindicato y Estado

Los huelguistas

Como toda historia no se desenvuelve sin personajes, es necesario

presentarlos. El testimonio de los huelguistas aquí depositados fue obtenido a

partir de entrevistas y material que los miembros de la Cooperativa me han

facilitado, en ellos podemos apreciar a personas que vivieron el conflicto, creando

un sentido de pertenencia a partir de la huelga y lo que recuerdan de ella,

personas a las que les tocó cosechar lo sembrado durante los años que duró su

lucha. La base principal para saber de ellos irá de lo ofrecido por parte del relato

otorgado por José Hernández, quien al momento de hacer la entrevista integraba

la Comisión de Educación de la Cooperativa, así como el obtenido de Abad

García, realizada años antes y el de Rafael Anaya que en la actualidad se

encuentra retirado y tiene una relación en discordia con la empresa por su proceso

de liquidación.

En los primeros casos podemos encontrar una homogenización del discurso

sobre la huelga, lo cual hace pensar en la existencia de una especie de memoria

45
predominante que se ha encargado de forjar su visión sobre la misma. Verdadera

o no, no corresponde a esta tesis juzgarlo. Lo que sí es competencia de lo que

aquí se escribe es ver cómo se dio el desarrollo de la organización establecida por

los trabajadores a lo largo de su movimiento y la manera en que, a partir del

conflicto, se ha logrado cierto grado de cohesión como cooperativistas.

En La Pascual convivían distintos tipo de trabajadores. Los que habían

ingresado a ella tiempo atrás, es decir, los que tenían en la empresa desde que se

asentó en la década de los 50 en la colonia tránsito, quienes habían forjado una

relación donde el afecto y la valoración por parte del empresario les creaba el

sentido de pertenencia a la empresa, sin descartar cierto grado de inconformidad

dentro de la misma. También encontramos a los que ingresaron en la década de

los setenta tras la expansión de la empresa, donde su ingreso iba relacionado con

el crecimiento e innovación tecnológica de la refresquera, así como un aumento en

la demanda del producto y, por último, los que la migración aportaba como

ayudantes generales para las áreas de mantenimiento y como chalanes 45 o

ayudantes en los camiones de reparto. Tanto los trabajadores que ingresaron en

el momento de innovación tecnológica como los migrantes representaron una

participación activa en la gestación del proceso de la huelga, ya que fue en ellos

donde el descontento y las primeras acciones se hicieron participes, además de

que entre sus filas se contaban algunos miembros del PMT, factor relevante para

el desarrollo del conflicto.

45
Se le denomina chalán al ayudante general ya sea en el área de carga o en los camiones de reparto.

46
El patrón

La presencia de Rafael Jiménez Zamudio, dueño de Refrescos Pascual

S.A., cobra importancia en el desarrollo del proceso de huelga. En los testimonios

de los trabajadores se puede apreciar cómo los pascuales46 hacen referencia

hacia él, ya sea para desprestigiarlo o enaltecerlo. Jiménez Zamudio es

caracterizado por los entrevistados como “un sujeto emprendedor”, que competía

contra las grandes empresas norteamericanas y que, migró del Estado de

Veracruz hacia la Ciudad de México, consiguiendo establecerse y triunfar, primero

como empresario en una pequeña fábrica de paletas heladas y agua purificada,

hasta consolidar una empresa refresquera que llegó a contar con la exclusividad

del tetra pack – envase de vanguardia a nivel mundial – logrando una presencia

regional en la Ciudad de México y en algunas comunidades de los estados

circunvecinos.

Pensar que el cambio en la percepción sobre el patrón fuera acto de una

transformación instantánea sería algo poco creíble, como también lo sería pensar

que su figura no tocaba ambos extremos de los calificativos acuñados por los

huelguistas. Pero podemos observar que la transformación en la percepción de la

figura empresarial también obedeció a la situación de la época, donde los cambios

económicos y sociales obligaron a revalorar posiciones sobre situaciones vividas,

como la crisis, los cambios en las políticas gubernamentales, el descontento social

y la aparición de un nuevo tipo de trabajador que no tenía un vínculo de arraigo

46
Los Pascuales es un sobrenombre popular con el que se le conocía a los trabajadores de la refresquera, el
cual será empleado constantemente en las siguientes páginas.

47
tan marcado con el empresario frente a los trabajadores que llevaban años en la

refresquera.

Los Pascuales recuerdan que él les decía que “eran una caballería, la que

daba la cara bonita” motivo que hacía sentir a sus trabajadores valorados por el

patrón, tal como lo menciona Abad García:

Él siempre estuvo vinculado con el gobierno, tenía el poder político por medio de
compadrazgo y negocios […] Nos decía que éramos parte de la caballería de la empresa,
la que daba la cara bonita. […] obviamente te sentías bien pero ya con el paso del tiempo
te das cuenta de que era una cuestión para tenernos apaciguados, sentíamos que nos
tomaba en cuenta, pero eso era porque no conocíamos la parte de nuestros derechos;
por eso no decíamos nada cuando nos movían de planta.47

Durante el proceso del conflicto, las tensiones entre los trabajadores con el

entonces dueño de La Pascual lo llevaron a transitar de hombre de empresa hacia

un sujeto que abusaba del trabajador, que despedía a medida de sus intereses y

que tenía establecida una relación de jerarquización con base en favoritismos y

compadrazgos.

La presencia de trabajadores que ya tenían tiempo en La Pascual que se

sentían afines a la visión romántica del patrón permitió que, en tiempos posteriores

a la huelga, se generaran memorias encontradas sobre la imagen del que fuera

dueño de la refresquera. Algunos de los socios de la actual cooperativa lo

recuerdan como un hombre innovador, incluso aluden a que lo realizado contra

Jiménez fue un tanto injusto, ya que “él había logrado crecer” una empresa de la

nada. Por otro lado, se encuentran testimonios que aluden a que la relación

47
Entrevista realizada a Abad García Labastida por Carlos Ortiz, 2007.

48
paternalista que él ejercía, era una estrategia para otorgar en lo menos posible los

derechos laborales de los trabajadores.

Con ello podemos observar que dentro del recuerdo de los Pascuales, la

construcción del adversario más próximo a los huelguistas se fue transformando

dentro del contexto de la huelga y la figura, que en alguna ocasión aparecía como

un sujeto emprendedor, se empantanó en la de alguien que oprimía sus derechos

laborales obligándolos a doblar turno, poniéndoles cuotas muy altas de

producción, siendo el que no permitía una organización gremial democrática y

sobre todo la de que fue el orquestador de la represión hacia los trabajadores

durante el conflicto. La figura de “empresario visionario”, que cobijaba a sus

trabajadores se fue transformando hacia la de “explotador”.

Pero también se puede observar que existen variaciones en el recuerdo

general que se guarda sobre el patrón donde vemos perspectivas divididas al

interior del grupo. No fue raro encontrar posiciones encontradas sobre este

personaje entre sus defensores y quienes lo veían como un opresor de sus

derechos, esto sobre todo en la planta norte de la refresquera, que era donde las

innovaciones tecnológicas del empaque Tetra pack, junto con la necesidad de

mano de obra especializada y la fabricación del producto con mayor demanda de

la compañía tenían efecto, además de que se menciona que en ella existía un

mayor número de militantes del PMT. Es de esperar que en un principio del

movimiento, la acción sobre movilizarse significara que irían contra el patrón, y

que algunos sentían que lo estaban traicionando, generando un ambiente

49
polarizado entre los trabajadores. Sin embargo, este ambiente interno de tensión

no impidió el desencadenamiento de la huelga. 48

Es necesario mencionar que, para el momento en que se desarrolló la

huelga, se puede ver que el patrón Rafael Jiménez Zamudio, estaba marcado por

la fricción que genera la inmediatez. No desestimando abusos, prácticas

ventajistas y demás tensiones, se percibe a éste dentro de un momento difícil para

la industria mexicana, donde la dinámica de producción y competencia en el

mercado obligaba a reducir la plantilla laboral para aminorar costos, aumentando

el ritmo de trabajo y los turnos. Esto provocó una disminución en la calidad de vida

de los trabajadores que se reflejaba en las condiciones laborales y la seguridad,

aunada a la crisis económica de 1982, donde se rompió la paridad en la relación

salario-trabajo.

El sindicato

El otro actor en juego durante el conflicto fue el sindicato contra el cual los

trabajadores de la refresquera emprendieron una de sus batallas más extensas

dentro de su huelga. En un principio, la presencia de éste estaba caracterizado por

ser – en palabra de los trabajadores – “de membrete o blanco”, 49 amoldado en la

empresa por el patrón para aparentar que se contaba con los requerimientos

legales. Más que el de ser el interlocutor que cumpliría con la labor de

representatividad el sindicato funcionaba en los límites de lo mínimo o lo

administrativo. Por lo cual, la primer necesidad de buscar que su representación

48
Esto generó una problemática al terminar la huelga sería qué hacer con los trabajadores que no
participaron en el movimiento pero que legalmente tenían derecho a la indemnización.
49
Entrevista a José Hernández realizada por Carlos Ortiz, 2013.

50
actuara en sus demandas y ver que está no existía los hizo transitar a otra

representación, afiliada a la CTM que en el desarrollo de su conflicto y en la

búsqueda de legalidad a la huelga tampoco veían como legitima, esto al

desenmascarar acuerdos en lo oscuro con el patrón.

Fue por ello que, entre mayo y diciembre de 1982, en el proceso de la

huelga se dio la transformación del órgano sindical para convertirlo en un

verdadero intermediario ante las autoridades correspondientes. La necesidad de

hacerse con la titularidad del contrato colectivo los hizo emprender una lucha por

hacerse del control del sindicato para entablar las vías que la ley permitía entre

autoridad y trabajadores. Conforme la lucha se desarrollaba, fue a través de la

creación de esta representación sindical que se dio la negociación con el Estado.

El Estado

El caso del Estado como actor durante la huelga fue escenificado por las

instancias responsables de la legislación laboral como la Junta Federal de

Conciliación y Arbitraje (JFCA) así como la Secretaría del Trabajo. Como había

mencionado, la reorganización que estaba teniendo el Estado para ese entonces

implementaba políticas que empezaban a tocar los intereses de los sectores

sociales, entre ellos el obrero. Sin embargo, la posición que aún se mantenía de la

idea de un Estado benefactor y paternalista, hizo operante para los trabajadores

buscar en la intervención de éste, el factor conciliador que les ayudara a la

solución de su problemática.

51
Cada uno de los actores mencionados tuvo un grado de injerencia

determinante en el desarrollo del conflicto. Para los huelguistas, la acción

realizada por ellos bajo la lucha, se posicionó como adversario de los otros tres en

el desarrollo de la huelga. Cuestión que se verá más adelante.

Del reclamo a la acción. Las primeras demandas.

Fue en mayo de 1982. Lo que poco antes había sido un rumor y acciones

aisladas comenzaba a tomar forma. Ya antes de que el conflicto se desatara, las

tensiones empezaron a aparecer en algunos trabajadores que reclamaban

mejores condiciones laborales y por tener que doblar turnos constantemente,

debido a la reducción de personal que ayudaba en las áreas de mantenimiento y

estibo.50 La situación relacionada con accidentes de trabajo, sobrecarga en el

ritmo de producción que la demanda del refresco aceleraba, incidían en el

descontento que la falta del aumento salarial protagonizaba. “La situación debe de

cambiar” “¿Por qué no nos han dado el aumento que por ley se nos ha dado?”.51

Dentro de los testimonios muchos socios coinciden en que el detonante fue

la falta del aumento salarial otorgado por el presidente.

Más que nada el conflicto de la cooperativa nace a raíz del famoso aumento del 30, 20 y
10 %. De ahí nace el problema. Para eso, me parece que un 28 o 30 de abril del 82,
tuvimos unas platicas con el empresario, donde las personas que hablaron nada más en
representación [de los trabajadores, fuimos] un servidor y un compañero que se llama

50
Lo relativo a cargar y descargar la materia prima y cajas de re refrescos.
51
Refiriéndose al aumento del 10, 20 y 30% dictaminado por el Presidente meses antes.

52
Alejandro López. Esto fue en la tarde […] el lunes nos encontramos con la sorpresa de
que el compañero Alejandro ya no entraba a trabajar […] 52

El desconcierto de que Alejandro, (y otros compañeros) fuera cesado de sus

actividades se observó como un acto de represión por parte del patrón. La

negociación con Rafael Jiménez Zamudio se veía cerrada o a expensas de su

voluntad. Las presiones que rondaban sobre el esperado aumento de emergencia

se hacían cada vez más constantes y reclamar tenía consecuencias como el

despido. Sea o no la causa más importante por la que haya iniciado el conflicto, lo

cierto es que no era la única y que la falta del aumento bien pudo ser sólo el lado

más débil por donde se cortó el hilo.

Ante la negativa sobre el incremento presidencial de mejora salarial, el

descontento generalizado promovió la organización de un sector de la refresquera,

el cuál estableció un pliego de demandas e incitó a un paro para presionar por el

cumplimiento de las mismas. José Hernández apunta que:

[…] se presentó un pliego petitorio ante el dueño de la empresa, de lo que se estaba en


su momento solicitando y primeramente pues era que se diera el aumento salarial que ya
estaba otorgado que era del 10, 20 y 30%, siendo el Presidente de la Republica, […] el
Lic. José López Portillo, que era el presidente de la república, el gobierno federal, pues
resulta que ya, en respuesta a este pliego petitorio, se pedía, primeramente, que se
concediera el aumento [segundo] que se revisara el contrato colectivo de trabajo,
[tercero] el contrato ley o la caratula fiscal, porque no había, curiosamente, no había
utilidades, había si se podía llamar, aguinaldo, que realmente era una cosa mínima que
daba el patrón y nunca nos enseñaba pues, la caratula fiscal, donde se especificaba que
había utilidad o no, que él decía que nunca tenía utilidad, cuando el Señor iba

52
Testimonio de José Higinio Mejorada, en Alfonso Morales (Coordinador), Memoria de Pascual, la
construcción de una cooperativa. Vol. II, México, Fundación cultural trabajadores de Pascual, p. 18.

53
creciendo… El dueño iba crece y crece y pues no daban buenas utilidades en la
empresa.53

No obstante, también aparecen otros testimonios que nos lleva a pensar, que

dentro de la misma fábrica existían voces encontradas que hacían evidentes las

diferencias de salarios, que operaban de acuerdo al cargo en que se encontraban

dentro de la refresquera, marcando su posición frente a la crisis. Como lo

menciona Rafael Anaya:

[…] Hubo inconformes que no estuvieron de acuerdo cuando vino una aumento salarial
de emergencia en el 82, hubo tres aumentos en el año, entonces como el dueño no tenía
posibilidades de darles el aumento ellos se pusieron en huelga de brazos caídos y luego
se arrimaron con este Demetrio Vallejo […] y le dijeron que no les pagaban lo que tenía
que ser y él empezó a dirigirlos pensando en los trabajadores pero no le hablaron con la
verdad, o sea que la verdad, es que el que ganaba trabajaba, el que no ganaba es que
no trabajaba, el que no ganaba bien era porque no trabajaba bastante[…] 54

Esta diferencia de salarios se daba porque dentro de la fábrica el tabulador de

sueldos iba directamente relacionado con la labor desempeñada dentro de la

misma. No era lo mismo ser un verificador, un estibador o un ayudante general

que ser vendedor de ruta, el cual obtenía sus ganancias a partir de la comisión de

ventas. El caso del señor Rafael Anaya nos deja ver que la huelga de brazos

caídos no era bien recibida por todos. Al trabajar en el área de ventas, Rafael

obtenía sus ingresos a partir de lo que vendía, a lo que recuerda que “no le iba

mal,” sin importar que tuviera que trabajar doble o triple turno. A pesar de eso el

descontento y la organización por parte de los sectores de producción,

mantenimiento y estibación de la fábrica empezaron a tomar cuerpo.

53
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.
54
Entrevista realizada a Rafael Anaya por Carlos Ortiz, 2014.

54
Dentro de las primeras acciones coordinadas se encontraba un pequeño

pasquín denominado “El pato rebelde”, el cual empezó a ser repartido entre los

trabajadores como medio de difusión de las demandas de los mismos. Estas

acciones de manera discreta comenzaban a ser parte de la vida laboral, al menos

en la planta norte. A la par, la necesidad de tener un respaldo para poder canalizar

sus demandas había llevado a un grupo de trabajadores a acercarse no a la

representación sindical sino a las oficinas del PMT,55 que se encontraban en las

inmediaciones de la Delegación Gustavo A. Madero, la misma delegación donde

se encontraba la planta norte de la Refresquera y con quienes habían tenido

algunas platicas año y medio antes del conflicto para asesorarse sobre los

derechos laborales de los pascuales. Filiberto Bucio indica que:

[…] antes del 18 de mayo de 1982, algunos trabajadores se habían acercado al PMT en
busca de apoyo para dar la lucha porque la empresa respetara sus derechos laborales. 56

La presencia de grupos de este partido entre los inconformes fue uno de los

elementos que permitiría más adelante dar marcha a la huelga.

La inconformidad expresada por la falta de aumento, la ausencia de reparto

de utilidades y otras quejas sobre la vida laboral dentro de la empresa, así como el

apoyo del PMT, habían logrado establecer una línea de acción que llevaría al

primer movimiento o “huelga de brazos caídos”, que es así como denominaban al

paro laboral, donde la mayoría de los trabajadores decidieron detener actividades:

55
Hernández Rosalío y Bucio Rodríguez, Para no olvidar, el costo del presente y del futuro, México, Centro de
Asesoría Sindical Valentín Campa. 1982, p, 4.
56
Ibídem, p. 4.

55
“Estábamos ahí en la empresa pero sin trabajar”.57 El 18 de mayo de 1982 los

trabajadores de la Planta Norte de la Refresquera suspenderían sus actividades

por la demanda del aumento salarial:

El 18 de mayo amaneció temprano. Las puertas de la planta norte estaban abiertas como
de costumbre, esperando en vano el tránsito cotidiano de los trabajadores. Al principio,
algunos temíamos que los asalariados ausentes en la reunión preparatoria, se opusieran
a la ausencia laboral. Temor infundado, porque todos la aceptaron, los únicos que
trabajaron ese día –porque no se les pudo avisar-, fueron los que llegaron a la empresa a
las cinco de la mañana…58

Tras la negativa de entrar en labores ese día se determinó que era necesario

establecer el vínculo con los trabajadores de la planta sur, ubicada en la colonia

Tránsito. El despliegue de comisiones empezó a operar y una de ellas fue la

encargada de servir como puente de comunicación. Para el 19 de mayo el paro en

ambas plantas era una realidad.

Una vez establecido el movimiento de brazos caídos, el siguiente paso era

disponer una negociación con los representantes o líderes laborales de donde se

entregó un pliego petitorio con las primeras demandas, el aumento de sueldo –

que ya estaba otorgado por decreto presidencial – la revisión del contrato

colectivo, del contrato ley y la caratula fiscal, esto debido a que la empresa –

decían los inconformes – no otorgaba utilidades, cuestión que se veía como algo

contradictorio ya que, como decían: “el dueño iba crece y crece y pues no daban

buenas utilidades.”59

57
Entrevista realizada a José Hernández, por Carlos Ortiz, 2014
58
Hernández Rosalío, Para no olvidar, Op Cit. p8.
59
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

56
Tras el segundo día de paro y al ver que su acción no obtenía una

respuesta concreta, las preocupaciones de los paristas comenzaban a caminar

entre dos opciones: la primera y la más preocupante, era si no existirían

represalias por lo que estaban haciendo y si tendrían éxito; la segunda,

relacionada con la primera, era regresar a las actividades en esperanza de que el

patrón respondiera a sus demandas. Tener una postura ante esas opciones se

hacía apremiante, considerando que la ley establecía que era causal de despido

faltar tres días en un mes al trabajo.60 No obstante, los trabajadores decidieron

seguir adelante.

La asesoría por parte del PMT se hacía presente mediante tres miembros

que acompañaron a los inconformes a lo largo del conflicto:

…Entonces ya se fueron a hablar con este Demetrio Vallejo, él puso a dos personas que
son tremendas, a tres, puso a Dionisio Noriega y Raúl Pedraza y a esta Concepción
Amado Nava, ella era licenciada y trabajaba con ellos, entonces llegó ese grupo… 61

Una vez emprendido el paro la acción pertinente era dirigirse a las

instancias apropiadas para que su voz fuera atendida. Por consejo de los

asesores del PMT se buscó establecer una reunión con la JFCA, organismo

encargado de dar solución a los conflictos en materia laboral. La constante

mención sobre la ilegalidad del paro hacía creer que era necesario entablar un

canal autorizado de presión, la manera propicia era buscar el respaldo por parte

del sindicato.

60
Baltasar Cavazos flores, et al, Nueva Ley Federal del Trabajo, tematizada y sistematizada Op cit.
61
Entrevista realizada a Rafael Anaya por Carlos Ortiz, 2014.

57
La acción llevada a cabo por los trabajadores inconformes días antes,

obligaba al sindicato a tomar cartas en el asunto. El Sindicato General de Obreros,

Empleados, Agentes y Repartidores de Refrescos Pascual (SGOEARRP),

adherido a la Federación de Trabajadores del Distrito Federal (FTDF), se

encontraba dirigido por Edmundo Estrada. Sin embargo, dicho sindicato entre los

trabajadores era considerado como “alineado con el patrón” y el cual no les

representaba:

A nosotros nos representaba un sindicato blanco que era de la CTM y que cuando surgió
este problema se acudió con ellos y ellos no hicieron caso de esto, cuando ya vieron que
las cosas se estaban poniendo un poquito difíciles. Era un sindicato blanco porque decía
ahí CTM, pero realmente dice la CTM que no estábamos afiliados…62

La sorpresa de encontrarse ante un sindicato que no tenía reconocimiento por

parte de la CTM, fue un punto que generó controversia, ya que más que un

sindicato blanco, ante lo que se encontraban era un sindicato fantasma, el cual

simplemente no contaba con respaldo, lo que nos lleva a pensar que la simulación

del mismo conllevaría una máscara sobre el contrato colectivo. La posterior

urgencia por parte de la CTM de hacerse cargo del sindicato de la Pascual, incluía

también la firma de un contrato colectivo que no dejara al descubierto la ilegalidad

del patrón y la inoperancia de la confederación.

Mientras se buscaba conciliar a través de las autoridades, la lucha mediante

acciones comenzaba a tomar fuerza. Ya habían pasado varios días y la tensión

era compañera de uno y otro lado. La parte patronal había desencadenado una

ola de desplegados donde se desprestigiaba a los inconformes, minorizando el

62
Entrevista realizada a Rafael Anaya por Carlos Ortiz, 2014.

58
número de los mismos, aludiendo a las autoridades a tomar cartas en el asunto

por la ilegalidad del paro y abogando que la refresquera era fuente de trabajo para

3500 familias de la ciudad, entre otros aspectos. 63

Por el otro lado, era en las asambleas donde los rumores acerca de un

acuerdo entre sindicato y patrón se hacían presentes. Además de eso, los mítines,

la repartición de volantes y las primeras marchas hacia la Secretaría del Trabajo

aparecían como respuesta a la campaña desplegada por el patrón. La injerencia

de las autoridades, por presión del paro a las afueras de las oficinas de la

Secretaría del Trabajo, obligaba a la representación sindical a dar muestras del

acuerdo que decían, había firmado con el dueño. 64 Hecho al que se negó. Una vez

más, la plática en asamblea se daba, ahora el tema iba sobre establecer una

verdadera representación que les permitiera negociar con el patrón.

De la falta de negociación a la represión: La muerte de dos patos

Conforme los días avanzaban el conflicto se tornaba tenso. La existencia de

presiones por parte de los dos lados había agravado la tensión dentro del

conflicto. La injerencia por parte de las autoridades laborales, el desconocimiento

de líderes sindicales por parte de los inconformes, el paro establecido por los

trabajadores y la ola de desplegados por parte del patrón tendrían un punto en el

que el enfrentamiento era inminente. Éste último había anunciado mediante diarios

su intención de recuperar las instalaciones “para abrir la fuente de trabajo.”65 Lo

63
Hernández Rosalio, Para no olvidar, Op. Cit., p.12.
64
Ibídem, p.20.
65
Ver. Miguel Cabildo y Salvador Corro, “En la Pascual, solución violenta ante el disimulo de autoridades y la
CTM” en Proceso, México, 5 de junio de 1982.

59
que sucedería el 31 de mayo marcaría el desarrollo de la huelga y también el

recuerdo de los trabajadores.

…fue cuando hubo el rompimiento de huelga; mañosamente el dueño manda traer a


trabajadores de Cuernavaca, algunos de Poza Rica, de Puebla, de Veracruz y de
Pachuca; mencionándoles, precisamente, que iba a ser el aniversario […] de la empresa
y que les iba hacer una comida. […]los citó en el parque Asturias, ahí por
Chabacano[…]les puso un listoncito y les dio una varilla, cuando les dio la varilla, pues
obviamente los trabajadores dijeron: -¿De qué se trata?, se desconcertaron y ya no
querían, y los obligó, - ahora siguen adelante y vamos a defender la empresa porque
unos que no son trabajadores- dijo el dueño- tomaron las instalaciones, -vamos a
sacarlos- y lo que fue, fue enfrentarnos, aunque estábamos ahí en plantón […] ya se
veían acercándose a las instalaciones […] y con un megáfono el Sr. Rafael Víctor
Jiménez Zamudio, grito -¡mátenlos! ¡Contra ellos!- él estaba motivándolos a que nos
golpearan, y así fue. […] aunque teníamos algunos obstáculos, algunas llantas con
cemento, clavos para que no pasaran las unidades de ellos, aun así, rompieron, ó sea se
fueron contra el zaguán y abrieron entraron, unos estaban a dentro y otros afuera, […]
cuando llegué, ya habían matado, ya habían asesinado, […] me tocó ver, todavía que
estaban llegando muchas patrullas en su momento pero como todo, las patrullas llegaron
al final [...] ya cuando estaban fallecidos, ya habían asesinado a los compañeros. 66

La muerte de dos de los Pascuales fue un hecho significativo, que en el recuerdo

de los cooperativistas aparece plasmado de manera relevante. La forma en la que

se cuenta, citando lugares, como se fueron desarrollando los hechos y las frases

atribuidas al dueño, avivando el enfrentamiento, parecieran estar presentes de

manera vivencial entre los ahora cooperativistas.

Por otra parte, algo que llama la atención es la forma en que José

Hernández lo refiere, cuestión que se comparte a través de lo escrito por Paco

Ignacio Taibo II, quien agrega elementos como el nombre de los trabajadores

asesinados. Álvaro Hernández, muerto tras ser arrollado por una de las

66
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

60
camionetas utilizadas por los que intentaban entrar a las instalaciones, y al que

uno de los guardaespaldas del dueño, de apellido Barragán, le dio el tiro de gracia.

El otro Pascual muerto era un obrero, de 35 años, de nombre Jacobo García que

cayó tras recibir un disparo en la espalda. 67

Lo sucedido el 31 de mayo y la forma de recordarlo por parte de los que

participaron en la huelga fue un hecho significativo, donde se jugaba entre dos

opciones, una sería el temor por lo que había sucedido, que hacía pensar que la

lucha debería de dejarse de lado, esperando represalias de igual magnitud en los

próximos días, pero en general la segunda opción predominó, esa era la que

giraba sobre el clima de molestia y la búsqueda de que se esclareciera y castigara

a los culpables. El pensar sobre lo que acababa de ocurrir se expresaba así: “Más

que miedo nos dio coraje.” 68 El modo en que los trabajadores respondieron a la

agresión iba más relacionado con seguir el movimiento, entre la queja social y la

búsqueda de las vías legales que castigaran a los culpables.

[…] pues después de aquí tomamos la decisión conjuntamente con los dirigentes de irnos

en plantón a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, pues para denunciar

esta arbitrariedad y los homicidios de los compañeros, y ahí nos fuimos, en lo que ya se

preparó para irnos en mitin, en marcha, los compañeros ya fueron recogidos por el

Ministerio Público, y se los llevaron, se los llevaron […]69

La agresión sufrida, fue un hecho que terminó por aglutinar a los

participantes en el movimiento contra el patrón. Si bien la participación ya estaba,

67
Paco Ignacio, Taibo II, Pascual, Decimo Round, Op, Cit. p11.
68
Entrevista a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.
69
Entrevista a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

61
los reclamos – además de lo laboral – serían acompañados por el reclamo de

justicia por la muerte de dos compañeros. La figura del patrón fue, a partir de ese

momento, la de un asesino en voz de los reclamos de los trabajadores, incluyendo

a los que todavía tenían la intención de seguir trabajando. Mientras tanto, se tenía

que tomar una decisión sobre cómo responder ante tal hecho. Tras el fulgor de lo

sucedido se decidió no responder a la agresión, lejos de no tener ganas de

hacerlo, y por opinión de los asesores del movimiento, vieron como ese hecho

podría poner la balanza en su favor.

Nosotros no respondimos a la agresión, porque de hecho uno de los dirigentes del


movimiento, el compañero Demetrio Vallejo, […] fue el que nos comentó que no
respondiéramos a la agresión, y pues muchos le contestamos mal al dirigente, al
compañero, -¡Pero como que nos quedemos tranquilos, ya nos mataron a dos
compañeros!- “por favor se quedan tranquilos, no respondan a la agresión porque
entonces les va a echar la culpa a ustedes.” -entonces déjense, yo sé lo que duele esto,
se la rabia, el coraje pero tienen que quedarse tranquilos- y efectivamente, nos
quedamos tranquilos, ya una vez que levantaron a los cuerpos las autoridades, pues
nosotros nos fuimos en plantón a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal
[…]70

El clima tras el choque se hizo hostil. Mientras algunos se dirigían en

marcha a la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PJDF) a levantar el acta,

otros se encargaban de mantener el plantón en las afueras de la refresquera, a la

espera de que el patrón y los que entraron en las instalaciones salieran. La

injerencia de las autoridades se vería al día siguiente. Por un lado, el cuerpo de

granaderos actuó para retirar el plantón fuera de la planta sur, para que pudieran

salir los que se quedaron dentro de la planta incluido el dueño, y por el otro,

70
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

62
continuaban las negociaciones en la JFCA, sólo que ahora a las demandas se

agregaba una indemnización por los muertos.

A partir de ese momento, la presencia del dueño de la refresquera quedaba

al margen, ya que se habían entablado actas de denuncia, donde se le acusaba

de ser el orquestador de la agresión hacía los paristas que culminaron con la

muerte de dos trabajadores. Un elemento que se agregó a las demandas de los

pascuales iba enfocado en la punibilidad para el dueño de la fábrica, quien se

encontraba prófugo tras dicho episodio. En su lugar Olivia Jiménez, hija del dueño

asumiría su rol y como primer acto estaba la de recibir y acatar las indicaciones

que la Secretaría del Trabajo emitiría.

La lucha por el sindicato. En busca de representatividad

Conforme el conflicto avanzaba comenzaba a desenmascarar otros aspectos

dentro de la representatividad que tenían los trabajadores. La negociación

mediante el primer sindicato, que mencionan era “de membrete”, se empezó a

poner turbia. El desconocimiento de éste por parte de los inconformes se

agregaba al desconocimiento al mismo por parte de las autoridades. Fidel

Velázquez, líder cetemista, que anteriormente había dado el respaldo a los de la

Pascual, y tras lo sucedido, al ser interrogado sobre la filiación del Sindicato de la

refresquera a la CTM, respondió “¡Dios nos libre!”71 No obstante, tres días

después del enfrentamiento en la planta sur, el mismo líder ofreció a los

71
Córdova Arnaldo, “El Estado contra los trabajadores.” En Proceso, México, 30 de octubre de 1982.

63
trabajadores se establecieran dentro del Sindicato de Trabajadores de la Industria

Embotelladora, Cervecera y Similares (STIECS).72

El STIECS, cuyo secretario general era Armando Neyra Chávez, 73 entró

como una posible solución a su falta de representatividad. 74 La discusión entre los

trabajadores se volcó a definir a los miembros que integrarían la representación

sindical ya como parte, ahora sí, de la CTM. Tras diez días de la muerte de los

trabajadores y casi dos meses después del primer paro de labores, se formaban

dos secciones sindicales, la 369 de la planta norte y la 370 de la planta sur. 75

Suponer que la solución estaba cerca era posible, sin embargo los hechos

marcarían algo distinto.

Una semana después de que la representación sindical, a cargo de Neyra,

entrara en funciones, un primer acuerdo aparece, donde el reclamo por los

salarios caídos se acordó en un 50%, motivo que hizo reacción entre los

trabajadores que pedían el 80% como mínimo. El consejo por parte de los

asesores del PMT les hacía ver que eso era una injusticia. Acto seguido, la

participación por parte del STIECS encabezado por Neyra se condicionaba a la

aceptación del 50% acordado y el retiro de los asesores del PMT de las

negociaciones.76 La respuesta, tras acordarla en asamblea de los trabajadores,

fue establecer otro convenio donde se acordaría aceptar el 50%, oponerse a la

72
Ibídem.
73
Además de fungir como líder sindical, Armando Neyra ostentaba un cargo como diputado y se encontraba
bien posicionado dentro de la esfera corporativa del PRI.
74
Cabildo Miguel, “La CTM intenta atraer al personal de la Pascual; el dueño, prófugo” En Proceso, México,
12 de junio de 1982.
75
Hernández Rosalío, Para no olvidar, Op cit. p. 18.
76
Taibo II, Pascual. Décimo Round, Op Cit. p.15.

64
salida de sus asesores y esperar la pronta apertura de la Refresquera ya con el

aumento de salario concedido y la indemnización por los muertos, entre otros

aspectos.

Dentro de las cláusulas del convenio77 se puede leer:

- La reanudación de las actividades de manera normal para el 19 de junio.

- El pago correspondiente al salario de la última semana de junio, ya con

el aumento del 30, 20 y 10 %, según sea el caso.

- El pago del 50% del tiempo perdido del 18 de mayo al 18 de junio.

- Que la empresa haga una entrega neta por concepto del pago de ajuste

salarial desde el 18 de febrero.

- El pago de indemnizaciones por una cantidad de hasta cuatrocientos mil

pesos a los beneficiarios de los trabajadores fallecidos.

- La no aplicación de represalias en contra de los trabajadores que

participaron en los hechos sucedidos entre el 18 de mayo y el 18 de

junio

- La tolerancia hasta el día 21 para que se presenten a sus labores los

trabajadores que no hayan sido informados de la reanudación de las

mismas.

77
Tomado del convenio firmado en la Dirección General de Inspección Federal del Trabajo. Citado en
Hernández Rosalío, Para no olvidar, Op Cit. p.30-31.

65
Lo que podemos ver hasta acá es que la presión establecida por los

trabajadores, jugando con las herramientas jurídicas y de presión, les había

permitido mantener su movimiento sin que fuera declarada una huelga como

legalmente se constituye. Hay que ser enfáticos en que sus demandas, el

descubrimiento de la falta de una representación legal, y los hechos de represión

ocurridos el 31 de mayo fueron factores que hicieron posible que las autoridades

no rompieran con el movimiento pese a ser un paro y no una huelga como tal.

Por otro lado, las redes de apoyo establecida por otros sindicatos como el

STUNAM), la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y

los trabajadores de Refrescos Mundet, así como el boteo constante, el apoyo de

los familiares y otras organizaciones dieron ese respaldo que necesitaban para no

claudicar. El regreso a la fábrica ya sea veía cercano. Lo que sucedería después

sería un proceso relacionado con las demandas de salario pero que atravesarían

más por la problemática sindical y ahora sí, el elemento huelga aparecería.

De la reinstalación a la Huelga

El 19 de junio de 1982 las puertas de la refresquera se abrían de nuevo. Con ello

también se intensificaron las tensiones entre la parte patronal y la convivencia

entre los trabajadores que no apoyaron el movimiento y los que sí, lo que creaba

un clima hostil, así como la espera de que los acuerdos fueran cumplidos se

hacían parte de la dinámica laboral. Mientras tanto, la presencia del sindicato

empezaba a centrarse en que los acuerdos se lograran, o al menos esa era la

imagen que estaban proyectando. El ambiente dentro de las instalaciones

apuntaba a que en cualquier momento otra tempestad podría desatarse.

66
El 29 de julio las relaciones se romperían de nuevo. En esta ocasión serían

los repartidores del producto los afectados directos. La molestia iba sobre un

cambio en sus rutas de reparto, algo que en su dinámica de trabajo les afectaba,

ya que el conocimiento de su respectiva ruta, que incluía a sus clientes y su

manejo de la zona, incidía en su productividad y por tanto en su ganancia.

Aludiendo al artículo 23 del contrato colectivo y al 290 de la LFT, que iban sobre la

remoción de su zona (ruta) de trabajo sin su consentimiento, los repartidores

acusaban una traición por parte de sus representantes sindicales que habían

pactado el acuerdo que posibilitaba dicho cambio. 78 Una vez más la

representatividad del sindicato era puesta en tela de juicio.

Las acusaciones sobre los tratos a espaldas de los trabajadores que

mantenía Olivia Jiménez con Neyra, comenzaban a hacerse rumor entre los

pascuales. En respuesta al paro emprendido por los repartidores y secundado por

la demás planta laboral, quienes como estrategia de presión deciden seguir

produciendo refresco para saturar las bodegas, la hija del dueño de la refresquera
79
opta por rescindir el contrato a 96 repartidores, entre los que se encontraban

una gran parte de miembros de los comités seccionales. Al paso de los días, y

ante las presiones, los despidos aumentan a 1,945 trabajadores.

El cierre de la empresa y la presión de los trabajadores provocaron que el

sindicato declarara la huelga y ésta estalla el 2 de septiembre, algo que traería

consigo un entramado de aspectos legales sobre su validez y sobre una nueva

78
Córdova Arnaldo, “El Estado contra los trabajadores” Op. Cit.
79
Taibo II, Op. Cit. p.17.

67
búsqueda de representatividad. Las acciones entre uno y otro lado comienzan a

aparecer. La recomendación por parte del Neyra era deshacerse de los asesores

del PMT, algo similar dejaba ver Olivia Jiménez:

Olivia juraba que eran comunistas y que, como con el diablo, con ellos nomás no podían
tratarse. Los dirigentes de la CTM denunciaron que se trataba de miembros del Partido
Mexicano de los Trabajadores y que, por lo mismo, como agentes personales de ese
demonio que es Heberto Castillo, no podía haber lugar para discutir con ellos. 80

La razón por la que la insistencia de la separación de los asesores del PMT

fuera condicionante se podría ver en el hecho de que los acuerdos entre líder

sindical y patrón se estaban realizando de manera discrecional. La aparición de un

contrato colectivo firmado sin previo aviso a los trabajadores complicaría el

panorama en el ámbito legal, así como terminaría por romper la relación entre el

sindicato cetemista y sus representados.81

Tomar la decisión entre seguir o no con la asesoría del PMT, si bien no

queda explicito el porqué de ésta, si podemos suponer que obedeció, lejos de la

filiación partidista de los pascuales, a que en lo que llevaban de movimiento había

resultado efectiva. Ya sea por el asesoramiento legal o de acción ante hechos

como el asesinato de dos de sus compañeros y la injerencia del sindicato, así

como los vínculos estrechados con los representantes y la politización de algunos

de los pascuales, su presencia pareciera mantenerlos alertas ante cualquier

incumplimiento de los acuerdos pactados y ante cualquier intento de tomar ventaja

por parte de la hija del dueño o el líder sindical.


80
Córdova Arnaldo, “El Estado contra los trabajadores.” En Proceso
81
Se menciona que este acuerdo fu firmado a sus espaldas y lo descubrieron al ser filtrado por trabajadores
de una imprenta donde se mando a reproducir el convenio. Ver Nava Navarro Araceli, “De la acción colectiva
al movimiento social” p.308.

68
Las movilizaciones, marchas, plantones y toda una ola de acciones

volverían a suceder, ahora en vísperas de que se les reconociera el derecho a

huelga. Sin embargo, la existencia del contrato colectivo, que como elemento tenía

prorrogar la revisión del mismo hasta 1984, legalmente no les permitía hacer

reclamo de la revisión del mismo. La búsqueda de establecer un plantón tanto en

la refresquera como en las oficinas de la Secretaría del Trabajo giraba sobre el

desconocimiento del sindicato y su líder Neyra Chávez y, por lo tanto, la ilegalidad

de la firma de ese contrato. Las acciones emprendidas en las calles por los

pascuales se encontraban ligadas al reclamo en lo legal y un nuevo

desconocimiento de su representación.

La falta de representatividad una vez más sería una complicación para

conservar sus condiciones laborales. Hasta este momento todo lo que había

empezado por una petición de aumento salarial parecía quedar fuera de los

reclamos de los trabajadores, aunque siguiera presente, de momento obtener un

canal propio de relación entre trabajadores, patrón y autoridad era algo más

apremiante. Como se ve, la existencia de un contrato colectivo firmado sin

consentimiento, los despidos de 96 y luego 1, 945 trabajadores y la exigencia de

abandonar la asesoría del PMT, orillaron a los trabajadores inconformes a buscar

apoyo de otras partes. A eso habría que agregarle la declaración de la Secretaría

del Trabajo sobre la ilegalidad de la huelga82, y la intensión de hacer un

rompimiento por parte de las autoridades del plantón en las afueras de las

instalaciones, agravó la separación entre trabajadores y sindicato. Ante esto, el

82
Córdova Arnaldo, “El Estado contra los trabajadores.” Op. Cit.

69
desconocimiento de la firma del contrato colectivo “a espaldas de sus

representados” fue la herramienta legal que argumentaron los trabajadores para

solicitar un cambio del mismo.

Simultáneamente a lo que se estaba viviendo y por acuerdo de los

huelguistas, la búsqueda de otro sindicato se estaba llevando a cabo. Para el 11

de octubre, en asamblea se decide dejar de lado a la representación encabezada

por Neyra Chávez y en su lugar deciden integrarse a la CROC y se adhieren al

Sindicato Nacional de la Industria de aguas gaseosas (SNIAG), que era dirigido en

aquel entonces por Felipe González Velásquez.83 Así es como un juicio por la

titularidad del sindicato empieza a protagonizar una nueva etapa en el movimiento

de los pascuales, sin dejar de lado que la preocupación latente de declarar legal la

huelga se hacía mayor, ya que de no hacerlo las oposiciones legales, económicas

y de presión laboral se irían agravando.

La disputa por obtener la titularidad del sindicato se desenvolvía en el ramo

de lo legal, mientras que la presión por parte del sindicato cetemista se hacía

mediante la inclusión de los llamados esquiroles, 84 la tensión entre unos y otros

era compartida con la inclusión de una disputa por el sindicato. El 13 de octubre,

por petición de Neyra, que ostentaba el contrato colectivo y el derecho a entablar

la huelga, mediante la injerencia de las autoridades solicita retirar a los

83
Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual, Demetrio Vallejo Martínez y la lucha de los
trabajadores de Refrescos Pascual, México, Fundación Cultural Trabajadores de Pascual y del arte, A.C. 2006.
P 16.
84
Normalmente se le llama así a la persona que decide seguir trabajando durante un conflicto de huelga, ya
sea que haya sido integrante de la empresa que no se encuentre entre los inconformes o un nuevo
trabajador que sea contratado durante el conflicto.

70
trabajadores inconformes, bajo el argumento de la ilegalidad de su plantón, del

mismo modo, se toma la decisión de despedir a los pascuales, (alrededor de

1227) que se habían afiliado a la CROC. Los que seguían en paro decidieron

ejercer una presión mayor hacía las autoridades laborales.

…vamos, para que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje No.16, en ese entonces,
para que reconociera que realmente fuera una huelga como tal, legalmente existente, se
hizo una serie de presión, por parte de todos los trabajadores, hubo marchas, hubo
plantones, hubo mítines, se tomaron las instalaciones de la Junta Federal de Conciliación
y Arbitraje, la Secretaria de Trabajo, precisamente ahí lo que es Dr. Rio de la Loza85

Mientras las presiones seguían en un lado y el litigio por el contrato seguía en pie.

Las declaraciones por parte de Neyra desentendiéndose de los que se

manifestaban serían seguidas el 20 de octubre donde la Secretaría de Trabajo, dio

un informe de prensa con el anuncio de que el conflicto de la refresquera se daba

por concluido al haber llegado un acuerdo entre las distintas partes. Esto tomando

en cuenta el acuerdo firmado por Neyra y la empresa días antes. 86 Para los

pascuales inconformes lo desalentador de la noticia iba de la mano con el temor

por perder su fuente de trabajo al ver que la legalidad de su huelga era

cuestionada. Además, la latente idea de ser reprimidos en cualquier momento

comenzaba a tomar mayores dimensiones. El fallo de la Secretaría del Trabajo

precedería a la acción de las autoridades judiciales, que el 23 de Octubre deciden

disolver el plantón que los trabajadores mantenían en las plantas de la

refresquera.

85
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2014.
86
Morales, Alfonso (coordinador). Op Cit. p35.

71
Ante esto las opciones de los trabajadores se centraban en dos

posibilidades, renegociar con el sindicato cetemista buscando la reincorporación

de la mayoría de trabajadores posibles o apostar por obtener la titularidad del

contrato colectivo, opción por la que optaron por la simple razón de ser mayoría

entre los inconformes contra la empresa y porque el recurso jurídico todavía

estaba en el aire. La acción emprendida por los trabajadores se avocaba a exigir

y apresurar a las autoridades laborales para que dieran solución al juicio por el

control del sindicato. En ese sentido la decisión de instalarse en campamento

permanente en la Secretaría del Trabajo, ubicada en Doctor Vértiz y Doctor Río de

la Loza parecía lo más lógico. Para este entonces, el desgaste por parte de los

que se consideraban huelguistas empezaba a hacerse notorio, el apoyo de grupos

solidarios ya sean sindicatos, otros trabajadores y sociedad en general tenía que

ser mayor así como el recurso obtenido sobre el boteo y el apoyo de las familias

que comenzaba a tomar notoriedad.

Es en este contexto cuando la integración de un “Comité de Esposas y

Familiares Trabajadores de Pascual” se empieza a solidificar. La injerencia de los

familiares de los huelguistas muchas veces era el factor culminante para que estos

decidieran continuar en lucha o desistir en busca de un ingreso para mantener los

gastos corrientes de la casa.

–Yo le dije a mi esposo– porque me dio mucho coraje, […] ya estuvo suave. Entonces le
dije: ya asesinaron, ya te golpearon. Y entonces no sabía qué hacer, entonces le digo:

72
vamos a formar una lucha de mujeres y vamos adelante. Y me dijo ya para qué; y le digo:
¿Cómo que para qué?, para ganar.87

Dentro de estas mujeres encontrábamos casos que tenían ya una

experiencia previa de roces con la autoridad, esto al enfrascarse en la demanda

de servicios como luz y agua en sus respectivas localidades. 88 “[…] yo participe

en Netzahualcóyotl, dos veces los granaderos nos sacaron de nuestra casa y dos

veces volvimos, yo ya sabía luchar.” 89 Estas mujeres tuvieron una participación

activa en la lucha de los trabajadores, si bien no de realce, si trascendental. Las

hermanas, esposas y demás fueron mucho tiempo el sustento del hogar además

de encargarse de proporcionar el alimento durante los plantones y el periodo de

huelga.

La manera en que participaban las mujeres les llevo a ser importantes como

canales de comunicación durante la toma de instalaciones, en los plantones. Su

labor en estas iba ligada a llevar comida y noticias de lo que se sucedía e incluso

a injuriar y reclamar a las autoridades en busca de solución al conflicto de sus

familiares. Su participación en la lucha iba desde ayudar en el sustento del hogar,

el apoyo en la preparación de alimentos, y en el momento de las marchas, muchas

veces estas mujeres servían como vanguardia para evitar que se diera un

enfrentamiento directo entre los pascuales y los granaderos.

87
Ibídem. p. 24.
88
Como había mencionado muchos de los trabajadores de Pascual se habían asentado en las inmediaciones
de la ciudad, Ecatepec y Netzahualcóyotl, por mencionar algunos, estos lugares también vivieron conflictos
por la búsqueda de servicios.
89
Taibo II, Paco Ignacio, “Ellas son la línea dura (notas a partir de una grabación tumultuosa)” en Boletín de
Información Obrera, México, n.3, 4 de diciembre de 1982. pp. 35-40.

73
Varias marchas tuvimos que hacer a los Pinos, que desgraciadamente nunca llegamos,
porque siempre ahí en el mercado de las flores, ahí nos paraban y los granaderos, hubo
indignación de una ocasión que golpearon hasta a algunas compañeras, una de ellas
embarazada.90

El colofón de la participación de las mujeres de Pascual se vio en la toma del 7°

piso del edificio de la JFCA. El comité femenil era el encargado de llevar noticias y

alimentos a los trabajadores que se habían apostado en las oficinas

gubernamentales. El 4 de Noviembre un grupo de mujeres irrumpen en oficinas

donde encuentran a Sergio García Ramírez, Secretario del Trabajo, y le exigen

dar solución a las demandas de los trabajadores. A partir de este momento las

mujeres en relación con los trabajadores formalizaban su acción en la lucha de los

pascuales.

En todo este lapso, el tortuguismo91 de la autoridad para resolver el juicio

por la titularidad del sindicato hacía tensionar la situación de los trabajadores que

se encontraban en plantón en las afueras de la Secretaría del Trabajo. El no tener

fuente de empleo, el desgaste de estar padeciendo las noches en la intemperie, la

desesperación de que la empresa operara con esquiroles y el riesgo constante de

que los compañeros de lucha terminaran por regresar a labores o desistir de ella,

fueron factores que influyeron en la irrupción en las oficinas de La Secretaría del

Trabajo.

El 26 de octubre un contingente de 250 trabajadores decide ocupar el 7°

piso del edificio de la JFCA, exigen conocer el acuerdo firmado por Neyra y el

90
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.
91
Forma coloquial que se le da a la lentitud propia de la realización de trámites burocráticos.

74
dueño de la refresquera y saber la situación de su juicio por la titularidad del

sindicato. La legalidad de la huelga seguía estando en juego.

Pues precisamente yo estuve 7 días, me tocó estar ahí, me baje y otros siguieron,
entonces consideramos que para que una huelga se declare legalmente existente, aquí
en nuestro país, se requiere una serie de procedimientos y una serie de presiones. Para
que declaren una huelga existente no es tan sencillo. Primeramente; la primera traba que
pone la Junta, los trámites legales, es que tiene que haber un Sindicato, tiene que haber
un registro, tiene que tener este Sindicato la titularidad del contrato colectivo, tiene que
92
tener la mayoría y si no tiene la mayoría no podemos emplazar a huelga…

La presencia de los trabajadores en las oficinas de la Secretaría del Trabajo, fue

un acto osado, pero que obedecía a la necesidad por parte de los inconformes

para se les diera pronta solución a sus demandas. Además de eso, el recién

cambio en el poder ejecutivo se percibía como un momento propicio, ya que la

imagen de la nueva administración no tendría espacio para ejercer la represión en

un movimiento que ya era de conocimiento público.

Mientras las negociaciones se daban en lo legal, las presiones afuera de la

planta también formaban parte del día a día. El hostigamiento por parte de los

trabajadores inconformes hacia los esquiroles fue otra acción emprendida. La

presencia de cuerpos policiacos en las afueras de la refresquera tenía que ser

seguida para evitar un enfrentamiento de mayores dimensiones. Mientras tanto,

las declaraciones de Guillermo Cosío Vidaurri, subsecretario del Trabajo,

prometiendo garantías de que en un periodo de ocho días darían una resolución

sobre el tema, dio fin a la toma de instalaciones.

92
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

75
A la par, la guerra de declaraciones entre la parte patronal, el sindicato y los

pascuales se recrudecía. Mientras que los últimos seguían con la presión hacía las

autoridades para que actuaran sobre su juicio, el líder sindical y Olivia Jiménez

acusaban la intromisión del PMT como los agitadores que rompieron la armonía

dentro de la refresquera. En declaraciones, Jiménez, dejaba ver que se terminaba

la época en que los trabajadores de la Pascual eran también los hijos del patrón, a

los que casaba y resolvía sus necesidades domésticas

Esto concluyó cuando llegó la agitación del PMT, con el enfrentamiento de clases, y
entonces aquellos hijos ya no querían trabajar, se enfrentaron al dueño, a quien
consideraron asesino, defecaron en la materia prima de los refrescos y se volvieron
prepotentes.93

En el otro lado, los pascuales ya no buscaban conciliar con la hija de Rafael

Jiménez sin tener el respaldo de un sindicato que los representara cabalmente. La

única forma de lograrlo apuntaba a la mediación de las instancias del Estado,

exigiéndoles que sus demandas fueran escuchadas y siendo su moneda más

segura en la apuesta por buscar la legalidad de su huelga.

Días después de las declaraciones de las autoridades, de la dueña y líder

sindical, así como las presiones de los pascuales, se pacta un acuerdo, firmado

por el sindicato cetemista que fue presionado por las autoridades laborales a

llevarlo a cabo. Se acordaron la petición de reinstalación, el pago de salarios

caídos, la pronta solución al juicio por la titularidad el sindicato y el pago a los

agentes de ventas. Ahora solo faltaba que dicho acuerdo se llevara a cabo,

93
Ortega Pizarro, Fernando, “Los disidentes de la Pascual, sin posibilidades; todos contra ellos” en Proceso,
México, 13 de noviembre de 1982.

76
mientras los inconformes seguían a la espera de obtener la titularidad del

sindicato.

La reinstalación de los trabajadores disidentes no sería nada fácil, el

resentimiento entre las partes y el temor al incumplimiento del acuerdo generaban

una tensión que estallaría, una vez más, en cualquier momento. Llegado el 6 de

diciembre, se empezó a ver cierta actitud negligente por parte de los

administradores de la refresquera, ante lo cual los obreros decidieron entrar en

masa y obligar a los notarios a que tomaran acta de la reinstalación de la totalidad

de trabajadores. La presión por parte de la empresa, fue cerrar la fábrica, algo de

lo que tuvo que desistir ante la intromisión de las autoridades que estaban al

pendiente de cómo se iba desarrollando el caso.

La falta de cumplimiento al acuerdo, al no ser reinstalados en su totalidad el

grueso de empleados, tras el argumento de que se había contratado gente nueva,

así como el retraso en el pago de los salarios caídos, orilló a los disidentes a

recurrir a la autoridad laboral. Para ese entonces, los caminos legales eran la

mejor herramienta con la que contaban. La Secretaría del Trabajo lanza una

advertencia de embargo directo a la empresa en caso de no pagar los sueldos.

Esta no tiene otra alternativa que acceder, aunque sea de forma parcial.

Contra la huelga, la quiebra.

El proceso de reinstalación, el intento de poner en marcha a la refresquera y las

acciones emprendidas por uno y otro lado, tuvieron un giro crucial cuando el 10 de

enero de 1983 la empresa declara sus activos en quiebra. La movilización sobre el

77
tema volvía a ocurrir. Los asesores de los trabajadores entraron en razón de la

táctica empleada por los empresarios de la refresquera. El líder sindical, había

declarado la huelga a principios de año, argumentando que los trabajadores que

ingresaron durante el plantón de los disidentes no tenían garantías, pero dejaba

en lo oculto que el contrato colectivo concluía a finales de enero y eso posibilitaba

la quiebra sin la necesidad de liquidación.

A esa ola de sucesos se agregaba la noticia de que Felipe González, líder

del sindicato que habían creado los disidentes, desistió de la demanda de

titularidad. Ante esta noticia los trabajadores de Pascual hacen la petición para

afiliarse al Sindicato Nacional “Benito Juárez” de Trabajadores de la Industria de

Aguas Gaseosas sus Transportes, Similares y Conexos de la República Mexicana;

perteneciente a la CROC. De esa forma crean la sección Distrito Federal. Y

comienza, una vez más, la búsqueda de la titularidad por el contrato colectivo. Su

opción seguía siendo hacerse del control del sindicato para poder negociar el pago

de salarios y que la autoridad pusiera solución a su conflicto. 94

El proceso de liquidación de la fábrica seguía su cauce, mientras que las

tácticas de huelga por parte de Neyra, simulaban un accionar por parte de éste. La

espera de la resolución de la JFCA sobre el nuevo recurso de titularidad sobre el

sindicato, llegaría a su fin cuando se concreta una reunión para establecer la

titularidad del mismo. Dicho evento tendría como fecha el 25 de abril en las

instalaciones de la empresa y se cita a los integrantes de ambos sindicatos. Los

hechos ocurrieron envueltos entre las ansias por enfrentar ambos sindicatos y la

94
Taibo II, Pascual, Décimo Round, p.40

78
calma ante la ausencia de los dirigentes del sindicato afiliado a la CTM. Los

representantes de la Secretaría del Trabajo realizan la votación y levantan las

actas de la reunión. El 8 de mayo emiten la resolución y adjudican la titularidad del

contrato al Sindicato Benito Juárez.

La obtención del contrato colectivo de los trabajadores de Pascual

significaban dos cosas fundamentales: una era que por fin tenían el derecho, con

respaldo legal, de declarar huelga, y la otra era que por fin parecerían tener el

camino libre de entreguismos y pactos entre líder y patrón, para negociar ahora si

con la empresa y con el total conocimiento de la ley que el transcurso de su

movimiento les había dado.

Pronto los acuerdos pactados en previos convenios parecerían cercanos a

cumplirse. La respuesta de la hija del dueño y del dueño, quien bajo un amparo

por la acusación de los hechos del 31 de mayo había vuelto a la ciudad,

mostrarían algo distinto ya que el incumplimiento de dichos acuerdos era cosa

evidente. Por lo tanto el 24 de mayo el sindicato reúne los requisitos de forma

legal para estallar la huelga que en esta ocasión es avalada por la JFCA.

Los trabajadores, una vez más deciden salir a manifestarse, organizan

marchas y una vez más acuden a la Secretaría del Trabajo. Ante lo cual dicha

dependencia emite una recomendación para incitar a ambas partes a llegar a un

acuerdo. Entre los puntos que emiten se encuentra:

Acordar el aumento salarial en un 22.5%´, así como el 12% que correspondía al aumento
de emergencia decretado por el presidente.

79
El pago del los salarios caídos en un 50% a más tardar el 3 de mayo.

El pago de 20 millones de pesos por las prestaciones de los juicios anteriores.

El estudio de viabilidad de la empresa para un posible cierre de la planta norte.

Y la reoperación de la empresa al firmar el convenio.95

Los empresarios de Pascual se niegan a cumplir dicho acuerdo y en lugar de eso

obtuvieron un amparo para declarar nula la huelga. Además de ello las presiones

por otras vías se hicieron constantes, entre las que ocurrió la desaparición por

algunos días de uno de los asesores del movimiento, que al regresar informó

haber sido secuestrado y abandonado días después en la ciudad de Taxco,

Guerrero.

Los trabajadores con la solvencia de que su huelga ya era un asunto más

legal que de acción, se avocaron a fortalecer su asesoría y realizar bailes y

eventos para recaudar fondos para poder sustentar su movimiento. Entre ambas

partes el acuerdo parecía la opción más viable, para unos por el desgaste que la

huelga ya capitalizaba, para la otra porque los recursos legales no lo respaldaban.

Es así como la empresa decidió pactar con los trabajadores el término de la

huelga con el pago de 80 millones, pero el trato no representa ni la mitad de los

adeudos generados por lo cual el acuerdo fue rechazado.

La solvencia de la empresa, puesta en duda por la declaratoria de quiebra

hecha por Jiménez, comenzaba a desdibujarse cuando la Secretaría del Trabajo

determinó que la empresa estaba en condiciones de pagar la deuda de salarios

caídos y aplicar el incremento salarial que exigían los trabajadores. A eso se

95
Morales, Alfonso (coordinador). Op Cit. p. 39.

80
agregó la resolución de la JFCA con el resolutivo en el que anunciaba la validez

de la huelga y hace reconocimiento de las deudas y pagos a los que se tiene que

someter la empresa hacía sus trabajadores, así como la orden para poner en

funcionamiento ambas plantas de la refresquera.

Los días corrían y el panorama empezaba a verse claro, al menos en el

aspecto legal, para los trabajadores. La autentificación del fallo dado por la

Secretaría del Trabajo donde se establecía el pago de 390 millones de pesos96 por

parte de la empresa en concepto de los adeudos acumulados, así como la

reapertura de la fábrica, parecían ser el aviso de que la victoria estaba cerca. Aún

así, la duda seguía en el mismo tono sobre si el acuerdo será cumplido por parte

del patrón. La táctica del patrón había recaído en un desgaste hacía los

trabajadores en huelga, además de eso la introducción de otra bebida de manera

discrecional en el mercado lo hacía posicionarse:

Rafael Jiménez seguía produciendo, ya no como tal Boing, si no ahora su producto de


triangulo lo confundió y le puso “sisi”, […] Ese era producto de Don Rafael Víctor Jiménez
Zamudio, […] un producto esquirol, que estuvo durante un tiempo considerable en lo que
estábamos en huelga.97

Mientras los pascuales seguían en la incertidumbre de si las indicaciones de la

JFCA serían cumplidas. Su solvencia económica sólo era sustentada por dos

elementos claves, el boteo y el apoyo solidario de otras partes, ya sea dentro de

las filas del PMT o de otros sindicatos que estaban al pendiente de lo que se

desarrollaba. Mientras ese clima cubría el panorama, el 1º de febrero de 1984 la

96
Taibo II, Pascual, Décimo Round, p. 49.
97
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

81
JFCA decide realizar el inventario para embargar a la empresa, con el fin de

establecer el pago de liquidación para los trabajadores.

El fin de la huelga

La resolución por parte de la JFCA traía consigo una nueva etapa de la lucha de

los pascuales, ¿qué significó que la huelga se diera por terminada a partir de la

declaración de embargo por parte de las autoridades? suena difícil decirlo

pensándolo en la actualidad, pero la verdad es que eso solo significó una cosa: la

huelga no sirvió para los objetivos primarios por la que inicio. No hubo aumento

salarial, no hubo pago de salarios caídos, no había indemnización por los muertos

del 31 de mayo, no hubo pago por reparto de utilidades.

La declaración de embargo de las autoridades, dejaba en el incierto a los

pascuales. Por el otro lado, la manera en que Jiménez Zamudio respondía a las

acciones de los huelguistas con la introducción de un producto distinto, aun de

manera clandestina, en el mercado, hace suponer que él ya veía inminente la

pérdida de su empresa. La puesta en balanza de pagar la deuda a los

trabajadores de 390 millones no se equilibraba con la idea de perder dos de sus

plantas laborales. La cantidad estaba encima de lo pensado y después de todo, él

podría iniciar otro negocio en cualquier momento.

Las demandas emprendidas por los trabajadores que, como acto principal,

contemplaban seguir teniendo una fuente de trabajo se desvanecía. El fin de la

huelga se dio porque simplemente ya no existía una figura empresarial contra

quién dirigirla. Las demandas realizadas en la lucha jamás llegaron. A cambio de

82
eso tenían el esqueleto de la refresquera otorgada a partir del embargo. El triunfo

sobre la huelga parecía haber cambiado el semblante del “ganamos” y ofrecía el

de la incertidumbre. Donde los logros no llegarían si no más adelante

83
Capítulo III.
DE TRABAJADORES A EMPRESARIOS.
LA COOPERATIVA DE REFRESCOS PASCUAL

Las siguientes líneas tienen como objetivo plasmar la integración de la

Cooperativa de Trabajadores de Refrescos Pascual, que surgió tras haber

obtenido la adjudicación de los bienes de la empresa a raíz del paro y la huelga

emprendida entre 1982 y 1984.

Responder a la interrogante planteada sobre ver ¿cómo se creó una

organización a partir del conflicto de huelga de los trabajadores de la Refresquera

Pascual y con ello nuevos sujetos? se ha vuelto el punto a desarrollar en las

siguientes páginas. El supuesto del que parto es que, a raíz del conflicto de

huelga, los trabajadores desarrollaron una actitud colectiva, en la que la

organización mediante asambleas, plantones, mítines, marchas, entre otras

acciones, les brindó una capacidad de acción consensuada y ante la posible

desaparición de su fuente de trabajo, éstos deciden conformar una Cooperativa

como el medio más razonable de conservarlo. Dicha cooperativa aterrizó la

experiencia previa de los trabajadores permitiéndoles crear su organización y a su

vez transformando su situación al dejar de ser empleados y convertirse en socios

de su fuente de ingreso.

Habían pasado poco más de dos años desde que el 18 de mayo de 1982 se

dio un movimiento de brazos caídos como la activación por las quejas hacía un

aumento salarial y mejoras en las condiciones laborales. La movilización de los

85
trabajadores paso de ser un plantón, que permitió desenmarañar la falta de una

representación sindical apropiada, a una huelga que después fue negada por las

autoridades donde la represión, las amenazas de parte del dueño y la falta de

canales propicios para negociar con el Estado se hicieron presentes.

El apoyo por parte de asesores del PMT sumó a la cohesión de éstos y los

dotó de estrategia de acción, donde la introducción de un sindicato para después

entablar una lucha contra él, fue influyendo en la vida de estos trabajadores, los

cuáles esperaban ver pronto una solución a muchas de las demandas que fueron

desarrollando. Sin embargo, la declaratoria de quiebra y la negatividad para

cumplir lo acordado por parte del todavía dueño de la refresquera le daría un giro

total a la acción emprendida por los pascuales ya que sus demandas de inicio no

serían cubiertas. Empezando así una nueva etapa al ya no existir la huelga y al ya

no contar con su fuente de trabajo.

De la quiebra a la incertidumbre

La advertencia emitida meses atrás sobre embargo parecía ser ya la salida

más clara para el conflicto. Esa salida se hizo realidad el 6 de agosto cuando por

resolución de la JFCA los bienes de la empresa Refrescos Pascual serían

embargados para liquidar a los trabajadores. La ley establece que cuando existe

una deuda por dicho concepto, el deudor responde con todo su patrimonio siendo

los acreedores los que podrán hacer efectivo sus créditos en el patrimonio del

86
deudor, en el orden de sus respectivos vencimientos.98 El avalúo entregado por las

autoridades colocaba como fuente de pago por los salarios caídos y demás pagos

atrasados lo resultante del remate de la fábrica. Con ello los principales

acreedores eran los trabajadores.

El golpe que significó encontrarse varados ante los logros no alcanzados

durante la huelga tuvo que ser fuerte. La idea de que su lugar de trabajo había

anunciado un cierre definitivo no era algo sencillo de asimilar. A pesar de saberse

indemnizados lo hecho durante los más de dos años atrás pareciera no haber

dado resultados. Una lucha más para los trabajadores de la Pascual empezaba a

darse, la cual no podría entenderse sin lo previamente sucedido.

Bajo el clima de un triunfo ambiguo por haber derrotado al patrón, haber

establecido una representación sindical autentica y encontrarse en el limbo laboral

es como se efectuó el remate de la empresa. La representación sindical se

posicionó como postores para defender la deuda que la empresa tenía con los

huelguistas.99 Después de todo, el proceso de quiebra los adjudicaba como los

principales acreedores de la empresa. Los trabajadores, sin buscarlo se hacían

dueños de la fábrica y con ello se les presentaba una siguiente preocupación.

¿Qué hacer con todo esto?

98
Artículo 2964 del Código civil, citado en De Pina y Vara, Alfredo, Elementos del Derecho Mercantil
Mexicano, México, editorial Porrúa, 1958. P. 397.
99
Taibo II, Décimo Round, Op Cit. p 51.

87
Del conflicto hacia una organización

La forma en que se había desarrollado la huelga había atravesado un sinfín

de trabas y con ello el constante replanteamiento sobre qué hacer ante lo que les

estaba pasando. Conforme su lucha estaba llegando a su fin, la luz sobre sus

demandas se iba aclarando. No obstante, esto no resultó así. La quiebra y el

embargo por parte de las autoridades les presentaban un nuevo proceso a los

pascuales donde su experiencia, tras el conflicto, los llevaría a establecer lo que

denomino una organización social de carácter empresarial.

La manera en que se entenderá el establecimiento de la Cooperativa, lejos

de lo que los manuales de economía refieren, será la de una organización social

que podemos entender como la colectividad establecida por un grupo de

individuos los cuales, mediante necesidades afines, logran establecer demandas

ante un enemigo definido. En ella se puede ver una influencia ideológica que

permite cierto grado de cohesión y es adquirida a partir de la experiencia de los

involucrados. Estas organizaciones establecen acciones de presión y negociación

relacionadas a la obtención de sus demandas, obligándolas a hacer uso de los

recursos jurídicos que les permita, en la medida de lo posible, llevar ante las

instancias gubernamentales sus procesos, para de esa manera, lograr establecer

cierta permanencia generando un sentido de identificación entre sus integrantes.

No obstante, es necesario marcar que las organizaciones sociales no son

homogéneas, y que dentro de ellas se dirimen tensiones y se generan conflictos,

los cuales marcan nuevos procesos en su desarrollo.

88
Dicha organización se entiende surgida entre sectores de la sociedad de

carácter popular, los cuales ven entre demandas afines una manera de unirse en

solicitud de ellas. En el caso de la Pascual lo denomino de carácter empresarial

porque tuvo como fin establecer un orden económico a partir de la unión de la

fuerza de trabajo de sus integrantes, donde ellos pasarían de ser una simple mano

de obra para asociarla con las funciones administrativas que el funcionamiento de

su empresa requeriría.

Para que la integración en una organización de este tipo se diera, los

trabajadores de Pascual tuvieron que sufrir un conflicto donde la puesta en juego

de sus intereses con los de la parte patronal terminó por ventilarse a través de una

huelga. La acción emprendida por los pascuales durante la misma estuvo

enmarcada por muchos de los contextos que me permiten aterrizarla dentro de mi

definición de organización social de carácter empresarial. Lo único que era

necesario era vaciarlas en algo concreto, la cooperativa dentro de una gama de

opciones que resultó ser la elección por la que los pascuales optarían.

Lo plasmado en el capítulo anterior nos da pie a entender lo que seguiría

tras la liquidación de la compañía y la adjudicación de la misma a los trabajadores.

La construcción de una organización a partir del conflicto, se entiende tras

desarrollar el proceso del mismo, ya que nos permite descubrir que en ella existen

sujetos que son dinámicos, que van anclados a sus demandas, acciones,

opciones y decisiones, y que éstas no son entendidas si no se descifra el

dinamismo de su organización en los contextos propios a su época.

89
Eso significa entender que la conformación de la Cooperativa no fue acto

fortuito, ya que los elementos que permitirían construirla se fueron dando de

acuerdo al proceso de huelga y no fue un paso evolutivo u objetivo primario, lo

cual se puede ver al no ser la única opción presentada a los trabajadores, pero sí

fue por la que se decidieron con base en la organización, participación y

negociación dentro de la huelga. Las formas en que esto sucedió será lo que se

desarrollará a continuación.

Pactando con el Estado

El desenlace de la huelga de Pascual se ve desde la actualidad como un logro de

los trabajadores, y este logro en el recuerdo atraviesa por la lucha contra el patrón,

el sindicato y la presión al Estado. Resulta curioso que, a pesar de que el conflicto

fue acompañado durante prácticamente todo su desarrollo por un partido de

izquierda como lo fuera el PMT, los pascuales tengan presente que sin la

intervención del titular en el poder ejecutivo una resolución a su conflicto sería más

complicada de lo que había sido.

[…] fue en este caso, la propuesta fue que se formara una comisión, una comisión de los
trabajadores con los lideres, y fueran precisamente a negociar con el Presidente de la
Republica; porque si bien es cierto que él nos estaba llamando; bueno pues se trataba de
negociar el movimiento y ya parar la huelga, pero que ya se reconocieran los derechos
que se estaban en su momento peleando al dueño [...]

Él llego con la finalidad de negociar, o sea de buscar el punto de equilibrio y resolver


realmente el movimiento de huelga, y textualmente fueron, recuerdo palabras del Sr.
Miguel de la Madrid: -Señores, muchachos, ya estuvo bien de este problema, voy a girar
instrucciones a la Secretaría del Trabajo, para que ya se les reconozcan sus derechos, se

90
les reconozca también pues que son trabajadores de la empresa y que ya la Junta les va
a dar su laudo, la adjudicación.100

La injerencia del Estado en la resolución del conflicto sirvió para exponer un hecho

relevante que radica en explicar que, a pesar de haber actuado de manera

enérgica contra el Estado, la intención no explicita de los trabajadores de Pascual

nunca fue la de romper relaciones con éste. Todo lo contrario, la democratización

de su sindicato y las acciones como la toma de instalaciones y marchas, obedecía

a la necesidad de generarse canales para entablar relaciones con las instancias

gubernamentales, mediante los mecanismos que el sistema permite. En este

aspecto, las protestas más que tener la intención de desestabilizar al Estado,

representaban una forma de reclamo al mismo por su lentitud ante el tema o por

una especie de descobijo por parte de lo que por mucho tiempo fue el vigilante de

las garantías de los trabajadores, aunque con puntos muy criticables.

Bajo ese bemol, pensar que la creación de una cooperativa atentaría a las

normas establecidas sería radicalizar a la misma y enaltecerla más de lo debido,

aun teniendo puntos dignos de mencionar. Conforme la presencia de la

cooperativa crecería, también crecería su relación con las autoridades.

Después de la huelga ¿Ahora qué?

Para cuando la liquidación de la empresa era un hecho, los trabajadores que

habían participado en la huelga se dividían entre las opciones que a estos se le

100
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

91
presentaban. Lejos quedaban sus primeras demandas por un aumento de sueldo

ya que la empresa que se los habría de otorgar había desaparecido.

La asamblea, lugar de consenso de las ideas presentadas por los distintos

miembros que participaron en la huelga, fue el lugar de discusión de las opciones

que tenían ante la liquidación de la fábrica. En ella la aprobación, la posición de

ciertos grupos y el pensamiento sobre mantener una fuente de ingreso tuvieron

cabida en la decisión que se tomaría.

La primera opción iba con relación a que ante la falta de una parte patronal,

la venta sería la solución. Es decir, la propuesta se enfocaba a vender la

maquinaria, los camiones, el envase, y el resto de los activos de la empresa para

de ahí repartir las ganancias. José Hernández menciona:

Muchos trabajadores en su momento consideraron -no pues vamos a ver, pues que se
venda- pero fue una propuesta muy en general - y otros compañeros contestaron dicen -
bueno que se venda, pero cuánto nos va a tocar de toda la empresa, un tornillo, 2
tornillos- contestando un ejemplo burdo…101

Además de eso, esa opción incluía un problema dentro de los trabajadores acerca

de lo que se tendría que hacer con los miembros que no participaron en el

movimiento pero que legalmente tendrían derecho a la indemnización por remate

de la empresa.102

La siguiente opción apuntaba en la misma dirección, solo que iba

relacionada con la absorción de la refresquera por una compañía más grande,

entre las que figuraban Coca Cola y Pepsi. La práctica de la absorción de


101
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.
102
Nava, Araceli, “De la acción colectiva al movimiento social” Op Cit. p.312.

92
refresqueras pequeñas por parte de embotelladoras con capital más sólido era

algo común en dicha industria. Para ejemplo, basta con mencionar que años antes

de que la huelga sucediera en Pascual, ésta había absorbido a la embotelladora

encargada de envasar Canada Dry, para así establecer su planta norte. A pesar

de ello, la imagen que se habían creado de revoltosos, hacía desistir a los grandes

capitales para invertir en una refresquera que incluiría en sus gastos absorber la

mano de obra a la que se le adeudaban salarios caídos y con una negociación por

un aumento salarial que seguía pendiente.

La tercera opción sería negociar con el Estado, para que interviniera en un

saneamiento de la empresa, para de ahí venderla y con ganancias más fructíferas

repartir una mayor parte a los trabajadores. Esta opción no figuró por la simple

razón de que el Estado emprendía el proceso de deshacerse de sus paraestatales

y la época en la que éste se hacía cargo del sector productivo e invertía en

empresas para desarrollar comenzaba a desdibujarse de sus funciones, por lo

tanto también de las opciones de los pascuales.

La cuarta y última opción, que comprendía en la adquisición de la empresa

y la creación de una cooperativa, se presentó como la más viable, además de eso,

se encontraba orientada por el sector más posicionado dentro de los trabajadores

de Pascual, quienes siguieron el consejo de los asesores del PMT sobre la

viabilidad de una empresa colectiva.

93
La Cooperativa

Si vemos que la cooperativa se presentaba como la principal opción para

mantener una fuente constante de ingreso, es necesario decir que en dicha

resolución influirían varios factores además del asesoramiento del PMT, que si

bien pudo traer a colación la idea, tendrían que existir las razones para justificarla

ante los trabajadores. Una de ellas sería que al haber varios miembros con una

edad avanzada, conseguir trabajo se les haría complicado. Sobre la propuesta

llevada a asamblea el testimonio dice:

Ante una asamblea de todos los trabajadores se llegó a la propuesta de que -si se vende
no nos toca gran cosa-, mejor vamos a formar una cooperativa de producción y vamos a
trabajar, todos los compañeros que estábamos aquí, vamos a echar andar este proyecto,
una cooperativa- Y efectivamente, así fue, se empezaron hacer los trámites una vez que
se aprobó ante la asamblea una cooperativa, se empezaron hacer los trámites hasta que
finalmente se hizo ya, se nos otorgaron el registro, ante las instancias
103
correspondientes

La idea de mantener activa la colectividad generada en la huelga se antoja como

la principal determinante que resultó en la elección de la cooperativa. Después de

todo el proceso fue largo y desgastante, la lucha llevada por años no podría

terminar con la venta de la empresa. Además de eso, la creación de vínculos,

dentro de los huelguistas y con otras organizaciones, les dio cierta especie de

empoderamiento. De algún modo tenían que capitalizar lo vivido.

La reunión pactada en asamblea con el presidente De la Madrid en agosto

de 1984, tendría el objetivo de plantearle la propuesta de una cooperativa. 104 Tras

un estudio de factibilidad realizado a petición de las autoridades para ver la

103
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.
104
Sociedad Cooperativa, Generalidades de la empresa, Op. Cit. p.5

94
viabilidad de la propuesta de los trabajadores Nacional Financiera,105 institución

encargada de fomentar la creación de un nuevo sector económico de carácter

social, llegó a una conclusión donde la necesidad de un capital de 300 millones

era necesaria para que el proyecto fuera viable. En los resultados de ese estudio

se mencionaba que los trabajadores no eran sujetos a crédito para dicha cantidad,

y la decisión de la institución financiera para otorgar dicho crédito estaría

condicionada a que ella misma fuera administradora de la refresquera.106

La negatividad por parte de los trabajadores hacia esa propuesta fue

secundada por uno de los elementos que tejieron durante la huelga. La red

solidaria. Anteriormente había mencionado que uno de los pilares en cuanto a

respaldo de acción y económico hacía los pascuales fue el apoyo otorgado por

otras organizaciones, maestros, electricistas, refresqueros y trabajadores

agremiados del STUNAM. Estos últimos donaron una fuerte cantidad que iba

alrededor del millón y medio de pesos, algo que se puede entender como un

simple gesto de solidaridad pero es probable que haya resultado en una

reciprocidad, todavía no explorada de las relaciones que surgieron entre ambos

sindicatos.

Quiero decirle, que en su momento recibimos apoyo de muchas organizaciones, el


Movimiento de Pascual fue un movimiento, […] atractivo por otras organizaciones
sociales, estamos hablando del STUNAM, el Sindicato de SITUAM, el Sindicato de la
Universidad de Chapingo; estamos hablando de los sindicatos fuertes, los electricistas,
en su momento también, estaban muchas organizaciones de izquierda o sociales en su
momento; empezaron a simpatizar con el movimiento de huelga y se fueron agregando,
pero como apoyo, y sí, por supuesto que recibimos mucho apoyo de la UNAM, del

105
Taibo II, Pascual, décimo round, Op Cit., p.53.
106
Ibídem.

95
sindicato tal es el caso que ese Sindicato [ el STUNAM ] fue el que prestó el dinero para
107
empezar los tramites.

Elemento no explorado pero que levanta perspicacias es el hecho de que el

grueso del apoyo recibido por los pascuales haya provenido del sector educativo,

en el cual no hay que subestimar ese otro elemento que hizo peso en el apoyo a

los trabajadores de la Pascual. La solidaridad que daban los sindicatos se unía a

la obtenida de los boteos.

Cuando el recuerdo de los trabajadores y la sociedad sobre la lucha de los

pascuales se hace presente, los centros escolares eran los lugares por excelencia

para que este boteo se diera. La relación de empatía que tenían los trabajadores

de la educación permitía la presencia de los boteadores de la pascual en

escuelas. No hay que olvidar que muchos de estos profesores habían sido

participes de los movimientos estudiantiles de la década de los sesenta y setenta,

así como del movimiento democrático sindical previo a la década de los ochenta,

elemento que causaba efervescencia entre varios de los estudiantes, hecho que

podría significar una relación de simpatía al percibir como una lucha obrera

operaba en el clima citadino.

Pensar que el producto más consumido en las escuelas era el Boing, hacía

que la asociación de dicha bebida con la lucha de sus trabajadores estuviera

presente en las rumores de los miembros de los distintos planteles donde el boteo

sucedía. No sería raro pensar que los asistentes a los bailes y demás eventos que

organizaban los pascuales provinieran de estos centros educativos.

107
Entrevista realizada a José Hernández por Carlos Ortiz, 2013.

96
A la par del boteo y apoyo de otros gremios de trabajadores se integraría un

apoyo por parte de artistas plásticos quienes, mediante la donación de obras para

su venta, mostraba el apoyo a los trabajadores.

Gracias a artistas como Mario Orozco Rivera, dirigente del Salón de la Plástica Mexicana;
Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, Francisco Toledo, Felipe Ehrenberg, Carolia
Paniagua y el Taller de Gráfica Popular, entre otros, logramos que 320 artistas se
solidarizaran con la causa de los trabajadores de Pascual y donaran sus obras. Nos las
108
daban para que las subastáramos [...]

El elemento de la recaudación de los fondos necesarios para arrancar su proyecto

recalca la idea de que la huelga no había dejado un piso firme sobre el cual los

trabajadores podrían caminar, no al menos de forma directa, ya que al no haber

recibido tras ella más que la posibilidad de hacerse de la empresa, la falta de un

sustento económico para echarla a andar no haría posible esa opción. Es decir,

recibir la empresa sin capital para ponerla en marcha era lo mismo que recibir

nada. Lo que sí dejó la huelga de manera indirecta, fue una red de solidaridad que

hizo posible la recaudación del dinero suficiente para arrancar el proyecto. Aunque

habrá que mencionar que de manera incipiente también los trabajadores habían

puesto en marcha la operación de la empresa, la negociación con la

embotelladora de Aguascalientes, que reconoció a los trabajadores como dueños

los ponía de vuelta en la jugada.109 Tras alcanzar la cantidad requerida y disponer

108
Testimonio de Abad García citado en Poniatowska, Elena, “La Cooperativa Pascual, emblema de lucha
laboral (II parte)” en La Jornada, México, 25 de febrero de 2006.
109
Taibo II, Pascual, décimo round, Op. Cit. p. 58

97
otros trámites necesarios el 27 de mayo de 1985se terminaría consolidando la

Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual. 110

Hacia el cooperativismo

La formación de una cooperativa tendría que ser acompañada de un sustento

económico y legal. La ley de Sociedades Mercantiles y Cooperativas en su artículo

2, estipula que:

una sociedad cooperativa es una forma de organización social integrada por persona
físicas con base en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio
y ayuda mutua, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a
través de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo
de bienes y servicios.111

El sustento de la base social establecido por los trabajadores Pascual tenía que

tener un respaldo que le fuera capaz de asimilar a su realidad. La manera en que

se refieren a su empresa los actuales socios como de carácter social también

tiene su raíz en la legalidad, ya que la reforma de 1983 al artículo 25 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 112 considera un nuevo

sector de participación, el denominado sector social de la economía, en donde se

incluyen los ejidos, las organizaciones y las empresas en colectividad. Dicho

sector se encontraría entre el sector público y el privado, con la idea de que lo que

lo forma es el trabajo y no el capital por sí mismo.

110
Sociedad Cooperativa, Generalidades de la empresa, Op. Cit. p.6
111
Artículo 2 de la Ley de Sociedades Mercantiles y Cooperativas. 1977.
112
Ver Articulo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos donde se refiere al papel que
tiene el estado para desarrollar el sector social de la economía.

98
Este elemento lo considero clave para entender lo que planteo como la

transformación de los trabajadores en empresarios, ya que si ponemos atención,

la disposición legal establecida por la ley en su afán de fomentar el desarrollo

económico del sector social apareció como una de las estrategias para

desvanecer su mano del desarrollo económico. El impulso hacia la clase

empresarial empezaba a tomar la delantera.

El objetivo de la regulación sobre el sector social, que incluía el fomento a

las cooperativas, se puede entender como una búsqueda de creación de nuevos

empresarios, que de manera colectiva desarrollarían el sector económico y que,

como elemento capital para su desarrollo, invertirían con la mano de obra y la

administración de su fuente de trabajo iría en conjunción.

Una vez más la idea de que la Pascual surgió como cooperativa se tendría

que ligar a la relación con el Estado ya que es probable que sin estas

modificaciones y creación de un nuevo sector de la economía, no se hubieran

dado las posibilidades de esta opción para los pascuales y la solución a su

conflicto tendría más trabas que las que se encontró en el camino.

La posesión de su fuente de trabajo, y el desarrollo que tendría como

cooperativa iría enrolando a los trabajadores más y más en una dinámica

empresarial, donde la administración, los grupos de poder, la productividad y las

relaciones laborales se estratificarían dándole cierto aire de prestigio a los que

participaron en el movimiento, ya que ellos serían los que dirigirán los sectores

altos de la cooperativa.

99
Lo anterior no significa que la aparición de la Sociedad Cooperativa de

Trabajadores de Pascual sea una dadiva del Estado hacia los trabajadores, sino

que la relación entre ambos sectores tenía que hacerse participe en su creación.

La cooperativa no sería viable sin la venia de la autoridad para realizarla como

tampoco lo sería sin haber vivido todo lo anterior a ella.

Recapitulando, en el desarrollo de su conflicto incidieron elementos que a la

par marcaron el destino del mismo. La crisis económica de 1982 debe ser

observada como el detonador de las quejas, lo cual se ve como parte de la

rearticulación de un Estado de bienestar que comenzó a dejar de lado su papel de

desarrollador para darle inicio a una etapa, donde los empresarios generarían la

fuerza económica del país. Así también, durante el conflicto la especialización

sobre la legislación en materia laboral se fue forjando a través de la multiplicidad

de trámites que los huelguistas tuvieron que llevar a cabo como medio para que el

Estado resolviera su problemática.

Otros factores que influyeron en la activación de los trabajadores fue la

presencia de miembros del PMT entre las filas de la Refresquera, que

posteriormente harían presencia como asesores del movimiento. Al igual que se

ve una búsqueda de espacio, entiéndase en el terreno de lo político, al hacerse del

control sindical. Acto que les permitió entablar relación con el Estado mediante las

vías que éste establecía. Paralelo a lo anterior, una red de solidaridad también se

fue construyendo entre diversas organizaciones durante sus respectivas luchas,

hecho que sustentó huelgas como la de los pascuales y que a la par esta devolvió

o siguió fomentando una vez que se constituyó como Cooperativa.

100
En ese amplio panorama es que la Sociedad Cooperativa de Trabajadores

de Pascual surgiría como una forma en que se solventaría una fuente de empleo

colectiva pero que también generaría nuevas relaciones entre los trabajadores, ya

sea entre ellos o con el Estado. Esto último sería una polémica interesante ya que

por lo radical en que se cataloga su huelga a raíz de acciones como la toma del

séptimo piso de la Secretaría del Trabajo, haría pensar que lo que menos podría

suceder es una relación de cordialidad entre ella y el Estado.

Ya una vez establecida la cooperativa, la sensación que les introdujo la idea

de hacerse con la fuente de trabajo podría ir con un sentido de propiedad donde,

sin saber del todo que es una cooperativa, decidieron abordar esa opción, en un

principio como la forma de mantener una fuente de empleo pero conforme ésta se

fue estableciendo, ya se vería más su acción dentro de la refresquera en un

sentido patrimonial.

Del sindicato a la asamblea.

Un hecho relevante que hace falta mencionar es lo referente a la participación del

sindicato después de la huelga, ya que la disputa emprendida por éste fue un

escollo muy grande por franquear. De haberse dado cuenta que habían sido

engañados bajo una mascarada de sindicato y la posterior imposición de uno por

parte de la CTM, que los llevó a desconocer al mismo y buscar alojo en una

organización foránea a los límites de la ciudad, la figura del sindicato se

relacionaba con la capacidad de poder negociar con las partes en conflicto. Por un

101
lado el patrón, a quien se le hacían los reclamos directos y por otro a la autoridad

a quien se le solicitaba insistentemente tomara cartas en el asunto.

La creación de la Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual,

incluida la eliminación de la figura patronal convencional, aludiría a que la

representación de los trabajadores sería de manera directa. Los lineamientos de la

sociedad cooperativa hacían prescindibles al sindicato en la calidad de que todos

los socios cuentan con un voto en la asamblea.

La figura de la asamblea, marcada por el consenso y discusión de las ideas

terminaría por sustituir al sindicato como tal. La organización administrativa dentro

de la empresa supondría equidad, rotación de cargos, elección de los mismos,

capacitación del personal en cuestiones laborales y administrativas y un pago

homogéneo hasta que se estableciera una equivalencia del mismo.

La cooperativa como organización social de carácter empresarial tomaría

rumbo, no sin antes solventar gastos económicos, recuperar los vínculos

comerciales con los diversos proveedores de insumos, establecer sectores

administrativos y contratar personal nuevo que supliera espacios vacíos. La

huelga sería el recuerdo de lo que les había costado llegar hasta ahí. La

organización, sin haberse dado cuenta de cómo se dio el proceso, probablemente

hubiera arrojado resultados distintos. Sin embargo, la lucha de los pascuales

terminaría de manera satisfactoria abriendo el paso a una nueva forma

empresarial para sus integrantes como lo sería la Cooperativa.

102
Por último, pero no de manera concluyente, habrá que decir que la forma en

que se instauró la cooperativa, desde mi punto de vista, se puede entender como

la creación de un nuevo tipo de empresario. La lucha emprendida contra patrón

sindicato y el reclamo al Estado por solución no desestabilizo más que la

estructura administrativa. La refresquera seguiría operando, aunque en un

ambiente más favorable para los ahora socios. La representación sindical sería

absorbida por la asamblea y lejos de que su lucha haya sido contra la dinámica

que representaba el Estado en su cambio por un modelo económico distinto, la

creación de la cooperativa se puede entender como el amoldado de un nuevo

patrón, de carácter colectivo, con afán de competir en una industria en bonanza.

Los pascuales en la imagen aparentarían seguir siendo los mismos, misma

ropa, mismas funciones dentro de la empresa, pero de ninguna manera lo serían.

Su participación en el movimiento, su transición de mano de obra asalariada a

mano de obra asociada los colocaría en otro nivel que coquetearía con la idea de

ser trabajador y con la de ser socio. Algo originado a partir del conflicto y que se

seguiría desarrollando posterior a éste.

103
Consideraciones finales

La huelga vivida por los trabajadores de Pascual fue un proceso que modificó las

relaciones y la posición de los actores dentro de la empresa, donde un grupo de

trabajadores, orillados por sus condiciones económicas y su situación laboral,

optaron por el reclamo y la acción conjunta. Dichas acciones se enfrascaron en

una dinámica propia de su época, donde contamos la efervescencia de los grupos

sindicales que pugnaban por democratizar su representación, la aparición de

organizaciones como lo fue el PMT que brindaron un pensamiento crítico a la

situación vivida por los trabajadores y hacía una sociedad urbana que se encontró

bajo el descobijo de lo que era el Estado benefactor y que vio la necesidad de

reclamar los derechos que le eran otorgados en su figura de trabajadores.

La huelga, entendida como conflicto, transformó la situación de los

involucrados, de cohesionarse bajo demandas básicas lograron establecer

estrategias de reclamo que la llevaron a actuar en contra de enemigos

establecidos como lo fueron el patrón, el sindicato y exigir solución al Estado.

Dentro de toda esa movilidad la organización fue generándose, para que una vez

concluida la huelga y con la adjudicación de bienes en favor de los trabajadores

estos decidieran optar por una cooperativa como el modo más solvente de

conservar su movilización y organización establecida durante la huelga pero sobre

todo seguir garantizando su fuente laboral que conlleva un ingreso salarial

asegurado. La cooperativa como tal, no fue consecuencia directa de la huelga,

105
sino que fue el establecimiento de las relaciones de organización creadas en torno

a ella.

Es así que surgió como una organización social de carácter empresarial a

raíz de la experiencia de los trabajadores pero también de las posibilidades que un

nuevo esquema económico habría. La integración de un tercer sector de la

economía fue el factor argumento que les dio posibilidad de hacerse participe del

proceso económico, ya que el Estado estaba implementando la creación de

empresarios para aminorar su carga de la economía, proceso que se aceleraría

con los años. Si bien el cooperativismo es una doctrina añeja las políticas

promovidas desde el Estado durante el gobierno de López Portillo y Miguel de La

Madrid posibilitaron el establecimiento de los pascuales, ya que la negociación con

el aparato de Estado, involucró asirse a un medio pertinente y que estuviera en los

canales de desarrollo posibles.

Aun así es necesario mencionar que la huelga de los pascuales fue en hito

en la historia de las luchas obreras nacionales y lo fue en el sentido que se

enmarcó en un contexto donde éstas eran muchas y sus victorias eran pocas.

Pero en realidad, ante lo que nos encontramos aquí no es una huelga del todo

victoriosa, sino de una que permitió la organización de un grupo de trabajadores

que formarían a una cooperativa dentro de sus opciones por seguir trabajando.

Esto en el entendido de que si bien oficialmente la huelga resultó victoriosa las

demandas específicas no serían solventadas al no existir una figura patronal a

quien solicitarlas.

106
Sobre el trabajo aquí presentado es necesario decir que buscó entenderse

a partir de los contextos donde se desarrolló el conflicto de huelga, el cual

entendido como un proceso se fue desenvolviendo en su dinámica propia,

compartida con la de su entorno.

Cómo se ha visto, el proceso de huelga fue una conjunción de los

individuos que participaron de dicho proceso y que estuvo marcado por los

contextos que lo acompañaban. Hoy en día podemos ver como la Cooperativa

Pascual es un negocio rentable, pero también se puede ver como ésta ha

generado otro tipo de conflictos, donde la memoria que legitima mediante la

huelga a la Cooperativa se enfrenta con un nuevo tipo de relaciones creadas entre

socios y trabajadores, siendo estos últimos mayoría, y los cuales no toman

presencia en las asambleas que competen únicamente a socios.

Lejos de que sean tomados en cuenta fuera de estas, la relación existente

entre socio y trabajador tendría que expresar cierta conflictividad, más pensando

que refrescos Pascual se ubica como una competidora estable en el mercado del

refresco; haciendo pensar que para que esto ocurra tendría que hacer acopio de

características contra las que lucharon en su huelga como lo son, la falta de un

contrato colectivo de sus trabajadores, la subcontratación como un medio de

aligerar la carga fiscal en la mano de obra y la exigencia de productividad.

La situación laboral que persiste en la actualidad nos lleva a pensar que las

relaciones laborales han sido modificadas, ya no es común escuchar conflictos

entorno a los contratos colectivos y la democratización sindical, algo que durante

107
la huelga de los pascuales era pan de cada día. Las discusiones sobre el trabajo

se centran en la flexibilidad laboral, la relación de productividad, la subcontratación

la incipiente debacle de los servicios de seguridad social ofrecidos por el Estado.

En ese sentido examinar como estas relaciones se establecen en una

empresa que juega con la imagen de ser de carácter social pueden entrar en

contexto con la dinámica laboral en la actualidad se antoja como una buena forma

de seguir abordando el tema de la refresquera.

Revisar como la integración de una cooperativa en la dinámica del mundo

laboral actual se compagina se antoja como una de las posibilidades para seguir

con esta investigación. Saber cómo es que los trabajadores, en este caso de la

Cooperativa Pascual, percibieron esta nueva forma de entablar relaciones, no sólo

en el ámbito laboral sino ver cómo es que se confrontaron con su bagaje cultural,

cómo participan en las reglas del juego establecidas desde un ambiente qué

impulsa la competencia, y la producción mercantil a gran escala, cómo los

trabajadores de una cooperativa se adaptan al estilo de juego o prefieren verlo por

fuera es significativa porque acarrea controversias dentro de la empresa.

De igual modo la manera en que se recuerda la lucha de los pascuales

aparece como un tópico de altas profundidades. No solo porque existen

incongruencias con lo expresado en los diarios y entre ellos mismos, sino que

podemos hablar de la existencia de una memoria hegemónica que juega en la

validez de su organización como empresa social y que podemos decir ha ejercido

presión entre los grupos que ella la integran.

108
La huelga entendida como un derecho legal, observada como una relación

de hechos, establecida como un conflicto laboral debe ser abordada también

desde el recuerdo. Ya que establece una conflictividad propia, donde un recuerdo

general sobre la misma involucra a grupos dentro de la cooperativa, situaciones

personales de los trabajadores, expectativas en lo que ésta fue y de lo que de ésta

obtendrían. Todos esos aspectos bien podrían ser observados desde el

testimonio. Una fuente poco abordada y a la que le hace falta un tratamiento más

especifico. Y en este trabajo si bien el testimonio fue útil podría significar un mayor

aporte en una siguiente etapa de la investigación

109
FUENTES

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