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Universidad Politécnica de Madrid

Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica

TÍTULO DEL TRABAJO

“ESTUDIO DE LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Y


MATERIALES REFRACTARIOS EMPLEADOS EN LOS
BAÑOS ÁRABES DE TOLEDO”

TRABAJO FIN DE MÁSTER

Autora

M. CRISTINA DEL CAMPO MORENO

Septiembre 2011

1
Universidad Politécnica de Madrid
Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica

MASTER EN TÉCNICAS Y SISTEMAS DE EDIFICACIÓN

TRABAJO FIN DE MÁSTER

TÍTULO DEL TRABAJO

“ESTUDIO DE LOS SISTEMAS CONSTRUCTIVOS Y


MATERIALES REFRACTARIOS EMPLEADOS EN LOS
BAÑOS ÁRABES DE TOLEDO”

Autora
M. CRISTINA DEL CAMPO MORENO

Directora
SILVIA ARBAIZA BLANCO-SOLER

Subdirección de Investigación, Doctorado y Postgrado

2011

2
Resumen

Realizadas dos extracciones de ladrillos de diferentes tipologías procedentes


de dos baños árabes localizados en Toledo, me dispongo a llevar a cabo los
análisis comparativos de cada muestra que nos permita indagar en los
procesos constructivos a que fueron sometidos, para alcanzar las
características físicas y químicas necesarias que le permitieron desarrollar su
función sin sufrir deterioro alguno. La investigación ha de centrarse en las
propiedades que se observan en cada uno de ellos, tanto ladrillos cerámicos
como morteros recogidos en puntos diversos de cada construcción (junto a la
caldera o lejana a ésta), para así permitir el estudio de su grado de refracción.

Abstract

Carried out two extractions of bricks of different typologies from two arab baths
located in Toledo, I am about to carry out the comparative analysis of each
sample that will allow us to explore the constructive processes to which they
were subjected to achieve the physical and chemical characteristics necessary
which allowed him to develop his role without suffering any deterioration.

3
Índice general

Resumen ......................................................................................................................... 3
Abstract ........................................................................................................................... 3
Índice general ................................................................................................................. 4
1. Introducción ............................................................................................................ 7
1.1. Justificación del valor potencial de la investigación ................................. 7
1.2. Objetivos ......................................................................................................... 9
1.3. Estado del arte ............................................................................................. 11
1.4. Metodología general.................................................................................... 12
1.5. Siglas ............................................................................................................. 13
1.6. Agradecimientos .......................................................................................... 14
2. Las Termas Romanas como antecedente de los Baños Árabes................. 15
2.1. Fuentes documentales para el conocimiento de su construcción ....... 17
2.2. Distribución de una terma........................................................................... 21
2.3. Soluciones de calefacción adoptadas ...................................................... 25
2.4. Las Termas Romanas de Toledo. Amador de los Ríos. ....................... 29
3. Los baños árabes: El Hammam. ....................................................................... 32
3.1. Consideraciones en torno a la edificación islámica. .............................. 32
3.1.1. Arquitectos, maestros constructores y artesanos........................... 35
3.1.2. Dibujos arquitectónicos, técnicas de trazado y gastos.................. 37
3.1.3. Literatura sobre arquitectura y ordenanzas de oficios................... 38
3.1.4. Sistemas constructivos. ...................................................................... 39
3.1.4.1. Piedra: mampostería y sillería. .................................................. 39
3.1.4.2. Tierra: tapial, adobe y ladrillo..................................................... 41
3.1.4.3. Arcos y bóveda............................................................................. 45
3.1.4.4. Revestimientos............................................................................. 51
3.1.4.5. Carpintería y talla de madera. ................................................... 52
3.1.4.6. Trabajos en metal. ....................................................................... 53
3.2. Vinculación del agua al mundo religioso.................................................. 54
3.3. Arquitectura, construcción y funcionamiento del Hammam.................. 59

4
3.4. El declive de los baños árabes.................................................................. 72
4. Los baños árabes encontrados en Toledo ...................................................... 74
4.1. Geología, geomorfología y localización geográfica ............................... 74
4.2. Estudios arqueológicos............................................................................... 79
4.2.1. El área de la Catedral ......................................................................... 82
4.2.2. El área norte del barrio de San Nicolás. .......................................... 83
4.3. Interpretaciones acerca del baño árabe toledano. ................................. 85
5. El baño de Tenerías de Toledo ......................................................................... 88
5.1. Preliminares.................................................................................................. 88
5.2. Estancias contempladas............................................................................. 91
6. El ladrillo refractario de Tenerías. ..................................................................... 98
6.1. Introducción sobre el ladrillo refractario. .................................................. 98
6.2. Metodología de análisis ............................................................................ 103
6.2.1. Metodología aplicada en la extracción de muestras arqueológicas
105
6.2.1.1. Informe de Extracción arqueológica de muestras de ladrillo y
mortero en el baño árabe de Tenerías....................................................... 109
6.2.1.2. Informe de extracción arqueológica de muestras de ladrillo y
mortero en el baño árabe de “El Ángel” en Toledo .................................. 120
6.2.2. Relación de ensayos de laboratorio realizados ............................ 130
6.2.3. Metodología de ensayos de laboratorio......................................... 132
6.2.3.1. Preparación de probetas, fraccionamiento y denominación de las
mismas. ........................................................................................................... 133
6.2.3.2. Realización de ensayos de laboratorio .................................. 143
6.2.3.2.1. Ensayos Físicos .................................................................... 143
6.2.3.2.2. Ensayo de Microscopía Óptica de Polarización............... 146
6.2.3.2.3. Ensayo de Difracción de Rayos X...................................... 147
7. RESULTADOS ................................................................................................... 148
7.1. Resultados Cuantitativos .......................................................................... 148
7.2. Resultados Cualitativos ............................................................................ 151
8. CONCLUSIONES .............................................................................................. 153
8.1. REFERENTES A LOS RESULTADOS NUMÉRICOS OBTENIDOS EN
LOS ENSAYOS DE PROPIEDADES FÍSICAS ................................................ 153

5
8.2. REFERENTES A LOS RESULTADOS DEL ENSAYO DE
MICROSCOPÍA ÓPTICA DE POLARIZACIÓN. ............................................... 160
9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN..................................................... 167
10. Bibliografía. ..................................................................................................... 170

6
1. Introducción
1.1. Justificación del valor potencial de la investigación

La cal y el yeso, junto con la tierra (adobe y tapial), cerámica, piedra y madera
fueron los seis únicos materiales constructivos que acompañaron en su
andadura a la arquitectura planetaria, desde su origen, hasta la modernidad
reciente.

Interesa resaltar cómo dichos elementos que extraemos de la tierra,


abundantes y comunes, no preciosos e inmediatos de obtener, adquieren
formas modestas para, por mediación del hombre, ser transformados en
productos sofisticados, manipulados con técnicas precisas de gran complejidad
y convertidos, finalmente, en iconos clave de una de las manifestaciones de la
cultura humana: la Arquitectura.

Así pues, estudiar las técnicas históricas de construcción, analizando las


transformaciones realizadas a elementos tan sencillos como aquellos
procedentes de la tierra, lo entiendo como un avance de gran relevancia,
paralelamente a la cultura de nuevos productos de construcción de más
complicada elaboración. En este análisis tenemos la clave para continuar
avanzando en el conocimiento del trabajo desarrollado por civilizaciones
anteriores como la que nos ocupa para, con ello, ampliar las técnicas
empleadas en la actualidad.

El estudio que pretendo realizar sigue esta línea de investigación, ya que con la
extracción de una muestra (fragmento) de ladrillo procedente de un baño árabe
de Toledo: baño de Tenerías, en la sala del Hipocausto, y su posterior ensayo y
análisis, podríamos obtener los datos necesarios que nos permitan reconstruir
el posible proceso de cocción que le imprime el carácter refractario a la pieza.
Y, partiendo de estos resultados, elaborar una comparativa con un ladrillo
ejecutado en la actualidad.

7
Además, si fuera posible, extrayendo otra muestra del mismo baño localizada
en un muro de la sala fría, podría llevar a cabo un interesante estudio, que me
gustaría poder ampliar en la realización de un trabajo de Tesis, en el cual
tendríamos la posibilidad de contrastar los diferentes sistemas de elaboración
de dos piezas datadas en una misma época y que son parte integrante de una
misma edificación histórica.

Agradezco de antemano al Departamento de Gestión de Patrimonio del


Consorcio de Toledo, junto con la Dirección General de Patrimonio Cultural de
Toledo a la que va dirigido este escrito, la confianza depositada en mí, al
haberme brindado la posibilidad de desarrollar este trabajo de investigación
contando con su valiosa colaboración en la futura toma de muestras y la
recopilación de documentación histórica de los edificios en análisis: baños
árabes de Toledo.

Huelga decir, que todos aquellos resultados y conclusiones que origine la


presente investigación serán cedidos íntegros a dichos organismos para que,
con ello, podamos contribuir a ampliar los conocimientos que hasta ahora se
tienen de los sistemas constructivos utilizados en la cultura islámica de la
ciudad de Toledo.

8
1.2. Objetivos

El objetivo principal de esta investigación es determinar las características


estéticas (color y dimensiones), composicionales (mineralógica y temperatura
de cocción original) y tecnológicas (propiedades físicas, hídricas y mecánicas)
de los ladrillos pertenecientes a los diferentes baños árabes de la ciudad de
Toledo.

El estudio se ha orientado hacia la selección de rutinas de caracterización más


apropiadas para la restauración de edificios históricos. El conjunto de
conocimientos obtenidos durante este trabajo sobre el casco antiguo de Toledo
permitirá proponer la utilización de ladrillos de sustitución para aquellas zonas
de los edificios que se encuentren tan degradadas que necesiten restauración,
mediante: la reutilización de ladrillos antiguos, la elaboración de nuevos
ladrillos especiales ejecutados con arcillas de las antiguas canteras, y la
elaboración de ladrillos con nuevas mezclas basadas en arcillas comerciales
disponibles, y aditivos que modifiquen su composición para aproximarla a la de
los ladrillos históricos. Pero para ello será imprescindible realizar estas
actuaciones con materiales muy similares, a fin de evitar incompatibilidades
que aceleren el proceso degenerativo del monumento.

Las cartas internacionales de restauración, Carta de Atenas (1931), Carta de


Venecia (1964), Carta del Restauro (1972), y otras de la misma índole, abogan
por la utilización de materiales diferenciados, que permitan la identificación del
trabajo de restauración realizado, sin que por ello se vea modificada la
autenticidad de la obra. Por consiguiente, los ladrillos de sustitución han de ser
marcados con un sello o inscripción, como por ejemplo la fecha de la
restauración realizada, para evitar este conflicto de este tipo.1

1
DELGADO VALERO, Clara. Materiales para el Estudio Morfológico y Ornamental del Arte
Islámico en Toledo. Estudios y Monografías 3. Consejería de Educación y Cultura del Museo
de Santa Cruz. Toledo, 1987.

9
El análisis del tipo de alteraciones de un ladrillo permite conocer y evitar los
mecanismos que deterioran su composición y estructura original. Por esto, otro
objetivo importante, es el estudio de las huellas de alteración presentes en los
ladrillos históricos, en función de sus diferentes composiciones químicas y
mineralógicas, temperaturas de cocción, propiedades físicas y su ubicación en
el edificio estudiado. Estos análisis facilitan las tareas de conservación de
ladrillos con degradaciones en su estética, pero que no necesitan ser
sustituidos.

La composición química de las alteraciones orienta sobre los productos y


métodos de limpieza y preservación más adecuados y compatibles con la
estabilidad físico-química del ladrillo, para que su aplicación no provoque una
modificación de la composición original. La información que proporcionan las
alteraciones de las superficies de los ladrillos históricos también puede ser
utilizada como indicador paleoclimático de episodios de contaminación
pasados.

Se realiza un completo estudio de caracterización de ladrillos antiguos de la


Ciudad de Toledo por diferentes técnicas (MOP y DRX), además de la
determinación de sus propiedades físicas, hídricas y mecánicas, con la
finalidad de dar a conocer a los fabricantes de ladrillos y restauradores las
claves para fabricar ladrillos destinadas a la restauración de edificios históricos.
El estudio también permite conocer como han variado las características
estéticas, composicionales y petrofísicas de los ladrillos históricos a lo largo del
tiempo, a partir de la caracterización de sus huellas de alteración, el estudio de
las arcillas de las antiguas canteras y de las probetas de arcilla cocida
elaboradas con las mismas. De este modo, se puede predecir la durabilidad de
los nuevos ladrillos que se fabriquen con composiciones mineralógicas
similares.

Finalmente y, gracias a todos estos métodos de análisis, tendríamos la


posibilidad de contrastar los diferentes sistemas de elaboración de dos piezas
datadas en una misma época y que son parte integrante de una misma
edificación histórica: el baño árabe de Toledo.

10
1.3. Estado del arte

Los baños árabes que han sido encontrados en Toledo no disponen de ningún
estudio de investigación que aporte información alguna acerca de la
composición y características físico-químicas de los ladrillos refractarios con los
que fueron construidos.

Así pues, en el trabajo que nos ocupa, abordo la novedosa y, por ello
interesante tarea de realizar los ensayos de laboratorio necesarios que me
permitan obtener datos de composición, densidad, porosidad, mineralogía,
cristalografía, etc. del material de construcción citado.

Hasta el momento, la investigación que podría considerarse más avanzada en


esta materia y que está relacionada directamente con el trabajo que aquí
planteo, ha sido desarrollada por los arqueólogos y profesionales que
componen el Consorcio de Toledo.

De ellos recopilo una valiosa documentación, gracias a la incalculable


colaboración del propio Consorcio, consistente en las memorias de puesta en
valor de estas construcciones históricas, hipótesis de su posible localización, e
información sobre la distribución de los diferentes baños reflejada en planos de
planta.

Dicha recopilación queda recogida en la exposición de capítulos siguientes.


Comenzando por la explicación de la Terma Romana como antecedente
originario de la edificación en estudio y posteriormente el Baño Árabe en
España en comparativa con el hallado en Toledo: sus semejanzas y
diferencias.

11
1.4. Metodología general

Presentamos en este apartado la metodología seguida en la elaboración del


trabajo de investigación que nos ocupa.

Los capítulos 3 y 4, de extracción y análisis de muestras, disponen de un


procedimiento de ejecución específico en cada caso, que quedará reflejado y
debidamente desarrollado en los capítulos correspondientes.

Así pues, enumero brevemente los pasos que hemos seguido en el mismo, sin
dejar de incidir en todas aquellas dificultades burocráticas con las que nos
hemos encontrado a la hora de adquirir el objeto de nuestro estudio: el ladrillo
refractario del baño árabe toledano.

1º) Búsqueda documental.


2º) Solicitud de extracción de muestras a organismos oficiales de Toledo.
3º) Extracción arqueológica de muestras.
4º) Análisis de muestras en el laboratorio.
5º) Obtención de resultados.
6º) Interpretación de resultados.
7º) Conclusiones referentes a los resultados.
8º) Observar las futuras líneas de investigación.

12
1.5. Siglas

LRT Ladrillo refractario de Tenerías


LNRT Ladrillo no refractario de Tenerías
LRA Ladrillo refractario de El Ángel
MRT Mortero refractario de Tenerías
MNRT Mortero no refractario de Tenerías
MRA Mortero refractario de El Ángel
MO Microscopía óptica de polarización
DRX Difracción de rayos x
EFH Ensayo físico-hídrico
MEB Microscopía electrónica de barrido
ATD Análisis térmico diferencial
ATG Análisis térmico gravimétrico
FRX Fluorescencia de rayos x
TL Termoluminiscencia
LEO Luminiscencia estimulada ópticamente
ME Microsonda electrónica
Pn Peso natural
Ps Peso seco
Pst Peso saturado
Psm Peso sumergido
Ca Coeficiente de absorción
Vap Volumen aparente
Dap Densidad aparente
Pa Porosidad abierta
Vha Volumen de huecos abiertos
CT Consorcio de Toledo
DGPCT Dirección General de Patrimonio Cultural de Toledo
EUATM Escuela Universitaria de Arquitectura técnica de Madrid
ETSAM Escuela Técnica Superior de Arquitectura
FCG Facultad de Ciencias Geológicas
UCM Universidad Complutense de Madrid

13
1.6. Agradecimientos

En este último apartado quiero dedicar unas palabras de sincero


agradecimiento a quienes, con su esfuerzo, me han ayudado a finalizar este
proyecto lleno de complicaciones burocráticas y esperas lógicas en respuesta a
mis numerosas solicitudes.

En primer lugar, mi mayor agradecimiento a Silvia Arbaiza Blanco-Soler, por


sus valiosas sugerencias que me guiaron como faro en la noche y lograron dar
forma al estudio que hoy entrego. Sumado a esto, agradezco igualmente, el
esfuerzo y dedicación en sus correcciones, que de tanta ayuda me ha servido.
Juan Manuel Rojas Rodriguez-Malo, arqueólogo de la Dirección General de
Patrimonio Cultural de Toledo, que con su amabilidad y enorme profesionalidad
me ha enseñado tanto sobre los baños árabes de su ciudad y facilitado en gran
medida que sea posible la extracción de los ladrillos.

Y con él, Soledad Sánchez Chiquito de la Rosa del Consorcio de la ciudad de


Toledo, María Perlines y Álvaro Sanz, nuevamente de la Dirección General de
Patrimonio, que me facilitaron los trámites, me escucharon y enseñaron toda
aquella información escrita que me podría ser de utilidad.

Y finalmente, mis últimos agradecimientos son para David Sanz Arauz por
quién he podido llevar a cabo todos los ensayos que completan estas páginas.

14
2. Las Termas Romanas como antecedente de
los Baños Árabes

“La gran arquitectura típicamente romana, posiblemente encuentra su más alta


expresión en los edificios termales (Thermae). Nada encontramos más
magnífico, más grandilocuente, más fértil en soluciones arquitectónicas, más
variado, más lujoso y desbordante en materia decorativa que una terma
romana”.2

Es en estos complejos donde se abordan problemas constructivos de primer


orden, como la cubrición abovedada de inmensas salas, sistemas de
contrarrestos que nacen de la propia conformación y encaje de las diversas
partes del edificio, o hacen presentir el futuro uso del contrafuerte y casi del
arbotante. También problemas de iluminación, inteligentemente resueltos por
las diversas alturas de los diferentes cuerpos de edificación; problemas de
ordenación espacial en la relación de las grandes salas y las intermedias, que
llenan los huecos que dejan entre sí las primeras. Pero así mismo problemas
de decoración de inmensas superficies que deben mantener el asombro de un
espectador, constantemente empequeñecido por su propia obra. En definitiva,
las termas son “la pieza de bravura” de una arquitectura excitante en su
monumentalidad, rayana casi en el paroxismo del lujo, extremo en punto final
del lenguaje clásico antes de hacer crisis en la orientación final del Imperio.

Estas gigantescas termas podrán abrumar, fatigar en su opulencia con el brillo


y policromía de sus mármoles, de sus columnatas atectónicas, la multiplicación
de nichos, estatuas, relieves, pinturas, mosaicos, incluso producir empacho con
todos sus arreos y condecoraciones, pero paralelamente no podemos negar su
extraordinaria corrección en el manejo del lenguaje clásico y el alto nivel de
cultura académica que en ellos alcanza la expresión arquitectónica. Prueba de

2
ORTEGA ANDRADE, Francisco Historia de la Construcción. Libro Segundo: Romana y
Paleocristiana. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad, Servicio de Publicaciones. Las
Palmas, 1993.

15
ello es que cuando en el Renacimiento la humanidad se siente llamada a
recuperar el lenguaje de la antigüedad clásica, los arquitectos se sentirán
obsesionados por las creaciones del genio romano, se las pondrán como meta
y harán de su obra, obra de discípulos, trenzando mil variaciones sobre estos
temas casi reverenciados como sacrosantos.

Marco Vespasiano Agripa, personaje máximo de la Roma Augusta, amigo y


yerno del primer emperador, al que ayudó eficazmente en su ascensión a la
cúpula, fue el primer magnate que tuvo la idea de construir en Roma un
establecimiento termal que sobrepujara a los antiguos baños, uniendo a la
sencilla práctica higiénica otra serie de alicientes antes desconocidos. Fue
cónsul dos veces y prefecto en la urbe, siendo uno de los hombres que más
contribuyó a su progreso y embellecimiento. Construyó las termas de Agripa en
el Campo Marcio y las legó al pueblo a su muerte en el año 12 a. de J.C.3

A partir de entonces muchos emperadores quisieron imitar su ejemplo para


beneficiar a su pueblo y dejar monumentos como testimonio de su reinado. De
este modo, Nerón construyó otras termas en el campo de Marte, no lejos de las
de Agripa. Tito y Trajano elevaron las suyas en el Esquilino; Cómodo, Septimio
Severo y después Caracalla lo hicieron en la Vía Appia; Dacio, en el Aventino;
mientras que Diocleciano y Constantino en el Quirinal. Al final del Imperio
Roma contaba con once grandes establecimientos termales que tenían su eco
correspondiente en algunas, también grandiosas, construcciones termales de
las provincias.

De todas estas termas los que mejor se conservan son las de Caracalla y
Diocleciano. Por este motivo a partir de ellas podemos reconstruir
perfectamente cómo eran en su periodo de mayor esplendor.

3
CHUECA GOITIA, Fernando Historia de la Arquitectura Occidental. I. De Grecia al Islam.
Editoriales Dossat. Madrid, 2000. pag. 147-151

16
2.1. Fuentes documentales para el conocimiento de su
construcción

Como se ha descrito, en Roma estos edificios llegaron a alcanzar formas


espléndidas, algunos con capacidad para 1.600 personas en simultánea
utilización. Fueron las termas en la antigüedad lugar de encuentro, reunión,
comunicación y conocimiento.

La tradición de los baños árabes arranca pues de la época grecorromana, y su


arraigo entre la cultura islámica fue tan profundo que seguía fielmente el
esquema constructivo de las termas, hasta el punto de que la mayoría de los
autores citan las partes de los baños árabes con los nombres latinos. Sin
embargo existe una terminología propia en árabe.

Fue Vitruvio por quien conocemos las reglas de construcción de una terma. Así
pues, en su tratado de arquitectura explica mediante numerosas ilustraciones
los sistemas constructivos empleados, la orientación más apropiada y los
materiales que soportaran altos valores de temperatura y humedad. Según este
autor una terma consistía en un conjunto de dependencias comunicadas entre
sí en las que se encuentran numerosas pilas o alveos, bañeras o incluso
piscina, conteniendo aguas calentadas a distinta temperatura desde un hornillo.
El fuego obtenido de la combustión calentaba dichas estancias y se avivaba
desde la caldera o Praefurnium. El calor se transmitía al suelo y paredes del
Tepidarium y del Caldarium a través de diversos conductos formados por
estrechos tiros de chimeneas situados entre los muros, que tenían también
como misión expulsar el humo producido en el Hipocausis por encima de las
bóvedas o tejados que cubrían las termas. Es decir, diversos espacios
jerarquizados a tenor de su temperatura interior, la que aumenta desde la
puerta de ingreso interior hasta el hornillo.

17
VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

18
VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)
,

Como se puede observar presento aquí el texto completo de dicha


documentación por entenderla básica para conocer los fundamentos
constructivos utilizados en las edificaciones en estudio. En él podemos
encontrar una breve alusión al ladrillo utilizado en la sala caliente o baño cálido:
“(…) ladrillo de dos pies construido con arcilla amasada con pelo”.4

Conjuntamente, aportamos la imagen perteneciente al libro anterior, la cual


ilustra mediante plantas y secciones la composición habitual en una edificación
termal de la época.

4
VITRUVIO, M. Los Diez Libros de Arquitectura. (Facsimil de la Edición de 1787). Alta Fulla.
Barcelona, 1993. p.128.

19
Planta de la estancia de Baño Caliente e Hypocausis
VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de M.Vitruvio Polión, 1787)

Igualmente para los cuartos húmedos


diseñó y dejó reflejado en sus escritos
el procedimiento de ejecución, para así
solucionar problemas de paredes
húmedas.

VITRUVIO. (Los diez libros de Arquitectura de


M.Vitruvio Polión, 1787)

20
2.2. Distribución de una terma

La distribución más usual de una terma monumental de estilo romano lo dio


Trajano al quedar plasmada en aquellas que elevó en el monte Esquilino: Un
gran edificio central situado en una despejada plaza o recinto rodeado de un
períbolo de edificaciones secundarias que limitan un espacio libre5.

A. Apoditerium mujeres
B. Tepidarium mujeres
C. Caldarium mujeres
D. Hypocausis
E. Apoditerium hombres
F. Frigidarium hombres
G. Tepidarium hombres
H. Caldarium hombres

Planta de una terma romana en Pompeya (siglo I a. C.)


CARLOS VILCHEZ VILCHEZ. (Baños Árabes,2001)

El ejemplo mejor y más clásico lo tenemos en las termas de Caracalla,


construidas entre los años 212 y 235 de nuestra Era. La plaza es cuadrada, de
unos 350 metros de lado. El edificio central comprende las tres salas
tradicionales: Frigidarium, Tepidarium y Caldarium, organizadas según un eje
de gran monumentalidad donde se busca un contraste espacial muy acusado.

5
ADAM, J-P. La Construcción Romana. Materiales y técnicas. Editorial de los oficios. León,
1999.

21
Termas de Caracalla de Roma
Chueca Goitia, F. (Historia de la Arquitectura Occidental,2000)

El historiador, especializado en arquitectura, Auguste Choisy describió en su


libro “El arte de construir en Roma” (1873) las estancias de una terma del
siguiente modo:

 El Frigidarium tiene como principal aliciente la piscina para el baño frío


de inmersión.

 El Tepidarium es más bien el gran hall central de relación, vastísima


sala de 70 metros de largo cubierta con bóvedas de aristas sucesivas en
tres tramos que vienen a descansar en ocho gigantescas columnas
monolíticas de granito gris.

 El Caldarium es una rotonda, hija legítima del Panteón y que alcanza la


dimensión diametral de 39 metros.

 A los lados de estas piezas centrales, palestras, Apoditerium (de


apodytein, desnudar) y otras piezas menores encajadas admirablemente
en las grandes líneas de la composición.

22
 El períbolo comprendía pórticos, exedras, gimnasios, salas de reunión y
audición, bibliotecas y un Semiestadio para juegos atléticos.

Las termas de Diocleciano, las más vastas de todo el Imperio, repetían con
variantes de detalle el plan fundamental de las de Caracalla. En el edificio
central el Caldarium, rotonda de menor tamaño que estaba flanqueado por el
Frigidarium y el Tepidarium, quedando la piscina en un atrio exterior. En el
períbolo, el Studium estaba sustituido por un vasto hemiciclo a manera de
teatro. Este lugar lo ocupa hoy la llamada plaza de la Exedra, una de las más
céntricas de la Roma actual. El Caldarium y Tepidarium fueron transformados
por Miguel Ángel y se convirtieron en la actual iglesia de Santa María de los
Ángeles. Una de las salas cupuliformes de uno de los ángulos del períbolo se
conserva todavía convertida en iglesia de San Bernardo.

FLETCHER/CALZADA. Termas de Diocleciano


(Historia de la Arquitectura por el método comparado,1985)

23
Las termas de Roma fueron sucesivamente creciendo de tamaño. Las de
Agripa se cree que tenían aproximadamente 30.000 m², las de Trajano,
112.000; las de Caracalla, 122.000, y, por último, las de Diocleciano, 140.000.
Estas cifras nos demuestran la magnitud de las empresas romanas y el alcance
de una sociedad expansiva que el mundo no volverá a conocer hasta la llegada
de la revolución industrial.

Detalles de Termas de Diocleciano, Roma


VIGNOLA.(Tratado de la Arquitectura con los cinco órdenes,1562).

24
2.3. Soluciones de calefacción adoptadas

Las técnicas de caldeo utilizadas en la vivienda romana, en los primero siglos,


no conoció otro dispositivo de calefacción que aquél consistente en disponer de
un hogar, Artium, que quedaba alimentado permanentemente para
proporcionar calor a la estancia.

De ahí evolucionó al uso de dispositivos móviles o braseros, en los que el


humo y los vapores de cocción se evaporaban por una o dos aberturas
situadas en el tejado.

Paralelamente, los establecimientos de baño de la primera generación también


estaban provistos de braseros, cuyas dimensiones o cuyo número estaban
adaptados al volumen de las salas.

Pero, la verdadera innovación, tanto en el ámbito técnico como el de la


habitabilidad, llegó a finales del siglo II o a principios del I a.C. con la aparición
de la calefacción sobre hipocausto (calefacción interior), cuyo nombre
atestigua un origen griego, aunque los romanos lo atribuyan a Sergus Orata,
como cita J.P Adam en su libro la construcción romana de 1999.

En el origen cualquier sistema de calefacción se encuentra naturalmente una


hoguera, cuyo calor se expande bien mediante radiación directa, bien a través
de un conducto o de un tabique caliente. Asimismo, gracias a la concepción de
esta solución se resolvía el problema del humo y los gases tóxicos, a la vez
que distribuía un calor seco, sano y eficaz.

Consistía éste en un espacio cubierto por un suelo colgante, la suspensura,


que descansaba sobre un gran número de piletas, casi siempre construidas
con un ladrillo cuadrado. Este suelo de circulación tenía una estructura
compuesta análoga a la de todos los suelos, con la diferencia de que aquél
descansaba sobre las piletas por mediación de una o varias capas de grandes
ladrillos de dos pies de lado, que hacían las veces de cimbra. Encima se

25
encontraba un primer hormigón de tejolete de 15 o 20 cm de grosor y luego un
mortero fino que recibía un enlosado de mármol o un mosaico. El grosor total
de la suspensura era de30 a 40 cm, lo cual, añadido a los aproximadamente50
cm de las piletas daba al conjunto una altura de 80 a 90 cm.

ADAM JP. Hipocausto. (La construcción romana, 1999)

Como se observa en la ilustración, el calor procedente del praefurnium u


hogar, es decir, sala de combustión y aprovisionamiento pasaba por dichos
conductos.

Los estanques de las salas calientes siempre se situaban encima de la boca


del hogar para percibir todo el calor. La estanqueidad se reforzaba a veces con
una hoja de plomo que cubría la totalidad del estanque.

La evacuación del aire caliente y del humo era aprovechada para continuar
calentando las estancias a través de las paredes. Para ello, como primera
solución adoptan la fabricación de ladrillos planos, cuadrados o rectangulares,
provistos de 4 o 5 uñas prominentes o pernos, llamados por este motivo
tegulae mammatae.

26
No obstante, la débil protuberancia de las uñas y el hecho de que las paredes
estuvieran enteramente separadas, no favorecía el buen tiro.

ADAM JP. Tegulae. (la construcción romana, 1999)

Como segunda solución a la problemática planteada, se inventaron en el


transcurso del siglo I de nuestra era los tubuli, consistentes en unas
canalizaciones de cerámica de sección variable (8,50x13 a 14x24 cm), que
iban empalmadas para constituir otros tantos conductos de humo. Algunos
modelos de tubuli estaban provistos de aberturas laterales para permitir, según
parece, el paso de una tubería a otra.

ADAM JP. Hipocausto. (La construcción romana, 1999)

27
Apoyados a lo largo de las paredes, sobre el borde de la primera fila de ladrillos
de dos pies que cubría las piletas, los tubuli se fijaban sobre la pared mediante
una capa de mortero y a menudo se anclaban con grapas metálicas en forma
de T, que las sujetaban de dos en dos.

Se disimulaban luego con una capa de revoco que recibía un estuco, una capa
de pintura o un revestimiento de mármol.

En uno o en varios puntos de la bóveda o de la parte superior de la pared se


abrían los conductos de chimenea que aseguraban el tiro del humo hacia el
exterior.

Tubuli. Museo de Berry (Bourges)


Autora M.C. del Campo Moreno

28
2.4. Las Termas Romanas de Toledo. Amador de los Ríos.

En 1986 fueron hallados los restos del yacimiento correspondiente a esta


edificación subterránea, localizados en la céntrica plaza toledana de Amador de
los Ríos. Dicho nombre, que designó igualmente a las termas encontradas, fue
puesto en honor al gran arqueólogo historiador español José Amador de los
Ríos.

Los vestigios arquitectónicos que se conservan en este lugar nos ilustran sobre
la monumentalidad que debió tener la ciudad de Toledo en época romana,
trazada y dotada siguiendo el modelo urbanístico imperante en el momento y
emanado desde la capital del Imperio: Roma.

Siguiendo el procedimiento habitual, dos años después se procedió a su puesta


en valor, la cual corrió a cargo de los arqueólogos del Consorcio de Toledo:
Juan Manuel Rojas y Ramón Villa.

Hipocausto de las Termas de Amador de los Ríos. Toledo


Autora M.C. del campo moreno

29
Así, los restos arqueológicos conservados se convierten en referentes de los
sistemas y procesos constructivos empleados en la Ingeniería y Arquitectura
romanas de carácter civil, algunos de los cuales, como el empleo del hormigón
de cal (Opus caementicium), o el uso del arco formado por dovelas de piedra,
supusieron una auténtica revolución tecnológica en la Hispania de la época.
Estas innovaciones se encuentran bien representadas en este lugar, contando
también con un tramo de canalización o galería abovedada fabricado con Opus
Caementicium y un arco formado por dovelas y un arco formado por dovelas
graníticas almohadilladas, que debieron formar parte del suministro de aguas
limpias de la ciudad.6

Sobre estas estructuras se dispuso un complejo arquitectónico con una función


exclusivamente balnear o termal. Los restos aquí documentados configuran al
menos dos estancias, la primera de ellas mal conocida por el momento, siendo
la segunda una estancia rectangular, de dimensiones aproximadas: 10 x 12 m,
cuyo subsuelo fue dotado de un sistema de calefacción (hipocausto) destinado
a caldear el alzado de la sala, configurándose como una suerte de sauna o sala
cálida (caldarium), básica en el ritual romano del baño y presente en todas las
construcciones romanas del momento.

Las dimensiones de este caldarium, la cuidada planificación de su


construcción y los materiales utilizados en su decoración (mármoles, estatuas),
nos permiten indicar un carácter público del edificio, levantado, sin ninguna
duda, bajo los auspicios del poder imperial. Por lo que respecta a la cronología
de los restos, corresponden a un periodo situado entre fines del siglo I y
mediados del siglo II d.C.

6
ARRIBAS DOMINGUEZ, R. / JURADO JIMÉNEZ, F. La intervención de las termas romanas
de la plaza de Amador de los Ríos, 5 Monográficos del Consorcio I. Consorcio de la Ciudad de
Toledo. Toledo, 2005.

30
Sistema hidráulico de abastecimiento de las
Termas de Amador de los Ríos. Toledo
Autora M.C. del campo moreno

31
3. Los baños árabes: El Hammam.

3.1. Consideraciones en torno a la edificación islámica.

Los hombres que construyeron las mezquitas, caravansares, palacios y baños


eran en su mayoría artesanos anónimos que utilizaban técnicas anteriores a la
época islámica.

Michell, G. Relación de oficios hecha en Cachemira en 1850.


(La Arquitectura del Mundo Islámico. Madrid, 2000)

32
Estas técnicas siguen vivas hoy en día y al estudiarlas podemos penetrar en
los métodos de construcción del pasado.

Las imágenes reproducidas en la imagen de la figura X provienen de una


relación de oficios realizada en Cachemira en el decenio de 1850. Arriba a la
izquierda: extracción de la piedra, que se carga en cestos y se transporta en un
bote. Arriba a la derecha: horno para la fabricación de ladrillos, situado
asimismo fuera de la ciudad y que requiere transporte fluvial. Abajo a la
izquierda: construcción de un muro de tierra apelmazada. En la parte inferior,
dos hombres con palas amasan la tierra que se coloca entre un encofrado de
madera y se comprime fuertemente; Abajo a la derecha: torneado de madera y
utensilios del carpintero. El hombre está utilizando un taladro accionado al
desplazar un arco hacia delante y hacia atrás, una técnica para taladrar y
tornear la madera que es universal en el mundo islámico.

A la arquitectura islámica se la ha calificado, como nos explica Francisco


Ortega Andrade en su libro IV de Historia de la construcción, como
“arquitectura disimulada u oculta”, entendiendo por ello la falta de identidad que
existe entre el contenido o interior del edificio y la expresión exterior del mismo.
Así, George Michell en su libro Arquitectura del mundo islámico en relación con
este aspecto expresa:

“…un edificio islámico es un volumen


edificatorio que no contiene exteriormente
ningún valor arquitectónico y que no refleja
desde el exterior, la arquitectura que se
descubre al pasar a su interior.” 7

7
MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. P.36.

33
ORTEGA ANDRADE, F. Distribución de la tipología constructiva de la arquitectura Islámica
(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

Por otro lado, se trataba de una “arquitectura ligada al suelo” en el más amplio
sentido de la palabra. Los árabes estaban acostumbrados a estudiar
minuciosamente el emplazamiento antes de realizar cualquier construcción.
Olían y oteaban el lugar detectando los vientos dominantes, las vistas
despejadas y, siempre que fuera posible, la proximidad de un río o un
manantial. Toda la construcción musulmana es una arquitectura “cercana al
medio”, no sólo en el emplazamiento y en el análisis de la climatología, sino en
sus materiales. Quizás lo más valioso en la construcción musulmana sea el uso
sensible de los materiales y la comprensión perfecta de sus posibilidades para
la construcción y la decoración.

Entre los calificativos con que se ha tratado de definir a esta arquitectura nos
encontramos con aquella que la denomina “arquitectura cuántica”,
entendiéndose como tal a la secuencia o sucesión de espacios perfectamente
medidos y controlados, cuyos ejes cambian de dirección al sobrepasar el
dominio funcional. Un conjunto islámico puede seguir creciendo como lo hace
un arrecife de coral, nos comenta Francisco Ortega, y es muy difícil que
podamos precisar, por su planta, cuál es su construcción inicial y cuáles sus
ampliaciones.
También podemos señalar la “ausencia de vínculos entre la función y la forma”
como una de las características de la arquitectura musulmana. Así, no hay

34
ninguna forma, ni elemento constructivo que esté comprometido con ninguna
función determinada.

ORTEGA ANDRADE, F. Ejecución de


fábrica de ladrillo en la Alhambra
(Historia de la Construcción. Libro
Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

3.1.1. Arquitectos, maestros constructores y artesanos

La documentación acerca de los edificios islámicos es mucho más pobre de lo


que se podía esperar, existiendo escasas fuentes e inscripciones islámicas.
Los mismos arquitectos no parecen haber recogido mucho acerca de su propia
labor, ya que no se han encontrado dibujos, cálculos y cuentas más que en un
par de ocasiones. Parece ser que arquitectos profesionales sólo existieron en
ciudades y en épocas de gran actividad constructora. A veces consideraban
oportuno desplazarse de un centro importante a otro y en ocasiones incluso
viajar a regiones lejanas con objeto de trazar determinados monumentos.
Posiblemente los maestros trazadores llevaron a cabo la mayor parte de la
labor constructora del Islam. Su arquitectura se prestaba más fácilmente que la
mayoría de las demás, a ser realizada por el proyectista no cualificado, ya que
las formas y las fórmulas de las plantas eran simples y se podían repetir con
ligeras variaciones. Además, se sabe muy poco acerca de la preparación

35
formal de los arquitectos del Islam de cualquier época, aunque se tiene
conocimiento del hecho de que a veces la profesión de arquitecto existía en
una familia durante varias generaciones.

Existe sin embargo, en inscripciones y textos, una gran cantidad de alusiones a


maestros designados con el nombre de un oficio que formaba parte de la
construcción de un edificio; éstos pertenecientes probablemente a la segunda
categoría, es decir, a los maestros trazadores.

Los arquitectos alcanzaban con frecuencia un status social elevado, dándose el


caso de relaciones de amistad entre éstos y altos cargos de la política árabe,
sultanes y emires. Otros eran miembros de la clase dominante, que sin duda
proyectaban edificios por placer, por ejemplo se encuentra el arquitecto erudito
Fath ibn Ibrahim, quién según se decía construyó mezquitas en Córdoba y
Toledo. Los términos empleados para designar al arquitecto variaban según el
lugar y el tiempo, pero está claro que el término existía y era diferente del de
jefe de un oficio o constructor cualificado.

En general, los nombres de arquitectos raramente aparecen en sus edificios, ni


siquiera cuando hay inscripciones que conmemoran el nombre del mecenas y
otros dignatarios. En gran parte esto se debió a una cuestión de moda, ya que
en la época omeya en España era costumbre indicar el nombre del arquitecto
en un lugar destacado del edificio. En referencia a su trabajo, George Michell
coincide con otros autores en suponer que con frecuencia un edificio fuera
concebido, diseñado, ejecutado e incluso terminado por el mismo arquitecto.

Finalmente es importante incidir en la relación entre la profesión de arquitecto-


ingeniero con las matemáticas conocidas y empleadas en la época.

36
3.1.2. Dibujos arquitectónicos, técnicas de trazado y gastos

Numerosos testimonios nos confirman que la mayoría de los monumentos


islámicos se proyectaban en dibujos antes de ser construidos. Los arquitectos
islámicos heredaron las técnicas de dibujo de la Antigüedad, de las que
sabemos que, a juzgar por los delicados instrumentos para el dibujo lineal que
se han encontrado en excavaciones arqueológicas, así como por fragmentos
de dibujos, eran sumamente refinados.

Utilizaban pergamino para dejar constancia de sus diseños, según nos indica el
historiador al-Balawi acerca de la construcción de la mezquita Tulun en Fustat
(876-879), hasta que se introduce el papel procedente de China a partir del
siglo IX. Gracias a una miniatura del s. XVI encontrada en Afganistán
observamos que el plano arquitectónico utilizado disponía de una fina red de
líneas que surcaban el papel al completo, presumiblemente con el propósito de
establecer una modulación que facilitara la escala de las piezas utilizadas en su
construcción. A través de esta cuadrícula se ha podido observar la diferencia
de modulación, es decir, dimensiones de cubos distintas de un edificio a otro.

MICHELL, G. Plano de arquitectura islámico.


(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

En la ilustración lateral, el arquitecto del emperador


mongol Babur sostiene un plano en cuadrícula, del
que se ha conservado algunas muestras, (en
imagen inferior), procedentes de Ukbekistan. El
módulo que determina las dimensiones de los
muros, ventanas, puertas, etc, solía estar en razón
simple con el tamaño de los ladrillos.

37
El empleo de una cuadrícula no excluía otros sistemas de dibujo basados en
coordenadas. En ambos queda patente el uso fundamental de la geometría en
la arquitectura, para así poder trasladar proporciones y medidas desde su
potencialidad a la realidad de su posterior construcción.

En cuanto el gasto que suponía la construcción de un edificio, evidentemente


iba de acuerdo al edificio proyectado. De cualquier forma, la mayoría de las
construcciones islámicas eran moderadas en su presupuesto, ya que la
literatura religiosa árabe censuraba justamente el gasto desmesurado en
mezquitas. La razón de esto no era otra que la conciencia de los sufrimientos
infligidos a las clases más pobres mediante el trabajo forzado y los impuestos.

3.1.3. Literatura sobre arquitectura y ordenanzas de oficios

No se conocen libros dedicados exclusiva o principalmente a la arquitectura


que sean anteriores al siglo XIII. El primer texto del que se puede decir que
incluía un manual de arquitectura parece que fue El libro de las cosas vivas y
los monumentos de Rasid al Din, escrito por el primer ministro de los
soberanos iljaníes de Irán a finales del siglo XIII. A principios del siglo XVII
Safar Efendi escribió un tratado de arquitectura que explica con detalle cómo
procedían en su trabajo los arquitectos de entonces.

Es posible que fueran más corrientes los textos acerca de la aplicación de las
matemáticas, a la arquitectura práctica. Se conoce uno del autor iraní Giyat al-
Din Kasi (1423) que incluía tablas para el trazado de arcos, y se conservan dos
manuales de carpintería, uno en Irak y otro en Túnez, como manuscritos
únicos.

“Las ordenanzas de oficios y mercados, que estaban incluidas en las leyes de


la hisba, las administraba el jefe del mercado y jugaban un papel importante en
el mantenimiento de la calidad de la producción de artistas y artesanos. se
conservan una serie de documentos de hisba, del siglo XVI, que contienen las

38
reglas para fijar los tipos de suelo, para regular los niveles de trabajo, y para
prohibir el uso de materiales inadecuados o baratos”.8

El tamaño de los ladrillos, de las viguetas de madera destinados a los pisos, del
entarimado y de las vigas de madera estaba asimismo sometido a reglas, así
como la calidad de la superficie de las tejas. El manual de hisba escrito en el
siglo IX por al-Nasir li-Din Allah recomienda que los fabricantes de ladrillo
cocido tienen que usar un tamaño uniforme de molde. Por el contrario, el
manual de hisba del s. XII de Ibn Abdun recomienda que los ladrillos han de
ser grandes adaptados al ancho del muro. En poder del almotacén, o colgados
de la mezquita mayor, deberá haber patrones del grueso de los tirantes y de las
vigas, así como del grueso de las tablas de solería. Estos patrones deberán
estar hechos de de madera dura, no susceptibles de carcoma. 9

3.1.4. Sistemas constructivos.

3.1.4.1. Piedra: mampostería y sillería.

Excepto en las regiones en las que la piedra escaseaba tanto que era
prohibitivamente cara, los muros tenían cimientos de piedra que se alzaban
hasta unos 50 centímetros por encima del nivel del suelo, o incluso más si era
probable que hubiera inundaciones. Los cimientos eran toscos cascotes o
cantos de río en las construcciones más baratas; de hiladas de sillería
toscamente labradas en la mayoría de los casos y de sillares pulimentados
solamente en los edificios más grandes y elegantes. Se escogía la piedra más
dura de la que se podía disponer, con frecuencia granito o basalto. Los
cimientos se hundían casi siempre por debajo del nivel del suelo, y su
profundidad oscilaba entre los 50 cms en las construcciones pobres, hasta los
11 m en el caso de altas edificaciones.

8
CLÉVENOT, D. Ornamentación del Islam. Ediciones Encuentro. Madrid, 2000.

9
MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000

39
MICHELL, G. La labra de sillares de piedra en la arquitectura Islámica.
(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

Hay algunos indicios de que el mortero hecho con cal, cuando se podía
obtener, se prefería para los cimientos y las esquinas de los edificios. El
mortero de yeso se usaba entonces para rejuntar las uniones de las superficies
exteriores de sillería o ladrillería, en cuyo caso el mortero de los lados interiores
y núcleo de los muros normalmente no era más que una lechada de arcilla
local, en ocasiones mezclada con paja o barcia.

En numerosos lugares del mundo islámico parece ser que durante mucho
tiempo fue costumbre construir con sillería el piso bajo, incluso a veces el
primer piso, y después cambiar el modo de construcción para pasar al ladrillo
en los pisos superiores. Era también una técnica habitual en la construcción de
alminares.

El hecho de que haya pocos ejemplos conocidos de arquitectos islámicos que


emplearan en sus edificios columnas de piedra recién sacada de la cantera, se
explica más bien por el aprovechamiento de columnas, capiteles y fustes
procedentes de edificios más antiguos. La mayoría de las columnas reutilizadas
eran de edificios religiosos propios de otras épocas e ideologías, por ello es
posible que esto también implicara el simbolismo del triunfo del Islam sobre las
religiones anteriores.

40
Esta costumbre de aprovechar material antiguo desapareció en el momento en
que el suministro se fue acabando, aproximadamente en la época abasí, hecho
por el que a partir de entonces tuvieron que ejecutar desde el comienzo los
elementos constructivos.

“La sillería adoptó la forma de hiladas alternas desde una fecha temprana. Una
de sus variaciones consistía en alternar hiladas de sillería con ladrillo.
En su vertiente decorativa, la piedra adoptó una utilización más precisa al
valerse de sus diferencias de color para subrayar las figuras y formas
arquitectónicas frente al simple aplacado del paramento.
Los vanos de piedra en la arquitectura islámica temprana empleaban con
frecuencia dinteles, a veces con arcos de descarga de piedra sobre ellos,
según la costumbre romana y bizantina. Los musulmanes adoptaron muy
pronto el dintel “engrapado” (de dovelas trabadas), con el tiempo estas formas
de trabazón se volvieron más complejas, sirviendo a fines más decorativos que
funcionales.”10

Los enrejados de mármol o alabastro fueron empleados en todas las fases de


la arquitectura que nos ocupa, tomando formas espléndidas de celosía como la
existente en la mezquita de aljama de Damasco (705-715).

3.1.4.2. Tierra: tapial, adobe y ladrillo.

Dentro de las fábricas que se ejecutan en tierra podemos distinguir el tapial y el


adobe.

A principios del siglo XV Ibn Jaldun describía las técnicas de construcción de


muros de tierra mediante tablas o encofrado, o lo que comúnmente conocemos
como tapial, con las siguientes palabras:

10
MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000.

41
“Se construyen muros con ella (la tierra) utilizando dos tablas
de madera cuyos tamaños varían según la tradición local. El
tamaño corriente son cuatro codos por dos (1.70x85 cm). Se
colocan sobre los cimientos. La distancia entre ambas depende
de la anchura de los cimientos que el constructor considere
apropiada. Se unen entre sí con piezas de madera fijadas con
cuerdas y bramante. Entonces se echa tierra mezclada con cal
viva dentro (de este bastidor). La tierra y la cal viva se baten
con instrumentos especiales… hasta que todo esté bien
mezclado. Después se añade tierra una segunda y tercera vez
hasta que se rellena el espacio entre las dos tablas. Entonces
la tierra y la cal viva se han combinado y han formado una sola
superficie. Luego se colocan encima, y del mismo modo, otras
dos tablas y (todo) se hace de igual manera…y después así
pieza por pieza hasta que se ha levantado todo el muro, que
está tan firmemente unido como si fuera de una sola pieza”11

Existía otra técnica para ejecutar muros de tierra sin utilizar encofrados. En
este caso la tierra apelmazada se coloca formando altas hiladas que se dejan
secar antes de ponerse encima las siguientes. Una hilada típica, de 40 a 50
cms de altura, es más ancha en su parte inferior, de manera que sobresale
ligeramente de la que tiene debajo, dando lugar a una separación óptima entre
las hiladas que con frecuencia se acentúa debido a la acción de los elementos.

En su composición también entra un pequeño porcentaje de paja, barcia y


arena, que con grandes cantidades de agua se dejaba reposar dos días antes
de convertirlo en bolas de barro. Éstas, suficientemente amasadas y
golpeadas, adoptaban el ancho del muro para finalmente formar parte de las
hiladas descritas. Cada hilada se construía ligeramente combada hacia arriba
en su centro quedando más pronunciada esta técnica en las esquinas, de igual
modo se comprimía ligeramente a medida que el muro se elevaba.

Los vanos se consolidaban con losas de piedra o refuerzos de madera


empotrados en la tierra. Estas precauciones evitan que las grietas producidas
por la acción de los elementos hagan que las esquinas se desplomen hacia

11
MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. pp. 110 y
111.

42
fuera. Por el contrario, la consolidación de los mismos con el transcurso del
tiempo tiende a reforzar el edificio.

MICHELL, G. Muros de barro: hilada formada por bolas de arcilla apelmazada por percusión.
(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

El Ladrillo

Aunque los árabes construyeron en cada lugar con el material local, puede
decirse que es la construcción en ladrillo la que ha definido a su arquitectura.
Cuando se trataba de un edificio público y mínimamente monumental se
nombraba un almotacén o persona celadora de las dimensiones de los
materiales y de las proporciones de las mezclas. A éste le correspondía velar
por los patrones de los ladrillos, el grueso de las tablas y las dimensiones de
las escuadrías de las vigas. Primeramente se fijaban los patrones de los
ladrillos y con estos se fabricaban las gradillas, en las que se moldeaban los
ladrillos.

Los árabes usaban con mucha frecuencia el adobe o ladrillo crudo, secado al
sol, para los que usaban cualquier tierra arcillosa, arena y paja, que tras un
secado de no más de 48 horas, protegido de la lluvia y del sol directo,

43
quedaban listos para ser colocados. El adobe era un material económico y
doméstico, que era colocado por quién lo hacía, y por esta razón no pasaba al
horno. Pero en la obra pública y cuidada, los ladrillos elaborados con arcillas
escogidas, después de 72 horas de secado en las condiciones citadas, se
sometían a cochura por un tiempo también de 3 días en grandes hornos de
pila, que se cargaban y descargaban por la parte superior y en los que se
utilizaba un combustible que podía variar desde el estiércol seco hasta
arbustos y palos.

Tampoco tiene la construcción musulmana un ladrillo de dimensiones


determinadas: se empleaban de todos los tamaños, desde los pequeños de
10x10x3 cm³, tamaños medianos y cuadrados de 17 o 20 cm de lado y 4 cm de
espesor, hasta los mayores del tipo romano, de 60x60 cm², y los rectangulares
de 50x25 cm² o 43x22 cm², casi siempre de 4 cm de espesor y moldeados en
gradilla.

El mortero que comúnmente se usaba al colocar los ladrillos era una mezcla de
barro y paja cuando se trata de ladrillos secados al sol y yeso para el ladrillo
cocido, excepto en lugares expuestos a la humedad en los que se empleaba un
mortero de cal y arena.

ORTEGA ANDRADE, F. Muro en el mausoleo selyúcida de Qarrayan. Irán.


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

44
El uso de ladrillos que forman una decoración entretejida aparece por primera
vez en el s. VIII en el palacio de Ujaydir inspirándose en la decoración del
ladrillo de la antigua Roma. Evolucionó el sistema al colocar ladrillos en
entrante y saliente lo que permitió la realización, mediante sombras, de
inscripciones caligráficas. También se hizo uso de ladrillos vidriados en la
decoración, especialmente aquellos coloreados en lapislázuli que cubrían parte
de la superficie de la fachada insertados a intervalos espaciados.
Más sorprendente aún es la técnica de las incrustaciones en la fábrica,
mediante azulejos, marfiles y otras piedras semipreciosas. Para ello, sobre los
ladrillos de la fábrica que había de quedar vista, se tallaban con cincel y
exquisito cuidado, los huecos dentro del cual se alojarían las piezas rómbicas,
circulares o de estrellas que engalanaban al muro.

3.1.4.3. Arcos y bóveda

Es obvio que el arco es uno de los elementos constructivos consustanciales al


edificio musulmán. Así, podemos hablar del amplio desarrollo que el arco
encontró en este periodo, observándose escasa relación entre determinada
forma de arco y su construcción en un tipo de edificio concreto.

No obstante, su arquitectura no buscó nunca en el arco que fuera un elemento


capaz de salvar grandes luces, de manera que si demandaron del arco alguna
exigencia, a parte del gusto por la forma, ésta fue la de superar alturas.
Podemos, incluso, encontrar razones mecánicas por tener éste mayor
capacidad para recibir una carga puntual en la clave que otras soluciones
constructivas lineales.

Así pues, siendo en su origen la arquitectura musulmana una construcción


adintelada, muy pronto el arco pasó a formar parte de sus elementos
constructivos más habituales por influencia de sirios, griegos y sasánidas, que
participaban asiduamente en la realización de sus construcciones. Aunque
también fue de gran utilidad para resolver problemas de apeo en el sistema
adintelado, propio de la arquitectura mediterránea.

45
3.1.4.3.1. El arco de medio punto

Se introduce y permanece en la construcción musulmana, proveniente de la


Siria bizantina, desde el inicio del Islam. Adquiriendo, en su evolución, un
marcado carácter decorativo, propio de esta arquitectura que, como tantos
otros tipos de arcos, se engalanó con la construcción islámica, mostrando su
intradós recargado de múltiples lóbulos y, en ocasiones, cegando su vano con
planos de celosías, e incluso con cortinas de mocárabes.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco de medio punto


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

3.1.4.3.2. El arco apuntado

Fue sin duda el elemento más definitorio y generalizado de la construcción


islámica, hasta el punto que podría considerarse una creación suya, a pesar se
conocerse una cierta inspiración en las bóvedas de ojivas de origen sasánida.
Pero, de lo que no cabe duda es que es el artífice de su difusión y aceptación
por todo el vasto territorio islámico, por lo que podemos, sin ningún género de
dudas, adjudicarle a la arquitectura musulmana la paternidad de el arco
apuntado.

46
El arco apuntado tomó distintas formas. Así lo encontramos con sus dos ramas
curvadas, simétricas o de dos centros.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco apuntado


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

a) La forma más frecuente fue la de intradós mixtilíneo, en el que la parte


curva remonta hasta los riñones y, a partir de de esta altura, éste se resuelve
con una línea recta más o menos tendida hasta alcanzar la clave.
Este arco, de directriz casi recta, tremendamente esbelto y resuelto mediante
mocárabes, fue una solución propia de las portadas de los caravansares.

b) Igualmente, la forma apuntada acompañó con gran frecuencia al arco de


herradura.

c) Finalmente, podemos encontrarnos el arco apuntado ricamente


festoneado de lóbulos en su intradós.

47
3.1.4.3.3. El arco de herradura

Se cree que es una creación propia de un constructor armenio o de la costa sur


de Anatolia. El arco de herradura o traspasado, como le gusta llamarlo a
Auguste Choysy12 , constituye una solución de acabado del arco circular
peraltado.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco de herradura


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

La solución de peraltar el arco de medio punto o de elevar su cimbra por


encima de la línea de imposta, además de lograr mayor altura para el vano o
para la arquería, presenta la ventaja de sacar la cimbra con mayor facilidad que
aquellos arcos en los que la imposta pétrea era muy prolongada. Una vez
terminada la construcción del arco circular elevado sobre dichas impostas y
retirada la cimbra, se prolongaba la curva de la directriz del intradós, por debajo
de los salmeres hasta enrasarlo con el saledizo de la imposta.

12
CHOISY, A. El Arte de Construir en Roma. Instituto Juan de Herrera: Centro de Estudios y
Experimentación de Obras Públicas. Madrid, 1999.

48
3.1.4.3.4. El arco de herradura apuntado, de directriz mixtilínea

De clara traza y aire oriental tomó formas muy variadas y fue ejecutado tanto
en ladrillo, como en piedra.

Construido habitualmente recercado de mocárabes descolgados, es


característico del Este del irán y la India.

3.1.4.3.5. El arco lobulado

Es probablemente una germinación lógica que, partiendo de un pequeño arco


de herradura que resolvía un vano de escasa longitud, tuvo que multiplicarse
simétricamente al ensancharse el hueco, originando el arco trilobulado o
pentalobulado, para pasar más tarde a un mayor número de lóbulos y quedar
transformado en un arco polilobulado y finalmente angrelado.

ORTEGA ANDRADE, F. Arco lobulado, angrelado y de cortina.


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

49
3.1.4.3.6. Bóveda

La bóveda no se asocia al edificio religioso, en todo caso es más propia de la


construcción funeraria. Aunque, puede decirse que la arquitectura musulmana
no asignó una función específica que requiriese la presencia de ella.
De igual modo sucede con el material utilizado, ya que éste no estaba
subordinado a un determinado tipo de bóveda.

Las más comunes de la arquitectura en estudio son las siguientes:

- bóveda de nervaduras cruzada


- bóveda de poligonalización
- bóvedas piramidales de plegaduras
- bóveda de cañón

Como originales nos encontramos con.

- artesa de bóvedas asociadas


- cúpulas
- bóvedas de ladrillo por tajadas

ORTEGA ANDRADE, F. Bóvedas


(Historia de la Construcción. Libro Cuarto: Visigoda e Islámica, 1998).

En la bóveda de nervaduras, los arcos circulares salvan la planta cuadrada


dejando libre el centro de la bóveda. En ella, los nervios que arrancando desde
los puntos medios de los lados y que divergen hasta encontrar los lados
contiguos, se cruzan con los otros nervios a alturas distintas, de manera que
las intersecciones se producen con gran dificultad.

50
3.1.4.4. Revestimientos

Los enlucidos.

El yeso es el material más por excelencia para cementar enlucidos y morteros.


Este necesita de mayor temperatura de cocción que la cal para adquirir sus
propiedades. En general es cierto que el yeso se prefería para estucos de gran
precisión y esmerado acabado, mientras que la cal para el mortero en lugares
húmedos, en enlucidos para tejados o en enlucidos de mármol. Así mismo, la
cocción realizada a cada una de ellas constituía oficios diferentes. Se
mantenían entre 12 y 24 horas en el interior del horno a fuego intenso, cuánto
más tiempo a fuego lento mejor, entonces el material se comprimía con tierra y
se dejaba enfriar.

La cal se vendía directamente para proceder a su apagado antes de su


utilización, en cambio el yeso debía ser molido en molino de muela vertical
antes de que estuviera listo para su uso. El estuco de yeso era empleado para
la decoración ornamental, era barato y sencillo de trabajar. Los enlucidores
fueron desarrollando mezclas y técnicas de aplicación: algunos empleando cal,
consiguieron enlucidos sorprendentemente duros y duraderos, mientras que
otros destacaban por su extrema suavidad.

Como ejemplo, explicamos a continuación la técnica llevada a cabo en el


Yemen, donde se conserva este oficio sin haber sufrido a penas cambio
alguno:

En primer lugar se mezcla la cal con una finísima arena resultante del molido
de mármol. Tras dejar fermentar una semana se procede a su aplicación capa
a capa. Se extienden dos o tres capas y, a cada una de ellas, con
independencia, se las golpea durante 3 días con piedra. Finalmente se pule 3
veces con piedra pómez. Una semana más tarde se cepilla con agua haciendo
uso de un cepillo fino y es entonces cuando la superficie cambia de color
adquiriendo una tonalidad crema. Luego se aplica con un paño a mano, tuétano

51
de hueso, lo que contribuye a completar el bruñido y el aspecto de mármol que
presenta.
La diferencia con el enlucido de yeso estriba en que requiere de 3 trabajadores:
uno que cribe, otro que amase y evite su fraguado inesperado, y otro que
aplique o incluso moldee de modo decorativo la superficie a enlucir. En este
caso, se deja la capa solidificar después de haber sido extendida para proceder
a su posterior talla con cuchillo o molde.

3.1.4.5. Carpintería y talla de madera.

Aunque se sabe que en los países islámicos existe escasez de esta materia
prima, los techos eran en su mayoría de madera, a menudo ricamente tallada,
y las ventanas con celosía de madera fueron siempre un rasgo corriente en
arquitectura doméstica.
El hecho de que se aprovechase la madera vieja era probablemente debido,
más que a una gran escasez, a sus connotaciones originarias o que había
adquirido un cierto grado de santidad.

La talla de la madera era un oficio


especializado cuyos técnicos
realizaban desde la talla en relieve y
la talla en rehundido, hasta los
diversos tipos de celosías de madera
torneadas y caladas. El tornero
usaba un simple torno, que
accionaba con la mano izquierda
mientras que con la derecha sostenía
un cincel. Éste se accionaba
haciendo correr hacia delante y hacia

MICHELL, G. Pilar y artesonado en atrás una cuerda tensada colocada


madera Palacio Ali-Qapu. en un arco. Las piezas torneadas y
(La Arquitectura del Mundo Islámico,
2000) unidas entre sí formaban los
complicados enrejados de las
ventanas con celosías en muchas
regiones.

52
3.1.4.6. Trabajos en metal.

El metal tuvo una aplicación muy limitada dentro de la arquitectura islámica,


generalmente en puertas o cerca de ellas, siendo muy frecuente encontrarlo
extremadamente decorado. Existen bisagras y cerraduras de metales muy
diversos: hierro, latón, plata e incluso oro, pero también piezas más
complicadas, tales como tiradores, aldabas, placas y tachones.

Encontramos que había dos tipos de bisagras: aquellas de pivote, de influencia


iraní, o las más comunes: largas bisagras con pernio que encajaba en una
hembra circular fijada al marco de la puerta o ventana.

MICHELL, G. Puerta de hierro con hilera


de tachones y tiradores. Irán
(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000)

Con frecuencia los pestillos eran similares a las bisagras y enganchaban


asimismo a una hembra circular. Otras veces se usaban cerrojos de resbalón,
con agujeros taladrados para ponerles candados.

53
3.2. Vinculación del agua al mundo religioso.

Hay una frase muy característica de la religión árabe, que dice así: “la limpieza
es parte de la fe” (al-nazafa min al-iman). La frase corresponde a un hadit, y
ello quiere decir que está directamente vinculada a la figura del propio profeta
Muhammad, a su conducta personal, a toda la tradición que en torno a él se ha
ido elaborando en la doctrina islámica.
La frase expresa con absoluta claridad lo que en un principio ético e ideológico
indiscutible: la vinculación de la noción de “limpieza” al mundo de lo religioso,
como elemento inseparable de la fe que es ejemplar manifestación de ella.

Nos situamos pues en un terreno que no tiene absolutamente nada de


insignificante, frívolo o baladí. Nos situamos en un terreno de valores
fundamentales, de principios básicos originarios, que definen y singularizan
tanto a la comunidad que por ellos se rige, como a cada uno de los individuos
que la constituyen, y a los que también se aplican13.

“Se dice que la unión carnal es uno


de los mayores remedios de la
atríbilis, por la alegría que se
experimenta en el momento de
consumarla, y que otro remedio es
entrar en el baño, por el placer que
en él recibe el hombre. En realidad,
aquél a quien le guste disfrutar de las
delicias del mundo debe aprovechar
cuantas facilidades encuentre para
satisfacer su apetito, porque quien
arrebata a la suerte una hora de
placer, eso se encuentra, y quién la
deja para más adelante eso se
pierde, ya que el hombre es efímero
e hijo del instante”.
13
ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. (Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García
Gómez). Alianza Editorial. Madrid, 1980. pp. 215.

54
El Hamman no tenía como misión sólo la limpieza corporal pues, como piensa
el profesor Lévy-Provenzal, la limpieza del cuerpo en el mundo islámico es una
obligación religiosa: las abluciones o aguado (al-wudu). Así pues, además de
las abluciones que se hacían en las fuentes o mida de los patios (sahn) de las
mezquitas, el baño cumple una función ritual muy importante, y era uno más de
los modos para alcanzar la pureza legal antes de la oración, lo que en la
teología islámica se denomina tahara.

MENÉNDEZ PIDAL, R. (Historia de España,1965)

Interesante es observar cómo Ramón Menéndez Pidal, en su libro Historia de


España, describe la importancia que tiene el aseo anterior a la oración.

55
VILCHEZ VILCHEZ, C. Tramo central. Baño de Alhama (Algarra, J.)
(Baños Árabes, Granada, 2001)

En el id al-fitr o gran fiesta de la ruptura del ayuno al finalizar el Ramadan, los


baños eran un hervidero de creyentes que hacían una limpieza completa de su
cuerpo. Según el compilador Argelino al-Maqqarí (siglo XVII) los habitantes de
Al-Andalus destacaban por su limpieza y practicaban además en los hamma o
manantiales minerales la hidroterapia.14

Leemos en el Corán (v,6): “¡Creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la azalá


(oración), lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasad las manos por la
cabeza y lavaos los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza legal,
purificáos…y (si) no encontráis agua, recurrid a arena limpia y pasadla por el
rostro y las manos”15. Como vemos, es tan rígida esta obligación de las
abluciones que cuando no había agua se recurría a la arena, rito que en árabe
se denomina tayammum.
14
ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García
Gómez. Alianza Editorial. Madrid, 1980.
15
CORTÉS, J. El Sagrado Corán. Biblioteca Islámica «Fátimah Az-Zahra» 2005, El Salvador.
p.182.

56
Sin embargo el hammam, además de rito religioso era entendido como
expresión del placer corporal provocado por las fases de cambio de
temperaturas extremas, al igual que ocurría en las termas romanas, y nos
repite el sentido hedonista de la vida islámica. Para comprender mejor este
aspecto transcribo un poema del escritor Ibn Baqi:

“Nuestro hammam es abrasador como la estación


de la canícula, pero al mismo tiempo encierra
en ella el frío vivo que no hace mal.
Dos contrarios entre los cuales el cuerpo humano
experimenta una gran voluptuosidad, como la rama
que goza conjuntamente del sol y de la lluvia”.

Este hedonismo es el origen de la utilización en el hammam hispano de


esculturas romanas reutilizadas, y de la etapa islámica en la que se realizaban
representaciones figuradas, humanas y animales, en escultura, pintura y
mosaicos, representaciones que en árabe se las conoce como suwar al-
hammam.

“Es falsa la creencia según la cual el baño fue en España una práctica
exclusiva de la población islámica y no de la cristiana y judía. Por el contrario,
entre los cristianos se bañaban reyes, nobles, burgueses e incluso frailes y
monjas”16

Numerosas fueron las ciudades que recogen la regulación del uso de los
baños, utilizados en los siglos XII, XIII y XIV. En algunas ciudades se empleaba
el baño por las tres etnias conjuntamente, y en otras había días concretos para
cada una. Este aspecto novedoso en el estudio de los baños fue dado a
conocer por primera vez por Aníbal Ruiz-Moreno, en su exilio de Buenos Aires.
Incluso se llegaron a construir nuevos baños idénticos a los árabes en ciudades

16
GOODWIN, G. España Islámica. Editorial Debate. Madrid, 1991.pp. 25-26

57
como Barcelona y Gerona en el siglo XII, y musulmanes granadinos erigieron el
baño del palacio de Tordesillas por orden del rey castellano Alfonso XI en el
siglo XIV.

Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M.C. del Campo Moreno

A finales de la Edad Media se abandonan los baños en la España cristiana


porque se pensaba que quienes los usaban pecaban de “molicie y
afeminación”. No cabe duda de que existió un transfondo integrista y racista en
este hecho, que se encargaría de trasladar la Inquisición a la población en
general.

58
3.3. Arquitectura, construcción y funcionamiento del
Hammam.

Los baños siguieron siendo edificaciones utilitarias dedicadas a la higiene


corporal que podríamos llamar clásicas por la influencia tan directa que
recibieron de las termas romanas. La principal diferencia se impuso en la etapa
emiral-califal (siglos VIII-XI), momento en que las salas se sitúan paralelas e
inscritas en un cuadrado o en un rectángulo, como ocurre en los baños del
Campo de los Mártires de Córdoba, y en los baños anejos al salón Rico de
medinat al-Zahara. Esta tipología será la que continúe a lo largo de todo el
periodo hispanomusulmán.

MICHELL, G. Los Baños de Gany Ali Jan en


Kirman
(La Arquitectura del Mundo Islámico, 2000).

Según henri Péres podemos establecer una distinción en la etapa islámica,


entre los baños naturales o hamma y los baños clásicos, que en la actualidad
denominamos “baño turco” por influencia del romanticismo pictórico, y que en
árabe se llama hammam, plural hammamat. 17
Los hamma o manantiales de agua caliente y mineral abundaban en tierra
granadina (Sierra Elvira, La Mahalá, Alicún de Ortega, baños de Graena,
Alhama, etc.), pero no en todos se construyó un edificio que los albergara. De
hamma precisamente deriva el topónimo Alhama, del que tenemos ejemplos en
Zaragoza (Alhama de Aragón), en Murcia, en Almería y en Granada.

17
VILCHEZ VILCHEZ, C. Baños Árabes. Granada guías de Historia y Arte. Los libros de la
estrella. Diputación de Granada. Granada, 2001.

59
MICHELL, G. Hammam de Istambul s. XVIII
(La arquitectura del mundo islámico, 2000)

La estructura del hammam seguía fielmente el esquema romano, tomando


proporciones menores y eliminando una serie de salas complementarias.
Según Torres Balbás18, conocemos el nombre árabe de las distintas
dependencias del hammam gracias a un documento mozárabe del siglo XIII de
reparación de un baño propiedad del Monasterio de Dueñas de San Clemente,
(Toledo).

ORTEGA ANDRADE, F. Baño del Palacio de


Comares
(Historia de la Construcción IV, 1998)

18
TORRES BALBÁS, L. Los baños públicos en los fueros municipales españoles. Al-Andalus
Tomo XI. Madrid, 1946.

60
ORTEGA ANDRADE, F. Baño del Palacio de
Comares
(Historia de la Construcción IV, 1998)

LÓPEZ RECHE. M. Baño del Palacio de Comares


(Archivo de la Alhambra, s. MPD, 2970)

Por lo general, la planta del baño musulmán consta de una primera estancia
denominada al-bayt al maslaj, que corresponde a aquella bautizada en Roma
como apoditerium, vestíbulo de ingreso donde el cliente descansa, espera y se
desviste. Servía de guardarropa y sala de reunión, ya que en los muros de esta
estancia suelen abrirse taqas, camarillas de escaso fondo destinadas a
depositar la ropa. Exterior a esta zona solían venir emplazadas las letrinas,
retrete abierto por una ranura vertical en el suelo donde corría el agua,
generalmente un pequeño cubículo.

61
La siguiente estancia es denominada al-bayt al-barid, que corresponde a la
sala fría, o frigidarium en una terma romana. Estas dos salas, generalmente de
planta rectangular, suelen estar atajadas en sus extremos mediante arcos
perpiaños o gemelos, que originan espacios destinados al reposo (iwan). 19

Figura. S. Fría. Baño Bañuelo (Granada)

Figura. S. Fría. Baño el Polinario(Granada)

VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

La tercera estancia, la más espaciosa del baño, y correspondiente a la sala


templada o de vapor, cuyo nombre latino es el de tepidarium, se denomina en
la arquitectura islámica al-bayt al-wastani, que en árabe significa literalmente
“la sala intermedia”. Por su mayor dimensión, suele organizar la cubrición del
espacio central mediante cúpula apoyada en columnas.

19
IWAN. No han de confundir este espacio dedicado al reposo con aquél de los palacios persa-
sasánidas. Este último era una sala rectangular o cuadrada, con 3 de sus 4 lados cargados,
que servía de acceso a dichas edificaciones.

62
Sala Templada. Baños Bañuelo y de la Judería de Baza.
VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

La cuarta sala, corresponde al caldarium o sala caliente de la época romana y


tiene la denominación árabe de al-bait al-sajun. El suelo de dicha estancia,
permanecía hueco y se sostenía por pilares de ladrillo, era una cámara de
tradición romana para calentar el suelo desde el horno. Como el suelo se
mantenía a altas temperaturas los usuarios circulaban desnudos pero calzados
con gruesos zuecos o alcorques de suela hueca, que impedían la transmisión
del calor y, como consecuencia, que se quemaran.

63
Sala Caliente en Baños Comares y Polinario. VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada,
2001).

La zona de servicio o hypocausis, hueco o arco de medio punto abocinado,


contaba también con caldera o al-burma, y todo este sector recibía el nombre
genérico de horno o al-furn (término derivado directamente del latino furnus),
aunque lo conocemos más comúnmente cómo leñera.

En algunos baños también se conserva un angosto callejón que era utilizado


para el acarreo de leña por acémilas, y que Jesús Bermúdez Pareja denominó
“calle de servicio del baño”. Quedaba abierto a modo de patio para facilitar el
acceso de las caballerías con sus cargas de combustible, ya que para caldear
el baño, se quemaba en el hornillo todo aquello que podía arder, sin molestias
para el vecindario.

64
Hypocausis. Baño de la plaza del mercado de S. Agustín
VILCHEZ VILCHEZ, C. (Baños Árabes, Granada, 2001).

Respecto a el combustible, es curioso el relato que hace Michael Jenner, en


1984, en una crónica viajera a Sana’a, ciudad del centro de la meseta yemení
que estuvo durante siglos cerrada a la influencia arquitectónica actual: “El viaje
termina con una entrada al interior de la casa de baños (hammam) provistos de
una guía, en donde se enumeran 17 establecimientos de éstos, después de
una iniciación al ritual del baño. El combustible más importante es el
excremento humano (khara), recogido para proporcionar gran calor…El arriero
que abastece al baño con tal combustible, saca luego de él las cenizas, que
vende como abono a huertos y jardines donde se cultivan legumbres. Así, el
ciclo comienza de nuevo con la producción de alimentos.” 20

En cuanto a su construcción, los baños eran edificios de gran solidez, dado su


uso. Fundamentalmente se utilizaba para elevar los muros hormigón de cal
hidráulica, y para las bóvedas la piedra o el ladrillo. La tipología de las bóvedas
se relacionaba con el espacio que cubrían: las de medio cañón, rectángulos, y
las de aristas y esquifadas espacios compartimentados sostenidos por muros y
columnas.

20
JENNER, M. “Sana’a-Summit of Islamic urbanism”,The International Magazine of Arab
Culture. Iraqui Cultural Centre of London. Londres, 1984. pp. 54 y 55

65
En el interior se cubrían los muros con un duro estuco, algunas veces
policromado, para poderlos limpiar fácilmente y con asiduidad. La disposición
en muros de los huecos de paso de una sala a otra determinaba ejes
quebrados de entrada y salida.

Restos de muro. Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M.C. del Campo Moreno

El suelo solía ser de mármol o de ladrillo. El pavimento de las distintas salas se


organiza con pendientes mínimas que aseguraban la eliminación del agua
vertida o derramada, las cuales eran conducidas hasta el exterior del hammam.
La naturaleza de esto pavimentos variaba desde el mármol y el barro cocido
hasta la piedra natural, en función del papel que cada estancia desempeñaba.

66
VILCHEZ VILCHEZ, C. Fuente baja de la Sala Vestuario. Baño del palacio de Dar al-Arusa
(Baños Árabes, Granada, 2001).

El caño o desagüe, el humero o chimeneas y las cenizas procedentes del baño,


son tres elementos que han de evitar problemas a la vecindad, salvo que el
hammam sea más antiguo que las edificaciones levantadas en su entorno. El
hornillo constituía la parte sucia del baño donde trabajaban esclavos,
generalmente cautivos cristianos en espera de remisión. Éstos, caminando
sobre las bóvedas de cubrición del baño, cerraban o abrían las lucernas
(midwa, madawi en plural) mediante cristales coloreados, graduando así la
temperatura interior. Son estos orificios de forma geométrica (lobuladas,
cuadradas, rectangulares, hexagonales, octogonales o estrelladas) los que
cumplían una doble misión: en primer lugar daban luz cenital, y en segundo
lugar regulaban la cantidad de vapor y calor de las salas, según era la apertura
de los cristales que las tapaban. Las madawi eran muy llamativas, ya que
lucían colores muy diversos.

67
VILCHEZ VILCHEZ, C. Detalle de lucernas. Baño de Comares
(Baños Árabes, Granada, 2001).

Bajo el arco abocinado ubicado entre el la sala caliente y el hornillo, un tabicón


separaba la parte sucia de la limpia del baño, evitando el paso del humo. Esta
pared será eliminada en época cristiana por la costumbre de permanecer
sentados ante el fuego sin molestias ante la presencia de aquél.
A ambos lados del hornillo solían disponerse nichos profundos, conteniendo
pilas de agua fría y caliente.

“La construcción del hypocausis bajo el pavimento de las salas templada y


caliente del baño, se organiza partiendo de un conducto principal que se inicia
en el hornillo, lugar de apoyo de la gran caldera de cobre donde se calentaba el
agua para todo el edificio”.21 Este conducto, ramificado en otros secundarios,
acaba conectándose con chimeneas abiertas en los muros, por donde el humo
y el aire caliente escapaban al exterior. Montado el pavimento sobre la red de
canales subterráneos, quedaba altamente caldeado; vertiendo agua fría sobre
él, podía obtenerse vapor para el correspondiente baño caliente.

21
DELGADO VALERO, C. Toledo Islámico: ciudad, arte e historia. Caja de Toledo. Toledo,
1987. p. 280.

68
Canalización. Baño de Tenerías. Toledo.
Autora M.C. del Campo Moreno

La alimentación de agua a la caldera y desde ella a las distintas pilas se lleva a


cabo a través de conductos de barro (atanores) o de plomo que, alojados en
muros, prestan a éstos su calor perdido.

El recorrido interno del agua en el hammam no era complejo porque no


necesitaba de una gran red de tuberías, ya que sólo se utilizaba en la caldera y
en las pilas de agua fría y caliente, y para conseguir producir vapor por medio
de una diminuta fuente generalmente situada en al-bayt al-wastani. Aunque la
red interna de agua era pequeña, necesitaba el baño una gran afluencia. Para
conseguir este objetivo el hammam se abastecía de distintas maneras,
normalmente a través del entramado de acequias (al-saqiya) que recorrían las
ciudades y los campos. Muchas veces se complementaba el abastecimiento
con aljibes (al-jubb) que aseguraban el suministro, como ocurrirá en las
Mercedarias de Granada (madinat Garnata) o en el palacio de los
Abencerrajes de la Alhambra (madinat al Hamra).

69
Si la orografía así lo requería, se utilizaban las norias (na’wra) que subían el
agua desde las acequias o ríos, como encontramos en los baños de Ronda o
en el de Dar al-Arusa en el cerro del Sol, sobre el Palacio del Generalice.

VILCHEZ VILCHEZ, C. Alzado y Planta del Baño de Alhama (dibujo Manzano Martos, R)
. (Baños Árabes, Granada, 2001).

En la etapa musulmana, como ocurrió en la época romana, había baños


públicos en las ciudades y pequeños pueblos, así como baños privados que se
construían en los grandes palacios y casas del estamento privilegiado.
Los baños públicos eran generalmente propiedad de las mezquitas y con la
recaudación se ayudaba a su mantenimiento. Eran construidos por lo emires y
grandes personajes, que los donaban a las mezquitas para su mantenimiento,
gracias al sistema de fundación piadosa de los hábices o ahdis. Un arrendador
era el encargado y lo ayudaban los mozos del baño o tayyab, y los masajistas
o hakkak, que limpiaban el baño, atendían la caldera y regulaban las lucernas.

70
El funcionamiento del baño público estaba perfectamente regulado y se
prohibía expresamente la coincidencia de hombres y mujeres. Según el
arrendador Ibn Abdun “el arrendador del baño no puede sentarse en el
vestíbulo cuando éste se abre para las mujeres, por ser ocasión de libertinaje o
fornicación”.22

Por las mañanas acudían los hombres y, por la tarde, las mujeres, las más
asiduas clientes del hammam en opinión del profesor Rachel Arié. Allí se
reunían con amigas y conversaban mientras se dedicaban largo tiempo al
cuidado de la piel con aceites y al teñido del pelo con alheña. A su servicio
estaban las maquilladoras o masita. Ibn Abdul especifica que “las pilas de los
baños públicos deben estar tapadas, porque si quedan al aire libre no se podrá
evitar que se ensucien, siendo así que estos lugares han de ser limpios por
definición”.23

22
PORRES MARTÍN - CLETO, J. Un enigma histórico El baño de la Cava. Fundación Juanelo
Turriano. Toledo, 1991. p.p. 75-76
23
PORRES MARTÍN - CLETO, J. Un enigma histórico El baño de la Cava. Fundación Juanelo
Turriano. Toledo, 1991. p.p. 81-82

71
3.4. El declive de los baños árabes

En las capitulaciones de los Reyes Católicos y Boabdil (Muhammad XII)


firmadas a fines de 1491, se ordenaba que los musulmanes que quedaran en el
reino de Granada “pudieran guardar sus buenos usos y costumbres.”24

Esta población se denominó morisca a partir de su paso a la corona española y


convivió con los dominadores cristianos. Pero la realidad se impuso y se
produjo lo que algunos historiadores han definido como “la imposible
coexistencia”.

Aunque el conde de Tendilla y el arzobispo fray Hernando de Talavera


respetaron en gran medida los pactos capitulados, algunas personas
relevantes, entre ellas los propios Reyes Católicos, que volvieron a Granada en
1499, como el arzobispo Cisneros, provocaron con su intransigencia la primera
rebelión de los moriscos entre los años 1499-1502. Se quería ante todo la
conversión obligada y el abandono de las costumbres de este sector de la
población.

En el año 1500 se hicieron unas “recomendaciones” a los moriscos del Albaicín


y por defecto a todos los que vivían en España, contra lo pactado en 1491,
algunas tan flagrantes como: “Lo primero que olvidéis toda ceremonia y toda
cosa morisca de la oración, en ayunos, en pascuas y en fiestas y en
nacimientos de criaturas y en bodas y en baños…”25

En el Cabildo de Granada de 30 de julio de 1501 ya no sólo se aconsejó el


abandono de los baños, sino su prohibición, porque se pensaba que era un
lugar de reunión para la conspiración de los moriscos; prohibición que se
mantuvo durante algunos años. Tras la derrota de la rebelión, se les ofreció

24
ALLAH, A. El siglo XI en 1ª persona. Traducción de E. Lévi- Provencal y Emilio García
Gómez. Alianza Editorial. Madrid, 1980.p.87
25
MICHELL, G. La Arquitectura del Mundo Islámico. Alianza Forma. Madrid, 2000. p.p.93-94.

72
elegir entre la conversión masiva o el destierro al norte de África. Ante esta
disyuntiva, los moriscos que quedaron en España decidieron lo que el
antropólogo Julio Caro Baroja denominó como fenómeno de la taqqiya o
“disimulación” ante el poder hostil de los cristianos. Nos encontramos pues en
todo el siglo XVI con “moriscos disimuladores” que en público visten con
discreción y han abandonado sus costumbres y la fe islámica, y en privado
practican sus ritos y son auténticos musulmanes o “creyentes.

A lo largo del siglo XVI, en la época de Carlos V la vida de los moriscos se va


cristianizando, culminando el proceso cuando el emperador da permiso a la
Inquisición para entrar en la ciudad en 1526. Desde principios de siglo se
produce una remodelación de las ciudades españolas de mayor peso en
arquitectura islámica (plazas, calles, prohibición de saledizos, etc.) que se
remata con la conversión de las mezquitas en parroquias.

Sin embargo, es en la época de Felipe II cuando la situación se agravará. En


1566 y 1567 culmina todo este proceso con la promulgación de varias
pragmáticas que prohíben definitivamente el uso de la lengua árabe, de la
vestimenta tradicional, de las fiestas, del uso de la alheña por las mujeres, así
como el uso de baños árabes al ser considerados lugares construidos para la
conspiración: “Que no se bañaren en los baños artificiales y que los existentes
se destruyeran”26.
Esta pragmática fue respondida por el insigne Francisco Núñez Muley en la
Real Chancillería de Granada, como muestra del pensamiento de aquellos
tiempos, aunque sería despechado al ser rechazados sus argumentos. Esta
sería la base de la segunda rebelión de los moriscos, que comienza en 1568.

Vencidos finalmente, los moriscos fueron expulsados por Felipe III en 1610. A
partir de entonces los baños dejaron de utilizarse derribándose muchos de
ellos; no obstante, por suerte algunos han llegado hasta nuestros días, como el
de Tenerías (Toledo), objeto de este estudio.

26
GRABAR, O. ETTINGHAUSEN, R. Arte y Arquitectura del Islam 650-1250. Ediciones
Cátedra. Madrid, 2000. p.23.

73
4. Los baños árabes encontrados en Toledo

4.1. Geología, geomorfología y localización geográfica

Como fundamental para la elaboración de las piezas de ladrillo que conforman


la edificación en estudio, no podemos dejar pasar la oportunidad de detallar en
este capítulo, a modo de preámbulo, la descripción detallada de la
geomorfología existente en la ciudad de Toledo.

Toledo en 1934

Paula López Arce Martínez en su Tesis: Ladrillos de edificios históricos de


Toledo: caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su
conservación y restauración (Universidad Complutense de Madrid. Madrid,
2004), recoge todos los datos a este respecto.

La ciudad de Toledo se sitúa en la Hoja 53 del Mapa Geológico de España


(IGME, 1986) a escala 1:200.000, abarcando mayoritariamente la provincia de
Toledo, y parte de las provincias de Madrid y Ciudad Real. Los mapas
geomorfológicos (Instituto Geográfico Nacional, 1988) y geográficos (Instituto
Geográfico Nacional, 2002) donde se ubica la ciudad, corresponden a la Hoja
de Toledo-Sonseca a escala 1: 50.000, y a las Hojas 629-III Toledo (35-50) y
629-IV Sta. María de Benquerencia (36-50) a escala 1:25.000.

74
Topográficamente la ciudad de Toledo delimita tres grandes regiones, al Sur se
encuentra la Meseta Toledana, al Norte la región de La Sagra, y la parte
central, lo constituye el Valle del Tajo.

La Meseta Toledana, desde un punto de vista geológico, pertenece al Macizo


cristalino de Toledo, unidad compleja constituida por rocas metamórficas de
tipo migmatítico, junto con rocas plutónicas y enclaves de rocas menos
afectadas por el metamorfismo.

Las rocas de bajo metamorfismo son pizarras con intercalaciones de niveles de


calizas, dolomías y calcoesquistos, sobre las que aparece discordante un nivel
de conglomerados que pasan a alternancia con cuarcitas y pizarras. Tienen
edad Paleozoica (Cámbrico inferior, superior y Ordovícico) y afloran en el
centro de la meseta Toledana formando los relieves de la alineación de los
cerros del Pulgar, Layos, Nambroca y Almonacid, que se sitúan entre las dos
unidades geológicas cristalinas, quedando al Norte la migmatítica y al sur la
granítica. El piso culminante que corona los relieves montañosos aislados lo
forman las cuarcitas armoricanas Ordovícicas del Arenig.

Toledo en la actualidad Autora LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P.

75
Las rocas plutónicas afloran al Sur de la Meseta y están representadas por un
batolito granítico intrusivo de edad hercínica, en el que se distinguen
granodioritas y adamellitas.

El casco antiguo de Toledo se asienta sobre el zócalo migmatítico, en el Norte


de la meseta Toledana, donde el río Tajo, que discurre de Este a Oeste, forma
un meandro encajado que ha dado lugar a un valle estrecho de vertientes
abruptas que rodean el casco histórico de Toledo.

Las rocas que constituyen este complejo de alto metamorfismo catazonal


(facies anfibolitas) son principalmente arteritas (estructura bandeada con mayor
componente feldespático que micáceo), anatexitas (rocas intermedias entre las
gneisico-migmatíticas y las graníticas, compuestas de cuarzo, ortosa y
plagioclasa, con textura gruesa) y agmatitas (mineralogía de las arteritas pero
sin estructura bandeada).

El valle del Tajo, se corresponde geológicamente con la llanura aluvial


cuaternaria del Tajo. Los valles de la vertiente Norte, descienden rectos en
dirección N-S buscando el nivel de base en el río Tajo. La vertiente Sur está
formada por el escalón topográfico que enlaza la superficie de la Meseta
Toledana con el fondo del valle.
Los barrancos que han labrado profundos surcos proceden del interior de la
meseta cristalina y del borde superior del propio escalón topográfico. Esta
unidad está formada por depósitos de sedimentos pleistocenos y holocenos de
origen fluvial, que han dado lugar a los fondos aluviales del valle del Tajo y a su
sistema de terrazas. Los depósitos de las terrazas son cantos, gravas, arenas,
básicamente cuarcíticas, y limos de litología cuarcítica, con una importante
proporción de granitos y menor de calizas. Los fondos aluviales están
constituidos por materiales finos, arenas, arcillas y limos.

En el margen derecho del río (al Norte) se encuentran materiales terciarios


miocenos de granulometría gruesa formados principalmente por
conglomerados y arenas, y es sólo a medida que se avanza hacia el norte
cuando comienzan a aparecer arcillas, margas y calizas margosas

76
correspondientes al Mioceno Superior. En general, hacia el Oeste y a lo largo
del valle del río Tajo, aparece una monótona sucesión de margas rojizas y
arenas arcósicas, más o menos arcillosas, con algunos niveles delgados de
cuarcita, cuarzo, y rocas cristalinas muy alteradas. Esta facies detrítica se
denomina «Facies Toledo» y es característica del borde sur de la fosa del Tajo.

En el margen izquierdo del río Tajo (al Sur), dentro de la llanura aluvial, se han
localizado restos de antiguas tejeras, que por el fácil acceso a la ciudad de
Toledo, su proximidad al río y por las arcillas que aparecen intercaladas en
terrazas aluviales cuaternarias, en las que abundan limos, arenas y arcillas,
estaban ubicadas en zonas perfectas para fabricar los ladrillos de la mayor
parte de los edificios históricos de Toledo.

La región de La Sagra, se encuentra en la cuenca terciaria del Tajo, unidad que


se extiende al Norte de Toledo desde su contacto con el macizo cristalino.
Sobre ella se asienta el Valle del Tajo, a excepción del tramo correspondiente a
la parte del zócalo migmatítico donde se ubica el casco histórico de Toledo. Los
materiales que constituyen esta unidad están formados por rocas
sedimentarias premiocenas, conjunto de edad cretácica, formado por una serie
de areniscas con intercalaciones margosas sobre las que afloran calizas
blancas muy erosionadas. Sobre estos materiales calcáreos se apoyan
terrazas fluviales o coluviones de ladera. Estos afloramientos son muy escasos,
limitándose al Este de la ciudad de Toledo, asociados a las grandes fracturas
alpinas, y adosados al escarpe Norte del macizo cristalino, en el contacto de
los materiales migmatíticos del zócalo y los sedimentos miocenos.

La serie miocena del borde Sur de la Cuenca del Tajo, se puede dividir en
cinco unidades litoestratigráficas, en función de su mineralogía y química
(García Romero E.et al, 1990). Las formaciones con carácter más terrígeno
(«Formación de Arenas Gruesas Rojas», «Formación de Arenas Gruesas
Pardas» y «Formación de Arenas Finas con Sepiolita, Sílex y Carbonatos»),
presentan una composición mineralógica resultante de los procesos de
herencia de los productos de alteración del área fuente, a excepción de los
niveles de sepiolita y ópalo que aparecen en la «Formación de Arenas Finas

77
con Sepiolita, Sílex y Carbonatos», que son depósitos autígenos. Las
formaciones detríticas más finas («Formación de Arcillas Rojas de la Sagra» y
«Formación de Arcilla Verdes») son el resultado de fenómenos de
transformación y neoformación.

Los materiales de la «Formación de Arenas Gruesas Rojas» proceden


directamente de la erosión de los Montes de Toledo y se caracterizan por la
presencia de abundantes cantos angulosos de rocas metamórficas, debido a
un transporte corto con mala clasificación. Son sedimentos depositados en las
zonas proximales de los abanicos aluviales situados en el borde sur de la
depresión y transportados por procesos de «debris-flow» y de «stream -flow».
Los filosilicatos que constituyen esta formación, principalmente esmectita,
junto con illita subordinada, resultado de la alteración en el área fuente, de
feldespatos y micas, probablemente se encuentra bajo un clima semiárido. Esta
unidad pasa lateralmente hacia el interior de la cuenca, a la «Formación de
Arcillas Rojas de la Sagra», con la que presenta una clara continuidad lateral.
Los sedimentos que la forman son principalmente lutitas illíticas que
constituyen la base de la industria cerámica de la región.

Hacia el Oeste, y en continuidad con la formación anterior, se encuentra la


«Formación de Arenas Finas con Sepiolita, Sílex y Carbonatos», constituída
principalmente por sedimentos terrígenos de origen ígneo, que puede seguirse
hasta zonas muy próximas al borde noroccidental de la cuenca donde debería
situarse su área fuente. En las zonas más distales, entre los sedimentos
terrígenos, se encuentran intercalados niveles lenticulares de sepiolita que son
explotados en algunos puntos, asociados a esmectitas magnésicas, rocas
carbonáticas o silíceas según los sectores. El medio de sedimentación de estos
materiales en la región de La Sagra, corresponde a las partes más distales de
un sistema de abanicos aluviales que se desarrolló en dicho borde.

Sobre la «Formación de Arcillas Rojas de la Sagra», y en total continuidad, se


encuentra la «Formación de Arcilla Verdes», de naturaleza principalmente
lutítica con filosilicatos mayoritarios, esmectitas magnésicas de composición
saponítica. Sus características sedimentológicas son las propias de una facies

78
de «mud-flat» depositada en los márgenes del núcleo evaporítico de la cuenca.
El techo de esta formación está formado por una alternancia de lutitas, arenas
y carbonatos, que ocupan la posición estratigráfica más alta.

Por último, está la «Formación de Arenas Gruesas Pardas» la cual se


encuentra recubriendo parcialmente las formaciones anteriores a excepción de
las Arcillas Verdes.

4.2. Estudios arqueológicos.

En este apartado se pretende realizar una síntesis de aquellos estudios


arqueológicos desarrollados hasta nuestros días sobre la existencia de los
baños árabes en la ciudad de Toledo.
En este caso, los profesionales de la arqueología difieren en algunos puntos de
vista al no estar completos los datos que se disponen de las edificaciones en
análisis, motivo por el que ser referenciados mediante hipótesis de ubicación y
morfología de aquellas partes que no se han conservado o que todavía no se
conocen.
Comenzando por la localización de los baños aparecidos en la urbe nos
topamos con algunas teorías sobre su reconstrucción. Trataremos aquí
aquellas que en seminarios y congresos recientes han dejado constancia de su
aceptación y cuyos resultados fueron publicados.

ROJAS, J.M. Mapa de Toledo con la situación de baños

79
RUÍZ, A. / LLINAS, C. Mapa de Toledo con la situación de baños

Si convenimos que los baños son establecimientos de uso común y


generalizando entre la población musulmana, dada la necesidad de purificarse
mediante las abluciones o el baño antes de rezar y, en especial, antes de
asistir a la oración del viernes en la mezquita, parece lógico pensar que los
baños deberían estar distribuidos estratégicamente en distintos puntos de los
barrios, en especial de los más poblados. Por ello, “cabe pensar que deberían
hallarse muy cerca de las mezquitas y, puesto que se trata de edificios de uso
generalizado entre la población, sería importante que estuvieran bien
comunicados y con buena accesibilidad”27.
Vistas estas características que, además de parecer lógicas, se suelen
establecer de cumplimiento generalizado en la mayor parte de los baños
medievales, al analizar la ubicación de los que se conocen en Toledo
encontramos que el factor fundamental que se da para que un baño se
encuentre en un lugar determinado es la proximidad al punto de abastecimiento
27
PASSINI, J. / ROJAS, J. M. / VILLA, J.R. Los baños extramuros de San Sebastián. Al-
Qantara. CSIC. Revista de Estudios Árabes. Vol XVIII. Madrid, 1997. pp. 10

80
del agua. A partir de ahí, parecen quedar como factores de segundo orden la
cercanía a las mezquitas y la accesibilidad.

La conexión de los baños con las zonas de vaguadas o manantiales parece


darse en la mayoría de los casos que conocemos, si bien hemos de tener en
cuenta que la concentración de estos establecimientos contrasta con el vacío
de otras zonas de la ciudad con posible mezquita y densamente pobladas.
En cuanto al acceso, basta observar el caso del baño de Tenerías, donde se
presenta una zigzagueante y empinada rampa de la calle que quedaba junto al
extremo oriental del baño de Tenerías.

Esta cuestión de los caudales necesarios para mantener en funcionamiento un


baño nos lleva a plantear cuál sería el principal sistema de aprovisionamiento.
Por un lado se encuentran aquellos baños que, por su situación al final de
importantes vaguadas, podrían tener un aporte, básicamente de manantiales,
cosa que, casi con toda seguridad, no sucedería en la mayoría de los demás
baños, cuya situación a media ladera o en zonas elevadas les obligaría a
suministrarse de pozos.

También se sabe, gracias a los restos encontrados en el baño de Tenerías, que


tenían un aljibe o depósito, cuya función principal era, básicamente la
regulación del consumo, pues dada su pequeña capacidad, necesitaban tener
un importante suministro externo que repusiera los gastos diarios de agua.

A continuación hago un somero resumen de la hipótesis de ubicación según los


escasos restos arqueológicos encontrados:

81
4.2.1. El área de la Catedral

PASSINI, J. Área de la Catedral. (LOS BAÑOS Y EL AGUA EN TOLEDO,2006).

Según el arqueólogo Jean Passini, en contradicción con la historiadora Clara


Delgado, la cual tiene una nomenclatura sensiblemente diferente de los baños
con hipótesis de ubicación con ligeras variaciones, el área de la catedral que
fue el de la mezquita mayor desde el siglo IX al XI, comprende siete baños
localizados, cinco de ellos ubicados en el barrio del Cenizal y del Pozo Amargo
en los siglos XII y XIII.

El barrio del Cenizal y del Pozo Amargo


De estos cinco, tres eran bien conocidos durante la edad Media y deben
nombre al barrio, mientras los otros dos aparecen referenciados en los textos
de la época sin una designación precisa.

82
Fig. Barrios de Cenizal y Pozo Amargo

1. Baño del Cenizal.


2. Baño del Caballel.
3. Colegio de los Infantes.
4. Baño Ruinoso.
5. Baño del Pozo Amargo.
6. Plaza del Cenizal.
7. Casa de la Fuente

PASSINI, J. Área del barrio San Nicolás. (Los baños y el agua en Toledo,2006).

4.2.2. El área norte del barrio de San Nicolás.

En la Edad Media se mencionan tres baños en la parroquia de San Nicolás. El


primero, propiedad en el primer decenio del siglo XII del conde Pedro Ansúrez,
no está localizado con exactitud. El segundo, llamado “banno del espital”,
perteneció a la orden de Calatrava, que lo donó en 1249 a don Mair, almojarife
de Toledo. El tercero sirve de referencia para situar una casa en 1353, pero no
figura su nombre. Se dice que está cerca de la iglesia de Santa Cruz, y por ello
creemos que puede ser el mismo al que se alude en 1460 en la descripción de
una casa del arrabal de Santiago, de la que “una entrada como manguilla” linda
con la prolongación de la “calle del vanno de la Cruz ”.

83
No se ha podido localizar ninguno de estos baños, ni seguirlo después en los
textos. Por el contrario, el análisis del espacio y de las construcciones actuales
permitió hallar dos estructuras subterráneas en la zona norte del barrio, junto al
cauce natural de evacuación de aguas que desciende desde el punto más bajo
de la calle de Alfileritos, al pie de la colina de los Usillos, hacia la puerta de Bab
al-Mardum. A estas sub-estructuras, que evocan las de los baños antiguos,
vamos a llamarlas baño del Refugio y baño de Bab al-Mardum.

PASSINI, J. Área del barrio San Nicolás. (Los baños y el agua en Toledo,2006).

84
4.3. Interpretaciones acerca del baño árabe toledano.

Transcurridos alrededor de 10 años de estudio de los primeras edificaciones


encontradas (datada en 1997 la primera publicación de los hallazgos), los
arqueólogos responsables de las excavaciones consideraron que disponían de
datos suficientes para elaborar varias hipótesis sobre la función de algunas
salas que permanecían con una asignación errónea e incompleta. Esto nos ha
permitido entender el resto de los baños de Toledo, sobre los que también se
han elaborado hipótesis acerca de la función de las estancias conocidas y de la
ubicación de aquellas que no se han conservado o permanecen ocultas.

SPALZA, M. Tipos hipotéticos de baños árabes

Existen pues varios aspectos, como las razones de la distribución de los baños
o las fechas de su construcción en la ciudad, de los siglos X y XIII, en los que
las teorías existentes coinciden en afirmar que las garantías de abastecimiento
de agua prima en la elección de la ubicación del baño sobre la posible cercanía
a una mezquita, o la buena accesibilidad.

85
En el análisis realizado por los estudiosos de la materia (J.Passini, J.M. Rojas,
Clara Delgado, Carlos Barrio), sobre las funciones de las distintas estancias de
los baños toledanos, han creído encontrar varias características comunes que,
salvando las pequeñas diferencias que hay entre todas ellas, ya que no hay
ninguno igual a otro, las confieren una cierta singularidad respecto a la mayor
parte de los baños que se conservan en el antiguo al-Andalus. “Una de esas
características es la existencia de una sala de reposo y/o masaje, de pequeño
tamaño, claramente diferenciada de la sala templada. En Toledo no se conoce
ningún baño en el que esta sala sea mayor, o mucho mayor, que la caliente y
que, por tanto, hubiera concentrado las funciones de reposo y/o masaje junto a
las de aseo personal que, de por sí, se desarrollan en ella”.28

Entre las características comunes a todos los baños se encuentra la fortaleza


de la mayoría de las estructuras, en especial de las destinadas a la zona
húmeda o de baño propiamente dicha. De ahí que, a pesar de su antigüedad,
se hayan conservado buena parte de ellas. Las razones por las que son tan
sólidos se deben a que se trata de edificios que están sometidos a unas
condiciones especiales de uso, ya que sufren frecuentes dilataciones y
contracciones, junto con un alto porcentaje de humedad ambiental.

La manera de garantizar esa solidez no sólo debía estar basada en el


levantamiento de gruesos muros capaces de soportar el peso de las bóvedas
que cubrían esos espacios, sino también en la compensación de fuerzas y
empujes que se creaba en el conjunto de las bóvedas de las distintas salas.
Por tanto, estas estructuras abovedadas no sólo cumplían la importante función
de aislamiento térmico y acumulador de calorías, sino que, además
garantizaban la estabilidad del edificio.

Cabe concluir que, a la hora de edificar un baño, se tenían en cuenta unas


normas basadas en determinadas necesidades fundamentales. En primer
lugar, debían contemplarse las necesidades básicas e imprescindibles para

28
ROJAS, J.M. / GARRIDO, G. Informe final de Intervención Arqueológica en el baño de “El
Angel” en Toledo. Consorcio de la Ciudad de Toledo. Toledo, 2007. p.36.

86
que funcionase cualquier baño, como la compartimentación en distintas salas
con distintas temperaturas y una importante distribución de agua para letrinas
pilas y bañeras. A partir de ahí, cabe pensar que en cada baño se llevaban a
cabo las adaptaciones que requerían sus necesidades concretas.

Las dimensiones y las formas de cada estancia diseñada surgían de la


adaptación de un espacio y un presupuesto económico, sin olvidar las
influencias culturales que primaban en el momento de la edificación. Por tanto,
se puede resumir que se da un importante número de factores en el hecho de
que no exista ningún baño igual a otro, sin que, por ello, dejen de cumplir unas
mismas funciones.

87
5. El baño de Tenerías de Toledo
5.1. Preliminares.

Estos baños se encuentran localizados junto al camino que conduce a la senda


ecológica del río, lindando con la ronda de la Cornisa. En cualquier caso están
en relación con San Cipriano y San Sebastián (posibles mezquitas) y su
ubicación sobre esta ladera tiene sentido si nos planteamos que su disposición
sobre el terreno aprovecha su temperatura cálida de su orientación sur,
además de permanecer cerca de las corrientes subterráneas que discurren
bajo sus cimientos.

Su cronología sólo se conoce al ser destruidos por la Orden de Calatrava a


inicios del siglo XIII aunque se cree que estuvieron en uso durante el siglo XII.
Son un conjunto de estructuras relacionadas con el agua, pertenecientes al
mundo musulmán, y realizadas con fábrica de ladrillo que se compartimentan
en varias salas cuyas cubiertas han desaparecido. A ellos se accedía a través
de una puerta practicada en una cerca que rodeaba el conjunto para restringir
el acceso incontrolado.

Baño de Tenerías. Toledo. Autora M. C. del Campo Moreno

88
Los Baños fueron descubiertos y excavados entre 1988 y 1989.
Posteriormente, en 1997, la Confederación Hidrográfica del Tajo encargó
nuevas excavaciones y estudios a los arqueólogos Juan Manuel Rojas y
Ramón Villa. Los trabajos de investigación confirmaron la importancia del
yacimiento y la existencia de una ocupación humana durante la Edad Media,
que debió prolongarse hasta la Edad Moderna.

Tras su excavación los restos encontrados sufrieron un importante deterioro


provocado por el cambio producido en sus condiciones de conservación. En el
mismo momento de su descubrimiento comenzó la degradación. El equilibrio
alcanzado por los restos cubiertos durante cientos de años se rompe cuando
se lleva a cabo la excavación. Para ello se planteó el proyecto de recuperación,
que consistió en los siguientes trabajos:

 Intervención previa.
 Limpieza inicial.
 Consolidación.
 Puesta en valor y adecuación del yacimiento arqueológico.29

Actualmente un equipo se encarga de que el yacimiento esté en perfectas


condiciones de mantenimiento y de que pueda ser visitado por el turismo con
las debidas precauciones para su conservación. Además, actualmente el
conjunto arqueológico está rodeado de un camino que permite la
contemplación desde fuera, una plataforma y un panel explicativo que ayudan a
comprender la globalidad del yacimiento.

29
Arqueología y Patrimonio, S.L. Parque Arqueológico de Tenerías (Toledo). Intervención
arqueológica. Memoria final de la Excavación. Consejería de Educación y Cultura. Toledo,
1998.

89
Baño de Tenerías, antes de su intervención arqueológica. Toledo.
EL CONSORCIO DE TOLEDO. (Monográfico de Baños Árabes. Toledo, 2006).

J.M. ROJAS. Baño de Tenerías. Toledo.


EL CONSORCIO DE TOLEDO. (Monográfico de Baños Árabes. Toledo, 2006).

90
5.2. Estancias contempladas.
Dentro de las estancias podemos distinguir:

Vestuario (al-maslah)
Distribuidor
Letrinas
Sala de reposo y masajes
Sala templada (bayt al-wastani)
Sala caliente (bayt al-sajun)
El aljibe
Caldera e Hipocausto30

Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

El vestuario (al-maslah)

Se puede observar, en el lado oriental, la existencia de un espacio rectangular


situado de manera transversal, junto a los extremos orientales de la sala
caliente, templada y el distribuidor, que a pesar de que apenas se ha excavado,
por sus dimensiones, ubicación y el aparejo de los muros que lo componen
parece tratarse de la primera estancia de los baños, es decir, el vestuario
(maslah) o espacio seco, desde el que se accedía a la zona húmeda.

Las dimensiones de la planta que se observa en la actualidad, parece tener


unas características que permiten la presencia de un vestuario, en el que
además de las funciones propias del mismo, tendrían cabida las estanterías
con el correspondiente material de baño (toallas, jabones…)y, tal vez, una zona
ocupada por un barbero, junto con un espacio suficiente para permanecer
sentado mientras se espera.
Distribuidor

30
ROJAS, J.M. Informe de Intervención Arqueológica en B.A. Tenerías. Consorcio de la Ciudad
de Toledo. Toledo, 1998.

91
La siguiente sala a la que se accedía de manera obligada desde el vestuario,
era una pequeña estancia de planta ligeramente rectangular, donde se
hallaban las puertas que comunicaban con las salas de baño, las letrinas y el
vestuario. Se cree que en el interior de dicha estancia existió una fuente o pila
en la que se recogía agua limpia para distintos usos.

Este distribuidor confiere un carácter diferenciador y de cierta singularidad a los


baños árabes de Toledo respecto a los que, por ahora, se conocen en otras
zonas del territorio de Al-Andalus.

Con objeto de evidenciar su función de sala de paso y no un segundo vestidor,


existen diversos argumentos fruto de estudio de los arqueólogos que trabajaron
en su puesta en valor:

1. El hecho de ser un espacio de reducidas dimensiones y tener tres


puertas, plantea un problema a la hora de situar las estanterías
destinadas a contener todo tipo de material de baño.
2. Parece ilógico suponer que, al ser el vestuario una estancia destinada a
la espera y la conversación, se encontrara junto a las letrinas.

Letrinas

En el extremo noroeste de la sala distribuidor se encuentra la puerta a través


de la cuál se accedía a las letrinas, subiendo a través de un pequeño tramo
acodado que tenía varios escalones. La sala constaba de tres retretes
separados por tabiques, con sus correspondientes sumideros o evacuatorios y
un punto para toma de aguas limpias.

Sala de reposo y masajes

En el extremo suroeste del distribuidor de este baño se abre la puerta que da


paso a una pequeña estancia de planta rectangular que conserva un espacio
más elevado junto a los muros norte y oeste. Es probable que se tratara de

92
una especie de banco de obra que, en los momentos de uso del baño, podría
estar cubierto por una estera y/o entarimado.
Esta sala es común en los baños toledanos y se cree podría servir como lugar
destinado a la preparación anterior a la inmersión, llevándose a cabo en ella
los frotamientos en seco a fin de activar la circulación sanguínea. Aunque
también es posible que se utilizara como sala de secado.

“Para bañarse como es debido, conviene que el


bañista permanezca algún tiempo en el primer
espacio; de ahí pase al segundo y se quede en él
poco tiempo, y luego entre en el tercero (…)
Finalmente, para salir se seguirá el mismo
procedimiento, paulatino que acabamos de describir.
A continuación, se tumbará en el tercer espacio
hasta que se haya secado, es decir, hasta que ya no
sude. Se secará el cuerpo con paños perfumados
con agua de rosas y ámbar. En verano se secará
con toallas de lino blandas y finas, y en invierno, con
toallas de algodón o de seda.”31

Sala Templada (bayt al-wastani)

Estancia rectangular que se encuentra situada paralela y entre las salas


caliente y de reposo. Aunque es mayor que esta última, también es
notablemente más pequeña que la caliente, lo que sin duda viene a constituir
otra de las características que hacen diferentes a los baños toledanos, ya que
en el resto de España la sala templada suele ser mayor que la caliente.
Conserva los huecos de sendas alcobas en los extremos, encontrándose las
puertas de acceso a las salas caliente y de reposo enfrentadas, de igual modo
que sucede en la sala distribuidor con aquellas que comunica.

31
TORRES BALBÁS, Leopoldo. El baño de Torres Torres (Valencia) y otros levantinos. Al-
Andalus Tomo XVII.2 Madrid, 1952.p. 123

93
Sala Caliente (bayt al-sajun)

La última sala en el recorrido de un baño es la caliente. Tiene planta


rectangular y es paralela y algo mayor que la templada. Se aprecian en ella dos
pilas de distinta forma y tamaño: la mayor es la situada en el extremo oriental.
En origen tenía forma semicircular, con un lado recto que actuaba de muro de
separación del hipocausto y a través del cual se producía el calentamiento del
agua. Sus dimensiones abarcaban casi al completo la alcoba, dejando un
mínimo espacio para alojar una posible cabina en el grueso muro de
contención de la fachada sur. En el extremo oeste de la sala había tres
alcobas, una de ellas dedicada a pila, de planta cuadrada y poco profunda,
mientras que las otras eran simples alcobas que servirían para lavarse o hacer
abluciones con la ayuda de un recipiente.
Sin duda, ésta era la sala más frecuentada, ya que además de ser un lugar
donde disfrutar del agua caliente, también se tomaban baños de vapor con los
que acelerar la sudoración y limpiar los poros de la piel.

Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

El Aljibe

Fue construido junto a los muros occidentales de las salas caliente y templada.
Sus paredes eran muy bajas, apenas 1 m y además del depósito principal,
cuya planta era rectangular con un quiebro en el muro meridional, tenía una

94
prolongación a modo de canal abovedado, que llegaba hasta la sala
distribuidor.
A fin de poder efectuar una buena distribución del agua en la mayoría de las
salas, el aljibe estaba elevado a más de 1,60 m, al tiempo que se disponía de
varios canalillos que surcaban la parte superior de los muros. Probablemente,
servirían para distribuir el agua caliente procedente de la caldera.

Caldera e Hipocausto

La caldera y el hipocausto son los otros elementos fundamentales que no


pueden faltar en un baño de estas características, pues además de caldear el
ambiente de las salas principales del baño y de calentar el agua necesaria para
bañarse o lavarse, también consigue que se genere un ambiente propicio para
los baños de vapor.
En el baño de Tenerías, el hipocausto ocupaba el espacio rectangular existente
entre las pilas que había en los extremos y era alimentado a través de una
puerta que lo comunicaba con el espacio de la caldera, al que se accedía
desde la leñera, de la que no se conserva algún resto.

Pileta en Hipocausto. Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

95
La estructura del hipocausto está construida de forma independiente al resto
del edificio, dado que el suelo de la sala caliente se apoyaba sobre un sistema
de falsas bóvedas, sustentadas por ocho pilares y por un murete perimetral.

Muro divisorio entre salas del baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

Hipocausto del baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

96
Toda la estructura era de ladrillos trabados con barro refractario que permitía
absorber grandes dilataciones en momentos de altas temperaturas sin que se
produjeran agrietamientos en ninguno de sus paramentos.

Sala caliente derruida sobre Hipocausto. Baño de Tenerías. Toledo.


Autora M. C. del Campo Moreno

97
6. El ladrillo refractario de Tenerías.
6.1. Introducción sobre el ladrillo refractario.

Romanos, judíos, árabes y cristianos construyeron la antigua ciudad de Toledo


con ladrillos como principal material de construcción. Por causas naturales y
antropogénicas, nuestro patrimonio arquitectónico es destruido tanto de forma
repentina como lentamente. Así por ejemplo, “el domo central de la catedral
Hagia Sofía (Estambul), construido entre el año 532-537 DC se hizo
íntegramente con ladrillo y tras varias restauraciones por daños producidos por
los frecuentes terremotos, éste todavía sigue en pie (Richards RW., 1990); se
investigaron las propiedades fisicoquímicas de estos ladrillos bizantinos,
demostrando que se emplearon técnicas de construcción y materiales
realmente resistentes a continuas tensiones y deformaciones, proponiendo
técnicas de restauración en base a estos estudios, de cara a futuros terremotos
(Moropoulou A. et al., 2000).”32

Los movimientos de tierra también pueden provocar agrietamientos en


construcciones de ladrillo; Cook D.A. et al. (2000), proponen opciones de
reparación modificando el comportamiento de la fábrica de ladrillo mediante la
introducción de refuerzos. Los conflictos bélicos también han provocado la
desaparición de edificios emblemáticos, que se han podido recuperar gracias a
posteriores restauraciones, como el Alcázar de Toledo destruido durante la
guerra civil española.

La degradación de los materiales de construcción de edificios históricos


también se produce de forma natural y progresiva por causas
medioambientales, cambios bruscos de temperatura, erosión provocada por el
viento, la lluvia y las heladas, dando lugar a disoluciones, corrosiones,
disgregaciones, agrietamientos o desprendimientos de ladrillos, morteros y
piedra natural.

32
GYMPEL, J. Historia de la Arquitectura de la Antigüedad a nuestros días. Ediciones
Könemann. Barcelona, 2005, p.p.65-66

98
“Los efectos de la contaminación ambiental por gases producidos en la
combustión de vehículos, industrias y calefacciones de los hogares, tales como
NOx, SO2 ó CO2, (Massey S.W., 1999; Cultrone G. et al., 2000), así como, el
vertido de soluciones con elevadas concentraciones de metales pesados a las
aguas (Deely J.M.& Fergusson J.E., 1994; Klavins M. et al., 2000), cuya
evaporación conlleva a la posterior deposición de estas partículas sobre los
materiales durante las precipitaciones (como lluvia ácida, por ejemplo),
reaccionando con los mismos y provocando su disolución, y la reprecipitación
de minerales secundarios, como costras enegrecidas de alteración de yeso,
apatito, singenita, oxalato, acetato, o pátinas de oxidación (Bowler G.K. et al.,
1996; Sabbioni C. et al., 1998; 2003; Valls del Barrio S. et al., 2002,
Moropoulou A. et al 2003). La acción de los organismos, hongos, líquenes,
algas, etc, también puede producir efectos negativos en los materiales de los
edificios (Danin A., 1993; Carballal R. et al., 2001; Mottershead D. et al.,
2003)”.33

La carta de Atenas de 1931, recomienda la colaboración de todos los países,


de los conservadores de monumentos y de los arquitectos, con los
representantes de las ciencias físicas, químicas y naturales, para alcanzar
resultados seguros de aplicaciones siempre mayores, y la difusión, por parte de
la Oficina Internacional de los Museos, de estos resultados mediante noticias y
publicaciones regulares sobre los trabajos emprendidos en los diversos países.

Durante las tres últimas décadas, la conservación del patrimonio arquitectónico


ha adquirido un interés creciente por parte de científicos, arquitectos,
historiadores del arte, ingenieros y arqueólogos, convirtiendo esta materia en
una nueva área de investigación interdisciplinar. Muchos edificios históricos
están siendo restaurados debido a una mayor consciencia de la importancia
que tiene su conservación, como parte de nuestra historia y herencia del
conocimiento tangible para futuras generaciones, a las que se les muestra los
materiales propios de una región, los diferentes estilos arquitectónicos

33
LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P. Tesis: Ladrillos de edificios históricos de Toledo:
caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su conservación y
restauración. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2004. p.p. 145-146.

99
empleados o la convivencia conjunta de diferentes culturas, pudiendo así
visualizar en el presente el legado arquitectónico del pasado. Esta
rehabilitación del patrimonio arquitectónico mejora a su vez la fuente regional
de riqueza que genera el turismo.

Actualmente, cuando un edificio histórico de ladrillo está muy deteriorado y


necesita ser restaurado con materiales de sustitución, se utilizan ladrillos
antiguos procedentes de derribos o se emplean ladrillos de fabricación actual
con características de forma y aspecto similares a los originales. Sin embargo,
además del aspecto estético, el estudio de la composición mineralógica y
propiedades físicas, hídricas y mecánicas del material original es crucial para
mantener el equilibrio físico-químico con los materiales adyacentes donde se
va a intervenir, para evitar una posible degradación acelerada de los mismos
debida a una incompatibilidad composicional o petrofísica. Para llevar a cabo
este tipo de tareas de restauración, se requiere una profunda caracterización
tanto de los materiales originales como de los de sustitución, para controlar el
comportamiento físico-químico del sistema. El conocimiento histórico no es sólo
analizar y conservar el material, también es investigar la metodología para
producirlo y utilizarlo.

Los principales objetivos de la caracterización de materiales cerámicos son la


conservación y restauración, apoyando a los estudios arqueológicos que
incluyen, la determinación del origen de las materias primas de esos
materiales, los procesos y cambios de los objetos arqueológicos sufridos
durante el enterramiento, la estimación de la temperatura original de cocción y
la reconstrucción de los procesos implicados en las técnicas de cocción y
tecnologías de fabricación.

Los ladrillos y los productos cerámicos se pueden considerar rocas


metamórficas artificiales, que el hombre ha creado a partir de una materia
prima arcillosa, moldeándola y sometiéndola posteriormente a un cierto grado
de temperatura durante la cocción en los hornos (“metamorfismo industrial”), lo
que conlleva por tanto, a unas rutinas de investigación próximas a las llevadas
a cabo con las rocas metamórficas. De este modo, las técnicas modernas

100
empleadas en el campo de la mineralogía, petrología y geoquímica son muy
útiles para el estudio de materiales cerámicos arqueológicos, y utilizadas de
forma complementaria proporcionan unos resultados más fiables que la
utilización de una sola técnica.

Los ladrillos experimentan dos fases de cambios antes y después de la


conformación del producto cerámico. La primera fase es la transformación de
arcilla en ladrillo, desde su extracción en una formación geológica hasta la
fabricación del producto acabado listo para ser utilizado en construcción,
mediante los procesos de molienda, amasado con agua, secado y cocción. La
segunda fase es la historia posterior de cambios físico-químicos del ladrillo
colocado en el edificio, debido a la deposición e interacción con fluidos
externos, partículas contaminantes, depósitos orgánicos y variaciones
climáticas que modifican el equilibrio dinámico del ladrillo con su entorno
ambiental, y provocan una degradación del ladrillo a largo plazo.

Las técnicas de análisis termogravimétricos (ATG) y termodiferenciales (ATD),


difracción de rayos X (DRX), microscopía electrónica de barrido, (MEB) y
medidas porosimétricas de cerámicas medievales y bizantinas, han revelado
interesante información sobre los procesos de fabricación histórica y sobre las
materias primas empleadas en su elaboración.

La naturaleza, forma y tamaño de los diferentes tipos de granos incluidos en la


matriz de un ladrillo pueden ser estudiados con un simple microscopio de
polarización. Esta técnica básica permite diferenciar materias primas: arenas
de cuarzo, feldespatos, micas, carbonatos y minerales accesorios (anfíboles,
piroxenos, granates, esfenas, etc), fragmentos de rocas plutónicas, volcánicas
y metamórficas, chamotas (fragmentos cerámicos añadidos a la arcilla), y color
y textura de la matriz arcillosa.34

34
LÓPEZ ARCE MARTINEZ, P. Tesis: Ladrillos de edificios históricos de Toledo:
caracterización, origen de las materias primas y aplicaciones para su conservación y
restauración. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2004.

101
La MEB junto con el análisis elemental semi-cuantitativo utilizando
espectrómetros de energía dispersiva de rayos X (EDX), proporciona imágenes
de alta calidad que facilitan la interpretación de numerosos problemas
arqueológicos. La información sobre el grado de vitrificación de cerámicas
antiguas, y sus correspondientes temperaturas de cocción obtenidas mediante
análisis de MEB permiten distinguir entre diferentes tradiciones en la tecnología
cerámica de tiempos históricos. Los análisis de microsonda electrónica (ME),
combinando la óptica electrónica con el análisis químico puntual de pequeños
granos minerales accesorios característicos, contenidos en la matriz del ladrillo
determinan su composición, identificando así su procedencia. La DRX y los
ATD se han aplicado frecuentemente al estudio de fases minerales y
compuestos químicos en materiales cerámicos. La espectroscopia Mössbauer
es una técnica muy adecuada para el estudio de las fases minerales de hierro
en un amplio rango de muestras y de sistemas complejos. Esta técnica es
particularmente útil para estudiar materiales cerámicos, porque los análisis
cualitativos y cuantitativos de los compuestos y estados de oxidación de hierro
proporcionan información relacionada con el color, técnica de cocción y
tecnología de fabricación de la cerámica.

102
6.2. Metodología de análisis

Para alcanzar los objetivos propuestos, este proyecto se ha organizado en las


siguientes fases de investigación:

La situación idónea para este tipo de estudios es obtener muestras de ladrillos


de todas las épocas históricas en que se desarrolló la construcción de los
baños árabes en Toledo, y dentro de ellas obtener muestras representativas
correspondientes a condiciones de enterramiento (yacimientos arqueológicos) y
a condiciones áreas (edificios). Así mismo dentro de estas últimas muestras de
los muros exteriores (fachadas y patios) e interiores (sótanos y pisos
superiores). Sin embargo en la práctica, la toma de muestras de ladrillos
históricos depende de las intervenciones de restauración que se estén
realizando durante el periodo de ejecución del trabajo. Por ello este muestreo
necesita de la colaboración de arqueólogos especializados de la Diputación
Provincial de Toledo.

Las muestras de ladrillos históricos se extrajeron por medio de paletas,


martillos, macetas y cortafríos, picos, mazas y alcotanas, raspando la tierra,
mortero o argamasa que servía de trabazón entre piedras y ladrillos, y
eliminando las piedras y ladrillo que ejercían de cuña entre la mampostería y
las verdugadas.

Para la caracterización de los ladrillos, se considera que las técnicas


instrumentales más adecuadas son la difracción de rayos X (DRX) a fin de
determinar la composición mineralógica, y los ensayos tecnológicos para las
propiedades petro-físicas, resistencia a compresión, absorción y succión de
agua, densidad y porosidad.

La determinación de la temperatura de cocción se estimará a partir de las fases


minerales presentes en el ladrillo, características de una temperatura de
cocción determinada. Para conseguir más información se emplea el método de

103
los recocidos, que se basa en la aparición y desaparición de especies
minerales una vez que se haya superado la temperatura de cocción original.

El estado de conservación de los ladrillos históricos determina a través de la


relación de sus propiedades físicas, del estudio de la morfología química, tipos
y abundancia de huellas de alteración presentes, tanto en la superficie como el
interior de los ladrillos y de la influencia que ejercen en el deterioro de los
ladrillos, la mineralogía, la temperatura de cocción de las piezas, la edad de las
mismas, el ambiente de exposición, así como los posteriores estudios
comparativos con las probetas, elaboradas con las arcillas de las antiguas
canteras.

Para la determinación de la edad de los ladrillos, aunque se puede realizar de


un modo aproximado a partir del estilo arquitectónico del edificio donde se
encuentra ubicado, se llevarán a cabo análisis de luminiscencia ópticamente
estimulada en algunas muestras de ladrillos, para contrastar los resultados
sobre la datación de los ladrillos con los proporcionados por los arqueólogos.

Antes de llegar al laboratorio, el ladrillo muestreado debe incluir una ficha con
la historia del edificio en restauración (incluir el apéndice referente al baño de
Tenerías), el estilo arquitectónico, la edad aproximada, las técnicas de
extracción y la posición de muestreo exacta, para conocer su ambiente de
conservación: por ejemplo, las condiciones de enterramiento, insolación,
irrigación, etc. Posteriormente, en el laboratorio se realiza la caracterización
instrumental y tecnológica.

Conocida la composición, textura y comportamiento ante la cocción, así como


las propiedades petrofísicas o tecnológicas, se estudian las alteraciones en
función del ambiente de conservación. Tomadas las muestras de los baños
árabes de Toledo, se clasifican en función de su exposición ambiental
específica, in-situ.35

35
LÓPEZ ARCE, P., GARCÍA GUINEA, J., GRACIA, M., OBIS, J. (2003). Bricks in historical
buildings of Toledo City: characterisation and restoration. Materials Characterization, Vol 50,
pp-59-68.

104
Muestra de ladrillo a ensayar
Autora M. C. del Campo Moreno

La dimensión de la muestra a tomar, según recomendaciones de laboratorio,


ha de ser la correspondiente al fragmento de un ladrillo, siendo representativo
del edificio en análisis. Una primera se tomará en la sala de hipocausto y otra
de un elemento constructivo que no haya requerido la exposición a las altas
temperaturas.

6.2.1. Metodología aplicada en la extracción de muestras arqueológicas

En líneas generales, la metodología a la hora de recoger las muestras


arqueológica para su estudio en laboratorio debe seguir las siguientes pautas:

A. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación


espacial mediante coordenadas topográficas).

B. Documentación de la muestra “in situ”:36

B.1) Descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que


se halla, es decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con
anterioridad en que muro o pared se encuentra, las dimensiones

36
CABALLERO ZOREDA, L. “Método para el análisis estratigráfico de construcciones
históricas o lectura de paramentos”, Informes de la construcción, 46,n. 435, 37-46. Madrid,
1995

105
del mismo, sus características constructivas (a soga a tizón…) y
de que elemento constructivo forma parte (si del hipocausto, de
una piscina, de la cámara de combustión, de la de cocción…)
B.2) Descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que
altura o hilera se halló, en que parte de la estructura, color y
material de composición.
B.3) Documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con
escala o jalón y brújula o indicador que indique el norte
geográfico, para referenciarla visualmente en el contexto
arqueológico.

C. Proceso de extracción de la muestra. Varía según que tipo de


muestra sea. En este caso habría que cortar un fragmento de
ladrillo. Si el muro estuviera algo deteriorado, la argamasa fuese
poco compacta o la estructura estuviera trabada sin argamasa,
sólo habría que usar herramientas de fricción y apalancamiento
para horadar entre las juntas y hacer saltar la pieza. Si hubiese
que cortar se usarían herramientas de corte. Las usadas
habitualmente suelen ser paletines, piquetas, picos, serruchos…
a gusto del arqueólogo que haga el trabajo.

D. Una vez obtenida la muestra debe ser convenientemente


empaquetada y etiquetada. Dependiendo del material que sea, el
tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación
de la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más
recomendable en este caso sería un envoltorio plástico o de tela
para evitar la pérdida de cualquier trozo que pudiera
desprenderse.

Si se elige envoltorio plástico, es preferible que sea poroso o, en su defecto,


hacer agujeros para que el ladrillo no sude y/o se dañe. Posteriormente, lo ideal
sería introducir este primer envoltorio en otro más rígido (caja de madera o

106
cartón duro) amortiguado dentro con material blando (papel, tela) para impedir
daños en el transporte.

La etiqueta debe indicar que material contiene, de donde se ha extraído y el


momento en que se realizó la recogida del mismo (día, fecha, hora). Lo idóneo
es colocar la misma etiqueta tanto en el envoltorio interior como en el exterior.

De cualquier modo, la metodología varía según las circunstancias de


extracción, el criterio del arqueólogo y el tipo de análisis a realizar, de ahí se
aporta una descripción preliminar sobre el procedimiento a seguir, debiéndose
especificar correctamente, por los profesionales encargados de los trabajos,
una vez queden definidos todos los datos descritos.

Así pues, siguiendo estas premisas se han realizado dos informes de


extracción arqueológica que se adjuntan a continuación y en los que queda
documentada la información, antes señalada, teniendo presente que dicha
información es específica para cada elemento constructivo recogido.

107
INFORME DE EXTRACCIÓN ARQUEOLÓGICA DE
MUESTRAS DE LADRILLO Y MORTERO EN EL BAÑO
ÁRABE DE “TENERÍAS” EN TOLEDO

108
6.2.1.1. Informe de Extracción arqueológica de muestras de ladrillo y
mortero en el baño árabe de Tenerías

DATOS DE INICIO.

Fecha: 22 de junio de 2011.


Hora: 12:00 horas.
Emplazamiento: Baño árabe de “Tenerías” en c/ carreras de S. Sebastián s/n.
Localización: Muestras extraídas del muro de la sala templada (materiales no
refractarios) y de uno de los pilares de la sala hipocausto (materiales
refractarios). Queda indicado en plano adjunto.
Estado del muro: No ha sufrido alteración ni reconstrucción alguna, aunque
presenta una altura aproximada de 25 centímetros y la cohesión entre las
piezas es escasa. Se mantiene expuesto a la intemperie por ser una
construcción que no conserva la techumbre ni ningún material que lo proteja.
Estado del pilar: Igualmente se mantiene expuesto a la intemperie ya que la
sala caliente, que permanecía sobre la sala de hipocausto analizada no existe
en la actualidad, por haberse derruido. Los pilares de donde extraigo ladrillo y
mortero son aquellos que están localizados al norte de la sala.

MUESTRA 1. Fragmento de LADRILLO REFRACTARIO


Dimensiones: Soga: 17 cms ; tizón 10cms y grosor 4 cms (dimensión irregular).
Peso: 0,560 kg
Color del ladrillo: Rojizo oscuro.
Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la segunda hilada de uno de los
pilares incompletos, siendo su última pieza que queda al descubierto.
Permanece colocado a tizón en una de las caras del pilar y a soga en aquella
perpendicular a ésta.
Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 2. Restos de MORTERO REFRACTARIO


Peso: 0,310 kg

109
Color del ladrillo: Rojizo grisáceo.
Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la
primera hilera y el de la siguiente de un pilar incompleto.
Material de composición: Cal, arena, agua y arcilla.

MUESTRA 3. Fragmento de LADRILLO NO REFRACTARIO


Dimensiones: Soga: 12 cms ; tizón 8 cms y grosor 3 cms (dimensión irregular).
Peso: 0,420 kg
Color del ladrillo: Rojizo.
Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la cuarta hilada del muro
incompleto, siendo su última pieza que queda al descubierto. Permanece
colocado a soga.
Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 4. Restos de MORTERO NO REFRACTARIO


Peso: 0,255 kg
Color del ladrillo: Blanquecino.
Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la
tercera y cuarta hilada del muro incompleto.
Material de composición: Cal, arena y agua.

SALA TEMPLADA DE BAÑO ÁRABE DE TENERÍAS


M.C. del Campo Moreno

110
PLANTA DEL BAÑO ÁRABE DE “TENERÍAS” EN TOLEDO.
SITUACIÓN ACTUAL (R. VILLA Y J.M. ROJAS).

MURO DE FÁBRICA QUE CONSERVA 4 HILADAS Y DE DONDE


PROCEDEN LAS MUESTRAS EXTRAÍDAS 3 Y 4.
MUESTRA 3 TOMADA DE RESTOS DE LADRILLO
FRAGMENTADOS Y DESPRENDIDOS POR GELIFRACCIÓN.

PILARES SITUADOS EN EL EXTREMO NORTE DE LA SALA HIPOCAUSTO


DEL BAÑO ÁRABE DE “TENERÍAS” DE 10 CMS DE ALTURA Y
COMPUESTO POR 2 HILADAS, DE DONDE PROCEDEN LAS MUESTRAS
EXTRAÍDAS 1 Y 2.

111
MOTIVOS DE ELECCIÓN DE LAS MUESTRAS.

MUESTRAS DE SALA HIPOCAUSTO.

1. Las muestras 1 y 2 pertenecen, cada una de ellas, a los dos pilares


situados más al norte de la sala hipocausto, los cuales no han sido
reconstruidos nuevamente hasta dar por completa la altura originaria de
los mismos. Así pues, el material de dicho elemento constructivo puede
ser considerado íntegramente de la época en que fue edificado el
recinto.

2. Las piezas a extraer están situada en la parte inferior de la fábrica de


ambos pilares, donde quedaba expuesto a temperaturas superiores. Por
lo que se presupone, debido a este hecho, que el ladrillo fue fabricado
para poder tolerarlas, es decir, su grado de refracción se entiende será
el mayor de entre todas las piezas de la sala. (En caso de existir
diferentes características entre los ladrillos de la misma).

3. Se escogen las muestras de unos pilares y no del muro que acoge a la


caldera por encontrarse en mejores condiciones de conservación que
este último, ya que no estuvo directamente expuesto al punto ignífugo
que se desarrollaba dentro de ella.

4. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un pilar


exento e incompleto que da lugar a poder adquirir sin complicación su
última pieza.

5. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido


de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que
sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo
podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

112
6. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que
era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su
procedimiento.

7. Por ser la pieza encontrada un fragmento de ladrillo completo e


inalterado en toda su estructura.

MUESTRAS DE SALA TEMPLADA.

1. Las muestras 3 y 4 pertenecen a uno de los muros que cierra la sala


templada, los cuales no han sido reconstruidos nuevamente hasta dar
por completa su altura originaria. Así pues, el material de dicho elemento
constructivo puede ser considerado íntegramente de la época en que fue
edificado el recinto.

2. La muestra 3, es decir el ladrillo no refractario, fue tomada de restos de


ladrillos fragmentados y desprendidos por gelifracción.

3. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un muro


incompleto en altura que da lugar a poder adquirir sin complicación su
última pieza.

4. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido


de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que
sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo
podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

5. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que


era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su
procedimiento.

6. Por ser la pieza encontrada un fragmento de ladrillo completo e


inalterado en toda su estructura.

113
HERRAMIENTAS UTILIZADAS EN LA EXTRACCIÓN.

 Paletín.
 Escoplo.
 Martillo.
 Bolsa y etiqueta.
 Caja de cartón.
 Cinta Métrica.

METODOLOGÍA DE EXTRACCIÓN.

En líneas generales la metodología que se lleva a cabo en la extracción de la


presente muestra arqueológica para su estudio en laboratorio consiste en:

1. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación espacial


referenciada en la planta).

2. Documentación de la muestra “in situ”:

 descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que se halla, es


decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con anterioridad en que
muro o pared se encuentra, las dimensiones del mismo, sus
características constructivas (a soga a tizón…), de que elemento
constructivo forma parte (si del hipocausto, de una piscina, de la cámara
de combustión, de la de cocción…)
 descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que altura o hilera se
halló, en que parte de la estructura, color, material de composición.
 documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con escala o jalón y
brújula o indicador que indique el norte geográfico, para referenciarla
visualmente en el contexto arqueológico.

114
3. Proceso de extracción de la muestra. Este es diferente dependiendo
del tipo de muestra extraída.

LADRILLO REFRACTARIO (L.R.): En este caso no es necesario


cortar la pieza por haber localizado un fragmento del mismo de fácil
adquisición, perteneciente a un pilar que se encuentra ligeramente
deteriorado y que está adherido a la hilada inferior mediante mortero
disgregado. Por todo ello, solamente sería necesario utilizar
herramientas de fricción y apalancamiento, con objeto de poder
horadar entre las juntas el espacio suficiente que provoque el
desprendimiento de la pieza.
Primeramente se sitúa el escoplo entre la hilada primera y segunda y,
ayudado por dos golpes de martillo aplicados en el extremo del
mango de dicha herramienta, hacemos saltar la muestra
independizándola del material de agarre. La recogida de la muestra
se realiza manualmente.

MORTERO REFRACTARIO (M.R.T.): Este material lo encontramos


suelto y disgregado, por lo que se procede a extraerlo mediante
paletín únicamente.

LADRILLO NO REFRACTARIO (L.N.R.T.): La pieza no dispone de


adherencia alguna y es posible su adquisición sin necesidad de
herramientas, únicamente se extrae de modo manual.

MORTERO NO REFRACTARIO (M.N.R.T.): Este material lo


encontramos suelto y disgregado, por lo que se procede a extraerlo
mediante paletín.

4. Una vez obtenida las muestras se cree convenientemente


empaquetarlas y etiquetarlas. Dependiendo del material que sea, el
tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación de
la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más

115
recomendable en este caso es un envoltorio plástico para evitar la
pérdida de cualquier fragmento que pudiera desprenderse.

En la elección de envoltorio plástico, es preferible que éste sea poroso o, en su


defecto, disponga de aberturas suficientes para evitar la posible sudoración o
daño de las muestras. Posteriormente, se procede a introducir este primer
envoltorio en otro más rígido (caja de madera o cartón duro) para así
amortiguar la pieza que quedará colocada sobre una cama de relleno (papel,
tela) que aminore su movimiento al transportarlo.
La etiqueta debe indicar qué material contiene, de dónde se ha extraído y el
momento en que se realizó la recogida del mismo (fecha, hora). La misma
etiqueta ha de figurar tanto en el envoltorio interior, como en el exterior.

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

Muestra 1 (LRT)
Extracción de ladrillo refractario
de uno de los pilares
pertenecientes a la sala
hipocausto de Tenerías.
Utilización del escoplo y el
paletín.

116
Muestra 2 (MRT)
Extracción de mortero refractario
del pilar contiguo al del ladrillo
perteneciente a la sala
hipocausto de Tenerías.
Utilización de un paletín.

Sala Hipocausto.
C.M. del Campo
Moreno. Situación hipotética del resto de pilares

PILAR Nº 6. Restos del pilar de hipocausto de donde


procede la muestra 1: Ladrillo Refractario (L.R.T.)

PILAR Nº 8. Restos del pilar de hipocausto de donde


procede la muestra 2: Mortero Refractario (M.R.T.)

117
PILAR Nº 6. Sala Hipocausto

Pilares de sala hipocausto.


M.C. del Campo Moreno

PILAR Nº 8. Sala Hipocausto

Muestras 3 y 4
tomadas de ladrillos
no refractarios
fragmentados y
desprendidos por
gelifracción en muro
de fábrica. Sala
templada.

118
INFORME DE EXTRACCIÓN ARQUEOLÓGICA DE
MUESTRA DE LADRILLO Y MORTERO EN EL BAÑO
ÁRABE DE “EL ÁNGEL” EN TOLEDO.

119
6.2.1.2. Informe de extracción arqueológica de muestras de ladrillo y
mortero en el baño árabe de “El Ángel” en Toledo

DATOS DE INICIO.

Fecha: 15 de junio de 2011.


Hora: 13:15 horas.
Emplazamiento: Sala de Hipocausto del baño árabe de “El Ángel” en c/ El
Ángel de Toledo.
Localización: Muestras extraídas del pilar más sur-occidental de la sala.
Estado del pilar: No ha sufrido alteración ni reconstrucción alguna. Presenta
una altura aproximada de 40 centímetros y la cohesión entre las piezas es
escasa.

MUESTRA 1. Fragmento de LADRILLO REFRACTARIO


Dimensiones: Soga: 28 cms ; tizón 10-15 cms y grosor 4 cms (dimensión
irregular en su lado menor, dotando a la muestra de una forma trapezoidal).
Peso: 1,940 kg
Color del ladrillo: Rojizo oscuro alterno con tonos negros en sus extremos.
Situación en el pilar: Ladrillo perteneciente a la quinta hilada del pilar
incompleto, siendo su última pieza que queda al descubierto. Permanece
colocado a tizón en una de las caras del pilar y a soga en aquella perpendicular
a ésta.
Material de composición: Arcilla.

MUESTRA 2. Restos de MORTERO


Peso: 0,510 kg
Color del ladrillo: Rojizo.
Situación en el pilar: Mortero de cohesión entre el ladrillo perteneciente a la
quinta hilera del pilar incompleto, última pieza que queda al descubierto y la
hilada anterior.
Material de composición: Cal, arena y agua

120
PLANTA DE LA SALA DE HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “EL
ÁNGEL” EN TOLEDO UNA VEZ RETIRADOS LOS RELLENOS.
SITUACIÓN ACTUAL

PILAR SUR-OCCIDENTAL DE LA SALA HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE


DE “EL ÁNGEL” DE 40 CMS DE ALTURA Y COMPUESTO POR 5 HILADAS,
DE DONDE PROCEDEN LAS MUESTRAS EXTRAÍDAS.

121
MOTIVOS DE ELECCIÓN DE MUESTRA.

8. La muestra pertenece a un pilar que no está alterado constructivamente,


ya que los restos encontrados no han sido reconstruidos para así
completar la estructura del mismo en toda su altura. Así pues, el material
de dicho elemento constructivo puede ser considerado íntegramente de
la época en que fue edificado el baño árabe en análisis.

9. La pieza a extraer está situada en la parte inferior de la fábrica del pilar,


donde quedaba expuesto a temperaturas superiores. Por lo que se
presupone, debido a este hecho, que el ladrillo fue fabricado para poder
tolerarlas, es decir, su grado de refracción se entiende será el mayor de
entre todas las piezas de la sala. (En caso de existir diferentes
características entre los ladrillos de la misma).

10. Se escoge la muestra de un pilar y no del muro que acoge a la caldera


por encontrarse en mejores condiciones de conservación que este
último, ya que no estuvo directamente expuesto al punto ignífugo que se
desarrollaba dentro de ella.

11. Debido a la facilidad de extracción que supone disponer de un pilar


exento e incompleto que da lugar a poder adquirir sin complicación su
última pieza.

12. Con motivo de no producir posibles alteraciones en el orden establecido


de los muros colindantes, originarios en su altura inferior, y que
sustentan estructura de fábrica reconstruida. En dicho caso alternativo
podrían ocasionarse desprendimientos e incluso la ruina del mismo.

13. Al haberse detectado, tras una observación minuciosa de la sala, que


era factible el desprendimiento del ladrillo sin relativo esfuerzo en su
procedimiento.

122
14. Por ser la pieza encontrada un ladrillo completo e inalterado en toda su
estructura.

HERRAMIENTAS UTILIZADAS EN LA EXTRACCIÓN.

 Paletín.
 Escoplo.
 Martillo.
 Bolsa y etiqueta.
 Caja de cartón.
 Cinta Métrica.

METODOLOGÍA DE EXTRACCIÓN.

En líneas generales la metodología que se lleva a cabo en la extracción de la


presente muestra arqueológica para su estudio en laboratorio consiste en:

5. Localización de la muestra dentro del yacimiento (ubicación espacial


referenciada en la planta).

6. Documentación de la muestra “in situ”:

 descripción del contexto arqueológico “inmediato” en el que se halla, es


decir, si se trata de un ladrillo, describiremos con anterioridad en que
muro o pared se encuentra, las dimensiones del mismo, sus
características constructivas (a soga a tizón…), de que elemento
constructivo forma parte (si del hipocausto, de una piscina, de la cámara
de combustión, de la de cocción…)
 descripción de la propia muestra in situ: medidas, a que altura o hilera se
halló, en que parte de la estructura, color, material de composición.

123
 documentación fotográfica de la muestra “in situ” y con escala o jalón y
brújula o indicador que indique el norte geográfico, para referenciarla
visualmente en el contexto arqueológico.

7. Proceso de extracción de la muestra. Este es diferente dependiendo


del tipo de muestra extraída.

LADRILLO: En este caso no habría que cortar la pieza por haber


localizado un fragmento del mismo de fácil adquisición, perteneciente
a un pilar que se encuentra ligeramente deteriorado y que permanece
adherido a la hilada inferior mediante mortero disgregado. Por todo
ello, solamente sería necesario utilizar herramientas de fricción y
apalancamiento, con objeto de poder horadar entre las juntas el
espacio suficiente que provoque el desprendimiento de la pieza.
Primeramente se sitúa el escoplo entre la hilada cuarta y quinta y,
ayudado por dos golpes de martillo aplicados en el extremo del
mango de dicha herramienta, hacemos saltar la muestra
independizándola del material de agarre. La recogida de la muestra
se realiza manualmente.

MORTERO: Este material lo encontramos suelto y disgregado, por lo


que se procede a extraerlo mediante paletín únicamente.

8. Una vez obtenida las muestras se cree convenientemente


empaquetarlas y etiquetarlas. Dependiendo del material que sea, el
tipo de análisis que se vaya a hacer y el estado de conservación de
la pieza se usará un tipo u otro de envoltorio, aunque lo más
recomendable en este caso es un envoltorio plástico para evitar la
pérdida de cualquier fragmento que pudiera desprenderse.

En la elección de envoltorio plástico, es preferible que éste sea poroso o, en su


defecto, disponga de aberturas suficientes para evitar la posible sudoración o
daño de las muestras. Posteriormente, se procede a introducir este primer

124
envoltorio en otro más rígido (caja de madera o cartón duro) para así
amortiguar la pieza que quedará colocada sobre una cama de relleno (papel,
tela) que aminore su movimiento al transportarlo.
La etiqueta debe indicar qué material contiene, de dónde se ha extraído y el
momento en que se realizó la recogida del mismo (fecha, hora). La misma
etiqueta ha de figurar tanto en el envoltorio interior, como en el exterior.

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

Foto 1. Foto 2.

Foto 4.
Foto 3.

125
Foto 5.

Foto 6. Foto 7.

FOTOS 1, 2, 3, 4, 5, 6 Y 7: ELECCIÓN DE PILAR PERTENECIENTE A LA SALA


HIPOCAUSTO DEL BAÑO ÁRABE DE “EL ÁNGEL”.
MUESTRA SITUADA EN LA HILADA QUINTA DEL MISMO.
M.C. del Campo Moreno

126
Foto 8.

FOTOS 8, 9, 10, 11 Y 12: PROCEDIMIENTO DE


EXTRACCIÓN LLEVADO A CABO CON EL
LADRILLO.
SE UTILIZAN LAS HERRAMIENTAS: ESCOPLO Y
MARTILLO.
J.M. Rojas Rodriguez - Malo

Foto 9. Foto 10.

Foto 11. Foto 12.

127
Foto 13.

FOTO 13: MUESTRA DE FRAGMENTO DE LADRILLO EXTRAÍDO DE


DIMENSIONES 28X10/15X4 CMS.
J.M. Rojas Rodriguez - Malo

128
Foto 14. Foto 15.

Foto 16. Foto 17.

FOTOS 14, 15, 16 Y 17 EXTRACCIÓN DE RESTOS DE MORTERO SITUADO


ENTRE LA HILADA CUARTA Y QUINTA DEL PILAR MÁS SUR-OCCIDENTAL DE
LA SALA HIPOCAUSTO.
MORTERO DE SUJECCIÓN DEL LADRILLO SUBSTRAÍDO CON ANTERIORIDAD.
J.M. Rojas Rodriguez - Malo

129
6.2.2. Relación de ensayos de laboratorio realizados

En este trabajo se ha denominado técnicas de caracterización instrumental, a


todos aquellos análisis que determinan su textura (MO, MEB), composición
química (FRX, EDS, EM) y mineralógica (DRX, ME), las reacciones físico-
químicas (ATD, TL/LEO), y las pérdidas de peso (TG) que se producen cuando
las muestras son sometidas a calentamiento.

Facultad de Geológicas UCM. LOPEZ ARCE, P.

De entre los siguientes ensayos, señalo aquellos que hemos realizado y de los
que hemos obtenido resultados a modo de resumen, para posteriormente,
detallar más ampliamente la metodología empleada:

130
Microscopia óptica de polarización (MO)

La microscopía de polarización permite establecer comparaciones y similitudes


entre ladrillos históricos y probetas fabricadas con las mismas arcillas históricas
que se emplearon antiguamente.

Difracción de rayos X (DRX)

Todos los análisis difractométricos de los ladrillos se realizan sobre muestras


en polvo, para la determinación de la mineralogía global, tanto de las muestras
sin recocer como de los recocidos a diferentes temperaturas, para ello las
muestras se trituran en un molino de discos a 1.400 rpm. Posteriormente se
muelen en mortero de ágata hasta un tamaño inferior a 50 μm.
En los ladrillos históricos y en las probetas de arcilla cocida, también se llevan
a cabo análisis de DRX de la mineralogía global para estudiar la evolución de
las fases minerales tras su cocción a diferentes temperaturas, 700º, 800º, 900º
Y 1000ºC, y para observar si las probetas cocidas presentan análogas
composiciones que las de los ladrillos históricos.

Difractómetro de Rayos X. LOPEZ ARCE, P.

131
Ensayos Físico-Hídricos

Las propiedades relacionadas con los procesos de captación, pérdida y


circulación de agua en el interior de las rocas, en nuestro caso ladrillos, se
denominan propiedades hídricas y su conocimiento nos ayuda a caracterizar el
comportamiento de éstas frente al agua.

Para conocer la cinética del proceso de absorción, las probetas se ponen en


contacto con el agua midiendo cada cierto tiempo el incremento de peso por el
agua absorbida.

6.2.3. Metodología de ensayos de laboratorio.

Las propiedades tecnológicas de un producto cerámico no sólo están


relacionadas con las características mineralógicas y granulométricas de las
materias primas, también dependen del proceso de producción: técnica de
moldeo, tiempo y temperatura de secado, velocidad y temperatura de cocción,
tiempo de permanencia en el horno, tipo de combustible, etc. La porosidad,
distribución del tamaño de poro, coeficiente de saturación, capilaridad, tasa de
evaporación de agua, absorción de agua y la resistencia a compresión, en los
productos cerámicos son propiedades que se consideran importantes para
predecir su durabilidad y por tanto su posible comportamiento ante las elevadas
temperaturas (respuesta refractaria).

Debido a esta razón he dedicado una parte importante del presente estudio a
realizar los ensayos físico químicos necesarios que me permitan determinar
estas características.

132
6.2.3.1. Preparación de probetas, fraccionamiento y denominación de las
mismas.

Primeramente enumero la nomenclatura asignada a cada una de las


muestras extraídas arqueológicamente, con su correspondiente fotografía y
dimensiones. Para, tras realizar su división en fracciones, asignarle el
subíndice adecuado.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.)

Dimensión: 17 x 10 x 4 cm
Peso: 0.560 Kg.
Fracción irregular de ladrillo.

Ladrillo No Refractario de Tenerías (LRT)


Ladrillo No Refractario de Tenerías (L.R.T.)

Dimensión: 12 x 8 x 3 cm
Peso: 0.420 Kg.
Fracción irregular de ladrillo.

133
Ladrillo Refractario de El Ángel (L.R.A.)

Dimensión: 28 x 10-15 x 4 cm
Peso: 1,940 kg
Fracción irregular de ladrillo.

Se lleva a cabo la partición de probetas mediante herramientas de corte y


presión (escoplo y martillo) que serán utilizadas en los diferentes ensayos de
laboratorio.

Mortero Refractario de Tenerías (M.R.T.)

Peso: 0.310 kg

134
Mortero No Refractario de Tenerías (M.N.R.T.)

Peso: 0.255 Kg.

Mortero Refractario de El Ángel (M.R.A.)

Peso: 0.510 kg

135
Herramientas de trabajo para
realizar el fraccionamiento de las
muestras

M.C. del Campo Moreno

a) Denominación de probetas destinadas a ensayos físicos:

Se divide en dos partes de tamaño similar un fragmento del ladrillo y se asigna


a las dos piezas los subíndices 1.1. y 1.2, siendo el primero de ellos debido al
orden en que se ejecutan los ensayos y el segundo por razones de numeración
entre ambos.

Primer fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayos Físicos:


L.R.T. 1.1.
Segundo fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayos
Físicos: L.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.1.1 y 1.2.)


M.C. del Campo Moreno

136
Primer fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayos
Físicos: L.N.R.T. 1.1.
Segundo fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayos
Físicos: L.N.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de Tenerías (L.R.T.1.1 y 1.2.)


M.C. del Campo Moreno

Primer fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayos Físicos:
L.N.R.T. 1.1.
Segundo fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayos Físicos:
L.N.R.T. 1.2.

Ladrillo Refractario de El Ángel (L.R.A.1.1 y 1.2.)


M.C. del Campo Moreno

137
b) Denominación de probetas destinadas a Difracción de Rayos:

Preparamos las muestras correspondientes de fracciones de ladrillos y


morteros ajustándonos a las dimensiones aproximadas de 1 cm x 5 cms en
cada uno de ellos. Para que nos sea posible, utilizamos las herramientas de
corte y presión citadas con anterioridad y mantenemos el criterio en la
denominación de su primer subíndice, alusivo al tipo de ensayo.

Posteriormente, pulverizamos cada muestra obtenida mediante mortero en


primer lugar, con el que se machaca el material hasta obtener una consistencia
granulada de la muestra.

Mortero Muestra preparada para ser


M.C. del Campo Moreno molida con mortero
M.C. del Campo Moreno

Finalizamos el proceso de preparación de la muestra en el Molino de Bolas,


donde el producto queda pulverizado tanto como si fuera harina, perfecto para
el análisis de Difracción al que se destina.

Interior de Molino de Bolas


con muestra preparada para
ser pulverizada
Laboratorio de Materiales.
E.T.S.A.M.
M.C. del Campo Moreno

138
Molino de Bolas
Laboratorio de Materiales.
E.T.S.A.M.
M.C. del Campo Moreno

Se aplica igual velocidad de funcionamiento y tiempo de proceso para la


totalidad de muestras de ladrillo (v=65 y t=30 min), e igualmente en todas
aquellas de mortero (V=55 y t=20 min).

Molino de Bolas con muestra de ladrillo refractario de


Tenerías tras ser molida
Laboratorio de Materiales E.T.S.A.M.
M.C. del Campo Moreno

139
Molino de Bolas con muestra de ladrillo refractario de
El Ángel tras ser molida
Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M.

M.C. del Campo Moreno

Las muestras al ser fragmentadas nuevamente y pulverizadas en su


preparación, pasan a llamarse:

Fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción de


Rayos X: L.R.T. 2.
Fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción
de Rayos X: L.N.R.T. 2.
Fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Difracción de
Rayos X: L.R.A. 2.

Fragmento del Mortero Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción de


Rayos X: M.R.T. 2.
Fragmento del Mortero No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Difracción
de Rayos X: M.N.R.T. 2.
Fragmento del Mortero Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Difracción de
Rayos X: M.R.A. 2.

140
c) Denominación de probetas destinadas a Microscopía Óptica de
Polarización mediante obtención de láminas delgadas transparentes:

En este caso la dimensión de las muestras utilizadas es de 1 cm x 5 cm,


seccionadas igualmente que en los dos apartados anteriores: con herramientas
de corte y presión manuales.

Quedan de este modo preparadas las probetas para, en el laboratorio de


Cristalografía de la Facultad de Geológicas, poder ser transformadas en
láminas delgadas transparentes que nos permitan posteriormente su
observación al microscopio.

Se asigna la nomenclatura siguiente a las muestras obtenidas en esta última


fragmentación:

Fragmento del Ladrillo Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Microscopía:


L.R.T. 3.
Fragmento del Ladrillo No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de
Microscopía: L.N.R.T. 3.
Fragmento del Ladrillo Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Microscopía:
L.R.A. 3.

Fragmento del Mortero Refractario de “Tenerías” para Ensayo de Microscopía:


M.R.T. 3.
Fragmento del Mortero No Refractario de “Tenerías” para Ensayo de
Microscopía: M.N.R.T. 3.
Fragmento del Mortero Refractario de “El Ángel” para Ensayo de Microscopía:
M.R.A. 3.

141
Después de haber realizado una detallada exposición de la asignación de
siglas según el ladrillo al que pertenezca y/o el ensayo para el que se prepara,
adjunto presento una tabla resumen en la que se dispone ordenadamente toda
esta información.

SIGLAS DE LAS MUESTRAS

EF MOP DRX

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS LRT 1.1. LRT 1.2. LRT 2 LRT 3

LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS LNRT 1,1 LRNT 1.2. LRNT 2 LRNT 3

LADRILLO REFRACTARIO DE EL ANGEL LRA 1.1. LRA 1.2 LRA 2 LRA 3

MORTERO REFRACTARIO DE TENERÍAS X X MRT 2 MRT 2

MORTERO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS X X MRNT 2 MRNT 2

MORTERO REFRACTARIO DE EL ANGEL X X MRA 2 MRA 2

TABLA RESUMEN DE NOMENCLATURA DE MUESTRAS

A partir de este momento procedemos a explicar la realización de cada uno de


los ensayos, utilizando las muestras que han sido debidamente preparadas.

142
6.2.3.2. Realización de ensayos de laboratorio

6.2.3.2.1. Ensayos Físicos

Las propiedades relacionadas con los procesos de captación, pérdida y


circulación de agua en el interior de las rocas, en nuestro caso ladrillos, se
denominan propiedades hídricas y su conocimiento nos ayuda a caracterizar el
comportamiento de éstas frente al agua.Para conocer la cinética del proceso de
absorción, las probetas se ponen en contacto con el agua midiendo cada cierto
tiempo el incremento de peso por el agua absorbida.

La determinación de las propiedades hídricas se basa, en el establecimiento de


los pesos Natural (Pn), Seco (Ps), Saturado (Pst) y Sumergido (Psm) de cada
probeta. En la presente investigación lo llevo a cabo con dos muestras de cada
material para así realizar la media aritmética de ambas y lograr un menor índice
de error.

 PESO NATURAL (Pn). Aquél obtenido al pesar la muestra tras haber


sido recogida de su lugar originario.

BALANZA ESTUFA
Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M. Laboratorio de Materiales. E.T.S.A.M.

143
 PESO SECO (Ps). Se determina mediante el secado de las probetas en
el interior de una estufa de secado a una temperatura promedio de 40º-
50º hasta que, realizadas 3 últimas pesadas se obtenga resultado
constante.

Muestras preparadas para


introducir en la Estufa.

 PESO SATURADO (Pst) Se obtiene sumergiendo la probeta en agua 48


horas antes de ser pesada.

Muestras sumergidas en agua


durante 48 horas.

144
Peso saturado de una muestra
Autora M.C. del Campo
Moreno

 PESO SUMERGIDO (Psm) Se obtiene con una probeta saturada, la cual


se sitúa sobre una bandeja sujeta con un hilo de nylon de peso
despreciable, totalmente sumergida y sin tocar el fondo de la bandeja de
agua en la que permanece, de una balanza hidrostática.

Peso saturado de una muestra


Autora M.C. del Campo
Moreno

145
Para determinar dichos pesos se lleva un registro periódico de los mismos.

El lapso de secado y saturado de las muestras se obtiene aproximadamente en


48 horas, por lo que se han de dejar sumergidas como mínimo este periodo de
tiempo. Así vendrá determinado específicamente cuando la diferencia entre dos
pesadas sucesivas no exceda de 0.01 grs.

El volumen de la probeta en el presente estudio será irregular en todos los


casos y obtendremos sus características físicas aplicando las relaciones
matemáticas siguientes:

COEFICIENTE DE ABSORCIÓN: Ca = (Pst – Ps) x 100 / Ps

VOLUMEN APARENTE: Vap = Pst – Psm / 1 (densidad del agua)

DENSIDAD APARENTE: Dap = Ps – Vap

POROSIDAD ABIERTA: Pa = Vha x 100 / Vap


Donde Vha (Volumen de huecos abiertos)
Vha = Pst – Ps / 1 (densidad del agua)

6.2.3.2.2. Ensayo de Microscopía Óptica de Polarización

La microscopía de polarización permite establecer comparaciones y similitudes


entre ladrillos históricos y probetas fabricadas con las mismas arcillas históricas
que se emplearon antiguamente, mediante la observación de las mismas y de
las correspondientes láminas delgadas transparentes.

Una vez preparados las muestras de ladrillos a analizar por el presente


sistema, debidamente fraccionados (1cm x 5cm), empaquetados y etiquetados,
se entregan en la facultad de Geológicas (UCM), donde se lleva a cabo la

146
fabricación de láminas delgadas transparentes. Estas quedan expuestas a en
el apartado de resultados.

6.2.3.2.3. Ensayo de Difracción de Rayos X

Todos los análisis difractométricos de los ladrillos se realizan sobre muestras


en polvo, para la determinación de la mineralogía global, tanto de las muestras
sin recocer como de los recocidos a diferentes temperaturas, para ello las
muestras se trituran en un molino de discos a 1.400 rpm. Según explicamos en
la metodología preparatoria.

En los ladrillos históricos y en las probetas de arcilla cocida, también se llevan


a cabo análisis de DRX de la mineralogía global para estudiar la evolución de
las fases minerales tras su cocción a diferentes temperaturas, 700º, 800º, 900º
Y 1000ºC.37

37
A fecha de presentación de este trabajo fin de master nos mantenemos a la espera de
resultados procedentes de la facultad de Geológicas (UCM) debido a la complejidad que
supone coordinar diferentes organismos involucrados en la elaboración de los mismos. Cuando
los recibamos quedarán incluidos en la futura Tesis Doctoral que dará continuidad a esta
investigación.

147
7. RESULTADOS
7.1. Resultados Cuantitativos

Me dispongo a continuación a recopilar los resultados de los ensayos físicos


llevados a cabo a los ladrillos pertenecientes a los edificios históricos en
análisis.

LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
Pn (g) 383,31 345,18 112,60 124,91 586,80 426,83
Ps (g) 338,69 300,80 113,85 127,00 541,16 389,40
Ps (g) 338,57 300,76 113,86 126,99 540,80 389,27
Ps (g) 338,55 300,76 113,86 126,99 540,67 389,25
Pst (g) 374,42 335,12 132,72 145,06 616,88 453,38
Psm (g) 185,26 165,60 66,17 72,86 270,34 200,69

TABLA DE PESADAS EN DIFERENTES ESTADOS DE HUMEDAD

700,00

600,00
RESULTADO PESADAS

500,00
Pn (gr)
400,00
Ps (gr)
Pst (gr)
300,00
Psm
200,00

100,00

0,00
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE PESADAS EN DIFERENTES ESTADOS DE HUMEDAD

148
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
Pn (g) 383,31 345,18 112,60 124,91 586,80 426,83
Ps (g) 338,55 300,76 113,86 126,99 540,67 389,25
Pst (g) 374,42 335,12 132,72 145,06 616,88 453,38
Psm (g) 185,26 165,60 66,17 72,86 270,34 200,69
Ca (%) 10,60 11,40 16,60 14,20 14,10 16,50
Vap (cm³) 189,20 169,50 66,60 72,20 346,54 252,69
Dap (g/cm³) 1,79 1,77 1,71 1,76 1,56 1,54
Pa (%) 19,00 20,30 28,30 25,00 22,00 25,40
Vha (cm³) 35,90 34,40 18,90 18,10 76,20 64,10

TABLA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

700,00

600,00
Pn (gr)
Ps (gr)
500,00
Pst (gr)
RESULTADOS

400,00 Psm
Ca (%)
300,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
200,00
Pa (%)
Vha (cm³)
100,00

0,00
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

149
LRT LNRT LRA

Ca (%) 11,00 15,40 15,30

Dap (g/cm³) 1,78 1,73 1,55

Pa (%) 19,60 26,70 23,70

TABLA DE VALORES
VALORES MEDIOS DE RESULTADOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

30,00
26,70

25,00 23,70

19,60
20,00
RESULTADOS

15,40 15,30 Ca (%)


15,00 Dap (gr/cm³)
11,00 Pa (%)
10,00

5,00
1,78 1,73 1,55

0,00
LRT LNRT LRA
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE VALORES.


VALORES MEDIOS DE RESULTADOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

150
7.2. Resultados Cualitativos

Las láminas delgadas transparentes obtenidas para proceder a su observación


y así completar el método de ensayo cualitativo de Microscopía Óptica de
Polarización, las presentamos aquí para poder proceder a elaborar las
conclusiones que de ello se desprenda.

Láminas delgadas transparentes


LRT y LNRT

151
Láminas delgadas transparentes
LRA, MRT, MNRT y MRA

152
8. CONCLUSIONES

8.1. REFERENTES A LOS RESULTADOS NUMÉRICOS OBTENIDOS EN


LOS ENSAYOS DE PROPIEDADES FÍSICAS

 ANÁLISIS DE RESULTADOS MEDIANTE GRÁFICAS

El diámetro medio de poro puede tener una relación inicial con la composición
original de la materia prima y con la temperatura de cocción, correspondiendo
un gran tamaño de poro a muestras que han sido cocidas en el intervalo de
temperatura del proceso de la desgasificación de los carbonatos (750º -
850ºC), y antes del punto de fusión (a unos 1000ºC), momento en el que los
poros comienzan a cerrarse por el vidrio formado.

La porosidad y el diámetro medio de poro se modifican después de la cocción


por procesos de alteración. La disminución del diámetro medio de poro
después de la cocción se puede atribuir a una posterior cementación por
mecanismos de disolución y reprecipitación.

La densidad, en principio, se puede considerar un valor independiente ya que


no tiene porque verse muy modificada por procesos de alteración, por lo que no
se puede considerar un buen indicador del estado de conservación del ladrillo.

700,00

600,00
Pn (gr)
Ps (gr)
500,00
Pst (gr)
RESULTADOS

400,00 Psm
Ca (%)
300,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
200,00
Pa (%)
Vha (cm³)
100,00

0,00
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS

153
Por otra parte, algunas propiedades físicas son indicadores de un buen estado
de conservación de un ladrillo, por ejemplo, cuando nos encontramos una baja
porosidad y una baja capacidad de absorción y succión de agua. La
determinación de estas propiedades, como bien podemos ir observándolo en la
gráfica que nos precede, orienta sobre el grado de deterioro de los ladrillos
históricos, sin embargo, para determinar bien el estado de conservación, hay
que relacionar estas propiedades con:

1. La mineralogía y la temperatura de cocción original.


2. La edad de los ladrillos.
3. El ambiente de conservación, aéreo o enterramiento.
4. La localización y ubicación dentro de los edificios de muestras expuestas a
condiciones aéreas.
5. La presencia y abundancia de huellas de alteraciones, físicas, químicas y/o
biológicas.

Ca (%)

18,00
16,00
COEFICIENTE DE

14,00
ABSORCIÓN

12,00
10,00
Ca (%)
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT LNRT LRA LRA
1.1 1.2 1.1 1.2
MUETRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN

154
Ca (%)

18,00
COEFICIENTE DE ABSORCIÓN %

16,00 15,40 15,30

14,00
12,00 11,00

10,00
Ca (%)
8,00
6,00
4,00
2,00
0,00
LRT LNRT LRA
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DEL COEFICIENTE DE ABSORCIÓN.


VALORES MEDIOS

Así pues, tras observar detenidamente los resultados de cada ladrillo y


teniendo en cuenta que el coeficiente de absorción nos indica la capacidad que
tiene cada material para absorber agua dependiendo directamente del grado de
porosidad del mismo, podemos llegar a la conclusión que se desprende de ello:
cuanto mayor sea Ca (%), mayor es su capacidad de absorción y, por
tanto, mayor su porosidad. Este dato queda perfectamente ilustrado en la
gráfica adjunta al comienzo de la presente página.

Pa (%)

30,00
POROSIDAD APARENTE (%)

25,00

20,00

15,00 Pa (%)

10,00

5,00

0,00
LRT 1.1 LRT 1.2 LNRT 1.1 LNRT 1.2 LRA 1.1 LRA 1.2
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE LA POROSIDAD APARENTE

155
Pa (%)

30,00
26,70
23,70
POROSIDAD APARENTE %

25,00
19,60
20,00

15,00 Pa (%)

10,00

5,00

0,00
LRT LNRT LRA
MUESTRAS

GRÁFICA COMPARATIVA DE LA POROSIDAD APARENTE.


VALORES MEDIOS

Como bien se puede comprobar en la tabla numérica de resultados y reflejado


en las gráficas anteriores, en nuestro análisis los ladrillos refractarios, tanto el
de Tenerías (LRT), como el de El Ángel (LRA) son menos porosos que aquél
considerado inicialmente como no refractario debido a su localización en el
interior del baño. Así pues ambos tienen menor grado de porosidad abierta (Pa
%) que el ladrillo no refractario de Tenerías (LNRT) y de igual modo menor
grado de coeficiente de porosidad, lo que viene a confirmar que estamos ante
dos ladrillos (LRT y LRA) de características refractarias similares.

LRT LNRT LRA

Ca (%) 11,00 15,40 15,30

Dap (gr/cm³) 1,78 1,73 1,55

Pa (%) 19,60 26,70 23,70

TABLA COMPARATIVA DE LOS RESULTADOS DE ENSAYOS FÍSICOS.


VALORES MEDIOS DE LOS LADRILLOS EXTRAÍDOS

156
Según las gráficas siguientes, la figura que el diagrama de barras determina
en cada una de ellas es idéntica en muestras de un mismo ladrillo, es
decir la muestra LRT 1.1. presenta una gráfica semejante a aquella
perteneciente a la muestra LRT 1.2.

450,00

400,00

350,00 Pn (gr)
Ps (gr)
300,00
Pst (gr)
RESULTADOS

250,00 Psm
Ca (%)
200,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
150,00
Pa (%)
100,00 Vha (cm³)

50,00

0,00
LRT 1.1
LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS M UESTRA 1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRT1.1.

400,00

350,00

Pn (gr)
300,00
Ps (gr)
Pst (gr)
RESULTADOS

250,00
Psm
200,00 Ca (%)
Vap (cm³)
150,00 Dap (gr/cm³)
Pa (%)
100,00
Vha (cm³)

50,00

0,00
LRT 1.2
LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.2.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRT1.2.

157
Las gráficas que a continuación se incluyen reflejan el comportamiento de los
ladrillos no refractarios, por tanto difieren de las anteriores, las cuales recogen
aquellos resultados propios de los ladrillos refractarios.

140,00

120,00
Pn (gr)
100,00 Ps (gr)
Pst (gr)
RESULTADOS

80,00 Psm
Ca (%)
60,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
40,00 Pa (%)
Vha (cm³)
20,00

0,00
LNRT 1.1
LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LNRT1.1.

160,00

140,00

Pn (gr)
120,00
Ps (gr)
Pst (gr)
RESULTADOS

100,00
Psm
80,00 Ca (%)
Vap (cm³)
60,00 Dap (gr/cm³)
Pa (%)
40,00
Vha (cm³)

20,00

0,00
LNRT 1.2
LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS MUESTRA 1.2.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LNRT1.2.

158
 CONCLUSIÓN FINAL

De igual modo se observan gráficas similares en ladrillos supuestamente


refractarios, es decir gráficas prácticamente iguales entre LRT y LRA. Esto
nos permite verificar la existencia de un proceso de elaboración similar
en dichos ladrillos que les confiere una mayor calidad, resistencia y
durabilidad ante los agentes externos.

700,00

600,00
Pn (gr)
Ps (gr)
500,00
Pst (gr)
RESULTADOS

400,00 Psm
Ca (%)
300,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
200,00
Pa (%)
Vha (cm³)
100,00

0,00
LRA 1.1
LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL MUESTRA 1.1.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRA1.1.

500,00

450,00
400,00 Pn (gr)
Ps (gr)
350,00
Pst (gr)
RESULTADOS

300,00 Psm
250,00 Ca (%)
200,00 Vap (cm³)
Dap (gr/cm³)
150,00
Pa (%)
100,00 Vha (cm³)
50,00
0,00
LRA 1.2
LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL MUESTRA 1.2.

GRÁFICA COMPARATIVA DE RESULTADOS LRA1.2.

159
8.2. REFERENTES A LOS RESULTADOS DEL ENSAYO DE
MICROSCOPÍA ÓPTICA DE POLARIZACIÓN.

A continuación exponemos las conclusiones desprendidas de la observación en


Lupa binocular de las láminas delgadas transparentes, elaboradas mediante
el ensayo de Microscopía Óptica de Polarización, de cada muestra en estudio.

LUPA BINOCULAR. Cátedra de Materiales de Construcción. E.T.S.A.M.


M.C. del Campo Moreno

Además de emplear las láminas delgadas transparentes, analizaremos las


probetas de donde fueron cortadas, con el fin de obtener una mayor
información y que ésta sea más fiable y exacta.

160
 CONCLUSIONES POR OBSERVACIÓN DE LADRILLOS.

LADRILLO REFRACTARIO DE TENERÍAS


Presenta menor cantidad de poros y éstos son de un tamaño más reducido que
el resto de ladrillos analizados. Su coloración es más clara y compacta, por lo
que se deduce que dispone de una mayor calidad, además de permanecer en
menor medida deteriorado y ser más resistente a los agentes externos.

Probeta
LRT
B

Láminas delgadas transparentes


LRT

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.


B Tamaño máximo del poro.

161
LADRILLO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS
Se observa mayor número de poros de gran tamaño y su color es más oscuro,
por lo que la cocción a la que fue sometido en su elaboración ha sido menor.
De todo ello concluimos que estamos ante un material constructivo de peor
calidad, que presenta mayor deterioro significativo y que ha sufrido en mayor
medida el ataque de los agentes externos en la edificación de donde se extrajo.

Probeta
A LNRT
B

Láminas delgadas transparentes


LNRT

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.


B Tamaño máximo del poro.

162
LADRILLO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL
En esta muestra se puede apreciar la coincidencia de las dos tonalidades de
color que define a los dos ladrillos anteriores, por lo que se deduce que el
presente ladrillo fue sometido a un proceso de cocción en su elaboración
intermedio. Es decir, fue sometido a temperaturas intermedias en su
fabricación. Aparecen también zonas aisladas con aspecto de haber sufrido
menor cocción.

Probeta
A LRA
C

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.


D C Corrosión de borde de poro.
D Cocciones a distintas
Láminas delgadas transparentes temperaturas.
LRA

Independientemente de lo anterior, observamos en el contorno de algunos


poros restos de la evolución de un proceso denominado Corrosión de Bordes
(de poro). Este fenómeno de deterioro se identifica gracias a una coloración
negra alrededor del poro y se explica cuando el material se ha visto alterado
por procesos de disolución en relación a la localización donde fue hallado el
ladrillo.

163
Existen diversos factores que provocan estas transformaciones químicas pero,
en este caso, se cree que puede ser debido a la cercanía que presentaba el
ladrillo con la caldera. De hecho, de entre todos los fragmentos de ladrillo
extraídos para elaborar este estudio, es el que se encontraba a menor distancia
de la misma, por lo que se corrobora el dato.

 CONCLUSIONES POR OBSERVACIÓN DE MORTEROS.

MORTERO REFRACTARIO DE TENERÍAS


Compuesto por OPUS SIGNINUM cal, arena, polvo de ladrillo molido y agua.

Probeta
MRT

Láminas delgadas transparentes


MRT LEYENDA

A Tamaño medio del poro.

164
Se identifican los tres primeros componentes, observando una tonalidad rojiza,
coloración característica de la arcilla. Este último material pétreo actúa en los
morteros reaccionando con la cal, para así conferirle una mayor resistencia a
través de complejos procesos hidráulicos.

MORTERO NO REFRACTARIO DE TENERÍAS


Compuesto por cal, arena y agua. Se detectan los dos primeros componentes,
sin encontrar rastro de arcilla. El árido en este caso coincide con granito
molido.

Probeta
MNRT
A

LEYENDA

A Tamaño medio del poro.


Láminas delgadas transparentes
MNRT B Árido: Granito molido.

165
MORTERO REFRACTARIO DE EL ÁNGEL
Compuesto por OPUS SIGNINUM (cal, arena, polvo de ladrillo molido y agua).
Como se puede apreciar, nos encontramos con una coloración semejante a la
encontrada en la lámina delgada transparente correspondiente al primer
mortero analizado, MRT. Confirmamos con esto la presencia de arcilla en dicho
material constructivo. También identificamos el resto de componentes: cal y
árido.

La porosidad de esta muestra se identifica mediante poros aislados y de menor


tamaño que aquellos encontrados en la lámina anterior, perteneciente al
mortero no refractario.

Los áridos son de mayor calidad, por lo que se desprende que han sido
escogidos para aportarle mayor resistencia.

Láminas delgadas transparentes


MRA Probeta
MRA

LEYENDA

A Tamaño medio del poro. 166


9. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

1. En el presente estudio de investigación hemos podido desarrollar parte


de los ensayos que en un inicio teníamos planteado realizar. Aquellos restantes
que no lo han sido pueden quedar en espera de completar un futuro trabajo de
Tesis Doctoral, en el que sea posible ampliar toda la información resultante que
se desprenda de ellos. Dichos ensayos son los siguientes:

 Microscopía electrónica de barrido (MEB)

La microscopía Electrónica de Barrido tiene utilidad para observar el


comportamiento y evolución de la textura y fases minerales presentes en las
probetas de arcilla cocida a medida que aumenta la temperatura de cocción y
comparar con los ladrillos históricos.

Microscopio electrónico de barrido. LOPEZ ARCE, P.

 Análisis térmico diferencial (ATD)

El ATD permite conocer la termodinámica de las reacciones físico químicas que


se producen en una sustancia (deshidrataciones, deshidroxilaciones,

167
descarboxilaciones, cristalizaciones, etc.), y las temperaturas a las que tienen
lugar, a través de la medida de la diferencia de temperaturas entre la muestra y
el material de referencia, estando las dos especies sometidas al mismo
régimen de temperatura, en una atmósfera determinada y en un ciclo de
calentamiento o enfriamiento a velocidad controlada.
También se pretende estudiar la evolución de las fases minerales tras la
cocción de las probetas a diferentes temperaturas, además de tratar de
comparar los resultados con los obtenidos en los análisis térmicos de los
recocidos de los ladrillos.

 Análisis termogravimétrico (ATG)

Las determinaciones termogravimétricas, de pérdidas y ganancias de peso y de


los intervalos de temperatura a las que se producen, permiten conocer a que
temperaturas se debe controlar la velocidad de calentamiento y/o atmósfera del
horno durante el proceso de cocción de las arcillas.

 Fluorescencia de rayos X (FRX)

Los análisis de FRX son útiles cuando se correlacionan determinados


elementos traza para determinar la procedencia de objetos cerámicos
arqueológicos.

 Termoluminiscencia (TL) y Luminiscencia estimulada ópticamente (LEO)

Para determinar las edades absolutas de ladrillos de edificios históricos de


Toledo, se aplican técnicas de luminiscencia, mediante una metodología
tradicional (Universidad de Sheffield) y otra más novedosa (Universidad de
Oxford), ambas basadas en la luminiscencia estimulada ópticamente, utilizada
generalmente para la datación de sedimentos, pero considerada más precisa
que la Termoluminiscencia, habitualmente utilizada en datación de cerámicas
arqueológicas.

168
 Microsonda electrónica (ME)

La microsonda electrónica es de gran utilidad en el análisis de pequeños


granos de minerales pesados (granates, piroxenos, ilmenitas, circones, etc),
examinados con lupa binocular, y extraídos en algunos casos con aguja de
acero, y en otros, mediante tamizado tras moler las muestras en molino de
martillos. Los análisis se llevan a cabo tanto en los ladrillos históricos como en
sus potenciales materias primas, para establecer relaciones genéticas.

 Espectroscopía mössbauer (EM)

Esta técnica se emplea para determinar el estado de oxidación del hierro


presente en las muestras de ladrillo, ya que los compuestos de hierro, y en
especial los óxidos, cuando son sometidos a tratamientos térmicos mediante
ciclos de calentamiento o enfriamiento, bajo condiciones oxidantes o
reductoras, experimentan transformaciones que conllevan la formación de
especies oxidadas o reducidas diferentes, relacionadas con la temperatura,
atmósfera y duración del tratamiento. El dato resultante nos da información
sobre los procesos de calentamiento sufridos por el ladrillo histórico y, por
tanto, acerca del procedimiento de fabricación.

2. Dado que los baños árabes de Toledo no disponen de un estudio de


investigación que aporte información acerca de la composición y características
físico-químicas de los ladrillos refractarios con los que fueron construidos, otra
futura línea de investigación sería el análisis en laboratorio de los ladrillos
procedentes de estas construcciones termales; así mismo, poder llevar a cabo
el comparativo entre las mismas, a fin de clarificar en mayor medida el proceso
de elaboración empleado y los componentes utilizados en cada una de ellas.

3. Otra línea interesante sería el levantamiento de planos de las diferentes


termas toledanas, tanto en planta (ya existe alguna realizada), en sección, en
alzado y detalles constructivos correspondientes, con objeto de disponer de
mayor documentación y así poder reconstruir tales monumentos.

169
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