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DESCARTES NOCIONES Y TEMAS DESCARTES NOCIONES Y TEMAS

NOCIÓN I: DUDAYCERTEZA nos estén engañando s¡stemát¡camente y que ninguna de las apar¡encias que nos
presentan concuerde con la realidad de las cosas.
El problema del conocimiento como problema de la certeza sobre los primeros En el Drscurso del Método, la segunda etapa de la duda alcanza a los
pr¡ncip¡os y sobre las operac¡ones deductivas razonamientos deductivos, a la capacidad humana para reconocel relac¡ones
Descartes planteó el problema de la lundamentac¡ón filosófica del conocimiento necesanas entre proposiciones y extraer conclusiones a partir de premisas dadas.
científico æmo el problema de la cedeza que la mente humana puede tener acerca de Esta duda acerca de la veracidad de la razón t¡ene la misma estructura que la duda
la verdad de los primeros principios y de la validez de sus propias operaciones acerca de la veracidad de los sent¡dos. Hay ocasiones en las que nos equivocamos al
deductivas. El problema consistía entonces en hallar al menos una proposic¡ón de lazonat y cometemos paralogismos, es decir, extraemos involuntaiamente
cuya verdad le resultase absolutamente imposible dudar a la mente humana y, a conclusiones que no se siguen de las premisas de las que hemos partido. Entonces
continuación, hallar una "garantía" para las operac¡ones deduct¡vas mediante las ¿cómo podemos saber que esto no nos ocurre sistemáticamente? Carecemos de un
cuales la mente pud¡era ir formando una cadena de "verdades necesar¡as' acerca de c¡ile¡io infalible que nos permita reconocer cuándo estamos razonando correctamente
lo real. Sin esas dos certezas, los fundamentos de nuestro conoc¡m¡ento no serían y cuándo estamos comet¡endo un paralogismo. Los razonam¡entos deductivos
sól¡dos y no podríamos diferenciar netamente entre la cienc¡a y la opinión o creenc¡a. dependen siempre de la memoria y Ia memoria es falible.
En el Discurso, la tercera etapa de la duda es la famosa hipótesis del sueño. La
La duda y sus características: universal, instrumental, metódica, teór¡ca y fuerza de este mot¡vo consiste en que permite dudar de la existencia misma de las
rad¡cal. cosas exferiores. El sent¡do del la hipótesis del sueño es el siguiente: cuando estamos
Ahora bien, puesto que la certeza buscada es una cedeza absoluta, sólo podrá dormidos, ciertas ideas o imágenes de cosas se presentan en nuestra mente s,n e/
encontrarse a través de una duda llevada ñasfa el ltm¡te de lo posible. Para ello, concurso de ninguna cosa exterior que produzca la afección de los órganos
considerará como falsa toda aquella op¡n¡ón cuya verdad sea meramente probable, sensoriales. Es decir, el sueño demuestra la capacidad de nuestra mente para
por muy alta que sea su probabilidad. Sólo una verdad de la que no sea posible dudar produc¡rse a s[ misma cieftas imâgenes de cosas y para engañarse a si m¡sma acerca
podrá establecerse como "primer principio" de la filosofía. La duda, pues, es escépticâ de la realidad de esas imágenes. La cuestión es: ¿cómo podemos estar
por su amplitud universal (se duda de todo), pero no lo es por su objetivo, que no es completamente seguros de que la mente no está hac¡endo, en la v¡g¡l¡a, /o mrsmo que
la'suspensión del juic¡o', sino el hallazgo de una certeza que se considera pos¡ble. hace en el sueño, a saber: producirse a sí misma una ilus¡ón rad¡cal?
Por eso suele decirse que la duda cartes¡ana es ¡nstrumental. En las Meditaciones mefafisicas (1642), Descartes introducirá una nueva etapa de la
La duda es un ¡nstrumento en la "investigación de la verdad'y su uso debe duda y un nuevo y más potente motivo para dudar de la 'azón que no incluye aquí, en
estar somet¡do a las reglas de esta investigación, a las reglas del método. La duda el Discurso del método (1637). Se trata de la famosa hípótes¡s del Dios engañador
cartesiana es una duda'metódica" porque es el resultado de aplicar, al terreno de los (deus decepfo4 o del genio maligno. Que D¡os pueda ser engañador s¡gn¡fica que
'primeros principios", al terreno de la "metafísica', la pr¡mera regla del método, la regla nuestra mente podría estar envuelta por un velo de ilusiones o apariencias lógico-
de evidencia, según la cual no debemos admitir como verdadero nada que no sea matemáticas, es dec¡r, que /as verdades mateméticas más evidentes, es dec¡r, claras y
absolutamente ev¡dente, es decir, claro y distinto. dlsfintag carecer[an de fundamento objetivo en Ia mente de Dios y sólo serlan
La duda cartesiana es una duda teórica, no práctica: no se duda de las verdades para nosotros mientras /as pensamos y que, por tanto, su certeza sería una
'verdades prácticas" (opiniones socialmente aceptadas y costumbres del país), c,edeza meramente ps¡cológ¡ca, no una certeza absoluta. Estas "verdades
considerándolas como si fuera indudables, a pesar de ser'muy dudosas". Sin esa matemáticas' siguen s¡endo claras para mí, pero el pensam¡ento de la "suprema
l¡mitación, la duda conduciría a la indecisión y a la inacción. potencia de Dios" las vuelve confusas, pues hace que la claridad de estas verdades
Finalmente, la duda cartesiana es rad¡cal y universal, porque Descartes pase a depender de la voluntad de Dios, que es algo que, por principio, no podemos
plantea motivos para dudar de las dos raíces o fuentes de conocim¡ento a saber: el conocer.
testimonio de los sentidos y las prop¡as operaciones de la razón, la ¡ntuición y la Descartes dijo que consideraría como falso todo aquello que no fuera claro y
deducción, a través de las que obtenemos las verdades lógico-matemát¡cas distinto (es decir, evidente). Esto implicaba que admitiría como verdadero sólo aquello
que fuera claro y distinto. Pues b¡en, la hipótesis del genio maligno, al hacer imposible
El proceso de la duda metódica: 4 etapas o motivos de la duda: ilus¡ones que lo percibido claramente sea percibido también distintamente, imp¡de considerar
sensoriales, paralog¡smo6, motivo del sueño, e h¡pótes¡s del d¡06 engañador. como verdadero lo que, psicológicamente, percibimos con certeza. Descartes ha roto
la conexión entre certeza (evidencia) y verdad. Si existiera el genio mal¡gno o D¡os
El proceso de la duda tiene lugar en cuatro etapas o n¡veles, de los que el fuera engañador, podría ocurrir que la mente estuviera absolutamente segura de
Dlscurso del Méfodo sólo recone tres. algo...y que ese algo fuese falso.
En la pr¡mera etapa, la duda se refiere al testimonio de lo sent¡dos y el motivo para
dudar es el motivo típicamente escéptico de las ¡lusiones de los sentidos: los Conclusión
sentidos nos presentan a veces apaiencias engañosas, es decir, apariencias que - En resoluc¡ón, el proceso de la duda tiene como resultado la destrucción de
dec¡mos- no "concuerdan" con la realidad de las cosas. y esto suscita la cuestión de si toda evidencia anterior e incluso la destrucción de la confianza en esa misma regla de
tenemos un cr¡terio infalible para establecer cuándo está suced¡endo esto y cuándo los evidencia o criterio de verdad, puesto que la hipótes¡s del D¡os engañador arrulna la
sentidos nos están proporcionando apariencias que sí concuerdan con la realidad de posib¡lidad de reconocer ideas o verdades "distintas'. La duda, pues, se ha adueñado
las cosas. Para ello deberíamos poder comparar las apariencias que, en cada caso, totalmente de la mente.
nos presentan los sentidos con la "verdadera realidad'de las cosas. pero, para eso, Como es sabido, va a ser de esa duda radical, destructiva, de la que va a
deberíamos poder acceder extra-sensor¡almente a la 'verdadera real¡dad' de las cosas emerger una primera certeza absoluta, la de la ex¡stencia del propio sujeto, de la
Ahora bien, carecemos de este acceso y, por tanto, no podemos hacer aquella propia mente, que ha llevado adelante el proceso de la duda y de la que ia duda se
comparac¡ón. En consecuencia, no podemos exclu¡r la posibil¡dad de que los sentidos había adueñado totalmente. Esta pr¡mera certeza absoluta permitirá a Descartes

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restaurar la confianza en el criterio de verdad como evidencia, s¡ b¡en le resultará verdad ¡ntuitiva en otro plano distinto al de cualquier otra presunta verdad intuitiva
problemático escapar de esa nueva forma de escepticismo que es el SOLIPSISMO de anterior. S¡ es ¡ntuic¡ón, es una intuic¡ón fundadora de toda otra pos¡ble intuición. Más
la mente que se piensa a sí misma y que busca dentro de sí la "puerta" para salir a la que la luz natural de la razón ilum¡nando una verdad, es la luz natural de la raz6n
realidad extramental del conocimiento científico descubriéndose a sí m¡sma como fundamento de toda verdad Aquí no cabe pensar
que la certeza que la mente tiene sea una certeza puramente subjetiva o ps¡cológica y
TEftIA 1. EL COGITO Y EL CRITERIO DE VERDAD no una certeza objetiva, porque aquÍ la mente es, al m¡smo t¡empo, el sujeto y el objeto
del conocimiento. Por tanto, certeza subjet¡va o psicológica y certeza objet¡va no
La duda y el cogito pueden dejar de coinc¡dir.
La duda metódica se ha adueñado totalmente de la mente y ha privado de fundamento
a toda pretendida verdad acerca del mundo externo (¡lusiones de los sentidos e La ev¡denc¡a del cogito y el criterio de verdad como evidencia
hipótes¡s del sueño) y a toda pretens¡ón de validez de las prop¡as operac¡ones de la Consecuentemente, "Piensq luego soy" no sólo ofrece a Descartes una
razón (paralog¡smos e hipótesis del genio maligno). pr¡mera verdad o primer principio, sino también el modelo de toda proposición
Ahora b¡en, la duda se suprime a sí misma ante lo que la hace posible: el verdadera. Puesto que en esa propos¡ción verdadera sólo hay la intuición clara y
propio sujeto que duda. De modo que, cuando el sujeto se vuelve soöre sf mismo y se distinta de la conexión entre pensar y ser, serán verdaderas todas las cosas que, en
toma a sí mismo por objeto de su propio pensamiento (autoconcienc¡a) se encuentra adelante, percibamos con la m¡sma evidencia, o sea, con la misma claridad y
con una verdad de la que ya no puede dudar: "Plenso, luego existo". Si el sujeto distinción. Descartes d¡ce que es difícil determinar qué verdades son realmente
intenta dudar de sí m¡smo y negar su propia existencia ("Dudo de si existo'o'N¡ego m¡ distintas Y dice esto porque la hipótesis del genio mal¡gno s¡gue estando ahí,
ex¡stencia"), ¡ncurre en una contradicción performativa: lo que tace (al dudar o negar) enturbiando cualquier otra posible verdad por muy clara que nos parczca
lleva implícita la negación de lo que dice (que duda de o niega su existencia), es decir, Descartes obt¡ene el criter¡o de verdad como ev¡denc¡a a partir de la primera
al dudar adqu¡ere la certeza de aquello sobre lo que duda, al negar afirma lo que niega verdad,'pienso, luego existo". En realidad, Descartes ha estado aplicando este cr¡ter¡o
Se trata de la verdad de la autoconc¡enc¡a, que se halla en un nivel lógicamente de verdad como evidencia a lo largo de todo el proceso de la duda metódica, pues ha
anterior a toda otra posible verdad, porque se halla en el n¡vel de la pos¡b¡lidad de la estado considerando como falso todo aquello que no pud¡era concebir con evidencia,
verdad y la falsedad. es decir, clara y d¡stintamente. Ahora ha encontrado una verdad de la que no puede
dudar, y puede utilizar su evidencia como modelo: ahora cons¡derará como verdadero
El cogito no es una percepción sensible. a toda aquella proposic¡ón que se presente con la misma evidenc¡a, o clar¡dad y
En primer lugar, "Prenso, luego existo" no expresa una verdad que se halle en distinción, que þ,erso, luego existo". Antes no sabíamos si alguna proposición
el n¡vel de la percepción sens¡ble. El "yo" (ego) de cuya existencia no puedo dudar no cumpliría el doble requisito de la clar¡dad y d¡stinción; ahora ya tenemos al menos una
es el yo corpóreo, cuya existencia es dudosa por la hipótesis del sueño El "yo" de que lo cumple y se trata de saber si lo cumpl¡rá alguna otra más. Pero ¿en qué
cuya ex¡stenc¡a no puedo dudar es el yo que ¡ealiza la única actividad que me es cons¡ste este criter¡o de evidencia? ¿qué signifìca "claridad y distinción'?
inmediatamente presente o accesible: la activ¡dad de pensar. Todas m¡s otras posibles
actividades (físicas) sólo me son presentes o accesibles, med¡atamente Evidencia es claridad y dist¡nc¡ón
(indlrectamente), a través del pensam¡ento, a través de la conciencia. Por eso esa Evidencia es la cualidad de aquellas cosas (pensamientos) que se "ven"
verdad se formula como "cogito" y no con cualquier otro verbo. Y, por eso, sólo inmed¡atamente por sí mismas, es dec¡r, que no necesitan de otras para ser "vistas"
entonces se pone de manifiesto la conexión necesar¡a entre esa actividad y la Para Descartes lo ev¡dente ha de ser, en pr¡mer lugar, "claro" y llama "claras" a
ex¡stencia del sujeto que la realiza. "aquellas percepciones que están presenfes y manifrestas a una mente afenta". Esto
s¡gnifica que la mente debe poder abarcar los elementos que contiene esa percepc¡ón
El cogito no es una verdad deductiva y su estructura interna. Ahora bien, Descartas llama 'd¡st¡ntas" a aquellas
Ahora bien, la verdad de la autoconciencia, o sea, la certeza de la propia percepciones o ¡deas 'que, además de ser claras, son de tal modo precisas y
existencia del sujeto pensante, tampoco se ha alcanzado med¡ante un razonamiento separadas de todas las demás, que no contienen más que lo que es claro". (Principios,
deductivo. Descartes expone esa verdad en forma deductiva, utilizando la conjunc¡ón $45). Distinta, entonces, es toda percepción clara, cuya clar¡dad no depende de
"luego" (ergo) que expresa la relación de consecuencia lógica Pero "Pienso, luego ninguna otra percepc¡ón Mientras la claridad con que percibo una ¡dea, pensamiento o
existo" no son la premisa menor y la conclusión de un silogismo: "Para pensar es proposición suponga la verdad de otra idea, pensam¡ento o proposic¡ón, no podré
necesaio existir; yo pienso; luego yo existo". Descartes reconoce que, para poder dec¡r que la primera es evidente y, por tanto, no podré estar seguro de su verdad.
formular el cog¡to, el sujeto debe entender las ideas de "pensamiento" y 'existenc¡a" e
incluso debe suponer esa premisa mayor: "para pensar es necesario existir" Pero el El problema del criterio de verdad como ev¡denc¡a: el sol¡ps¡smo
carácter deductivo se refiere al modo de exponer la verdad del cogito, no al modo de La "dificultad de identif¡car cuáles percepc¡ones son drsÛnfas" es la d¡ficultad de
l¡al/ar o descubrir esa verdad. saber qué percepciones dependen de qué percepc¡ones, es dec¡r, cuáles son las
percepciones, ¡deas o proposiciones "primitivas', o sea, lo que Descartes llama
El cogito es una verdad intuitiva: la laz6n como fundamento de toda ve¡dad. "principios'. En un primer momento, Descartes consideró que las ideas y
Por tanto, el modo de hallar esa verdad tiene que ser ¡ntu¡tivo, tiene que proposic¡ones más senc¡llas de la Aritmética y la Geometría (número, unidad, igual,
tratarse de una verdad intuitiva, captada ¡nmediatamente en un acto de intuición. Se mayor, menor, espac¡o, punto, línea) eran "claras y distintas" porque ya no podían ser
trata de una verdad que no depende de ninguna otra verdad anter¡or, y cuya certeza defìnidas en términos de otras nociones aún más sencillas, sino que eran "naturalezas
no puede ser enturb¡ada ni siquiera por la h¡pótesis del D¡os engañador "Engáñeme simples" descubiertas por la mente en una simple ¡nspecc¡ón de sí misma (simplex
quien pueda, que lo que nunca podrá hacer es que yo sea nada mientras pienso que ¡nspectio mentis), es decir, en actos de intuición. Pero, al llevar el método al terreno de
soy algo" (34 Meditación). La inmunidad a la hipótesis del gen¡o maligno pone a esta los primeros principios, la hipótesis del Dios engañador confundió la distinción de las

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más simples noc¡ones y verdades matemáticas, en el sentido de que la ev¡dencia con Y no se necesitan la una a la otra para ser conceb¡das, porque no hay conexión
que se me presentan podría ser una mera certeza psicológica, relat¡va a mi mente, y necesaria entre sus atributos respect¡vos, el pensam¡ento y la extensión1.
no una certeza objetiva, basada en una val¡dez objetiva, para toda conciencia posible.
Por eso, el problema del cr¡terio de verdad como evidencia es si, además de la El alma t¡ene un conoc¡m¡ento inmediato de sf misma y un conocimiento
verdad del coglto, es posible establecer alguna otra con los mismos caracteres de indirecto de lo corpóreo (incluido el prop¡o cuerpo)
ev¡dencia absoluta, es decir, de claridad y distinción. Porque si no puede establecerse Descartes señala finalmente que la sustanc¡a pensante, el alma, es "más fácil
n¡nguna otra, si sólo pudiera establecer la existencia del sujeto que p¡ensa sus propios de conocer que el cuerpo". Esto se comprende si ænsamos que, para Descartes, el
pensamientos, Descartes estaría en esa modal¡dad del escepticismo que alma se conoce a sí misma de forma ¡ntuit¡va, inmediata, formándose una idea de sí
poster¡ormente se llamará "solipsismo" (so/us ipse, sólo yo existo). misma que no sólo es clara, sino también d¡st¡nta, porque es independiente de toda
otra idea. En cambio, el conocimiento o idea que el alma tiene del cuerpo es, de
NOCIÓN 2. ALMA Y GUERPO (res cog¡tans y res extensa) entrada, si no oscuro, al menos confuso, ya que la clar¡dad perceptiva con que percibo
mi cuerpo, se halla oscurecida por la duda acerca del origen o la causa de esa
El cogito y la distinción entre alma y cuerpo percepción: que puede ser mi propia mente, como en el sueño, o Dios, como la idea
En virtud del cogrto, Descartes puede establecer su existencia. Pero pretende que tengo de El, o un cuerpo realmente existente al que m¡ alma estaría íntimamente
deducir también gué es, cuál es la esencia o naturaleza de 'aquello" --el yo- cuya unida. Finalmente Descartes recuperará la ev¡dencia de que tiene un cuerpo al que su
existencia acaba de establecer como verdad indudable a partir de la actividad de alma se halla unida de un modo espec¡al, pero esta ev¡dencia será derivada, deducida,
pensar conscientemente. A este respecto, Descartes señala que la evidencia de su a partir de la demostración de la veracidad de D¡os. De ahí que considere esta
ex¡stencia no incluye la ev¡dencia de ser un "cuerpo" o tener'cuerpo" (destruida por la evidencia más "d¡fícil" que la evidencia que el alma tiene de sí misma.
hipótesis del sueño), sino sólo la evidencia de ser una "cosa que piensa" (res cogitans).
Si el pensamiento es la única actividad en la que se me hace presente y manifiesta mi Conclus¡ón: el duallsmo mentercuerpo de Descartes y sus consecuencias
ex¡stencia, entonces sólo puedo estar seguro de ser una cosa o sustanc¡a pensante A En resolución, Descartes introduce una forma radical de dualismo ontolfuico
part¡r de ahí, Descartes establece que él es esencialmente una sustanc¡a esp¡r¡tual o (res cog¡tans / res extensa), a la que llega a part¡r de una forma igualmente radical de
alma que es distinta e independiente del cuerpo y de todo lo corpóreo y más fácil de dualismo antropológ¡co (alma/cuerpo) que él pretende hacer derivar, a su vez, de su
conocer que el cuerpo fundamentación del conocimiento científico en la certeza (evidencia) que el sujeto
Tenemos, pues, tres afirmaciones: (1) que el sujeto del pensamiento es una pensante puede tener acerca de la verdad de sus propios pensamientos y de la
"sustanc¡a" o "cosa" (pensante); (2) que la "cosa pensante" es un "alma" esenc¡almente validez de sus operaciones racionales. Una vez salvado el solipsismo (la reducción de
distinta del cuerpo e ¡ndepend¡ente de todo lo corpóreo y (3) que el alma t¡ene un toda evidencia a la evidencia que la mente tiene acerca de sí m¡sma y de sus estados
conocimiento inmediato de sí misma y un conocimiento indirecto de lo corpóreo internos) mediante la demostrac¡ón de la veracidad divina, que garantiza la existenc¡a
(incluido el propio cuerpo). del mundo externo como res extensa y la verdad objetiva, no de todo aquello que
perc¡b¡mos a través de los sent¡dos, sino sólo de aquello que conceb¡mos clara y
El "yo", sujeto del pensam¡ento, es una "sustanc¡a" o "cosa" (pensante) d¡stintamente en los objetos exteriores, a saber: los modos de la extens¡ón, la altura,
Con respecto a esto, el razonamiento de Descartes es el siguiente: si hay una anchura, profundidad, y el mov¡miento, Descartes tiene vía libre para: ('l) concebir el
act¡v¡dado un estado, debe haber "algo" que real¡ce esa actividad o esté en ese mundo físico como un puro mecanismo desprovisto de todo pr¡ncip¡o vital (incluidos los
estado. Descartes no concibe que pueda haber pensamiento sin sujeto pensante ni an¡males e incluido el propio cuerpo humano), donde no hay fuezas ni energías
que ese sujeto pueda ser otra cosa que una sustanc¡a No conc¡be que el pensamiento vitales, donde todo mov¡m¡ento es el resultado del choque o la presión (sin que sea
pueda ser un proceso impersonal, como "llueve" o "amanece". En tal caso, no tendría posible la acc¡ón a d¡stancia); (2) exceptuar al alma del determinismo que rige el
por qué haber concluido'soy una cosa pensante", sino que sólo habría podido decir: mundo físico y afirmar así la libertad de la voluntad, que supone una forma de
"hay pensamiento, existe el pensamiento". causalidad sui gene,s, sin el que no sería pos¡ble la moral o el uso práct¡co de la
razón; finalmente (3) demostrar la ¡nmortalidad del alma, por su capacidad para
La "cosa pensante" es un "alma" esenc¡almente distinta del cuerpo e subsistir sin el cuerpo.
independiente de todo lo corpóreo
Con respecto a esto, el razonam¡ento es el s¡guiente: (a) puedo fingir que no NOCIÓN 3: PENSAMIENTO E IDEAS
tengo cuerpo y que no estoy en ningún lugar del espacio, sin que esa f¡cción me
conduzca a pensar que no existo. Por tanto, es posible (pensable, no contrad¡ctor¡a) La estructura de la autoconc¡encia: el sujeto, el pensar, los pensamientos y las
una cosa pensante s¡n un sustrato o soporte corpóreo Por otro lado, (b) la ev¡denc¡a ideas
de mi propia ex¡stencia sólo se mantiene m¡entras mantengo mi act¡v¡dad pensante S¡
la interrumpo o finjo hacerlo, cesa también aquella evidencia, sin que por ello sea
contradictorio pensar que pueden seguir existiendo las cosas corpóreas. Por tanto, es I
Pso este razonamiento de Descãtes no lleva a la ænclusbn de que la cosa pensanle ferga quê serneæsarãnorlg una cosa
posible (pensable, no contrad¡ctoria) la existencia de cuerpos sin la existencia de una incorpórea, el alma Descartes d¡ce que s¡ puedo pensame a mi mismo sin cuerpo, es decir, si no hay una conexiôn necesaria
sustancia pensante. Por tanto, la sustancia pensante existente y la (posible) sustancia entre "ex¡stir como cosa pensante' y "teær cuerpo', 60 impl¡ca q€ la cosa pensante piensa y eiste independientemente del
cuerpo, es dec¡r, que es un dma incorpörea. Pero naturalmente eso no es asi, Que no haya conexión mcesaria entre penstr y
extensa podrían subsistir independ¡entemente la una de la otra. No se neces¡tarían la
a que no haya n¡nguna conexión.
una a la otra para existir, porque no se necesitan la una a la otra para ser concebidas. depend¡era de ella, y que estaco la
concebirse a sl m¡sma como inco
corpÖrea La raÍz de la falæia o del paralog¡smo es1á en la máxima de cons¡derar como falso lo s¡mplemente dudoso. Claro: s¡ lo
dudoso se considera como falso, entornes, pæsto que la relación entre pensar yteær cuerpo es dudosa (meramente posìble),
tendremG que negar como falsa o ¡nex¡stente esa relæ¡ón

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Para entender este par de nociones es necesario analizar la estructura de la etc El acto de pensar es s¡empre un 'modo del pensamiento" y el conten¡do
afirmar,
autoconcienc¡a. En ésta tenemos: pensado es s¡empre una "idea".
Un sujeto que, según Descartes, es una sustancia o cosa: el Yo que es res cogifans
o alma; Las ideas y sus clasif¡cac¡ones
Una act¡v¡dad que defìne esencialmente a esa sustancia: la actividad de pensar Descartes cons¡dera como'ideas" cosas tan heterogéneas, como un dolor de
(cogitare), que es la act¡v¡dad por la que ese sujeto se da cuenta o adquiere conciencia muelas, la imagen de un perro, el concepto universal 'perro", un juicio matemático
inmediata de: como 2+2=4, un deseo, etc. ¿Qué es lo que tienen en común todas estas cosas? Que
Una diversidad de acciones o estados que son modifìcaciones de esa sustanc¡a son contenidos de conciencia, que el sujeto puede ser consc¡ente de ellos o tomarlos
pensante, distintos'modos del pensamiento" (cog¡tationes): imaginar, querer, juzgar, por objeto de su pensamiento y que, como tales, son indudables Pero lo más
entender, dudar, e incluso sentir. novedoso en Descartes es la afirmación de que lo que nosotros conocemos
Los "objetos" a los que se refieren esas acciones o estados y que const¡tuyen su inmediatamente, los objetos de nuestro conocimiento inmediato, son ideas, no las
"contenido": sensaciones, representaciones, imágenes, conceptos, juicios, etc A estos cosas externas, n¡ los atributos de esas cosas Las cosas externas y sus atributos nos
"objetos del pensam¡ento" a los que se refieren los d¡st¡ntos modos del pensamiento es son conocidos sólo indirectamente, sólo a través de sus ideas claras y dist¡ntas, es
a los que Descartes va a llamar "ideas" en un sentido genérico. decir, sólo bajo las condiciones que impone a la mente el criterio de evidencia (claridad
Por tanto, tenemos un m¡smo sujeto cuya act¡vidad de pensar se desdobla, por y distinción), a su vez garantizado por la verac¡dad de D¡os Por eso dirá Descartes en
decirlo así, en una serie de actividades que se refieren s¡empre a tales o cuales una ocasión que "la idea es /a cosa misma concebida" En consecuencia, carecerá de
"contenidos" (ideas) y una actividad en virtud de la cual el sujeto se hace consciente sentido preguntarse por la cosa "en sí misma", al margen de su idea: sería como
de sus actividades de primer n¡vel. La autoconciencia o conciencia reflexiva tiene, ¡ntentar conceb¡r la cosa sin concebirla, o intentar concebirla al margen de toda
pues, esas dos dimensiones inseparables: la conciencia de algo (ideas) y la conc¡encia concepción. Es lo que se ha dado en llamar el principio del idealismo o"principio de
de sí misma. La autoconc¡enc¡a es esa actividad por la que el sujeto refiere a sí mismo inmanencia", según el cual los objetos del conocim¡ento son siempre "ideas". O
sus propios pensamientos, es decir, reconoce como "suyo" todo aquello de lo que es también la concepción del 'velo de ideas" que separa a nuestra mente del mundo
consciente, se p¡ensa a sí mismo como sujeto de tales o cuales pensamientos. externo, de cuya existencia y de cuya naturaleza sólo puede tener evidencia ind¡recta,
a través de las ideas claras y distintas
Pensam¡ento, modos del pensamiento y contenidos del pensam¡ento (¡deas)
En el lenguaje cartesiano, la d¡st¡nc¡ón entre estas dos dimensiones de la Las ¡deas según su contenido representativo (o "realidad objetiva")
autoconc¡encia es la distinción entre el pensam¡ento que, en cualqu¡era de sus modos Descartes clasificó las ideas de distinta manera. En función de su mayor o
(tener sensaciones, ¡maginar imágenes, afirmar o negar juic¡os, etc.), piensa ideas, y menor "contenido representativo" o de su mayor o menor "realidad objetiva", es dec¡r,
el pensamiento en tanto que se da cuenta de que hace (o padece) todo eso, es decir, en función del grado de realidad de aquello que representan, las ideas pueden
el pensamiento en tanto que refiere todas esas actividades o estados al mismo sujeto clasificarse en:
Descartes ha "descubierto" que él mismo, como sujeto que piensa, es una sustancia I ideas que representan "sustancias', como la idea de mí mismo o la idea
pensante, una "res cog¡tans", es decir, una sustancia cuya naturaleza o esenc¡a de Dios;
cons¡ste sólo en pensar. La act¡vidad de pensar admite varias modalidades: concebir, 2 ¡deas que representan "atr¡butos', como la idea de pensamiento o de
entender, querer o imaginar, pero también sentir son modalidades del pensar. extensión, e
Descartes unifica todas estas formas distintas de actividad psíquica porque, en el ser 3 ideas que representan "modos", como una sensación determ¡nada o un
humano, a fodas e//as /es suóyace la conc¡encia. "Pensa/', para Descartes, equivale a concepto determinado o una ¡magen determinada. O una figura, o un
"ser consciente" o'darse cuenla" y "pensamiento" es todo aquello de lo que podemos mov¡miento.
ser inmediatamente consc¡entes Ahora bien, la res cogitans no puede ser A su vez, las ideas que representan sustancias se clasifican en:
inmediatamente consciente de otra cosa que de aquello que ocurre en ella Es decir, f . ideas que representan sustancias f¡nitas, como la idea de mí mismo (res
en principio, la res cogifans no puede pensar otra cosa que sus propios pensamientos. cogitans) y la idea de la materia (res extensa);
La res cogifans percibe inmediatamente por ella m¡sma todo aquello que ocune en ella. 2. la idea que representa a la sustancia infinita o Dios.
A esa percepc¡ón inmediata Descartes la llama 'pensamiento' y al conten¡do de esa Es a part¡r de esta clasificac¡ón que Descartes ¡ntenta demostrar la ex¡stencia
percepc¡ón, a lo que ocurre en la res cogitans, lo llama Descartes "modo del de Dios en el texto del Drscurso del Método.
pensam¡ento".
Las ¡deas según su procedencia.
Acto de pensar y contenido pensado Pero la clasificación más conocida es la de las Meditaciones mefafisicas, que
Ahora bien, los pensamientos, en sus d¡st¡ntos modos, tienen, a su vez, sus divide las ideas, según su procedencia, en:
prop¡os contenidos, vale dec¡r: son pensam¡entos de algo. Las sensac¡ones son 'l ldeas advent¡c¡as, que son consecuencia del influjo del mundo exterior
sensac¡ones de tales o cuales colores, dolores, sabores, etc, las imágenes son sobre nuestros sentidos Son las ideas (las sensac¡ones, imágenes), que
imágenes de tales o cuales cosas, los actos del entend¡m¡ento se refieren a tales o derivan de la experiencia perceptual que tenemos del mundo, es decir, de
cuales conceptos o propos¡c¡ones, los deseos son deseos de tales o cuales cosas los sentidos del cuerpo y de la imaginación "corporal" (que d¡ce Descartes).
representadas. En todo pensam¡ento puede distingu¡rse, pues, el acto de pensar Son, por lo tanto, las ¡deas que dan lugar al conocimiento empírico, que
(sent¡r, ¡mag¡nar, concebir, querer, juzgar) y el contenido pensado (sentido, ¡mag¡nado, siempre es oscuro y confuso.
concebido, quer¡do, juzgado). Es dec¡r, Descartes distingue entre la acción del espíritu 2 ldeas facticias, que son el resultado del poder nuestra imaginación. Las
(de la res cogitans) y aquello sobre lo que recae o a lo que se refiere la acción del construye la mente, pero s¡empre a partir de otras ideas Si me imagino un
espÍritu, sea cual sea el modo de esta acción: sentir, imaginar, conceb¡r, desear,

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DESCARTES NOCIONES Y TEMAS DESCARTES NOCIONES Y TEMAS

ser formado por el cuerpo de un perro y la cabeza de un dragón, el La "prueba por los efectos'
pensamiento o idea de esta ent¡dad fantástica pertenecería a este grupo.
3. ldeas innatas, que se encuentran en nuestra mente antes de cualquier Esta prueba parte de la presencia de la idea de Dios en m¡ mente y se pregunta
experiencia o percepción del mundo y nuestra mente las descubre por una por la causa de esa idea. La demostrac¡ón puede explicarse del s¡guiente modo:
s¡mple ¡nspección de sí misma (s,rnplex inspectio mentis) La más (a) Todo lo que existe (aunque sea una ¡dea y su ex¡stenc¡a sea 'mental") debe tener
importante es la idea de lnfinito o Dios, cuya existencia se demuestra por la una causa de su existencia.
imposibilidad de que tal idea sea facticia. Han sido ¡mplantadas en nuestra (b) En la causa debe haber, al menos, tanta realidad como en el efecto Si pudiera
mente por Dios Ahora bien, Descartes no l¡mitó lo ¡nnato a los conceptos haber más realidad en el efecto que en la causa, ese "más" procedería de la nada, lo
(como los de Dios, substancia o los conceptos matemáticos), sino que cual es imposible por (1).
también consideró que hay principios ,nnafos o verdades eternas, por (c) En mi mente hay:
ejemplo en lóg¡ca y en física Las proposiciones "cosas que son iguales a 'l) Las ideas de seres menos'perfectos" que yo, es decir, dotados de menos
una m¡sma cosa, son ¡guales entre sí", o "de la nada, nada sale" son atributos que yo: las ideas de las cosas corpóreas externas a mí (cielo, tierra,
principios de este tipo. La experiencia perceptual no permite nunca plantas, an¡males...), en las que no se halla el atributo del pensamiento.
establecer nada con absoluta universalidad, y sin embargo tenemos 2) La idea de mí m¡smo como sustanc¡a dotada de un atributo, el pensamiento,
verdades que se presentan como un¡versales, luego estas no pueden cuya f¡nitud o imperfección se revela en el hecho de que dudo, es dec¡r,
descansar en la experiencia sino en la naturaleza de la propia razón. concibo algunas cosas oscura y confusamente. Por lo que la idea que tengo de
mí mismo está necesariamente conectada a:
El innatismo de Descartes 3) La idea de un ser más perfecto que yo, en la que están inclu¡das todas las
Descartes evolucionó en su consideración de las ideas ¡nnatas, desde un perfecc¡ones de las que yo catezco, por ejemplo, el perfecto conocimiento
innatismo del contenido de las ideas (de raíz agustiniana), a un innatismo de la función exento de duda.
o de la capacidad de la razón para producir ciertas ideas Finalmente no consideró que (d) Yo tengo capac¡dad para crear ideas a partir de otras ideas: las llamadas ideas
las ideas innatas estén en nuestra mente de forma actual o como un saber siempre a fact¡c¡as.
nuestra dispos¡ción. El niño no t¡ene el concepto de Dios de esta manera Cuando (e) Yo puedo haber creado (como sucede en el sueño) las ideas de las cosas menos
Descartes se refìere a lo innato en nuestra mente quiere indicar que la experiencia perfectas que yo. ¿Cómo? A partir de la idea que tengo de mí mismo, puesto que la
empír¡ca o percepción no puede justificar ciertos contenidos mentales, y que si los mayor perfección que hay en esas ideas es la sustancialidad y yo soy una sustancia2.
tenemos es porque descansan en la propia naturaleza de nuestra mente En el breve (f) Pero yo no puedo haber creado la ¡dea de una sustancia más perfecta que yo a
escrito "Oóservaciones sobre la explicación de la mente humana" explica cómo part¡r de la idea que tengo de mí m¡smo, porque para eso tendría que haber sacado de
debemos entender lo innato: ?so esfe término en el m¡smo sentido que cuando la nada la idea de las perfecciones que yo no hallo en mí y que si están en la idea de
afirmamos que la generosidad es innata en algunas familias y que en otras Io son aquella sustancia Y eso es imposible (por (1) y (2)). Por tanto: la idea de una
algunas enfermedades como la gota o el cálculo, pero no en el sentido de que los hijos sustanc¡a más perfecta que yo no puede proceder de la ¡dea que yo tengo de mí
de esas fam¡l¡as padezcan esfas enfermedades desde e/ vientre de sus madreg srno mismo, no puede ser una idea facticia. Por tanto, tiene que ser una idea que proceda
en el sent¡do de que nacen conciefta disposición o facultad para adquiiias". de alguien d¡st¡nto de míy que tenga todas las perfecciones que yo hallo en la ¡dea de
ese ser
TEMA 2. LAS DEMOSTRACIONES DE LA EXISTENCIA DE DIOS Por tanto, Dios existe y es la causa de la idea que yo tengo de é1.

La demostrac¡ón de la veracidad de D¡os como solución al problema del El argumento ontológico: la ldea (o esenc¡a) de Dios implica su existenc¡a.
solipsismo Según Descartes, es tan lógicamente imposible pensar a Dios como inexistente,
como pensar un triángulo que tenga menos o más de 3 lados. Porque del mismo modo
El único camino que Descartes puede seguir para escapar al solips¡smo es que en la idea (o esencia) de triángulo está conten¡da la idea de 3 líneas que se cortan
analizar ese "mundo' de sus propios "pensamientos" e "ideas" para ver si, entre ellos, dos a dos (formando 3 lados), en la ¡dea (o esenc¡a) de Dios está conten¡da la
hay alguno que perm¡ta establecer la ex¡stencia necesaria de algún otro ser fuera del ex¡stenc¡a ¿Por qué? Porque la idea de Dios es la ¡dea de un ser perfectísimo o sea:
pensam¡ento. Sin embargo, esto no bastará para recuperar la confianza plena en el es la idea del ser mayor que el cual no es posible pensar ningún otro (S.Anselmo).
criterio de verdad como ev¡dencia en su apl¡cación a la Matemática y en su posible Ahora bien, siendo la existencia una perfección, es decir, s¡endo el ser existente
aplicac¡ón también a la Física, que es de lo que se trata. Para poder recuperar esa "mayo/' o más perfecto que el ser'sólo pensado", se sigue necesar¡amente que s¡
confianza plena, Descartes debe ser capaz de cancelar la h¡pótesis del Dios pensamos la idea de Dios pensamos la idea de un "ser existente", no la idea de un
engañador o del genio mal¡gno, debe demostrar Ia imposibilidad de esa hipótes¡s O "ser sólo pensado". Por tanto, D¡os ex¡ste.
dicho de otra manera: debe demostrar que Dios existe y que no puede ser engañador
Descartes ofrece en el texto dos pruebas de la existencia de Dios, (1) la llamada Dos consideraciones sobre las demostrac¡ones de la ex¡stenc¡a de Dios.
"prueba por los efectos" y (2) el "argumento ontológ¡co"
Para terminar de explicar el texto, debemos tener en cuenta 2 cosas:

2
Me basta con "qu¡tal de la ¡dea de ml mismo como 'sustarc¡a pensante" el aùibuto del pensam¡ento y obtengo le idea de
'sustanc¡a no pensante'. Lo demás que hay en la idea de las cosas extaiores, su coçoreidad, es dæir, el afibuto
de la
extens¡ön, al ser la idea de algo menos red que la susianc¡a, podria præedertambién de mi mismo, pero no en tanto que soy
sustanc¡a pensante, sino en tanto que soy sustanc¡a pensente ,;rpertecfa, es decir, la ¡dea de cutrpo extenso podria ær una idea
dudosa, es decir, oscura y ænfusa de m¡ imag¡nación

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y que Dios podría haber creado contradicciones, como un triángulo con cuatro lados.
La d¡ferenc¡a entre estos dos argumentos para la demostración de la ex¡stenc¡a Nuestra ¡mpos¡b¡l¡dad de comprender esto sólo demuestra que el poder de Dios es
de Dios: el problema del círculo vicioso. infinito y nuestra capacidad de comprens¡ón finita. Sin embargo, Dios ha establecido
Los dos primeros son deductivos y, por tanto, incurren en el clrculo vlcloso que que un tr¡ángulo debe tener sólo 3 lados y que, dentro de nuestros lím¡tes, nosotros
denunciaron algunos de los objetores de Descartes (el primero de ellos, Arnauld). ¿En podamos conocer clara y distintamente ese orden establecido por Dios D¡os ha
qué consiste esta objeción? En señalar que Descartes utiliza la capacidad deductiva querido que adecuar la verdadera naturaleza de las cosas a nuestras capacidades de
de la mente para demostrar la fiabilidad de la capacidad deductiva de la mente. Pues conocimiento y que, conforme a nuestra condic¡ón de seres finitos, conozcamos una
recuérdese que Descartes puso en duda, o en cuarentena, esa fiabilidad al dudar de parte de la verdad y que la conozcamos perfectamente. S¡ Dios perm¡te que a veces
los razonamientos matemát¡cos mediante la hipótesis del Dios engañador o genio nos engañemos, ello no repugna a su bondad. Pues no es responsab¡lidad suya el uso
maligno. Pero esta hipótes¡s es tan potente que invalida todo proceso de razonamiento: que nosotros hacemos de nuestras capac¡dades de conocimiento. En el fondo, el error
s¡ el gen¡o puede engañarme cuando razono matemáticamente, también puede no es cosa de nuestra ¡azón o luz natural, sino de nuestra voluntad, que incurre en los
hacerlo cuando intento demostrar la existencia de Dios existencia y su veracidad. El v¡cios de la prec¡p¡tación y de la prevención, unas veces cons¡derando como
m¡smo Descartes, en nuestro texto, d¡ce que la existencia de Dios es tan evidente verdaderas cosas que no son claras y d¡stintas, otras negándose a admitir lo que se
como las demostraciones de la Geometrfa Luego s¡ puedo dudar de las presenta con evidencia.
demostrac¡ones de la Geometría por la h¡pótesis del D¡os engañador, puedo dudar
tamb¡én de la demostración de la existencia de Dios por la misma h¡pótesis.
Otra cosa parece ser el argumento ontológico, al menos para Descartes. Pues
Descartes pensaba que este argumento podia aspirar a la evidencia intuitiva de
"pienso, Iuego exlsto". En realidad, pensaba que "Dios existe" no es la conclusión de
un argumento, sino la expres¡ón de la conexión necesar¡a, en una única proposición,
de las ideas de "Dios" y de'existenc¡a', como "Yo ex¡sto". Según Descartes, "Dios no
existe" es una proposición autocontradictoria, como "Yo no ex¡sto" o como "Existe un
círculo cuadrado'y sólo quien no conoce el significado de la idea de D¡os puede negar
su existencia. lnterpretado así, el argumento no es deductivo. Pero entonces parece
que estamos rebajando la potenc¡a o el alcance de la hipótesis del Dios engañador
(haciéndolo incapaz de engañarnos en nuestros actos de ¡ntuic¡ón) y que bien
podíamos habernos ahorrado este motivo de duda. Dejémoslo así

La cuest¡ón de la veracidad de Dios


Otra cuestión a tener en cuenta, aunque no aparece en el texto del Dr'scurso,
es /a cuestrón de la veracidad de Dlos. Pues es este atributo el que, una vez
demostrada la existencia de D¡os, garant¡zaría el criterio de evidencia en su aplicac¡ón
a la Matemática y poster¡ormente a la Física. En realidad, no s¡rve de nada demostrar
que Dios ex¡ste, s¡ puede ser engañador. Y el caso es que el razonamiento de
Descartes no le llevará a negar que Dios pueda set engañador, sino sólo a negar que
Dios quiera ser engañador. Negar que Dios pueda ser engañador menoscabaría su
omn¡potenc¡a. Si Descartes pudiera demostrar que Dios no puede ser engañador,
desde luego, la garantía que tendríamos de la fiabilidad del criterio de ev¡dencia sería
absoluta:. siempre que concibiésemos clara y distintamente una ¡dea o propos¡ción
podríamos estar absolutamente seguros de que esa ¡dea o proposición es verdadera,
no sólo para nosotros, sino para toda conc¡encia pos¡ble, tamb¡én para Dios, cuya
conc¡encia sería homogénea con la nuestra, estarfa sujeta a las mismas leyes o reglas
de razonam¡ento que la nuestra. Pero eso significaría que habría algo -ese orden
objetivo de verdades y reglas lógico-matemáticas-, que estaría por encima o fuera del
alcance de la voluntad divina. Aunque ese orden fuera el orden del Entendimiento o
lntel¡gencia divina, como en s. Agustín, la primacía del Entend¡miento sobre la
Voluntad implicaría l¡mitac¡ón de la potencia absoluta de Dios, ordenac¡ón necesar¡a
de esa potencia, por tanto, potencia ordenada. Y Descartes no qu¡ere llegar a tanto. Le
basta con afìrmar (¿demostrar o creer?) que Dios no quiere ser engañador, que
repugna, no a su poder, sino a su bondad el engañarnos sistemáticamente. No el
poder, sino la voluntad de engañar es lo que denotaría imperfección en el ser
¡nfinitamente perfecto. Pero entonces ¿qué tipo de garantía tenemos para el cr¡ter¡o de

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