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Artículo 1295: “Podrán los acreedores pedir al Juez que los autorice para ejercer
todos los derechos y acciones de su deudor. (Artículo 2372).
Exceptúanse los derechos que no ofrezcan un interés pecuniario y actual y
aquellos que por su naturaleza o por disposición de la ley no pueden ser ejercidos
sino por el deudor o que a lo menos no pueden serlo contra su voluntad por otra
persona”.
El acreedor entonces puede pedirle al juez que lo autorice a ejercer estos derechos
que su deudor tenga contra otros, cuando ve que su deudor está quieto.
Ejemplo: si A le debe a B, pero a la vez un C le debe a B, B sería un acreedor y
también un deudor (de A). B tiene deudas y también créditos.
Supóngase entonces que el deudor B tiene esos derechos para cobrar, pero yo
como acreedor veo que no hace nada, se queda en ese estado de pasividad,
entonces si B llega a incumplirme, yo quiero poder obtener lo que me correspondía
en esa relación. Entonces lo que voy a ejercer es la acción subrogatoria, puedo
pedirle a un Juez, como dice en el 1295, que me autorice a ejercer su derecho, el
derecho de mi deudor contra su deudora. Con la autorización del juez yo ejerzo su
derecho.
Entonces A ejerce este derecho, que sigue siendo un derecho de su deudor, pero no
pasa al patrimonio de A (lo que debería de cobrar B de C) sino que lo ejerce a
nombre propio pero en interés del deudor, el bien va al patrimonio de B. El acreedor
no puede cobrarse de eso porque aún está la fase donde no se ha incumplido, está
en fase de expectativa de la relación de deuda.
Luego de que ese patrimonio está asegurado por medio de la acción subrogatoria,
se verá si el deudor cumple o incumple. Si cumple claramente no sucede nada, pero
si incumple el acreedor tendrá la ventaja de que el patrimonio estará lleno.
ACCION PAULIANA:
SIRVE PARA QUE LOS BIENES QUE SE ESCAPAN VUELVAN AL PATRIMONIO
DEL DEUDOR
Artículo 1296: “Podrán también los acreedores pedir a nombre propio que se
rescindan o revoquen las enajenaciones otorgadas por el deudor con fraude y en
perjuicio de ellos. (Artículo 537 número 5º).
Consiste el fraude en el conocimiento de la insolvencia del deudor.
Si la enajenación fuere a título oneroso, deberán probar los acreedores que medió
fraude por parte de ambos contrayentes; si fuere a título gratuito bastará que se
pruebe el fraude respecto del deudor.
La acción de que habla este artículo, expira en un año contado desde
que el acreedor o acreedores supieren la enajenación. Para las enajenaciones que
se inscriban en el Registro respectivo el plazo correrá a partir de la fecha de su
inscripción”.