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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La Salud

Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria, Ciencia Y Tecnología

Universidad De Las Ciencias De La Salud “Hugo Chávez Frías”

Postgrado De Hemoterapia

Bases
Conceptuales
Que
Originaron
El
Surgimiento
De Una Integrantes

Concepción Licda. Rodríguez María

Dominante Licda. Jiménez Carmen

De Salud Y Licda. Silva Narsicar

El Modelo De Licda. González Elius

Práctica
Médica Cumana, septiembre del 2021
Salud

La definición de la OMS: "la salud es un estado de completo bienestar físico, mental


y social, y no meramente la ausencia de afecciones o enfermedades", se toma como punto
de apoyo para el análisis de un concepto que, entre otras cosas, no explícita la distinción
entre salud y sanidad.

El concepto de salud ha cambiado significativamente a lo largo del tiempo. La


conceptualización de la OMS en la primera mitad de siglo XX entendía la salud “como un
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo como la ausencia de
afecciones o enfermedades”, lo que permite comprender la salud no solamente desde los
equilibrios biológicos, sino como un sistema de valores, como noción que la gente usa para
interpretar sus relaciones con el orden social.

Estos conceptos han evolucionado y hoy se entiende la salud como un recurso para
la vida y no el objetivo de la vida, en el cual, estar sano es “la capacidad para mantener un
estado de equilibrio apropiado a la edad y a las necesidades sociales”.

Conocer el estado de salud de los individuos es estudiar los diferentes determinantes


relacionados con la biología de la persona, con el medio ambiente, con el sistema de salud
que le atiende y con los estilos de vida que caracterizan su comunidad y, por consiguiente,
con su cultura.

Las representaciones y prácticas de salud no son hechos aislados ni espontáneos,


pues tienen un desarrollo y una ubicación en el tiempo y en el espacio, en estrecha relación
con la realidad económica, política, social y cultural de una comunidad o de un grupo
social. Por ello, la problemática de la salud no debe afrontarse en forma individual, sino
dentro de la sociedad de la cual hace parte cada persona.

La enfermedad es considerada como cualquier estado donde haya un deterioro de la


salud del organismo humano. Todas las enfermedades implican un debilitamiento del
sistema natural de defensa del organismo o de aquellos que regulan el medio interno.

La salud y la enfermedad son parte integral de la vida, del proceso biológico y de las


interacciones medio ambientales y sociales. Generalmente, se entiende a
la enfermedad como la pérdida de la salud, cuyo efecto negativo es consecuencia de una
alteración estructural o funcional de un órgano a cualquier nivel.

Modelo Social

El elemento central de análisis que propone este modelo, es que la salud-


enfermedad se genera en las condiciones de trabajo y de vida del hombre y de cada
conjunto poblacional. Introduce como variables determinantes el estilo de vida, factores del
agente y factores del ambiente.

El proceso salud-enfermedad (PSE) es una categoría que permite comprender las


actitudes individuales, colectivas y sociales frente a un fenómeno dado; siendo importante
su abordaje.

La salud y la enfermedad son un proceso histórico y social que se da en el marco de


la red de relaciones que se entretejen de acuerdo con la forma como la sociedad en su
conjunto se organiza para garantizar la vida y el bienestar a todos los sujetos, es decir que
las relaciones sociales, económicas, políticas, a partir de lo cual se constituyen las
cosmovisiones y posturas frente a la vida.

Se apunta que el proceso salud- enfermedad tienen carácter social tanto por ser


socialmente determinado cuanto por ser en sí mismo un proceso social. Se revisan algunas
proposiciones acerca de la causalidad de la enfermedad sostenida por la epidemiología
dominante.

“El proceso salud- enfermedad humano es un proceso complejo, que integra


sistemas de procesos biológicos, psíquicos y sociales y sus interacciones, que forman parte
de la actividad humana y que garantizan la estabilidad o inestabilidad, la existencia o
muerte del hombre y sus sistemas de relaciones, y donde los  procesos sociales desempeñan
un papel de determinación, pero no agotan, ni sustituyen a los procesos psíquicos o
biológicos.”

La salud pública (SP) se define como un campo de saberes y prácticas que aborda


la salud de los colectivos humanos y las respuestas sociales organizadas para promoverla y
mejorarla.
La salud colectiva parte de reconocer que existe una relación dialéctica entre
individuo y sociedad la cual marca el desarrollo humano de todos los sujetos, es decir, que
no es posible pensar la existencia de un hombre fuera de un contexto geográfico, histórico y
socio-cultural. Esta emerge como campo de conocimientos y de prácticas en salud, y
también surge como forma de lucha, como proyecto para defender las igualdades sociales
y de salud, y como forma de contestar las profundas desigualdades sociales en curso en
América Latina

  La salud pública convencional miró a la población como objeto a ser intervenido


por parte de la norma funcional y la ciencia positiva mientras que, la Salud
Pública Alternativa requiere mirar cómo los sujetos individuales y colectivos crean o
generan su salud en el diario vivir y al mismo tiempo construyen instituciones para
apoyarla promoción de la salud, prevenir y atender enfermos.

Práctica En Salud Expresada En El Modelo Medico Hegemónico

La medicina desde sus orígenes, ha suscitado una gran cantidad de debates sobre su
saber, la autoridad de su discurso y en torno a su campo de actuación. Desde la antigüedad
el curso de la medicina se ha visto enfrentado con otros saberes populares, alternativos y
religiosos. Así como en lugares y campos de lucha en donde se fue consolidando como el
saber legitimado, desplazando a las otras prácticas. Esa lucha se ha dado no solo en el
campo del saber para lograr su lugar, sino también en el campo de la experiencia para
lograr su cientificidad y en el campo político para lograr lugar de actuación y como una
herramienta que el Estado acopló para poder actuar sobre los cuerpos.

El desarrollo de la medicina nos provee ciertos componentes que se hallan en la


ciencia médica de nuestros días. Desde tiempos remotos, la salud fue objeto de
preocupación, y su ligazón con lo mágico fue inapelable. Las ideas médicas estaban
íntimamente relacionadas a las creencias espirituales y a la conformación del mundo, como
causa de enfermedad, encontrábamos la infracción de un tabú, la influencia de un espíritu
maligno, y la pérdida del alma. La clave del poder curativo del médico primitivo radica en
su capacidad para liberar la fuerza psíquica del individuo enfermo, activando con sus ritos y
su influencia mágica los recursos curativos del subconsciente colectivo. Para los griegos
antiguos, la enfermedad es comprendida como desequilibrio, como desviación de la norma,
y la cura pasaba por un retorno a la naturaleza. Sé consideró en aquellos tiempos que la
función primordial del médico era conocer técnicamente la physis o naturaleza de los
enfermos y mediante el dominio del arte ayudarla a que restablezca su armonía. El recurso
terapéutico principal fue la dieta, preparación e indicaciones de los alimentos, tanto para el
enfermo como para el sano.

Quien hace una síntesis de todo el saber anterior fue Galeno, que agrupó los signos
de las enfermedades en diagnósticos que permitían identificarlas, y en pronósticos que
indicaban como acabarían. Hizo notar la importancia del conocimiento previo del enfermo
en estado de salud, régimen de vida, alimentación, época del año, condiciones ambientales,
y recomendó un examen serio y detenido de todo el cuerpo. Como todos los médicos
antiguos, también él confiaba más en la capacidad de la razón que en los datos
proporcionados por los sentidos. Sostenía que el médico debía conocer la Física, el
funcionamiento del cuerpo humano y la Ética. Para Galeno el buen médico ha de ser
filósofo, quien ejerce la medicina desde estos saberes es un verdadero médico, quien no lo
hace así, es sólo un recetador. Durante gran parte de la época medieval, los principales
centros de enseñanza y práctica médica estaban localizados en los monasterios, en donde se
conservaban excelentes bibliotecas, elemento esencial en la formación de las futuras
universidades. El cristianismo tiene una buena relación desde sus orígenes con los cuidados
de los enfermos, iniciados con la medicina, esos cuidados darán origen al hospital, quizás el
progreso más importante de aquella época, institución que se extiende por todo la Europa
Occidental, anexa a los monasterios. La atención hospitalaria especializada es llevada a
cargo por los monjes. El hospital cristiano no fue una institución asistencial para toda la
población, conforme a su idea original, sino como un centro para acoger desvalidos. El
tratamiento de las enfermedades, tanto en el mundo antiguo, como en el medieval es basado
en el herbario o libros con descripciones de plantas medicinales.

La medicina de estos siglos y posteriores va entre dos concepciones contrapuestas: el


mecanicismo (el universo visto como mecanismo) y el panvitalismo (el universo visto
como organismo). En el organismo todo está vivo (roca, planta, animal, astro) y todo se
mueve por una fuerza. En esta época actúan dos actitudes: la empírica (la realidad es según
nos lo muestran los sentidos y la experiencia directa inmediata y personal de la realidad) y
el racionalismo (visión racional de la realidad de la naturaleza y su explicación a través de
la razón).

La atención del médico, deberá ser la de prevenir, contrarrestar o ayudar a la


naturaleza a restaurar el orden en todos los desequilibrios o desórdenes de las “acciones”
del cuerpo, especialmente en los de las “acciones vitales” (circulación y respiración). La
enfermedad es un desorden o desajuste de un plan racional o “idea perturbada”, combinado
con una reacción dirigida a la recuperación del orden. Cuando las fuerzas vitales son lo
suficientemente intensas para neutralizar factores adversos, el organismo permanece sano,
mientras que el cese de la resistencia vital por factores adversos trae como consecuencia la
muerte del organismo. El principio vital es la causa de todos los fenómenos biológicos del
cuerpo humano. El desequilibrio de dicho principio vital es el origen de todas las
propiedades biológicas, y es el origen de toda enfermedad. Posteriormente al siglo XVIII la
salud es considerada como algo que debe ser logrado y donde están comprometidos el
estado, el individuo, la familia y la sociedad. A partir que el hospital se concibe como
instrumento de cura, y su distribución interna se convierte en instrumento terapéutico, el
médico será el que asuma la responsabilidad de la organización hospitalaria en lugar del
personal religioso.

En el comienzo del siglo XX predomina la fase materialista donde se excluye toda


inquietud espiritual. En esta época se explican las enfermedades desde los recursos de la
física y la química. Unos a través de la recolección de datos clínicos, otros a partir de la
investigación en el laboratorio. La patología, aprovecha en un principio los resultados de
las investigaciones fisiológicas para luego basarse en el experimento patológico.
Actualmente ha tenido lugar una disminución de las enfermedades infecciosas por cambios
en los hábitos de vida, alimentación e higiene, y se ha producido un aumento de las
enfermedades crónicas y degenerativas (procesos cardiovasculares, cáncer…). Se
manifiesta el predominio de las dolencias cuya causa es preponderantemente social:
enfermedades por desgaste y malnutrición, neurosis y traumas.

La medicina en la actualidad es un sistema complejo de conocimientos


especializados, procedimientos técnicos y formas de conducta construidos en un proceso de
varios siglos, lo qué originalmente era una profesión secundaria, débil y con poca
importancia se ha convertido en un sistema extenso de hospitales, clínicas, postas de salud,
centros médicos, planes de salud, compañías de seguros y otras organizaciones que
emplean una fuerza de trabajo importante. Esta transformación se ha debido no solo al
avance de la ciencia y la satisfacción de las necesidades humanas sino también a su
autoridad en la sociedad.

Dentro de esta forma de pensamiento ha emergido la medicina. Esta ciencia ha


asumido su posición para mirar el problema de la salud y la enfermedad a partir del
mecanicismo, la linealidad y posteriormente bajo la influencia del positivismo; ha
construido sus discursos y prácticas desde el reduccionismo biológico en su análisis del ser
humano, aceptando sólo lo que la ciencia y la racionalidad pueden ver. Mucho a excluido
de su mirada, rasgos, posibilidades, valores y relaciones del ser humano, ha dejado por
fuera sus observaciones y análisis; plagado de limitaciones, niega otras formas de
conocimiento. Y dentro de esta ciencia ha alcanzado la consolidación esta forma particular
de ejercer la medicina, el Modelo Médico Hegemónico omnipotente hasta nuestros días, es
decir, la medicina ortodoxa o facultativa.

El Modelo Hegemónico

El Modelo Médico Hegemónico está elaborado con determinadas características que


se dan en el marco de la medicina moderna y su enseñanza; este modelo médico que
adviene como dominante, dominación que realiza relegando a un segundo plano otras
formas de ejercer la medicina, lo logra construyendo hegemonía, que hace alusión a
conquistar el poder de dirección sobre los otros grupos, es decir imponer esa visión
dominante sobre los grupos subalternos y de ejercer la medicina; que será presentada como
la única forma de ejercerla, relegando, e incluso reprimiendo a todas aquellas prácticas
médicas que no se ajusten a esta forma oficial del saber médico.

Retomando esta particular forma histórica que adoptó la medicina, que el modelo
médico hegemónico da cuenta de su carácter y formación, debemos decir que fue el
antropólogo Eduardo Menéndez, propuso la definición de "Modelo Médico
Hegemónico"(MMH) para caracterizar a ese modelo de medicina que devino dominante
desde principios del siglo XX, bajo el capitalismo, y que, además de fundamentar
jurídicamente su apropiación exclusiva de la enfermedad, privilegió una mirada sobre ella,
biologista, individualista, ahistórica, asocial, mercantilista y pragmática.

Señala Eduardo Menéndez que “La medicina denominada científica constituye una
de las formas institucionalizadas de atención de la enfermedad y, en gran parte de las
sociedades ha llegado a ser identificada como la forma más correcta y eficaz de atender el
proceso salud/enfermedad.”. Y esta forma más correcta se garantizará por medio de una
legislación específica que garantice un monopolio de prestación por medio de los sistemas
de seguridad social que operan desde el MMH; y que le permitirá a éste ejercer el control
de todas las actividades, y de ese modo reprimir o restar financiamiento público a las
formas alternativas, complementarias o incompatibles con MMH. Se puede decir que sólo
desde MMH, toda pretensión de generar otro modelo médico será la Falsedad (identificada
con la terapéutica no científica). Pero la justificación de esto parece una petición de
principio, una afirmación del tipo “El MMH es verdadero porque los demás son falsos, y
los demás son falsos porque lo dice el MMH.” En resumen este paternalismo del MMH
(que nace en el reduccionismo hipocrático de sujeto enfermo) supone que él es el lugar de
la verdad pues es la sede de la medicina científica mientras que todo lo demás es el lugar
del error, de la no- ciencia. Dando una definición mas completa podemos decir que, el
Modelo Médico Hegemónico, se entiende como “el conjunto de prácticas, saberes y teorías
generadas por el desarrollo de lo que se conoce como medicina científica, el cual desde
fines del siglo XVIII ha ido logrando dejar como subalternos al conjunto de prácticas,
saberes e ideologías que dominaban en los conjuntos sociales, hasta lograr identificarse
como la única forma de atender la enfermedad, legitimada tanto por criterios científicos
como por el Estado.

Entre los rasgos estructurales del Modelo Médico Hegemónico podemos resaltar los
siguientes:

*Biologismo

*Concepción teórica evolucionista-positivista

*Ahistoricidad
*Asocialidad

*Individualismo

*Eficacia pragmática

*La salud-enfermedad como mercancía

*Orientación básicamente curativa

*Práctica basada en la eliminación del síntoma

*Concepción de la enfermedad como ruptura y desviación

*Relación médico-paciente asimétrica (de subordinación social y técnica).

*Concepción del paciente como ignorante o portador de un saber equivocado.

*El paciente como responsable de su enfermedad (culpar a la víctima).

*El paciente como consumidor pasivo.

*Exclusión del paciente del saber médico.

*Escasa aplicación de actividades preventivas y dominio de una prevención no


estructural.

*Legitimación científica de otros saberes.

*Profesión formalizada.

*Ideológica con la racionalidad científica.

La situación a la que se ha asistido, especialmente en países desarrollados, de que


mientras alcanzan logros indiscutibles en múltiples macroindicadores de la salud de la
población, se utilizan cada vez más los servicios de “salud” y se “aplica la ciencia y la
técnica”, se expresan, al mismo tiempo, gran cantidad de insatisfacciones en las personas,
relacionadas con su salud percibida y su bienestar. Estas quejas se han achacado, entre otras
causas, a la creciente “medicalización” de la sociedad contemporánea y al deterioro de la
relación médico-paciente, con abandono o mal uso del método clínico y grandes
expectativas insatisfechas de las personas con los resultados de la práctica clínica y la salud
pública actuales. Es por ello que, aún en la actualidad y muy probablemente en el futuro,
parece válido insistir en las principales cualidades que los pacientes esperan encontrar en
sus médicos.

*Que los escuchen y los comprendan.

*Que se interesen por ellos como seres humanos.

*Que tengan competencia profesional

*Que se mantengan razonablemente actualizados.

*Que no los abandonen.

Si bien los avances científicos abren nuevas interrogantes sobre la subjetividad


futura, por ahora reflejan y confirman los anhelos de la humanidad. A lo anterior se añade
que en el presente, sigue imperando en la mayoría de los países, el modelo médico
hegemónico, que ahora se ha “globalizado” más y que se ha definido como “el conjunto de
saberes desde fines del siglo XVIII, hasta logra identificarse, por lo menos en algunos
contextos, como la única forma correcta de diagnosticar, explicar, atender y solucionar los
problemas de enfermedad, legitimada tanto por criterios científicos como políticos”.

Sus funciones son:

*Curativas preventivas y de mantenimiento.

*Control normatización-medicalización-legitimación.

*Económico ocupacionales.

El modelo médico, predominante en la actualidad, se ha tornado necesariamente


neoliberal en muchos países, impactado por la tecnologización y la institucionalización de
la medicina, que queda subordinada al complejo médico industrial. Ello determina la
relativización de la autonomía profesional que era inherente a la práctica médica liberal
(privada) clásica.
Surgen así formas atípicas de la práctica liberal, muchas de las cuales solo
representan modalidades de práctica en transición hacia el trabajo asalariado y un margen
creciente de desempleo médico.

Las Contradicciones Entre La Salud Como Derecho Y La Salud Como


Mercancía.

Salud: ¿Derecho O Mercancía?

El Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala:

"1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros
en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus
medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. 2. La maternidad
y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia" (Adoptada y proclamada por la
Asamblea General en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948).

Es mandato para todos los Estados Miembros de la Organización de las Naciones


Unidas y como se puede apreciar, va mucho más allá del goce de la salud como derecho.
Por lo tanto, el dilema de consagrar la salud como un derecho o considerarla una mercancía
debiera estar superado. Lo correcto es centrar la discusión en cómo implementar este
derecho en cada país.

La Salud Como "Mercancía"

Durante muchos años el predominio de la visión capitalista aplicada a la economía


explotó y excluyó de todo beneficio al pueblo venezolano. La salud fue transformada
paulatinamente, al igual que la educación y el resto de los derechos sociales contemplados
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en una "MERCANCÍA", quedando
reservados sólo para quienes podían pagarlos o en el caso de la salud contar con un seguro,
que aliviara en parte el drama de no tener con qué financiar su prohibitivo costo.
La implementación de las recetas del Fondo Monetario Internacional, de menos
Estado y más mercado por parte de los gobiernos de turno en la etapa neoliberal, se dirigía
a la PRIVATIZACIÓN total de la salud y de todo el sistema de seguridad social: pensiones
de vejez, incapacidad, etc.

La detención de la privatización y la nueva orientación dada a la salud en el Proceso


Bolivariano despierta la ira de quienes no pudieron ponerle por completo las manos encima
al lucrativo negocio de la salud. Son esos sectores los que atacan las medidas que adelanta,
en el cumplimiento de los mandatos constitucionales, el actual Gobierno Nacional y
minimizan los logros alcanzados.

El Derecho A La Salud

El pueblo venezolano, al refrendar por votación mayoritaria la Constitución


Nacional de 1999, superó el dilema de considerar la salud como un derecho o una
mercancía. El Artículo 83 del texto constitucional establece que "La salud es un derecho
social fundamental, obligación del Estado". Asimismo el Artículo 84 estipula: "Para
garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un
sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo,
integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad,
universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad." Respecto al
financiamiento el Artículo 85 dice: "El financiamiento del sistema público de salud es
obligación del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la
seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado
garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política
sanitaria."

El Biopoder

Desde el inicio, es prioritario afirmar que sería un error plantear la biopolítica como
un nuevo enfoque teórico totalizante. En el caso de Michel Foucault, como bien lo ha
explicado Edgardo Castro (p.4):
...nada puede sorprendernos de que no encontremos en él ninguna teoría general
acerca de la biopolítica, que sus análisis al respecto sean, más bien, fragmentarios,
repetitivos y discontinuos.

En sus análisis, encontramos más bien un enfoque genealógico con el cual se trata
de asociar los saberes a la memoria de las luchas de las que emergieron.

Ese acoplamiento [es el] que permite la constitución de un saber histórico de las
luchas y la utilización de ese saber en las tácticas actuales. (p.22)

Foucault (p.163) ha planteado la palabra biopolítica para analizar la relación del


poder con el cuerpo viviente y al mismo tiempo con la construcción de subjetividad. La
biopolítica está asociada al acceso a la vida y a las formas de su permanencia pero
principalmente para asegurar que esa permanencia se desarrolle como una situación de
dominación. Según Foucault, en la antigüedad el hombre tenía una existencia destinada a la
vida política, en cambio esa relación se invierte en la actualidad en donde la política tiene
como objeto al mismo ser viviente. Se abandona así el enfoque clásico del poder jurídico
institucional, para pasar a visualizarlo como el modo específico en que el poder penetra en
el cuerpo mismo de las personas, en su subjetividad y en sus formas de vida.

En un principio, la biopolítica estaba asociada a un poder externo de castigo que


generó la sociedad disciplinaria. Pero también Foucault llegó a conceptualizar el paso de
una sociedad disciplinaria a una sociedad de control en donde los mecanismos y
dispositivos de dominación se distribuyen y difunden más sutilmente en la sociedad,
logrando que cada vez más los ciudadanos internalicen las pautas y códigos adecuados de
integración o exclusión. El poder se entreteje con dispositivos muy fuertes que organizan la
vida y el cerebro humano a través de las poderosas máquinas de comunicación social, de las
redes informáticas y de una amplia gama de sistemas de control. La biopolítica se
constituye entonces como biopoder.

El paso de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control pasa por la


interiorización de un dispositivo disciplinario que cumple el rol normalizante  de las
prácticas cotidianas. Este control se hace principalmente a través de redes de comunicación
masiva flexibles y móviles que por su carácter dinámico se hacen difíciles de develar. Las
redes y flujos de información que se expanden a través de los medios de comunicación se
organizan multiplicando y estructurando interconexiones, definiendo el sentido y la
dirección del imaginario social que recorre estas conexiones. Esta producción comunicativa
y la acción de legitimación política que la acompaña ya no pueden separarse.

[Ella] construye estructuras sociales que vacían o vuelven inefectivas toda


contradicción; crea situaciones en las que, antes incluso de neutralizar la diferencia por la
coerción, parece absorberla en un juego de equilibrios autogeneradores y autorregulantes
(p.44).

Como Foucault ha señalado, la característica biopolítica de esta nueva modalidad de


manifestarse del poder es ahora el biopoder, desde que reglamenta la vida social desde
adentro de cada persona. El poder no podría tener un control efectivo de toda una sociedad
a no ser haciéndose parte vital del comportamiento a través de valores y normas que todo
individuo "internaliza" de forma que parecen como propias.

Agamben (p.65-68), analiza bien el clásico libro de Guy Debord La Sociedad del
Espectáculo en donde se describe cómo el capital ha logrado tal grado de acumulación que
se convierte en imagen:

Después de haber falseado el conjunto de la producción, puede ahora manipular la


percepción colectiva y apoderarse de la memoria y de la comunicación social, para
transformarlas en una mercancía espectacular, en la cual todo puede ser puesto en discusión
salvo el espectáculo mismo.

No se trata entonces solo de la apropiación de la actividad productiva sino ahora de


asentar sus bases de dominación en la estructura comunicativa del lenguaje cuyo destino es
la conformación de la subjetividad y la manipulación desde la interioridad. Para Foucault la
subjetividad no se conforma autónomamente. La subjetividad es un punto de llegada; es un
resultado de las acciones del poder y su implementación sobre los sujetos. Sujeto y
subjetividad como prácticas discursivas son el corolario ahora internalizado del control del
biopoder.
El concepto central que planteo como práctica de dominación en la cultura
contemporánea es el de calidad de vida como manipulación de la vida. Esta calidad de vida
está integrada en todos los saberes y propuestas comunicacionales como el destino final del
vivir. Vivir bello, sano... buen vivir, vivir exitoso. La mayor parte de la práctica sanitaria
pública y profesional gira en torno de este concepto "llave". El objetivo final de las
prácticas de investigación y producción del complejo médico industrial y de la industria
farmacéutica incluyendo el desarrollo tecnológico biomédico, tienen como destino mejorar
la calidad de vida. Hasta -según los documentos de los organismos internacionales- la meta
final e indiscutida del desarrollo económico es el mejoramiento o la elevación de la calidad
de vida de la población.

La calidad de vida puede tener muchas manifestaciones, todas generalmente


asociadas al éxito económico, lo que significa acceso al consumo. Sobre esto se "pega" la
vida sexual, la gimnasia asociada al mantenimiento del cuerpo y más específicamente, a la
belleza del cuerpo y sus dimensiones conexas: calidad de vida es vida sana, es dieta, es
gimnasia, es spa, es body shaping, son prácticas energizantes tipo new age, todo acoplado a
la visita regular al médico. Es en fin, la gestión empresarial normalizada del cuerpo desde
la individualidad, de la construcción de imagen, de la autoestima, de un yo hedónico y
omnipotente. La vida como mercancía de calidad.

Los medios de comunicación masiva operan la construcción crucial de la calidad de


vida. Avisos publicitarios de diversa índole asociados principalmente a la industria de la
alimentación y de inducción a prácticas asociadas a modos de consumo sano y de bienes
posicionales. Los shows mediáticos para premiar la bajada de peso acompañados de una
parafernalia de avisos publicitarios son un ejemplo paroxístico. Pero hay médicos en los
noticiosos, médicos que describen lo acontecido cuando hay accidentes con los astros
mediáticos, médicos de casi todas las especialidades que explican y aconsejan desde
operaciones quirúrgicas hasta terapias de última generación, médicos en toda clase de
programas en radio y TV que aconsejan hábitos de vida adecuados. Medicalización de la
calidad de vida en el cuerpo, en la velocidad e intensidad del vivir. La vida en las rutinas,
las vacaciones y el entretenimiento. Vida medicalizada en la casa, en la cocina, en el baño
y en el dormitorio. La vida apresada y controlada por los medios de comunicación como
instrumentos del biopoder. No estaríamos aquí lejos del Discurso de Etienne de la Boetie
sobre la Servidumbre Voluntaria. O como concluye Foucault en La voluntad del saber:
"Ironía del dispositivo: nos hace creer que en ello reside nuestra liberación".

En el contexto anterior cabría preguntar: ¿Existe el profesional  médico en el


hospital o el consultorio? ¿Existe el médico "weberiano" autónomo y conocedor de un
saber neutral que aplica sobre un "paciente"? El profesional de la medicina es, él mismo,
víctima y victimario. Él también es apresado desde su subjetividad en donde el concepto
de buen profesional es también subsidiario de una buena calidad de vida. Es médico-
empresario de su propia vida. El médico exitoso también debe llevar ejemplarmente
una buena calidad de vida que se define en prácticas adecuadas, saberes actualizados, uso
de tecnologías de última generación, rutinas profesionales (como asistir a prestigiosos
congresos) y sobre todo, un nivel de ingresos que le aseguren un amplio consumo de bienes
posicionales. Vida que él se encarga también de domesticar en sus disciplinados pacientes
en el consultorio y en el hospital.

Dado lo descrito: ¿existe la posibilidad de una biopolítica positiva? ¿Sirve un


análisis que no proponga alternativas? Digamos que la biopolítica no es útil para todo ni
soluciona todo. Es una perspectiva histórico-analítica que puede ser potente en la
generación de su inverso. Es un modo de racionalizar plural porque asocia modos de pensar
de amplio espectro: desde la normalización disciplinaria y controladora hasta formas de
resistencia y de oposición. Esto último, puede expresarse en luchas en donde la vida se
resiste a su encierro y se revela contra la confiscación del sentido por la polución discursiva
de una calidad de vida alienante. Foucault habla de un retorno de la vida contra el poder:

...lo que se reivindica y sirve de objetivo es la vida, entendida como necesidades


fundamentales, esencia concreta del hombre, cumplimiento de sus virtualidades, plenitud
de lo posible. Poco importa si se trata o no de una utopía: la vida como objeto político fue
en cierto modo tomada al pie de la letra y vuelta contra el sistema que pretendía controlarla.
(p.175)

Pero entre la biopolítica y su sentido afirmativo no todo está claro. Así Mathieu
Potte-Bonneville, afirma que deberíamos definir el contenido de la biopolítica como
un bricolage de acuerdo a las circunstancias, a las luchas, a los combates, a las ocasiones y
las tácticas. Una visión en donde la biopolítica queda relativizada por las circunstancias.

Por mi parte, pienso que debemos rescatar el paradigma del ser viviente contra su
reducción a cuerpos desnudos pues hay ser viviente social e histórico más allá de su
identidad biológica. Y aquí hay toda una experiencia para investigar, desarrollar y
comprometerse con la historia, con la memoria y con las luchas políticas como un ejercicio
de intensificación de las fuerzas que combaten la negatividad del mundo.

El Modelo De Atención Integral. Principios Y Desafíos.

El Modelo de Atención Integral en Salud es el conjunto de lineamientos,


fundamentados en principios, que orienta la forma en que el MPPS se organiza, en
concordancia con la población, para implementar acciones de vigilancia del medio
ambiente, promocionar la salud, prevenir las enfermedades, vigilar y controlar el daño, y
brindar una atención dirigida a la recuperación y rehabilitación de la salud de las personas,
con pertinencia cultural y enfoques de género e interculturalidad a través del ejercicio de su
papel Rector, la Gestión transparentes de los recursos y la participación social, en los
diferentes niveles de atención y escalones de complejidad de su Red de Servicios.

El Modelo de Atención Integral en Salud enmarca la forma en que interactúan la


población y el prestador de servicios, dentro de un marco de cumplimiento del derecho a la
salud, con base en el territorio y la población, articulando redes de atención integradas e
integrales tanto institucionales como comunitarias. En este modelo se hace énfasis en la
participación de la población en el proceso generación de la salud en el marco de una
respuesta intercultural y se pueda gestionar los recursos a fin de garantizar la satisfacción
de las necesidades en salud de forma equitativa, eficiente y de calidad.

Este persigue romper paradigmas creados desde hace 40 años atrás, con el cambio
del modelo tradicional a fin de obtener instituciones de salud para gente fomentando un
encuentro entre el equipo de salud, el individuo y la comunidad, evaluando así el proceso
con estrategias de control  y retroalimentación, promoviendo los factores protectores de
vida con actividades, hábitos y comportamientos saludables, donde la participación de la
sociedad organizada será la herramienta esencial. (Rodríguez Ochoa, Gilberto y otros.
Atención Integral. Conceptualización, Normas y Procedimientos. Ministerio de Salud y
Desarrollo Social. Caracas, septiembre 1999: p.2)

Algunos Antecedentes

En Modelo de Atención Integral surge como una estrategia para cambiar la forma
como estaba estructurada la organización médica del país, caracterizada por una
fragmentación de los servicios y enfocada a la atención de la enfermedad y no de la salud.
La concepción de este nuevo modelo no se da de manera fortuita,  existían ya algunos
antecedentes intentando integrar la atención. Para los años 60 se pretendió hacerlo pero de
manera  burocrática, en la cual se envió una comunicación solicitando que se integrara la
atención, nunca se dio por falta de conducción. Como otro antecedente se puede mencionar
la doctrina integralista, con una visión sanitaria integral en el sentido de  incorporar lo
ambiental, lo ecológico, etc.

Más reciente, en los últimos veinte años, se tiene la experiencia de la medicina


familiar y de los núcleos de atención primaria, estos últimos considerados como los más
directos.

Los núcleos de atención primaria tiene que ver con una concepción familiar, no se
trata de médicos especialistas sino generales que recibían una capacitación en relación con
los problemas del individuo, de la familia y de la comunidad, visitaban  la gente en su casa
y allí además de detectar problemas de salud individual, detectaban problemas ambientales
y no había una oferta de los programas preventivos, pero no era una propuesta sistémica
como la del modelo de atención integral.

Objetivo

Instituir los lineamientos generales del MPPS que orienten el ordenamiento del
territorio, la reorganización y desarrollo e integración de la Red de Servicios, el
fortalecimiento del Recurso Humano, así como la gestión y el financiamiento institucional,
que contribuyan al acceso universal, en el ejercicio del derecho humano a la salud.
Complejo Medico Industrial

Inicialmente, se adoptó una definición del Complejo Médico Industrial que se


reducía al crecimiento de un sector productivo ligado a los medicamentos y equipos, en
articulación con el trabajo de los médicos. La regulación estatal en el campo sanitario
confronta nuevos y complejos desafíos. El capital financiero también entró en la
administración de servicios de atención de salud. Grupos financieros compraron hospitales,
residencia para pacientes crónicos o que requieren cuidados médicos prolongados y otro
tipo de servicios, lo que el capital financiero hace es administrar los espacios y
recursosfísicos cobrando por su utilización a grupos profesionales de prácticas
independientes instalados en dichos establecimientos. Esto establece una cadena de clientes
internos entre los servicios y es una situación que puede ser interpretada y bienvenida por
algunos profesionales como la revitalización de la concepción liberal, pero solo se trata de
una forma de eliminar la relación laboral entre administradores y profesionales, y de poner
el peso de la responsabilidad legal y financiera en estos últimos. Esta práctica
absolutamente generalizada en los Estados Unidos, se ha instalado también en América
Latina, en especial en los grandes hospitales privados como complejo médico-industrial. El
proceso antes descripto implicó la instalación de una puja por los recursos económicos
entre el capital financiero y el capital del llamado complejo médico-industrial. El negocio
del capital financiero es extraer recursos económicos del sector salud para realizar las
ganancias de los inversores y para invertir en áreas más rentables cuando la oportunidad
aparece. Esta práctica sumada a la restricción impuesta al acceso a los servicios de salud
para controlar el gasto, chocó con los intereses del capital ligado a empresas productoras de
tecnologías y medicamentos, y de los propios profesionales de salud.

Durante la investigación sobre la exportación de la atención gerenciada emergen los


primeros datos de como las compañías ligadas al complejo médico industrial negociaban
con la seguridad social y con los seguros privados, para que estas instituciones modificaran
sus formularios terapéuticos incluyendo productos de alta rentabilidad para las compañías
farmacéuticas y presionaban a los entes regulatorios para que aprueben nuevos estudios y
tratados con la finalidad de que fueran financiados por los seguros. Asimismo, compañías
farmacéuticas y de tecnología compraron o hicieron acuerdos con cadenas de hospitales
especializados, centros de diálisis, redes de emergencias, y otros centros de atención
especializada, para asegurarse nichos de consumo de sus productos. También, algunas
empresas crearon y/o apoyaron con equipamientos, insumos y medicamentos a fundaciones
que proveen servicios en los hospitales estatales. Estas fundaciones surgieron en los 90s
como parte de los acuerdos que en algunos países el sector gubernamental realizó con el
sector privado, para que provean servicios de diagnóstico y tratamiento en hospitales
públicos, cobrando por los servicios a los pacientes, a la seguridad social y/o a los seguros
privados. La administración estatal recibía como compensación por el uso de las
instalaciones, costos de funcionamiento y, en algunos casos, incluso insumos y personal,
una cantidad de prestaciones mensuales para los pacientes sin capacidad de pago, mientras
que las empresas se aseguraban el consumo de sus productos.

La Situación De Salud Y El Modelo De Practica Médica

En la gestión de la salud pública es importante expresar y comprender la salud en


sus múltiples dimensiones, determinantes y expresiones y se orienten a las prácticas
sociales de salud que se refieren al desarrollo y fortalecimiento colectivos de una cultura de
la vida y de la salud, de entornos saludables, control de riesgos y daños a la salud colectiva,
a la gestión de la atención de las necesidades, demandas de salud y a la participación activa
en el desarrollo de ciudadanía y capacidad de participación y control social ejercido por la
población. Por otro lado, este es el modelo que ha imperado en nuestra sociedad; por lo que
contrapuesta a esta se encuentra la visión que implica la humanización de la salud,
ampliando su horizonte en cuanto a la atención pero dirigida más hacia la prevención, al
empoderamiento, la participación activa y protagónica de los sujetos sociales quienes deben
asumir un compromiso tanto individual como colectivo para transformar las relaciones de
dominación en cuanto a la salud y todo su contexto. Cabe destacar que deben profundizarse
las acciones dirigidas a la emancipación individual, colectiva y estatal, haciéndose
coherentes para incidir sobre la conciencia social, que no es más que la apropiación de los
factores condicionantes de los estilos de vida de los individuos para su revisión y puesta en
práctica de renovadas formas de actuar, vivir y sentir, apropiarse de sus vidas para hacerle
frente a los factores tanto externos como internos y desarrollar espacios saludables.
Apreciamos la salud en su totalidad como una serie de componentes de distinto
orden (social, cultural, espiritual, psicológico, fisiológico, político, económico, ambiental,
entre otros) que interactúan entre sí como una red de múltiples influencias tanto internas
como externas que determinan factores de riesgos y/o de oportunidades para los sujetos
haciendo especial énfasis en que éstos deben ser partícipes de sus procesos de
salud/enfermedad y asumir su rol protagónico de manera activa y no pasiva en procura del
bienestar. Un aspecto muy importante es el derecho a la salud, ya que por ser un bien
esencial tiene estatutos de derechos humanos y de responsabilidad compartida; es por ello
que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) es clara en sus
propósitos de cambios y por ello en relación a la salud plantea en sus artículos lo siguiente:

“Artículo 83. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que
lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará
políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los
servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber
de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas
sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y
convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.

Artículo 84. Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la


rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial,
descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los
principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y
solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud
y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación
de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán
ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la
toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en
las instituciones públicas de salud.”

En este sentido, la asunción de lo público como espacio de la gestión en salud y el


desarrollo del compromiso ético de las comunidades con sus espacios de acción apunta al
mejoramiento de la situación de salud y las condiciones de vida de sus habitantes, buscando
la transformación de la realidad y valorando la responsabilidad social y el compromiso de
todos con el desarrollo de iniciativas capaces de afrontar la complejidad y la múltiple
determinación del espacio de la salud pública. En la década del ochenta, las aplicaciones de
la teoría económica empiezan a ejercer una marcada influencia en la concepción de los
servicios de salud y en la atención de salud. El análisis económico de los servicios de salud
se fue convirtiendo entonces en la base fundamental de la formulación de políticas de salud,
dándose así una tendencia a valorar la superioridad de los mecanismos del mercado, lo que
conllevaba una redefinición del papel del Estado en su capacidad de intervención. Se optó
entonces por sustituir, sobre todo en el área de los servicios públicos o semipúblicos, las
normas, instituciones y mecanismos como la planificación, por mecanismos como la
competencia, los precios y los incentivos financieros”. Es por ello necesario hacer una
aproximación contemporánea al concepto de salud, partiendo de la creación misma de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), que la define como “un estado de completo
bienestar físico, mental y social”, no sólo como la ausencia de afecciones o enfermedades.
Son sus prerrequisitos: la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, la renta, un
ecosistema estable, la justicia social y la equidad.

La economía de mercado, se ha apoderado de toda actividad social, incluida el


sector de la salud con todas sus estructuras, acciones y disciplinas relacionadas, para lo cual
se requerían reformas jurídicas que minimizaran la capacidad de intervención del Estado en
materia económica y permitieran establecer mercados en gran escala. Estamos, pues, ante la
controversia salud como mercancía vs salud como derecho fundamental. Cada parte de la
ecuación tiene una dinámica diferente por cuanto la primera debe honrar la razón de ser de
cualquier mercancía, que no es otra que la acumulación de capital, mientras que la segunda
debe diseñarse en la perspectiva de garantizar un derecho con el cual nace cada persona.

El modelo mercantil se estructura como un sistema en función del fortalecimiento


de las finanzas privadas en tanto que, acorde con el carácter de Estado Social de Derecho,
el modelo humanista se construye como un sistema en función del bienestar individual y
social, así como del avance científico y tecnológico, para garantizar el desarrollo
económico del país. El modelo mercantil es esencialmente asistencialista, pues en lo
fundamental estimula a las personas a que demanden servicios de atención médica para
tratar enfermedades adquiridas, dejando de lado los demás aspectos de la salud, mientras
que el modelo humanista se fundamenta fuerte y firmemente en la promoción de la salud, la
atención primaria y la prevención de la enfermedad, para disminuir al máximo su
ocurrencia y tener suficientes fondos para sanar a las personas que enfermen. Puesto que la
farmacología y la biotecnología avanzan vertiginosamente, los costos en atención médica
tienden a crecer de manera casi exponencial, mientras los fondos para solventarlos, en el
mejor de los casos, aumentan aritméticamente, lo que determina un creciente déficit
financiero en un país que tiene la mayoría de su población pobre y con un elevado índice de
desempleo. Como contraparte, la inversión en políticas sanitarias integrales que garanticen
la salud y la prevención es económicamente rentable para el desarrollo nacional. Es por eso
que el estado de salud y bienestar de un país es el principal indicativo de su desarrollo
económico.

En nuestro país tanto como en los gobiernos democráticos, las políticas fueron
asignadas por la visión capitalista del lucro y la mercantilización de todo lo que debiera ser
un derecho, y no sólo en el ámbito laboral también en él área de la salud. Nadie que
conozca algo en materia sanitaria puede pensar que con situación se pueda aspirar a una
salud de la población más o menos decorosa. Al contrario, se puede agravar aún más el
panorama, a partir de aplicar planes sanitarios regidos por la lógica mercantil de la salud
como negocio y no como derecho. Una política que quiera extraer ganancias derivadas del
lucro con la salud de una población que no puede pagar por ella solo se puede hacer con los
Estados capitalistas como intermediarios del desvío de los recursos desde lo público al
privado. El mecanismo básico de este plan consiste en convertir a una población de bajos
recursos en compradora de servicios de salud, otorgándole un seguro de salud que como
ellos no van a poder pagar, quien lo financia es el Estado. La empresa aseguradora solo se
compromete a otorgar prestaciones básicas que surgen de una cartilla, y todo lo que queda
por fuera debe pagarlo el paciente o comprar un seguro.

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