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CONSTITUCIONALES
MODULO I: FUNDAMENTOS FILOSOFICOS DE LOS DERCHOS
HUMANOS
1) La interpretación constitucional: Hay tres criterios de interpretación de la CN que han
sido significativos en la Argentina:
a) Teoría de la Constitución Promesa: Lo que la Constitución promete, pero no es ejecutable,
es meramente programático y se ubica dentro de la clasificación clásica. Esta es la teoría que
ha sido siempre la tradicional en nuestra doctrina constitucional y distingue entre normas
operativas y programáticas.
Las normas operativas son aquellos derechos que son exigibles por su solo enunciado
constitucional, las programáticas es tradicionalmente lo que se llaman normas sociales de
las Constitución, son las que requieren una ley posterior que la regule para ser exigible.
Esta Teoría establece una clara diferencia entre lo que históricamente se llamaría
Constitución Liberal y Constitución Social, ya que en materia social la Constitución en
general es una promesa, los constitucionalistas siempre van a recomendar que una
Constitución tenga la menor cantidad de promesas posibles.
Si se da operatividad en los derechos sociales en realidad hay una parte de la doctrina que
considera que eso sería una injerencia sobre el poder ejecutivo y el poder legislativo ya que
estos son los que tienen potestad de regularlos. Las normas programáticas solo pueden
adquirir operatividad en la medida en que el poder político lo decida a través de la sanción y
promulgación de las leyes.
b) Teoría de los Derechos: Surge a partir de la influencia del derecho internacional, los
tratados internacionales en general los tratados de derechos humanos y en particular los
jerarquizados tienen la misma estructura que la Constitución. Una parte dogmática donde
está la definición de los derechos y una orgánica en la que están los derechos destinados a
controlar su cumplimiento. El comité de derechos económicos y culturales de las Naciones
Unidas es el órgano de aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, y dice que la aplicación fundamental de estos derechos está marcada por el
principio de progresividad, el cual está establecido en dicho pacto en su art. 2 y en la CADH
en su art. 26.
Este principio dice que los Estados deben progresivamente consolidar esos derechos ante el
máximo de los recursos disponibles. El derecho no tiene plena efectividad, sino que se
avanza en ella sobre su progreso.
c) Teoría Critica del Derecho:
2) Fundamentación de los Derechos Humanos: Los Derechos Humanos son derechos
esenciales, iguales e inalienables de la persona humana, positivamente vigente y
efectivamente gozada por todos. Se puede distinguir entre distintos tipos de
fundamentación de los Derechos Humanos:
a) Las de origen filosófico: Que buscan la fundamentación con la respuesta a la pregunta
¿Qué son los Derechos Humanos?
b) Las de origen ético: Que vinculan la fundamentación de los derechos con su
consideración como Derechos Morales.
c) Las de origen histórico: Que ponen su acento en la evolución histórica de los Derechos
Humanos, a fin de dar respuesta al mismo interrogante.
d) Las de origen político: Que privilegian la acción política tendiente a su eficacia, sobre lo
que denominan razonamientos especulativos.
Fundamentaciones de origen filosófico:
Que vinculan la respuesta a la pregunta ¿Qué son los Derechos Humanos?, como criterios
de justificación. Los fundamentos filosóficos, pretendían explicar en su totalidad lo que es el
mundo y el hombre.
Para WLASIC, existen tres grandes escuelas o escuelas clásicas: Esc. Naturalista (teológica o
religiosa y racionalista), la Esc. Positivista y la Esc. Marxista.
El criterio común es que son de naturaleza universal, pretenden una determinada
explicación del mundo, y un análisis del derecho. Incorporan la cuestión del derecho, en un
marco mucho más general.
1) Iusnaturalismo: Define a los derechos humanos como Derechos Naturales, inherentes a
la persona humana, comunes y universales y superiores a las legislaciones escritas y a los
acuerdos entre los gobiernos.
a) Iusnaturalismo Ontológico: La justificación iusnaturalista de los derechos fundamentales
de la persona humana es la creencia en el Derecho Natural. Dichos derechos naturales son
supra-positivos, por lo cual los Derechos Humanos existen y los posee el sujeto con
independencia de su reconocimiento o no por el derecho positivo. El gobierno civil no los
otorga, sino que les incumbe reconocerlos y sancionarlos.
Esto quiere decir que la condición de ser persona es necesaria y suficiente para ser titular de
estos derechos por lo que son derechos inherentes a la persona. El derecho natural es el
“ser” y el positivo el “deber ser”.
Aportes a los DDHH: El derecho del hombre a la existencia, a la libertad personal y a la
búsqueda de la perfección de la vida moral y el derecho a la propiedad privada surgen del
derecho natural.
b) Iusnaturalismo Deontológico: Esta interpretación iusnaturalista, apoya la idea del
Iusnaturalismo Ontológico de que el derecho natural es el fundamento de los derechos
humanos, pero se diferencia con la anterior, en que le otorga al derecho natural, más que el
carácter de un orden jurídico distinto al Derecho Positivo, "el carácter de principios jurídicos
suprapositivos y objetivamente válidos, el carácter de juicios de valor de validez general y
normas generales que parecen tener un fundamento suficiente en su naturaleza humana”.
Reelaboran el concepto de naturaleza humana, el que se traduce en el de dignidad de la
persona humana. Creen en la mutabilidad del derecho natural, relacionándolo con la
historicidad del hombre, al contrario del anterior que cree que es inmutable.
Aportes a los DDHH: Se introduce el concepto de dignidad humana, que es uno de los
fundamentos de máxima actualidad.
c) Iusnaturalismo Racionalista: Esta interpretación vincula las ideas iusnaturalistas con las
del idealismo racionalista. Por lo cual, esta interpretación ubica al hombre solo con sus ideas
y además ve fundamentalmente al derecho, como derecho subjetivo. Por lo que Derechos
Humanos son derechos humanos, en la medida en que pudiesen ser considerados
racionalmente derechos subjetivos.
Representa el paso del Derecho natural Objetivo, al derecho natural Subjetivo. Transformo
los derechos del hombre en derechos individuales porque piensa en el hombre solo con sus
ideas.
Aportes a los DDHH: Aporta el concepto de derechos individuales.
2) Positivismo: Aquí se define a los derechos humanos como los derechos reconocidos
como tales por la legislación vigente, en un momento histórico determinado.
Para el positivismo filosófico el hecho observable lo constituye la ley, y dicha observación es
relativa a nuestra organización y nuestra situación, con lo cual el fundamento del derecho y
de los Derechos Humanos está en la ley misma, en un tiempo y un espacio determinado,
único medio a través del cual los derechos pueden ser producidos o consagrados. El
positivismo jurídico (verdadero formalismo jurídico) que considera hecho positivo a la
norma elaborada por el legislador estatal, en parte se distancia del positivismo filosófico,
(del que es consecuencia) en la medida que se desentiende, el primero, de toda
preocupación por los fenómenos sociales y los datos históricos.
También puede hacerse mención a que el positivismo, como síntesis definitiva entre orden y
progreso, marco políticamente a la generación del 80.
Finalmente es necesario establecer que la enseñanza del derecho sigue bajo su influjo
(poder), tal como en las asignaturas codificadas. Pero asimismo la codificación permite la
homologación, haciendo posible una forma de racionalización entendida como
previsibilidad y calculabilidad. Los agentes implicados en una acción codificada saben que
pueden contar con una norma coherente, y, por lo tanto, calcular y prever tanto las
consecuencias de la obediencia a la norma como los efectos de la trasgresión.
3) Marxismo: En una sociedad capitalista dividida en clases sociales en lucha, los Derechos
Humanos son una construcción jurídica de la clase dominante a través del Estado, lo que
explica su dispar efectividad. El Marxismo considera los derechos humanos como una
elaboración ideológica del sistema capitalista.
El marxismo destaca las relaciones económicas como base de la sociedad, estableciendo
que todas las relaciones ideológicas e instituciones sociales (como la subestructura jurídica)
constituyen la superestructura, la cual está determinada por la infraestructura económica
de la sociedad. Al respecto, Marx expresa que el conjunto de estas relaciones de producción
forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la
superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de
conciencia social.
El método de análisis que aplica es el materialismo dialéctico. El mismo implica el análisis
del modo de producción, entendido como relación dialéctica entre las fuerzas productivas y
las relaciones de producción; la teoría de las clases y de la lucha de clases, entendiéndose a
las clases como grandes grupos de personas que se diferencian por el lugar que ocupa en un
sistema de producción social históricamente determinado, por su relación con los medios de
producción, por su papel en la organización social de que disponen y el modo en que la
obtienen, y que pueden apropiarse del trabajo de otro en virtud de los diferentes lugares
que ocupan en un sistema de economía social determinado. Sobre la base de tal
apropiación reside el antagonismo de clases, en donde se entiende a la revolución social
como una ley del desarrollo de la sociedad dividida en clases.
Aquí, el Estado erige, únicamente, la voluntad de la clase dominante en ley. Es decir que el
papel del Estado se refleja como la expresión de los intereses de unas clases determinadas,
supeditando la voluntad de los ciudadanos a la voluntad de la clase dominante.
Fundamentación de origen ético:
Desde la perspectiva ética se puede definir a los derechos humanos como derechos morales
éticamente exigibles, derivados de la idea de dignidad de la persona.
Siguiendo al autor Eusebio Fernández, en esta fundamentación los derechos humanos
aparecen como derechos morales, es decir, como exigencias éticas y derechos que los seres
humanos tienen por el hecho de ser hombres, y, por tanto, con un derecho igual a su
reconocimiento, protección, garantía por parte del Poder político y el Derecho; derecho
igualmente basado en la propiedad común a todos ellos de ser considerados seres
humanos, etc. A cada derecho humano como derecho moral (exigencias éticas) le
corresponde paralelamente un derecho en el sentido estrictamente jurídico del término.
Los derechos humanos como derechos morales: La relación entre los términos “Derechos” y
“Morales” puede explicitarse con las afirmaciones de Antonio Truyol y Serra. Este establece
que el termino derechos morales hace referencia a la síntesis entre los derechos humanos
entendidos como exigencias éticas o valores y los derechos humanos entendidos
paralelamente como derechos, es decir, que a cada derecho humano como derecho moral
le corresponde paralelamente un derecho en el sentido estrictamente jurídico.
Fundamentación de origen histórico:
Este criterio sostiene que lo que debe entenderse por Derechos Humanos varia y está
determinado por cada contexto histórico, de acuerdo a las necesidades humanas
producidas por el desarrollo de la sociedad, vinculado con la idea de dignidad de la persona
humana.
Los derechos humanos no se fundan en la naturaleza humana sino en las necesidades
humanas y en las posibilidades de satisfacerlas dentro de la sociedad. Por lo tanto, la
temática de los derechos humanos estará determinada por los valores de una comunidad
histórica y por los fines que ella tenga, siempre que se respete la dignidad de la persona.
Podemos vincular esta tipología de fundamentación con la denominada justificación
dualista. Establece dos niveles de análisis: el primero de ellos corresponde a los valores de
los derechos fundamentales, donde corresponde efectuar un análisis histórico desde dos
perspectivas, una económico, social, cultural y política de cada momento y la otra del
pensamiento político y filosófico, para poder conocer los factores que contribuyeron a la
génesis de los derechos humanos y más tarde a darles su sentido actual. Y un segundo nivel
de estudio de los derechos fundamentales supone la inserción de los valores en el derecho
positivo.
Fundamentación de origen político:
Estas teorías no buscan la fundamentación de los Derechos Humanos, sino que centran su
preocupación en su realización y en el cumplimiento del principio de efectividad.
Esta teoría plantea, que en vez de buscar la justificación de los Derechos Humanos habría
que conseguir y mejorar los mecanismos de que se valen los pueblos y el derecho positivo
para el reconocimiento, la consagración, respeto y promoción de los derechos del hombre.
Acá podemos incluir los denominados Modelos pragmáticos. Este modelo, al igual que el
anterior, no se preocupa por la fundamentación o concepto de Derechos Humanos, sino que
solo se preocupa por las prácticas positivas y por los análisis de los procedimientos,
establecidos en la ONU y algunas organizaciones regionales.
La teoría jurídica feminista y sus aportes a los Derechos Humanos:
Es una teoría ético política, comprometida con la superación de la opresión de género y que
también busca explicar las relaciones sociales entre los géneros, cuya categoría principal de
análisis es la de género.
Dicha categoría implicó distinguir, inicialmente, sexo de género. Mientras en sexo se
relaciona con la realidad biológica, el género se refiere a las normas culturales que
establecen los comportamientos apropiados de varones y mujeres.
Beatriz Kohen distingue tres fases de la teoría feminista:
1-La primera fase o El Feminismo Liberal: Las feministas jurídicas liberales comparan a las
mujeres con los varones y aseguran que no existen diferencias, por lo que solicitan igualdad
en término de logros y, por lo tanto, de tratamiento.
2-La segunda fase: Su proyecto consiste en exponer el carácter masculino de la ley. Los
principios de imparcialidad, neutralidad y objetividad son desarrollados con el objeto de
ocultar la parcialidad de la ley, su preferencia por los varones.
3- La tercera fase: Las feministas posmodernas buscan mostrar las maneras en que el
lenguaje constituye la realidad. Se centran en mostrar el modo en que el poder y las
identidades de género se construyen a través de los discursos.
Desde este punto de vista se puede demostrar los aportes que cada fase del feminismo
aporto a la construcción de los Derechos Humanos actuales.
1- El feminismo liberal y su actuación social en la segunda mitad del Siglo XIX y principios del
XX, han ayudado en la creación del concepto de No Discriminación por el Sexo,
generalmente admitido por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, después de
la Segunda Guerra Mundial, sustentado en la inexistencia de diferencias entre varones y
mujeres.
2- La segunda fase permite profundizar la función y el sentido ideológico del derecho.
3- La tercera permite profundizar en el análisis de las relaciones de dominación e
interrelacionar la categoría de Género con la categoría de Clase, para mostrar cómo el
sistema jurídico tiene diferentes efectos entre varones y mujeres de diferentes clases
sociales y entre personas del mismo sexo de distintas clases sociales.
Esta definición de tortura como dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales,
nos permite diferenciarla de otros tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes. Por su
parte, tanto la Convención contra la Tortura, la americana e Interamericana contra la
tortura hacen referencia, a otros tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes, que
incluyen actos que no son torturas por no cumplir con sus requisitos. En este sentido la
Corte interamericana establece el criterio general de que “Todo uso de la fuerza que no sea
estrictamente necesario por el propio comportamiento de la persona detenida constituye
un atentado a la dignidad humana, en violación del art. 5 de la Convención Americana.”
La Corte Interamericana estableció, además, que los familiares de las víctimas, también,
pueden ser víctimas, en razón de los mismos hechos. Así ha considerado que la obstrucción
a los esfuerzos de la familia por conocer la verdad de lo sucedido, el ocultamiento del
cadáver de la víctima, los obstáculos puestos a la exhumación del mismo, y la negativa
oficial a brindar información, la incertidumbre sobre su paradero, constituyen violación del
art. 5.1 y 5.2 de la CADH.
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.
La referencia a las personas privadas de la libertad hace alusión al art. 18 sobre las cárceles.
La jurisprudencia de la Corte IDH ha calificado a todas las personas privadas de la libertad,
como grupo vulnerable en la medida en que se encuentra bajo la exclusiva custodia del
Estado, y como consecuencia de ello ha sostenido que las obligaciones de este, no se limita
exclusivamente a obligaciones de carácter negativo, consistentes en la no aplicación de la
tortura y/u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, sino también positivas,
como aquellas de generar condiciones mínimas de higiene y salubridad , condiciones dignas
de alojamiento, etc.
Inciso 4. Establece la necesidad de que los procesados estén separados de los condenados,
salvo circunstancias excepcionales, y los primeros reciban un tratamiento penitenciario
acorde con su condición.
Inciso 5. Señala que, en los casos en que los menores pueden ser procesados, deben estar
separados de los adultos, y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad
posible para su tratamiento.
Inciso 6, establece que el fin esencial de las penas es la reforma y la readaptación social de
los condenados.
Siguiendo con la ley 26364, además establece una serie de situaciones que no constituyen
trabajo forzoso y obligatorio, las cuales son:
Tanto la CADH como el PIDCP, enumeran una serie de casos que no serían trabajos forzosos
u obligatorio, que se contraponen con la concepción argentina:
Si bien nuestra Constitución carece de una norma que expresamente consagre este
derecho, se ha interpretado que la mención que contiene el art. 29 al honor, y a su
protección, refleja el reconocimiento de tal derecho, lo que se complementa con lo
dispuesto por el art. 33 sobre derechos implícitos. Por otra parte, el derecho a la privacidad,
lo podemos hallar en la primera parte del art. 19: “Las acciones privadas de los hombres que
de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están
sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados.”
A los fines de desarrollar este concepto, remitimos a el tratamiento en el mismo que efectúa
la Convención Americana en su art. 11: Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad
3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques.
- En primer lugar, establece que “Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada y en la de su familia”. A lo que el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos agrega “injerencias ilegales”, no pudiéndose producirse
injerencia alguna, salvo los casos previstos por la ley. Dichos principios, amplían y
complementan la regla general establecida en el art. 19 de la Constitución Nacional.
En un sentido estricto podemos afirmar que las normas en análisis consagran el derecho a la
intimidad, como una derivación del derecho a la privacidad. Así la CSJN reconoció el derecho
a la intimidad como el derecho de toda persona a ser dejado a solas por el Estado cuando
toma decisiones fundamentales de la vida, en respeto de la incolumidad del principio de
determinación autónoma de la conciencia
Respecto a la inviolabilidad del domicilio, la autoridad habilitada para autorizar una orden
de allanamiento es el juez. La orden debe limitarse a los alcances en ella fijadas en forma
expresa y solo puede llevarse a cabo en el domicilio expresado.
- Finalmente, la última parte del inc 2 del art. 11 de la CADH refiere al derecho de toda
persona a no ser objeto de ataques ilegales a su honra o reputación. Pues estos son
derechos personalísimos, que garantizan el debido respeto al propio valor, a la propia
conducta y la propia dignidad de la persona.
La Corte IDH ha reconocido que puede verse afectado el derecho a la honra y buena
reputación por un proceso penal si éste se ha llevado adelante con desconocimiento del
principio de presunción de inocencia y de las garantías del debido proceso.
Por otro lado, la confrontación más tensa entre derechos se da entre el derecho a la
protección de la honra y la dignidad y el derecho a la información. En la actualidad hay un
proceso de concentración de medios masivos de comunicación que facilitan la manipulación
de la información.
Si bien hay una fuerte protección constitucional de la vida privada y la intimidad de las
personas, hay muchas personas que deciden exponer su íntima cotidianeidad.
Esta tarea, por una parte, generó la creación de un Banco Nacional de Datos Genéticos, que
permite conservar los mismos, aunque eventualmente, los familiares de las víctimas
fallezcan, y además incorporó una nueva tecnología de ADN e Histocompatibilidad, la cual
permite descartar con un %100 de certeza la paternidad sanguínea, y que permite
aproximar en igual porcentaje, a la existencia de la relación.
Por otra parte, dicha regla general se encuentra complementada por aquella que fija como
obligación de los Estados Partes de garantizar mediante su legislación interna, el derecho de
todo niño de ser inscripto inmediatamente después de su nacimiento y de tener, desde que
nace, un nombre, a adquirir una nacionalidad y en la medida de lo posible, a conocer a sus
padres y a ser cuidado por ellos.
El concepto de identidad está constituido por todo aquello que identifica e individualiza a
una persona, y que lo constituye como tal, frente asimismo como frente a la sociedad.
Identificación e inscripción inmediata del niño. Al nacer el niño, este es el momento mas
importante, ya que no solo se le reconoce a este el derecho a una identidad, sino también la
preservación de su identidad filiatoria. Un deficiente sistema identificatorio facilita la
sustitución de la identidad, sustracción de menores y su comercialización. Es por ello que se
procura la creación de un sistema que individualice la identidad del hijo con el de la madre,
a fin de evitar sustituciones o facilitar su comercialización.
Derecho al nombre:
Se encuentra reconocido por el art. 18 de la CADH reglamentado por la ley 18.248. La CADH
precisa dicho derecho señalando que el mismo consiste en el de tener un nombre propio y
los apellidos de los padres o de alguno de ellos. Por otra parte, sostiene que dicho derecho
debe garantizarse a todos, aunque deba recurrirse a nombres de fantasía, situación que se
configura cuando se desconoce los padres. Con lo cual, la referida norma busca prevenir el
uso de denominaciones de carácter impersonal (como la numeración en los campos de
concentración).
Relaciones Familiares: Cuando la Convención de los Derechos del Niño, se refiere a las
relaciones familiares, como componente del derecho a la identidad, lo hace en un sentido
amplio, no sólo referido al reconocimiento de las relaciones vinculadas con la filiación, sino,
además, las referidas a garantizar, el contacto de los hijos con sus padres, y como regla, la
permanencia de los niños en el seno de su familiar, como el de preservar las relaciones con
los miembros de la familia ampliada. Es decir, el de poder mantener relaciones de carácter
efectivo y fluido, en la medida de las posibilidades, con los integrantes del grupo familiar.
Identidad sexual. Si bien ninguna norma explicita reconoce el derecho a la identidad sexual,
ésta ha sido reconocida por la jurisprudencia, lo que podemos definir como el derecho de
toda persona a una definición sexual consustancial a sí mismo.
El derecho a réplica
Contenido. Tratamiento en la CADH. Operatividad. Evolución jurisprudencial
El derecho de rectificación o respuesta o derecho a réplica se encuentra reconocido en el
art. 14 de la C.A.D.H el cual establece: “Toda persona afectada por informaciones inexactas
o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión legalmente
reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el mismo
órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.”
Las características y condiciones para su ejercicio, que se desprenden de la referida norma
son los siguientes:
- Se estipula a favor de toda persona.
- La información debe ser inexacta o agraviante y debe emitirse en perjuicio de la persona
que ejerce el derecho.
- Debe ser emitida a través de medios de difusión legalmente reglamentados.
- Dicha información debe estar dirigida al público en general.
- La persona perjudica tiene derecho a efectuar la rectificación o respuesta en el mismo
órgano de difusión.
- Ello se efectuará en las condiciones que establezca la ley.
- La rectificación o respuesta no exime de otras responsabilidades legales emergentes de la
información inexacta o agraviante.
- Contenido:
1) La primera cuestión, y más trascendente, ha estado vinculada con el alcance que debía
dársele a la frase “en las condiciones que establezca la ley”. la CSJN sostuvo inicialmente
que la misma significaba la necesidad de un reenvió a una ley interna previa, y que el
derecho a réplica no podía ser de los considerados implícitos, en los términos del art. 33 de
la Constitución Nacional. ("Ekmekdjian c/ Neustadt")
Posteriormente, la CSJN varió su punto de vista respecto de la operatividad, sosteniendo
que el referido derecho se corresponde con el techo ideológico constitucional y que, por su
sola consagración convencional, interpretando la misma, en el contexto de la obligación del
Estado parte de respetar y garantizar os derechos enumerados en la Convención, y la
obligación de adecuar la legislación interna, lo que de no cumplirse “per se” constituye una
violación a los términos de la convención. (se basan en el Art. 1.1 y 2 de la CADH). Ante la
ausencia y morosidad del órgano legislativo en dictar la ley respectiva, la operatividad queda
garantizada (en el caso concreto) a través de la respectiva sentencia judicial (Ekmekdjian c/
Sofovich).
2) La segunda cuestión interpretativa está vinculada con la interpretación de la frase “en su
perjuicio”, vinculado con la información inexacta o agraviante emitida. La CSJN tanto en el
caso “Sofovich” como en “Petric”, la CSJN sostuvo un criterio amplio o extensivo donde
afirman que, si bien la información agraviante o inexacta no refiera específicamente a la
persona del reclamante de la réplica, si esta ofende las convicciones religiosas del
peticionante o si están referidas a hechos o actividades de trascendencia política, la misma
es procedente.
3) La tercera cuestión interpretativa está referida al concepto de “medios de difusión
legalmente reglamentados”. Wlasic sostiene que el sentido de la norma es claro, y es el de
no reconocer o favorecer el funcionamiento ilegal de medios de difusión, a través de la
admisión del derecho a réplica en relación con los mismos.
Responsabilidad de los buscadores de internet (CSJN "Gimbutas" "Rodriguez María Belén"
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DERECHO DE ASOCIACIÓN
Art. 14 CN y 16 CADH, Definición de fines útiles
El derecho de asociarse con fines útiles, está reconocido en el art. 14 de la Constitución
Nacional. Se ha entendido, en general, por fines útiles, aquellos que no sean contrarios al
bien común, de carácter neutro o inofensivo, o cuyos objetivos no sean contrarios a los
principios o valores de la C.N. o contrarios a las pautas del art. 19 de la misma, o que
resulten banales, absurdas o sin sentido. Por su parte, la C.A.D.H., de modo enunciativo,
expone el derecho de asociación con diversos fines posibles (art. 16.1): ideológicos,
religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquier
otra índole. Es decir que. el criterio de fines útiles es amplio.
Por otra parte, hay asociaciones que tienen especial tratamiento en la C.N., como es el caso
de los Partidos Políticos (arís. 37 y 38), las Asociaciones Profesionales (Sindicatos) (art. 14
bis), y las Asociaciones de Usuarios y Consumidores y de Protección del Medio Ambiente,
(arts. 41,42 y 43).
Derechos implicados: Por otra parte, en el derecho a asociarse, están implicados: el derecho
a formar una asociación, el derecho a integrarse o formar parte de una asociación; el
derecho a participar activamente en la misma conforme las disposiciones estatutarias; el
derecho a retirarse de una asociación. Por su parte, en relación con las asociaciones su
capacidad jurídica está regulada por el Código Civil, el Código de Comercio, o sus normas
complementarias, conforme la naturaleza jurídica de las mismas.
Asociación compulsiva: Con respecto a la denominada asociación compulsiva, ésta
actualmente se encuentra prohibida, con rango constitucional, conforme lo dispuesto por el
art. 20.2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, (art. 75 inc. 22 de la C.N.).
La misma consiste en incorporar obligatoriamente a una persona en una asociación, más
allá de su voluntad expresa para ello. La CSJN, ya había considerado la inconstitucionalidad
de la asociación compulsiva a sindicatos. Respecto a la Colegiación Obligatoria Profesional,
afirmó que no constituye un caso de asociación compulsiva, ya que, estamos ante
organizaciones creadas por ley, que ejecutan funciones delegadas correspondientes del
Estado (Sea este provincial o Nacional en ejercicio de su jurisdicción local) de organización y
control de la matrícula profesional, y por ende no constituyen asociaciones, en los términos
del art. 14 de la C.N.
Imposición de restricciones: El art. 16 CADH en su inc. 3 determina: “Lo dispuesto en este
artículo no impide la imposición de restricciones legales, y aun la privación del ejercicio del
derecho de asociación, a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía.”
La C.A.D.H. habilita la imposición de restricciones y hasta su privación absoluta del derecho
de asociación a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía.
Finalmente, respecto a las restricciones de que puede ser objeto el derecho de asociación,
el art. 16 inc. 2 establece: “El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las
restricciones previstas por la ley que sean necesarias en una sociedad democrática, en
interés de la seguridad nacional, de la seguridad o del orden públicos, o para proteger la
salud o la moral públicas o los derechos y libertades de los demás.”
Establece que las restricciones deben estar previstas por ley, en sentido formal, y ser
necesarias en una sociedad democrática. Por otra parte, están sometidas a las reglas de
razonabilidad que impone el art. 28 C.N.
DERECHO DE REUNION
Concepto: El derecho de reunión es la libertad pública individual que faculta a un grupo de
personas a concurrir temporalmente en un mismo lugar, pacíficamente y sin armas, para
cualquier finalidad lícita y conforme a la ley. Se considera una libertad y un derecho humano
de primera generación.
Derecho Implícito: El derecho de reunión no es de los expresamente enumerados en
nuestra Constitución Nacional, sin perjuicio de lo cual, la jurisprudencia de la CSJN (Caso
Comité Radical Acción - de 1929) lo ha reconocido como derecho implícito en los términos
del art. 33 de la C.N, avalado por el derecho de petición colectiva, y que, en la medida en
que quienes se reúnen no se atribuyen la representación del pueblo ni peticionan en su
nombre, su ejercicio se encuentra habilitado por la última parte del art. 19 de la CN.
Causa licita: Con respecto a la causa lícita para la reunión, hay que señalar, en primer lugar,
que el art. 15 de la C.A.D.H., establece se reconoce el derecho de reunión, en la medida en
que se ejerza con fines pacíficos y sin armas. Por otra parte, la CSJN (Arjones" - Fallos-191-
197) ha sostenido que no pueden ser prohibidas las reuniones en razón de las ideas,
opiniones o doctrinas de sus promotores y por otro lado, si ha admitido su prohibición, si se
contrarían normas do la moralidad social, si tienden a suprimir las libertades individuales o
conspiren contra la libertad política ("Anderson, Clayton y Cía." - Fallos-191-388).
Reglamentación: Por otra parte, se admite la reglamentación de este derecho, conforme lo
dispone el art. 15 CADH y 28 CN. Con respecto a la obligación de aviso previo y autorización
previa, para su realización, en general, la CSJN ha distinguido entre reuniones privadas, con
escaso número de concurrentes, y celebradas en lugares cerrados, mientras no tengan
objetivos subversivos ni contrarios al orden público, no puede exigírseles el previo aviso y la
previa autorización. Mientras que, si son reuniones públicas, desarrolladas en la vía o
espacios públicos, sí pueden ser sometidas a la condición, para su realización, de aviso y
autorización previas. ("Arjones"). Y si son privadas, en lugar cerrado, pero multitudinarias, si
pueden estar sujetas al requisito previo del aviso. ("Campaña Popular en defensa de la ley
1420"-Fallos207-251). También, en general, la CSJN ha admitido la aplicación de sanciones
reglamentarias, en la medida en que resulten razonables, a los concurrentes a una reunión,
por infracción de las leyes que reglamentan legítimamente a estas (Moreno. Dono y oíros -
Fallos-196-644)
DERECHO DE PETICIÓN
Concepto: Es el derecho que permite a los ciudadanos realizar peticiones a cualquier
institución pública, administración o autoridad. Las peticiones podrán versar sobre cualquier
asunto o materia comprendida dentro del ámbito de competencias del destinatario. No son
objeto de este derecho las peticiones para cuya satisfacción el ordenamiento jurídico
establezca un procedimiento distinto al regulado en la Ley.
Reconocimiento expreso Art 14 CN y 24 DUDH: El derecho de peticionar a las autoridades
se encuentra reconocido expresamente en el art. 14 de la Constitución Nacional y en el art.
24 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, la que integra el
mismo, con el derecho a obtener una pronta resolución, con lo cual, la necesidad de una
respuesta adecuada, pertinente, y en tiempo hábil, por parte de la autoridad competente
requerida, se encuentra incita en el derecho a peticionar, el que, por ende, no se agota en sí
mismo en la sola petición. También se ha señalado que otra consecuencia del ejercicio del
derecho a peticionar es el de no ser castigado como consecuencia del ejercicio de este
derecho
Requisitos: Conforme lo establece el último de los artículos referenciados, dicha petición
debe formularse ante una autoridad competente, ya que debe ser la habilitada
institucionalmente para dar la pronta resolución; si se formulara ante autoridad
incompetente, corresponde que ésta gire lo peticionado ante quien sí lo es. Debe estar
formulada en términos respetuosos, y puede estar referida tanto a intereses de carácter
particular como general.
Formas especiales de petición: Se ha considerado, como formas especiales de peticionar, de
carácter calificado, aquella que se encuentra reglada en el art. 23 de la CN, a fin de pedir el
derecho de opción de salir del país de la persona privada de libertad por aplicación de las
disposiciones constitucionales sobre el Estado de Sitio; o en el caso, en que se peticiona
ante el Poder Judicial, por vía de demanda o contestación de demanda o reconvención,
(Acceso a la jurisdicción) y en los casos de demandas ante la administración pública,
nacional, provincial o municipal, exigiéndose, en estos dos últimos casos, resoluciones de la
situación, fundadas y conforme a derecho.
Prohibición de peticionar: Finalmente, cabe referirse a la prohibición de peticionar
contenida en el art. 22 de la CN, y que refiere a la prohibición de peticionar en nombre del
pueblo. Principio que, hoy debe ser examinado a la luz de un modelo de democracia
participativa, superador del modelo crudamente representativo del pasado.
DERECHO DE PROPIEDAD
Concepto: Podemos definir el derecho a la propiedad consagrado por la Constitución, y
conforme jurisprudencia de la CSJN: El término propiedad empleado en la constitución
comprende todos los intereses apreciables que el hombre puede poseer fuera de sí mismo,
de su vida y de su libertad, con lo que todos los bienes susceptibles de valor económico o
apreciables en dinero alcanzan nivel de derechos patrimoniales rotulados unitariamente
como derecho constitucional de propiedad.
Contenido: En relación con los contenidos generales del derecho de propiedad, en general
la doctrina y la jurisprudencia de la CSJN, enuncian los siguientes: 1) El derecho de dominio,
sus desmembraciones, las concesiones de uso de bienes públicos y las concesiones por
delegación estatal. 2) Los derechos y las obligaciones nacidas de los contratos. 3) Los
derechos adquiridos e ingresados al patrimonio. 4) La sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, los actos válidamente cumplidos durante el proceso. 5) El derecho adquirido
por el otorgamiento de jubilaciones y pensiones. 6) El efecto liberatorio del pago. 7) Por el
rango constitucional de la irretroactividad de la ley cuando por una nueva ley posterior
conduce a privar a alguien de un derecho incorporado a su patrimonio. 8) Los derechos
hereditarios. 9) Los derechos de propiedad intelectual, industrial y comercial. 10) Los
salarios devengados. 11) Los derechos derivados de las Convenciones Colectivas de Trabajo.
12) La obligación de indemnizar la lesión inferida a una persona.
Límites: Con respecto a los límites al derecho de propiedad, podemos señalar los siguientes:
1) Función social de la propiedad: La misma implica la superación de la tesis individualista
absoluta, y habilita limitar razonablemente la misma, por razones de interés general, o para
el logro del bien común, como obligación de contribuir a las necesidades comunes. (CSJN-
Fallos-210-284; Fallos-210-1208) (art. 21 C.A.D.H.).
2) Por causa de utilidad pública: Dispone el art. 17 CN: “La propiedad es inviolable, y ningún
habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley.
La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente
indemnizada.”
Constituye la única forma constitucionalmente habilitada, mediante la cual, el Estado
Nacional o Provincial, puede forzar la enajenación, más allá de la voluntad de su titular, de
un bien de propiedad privada, sujeto a expropiación. Conforme los términos del art. 17 de la
CN, la utilidad pública, a los fines expropiatorios, debe ser calificada por ley, y, además,
previamente indemnizada.
Se entiende por causa de utilidad pública aquella que responde al bien común, es decir, al
bien de todos. Respecto al concepto de justa indemnización, la ley establece que
corresponderá al valor objetivo del bien y los daños que sean una consecuencia directa e
inmediata de la expropiación
3) La reglamentación del derecho a la propiedad: El Derecho a la propiedad no es absoluto,
lo que surge del propio art. 17 CN, al admitir la expropiación por razones de utilidad. En el
marco de tal reglamentación, constituyen limites calificados como legítimos, las
servidumbres, el decomiso, el secuestro, etc.
4) El estado de necesidad y situación de emergencia: El estado de necesidad es una
causa eximente de responsabilidad criminal por la que una persona para proteger un bien
jurídico y evitar un mal propio o ajeno que suponga peligro actual, inminente, grave, injusto,
ilegítimo, e inevitable de otra forma legítima, menoscaba otro bien jurídico cuyo daño no
puede ser mayor al que intenta evitar, siempre y cuando el mal que intenta evitar no haya
sido provocado intencionadamente por el propio sujeto y éste no tenga obligación de
sacrificarse por razón de su oficio o cargo.
Respecto la situación de emergencia, el límite constitucional a la afectación de este derecho,
en la emergencia, implica su aniquilamiento, es decir, su total desaparición como tal.
Inviolabilidad: La Constitución Nacional consagra en el art. 17 la inviolabilidad de la
propiedad, por lo que protege a la misma del desapoderamiento. La CN contempla dos
formas específicas de desapoderamiento. Una de ellas es la confiscación, que consiste en el
desapoderamiento sin sentencia fundada en la ley, o por medio de requisiciones militares
por parte del Estado, sin indemnización alguna.
La prohibición a los cuerpos armados de hacer requisiciones y de exigir auxilios: Una
interpretación literal de la disposición lleva a la conclusión de que estamos ante una
prohibición de carácter absoluto. Por otra parte, nuestra ley de Defensa Nacional 23.554,
admite, en tiempos de guerra o amenaza de ésta, que el PEN puede disponer requisiciones
de servicios o de bienes, los habitantes tienen la obligación de cumplirlas, tipificándose su
incumplimiento como delito. La ley establece que en caso de existir gastos se indemnizarán
estos, pero no se admitirá el lucro cesante.
Regulación constitucional de la propiedad comunitaria: Dispone el art. 75 inc. 17 CN: “Le
corresponde al Congreso de la Nación reconocer la preexistencia étnica y cultural de los
pueblos indígenas argentinos.” Y luego enumera una serie de garantías.
La propiedad comunitaria es aquella donde éstas se poseen y se controlan a través de
ciertos mecanismos deliberativos o de participación democrática que permitan a una
comunidad ser parte de su gestión, ya sea, usando o disfrutando de los beneficios que se
presentasen con dicho activo.
La misma se encuentra regulada en el art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional. Allí se
refiere concretamente a reconocer la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
tradicionalmente ocupan y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo
humano.
Si se vincula el concepto de propiedad con determinados modos de producción y con la
propiedad sobre los mismos, puede verse una nítida diferencia entre la propiedad
comunitaria y propiedad privada, ya que la primera responde a un modo de producción
diferente al capitalista, imperante de 1853. Por lo tanto, puede afirmarse, que a partir de
1994 coexisten dos formas de propiedad distintas.
A fines de dar mayor protección a la propiedad comunitaria, esta se encuentra rodeada de
una serie de garantías adicionales, como que no son enajenables, ni transmisibles, ni
susceptibles de gravámenes y embargos.
LIBERTAD DE CONTRATAR
Concepto: La libre contratación o libertad de contratación es el derecho que tienen las
personas para decidir celebrar contratos y con quién hacerlo, así como la libertad para
determinar el contenido de los mismos.
Carácter implícito. Régimen legal. Las desigualdades de hecho
La libertad de contratar es un derecho implícito, que en general, la doctrina constitucional lo
reconoce como una derivación del derecho de industria y comercio. Su protección se debe
al Código Civil, en donde se lo reconoce como ley entre las partes. Sin perjuicio de lo cual, ya
el codificador, al calificar a los hechos como voluntarios, admitió que de no ser así
ejecutados (sin discernimiento intención y voluntad), no podían generar obligación alguna.
Lo mismo con relación a los actos jurídicos, vinculados con la capacidad o incapacidad de
derecho.
Con posterioridad, y sobre todo por la decidida influencia de desigualdades de hecho que
condicionan fuertemente el ejercicio autónomo de la voluntad de una de las partes en la
contratación, comenzó a desarrollarse más ampliamente el concepto de leyes de orden
público en el derecho privado, es decir, disposiciones imperativas que quedan por fuera de
la negociación o acuerdo entre las partes.
Principios generales del derecho: También la aplicación de los principios generales del
derecho, como ser las disposiciones contractuales contrarias a la moral y las buenas
costumbres, o aquella que prohíbe el enriquecimiento indebido, han servido de fundamento
para que, aún de oficio, los jueces queden habilitados legalmente a morigerar los intereses
pactados o la cláusula penal acordad.
Las situaciones de inestabilidad económica: Por otra parte, las situaciones de inestabilidad
económica llevaron a que se admita la posibilidad de revisión del contrato, frente a un
desequilibrio sobreviniente de las prestaciones entre las partes.
Además, en razón de las situaciones de emergencia se ha admitido la constitucionalidad de
las leyes de tal carácter, que modifican contratos de alquiles en curso, prorrogando sus
plazos y congelando su precio, etc.
B) DERECHO A LA NACIONALIDAD
Evolución Histórica
Históricamente, el derecho a la nacionalidad fue considerado una potestad estatal, y por lo
tanto su regulación se consideró una facultad discrecional de éste.
Después de la Primera Guerra Mundial, se potenció el fenómeno de las personas sin patria,
sin nacionalidad. A partir del reconocimiento de la persona, como sujeto del derecho
internacional, comenzó a reconocerse el derecho a contar con una nacionalidad, a no ser
privado arbitrariamente de ella, y a cambiar de nacionalidad (art. 15 DUDH; y art. 19 de la
DADDH). A partir de entonces la nacionalidad se encuentra embuida de este doble rol, como
atribución Estatal y como derecho de la persona, lo que reclama, al momento de su
reglamentación, soluciones equitativas y equilibradas de dicha tensión.
- Adquisición, Perdida y Cambio De Nacionalidad: Con relación al derecho de adquirir una
nacionalidad, el art. 20 CADH establece la obligación del Estado del lugar de nacimiento de
otorga la nacionalidad para el caso de no corresponderle ninguna. En los casos de
adquisición de la nacionalidad por naturalización, se fija como requisito la ausencia de
antecedentes penales, el idioma y los valores e historia nacionales.
Respecto a la perdida de nacionalidad, la Corte IDH ha sostenido que en el caso de que el
Estado parte ha privado de su nacionalidad a una persona, y si no está contemplada en la
ley y fue declarada por un órgano sin competencia, esta pérdida de la nacionalidad es ilegal
sin importar la forma de adquisición.
En relación al derecho a cambiar de nacionalidad, la Corte IDH ha dicho que puede hacerlo
por la de cualquier otro país que esté dispuesto a otorgársela.
Tipos de nacionalidad en la CN: desarrollo y art. 20 de la CADH
En nuestra CN, el derecho a la nacionalidad esta reglado en el art. 75 inc. 12 como
atribución del Congreso Nacional de dictar "leyes generales para toda la Nacían sobre
naturalización y nacionalidad, con sujeción, al principio de nacionalidad natural y por opción
en beneficio de la argentina". Y, por otra parte, por el art. 20 de la C.A.D.H., se establece el
derecho de toda persona a una nacionalidad; a la nacionalidad del lisiado en cuyo territorio
nació si no tiene derecho a otra; y a no ser privado arbitrariamente de su nacionalidad ni del
derecho a cambiarla.
Mientras el art. 75 inc. 12 coloca la nacionalidad como una potestad estatal a ejercerse por
el Poder Legislativo, el art. 20 de la CAD.H. lo consagra como derecho de la persona. A dicho
respecto la Corte I.D.H. ha definido la nacionalidad como "El vínculo jurídico político que liga
a una persona con un Estado determinado por medio del cual se obliga con él con relaciones
de lealtad y fidelidad y se hace acreedor a su protección diplomática".
1) Principio de nacionalidad natural: Implica la aplicación de las reglas del lus Solis. Es decir,
la adjudicación de la nacionalidad nativa a toda persona nacida en el territorio nacional, por
el solo hecho de su nacimiento en él.
2) Principio de opción a favor de la Argentina: Implica aplicar las reglas del ius sanguinis.
Habilita la posibilidad de que el hijo de padres argentinos nacido en el extranjero, pueda
optar por la nacionalidad argentina. La jurisprudencia de la CSJN ha admitido el ejercicio de
la opción aun cuando uno solo de los padres es de nacionalidad argentina.
3) Principio de nacionalidad por naturalización: Los extranjeros gozan en el territorio de la
Nación de todos los derechos civiles del ciudadano. La CN les otorga la opción a los
extranjeros de poder adquirir la nacionalidad si residen en la República dos años continuos
(art. 20, CN) a partir de los 18 años y manifiestan ante el juez federal la voluntad de serlo. El
término de dos años puede acortarse alegando y probando servicios a la República (art 20).
Una vez otorgada por el juez, tienen los mismos derechos que los ciudadanos de origen y
por opción (tanto los políticos como los no políticos), con la excepción de que no pueden
ejercer la presidencia y vicepresidencia de la República (art. 89, CN)
- Por otra parte, la reforma de 1994 eliminó del texto constitucional, incorporado en la
reforma de 1860, el término "ciudadanía". Con ello se pretende distinguir claramente el
derecho a la nacionalidad, que ejemplifica la relación de la persona con una Nación
determinada, del de ciudadanía, que ejemplifica la relación de la persona con el Estado, y
principalmente, con la titularidad y ejercicio de los derechos políticos.
Respecto a la perdida de nacionalidad por opción o por naturalización y su relación con la
ciudadanía en la doctrina existen dos posiciones diferentes, por un lado, Bidart campos,
para quien la nacionalidad política y ciudadanía en la constitución representan términos
idénticos, y por ende sostiene que siendo la nacionalidad por opción y por naturalización de
carácter involuntario, pueden estar sujetas a perdida por vía reglamentaria. Por otra parte,
Quiroga Lavie para quien la nacionalidad argentina nunca puede perderse y revocarse por
acto de autoridad, de ley, o administrativo porque sería admitir la posibilidad de regular la
extinción del presupuesto básico del estado, como lo es la nación argentina.
El autor considera en primer lugar que la reforma constitucional de 1994 ha equiparado,
tres formas de adquisición de la nacionalidad, por nacimiento, por opción en beneficio de la
argentina y por naturalización y sostiene que por regla general la nacionalidad argentina, en
las tres formas descriptas no puede perderse o revocarse.
El argentino naturalizado puede perder por caducidad, sus derechos políticos, ante la
cancelación de su ciudadanía argentina
Con respecto a la renuncia de la nacionalidad argentina, la C.A.D.H. garantiza el derecho de
cambiar de nacionalidad, y ello, trae implícita la facultad de renunciar a la que se detenta,
incluida la argentina.
Doble nacionalidad: esta se materializa en los casos en que, por acuerdo entre Estados, y
con los alcances propios dados en el respectivo tratado, se admite la adquisición de una
segunda nacionalidad, sin afectar la primera, es decir, con carácter complementario, lo que,
lo diferencia del derecho a cambiar de nacionalidad, es decir, dejar de tener una para tener
otra.
F) DERECHO A LA PAZ
En nuestra constitución histórica, con referencia inmediata a la lucha entre Unitarios y
Federales, el Preámbulo señala entre sus objetivos el de "Consolidar la paz interior”. Pero la
paz, muy especialmente después de dos guerras mundiales, se transformó en una cuestión
de trascendencia universal, no sólo por la multiplicidad de Estados involucrados en ella, sino
también, y ello de absoluta actualidad, por el desarrollo de una muy cuestionable
legalización de la guerra contra el terrorismo, y del concepto de "Guerra Preventiva”.
El derecho a la paz, como derecho de los pueblos, ha sido reconocido por Naciones Unidas
en 1984, reforzando así, el Principio de la organización, de "Mantener la paz y la seguridad
internacionales" (art. 1° de la Carta de Naciones Unidas) y de proveer para ello a la solución
pacífica de las controversias y a tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar
amenazas a la paz y suprimir actos de agresión y otros quebrantamientos a la paz (lo
confirma asimismo el art. 2 ap. A) de la Carta de la OEA).
La efectividad del derecho a la paz es condición necesaria para la vigencia y respeto de los
derechos humanos, en general. Resulta evidente que la guerra es fuente de innumerables
violaciones a los derechos humanos. Pero también es dable señalar que, la vigencia de
condiciones de vida digna para toda persona es necesaria e imprescindible, para prevenir la
violencia y la guerra. La opresión, la pobreza, la explotación humana, son factores
detonantes que el Estado no puede dejar de considerar y resolver, también, como un
compromiso de respeto del derecho a la paz de todos.
G) DERECHO AL DESARROLLO
El desarrollo al desarrollo ha sido reconocido por las Naciones Unidas como el derecho
humano inalienable en virtud del cual todos los seres humanos y todos los pueblos, están
facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político, en que
puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a
contribuir a ese desarrollo y disfrutar de aquel.
Dicho desarrollo no es exclusivamente económico, sino que abarca e integra, la esfera
social, política y cultura.
Este derecho afirma la interrelación interdependencia entre los derechos humanos. La
argentina, por ser miembro de la OEA y de la ONU, está obligado a promover las previsiones
convencionales de creación y organización de estas organizaciones.
La competencia contenciosa
La competencia contenciosa de la Corte IDH debe ser expresamente reconocida por el
Estado, al momento de ratificar el tratado o posteriormente. Esta no acepta que se retire
dicha competencia.
La privación de la libertad y la muerte de la víctima acaecida con anterioridad a tal
ratificación por parte del Estado escapa a la competencia del tribunal Interamericano, pero
la desaparición forzada, y las violaciones consiguientes con ello, si podrían entrar en la
competencia del Tribunal.
El tribunal ha marcado el ámbito de su competencia como Tribunal Jurisdiccional en materia
de DDHH, determinando la responsabilidad de los Estados Parte en la CADH, lo que excluye
la capacidad de poder juzgar y pronunciarse sobre la responsabilidad individual de los
presuntos implicados o participes.
Tramite y Legitimidad: La competencia contenciosa de la Corte, solo puede ser habilitada
por la Comisión IDH o por el Estado Interesado, previo trámite del caso ante la Comisión
Interamericana.
Sin perjuicio de ello, la Corte actualmente permite la intervención de los representantes de
las víctimas y de éstas y/o sus familiares, durante todo el proceso contencioso.
Etapas del proceso: Existen, al menos, dos etapas bien diferenciadas durante el proceso
contencioso: la etapa de excepciones preliminares, y la etapa del tratamiento de la
cuestión de fondo. Aunque puede habilitarse una tercera etapa, correspondiente a la
determinación de los daños y perjuicios, la que a veces puede resolverse conjuntamente con
el fondo de la contienda.
Cada una de estas etapas está caracterizada, por una parte, del procedimiento, de carácter
escrito: la demanda, la contestación de la demanda y la prueba ofrecida correspondiente al
fondo. Y el Planteo de Excepciones preliminares, su contestación, y la prueba
correspondiente a tales excepciones. Y otra parte del proceso de carácter oral, a través de la
celebración de audiencias destinadas a producir la declaración de testigos y peritos y
formular los alegatos finales.
- En el contexto del procedimiento contencioso la Corte IDH ha decidido:
a) Valoración de la prueba: Admite la prueba agregada oportunamente, consentida por las
partes, y no controvertida en su autenticidad. A los fines de la incorporación de la demanda
al acervo, no son aplicables no son aplicables los criterios del derecho interno, teniéndose
en cuenta para ello las circunstancias del caso concreto. Frente a la oposición de la
incorporación de determinada prueba al acervo, la corte opta por su incorporación.
b) No contestación de la demanda: En los casos en que no se ha formulada la contestación
ni los alegatos finales, tiene la facultad, pero no la obligación de tener por aceptados los
hechos no controvertidos.
c) Rol del agente del Estado y su posterior revocación: La corte ha señalado que en la
medida que el agente del estado fue declarado representante de este, sin limitaciones en su
mandato, la totalidad de lo actuado, hasta el momento de la revocación de su designación
por el estado parte, genera plenos efectos jurídicos en el proceso contencioso que ha
participado.
d) Responsabilidad estatal: La corte IDH ha establecido en el marco de las obligaciones de
los Estados parte, la de respetar y garantizar los derechos reconocidos en la Convención
(art. 1.1). Y ha sostenido que dicha obligación de respetar es de carácter negativo, en la
medida en que impone a los agentes del estado no vulnerar los derechos reconocidos. En
cambio, la obligación de garantizar ha sido calificada como positiva, en la medida en que el
estado parte debe adoptar todas las medidas que sean necesarias para proteger y preservar
los derechos reconocidos, con el fin de efectivizar tales derechos.
Respecto a las obligaciones emergentes del art. 2 CADH, la corte ha dicho que implica la
adopción de medidas en dos vertientes: por una parte, la supresión de las normas y
prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías previstas por la
CADH. Por otra parte, la expedición de normas y el desarrollo de prácticas conducentes a la
efectiva observancia de esas garantías.
e) El reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado demandado: Es una práctica
que se ha acentuado en los últimos años, donde los Estados demandados reconocen, total o
parcialmente su responsabilidad internacional.
f) Sentencia. Interpretación. Medidas provisionales:
Como consecuencia de lo antedicho, la Corte IDH, en un caso contencioso, en primer
término, dicta sentencia correspondiente a la resolución de las excepciones preliminares
planteadas. Posteriormente, sobre la cuestión de fondo, y en su caso, respecto a los daños y
perjuicios ocasionados e indemnizables. El fallo debe ser motivado y si el fallo no expresara
la opinión unánime, total o parcialmente de sus integrantes, estos podrán hacer saber su
opinión disidente o individual:
1) Tales sentencias pueden ser objeto de interpretación por parte de la Corte ante el pedido
de alguna de las partes ante un desacuerdo respecto al alcance o sobre el sentido del fallo,
siempre y cuando, siempre y cuando, ello se solicitara dentro de los noventa días de
notificado éste.
2) El fallo de la Corte IDH es definitivo e inapelable. Los Estados Partes asumen el
compromiso de cumplir la decisión de la Corte en todo caso en que sean parte y aquella que
determine daños y perjuicios, será ejecutable en el derecho interno, conforme el trámite
reservado para la ejecución de las sentencias contra el Estado. El fallo se notifica a las partes
en el caso y es transmitido a los Estados Partes en la Convención.
4) La Corte se reserva el derecho de controlar el efectivo e íntegro cumplimiento de la
sentencia dictada. Por su parte, la Corte IDH puede dictar medidas provisionales, ha pedido
de la Comisión, en casos en que, aún no están en su conocimiento, y también en los casos
que ya está conociendo, por razones de gravedad y urgencia y cuando se haga necesario
para evitar daños irreparables a las personas.
Frente a esto la CSJN ha ratificado el carácter obligatorio de las medidas provisionales
dictadas por la Corte IDH y la consiguiente generación de responsabilidad en caso de
incumplimiento; y por otra, ha reafirmado la potestad del máximo tribunal de adoptar
medidas que entienda conducentes, sin menoscabar las correspondientes a otros poderes y
que tiendan a sostener la observancia de la CN.
La competencia consultiva
Tipos. Sujetos habilitados a requerirla. Fines.
1) Tipos: En este caso la consulta podrá versar sobre la interpretación no solo de la CA.D.H.
sino también de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en
los Estados Americanos. Por otra parte, por vía interpretativa, la Corte IDH extendió esta
facultad, en relación con la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Finalmente, también la Convención habilita a que cualquier Estado Miembro de la OEA,
pueda requerir opinión a la Corte, en relación a la compatibilidad de una norma de su
derecho interno, con los instrumentos internacionales de aplicación en los Estados
Americanos, sean del sistema universal o regional.
2) Sujetos habilitados a requerirla: La competencia consultiva de la Corte I.D.H. está abierta
a todo Estado Miembro de la OEA, u a los órganos enumerados en el art. 10 de la Carta de la
Organización, en lo propio de sus respectivas competencias.
3) Finalidad: El fin de la función consultiva es orientar la aplicación de la Convención y
favorecer la incorporación de nuevos Estados a la misma. Por otra parte, la Corte IDH ha
resuelto que la función consultiva, si bien debe tener un interés real y concreto para quien
la formula, lo cierto es que no puede encubrir la solución de una cuestión contenciosa
concreta y determinada, ante la misma Corte o de trámite ante la Comisión, es decir, que no
puede funcionar como dictamen que pueda anticipar la solución posible, en la cuestión
contenciosa pendiente.