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1. España.
- Régimen de gananciales
- Régimen de separación de bienes
- Régimen de participación
El régimen económico matrimonial de gananciales es aquel por medio del cual se hacen
comunes todas las ganancias y beneficios que los cónyuges han obtenido durante el matrimonio.
En el régimen de gananciales cabe diferenciar dos tipos de bienes, los bienes privativos de cada
uno de los cónyuges y los bienes comunes.
En caso de separación o divorcio se reparten por partes iguales los bienes comunes de la
sociedad de gananciales, pero los bienes privativos serán para cada uno de los cónyuges.
- Los bienes y derechos que tenga cada uno de los cónyuges antes de la sociedad de
gananciales.
- Los que sean adquiridos después por título gratuito.
- Los adquiridos a costa o en sustitución de bienes privativos.
- Los adquiridos por derecho de retracto perteneciente a uno solo de los cónyuges.
- Los bienes y derechos patrimoniales inherentes a la persona.
- Los bienes y derechos patrimoniales no transmisibles inter vivos.
- El resarcimiento por daños inferidos a la persona de uno de los cónyuges o a sus bienes
privativos.
- Las ropas y objetos de uso personal que no sean de extraordinario valor.
- Los instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión u oficio, salvo cuando
éstos sean parte integrante o pertenencias de un establecimiento o explotación de
carácter común.
- Los frutos, rentas o intereses que produzcan tanto los bienes privativos como los gananciales.
- Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la adquisición para la
comunidad, bien para uno solo de los esposos.
- Los adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial, aun cuando lo fueran con fondos
privativos, en cuyo caso la sociedad será deudora del cónyuge por el valor satisfecho.
En el régimen de separación de bienes cada uno de los cónyuges tiene su propio patrimonio, sin
que exista un patrimonio común del matrimonio, como sucede en el régimen de gananciales. De
esta forma cada uno de los cónyuges administra su propio patrimonio independientemente.
Y cada uno de los cónyuges responde únicamente de sus bienes. Aunque inevitablemente los
cónyuges adquieren bienes conjuntamente y en este caso, ambos aparecen como propietarios de
dicho bien.
A pesar de que cada uno responde únicamente de sus bienes y no existe un patrimonio común,
ambos han de aportar a las cargas matrimoniales, tal como indica el artículo 1.438 del Código
Civil. “Los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio. A falta de
convenio lo harán proporcionalmente a sus respectivos recursos económicos. El trabajo para la
casa será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una
compensación que el Juez señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de
separación”.
Podemos decir que es un régimen que mezcla aspectos de las separación de bienes y de la
sociedad de gananciales. Diferenciamos dos etapas:
Mientras se está casado: funciona como la separación de bienes, por tanto cada conyuge es
titular de los bienes anteriores al matrimonio y de los obtenidos en el futuro.
Patrimonio inicial: está compuesto por los bienes que pertenecían a cada uno de los cónyuges al
empezar el régimen de participación y aquellos adquiridos gratuitamente (herencia, donación o
legado), y tras haber deducido las deudas que tenía cada cónyuge .
Patrimonio final: está compuesto por el valor total de los bienes que se poseen al finalizar el
régimen de participación, descontando las deudas pendientes.
Una vez está claro el patrimonio final y el patrimonio inicial de cada uno de los cónyuges se
procede a calcular la participación que le corresponde a cada uno. Esta participación no es
necesariamente es del 50%, se puede pactar entre las partes que el porcentaje de participación
sea otro.