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Para que los datos de una investigación sean validados como conocimiento científico
deben ajustarse al cumplimiento de ciertas exigencias:
Empírico: tiene que ser elaborado a partir de alguna técnica de registro que permita
corroborar a través de los sentidos una huella o un signo de su existencia.
Comunicable y público: para que los datos científicos sean considerados válidos, es
necesario que sean analizados y contrastados empíricamente por terceros (investigadores
o académicos) en un proceso de revisión intersubjetiva. Además, la información científica
debe ser comunicada a la población en general en diferentes formas de discurso, pero sin
perder su complejidad y rigurosidad científica. Esto no solo beneficia a quienes los
elaboraron o los demandaron, sino también a otros actores sociales que pueden utilizarlos
como referencia en nuevos estudios. La comunicación pública y la posibilidad de
supervisión y crítica de los resultados científicos son esenciales para la legitimación del
conocimiento científico y no deben considerarse una mera función secundaria formal de
divulgación.
Crítico: la divulgación y la crítica de los datos científicos son necesarias para validar y
legitimar el conocimiento generado por la investigación. La revisión intersubjetiva por
parte de colegas permite controlar la repetición, tergiversación o fraude en el
conocimiento, lo que es vital para que otros científicos puedan utilizar los resultados de las
investigaciones en futuros estudios. La producción teórica y la gestión de los datos
empíricos no reflejan la verdad de los hechos, sino que su éxito se basa en la credibilidad y
en la legitimidad de sus conclusiones y resultados.
Transitorio: el conocimiento científico nunca es definitivo y siempre es provisorio, su
carácter empírico y verificable habilita que pueda y deba ser criticado para su asimilación,
reemplazo o reformulación. Los conocimientos científicos no deben considerarse
inmutablemente válidos, su fuerza de verdad en un momento determinado supone un
proceso social de examen y crítica constante, implica un proceso colectivo a través del cual
se establece la certificación de cientificidad de un saber a partir de la aplicación de
criterios de coherencia teórica y de pragmatismo sobre la utilización sus resultados. El
investigador no debería pretender ni enunciar la objetividad absoluta de su quehacer, ni
ilusionarse con la persecución de la verdad definitiva, ya que tanto la objetividad como la
búsqueda de la verdad son pretensiones científicas del pasado. Los datos científicos no son
separables de las teorías y se construyen y reconstruyen a la luz de las interpretaciones
teóricas.
Preciso: la precisión en la investigación científica es esencial y requiere una definición clara
y coherente de los conceptos utilizados, basados en una estructura teórica adecuada. La
realidad no es un hecho dado, sino que se construye a través de la acción de los
investigadores y debe ser cuestionada reflexivamente para evitar la influencia del lenguaje
cotidiano y el sentido común. El uso del lenguaje teórico permite un encuadre ordenado de
los registros empíricos y una realimentación que puede fortalecer o poner en crisis lo
establecido.
La afirmación sobre un hecho depende de una teoría que lo explique y no existen hechos
puros, sino que adquieren su significado a través de una teoría subyacente. Todos los
hechos pueden ser discutidos y son aceptables en la medida en que la evidencia que los
sustenta ha sido recolectada de manera aceptable por una comunidad de productores y
usuarios.
La conexión entre los hechos empíricos y los recursos conceptuales y teóricos en la
actividad científica. Los miembros que ingresan a la ciencia son socializados en
instituciones académicas que les enseñan a utilizar las herramientas propias de la práctica
científica. Los profesionales de la ciencia se preparan a través de la formación académica,
técnica y profesional para encontrar un sentido en su ámbito de pertinencia. Thomas Kuhn
sostiene que los científicos tienen una visión diferente de los hechos que los estudiantes, ya
que han sido entrenados para interpretar los hechos dentro de un marco teórico.
Según Pons, la demanda de investigación se puede presentar bajo tres variantes, que
representan diferentes formas de negociación entre la instancia de demanda y la instancia
que concreta la investigación, la formulación de la demanda del estudio puede:
>El plan de investigación se especifica detalladamente y limita la negociación y el margen
de maniobra de los investigadores. Esto significa que la demanda predefine tanto la
temática como la metodología de la investigación, por lo que los investigadores tienen
poco espacio para insertar sus propios criterios.
>La instancia demandante permite una mayor flexibilidad al exigir el abordaje de un tema
en términos de objetivos y condiciones económicas, dejando que el equipo de investigación
tenga mayor margen de incidencia en la presentación del proyecto para su evaluación.
>El objeto de investigación se concreta a partir de una demanda orientada por un tema
general, lo que permite un mayor margen de libertad para definir el objeto y la
metodología de manera flexible, a partir de una indicación de objetivos generales a
cumplir. No hay exigencias precisas y se tiene una mayor libertad para definir el alcance
del estudio.
Redacción del problema de investigación
El problema en el proceso de investigación es la exposición de una situación anclada en un
contexto que requiere de la elaboración de datos para comprenderla y generar una
iluminación cognitiva. La elaboración del problema implica la redacción concreta de
hechos que presentan contradicciones o funcionamientos incoherentes desde ciertos
puntos de vista. El problema debe implicar un desafío a esclarecer en el plano cognitivo y
generar preguntas de investigación que puedan ser resueltas empíricamente. Estas
preguntas se utilizarán para generar los objetivos de investigación después de ser
analizadas en cuanto a su pertinencia y coherencia.
El error en el planteamiento del problema de investigación es incluir las respuestas que
deberían ser generadas por el estudio en sí mismo. Esto no justificaría la elaboración de
preguntas y objetivos de investigación útiles. Dos ejemplos de este error incluyen un libro
de metodología de investigación y otra publicación sobre el quehacer metodológico. En
ambos casos, los autores presentan problemas que contienen respuestas a las preguntas
de investigación que se plantean. Otro error en el planteamiento del problema es adscribir
a una postura ideológica sin explicitarla. Este error se ejemplifica en un texto que propone
implícitamente una visión gerencial empresarial para resolver la organización de la vida
social, sin advertir su enfoque asociado a una postura liberal que es crítica hacia la
presencia del poder político y sindical.
Al elaborar un problema de investigación preliminar, es importante que el investigador
analice y revise la literatura previa y los antecedentes investigativos existentes. La
investigación debe estar enfocada en un problema concreto y viable que pueda ser
registrado empíricamente. En algunos casos, el problema puede estar acotado
previamente por los demandantes de la investigación. La calidad y cantidad de la
información antecedente obtenida por el investigador puede influir en la precisión y
fundamentación de la investigación. Además, es importante tener en cuenta que los
esquemas teóricos previos a la investigación pueden influir en las prácticas y selecciones
teóricas del investigador.
El investigador debe examinar la literatura y los antecedentes sobre el tema específico
propuesto en la investigación para componer el problema definitivo. La depuración del
problema permitirá al investigador fundamentar el acotamiento temático, temporal y
espacial del área de interés y del enfoque metodológico que se implementará. El problema
debe estar redactado y delimitado de manera precisa, sin uso de un lenguaje ambiguo,
con actores y hechos detallados con precisión y contextualizados. La viabilidad de la
investigación se evalúa en función de los recursos disponibles para el proyecto, mientras
que la justificación de la investigación explica las razones cognitivas que motivan y
fundamentan la investigación.
Roger Wimmer y Joseph Dominick proponen preguntas a ser respondidas por el mismo
investigador posterior a la elección del tema:
> ¿Es un tema demasiado amplio?
> ¿Admite realmente investigación, tiene una relevancia más allá de la curiosidad?
> ¿Es susceptible de análisis de datos confiable?
> ¿Se puede extrapolar los resultados a otros ámbitos o casos?
> ¿Sus costes son posibles de sobrellevar a partir de los recursos disponibles?
> ¿Existe algún riesgo para las personas implicadas en la investigación?
OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN
La función de los objetivos en la investigación científica
Objetivos de investigación deben ser coherentes con el problema planteado y orientar la
finalidad cognitiva de la investigación. Los objetivos permiten al lector acceder al
conocimiento de los datos que se van a producir y definir los elementos y características
que se van a investigar. Su presencia en un informe o proyecto de investigación muestra la
intencionalidad y dirección del proceso, así como la correspondencia entre la propuesta y
el estado de situación de la temática implicada. Además, los objetivos son el resultado de
la búsqueda preliminar de investigaciones ya realizadas y de la opinión de especialistas
que conocen la temática desde sus prácticas cotidianas.
En la redacción de los objetivos de investigación, los investigadores deben establecer una
secuencia clara que les permita determinar a quiénes van a estudiar y qué características
de ellos resultan de interés a partir del problema planteado. Se deben elaborar objetivos
preliminares para orientar la exploración de antecedentes teóricos, conceptuales y
metodológicos, que luego serán reemplazados por los objetivos definitivos, que marcarán
la directriz definitiva de la tarea investigativa, después de examinar y evaluar la
conveniencia de ratificarlos o modificarlos a partir del "estado del arte".
Se pueden clasificar los objetivos de investigación según Guillermo Briones en:
descriptivos, clasificatorios, comparativos, correlaciónales y explicativos o causales. Los
objetivos descriptivos buscan caracterizar propiedades o características de un universo, los
clasificatorios ordenan a los elementos del universo en categorías o grupalidades
significativas, los comparativos buscan contrastar sectores de una población en relación a
una o más características, los correlaciónales buscan relacionar dos o más características
del universo y los explicativos o causales buscan establecer relaciones de causalidad entre
características o propiedades del universo a investigar.
Los tipos de investigación según Hernández Sampieri, Collado y Méndez son cuatro:
exploratoria, descriptiva, correlacional y causal o explicativa. La investigación exploratoria
se utiliza para examinar problemas poco estudiados o fenómenos nuevos, mientras que la
investigación descriptiva se enfoca en establecer las características de un universo sin
hacer asociaciones entre las variables. La investigación correlacional busca comprobar si
hay asociación entre dos o más variables, mientras que la investigación causal o
explicativa se emplea para comprobar una posible relación de causa y efecto entre dos o
más variables.
Componentes estructurales de los objetivos de investigación
Desarrollar los conceptos utilizados en los objetivos de la investigación a partir de una
postura teórica justificada y del marco teórico construido a partir de los antecedentes del
tema es fundamental. En la investigación cuantitativa se emplean variables para
posibilitar el registro de una característica o propiedad que pueden adoptar una serie de
variaciones medibles aplicables a un determinado universo. La definición de una variable
se realiza a través de un proceso de especificación y operacionalización antes del trabajo
de campo. Para Samaja (1997) los datos son construcciones complejas que poseen una
estructura interna inmutable, mientras que para Sierra Bravo (1979) los componentes
estructurales de los datos son universo, variables, dimensiones y valores.
En la temática metodológica, el universo es el conjunto de elementos delimitados por el
investigador sobre los que se pretende registrar algunas de sus características (variables)
de interés para el estudio. Está compuesto por unidades de análisis, que son la célula
básica del análisis de datos. Las unidades de análisis pueden ser individuales o colectivas y
se clasifican en categorías (conjunto de elementos sin estructura de vinculación social),
sistemas (elementos vinculados por relaciones formales o secundarias) y grupos
(elementos vinculados por relaciones primarias o secundarias), según la clasificación
propuesta por Sierra Bravo.
Las unidades de análisis en una investigación se clasifican en individuales o colectivas y
pueden ser categorías, sistemas o grupos. Las unidades individuales no permiten
desagregación interna, como las personas en un territorio o los estudiantes de una
universidad, mientras que las unidades colectivas implican un agregado de elementos
compuestos por otros menores, como familias ensambladas o empresas metalúrgicas.
En algunos estudios, es necesario distinguir entre la unidad de análisis y la unidad de
registro. La unidad de análisis se refiere a los elementos del universo empírico que se
pretende estudiar, mientras que la unidad de registro se refiere a aquellos elementos
empíricos sobre los cuales se aplica la técnica de elaboración de datos. En los estudios
cualitativos, se utilizan conceptos guía o sensibilizadores que funcionan como dispositivos
abiertos y flexibles, ya que se van cerrando en el alcance de su significado a medida que se
elaboran durante el proceso de investigación. Estos conceptos orientan al investigador
sobre qué aspectos deben prestar atención o registrarse, y su definición es menos
restrictiva que la de las variables.
La utilización de conceptos guías o sensibilizadores en investigaciones cualitativas es
importante porque permiten una mayor flexibilidad en el proceso de investigación y en la
elaboración de datos. Estos conceptos proporcionan una orientación general sobre las
referencias y criterios a considerar al abordar casos empíricos, mientras que los conceptos
definitivos, típicos de investigaciones cuantitativas, tienen una definición precisa y se
utilizan para hacer una serie prefijada de preguntas en una encuesta. El uso de conceptos
sensibilizadores permite registrar datos sobre las vivencias y experiencias de los
participantes sin restricciones y prestando atención a las expresiones imprevistas que
puedan surgir en las conversaciones.
Las variables son características o propiedades empíricas que pueden presentar diferentes
variaciones o valores en relación a un universo determinado. Para registrar datos de las
variables, se requiere un proceso de operacionalización que consiste en traducir un
concepto definido teóricamente hacia una serie de datos empíricos a través de una serie
de acciones fundamentadas conceptualmente que deben articularse con determinadas
opciones técnicas de registro de datos. Este proceso comienza con la enunciación del
significado del concepto/variable que se quiere registrar, lo que implica una definición
teórica y una definición operacional articuladas coherentemente entre sí. La definición
teórica se refiere al significado conceptual de la variable en relación con lo establecido por
el investigador en el marco teórico, mientras que la definición operacional establece
detalladamente las operaciones o actividades de aplicación de técnicas que propone el
investigador para registrar la variable. Para que la investigación sea evaluada y replicada,
el investigador debe justificar metodológicamente que las técnicas de elaboración de
datos que pretende emplear para registrar la variable guardan una relación lógica con el
significado de la definición conceptual y con la precisión suficiente.
Es importante distinguir entre variables simples y variables complejas para poder llevar a
cabo una adecuada operacionalización entre el concepto y el dato empírico. Las variables
simples son aquellas que se registran directamente a partir de una definición teórica y
operacional y no están compuestas de otros conceptos. Por otro lado, las variables
complejas se componen de otros conceptos que la constituyen en el interior de su
significado y requieren ser dimensionadas en los componentes conceptuales que la
conforman. Por lo tanto, para medir adecuadamente una variable compleja es necesario
especificar sus dimensiones o subvariables.
Es importante distinguir entre variables simples y variables complejas en la
operacionalización de un concepto en datos empíricos. Las variables simples se registran
directamente a partir de una definición teórica y operacional y no están compuestas de
otros conceptos en su significado. Las variables complejas se componen de otros
conceptos que la constituyen en el interior de su significado y deben ser diferenciados
conceptual y operacionalmente en sus dimensiones o subvariables. La cantidad de
dimensiones o subvariables dependerá del anclaje teórico y las decisiones de la instancia
investigativa.
En el proceso de operacionalización, el investigador debe decidir cómo registrar cada una
de las subvariables o dimensiones de la variable a través de indicadores, que son
parámetros que relacionan lo conceptual con lo empírico mediante una técnica de
registro. Los indicadores no son procedimientos ni datos en sí mismos, sino que se basan
en técnicas de registro empírico para obtener información mensurable. El investigador
debe asociar cada dimensión de la variable con una técnica de registro adecuada para
obtener la medición o el registro de los valores o las variaciones de la variable que se
pretenden estudiar. Los indicadores no operan aislados de la variable, sino que son una
parte constitutiva de ella.
El proceso de operacionalización requiere que el investigador tome decisiones para
registrar las subvariables o dimensiones de cada variable de los objetivos de investigación,
utilizando indicadores que enlacen lo conceptual y lo empírico mediante una técnica de
registro. Los indicadores pueden ser objetivos o subjetivos, observacionales o inferenciales,
y deben estar articulados con el marco teórico y ser comprensibles en su lectura. Los
indicadores permiten registrar el valor o variación del esquema clasificatorio en cada
dimensión de cada variable en cada unidad de análisis, y están unidos empírica y
teóricamente al concepto y al marco teórico.
La validez del indicador se logra cuando hay una correspondencia adecuada entre la
conceptualización y la operacionalización de la variable, y cuando la definición operacional
cubre todos los aspectos registrables presentes en la definición conceptual. Es importante
utilizar un gran número de indicadores para aumentar la probabilidad de validez. En una
variable compleja, los indicadores se constituyen como una serie de pluralidades que dan
cuenta de las variaciones o de los valores de cada dimensión o subvariable, y el
investigador debe definir la pertinencia de los resultados de cada indicador con cada
dimensión en su integración coherente para dar cuenta de las variaciones o valores de la
variable. Un error común es la insuficiencia en la completitud de la información de la
variable planteada, y otro error común es la inclusión de dimensiones e indicadores que no
constituyen a la variable a investigar.
El último paso del proceso de operacionalización en la investigación cuantitativa es
registrar empíricamente las variaciones o valores de la variable a partir de los indicadores.
El valor numérico resultante de este registro no significa nada por sí solo y debe estar
fundamentado teórica y metodológicamente. Los índices representan un valor resumen de
varios valores de indicadores de diferentes dimensiones de una misma variable y se
utilizan para sintetizar el nivel numérico de una variable multidimensional. Los índices se
construyen después de determinar los indicadores y buscan producir un valor de síntesis de
una multiplicidad de indicadores para dar cuenta de un panorama global de la variable.
Un ejemplo común de un índice en el ámbito escolar es la calificación de un examen,
mientras que un ejemplo de dato construido es el índice PBI utilizado por los economistas.
En los ejemplos presentados se muestran dos tipos de variables: una variable simple y
unidimensional, como es el caso del origen de los ingresos, que se mide a través de un solo
indicador, y una variable compleja y multidimensional, como es el caso del grado de
desarrollo industrial, que se mide a través de varios indicadores agrupados en diferentes
dimensiones.
Para variables multidimensionales es necesario emplear tantos indicadores como
dimensiones tenga la variable. En el caso del grado de desarrollo industrial, se presentan
seis dimensiones que miden diferentes aspectos del desarrollo industrial, como las
características del parque industrial, la rentabilidad de las empresas, el consumo
energético, la inversión de las empresas, la exportación de las organizaciones y el
desarrollo local de la ciencia y tecnología aplicadas al desarrollo fabril.
Cada dimensión se mide a través de varios indicadores que permiten obtener una visión
más completa del fenómeno que se está midiendo. Por ejemplo, la dimensión de
rentabilidad de las empresas fabriles se mide a través de indicadores como los ingresos
obtenidos, la cantidad de capital invertido y el tiempo transcurrido desde que se realizó la
inversión.
La selección de indicadores y dimensiones adecuadas es esencial para medir de manera
precisa y confiable las variables complejas, mientras que para las variables simples y
unidimensionales puede ser suficiente con un solo indicador.
Objetivos generales y específicos
El planteamiento de los objetivos de investigación es fundamental para que el proceso
investigativo esté bien fundamentado teórica y conceptualmente. El objetivo es ir
conectando los conceptos abstractos con los datos empíricos a construir. El primer paso es
redactar los objetivos generales y específicos que se diferencian y complementan entre sí
en el nivel de operacionalización de los datos. Los objetivos generales representan el
alcance máximo de lo que se quiere investigar y es importante segmentarlos
exhaustivamente para hacerlos más direccionados hacia su operacionalización y así poder
definir el método y las técnicas de registro y tratamiento de datos a utilizar.
El primer paso en el proceso de operacionalización de la investigación es subdividir el
objetivo general en objetivos específicos que representan las partes temáticas de una
totalidad. Estos objetivos específicos deben ser más concretos y empíricos, pero
coherentes con el objetivo general. No hay una cantidad preestablecida de objetivos
específicos, ya que depende de la profundidad de la investigación y la definición
conceptual de las variables implicadas, lo que a su vez depende del marco teórico
conceptual de la investigación, la intención del investigador, los condicionantes
institucionales y los recursos disponibles. El objetivo es llegar a una definición clara de los
datos empíricos a obtener.
Los objetivos específicos tienen la función de clarificar la intención de los investigadores y
mostrar el inicio de la operacionalización conceptual de las características o variables del
universo involucrado en el objetivo general. Cada objetivo específico presenta las
dimensiones o subvariables que se integran en una totalidad temática representada por el
objetivo general. Estos objetivos específicos se encauzan en la misma intencionalidad
cognitiva y temática incluida en el objetivo general y se dirigen a un nivel más concreto de
lo planteado en el objetivo general. Por ejemplo, si la variable es cultura financiera, los
objetivos específicos deben incluir subvariables como planificación del ahorro, estrategias
de inversión, prácticas de consumo y tipos de gastos, entre otras, que son partes de una
totalidad.
Para mantener la coherencia y claridad en la investigación, los objetivos específicos deben
representar las dimensiones o subvariables de la totalidad temática del objetivo general.
Cada objetivo específico debe dirigirse a un nivel más concreto que el objetivo general y se
enfoca en las acciones cognitivas sobre cada dimensión definida conceptualmente como
integrante de la variable. Además, los objetivos específicos deben elaborarse con
coherencia e inclusión máxima con respecto a lo planteado en el objetivo general y no
deben contener variables diferentes a las que están planteadas en las acciones cognitivas
generales.
Los objetivos específicos no deben exceder lo que se pretende obtener cognitivamente con
el objetivo general y no deben abarcar la elaboración de una operación lógica de alcance
superior a lo planteado en el objetivo general, ni agregar conceptos que no estén
comprendidos en él. Por ejemplo, si el objetivo general es descriptivo, no se puede crear un
objetivo específico correlacional o causal, ya que esto implica un procedimiento probatorio
de un alcance diferente. En cambio, un objetivo general causal puede contener algún
objetivo específico descriptivo o correlacional, ya que la descripción está implicada en la
causalidad.
Para ejemplificar esta acción de operacionalización se puede presentar un estudio sobre
los estudiantes universitarios en el que se establecieron correctamente los siguientes
objetivos generales y específicos:
Objetivo general: Describir las condiciones de vida y las características socio demográficas
de los estudiantes de universidades públicas de la Provincia de Bs. As.
Objetivos específicos: Conocer las condiciones de salud, educación, vivienda, ocupación,
características del entorno y seguridad social de los estudiantes de universidades públicas
de la Provincia de Buenos Aires.
Determinar la composición del hogar, las relaciones familiares y afectivas, las migraciones,
la fecundidad, la edad, la participación social, la pertenencia a pueblos originaros y/o
afrodescendientes de los estudiantes de universidades públicas de la Provincia de Bs. As.
En el siguiente ejemplo, la variable “riesgos laborales” está implicada en elobjetivo
general, se desagrega y operacionaliza en los objetivos específicos a través de conceptos
más cercanos al registro empírico que en el establecido por el objetivo general, que
presenta un mayor nivel de abstracción:
Objetivo general Indicar la presencia de riesgos laborales en las industrias metalúrgicas
del partido de San Martín.
Objetivos específicos Establecer los riesgos laborales de carácter medioambiental de las
industrias metalúrgicas del partido de San Martín.
Describir los riesgos laborales del lugar de trabajo y de los equipos o máquinas que se
manipulan de las industrias metalúrgicas del partido de San Martín.
Determinar los riesgos laborales de la ergonomía y de factores psicosociales de las
industrias metalúrgicas del partido de San Martín.
En el ejemplo presentado a continuación, la variable “rendimiento académico” se
especifica en las subvariables: duración de la carrera, calificaciones, retención y deserción
presentes en cada uno de los objetivos específicos:
Objetivo general: Analizar el rendimiento académico de los alumnos de la UNLu.
Objetivos específicos: Caracterizar la frecuencia de recursada de las materias de los
alumnos de la UNLu.
Determinar las calificaciones de los alumnos de la UNLu.
Establecer la duración de egreso de los alumnos de la UNLu.
Indicar la deserción de los alumnos de la UNLu.
En la investigación cuantitativa, los objetivos generales y específicos deben expresar de
manera precisa las variables y sus subvariables, y no pueden ser modificados una vez
establecidos debido al carácter rígido y cerrado de este tipo de estudios. Por otro lado, en
la investigación cualitativa, los objetivos pueden enunciarse de manera más ambigua o
abstracta debido al proceso recursivo entre la teoría y los datos, y los objetivos pueden ser
revisados y modificados durante la elaboración de los datos en el trabajo de campo debido
a la estructura abierta y flexible de este tipo de estudios.
A continuación, se presentan objetivos pertenecientes a investigaciones cualitativas:
“Objetivo general: Comprender las significaciones que expresan docentes bonaerenses de
E.G.B. 1 y 2 acerca de las prácticas laborales y de los actores de su comunidad escolar.
Objetivos específicos: Indagar en las descripciones que maestros de E.G.B. 1 y 2 realizan
sobre las problemáticas vivenciadas en su tarea diaria.
Establecer las concepciones que los docentes tienen hacia sí mismos y hacia los alumnos
de la comunidad educativa.
Analizar las manifestaciones que docentes de E.G.B. 1 y 2 realizan acerca del alcance y las
posibilidades de sus acciones escolares”
Recomendaciones y errores frecuentes en la redacción de objetivos de investigación
Para redactar objetivos de investigación precisos, se debe utilizar un lenguaje sencillo y un
verbo que involucre una acción cognitiva a cumplir. El verbo utilizado en el objetivo indica
las intenciones de la investigación y orienta la construcción del objeto de investigación y
las acciones metodológicas empleadas. Algunos verbos comúnmente utilizados en
investigaciones son:
Triangulación
La triangulación es una estrategia de investigación que consiste en la combinación de
diferentes métodos y técnicas cuantitativas y cualitativas para abordar una problemática
compleja desde múltiples perspectivas y obtener resultados más rigurosos y completos.
Esta estrategia se utiliza para generar dos conjuntos de datos dirigidos a conformar un
mismo encuadre temático en dos planos de datos superpuestos o para cubrir las
debilidades o los alcances de cada método utilizando las técnicas de uno como paso previo
a la aplicación del otro. Además, también se utiliza la estrategia de complementación
diferencial que implica una aplicación conjunta de diferentes métodos y técnicas centrada
en investigar las diferentes dimensiones de un fenómeno de naturaleza heterogénea. La
triangulación es una técnica valiosa para obtener una comprensión más profunda y
completa de una problemática compleja.