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La clínica infantil: clínica de la relación padres e hijos - Bleichmar, D.

Un nuevo paciente no es una persona, sino una relación: la relación es nuestra


unidad y objeto de estudio, examen, y transformación. Entender que la
psicopatología que presentan los niños consiste generalmente en problemas de
relación que se manifiestan en forma de desórdenes psicofuncionales o de
ansiedades por parte de los adultos para ejercer de padres. En los casos donde se
trata de discapacidades del niño, dependerá de las relaciones con sus padres, el
grado de separación o mejoría de tales condiciones.

Padres → origen y fuente del mundo interno del niño, los que mantienen el
tratamiento ya sea colaborando o perturbando

Desafío del terapeuta → crear una relación de alianza y colaboración trabajando


en contacto con la contratransferencia parental (no solo ser empáticos y no
culpabilizar, sino tener herramientas teóricas)

Primer contacto

❖ quién los envía (escuela, decisión familiar, solicitud del niño/adolescente)


❖ quién realiza la demanda (madre, padre, otro familiar)
❖ edad/motivo de consulta
❖ en primera infancia y hasta edad escolar se utiliza formato clásico: entrevistar
primero a padres solos estando informado el niño. En otros casos (trastornos
de conducta de mediana gravedad con fracaso escolar, adolescentes o niños
negativistas, sospecha de abuso, etc.) conviene hacer lo contrario y
entrevistar primero al niño/adole (los niños/adoles creen que adultos hacen
alianza entre ellos, con lo cual si se evita ese supuesto se crearán mejores
condiciones para la cooperación)

No hay reglas claras, siendo necesario valorar la singularidad de cada caso.

Transferencia parental

Unidad de análisis, comprensión y cambio → relación parento-filial

Objetivo fundamental → conseguir alianza terapéutica con aspectos más


desarrollados como padres (para esto es importante detectar la transferencia
parental)

Los padres sienten que tienen problema que no saben resolver y el terapeuta se
halla en lugar de madre/padre con más experiencia y que puede hacer algo con las
angustias. Esto constituye la transferencia parental. El reto es situarse en lugar de
padres comprensivos que saben conducir (sin reproches) la situación bloqueada a
un nivel de apertura y de eliminación del sufrimiento.

Creación de la alianza terapéutica

E. Zetzel y Greenson definen a la alianza terapéutica como: la parte de la


transferencia del paciente que no es usada como formación de compromiso, sino
como sostén del trabajo analítico. Se trata de un acuerdo entre el terapeuta y la
parte adulta, la parte sin conflicto o más racional del paciente. En el caso de los
padres, con los aspectos conscientes, racionales, y colaboradores. Implica que los
padres queden dentro del proceso terapéutico y participen activamente.

Primera tarea → aclarar la demanda. ¿Quién solicita la consulta? ¿Corresponde la


demanda manifiesta con el motivo de consulta latente? ¿Qué esperan los padres del
terapeuta? Podemos satisfacer esa demanda o no?

Ampliación y afinamiento de la observación y la escucha

Objetivo de entrevista con padres → obtener datos tanto evolutivos como


sintomáticos. identificar en el relato parental datos sobre la identidad que cada uno
le otorga al niño, la atribución de significados dados a la relación, fantasmas inc.
sobre la relación y la identidad del niño que subyacen al relato manifiesto. el formato
no difiere del tradicional. se tiene en cuenta:

➢ momentos de la relación en los que surgieron problemas


➢ conducta del niño y los significados que construyó sobre la relación
➢ capacidad de los padres para comprender la naturaleza de cada problema y
sus recursos para contener, tolerar, o modificar
➢ capacidad de los padres para relacionar sucesos (mudanzas, inestabilidad
laboral, etc.) con los problemas del niño (función reflexiva)

Una vez agotado el motivo de consulta muchos padres consideran que esa es toda
la información para dar. Debemos orientar la entrevista (en su primera parte abierta)
hacia la indagación de los datos necesarios para la evaluación de la relación
parentofilial (se torna semiestructurada).

VÍNCULO AFECTIVO → LA TOTALIDAD DE LA RELACIÓN

Patrones de interacción atencional (Osofsky)

Positiva → disponibilidad emocional, entonamiento afectivo, emociones positivas de


la madre. se observa disfrute en ambos al estar juntos, con caricias, sonrisas y
contacto visual
De riesgo →

Apagada: poca comunicación mediante el rostro, la voz y la caricia

Enfadada: predomina la frustración e irritación

Mixta: no hay sincronía entre niño y adulto

→ cuando analista ocupa lugar de Ideal del yo para los padres es cuando el niño se
ve más beneficiado

→ principio de neutralidad y abstinencia no aplica ya que será entendida por


cualquier niño como distancia emocional y convertirá la relación terapéutica en una
relación muy artificial que dificulta entrar en contacto

Contratransferencia

❖ conjunto de deseos, de angustias, de defensas, que se activan en el


terapeuta en contacto con los pacientes

Thoma y Kachele → plantean que la transferencia está construida por algo propio
del paciente, pero también por algo que es efecto de ese analista y de ese vínculo
en particular, de modo que es el resultado del encuentro de una disposición
transferencial de paciente junto con el impacto que tienen sobre ese paciente las
características personales y lo que haga ese analista. La contratransferencia sería el
resultado de algo propio del analista, de su historia, su biografía, sus conflictos y de
algo que realiza el paciente. Ninguno de los dos conceptos son fenómenos
individuales, sino que resultan de un encuentro en la intersubjetividad.

Backer plantea dos subtipos de contratransferencia:

➢ concordante: sentir las mismas angustias del paciente e identificarse con ello
(cuando sucede esto el analista no esta analizando)
➢ complementaria: trabajar con lo que el paciente esta delegando o
depositando en el terapeuta, puede poner en palabras lo que le pasa, toma lo
que está ausente en el paciente

El proceso psíquico del juego

Juego → actividad del sujeto forjadora de capacidades o habilidades para el


desarrollo, concebido como acumulacion integrada de estructuras de capacidades o
habilidades
Se trata de una actividad placentera particular que es el placer de ser causa de lo
que sucede. Hay una motivación narcisista, del placer que experimenta el sí mismo
explorando, haciendo, descubriendo y sintiendo que domina algo al hacerlo. Freud
la denominó pulsión de apoderamiento que luego considera pulsión de investigación
o epistemofilia. La diferencia del proceso del juego con los procesos de aprendizaje,
de inteligencia, o de creatividad es la carencia relativa de una organización que se
atenga a pautas establecidas. Lo real se encuentra asimilado a los caprichos del
sujeto.

➢ Juego funcional: la finalidad es el poner en acto, poder hacer algo. El placer


es funcional, por la satisfacción de realizar la acción, como narcisista, se trata
de una expansión o dominio que se logra. Los juegos funcionales
evolucionan: empiezan con la motricidad, pasan por el lenguaje y terminan en
el placer de poner en juego la inteligencia. Con el paso del tiempo se
socializan y forman la base de los deportes. En la medida en que el niño
logra cierto placer narcisista mediante el dominio de una acción, la actividad
se repite y se perfecciona.

➢ Juego simbólico y función semiótica: el juego simbólico depende de la


aparición de la función semiótica o capacidad de simbolización. La
simbolización es la capacidad de desacoplar la representación que designa a
un objeto o cosa y hacerla funcionar como representando a otra de forma
personal, arbitraria y motivada. Esto constituye el proceso por el cual se
instituye el inconsciente dinámico repleto de símbolos de producción
individual. Comienza a aparecer en el primer año de vida en formas pre
simbólicas como gestos o acciones significantes, los comportamientos de
pedido (protoimperativos), de atención (protodeclarativos) y en la imitación
por medio de la acción propia de un modelo ausente. También aplica el
esquema de acción a objetos inadecuados (montar sobre un palo y galopar
como a caballo), transformación de objetos (usar una banana como un
teléfono) y la descontextualización (acariciar a su madre y decir michi como a
un gato). El juego simbólico también se denomina imaginativo o de
simulación, es un procedimiento de expresión de realidades subjetivas o de
reproducción de experiencias vividas por medio de representaciones
simbólicas, pero con el agregado de que el juego simbólico transforma lo
vivido por medio de la inversión de la posición del sujeto, lo sufrido
pasivamente se convierte en activo. El placer del juego simbólico radica en el
placer de evocar y recomponer lo evocado de acuerdo a los deseos propios.

➢ Juego de reglas: el juego simbólico evoluciona hasta el simbolismo colectivo


y los juegos de reglas. Los niños mayores son más capaces de inventar
objetos y personajes imaginarios y de usar objetos para funciones no
determinadas por su función real. A partir de los 5 o 6 años los juegos
simbólicos empiezan a desaparecer, tendiendo hacia un mayor orden relativo
de las construcciones lúdicas, por oposición a la incoherencia de las
combinaciones simbólicas y por una preocupación creciente por la veracidad
de la imitación de lo real. El juego de reglas ya implica relaciones sociales o
interindividuales, la regla consiste en una regularidad impuesta por el grupo y
su violacion se presenta como una falta.

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