Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción .............................................................................................................................. 3
Conclusión ................................................................................................................................ 13
La infancia es un tiempo para jugar, aprender, crecer. Un tiempo en que todos los niños
y niñas deberían tener la oportunidad de desarrollar sus potenciales y soñar con
brillantes planes para el futuro. Sin embargo, para millones de niños en el mundo, su
vida desde muy temprana edad es muy distinta. Ellos comienzan a trabajar mucho
antes de que sus cuerpos y mentes estén preparados para ello. Así, la infancia se
vuelve un sueño perdido.
Las preocupaciones y los estudios sobre el trabajo infantil se han concentrado más en
continentes como África y Asia, sin embargo en América Latina la cifra de niños y niñas
trabajadores llega al 9 % de la población de 10 a 14 años de edad aproximadamente.
En Chile se estima que trabajan más de 120.000 niños en formas de trabajo y
explotación más visibles como es el caso de sectores asalariados formalmente. Sin
embargo, es claro que una gran magnitud de niños trabajadores son informales y
ejercen como vendedores callejeros, cargadores, obreros de la construcción,
temporeros etc., sin tomar en cuenta las formas ocultas como la prostitución infantil, el
trabajo doméstico y el tráfico de estupefacientes.
La noción de trabajo infantil debe aplicarse a niños de menos de 15 años de edad que
realizan actividades con el objetivo de ganar el propio sustento o el de sus familias.
Ellos trabajan, en la mayoría de los casos, sin horario ni derecho a prestaciones
médicas o la mínima seguridad. Hechos que se repiten en todo el mundo.
Si bien Chile se ubica entre los países que muestran los índices más bajos de trabajo
infantil en la región (menos de un 3%). Al analizar la evolución del trabajo infantil en la
última década se observa como Argentina, Bolivia, Ecuador, Panamá y Costa Rica han
disminuido sus cifras, en cambio Chile sólo las ha mantenido.
¿QUÉ ES EL TRABAJO INFANTIL?
Se indican una serie de criterios para juzgar si el trabajo se vuelve una forma de
explotación:
• Si es realizado por niños demasiado jóvenes (niños de menos de 6 años que trabajan
en una fábrica por ejemplo).
• Si las jornadas son demasiados larga (niños que trabajan más de 8 horas diarias).
• Si los ingresos son insuficientes (niños que trabajan toda la semana sin ganar casi
nada o simplemente solo trabajan por comida).
• Si las condiciones son peligrosas (niños que trabajan en minas o canteras o con
productos químicos peligrosos, especialmente en la agricultura).
• Si son obligados (niños que trabajan forzosamente, obligados por padres o terceros).
Así, se han definido dos conceptos para el trabajo infantil: aceptable e inaceptable.
Trabajo infantil inaceptable*: sería todo trabajo ilegal, nocturno o realizado en la calle
por niños de 11 años y menos. Niños entre 12 y 14 años que no estudien y/o trabajen
14 horas o más a la semana.
Debido a la complejidad del tema y a que el trabajo infantil puede llegar a constituir una
grave vulneración de derechos de los niños y niñas ha sido necesario precisar aquellas
"peores formas de trabajo infantil".
Es así como el SENAME aproxima una definición de las peores formas de trabajo
infantil, siempre en menores de 18 años, como una relación de abuso de poder y
moralmente abominable, que conlleva la explotación física, sexual y emocional de
niños, niñas y adolescentes y que debe ser erradicada.
Existen criterios que ayudan a aclarar el concepto de "las peores formas de trabajo
infantil":
Aunque la magnitud del trabajo infantil en Chile es muy pequeño en comparación con
otros países, la sociedad debe conocer y afrontar este problema hasta hacer
desaparecer todo aquello que afecta el desarrollo futuro de niños y niñas. Los peligros a
que ellos se enfrentan varían de acuerdo al tipo de trabajo que realizan y éste a su vez,
dependerá directamente del lugar geográfico en que se ubiquen los niños; es decir, los
trabajos más comunes en Chile varían dependiendo de si es en una zona rural o
urbana. Algunos riesgos son inmediatos, otros tienen consecuencias a largo plazo. Lo
que sigue son algunos ejemplos de los trabajos más comunes desarrollados por niños
en Chile y los riesgos que corren, según un reciente estudio realizado a partir de la
primera encuesta especialmente diseñada y aplicada en el 2003 por el Comité Nacional
de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y dada a conocer por el INE el 02 de
Septiembre del 2004:
• Trabajo Agrícola: En las zonas rurales casi la totalidad de los casos se concentra en el
trabajo agropecuario. Sus labores consisten en cultivar y/o abonar la tierra, plantar y
recoger frutas y verduras, venta de productos agrícolas, cuidar de los animales o del
huerto. Usar herramientas, maquinaria pesada y químicos. Por razones climáticas y
geográficas, el trabajo infantil agrícola es más extendido en las zonas centro y sur.
Consecuencias: Peligro de envenenamiento químico (ya sea crónico o agudo), con las
consecuencias que ello trae a su salud, el que muchas veces no es diagnosticado o
simplemente es atribuido a otras causas. Daños físicos, debido a los accidentes con
maquinarias y herramientas peligrosas. Problemas de columna, debido a la mala
postura que se requiere para realizar el trabajo. Dolores musculares. Enfermedades
como consecuencia de las condiciones climáticas rigurosas.
LOS EFECTOS DEL TRABAJO INFANTIL
Durante la infancia, el mundo que nos rodea nos ofrece oportunidades importantes para
aprender. Desarrollamos habilidades que nos permiten ser seres sociales para
participar plenamente en la vida familiar y comunitaria. Esta etapa de la vida es crítica e
influye en nuestro futuro. Los trabajadores infantiles se ven privados de vivir
plenamente este período valioso. Su trabajo traba las actividades normales de la
infancia y entorpece su desarrollo físico, emocional y social.
Desarrollo Físico: Los niños trabajadores son mucho más vulnerables que los adultos
porque sus cuerpos todavía están creciendo y no están formados completamente.
Tienen una salud física deficiente porque el trabajo que ejercen los expone a los riesgos
de las enfermedades y los accidentes. Los efectos pueden ser inmediatos, como por
ejemplo una quemadura o un corte, o pueden tener consecuencias que duran toda la
vida, como sufrir alguna enfermedad respiratoria, la amputación de algún miembro por
manipular objetos y maquinarias inadecuadas para su edad o contraer enfermedades
incurables como el SIDA.
El Código del Trabajo, en su Capítulo II, artículos 13 al 18, regula el trabajo de menores
de edad y prohíbe expresamente trabajar a niños menores de 15 años. Por lo tanto, si
lo hacen, lo realizan en forma ilegal; excepto en la situación especial de niños que
pueden ser autorizados a trabajar en cine, teatro, televisión o actividades similares,
regulado por el Artículo 16 del mismo cuerpo legal.
Nuestro país participa de una serie de convenios internacionales y leyes propias que
protegen a los niños y adolescentes y nos comprometen a erradicar el trabajo infantil y
sus peores formas.
Para avanzar en el objetivo de erradicación del trabajo infantil, se ha llevado a cabo una
serie de acciones y proyectos como: seminarios, campañas de sensibilización,
actividades de capacitación, estudios sobre el tema, entre otros. Estas se han realizado
con el Gobierno, empresarios, trabajadores, sociedad civil, organismos internacionales
como Unicef y OIT.
Considerando las orientaciones entregadas en los acuerdos que firmó nuestro país, y
en su adaptación y redefinición a nuestra realidad nacional, podríamos consignar lo
siguiente:
Según las últimas estimaciones entregadas por la OIT, en el informe mundial "Un
Futuro sin Trabajo Infantil", en el mundo 246 millones de niños y adolescentes de 5 a 17
años, están incorporados al trabajo. Tres cuartas partes de ellos están atrapados en
sus peores formas, que incluyen, entre otros, los trabajos peligrosos tanto por sus
condiciones como por su naturaleza, la esclavitud, el tráfico de personas, la
servidumbre por deudas, la prostitución, la pornografía y otras actividades ilícitas. En
América Latina y el Caribe uno de cada cinco niños (20 millones) ente 5 y 14 años
trabaja.
En nuestro país, como en otras partes del mundo, el trabajo infantil y adolescente se
explica por la necesidad que tienen familias muy pobres de asegurar la subsistencia. En
estos casos, el trabajo infantil y adolescente no es sino la expresión más visible de una
realidad social ligada a una miseria aún más profunda que la sola falta de ingresos.
También hay otra realidad: niños y adolescentes que apoyan a sus familias en sus
actividades productivas y contribuyen así a mejorar los ingresos familiares.
Habitualmente, ello ocurre en condiciones de mayor armonía familiar y se asocia al
aprendizaje de un oficio que puede ser desempeñado a futuro como una forma de ir
asegurando la subsistencia ya que, en la mayoría de los casos, han abandonado la
escuela a muy temprana edad. Sin embargo, en muchos de estos casos, el trabajo
infantil y adolescente involucra largas y agotadoras jornadas de trabajo, inadecuadas
para niños y adolescentes y se constituye en un obstáculo para una normal inserción
educacional y social.
CONCLUSIÓN
Creemos que el trabajo infantil se produce, principalmente, por la mala política respecto
del tema de la pobreza a nivel gubernamental. La única explicación posible al trabajo
infantil es, simplemente, la pobreza en que viven junto a sus familias, siendo la
consecuencia más directa de este problema la deserción escolar, lo que transforma el
trabajo infantil en un círculo vicioso, ya que, si no estudian, jamás podrán lograr un
mejor futuro en lo económico.
A pesar de que Chile ha venido ratificando tratados con respecto al trabajo infantil
desde 1919, recién el año 2003 se realizó una encuesta para medir la magnitud del
problema.