Está en la página 1de 2

La Reforma de 1918 y la actualidad

A cien años de la Reforma Universitaria en nuestro país, la educación superior


está sufriendo un fuerte ataque por parte del gobierno de turno, que recorta el
presupuesto (del cual depende no sólo el mantenimiento y la infraestructura,
sino también el sueldo de los docentes y no docentes del establecimiento),
sostiene la ideología de “ninguna que nace hoy en la pobreza llega a la
universidad” y “¿qué es eso de universidades por todos lados?”, elimina becas
y aumenta el transporte, dificultando el acceso tanto de los alumnos como de
los trabajadores.

Uno de los ejes principales que se exigieron durante la lucha por una reforma
universitaria era garantizar la gratuidad de la educación superior. No porque no
lo fuera en cuanto al ingreso, sino por el resto de los gastos que implica
estudiar una carrera.  La Reforma proponía un amplio acceso a la universidad
por parte de la población y una especial atención a las dificultades para
ingresar que puedan encontrar los trabajadores y los sectores con menor poder
adquisitivo.

También se cuestiona en la actualidad es la ideología de los docentes. La


persecución viene hasta de los más altos cargos: la propia gobernadora de la
Provincia de Buenos Aires (si bien fue en otro contexto), invita a que “digan si
son kirchneristas”. Y se pone en cuestionamiento lo que se expone en clase.

Esto va en contra de lo que solicitaba la Reforma hace cien años: El principio


de libertad de cátedra sostiene que cada cátedra tiene completa libertad para
investigar y enseñar, y no puede ser supervisada académicamente.

Hay que mencionar también que, no hasta hace mucho, la brecha entre la
sociedad y la universidad era muy grande. No había acceso para los
provenientes del interior, incluso hablando de Buenos Aires, o para gente de
bajos recursos que no tiene la posibilidad de sustentar los gastos, hasta la
creación de las Universidades del Bicentenario.

Algo de lo que poco se habla en cuanto a la implementación es el rol de las


mujeres en el reclamo. La lucha por sus espacios y reivindicaciones eran
constantes.

Una mujer destacada fue Prosperina Paraván, que entonces estudiaba


Odontología. Ella marchó por las calles de Córdoba e hizo frente a la represión
policial y formó parte de los que trabajaron en las propuestas de Reformas del
plan de estudios de Odontología y de la normalización de su centro de
estudiantes.

No eran tiempos fáciles para las mujeres. Los discursos y prácticas sociales
vigentes las consideraban seres inferiores, incapaces y susceptibles de estar
sometidas a tutela masculina. 

Micaela Sabán
En comparación con la actualidad, y si bien quedan muchas cosas que hacer
y modificar, el panorama es mucho más alentador: los movimientos feministas
lograron grandes conquistas debido a sus incesantes luchas, en pos de la
ampliación de derechos y la igualdad con el varón.

Dejando de lado la reforma en sí, la lucha de los estudiantes fue fundamental


en su implementación y es una acción que, hoy en día, es muy bastardeada
por la población en general.

Si bien se celebra el centenario de esta manifestación popular, las luchas


llevadas a cabo por los estudiantes actualmente para sostener no sólo los
principios de la reforma, sino ya cuestiones que implican hasta la
infraestructura y los sueldos de los trabajadores, son muy cuestionadas.
Principalmente, por las medidas de acción, que incluyen cortar calles o realizar
grandes movilizaciones.

Se ha llegado al punto de hasta escuchar “vayan a estudiar” cuando el


reclamo es, justamente, poder hacerlo en condiciones dignas.

Cien años de historia han ayudado a cambiar y evolucionar en más de un


sentido. Más que nada en lo relacionado a las mujeres. Pero en otros se han
atrasado o estancado.

No es posible garantizar la plena democratización de la educación


universitaria si desde el Estado dificultan el correcto desarrollo de las clases
(incluyendo la concurrencia, la permanencia y un sueldo para los trabajadores
que les permita seguir con su función), y, además, no se proveen herramientas
para facilitar el acceso aún con estos impedimentos.

Micaela Sabán

También podría gustarte