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CRITERIOS DE FIABILIDAD DE LA PRUEBA TESTIMONIAL Y

VALOR DE LAS ACTUACIONES POLICIALES [CASACIÓN N.° 684-


2020 TUMBES]
El principio de inmediación impide revisar las pruebas en segunda instancia para hacer
una nueva valoración respecto a las declaraciones de testigos, peritos y acusados, y la
credibilidad que merecen estas testificales. Con razón, la garantía de inmediación permite
acceder a la totalidad de los aspectos comunicativos verbales y no verbales del
declarante y de terceros y, a la vez, autoriza la intervención del juez para “comprobar la
certeza de los elementos de hecho [sic]”.

A la par, desde la perspectiva de la sana crítica, se soslayaron criterios básicos de


valoración de prueba oral; esto es, no toda disparidad autoriza a rescindir la virtualidad de
una testifical. Antes bien, su fiabilidad dependerá de si se trata de detalles centrales,
periféricos o colaterales. Solo si se constata lo primero, se restaría virtualidad a la
sindicación. En cambio, si se coteja lo segundo y tercero, no existe desmerecimiento
objetivo.

Se enfatiza que, en sede de apelación, no se recabaron pruebas que contradigan el


sentido inculpatorio de las deposiciones policiales, por lo cual su aptitud debió mantenerse
incólume.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA


SALA PENAL PERMANENTE
CASACIÓN N.° 684-2020 TUMBES
I. Se observa que la Sala Penal Superior contravino
lo previsto en el artículo 425, numeral 2, del Código
Procesal Penal, pues, pese a que no se actuaron
elementos de juicio en la etapa de apelación, otorgó
un valor distinto a la prueba personal sometida a
inmediación por los jueces sentenciadores de
primera instancia. Esto es, analizó de forma distinta
las declaraciones de los efectivos Wilder Espinoza,
Manuel Reyes Albújar y Jorge Vía Oviedo y, en esas
condiciones, estableció que existieron
contradicciones.
Se enfatiza que, en sede de apelación, no se
recabaron pruebas que contradigan el sentido
inculpatorio de las deposiciones policiales, por lo
cual su aptitud debió mantenerse incólume.
II. Por otro lado, las inferencias esgrimidas para
invalidar el operativo policial de interdicción carecen
de racionalidad. Las irregularidades apuntadas no
tienen la entidad suficiente para menoscabar su
valor epistémico.
Si bien los operativos policiales, per se, carecen de
idoneidad originaria para fundar una condena penal,
la situación varía absolutamente si su contenido es
reiterado y ratificado en el juicio oral mediante las
declaraciones testificales de los agentes policiales
intervinientes, a fin de posibilitar la contradicción y la
inmediación procesal.
Como se trata de pruebas personales, su estimación
está a cargo del órgano jurisdiccional sentenciador,
según los criterios de apreciación instituidos por la
jurisprudencia penal, tales como: ausencia de
incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia
en la incriminación.
También se relievan los datos objetivos y
verificables subyacentes, como las actas policiales y
sus derivados, que se introducirán al juzgamiento
como prueba documental, conforme al artículo 383
del Código Procesal Penal.
III. En consecuencia, esta Sala Penal Suprema
aprecia que, en la sentencia de vista sometida a
control casacional, se infringieron preceptos
constitucionales y procesales: el principio
jurisdiccional de motivación de las resoluciones
judiciales y el principio de inmediación, regulados en
el artículo 139, numeral 5, de la Constitución Política
del Estado y en el artículo 425, numeral 2, del
Código Procesal Penal.
Después, en aplicación del artículo 433, numeral 2,
del Código Procesal Penal, el recurso de casación
evaluado se declarará fundado, se casará la
sentencia de vista respectiva y, con reenvío, se
dispondrá la realización de una nueva audiencia de
apelación, a fin de que se emita la decisión judicial
correspondiente, teniendo en consideración lo
expuesto en esta sede suprema.
SENTENCIA DE CASACIÓN
Lima, diecisiete de mayo de dos mil veintidós
VISTOS: el recurso de casación interpuesto por el señor FISCAL ADJUNTO SUPERIOR
contra la sentencia de vista, del veinticuatro de marzo de dos mil veinte (foja 179), emitida
por la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Tumbes, que revocó
la sentencia de primera instancia, del veintiocho de octubre de dos mil diecinueve (foja
120), que condenó a LUIS GERARDO CRUZ REYES como autor del delito contra la salud
públicatráfico ilícito de drogas-favorecimiento al consumo mediante actos de tráfico, en
agravio del Estado, le impuso ocho años de pena privativa de libertad y fijó como
reparación civil la suma de S/2000 (dos mil soles), que deberá abonar a favor del
agraviado; reformándola, lo absolvieron del requerimiento de acusación por el delito y el
agraviado antes mencionados.
Intervino como ponente el señor juez supremo Coaguila Chávez.
FUNDAMENTOS DE HECHO
I. Del procedimiento en primera y segunda instancia
Primero. Según el requerimiento, del cinco de abril de dos mil diecinueve (foja 19), se
formuló acusación fiscal contra LUIS GERARDO CRUZ REYES por el delito de
favorecimiento al consumo de drogas mediante actos de tráfico, en perjuicio del Estado.
Los hechos fueron calificados de conformidad con el artículo 296, primer párrafo, del
Código Penal.
Se solicitó la imposición de las siguientes consecuencias jurídicas: (i) ocho años de pena
privativa de libertad, (ii) ocho años de pena de inhabilitación y (iii) ciento ochenta días de
pena de multa.
No se requirió reparación civil, pues hubo constitución en actor civil, según el artículo 11,
numeral 1, del Código Procesal Penal.
Posteriormente, se emitió el auto de enjuiciamiento, del diecinueve de agosto de dos mil
diecinueve (foja 27), en los mismos términos del dictamen acusatorio.
A la vez, se expidió el auto de citación a juicio oral, del seis de septiembre de dos mil
diecinueve (foja 35).
Segundo. Se realizó el juzgamiento según las actas (fojas 43, 70, 79, 90, 100, 106, 112 y
133).
Seguidamente, se emitió la sentencia de primera instancia, del veinticuatro de marzo de
dos mil veinte (foja 179), que condenó a LUIS GERARDO CRUZ REYES como autor del
delito de favorecimiento al consumo mediante actos de tráfico, en agravio del Estado. Se
le impuso ocho años de pena privativa de libertad, cinco años de inhabilitación y ciento
ochenta días multa, y se fijó como reparación civil la suma de S/ 2000 (dos mil soles).
En esta fase procesal, se declaró probado lo siguiente:
2.1. El veintinueve de octubre de dos mil dieciocho, aproximadamente a las 23:00 horas,
personal policial antidrogas de Tumbes realizó un operativo de control en la vía
Panamericana Norte, por inmediaciones de la iglesia evangélica “Movimiento Misionero
Mundial”.
2.2. Seguidamente, observaron que el automóvil de placa de rodaje T2N-323 se estacionó
fuera de la pista y descendió un sujeto portando una bolsa de plástico (roja y blanca). Se
le solicitó su documento nacional de identidad, él indicó que no lo tenía y adujo llamarse
LUIS GERARDO CRUZ REYES. A la vez, se le requirió que exhibiera lo que llevaba
consigo. En ese momento, se descubrieron tres paquetes rectangulares, se extrajo una
porción de sustancia vegetal y se estableció que se trataba de Cannabis sativa
(marihuana).
2.3. De acuerdo con el informe pericial respectivo, la aludida droga tuvo como peso neto
2.990 kg (dos punto novecientos noventa kilogramos).
Tercero. Contra la sentencia de primera instancia, LUIS GERARDO CRUZ REYES
interpuso el recurso de apelación, del seis de diciembre de dos mil diecinueve (foja 141).
A través del auto del dieciséis de diciembre de dos mil diecinueve (foja 148), la
impugnación fue concedida. Se dispuso elevar los actuados al superior en grado.
Cuarto. En la audiencia de apelación, conforme a las actas (fojas 179 y 176), no se
actuaron medios probatorios, solo se expusieron las alegaciones de las partes procesales
intervinientes y se realizaron las réplicas y dúplicas respectivas.
Posteriormente, mediante sentencia de vista, del veinticuatro de marzo de dos mil veinte
(foja 179), se revocó la sentencia de primera instancia, del veintiocho de octubre de dos
mil diecinueve (foja 120), que condenó a LUIS GERARDO CRUZ REYES como autor del
delito de favorecimiento al consumo mediante actos de tráfico, en agravio del Estado, le
impuso ocho años de pena privativa de libertad, cinco años de inhabilitación y ciento
ochenta días multa, y fijó como reparación civil la suma de S/ 2000 (dos mil soles);
reformándola, lo absolvió del requerimiento de acusación por el delito y el agraviado antes
mencionados.
Quinto. Frente a la sentencia de vista, el señor FISCAL ADJUNTO SUPERIOR formalizó
el recurso de casación, del veintinueve de julio de dos mil veinte (foja 200).
Invocó la causal prevista en el artículo 429, numerales 1 y 2, del Código Procesal Penal.
A través del auto del siete de agosto de dos mil veinte (foja 218), se tuvo por interpuesta
la casación. El expediente judicial fue remitido a este órgano jurisdiccional.
II. Del procedimiento en la Sede Suprema
Sexto. De acuerdo con el artículo 430, numeral 6, del Código Procesal Penal, se expidió
el auto del veintitrés de septiembre de dos mil veintiuno (foja 61, en el cuaderno
supremo), que declaró bien concedido el recurso de casación por las causales
contempladas en el artículo 429, numerales 1 y 2, del Código Procesal Penal.
Las partes procesales fueron instruidas sobre la admisión de la casación, según los
cargos (foja 75, en el cuaderno supremo).
Séptimo. La Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República era
competente para dilucidar el recurso de casación.
Sin embargo, a través de la Resolución Administrativa número 000378-2021-CE-PJ del
dieciséis de noviembre de dos mil veintiuno, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial
dispuso que la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República
debía tramitar los expedientes correspondientes del Código Procesal Penal.
Después, mediante decreto del veintitrés de marzo de dos mil veintidós (foja 77, en el
cuaderno supremo), esta Sala Penal Suprema se avocó al conocimiento de la causal
penal.
Como se observa, desde que la casación fue concedida hasta que los actuados fueron
derivados, transcurrieron seis meses.
A continuación, se expidió el decreto del primero de abril de dos mil veintidós (foja 69, en
el cuaderno supremo), que señaló el veinticinco de abril de dos mil veintidós como data
para la vista de casación.
Se emplazó a los sujetos procesales, conforme a la cédula (foja 70, en el cuaderno
supremo).
Continúa […]
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[Imagen: un policía realizando una intervención]

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