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A.

EL CRISOL COLONIAL F

Al fundarse Santa Cruz de la Sierra, el 26 de febte de 1561 capital de la recién corada


Gobernación de Me, men chil policies y cultural mueve la crueldad

A lo largo de los 264 afin que durará la época colonial, la sociedad crucefis irá configirando un
modo de ser original, adaptándem la naturaleza tropical, al ablamiento y a la permanente amp
de poblaciones indigenas cercanas y de las incursiones de los bandeirantes portugueses.

Asimismo, apoyándose en la institucionalidad hispanoamericans (en particular en el cabildo) se


fue consolidando, a lo largo del tempo, la se voluntad de autodeterminación del pueblo
cruceto no sólo como respuesta a la lejana y pesada burocracia virreinal, son muy s menudo
como condición de supervivencia en un entorno hostil y carente de riques directamente
explorables como el oro y la plata.

Por tanto después de muchos fracasos en el intento de alcanzar el Dorado (Mojos), el Faitity
otras tierras ricas elgias que hacían soñar a los conquistadores, se trató de hacer producir la
tierra y de organizar una sociedad de frontera a la vez agricola y guerrers, carseada también
por una modalidad especifica de mestizaje, muy diferente de la que, en la misma época, se iba
produciendo en derras altas de lo que serminó siendo Bolivia

Para comprender adecuadamente el actual proceso autonómico crucefio es indispensable


remontar hasta su rois lejano origen, cuando Santa Cruz comenzaba se existencia, daba sus
primeras sefiales de insumisión al poder central vigente y se apropiaba del inmenso espacio
del Oriente Boliviano

En la primera parte del relato histórico de los antecedentes del anonomismo cruceño
abordaremos la harañs de Nuflo de Chavez que dio lugar primero a la creación de la
Gobernación de Mojos y luego a la fundación de Santa Cruz de la Sierra.

Luego veremos cómo esta nueva entidad política y social tendrá muy temprano que lidiar con
normas y agentes del centralismo virreinal, llegando hasta el desacato y la rebelión de Diego
de Mendoza (1573- 1575), que inaugura una larga serie de conflictos más o menos álgidos
entre los centros del poder (político y económico) y la región cruceña (el conjunto del Oriente).

El tercer capítulo está dedicado a la constitución del territorio cruceño, tanto en lo que se
refiere a la centralidad movediza por efecto de los sucesivos traslados y desdoblamientos de
Santa Cruz de la Sierra, como al espacio de la jurisdicción de la población (que no tardará en
adoptar también el nombre de Santa Cruz) y del Obispado creado en 1605.

El cuarto capítulo explora algunos rasgos culturales

que caracterizan

al pueblo cruceño en función del aislamiento, del mestizaje, del permanente

desafio de la supervivencia y de la progresiva elaboración de una original

identidad hispanoamericana.

En él también se realiza un acercamiento a la

sociedad cruceña que emerge de la época colonial con sus diferencias internas

y sus rasgos comunes, así como sus peculiares jerarquías y estratificaciones en


función del prestigio, de la riqueza y del poder.

En síntesis, se trata de lograr un acercamiento a las raíces profundas de la cruceñidad, que se


configuraron en esos siglos coloniales de intensa dinámica social, cuando la cultura, la lengua,
la religión y la voluntad de autodeterminación de un pueblo pobre y aislado empiezan a
presentar los matices que observamos en la actualidad.

Y solamente gracias a la comprensión del conjunto del desarrollo político y cultural del pueblo
cruceño es posible entender el actual ciclo de la autonomía departamental como la expresión
coyuntural de una voluntad de autodeterminación mucho más amplia, que exige para su
satisfacción una profunda transformación de la arquitectura institucional del Estado boliviano.

A esa condición será posible entender también el actual ciclo autonómico como la
reafirmación de la cruceñidad (a menudo identificada como "identidad camba") como
fundamento de una nacionalidad real, indiscutible y sin embargo clandestina dentro del nuevo
Estado Plurinacional concebido exclusivamente para y desde el centralismo andino.

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