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La delgada línea que divide

tu vida personal de la
profesional
El grupito del jefe que a veces se va de copas; los hiperconectados
que contestan llamadas o emails del trabajo; o los de la multitarea
absurda… quizá estés entre aquellos que no distinguen entre vida
propia y oficina.

REDACCIÓN GESTIÓN  / 15.10.2014 - 06:00 AM

En la actualidad, los trabajadores están en una lucha constante con


diversos factores que disuelven la línea que separa tu faceta laboral de la
esfera privada.

Para empezar está la disponibilidad de 24 horas que propicia la


tecnología que fomenta la conectividad entre las personas y provoca, en
muchos casos, una intromisión del trabajo en nuestra vida personal.
Según un estudio internacional de Randstad, un 39% de profesionales
afirma que su empresa espera de ellos disponibilidad absoluta, y un 65%
asegura recibir correos electrónicos o llamadas fuera de su horario
laboral.

¿Toleras el control de tu empresa?Estar dispuesto a contestar a


cualquier hora –y a la velocidad del rayo– a los mensajes de texto y a las
llamadas procedentes del trabajo siempre transmitirá la idea de que se
puede contar contigo en cualquier momento. Al final, tú eres responsable
de esa disponibilidad de 24 horas, frente a la que cabe decir "no" y ser
capaz de marcar ciertos límites.

Quizá la organización en la que trabajas es de aquellas que provocan una


indefinición y confusión total entre tu esfera personal y la laboral.
También es posible que quedes marginado profesionalmente si no sigues
las actividades y eventos extraordinarios que se imponen fuera del
horario de trabajo.

El miedo a perder el puesto puede provocarte cierta resignación o


sumisión, y esa sería la gran baza para que tu empresa te obligué a
dedicarle tu tiempo más allá de los límites que se suponen como
normales.

Los agobiados en las organizacionesAlgunas compañías animan e


incluso ayudan a permanecer más de lo debido en el lugar de trabajo.
Suelen ser aquellas organizaciones que valoran más la presencia que la
productividad; entornos laborales en los que está bien visto quedarse
siempre hasta el final, y en los que el presentismo ineficaz se recompensa
y se relaciona con la eficacia de forma muy equivocada.

En este tipo de entornos laborales prosperan los profesionales que


mantienen una pose de agobio aparentemente activo y útil. La cultura de
estas organizaciones lleva a valorar el estar encima de la tarea sin medir
la productividad.
Aquí la pose de ocupado permanente se convierte en una estrategia
defensiva. Estos profesionales se ahogan en una rutina que les permite
permanecer en un nivel de ocupación aparentemente alto que hace que
nadie cuente con ellos.

Pasar tiempo con tu jefe puede ser perjudicialEl tiempo que inviertes
(o gastas) con tu jefe es otro factor determinante en esa línea que separa
las horas que dedicas al trabajo y a la vida personal.

Así, una investigación de la consultora LeadershipIQ concluye que


"pasar el tiempo justo con quien te manda te hace más feliz en el
trabajo". Las horas que pasamos con nuestros jefes influyen además en
nuestros niveles de inspiración, creatividad, compromiso y motivación.

La investigación de LeadershipIQ revela que más de seis horas


semanales con un superior directo perjudican seriamente esos niveles de
motivación y creatividad.

Ese exceso de tiempo con el jefe se transforma en algo contraproducente


e irritante, y puede demostrar una falta de autonomía y seguridad.
También habla de un superior que necesita, sobre todo, controlar.

Socializar demasiado, un arma de doble filoSocializar en el entorno


laboral puede ser un arma de doble filo, tanto para el trabajador como
para el mando. A los beneficios de hacer equipo y fomentar el
compromiso se pueden anteponer algunos riesgos que tienen que ver con
que la relación personal pueda contaminar la estrictamente profesional.

El estudio Los siete principios de psicología positiva que impulsan el


éxito y el desempeño en el trabajo revela que aquellos profesionales que
impulsan la amistad en su compañía y organizan actividades sociales en
el lugar de trabajo tienen un 40% más de posibilidades de promocionar
en los dos años siguientes.
Y una reciente encuesta de Gallup indica que un buen amigo en el puesto
habitual incrementa la satisfacción profesional en un 50%. Además,
aquellos que tienen un "mejor amigo" en el trabajo, son siete veces más
proclives a estar comprometidos y enganchados en su puesto.

Sin embargo, ciertas fórmulas de relación personal con los empleados,


más allá del trabajo, no son ni eficaces ni edificantes. En ocasiones,
quedar con el jefe y los compañeros fuera del horario de oficina para
cualquier actividad lúdica puede resultar muy complicado para quienes
tienen hijos pequeños, o para aquellos que desean distinguir la esfera
profesional de la personal.

Lo ideal es fomentar con moderación las relaciones personales en el


entorno profesional, respetando al que no quiere o no puede, sin obligarle
ni marginarle.

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