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Taller No.2
Hechos:
En primer lugar, la Sala determina que quien ostenta la posición de garante por competencia
organizacional (aplicable al caso en concreto) tiene un deber de cuidado respecto a
determinado bien jurídico, y en todo caso la conducta punible debe admitir la modalidad
culposa. Sin embargo, también se remite al artículo 25 del Código Penal, donde se
determinan los siguientes requisitos para establecer la posición de garante:
Ahora bien, teniendo en cuenta los acontecimientos fácticos y requisitos definidos por la
corte,. es preciso indicar que la razón fundamental para la imputación de cargos es la
omisión por parte de la señora Aydee Lamus, toda vez que existe un nexo de causalidad entre
la omisión, que en este caso trata de desatender los deberes de garante con respecto a los
menores de edad a cargo del instituto y el resultado del descenso de los menores. Todo ello se
dio dentro de un escenario de negligencia y desatención, pues la señora Lamus aumentó el
riesgo al acudir al balneario pese a que la única atracción era un lago de 4,8 metros de
profundidad que no contaba para ese día con salvavidas y además restando importancia al uso
de los chalecos salvavidas.
Bajo este hilo conductor, es posible determinar que la posición de garante se estableció
cuando la señora Lamus asumió el deber de cuidado de los niños, teniendo en cuenta que los
padres de familia de acuerdo la trayectoria profesional de la acusada confiaron el cuidado de
sus hijos a la misma durante la despedida del año escolar, y aún así la acusada omitió
medidas efectivas para para la vigilancia y cuidado de los infantes, lo que facilitó el
incidente y muerte de los niños.
Se adujo en este caso que la posición de garante no depende del cargo que ocupe “sino del
deber y la posición concreta que como garante tuvo en los trágicos acontecimientos”.
Asimismo que “principalmente del rol que desempeñó en la organización, desarrollo y su
participación en la actividad lúdica (…) le era exigible (…) garantizar la seguridad de los
menores que se encontraban a su cargo”
Por otro lado, una vez analizadas las causales de ausencia de responsabilidad consagradas en
el artículo 32 del Código Penal, se puede identificar que las siguientes son en las que hay
inexistencia de la categoría conducta.
Hechos:
Teniendo en cuenta tanto los hechos como la definición dada de caso fortuito, para la Sala es
posible concluir que la apertura de la ventana para posibilitar que la alumna descendiera del
altillo era un acto de carácter previsible para NHN en razón de que tenía conocimiento de que
en el techo se encontraba una persona que corría el riesgo de caer. En ese contexto, la acción
de cerrar la ventana no fue un acto reflejo o sin conocimiento de causa teniendo en cuenta
que el inculpado sabía lo que estaba sucediendo. Por está razón su conducta, por tanto,
configura una acción imprudente en la medida que creó un riesgo desaprobado jurídicamente,
lo cual descarta el caso fortuito postulado por la defensa.
Hechos:
➔ El 19 de agosto de 2010 el señor Pablo Salgado denuncia que desde febrero de ese
mismo año estuvo recibiendo llamadas extorsivas de un sujeto llamado Carlos, quien
decía ser parte de las autodefensas.
➔ En dichas llamadas el sujeto pedía altas sumas de dinero, a cambio de no atentar
contra su vida y la de su familia.
➔ Un sujeto desconocido se presenta a su establecimiento en razón de mediante un
dispositivo celular lograr el contacto del señor Salgado con el supuesto Carlos, quien
más adelante es identificado como Arlinton Bula, quien le menciona que le debía a las
autodefensas una cuota con un valor de $1.800.000, de los cuales pagó $40.000 una
semana después.
➔ Seguía pagando $100.000 mensuales, los cuales eran recaudados por Dilber Barros
quien era vendedor de pescado de la zona y de igual forma estaba siendo extorsionado
por la misma persona, por lo que a Barros Banegas le entregó un alrededor de
$600.000.
➔ el 20 de junio de 2010, el señor Pablo Salgado nuevamente es contactado por alias
Carlos, quien nuevamente lo amenaza de muerte y le indica que para solucionar el
problema debe entregarle la suma de $1.000.000.
➔ El señor Salgado giró la mitad a través de la empresa Copetran $300.000 a nombre de
Mariela Ceballos y $200.000 dos días después.
➔ El 28 de abril de 2011 se legaliza la captura de Mariela Ceballos por concierto para
delinquir y extorsión en conjunto homogéneo sucesivo
➔ El 9 de mayo del mismo año se imputa por los mismos delitos a Arlington Bula y
Ceballos Sarmiento.
➔ Asimismo se imparte legalidad a la captura de Orlando Vergara y Dilber Barrios.
Respecto a la causal, la Corte define la insuperable coacción ajena como un acto de violencia
moral generado por un tercero, que obliga al sujeto a ejecutar algo que no quiere,
fundamentado en el daño o el temor y la voluntad de evitarse el daño amenazado. Es
importante señalar que la característica más importante para identificar la coacción ajena es la
“vis compulsiva” que se define como que la persona se encuentra determinada por esa
coacción de la que no puede librarse y que termina por dominar por completo su voluntad,
pues es resultado de algo diferente a su propia autodeterminación.
1. Que exista peligro inminente, y que sea inevitable por otro medio
2. Que advierta un mal más grave por el sujeto, del causado por la conducta ilícita.
3. Que la conducta ilícita no haya sido consentida previamente.
4. Configuración de actos constrictivos graves ejercidos intencional e ilícitamente por
otra persona.
5. Que la voluntad del compelido sea doblegada por violencia física o psíquica, o de las
amenazas que padece.
6. Insuperabilidad de la coacción, que sin embargo es importante resaltar que es relativa
dependiendo de la gravedad del acto constrictivo.
Teniendo en cuenta estás circunstancias, para el caso en concreto es posible afirmar que el
comportamiento de los implicados se encontró permeado por actos de violencia, que sin
embargo solo fueron de carácter irresistible por parte de Arlington Bula Soto, que bajo
amenazas de muerte y considerando su condición paramilitar, los venía extorsionando e
incluso exigiendoles dinero de recaudación. Por ello, se concluye que la voluntad de los
comerciantes se encontraba sujeta a la intimidación del victimario (Bula Soto) sobre ellos
para colaborar en su conducta extorsiva, toda vez que se entiende que las amenazas frente a la
vida y el patrimonio de los procesados constituye un motivo válido para justificar que
prestaran su colaboración en un acto que no querían.
Hechos:
➔ El 5 de abril de 2004, falleció el ciudadano Jesús Peréz tras recibir siete impactos de
proyectiles de arma de fuego, resultó también herida la señora Olimpia Peréz.
➔ Según el entonces Capitán del ejército Javier Becerra ello obedeció al enfrentamiento
con narcoterroristas.
➔ Por la investigación adelantada por el Juzgado 37 de instrucción penal, se encontró
que los hechos no habían tenido relación con el servicio militar toda vez que no hubo
un enfrentamiento armado previo.
➔ El 4 de marzo de 2004 el señor Becerra es declarado como autor de los delitos de
homicidio agravado en concurso de lesiones personales, falsedad en documento
público y fraude procesal.
Teniendo en cuenta el primer cargo, la Corte define el miedo insuperable como “un profundo
e imponderable estado emocional ante el temor por el advenimiento de un mal, el cual
conduce al agente a obrar”. También se define como aquel que aunque si bien tiene una
afectación psíquica, no excluye la voluntariedad de la acción.
Para el caso en concreto se considera que está causal no es aplicable, pues estaba sustentada
por el defensor en que a raíz del contexto de la presencia de grupos subversivos, se
contribuyó para que el militar creyera que iba a ser atacado y por eso reaccionó, sin embargo
se trataba de una acción desmedida al disparar repetida e indiscriminadamente su pistola y
fusil, asimismo debe tenerse en cuenta que se trata de un alto militar con basta experiencia y
múltiples distinciones, y que en todo caso la victima no tenia ningun arma que diera indicios
de que pertenecía a algún grupo subversivo y aun en caso de que perteneciera a alguno para
el momento de los hechos no se encontraba realizando ninguna acción que ameritara el
ataque del uniformado.