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Este documento describe diferentes aspectos de la entrevista como herramienta de investigación. Explica que la entrevista implica un encuentro cara a cara entre dos o más personas para discutir o analizar algo. Luego, distingue entre entrevistas de investigación tradicional, donde el entrevistador detenta el poder, y entrevistas de investigación crítica o sistematización educativa, donde el entrevistado es el protagonista y el entrevistador es un acompañante que escucha para reconstruir la experiencia del entrevistado. Finalmente, señ
Este documento describe diferentes aspectos de la entrevista como herramienta de investigación. Explica que la entrevista implica un encuentro cara a cara entre dos o más personas para discutir o analizar algo. Luego, distingue entre entrevistas de investigación tradicional, donde el entrevistador detenta el poder, y entrevistas de investigación crítica o sistematización educativa, donde el entrevistado es el protagonista y el entrevistador es un acompañante que escucha para reconstruir la experiencia del entrevistado. Finalmente, señ
Este documento describe diferentes aspectos de la entrevista como herramienta de investigación. Explica que la entrevista implica un encuentro cara a cara entre dos o más personas para discutir o analizar algo. Luego, distingue entre entrevistas de investigación tradicional, donde el entrevistador detenta el poder, y entrevistas de investigación crítica o sistematización educativa, donde el entrevistado es el protagonista y el entrevistador es un acompañante que escucha para reconstruir la experiencia del entrevistado. Finalmente, señ
DE ESCUCHAR-MIRAR-SENTIR EN LA SISTEMATIZACIÓN EDUCATIVA
ACERCA DEL ESCUCHAR-MIRAR-SENTIR
Escuchar es eso: simplemente escuchar, con el cuerpo, con todos
mis sentidos, mirando al otro, escuchar abierto a lo nuevo. Sin embargo, lo que ya sabemos, lo que queremos decir, habitualmente nos impide escuchar; estamos "escuchando" y al mismo tiempo estamos ya pensando una respuesta u objetando en silencio o en forma más violenta interrumpiendo al otro con nuestras opiniones y comentarios. Para escuchar se requiere paciencia, dejar ser al otro, ejercitar una disposición de amorosa aceptación del otro, quienquiera sea ese otro. Escuchar supone darle su espacio al otro, respetarlo. Escuchar y confianza van muy unidos. Alguien que nos escucha nos permite ser, nos da confianza sin decirlo y también el que habla y es escuchado siente y devuelve confianza al que escucha. En el proceso de escucha, el que habla puede desenvolver su historia. Escuchar implica una disposición igualitaria: escucho al otro como un par, como alguien a quien quiero acompañar en una aventura de revelación, de búsqueda de algo, siempre de sí mismo. Sin embargo, la escucha puede ser desde el poder: escucha en silencio el profesor que "toma examen", el juez o el fiscal que escucha a la defensa, el policía que interroga. Pensemos en dónde nos ubicamos nosotros cuando escuchamos: somos a veces el interrogador y otras veces un "terapeuta" o un amigo irrestricto. En un libro de Erich Frornm, El arte de escuchar, el autor analiza el psicoanálisis, aludiendo a la capacidad de escuchar y la curación que tiene lugar en las sesiones psicoanalíticas. Frornm menciona un texto de Freud, "Psicoanálisis terminable e interminable", que hace referencia al psicoanálisis como un proceso a lo largo de la vida,
Graciela Messina Raimondi. Licenciada en Sociología, Universidad de Buenos Aires. Directora del Programa de Formación Docente, INEA, México. messinagra@prodigy.net.mx mraimondi@inea.gob.mx Documento de trabajo del Diplomado de Sistematización del CREFAL; Oaxaca, México, 2004. donde es clave la figura del psicoanalista que escucha y está comprometido con "el amor a la verdad, que excluye toda ilusión y todo engaño" (Freud, citado por Frornm, p. 22). Destaca también que el gran mérito de Freud es haber ampliado el terreno del conocerse a sí mismo; al respecto señala que: "conocerse a sí mismo no sólo es enterarse de lo que hacemos, sino enteramos de lo que nos es inconsciente, de lo que no sabemos" (Frornm, p. 77). ¿Cómo se logra este conocimiento? A partir de alguien que nos escucha de una manera especial, buscando eso que se oculta. Escuchar incluye tanto escuchar a otra persona en una relación cara a cara o diferida, como "escuchar" un libro, al leerlo, o escuchar un objeto al observarlo y sentirlo. Escuchar, sentir y mirar están estrechamente unidos. Mirar no es tan sólo ver... así como escuchar no se reduce a oír. La propuesta de la sistematización es construir una mirada que antes que nada se dirige hacia el propio sujeto que mira. Construir una mirada nueva es de alguna manera revisar nuestros supuestos y estar dispuestos a ser más libres respecto de ellos. En este sentido, Baricco afirma: "Una mirada para la cual mirar ya es una palabra demasiado fuerte mirada maravillosa que es ver sin preguntarse nada, ver y basta; algo así como dos cosas que se tocan los ojos y la imagen, una mirada que no toma sino que recibe, en el silencio más absoluto de la mente, la única mirada que de verdad podría salvarnos virgen de cualquier pregunta, aún no desfigurada por el vicio del saber, única inocencia que podría prevenir las heridas de las cosas cuando desde fuera penetran en el círculo de nuestro sentir-ver-sentir- porque no sería más que un maravilloso estar delante, nosotros y las cosas, y en los ojos recibir el mundo entero recibir sin preguntas, incluso sin asombro recibir, sólo recibir en los ojos el mundo" (Baricco, 2003, p. 41).
LA ENTREVISTA
Veamos que sucede con el mirar-escuchar-sentir en la entrevista.
La entrevista es una conversación, un encuentro entre dos o más personas, para discutir o analizar algo. Sin embargo, la entrevista es un tipo de conversación o encuentro específico que se diferencia de otros por las siguientes condiciones:
1. Es "vista a vista" o "cara a cara". Implica un tipo de relación
en la cual nos avistamos y reconocemos. 2. Los que participan en la entrevista saben a lo que van; no es un encuentro casual sino concertado, donde se conocen los propósitos explícitos y se establece un momento en tiempo y espacio. La entrevista tiene límites tempo-espaciales. 3. La entrevista es definida o convocada por uno y aceptada por el otro. En la entrevista existe una relación de poder, y éste se concentra en quien invita; la fuerza del que acepta la convocatoria radica en ir o no ir o en ir de una cierta manera o para algo.
De este modo, en el sentido común, decimos "voy a tener una
entrevista", "necesito conseguir una entrevista con...", "me hicieron una entrevista" o "no me gusta ser entrevistado". En este marco, empleamos el término "cita" como sinónimo de entrevista. En el mismo sentido, las entrevistas son de distinto tipo o para distintos propósitos: una entrevista de trabajo, una entrevista para conseguir trabajo, una entrevista de negocios (o cita de negocios), una entrevista periodística o televisiva, una entrevista con un asesor legal, una entrevista para conseguir un crédito o una beca, una entrevista para ingresar a una institución educativa como estudiante o a una institución de salud como paciente. La entrevista de investigación es un tipo de entrevista que forma parte del proceso de buscar y comprender algo. De allí que se diferencia de una entrevista de negocios o de una entrevista para buscar trabajo; así, el campo social y de conocimiento en el cual se inscriben es lo que las hace diferentes. Por otra parte, dado que no existe una manera única de hacer ciencia e investigación, la entrevista asume sentidos y configuraciones diferentes, de acuerdo con los enfoques de investigación que se suscriban. En la investigación tradicional, la entrevista sirve para conseguir información o material, o para "obtener datos", en una lógica sujeto investigador-objeto a ser investigado. En consecuencia, está presente la división de tareas entre entrevistador y entrevistado (o entrevistados), entre el que pregunta e incluso acosa y descalifica para conseguir su propósito de alcanzar la información, y el que responde y se siente muchas veces acorralado. En la investigación tradicional, la entrevista adopta distintas modalidades: 1. Desde el punto de vista del medio, puede ser una entrevista personal o presencial, por teléfono o correo. 2. Desde el punto de vista del grado de estructuración interna, puede ser una entrevista estructurada, semiestructurada o no estructurada, aludiendo al grado en que se ha preestablecido la estructura de la entrevista, las preguntas, su secuencia y las respuestas; sin embargo, es necesario recordar que toda entrevista es estructurada, ya que siempre existe una estructura. En la entrevista no estructurada esa forma es más flexible y menos explícita, pero sigue siendo una estructura. 3. Desde el punto de vista del tipo de investigación en la cual se inscribe, puede ser una entrevista estandarizada o no estandarizada. La entrevista estandarizada es parte de un estudio extensivo o encuesta (entendiendo por encuesta un estudio de muchos casos, pocas variables y referido a una muestra) que cuenta con un formato o formulario común a ser "aplicado" a todos los sujetos a ser investigados; en este sentido es un marco común para entrevistados y entrevistadores. La entrevista no estandarizada permite mayor flexibilidad y los entrevistadores, que cuentan con una guía de preguntas, están autorizados para adaptar tanto la secuencia como las preguntas. En el marco de la investigación tradicional, la entrevista puede inscribirse en una encuesta, pueden realizarse entrevistas biográficas o historias de vida, entrevistas en profundidad y entrevistas a informantes calificados. Además, la entrevista puede ser individual o grupal; en esta última modalidad se ha desarrollado una técnica denominada "grupo focal", que implica un alto grado de control por parte del entrevistador, ya que éste no sólo "pone el tema" sino que controla los movimientos al interior del grupo al hacer las preguntas. En la investigación tradicional el elemento común a todos los tipos de entrevista es que el entrevistador detenta el poder, mientras perdura un tipo de relación entre uno que pregunta y controla el saber y la situación, y otro que contesta, se defiende, se justifica o da cuenta de algo. En la investigación tradicional interesa que la entrevista tenga un marco común para los distintos entrevistados, en vistas de garantizar la posibilidad de comparar y generalizar. En la investigación crítica, la entrevista hace posible que todos los participantes del proceso aprendan y redefinan sus visiones. En este sentido, la entrevista asume un papel terapéutico, donde el entrevistado al hablar entiende su propio relato y abre un espacio de transformación para sí y para los demás. En la entrevista etnográfica o en la entrevista que es parte de procesos de sistematización educativa interesa que el entrevistado sea el protagonista y el entrevistador es un acompañante o una persona que escucha y eventualmente refleja y hace posible la reconstrucción de la experiencia al entrevistado. Aun más: los testimonios que se hacen presentes en la entrevista se integran a un relato colectivo y polifónico, donde interesa reunir a voces distintas e incluso antagónicas. La entrevista así entendida es siempre un camino para la autosistematización. En consecuencia, es este tipo de entrevista la que nos interesa analizar. La diferencia radica en el contexto en el cual se ubica la entrevista, o dicho de otra manera: en el enfoque y en la práctica de investigación crítica o de sistematización en la cual se inscribe. ¿Cuáles son las dimensiones a considerar en la entrevista que es parte de procesos de sistematización? En primer lugar, la capacidad de escuchar y callar junto con la capacidad de preguntar; al mismo tiempo, la capacidad de empatía y de generar confianza y la habilidad para transcribir los testimonios respetando la estructura del discurso oral y las categorías que emplean las personas que están contando la historia. El primer obstáculo a superar en una entrevista de tales características es la mutua confianza. La tarea del sistematizador es crear un encuadre que haga posible que las personas se sientan parte del proceso de sistematización y no personas que son entrevistadas y a las cuales, una vez que se ha obtenido la información, se las olvida o se transforman en algo desechable; algo así como "pase el que sigue". Desde la etnografía se destaca que el entrevistador necesita satisfacer la demanda de amor del entrevistado, o sea, su responsabilidad es aceptarlo tal cual es y crear las condiciones para que se acepte a sí mismo y presente su versión de los acontecimientos. Al respecto, Woods señala: "¿A qué tipo de persona estaría uno dispuesto a confiar sus más íntimos secretos? Para mí tendría que tratarse de una persona comprensiva, a la que yo sintiera interesada en mí por mí mismo (y no por el proyecto) y que quisiera escuchar y apreciar mis opiniones sin juzgarlas [...] Decididamente, no querría tener la sensación de ser investigado por un agente superior, que en última instancia reuniera todos los elementos en una gran máquina para uso de los demás". En este marco, el tema de la confidencialidad es un punto clave a cautelar. Es necesario aclarar que se respetará la privacidad de los participantes. El otro punto es ¿cómo hacer preguntas ni tan cerradas ni tan abiertas? En ese límite necesitamos que sean tan abiertas que permitan al sujeto recrear su historia, sin favorecer procesos de inducción de las respuestas ni acallar su voz y tan específicas que permitan revelar eso que es significativo. Una pregunta "mal hecha" es una pregunta que en nombre de lo general acalla lo particular y su singularidad. En el momento de preguntar, es importante recordar que "una respuesta es siempre una respuesta a una pregunta"; o dicho de otra manera: que la pregunta condiciona incluso determina la respuesta. Al estar conscientes de esta fuerza que tiene la pregunta podremos pensar en preguntas abiertas que condicionen en menor grado las respuestas y al mismo tiempo podremos identificar el grado en que la pregunta ha condicionado la respuesta. Preguntar es también elegir las palabras adecuadas para preguntar, aquellas que son parte del mundo del entrevistado. Escuchar es la otra cualidad necesaria para hacer una entrevista. Un escuchar activo, una atención por parte del entrevistador que acompaña al entrevistado y al mismo tiempo respeta su tiempo, sus categorías, sus palabras, la secuencia. Es importante recordar que las maneras de pensar, hacer y decir de los entrevistados se hacen presentes en la entrevista; consecuentemente, es falsa la apreciación de la investigación tradicional de que el entrevistador controla el tipo y calidad de la información durante la entrevista. No sólo no controla sino que su disposición requiere soltar el control y escuchar esa diversidad de lenguajes. Otro punto a considerar es que el lugar de la entrevista condiciona los resultados; de allí que los resultados pueden ser diferentes si entrevistamos en la propia casa del entrevistado, en su lugar de trabajo, en un lugar "neutral", en una escuela o en un centro comunitario. En cada caso necesitamos prever el impacto del lugar, como espacio cargado de significados, tanto sobre el entrevistador como sobre el entrevistado. La transcripción de la entrevista es otro aspecto central a considerar. Podemos grabar, previo acuerdo con el entrevistado o bien podemos tomar notas durante la entrevista y luego completarlas o emplear varios medios a la vez. Es importante considerar que la transcripción implica sucesivos procesos, desde notas ayuda memoria, bastante simples, hasta interpretaciones de las primeras descripciones e interpretaciones de las interpretaciones. Un punto central es estar conscientes de que al escribir traducimos a nuestras propias palabras. Recuerden esa referencia de "traductor, traidor"; si cambiamos las palabras del otro, cambiamos el significado, así que intentemos escribir con sus palabras. La forma en que se organiza la entrevista da cuenta de un diálogo y de la cercanía o distancia respecto de él. Una entrevista muestra la relación con el otro que orienta la práctica del entrevistador y del entrevistado. En la entrevista que nos interesa, la entrevista es diálogo con un otro que se reconoce y acepta como tal en su diferencia. Un ejemplo claro y familiar de un tipo de entrevista dialógica es la que Antonio Faúndez hace a Paulo Freire. Como recordarán, Antonio contribuye a la construcción de saber que hace Paulo, juntos transitan la Pedagogía de la pregunta. Nuestra propuesta es intentar entrevistas de esta línea, donde siempre los otros están presentes, no sólo el entrevistador y el entrevistado, sino el mundo de ellos y para otros. En el caso de Antonio y Paulo, en su entrevista están presentes toda la educación popular y los hombres y mujeres a los cuales Paulo había dedicado su vida. Finalmente, en este enfoque de la entrevista, como camino de sistematización, no esperamos resultados sino que valoramos el proceso de construcción de conocimiento. Desde la entrevista podemos mirar todo el proceso de la sistematización así como la noción de sujeto, de poder y de saber presentes en el grupo sistematizador. Esta breve reflexión acerca de la entrevista nos confirma que ésta no es una ingenua, aséptica u objetiva herramienta que podemos tomar, aplicar y dejar, sino un dispositivo que transforma la realidad y a su vez es transformado por el contexto en el cual se inscribe. Los invitamos a revisar bibliografía al respecto. Asimismo, proponemos que observen entrevistas en televisión, entrevistas de selección de personal o cualquier tipo de entrevista que no sea "de sistematización" y que recuerden entrevistas que ustedes mismos han realizado en el campo de la educación o entrevistas donde han cumplido el papel de entrevistados, y que desde estas experiencias propias o testimonios de otros piensen acerca de una entrevista peculiar, la que se inscribe en un contexto de sistematización. Los invitamos también a elaborar un pequeño texto acerca de sus impresiones.
Bibliografía recomendada:
BARICCO, A., Océano mar. Barcelona, Anagrama, 2003.
FROMM, E., El arte de escuchar, México, Paidós, 1991. GOETZ, J. P. y M. D. LeCompte, Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa, Madrid, Morata, 1988. WOODS, P. La escuela por dentro, Barcelona, Paidós, 1987.