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1. Los argumentos “a fortiori”, el “a maori” y el “a minori” (Tema 1, épig 3.2, 3.2.1 y -2)
A cada uno de ellos se les asigna un determinado campo del Derecho: por ejemplo, mientras los
argumentos “a maiori” se aplican cuando nos encontramos frente a calificaciones ventajosas (Tarello),
leyes permisivas (Castán, Kalinowski) o prescripciones positivas (Perelman), los argumentos “a
minori” operan ante leyes prohibitivas, calificaciones desventajosas o prescripciones negativas.
“A MAIORI”: Esta diferencia no viene establecida por su estructura lógica -en puridad, desde el punto
de vista lógico no existe diferencia alguna entre los dos argumentos “a fortiori”-, sino que la
discordancia entre uno y otro se encuentra en la regla extralógica o jurídica, concretamente aquella que
establece: “restringenda in odiosa, amplianda in favorabilia”. Kalinowski dice que “según el silogismo
'a maiori ad maius', partiendo del reconocimiento expreso de una capacidad para realizar una acción
que se juzga como más importante se concluye la capacidad implícita para realizar algo que se
considera menos importante”. Por ejemplo, si se establece que se puede adquirir por usucapión la
propiedad sobre un bien inmueble, se deduce que se pueden adquirir otros derechos reales menos
importantes como el usufructo o una servidumbre (ejemplo de Kalinowski), lo que se reduce en el
aforismo “quien puede lo más, puede lo menos”.
El esquema lógico para deducir que nos encontramos ante este caso, sería:
“ A MINORI”: El argumento a minori ad maius se desarrolla de manera más o menos igual, con la
diferencia que la regla extralógica en que se apoya es distinta: quien no puede lo menos, tampoco puede
lo más. Consiste en suponer, si las correspondiente reglas extralógicas lo permiten, que en la norma
interpretada se sobreentiende la expresión, así como otras más importantes que ésta. Por ejemplo, la
prohibición de animales domésticos implica la prohibición de animales salvajes.
El esquema lógico para deducir que nos encontramos ante este caso, sería:
“Si todo X no puede hacer A y todo B es hacer A = Todo X tiene prohibido hacer B”
Dado que son más las semejanzas que las discrepancias entre ambos argumentos, queda más que
justificado que se incluyan dentro de los argumentos “a fortiori”.
Los puntos de semejanza, según Falcón, entre los argumentos “ad analogiam” y “a fortiori”, son:
• Que ambos operan en el mismo supuesto. La analogía interviene en ausencia de ley y los argumentos
“a fortiori” se utilizan en defecto de norma aplicable.
• Por último, en cuanto a los resultados, en ambos casos se llega a la misma conclusión: aplicar la
igualdad de tratamiento entre un caso no regulado y otro que sí que lo está.
Aunque estas semejanzas son muy discutibles, pues se basan en la concepción clásica que nosotros no
compartimos.
Es interesante comentar que el término “antinomia” se utiliza tanto en lógica como en filosofía
general como en lenguaje jurídico. Su significado en cada uno de éstos, sin embargo, es distinto. Se
trata por tanto de un término impreciso, inexacto, que no tiene un significado total.
2. Sobre esta idea Victoria Iturralde nos habla de 3 tipos de antinomias: lógicas, empíricas y
valorativas.
§ ANTINOMIAS VALORATIVAS: En este caso nos encontramos con que los efectos
que se producen resultan ética o moralmente inaceptables, que no parece que deban ser
asumidos por el aplicador jurídico. Se trata, por lo tanto, de que los efectos que se siguen
al aplicar las normas no persiguen un resultado moral, ético o de justificación idónea.
(Ej. Cuando hay dos normas y una de ellas trata de favorecer la realización del principio
de libertad, y la otra de consolidar la realización del principio de seguridad). Estas
normas no pueden aplicarse simultáneamente porque la seguridad conlleva un cierto
grado de sacrificio de la libertad y viceversa. (Ej. Debate en Francia, la búsqueda de una
mayor seguridad conlleva que se adopten medidas legislativas que restringen la libertad;
por otra parte la libertad conlleva una reducción de la seguridad).
3. Otra clasificación que propone la doctrina es la distinción entre antinomias propias e impropias.
§ ANTINOMIAS PROPIAS: Son aquellas que se refieren a la existencia de una real
incompatibilidad entre el contenido normativo de dos disposiciones o normas jurídicas.
Ej. incompatibilidad lógica.
El supuesto de antinomias reales es aquel que se presenta entre dos normas que sí que
son plenamente válidas.
La diferencia entre ambas es que unas son resolubles (relativas) en tanto que las otras
son irresolubles, puesto que no se pueden resolver con los mecanismos del sistema. Algunos
autores piensan que esas son las verdaderas antinomias. Sin embargo, hay muchos autores y el
profesor Torres cree que es la opinión más correcta, que piensan que en aquellos supuestos en
que nos encontramos con una antinomia y que no puede ser resuelta mediante los
procedimientos de resolución de las mismas en realidad no nos encontramos en presencia de
una antinomia sino de una laguna jurídica.