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Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UNT.

María Paula Robledo Soler


[ CONSIDERACIONES
ACERCA DE LA LÓGICA, EL
LENGUAJE Y EL DERECHO.]
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Carrera: Abogacía
Espacio curricular: Filosofía del Derecho
Docente a cargo: Nicolás Salvi
Índice

I) Introducción………………………………………………………………………………………….. p. 1

II)Marco teórico…………………………………………………………………………………..……..p.2

III)Desarrollo……………………………………………………………………..……………………….p.3

a) Incoherencia jurídica………………………………………………………………………..p.5

b) Concepto de antinomia…………………………………….……………………….…….p.6

c) Ámbito de validez normativo……………………………………………..……….…..p.6

d) Incompatibilidades lógicas……………………………………………………..….…..p.7

IV) Conclusión………………………………………………………………………………………………p.7

VI) Bibliografía…………………………………………………………………………………………….p.8

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Eje temático n. 2: Derecho y lenguaje.

Consideraciones acerca de la lógica, el lenguaje y el derecho.

Introducción

Este trabajo pretende abordar el problema de la relación entre el derecho y el lenguaje. Si


entendemos por “derecho” un sistema que se compone de las “normas jurídicas”, entonces es
lícito preguntarnos en qué consiste el lenguaje que contiene a aquellas normas. Si bien no es
un lenguaje totalmente formalizado como puede ser el del vocabulario de la lógica
proposicional, es un lenguaje análogo al formalizado, y cumple con algunas propiedades
lógicas.

Por ejemplo, una de las propiedades lógicas que tienen que cumplir las normas jurídicas,
siguiendo a Anderson y Moore es la de la “consistencia”, (Kalinowski, 1973, p. 61):

1. Si un conjunto de normas, en las mismas circunstancias y simultáneamente, obliga a


un agente a cumplir un acto y se lo prohíbe es inconsistente.
2. Si un conjunto de normas hace obligatorio el cumplimiento del acto B en el caso de
que el acto A fuera cumplido, y permite el cumplimiento del acto A, pero prohíbe el
del acto B, es inconsistente.
3. Si un conjunto de normas obliga a cumplir B o C en el caso de que A fuera cumplido, y
permite A, pero prohíbe a la vez B y C es inconsistente.

Otra propiedad lógica que podemos distinguir en el sistema del derecho es el de la


“decidibilidad”. Así, es lícito preguntarnos, “¿existe una técnica que permita comprobar para
cada expresión formulada en el lenguaje del derecho, si pertenece o no al sistema del derecho,
o sea si posee o no la fuerza obligatoria de una norma jurídica en vigencia?”

Finalmente encontramos la propiedad de la “completitud”. Para Jerzy Wroblewski “un sistema


de derecho es completo si sus normas permiten resolver cualquier problema jurídico
consistente en determinar las consecuencias jurídicas de un hecho cualquiera” (Kalinowski,
1973, p. 62).

La dificultad con la que se encuentran los juristas, los abogados jueces en el ejercicio de su
profesión es que no se encuentran con un lenguaje perfecto que les proporcione los
enunciados y términos disponibles para cada caso que se presente. Por el contrario, muchas
veces caen en lagunas, ambigüedades, imprecisiones o vaguedades y tienen que lidiar con ellas
para evitar caer en contradicción.

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Así, los jueces muchas veces pueden encontrarse con casos de “indeterminaciones lingüísticas”
en donde a través del derecho se le presentan más de una solución posible para un
determinado caso. Esto sucede porque el derecho no es un sistema autosuficiente de
soluciones, como diría Nino, “lo que hace que los jueces no tengan más remedio muchas veces
que justificar sus decisiones recurriendo a principios o criterios no jurídicos”.

Marco teórico

En los razonamientos jurídicos nos encontramos con normas que generalmente tienen una
estructura lógica del “condicional”, por ejemplo “si una acción es obligatoria entonces está
permitido realizarla “o “si una acción está prohibida entonces está permitida su omisión. A la
vez, una acción no puede ser al mismo tiempo obligatoria y prohibida. Estas relaciones lógicas
entre enunciados normativos son estudiadas por la llamada “lógica deóntica”, que puede
definirse en un sentido amplio como “lógica del discurso normativo”. Las investigaciones de
lógica deóntica fueron iniciadas por Georg Henryk Von Wright en su libro An essay in Modal
logik (1951).

Von Wright señala que la lógica deóntica opera con cierta semejanza con la lógica modal
aletica. Ambas son lógicas extendidas, ya que se consideran una ampliación de la lógica clásica
de Russell y Whitead en 1916 en su obra “Principia Mathematica”. La lógica modal no es
asertorica ni extensional. Lo primero porque sus enunciados aceptan matices en sus valores de
verdad, así podemos encontrarnos con enunciados “necesariamente verdaderos”,
“posiblemente verdaderos” e “imposiblemente verdaderos”. Estos enunciados tienen entre si
relaciones de” inferencia lógica”, de tal manera que, por ejemplo, si decimos que “un hecho es
necesario entonces ese hecho es posible “.Lo segundo porque el valor de verdad de un
enunciado modal compuesto no depende del valor de verdad de sus partes componentes.

Así, para Von Wright la lógica deóntica guarda cierta similitud con la lógica modal, de tal
manera que los operadores modales son semejantes a los operadores deónticos. Por ejemplo,
el operador modal de “posibilidad” es análogo al operador deóntico de “permitido “, el
operador modal de “imposibilidad “es análogo al operador deóntico de “prohibido”, y el
operador “necesidad” es análogo al operador deóntico de “obligatorio”. Los operadores
deónticos, al igual que los modales, guardan entre si relaciones de inferencia lógica de tal
manera que si decimos que “una acción es obligatoria”, entonces es verdad que “esa acción
está permitida”; y si decimos que “una acción está prohibida”, entonces es verdad que “está
permitido su omisión “. A la vez, no podemos decir que una acción pueda al mismo tiempo ser
obligatoria y prohibida.

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Los teoremas /inferencias validas de la lógica deóntica contienen todas las ocurrencias del
vocabulario de la lógica clásica, pero añaden teoremas /inferencias validas adicionales
.Algunos de los teoremas que añade la lógica deóntica son:

Principio de la distribución de la permisión: la disyunción de dos actos está permitida si y solo


si por los menos uno de los actos en disyunción es permitido.

Teorema de la distribución de la obligación: La conjunción de dos actos es obligatoria si y solo


si cada uno de ellos es obligatorio.

Teorema de la obligación alternativa: Si es obligatoria la realización de un acto o es obligatoria


la realización de otro, entonces es obligatorio realizar el uno o el otro.

Teorema de la permisión conjunta: Si la conjunción de dos actos está permitida, cada uno de
ellos también estará permitido.

Teorema de la permisión mínima: Es lógicamente inadmisible estar obligado a elegir entre dos
alternativas prohibidas.

Desarrollo

La lógica deóntica estudia relaciones deductivas entre distintos tipos de normas (obligaciones,
prohibiciones y permisiones). Por ejemplo, “Está prohibido matar” es lógicamente equivalente
a “No está permitido matar”, y por lo tanto la una puede deducirse de la otra. El problema
sucede cuando intentamos derivar enunciados normativos a partir de enunciados fácticos. Es
lo que a partir de un conocido pasaje de Hume en su Tratado de la naturaleza humana, los
autores han denominado “Guillotina de Hume”, “Navaja de Hume” o “Principio de Hume”:

“En todo sistema moral del que haya tenido noticia, hasta ahora, he

podido siempre observar que el autor sigue durante un cierto tiempo

el modo de hablar ordinario, estableciendo la existencia de Dios o

realizando observaciones sobre los quehaceres humanos, y, de

pronto, me encuentro con la sorpresa de que, en vez de las cópulas

habituales de las proposiciones: es y no es, no veo ninguna

proposición que no esté conectada con un debe o no debe. Este

cambio es imperceptible, pero resulta, sin embargo, de la mayor

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importancia. En efecto, en cuanto que este debe o no debe expresa

alguna nueva relación o afirmación, es necesario que ésta sea

observada y explicada y que al mismo tiempo se dé razón de algo que

parece absolutamente inconcebible, a saber: cómo es posible que

esta nueva relación se deduzca de otras totalmente diferentes. Pero

como los autores no usan por lo común de esta precaución, me

atreveré a recomendarla a los lectores: estoy seguro de que una

pequeña reflexión sobre esto subvertiría todos los sistemas

corrientes de moralidad...”1(Hume, 1984, p.689).

El problema radica, no en el tipo de lógica aplicada sino en el querer inferir

proposiciones normativas de proposiciones factuales.

Existe un abismo lógico insalvable entre el orden factual y el orden normativo, la

falacia aquí ocurre no en el paso del ser al deber ser desde un punto de vista

inmanente sino que el error se encuentra en el procedimiento y no en el punto

de partida.

Según Kelsen el “derecho” es una ordenación normativa del comportamiento humano, es un


sistema de normas que regulan el comportamiento. Por lo tanto considera a una norma como
el sentido de un acto con el cual se ordena o permite y en especial se autoriza un
comportamiento.

«Existe un conflicto de normas cuando una norma establece como debida una conducta,
mientras la otra establece como debida la omisión de esa conducta [...] La situación creada en
un conflicto de normas consiste en que si se sigue una de las dos normas en conflicto, se viola
la otra...» (Rodilla, 2009, p.6 )

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Incoherencia jurídica

Hay ocasiones en las que los enunciados normativos pueden desembocar en incoherencias
jurídicas cuando existe algún tipo de incompatibilidad entre las normas jurídicas. Siguiendo a K.
Engisch, pueden distinguirse al menos cinco clases de incoherencias jurídicas, (Rodilla, 2009, p.
5).

a) se producen incoherencias técnico-legales por falta de unidad


terminológica, esto es, cuando existen inconsistencias en el uso de términos
presentes en varias normas;

b) existen incoherencias teleológicas cuando hay normas que persiguen


fines en conflicto;

c) existen incoherencias de principio cuando los principios que inspiran las


normas del sistema están en conflicto;

d) existen in-coherencias valorativas cuando, a la luz de las consecuencias


jurídicas que el sistema atribuye a determinados hechos o acciones, se
revelan inconsistencias en la valoración que el legislador hace de ellos;

e) finalmente existen incoherencias normativas cuando varias normas del


sistema regulan de forma lógicamente incompatible la conducta de las
personas, de modo que la misma conducta «aparece al mismo tiempo como
mandada y no mandada, prohibida y no prohibida o incluso mandada y
prohibida».

En su opúsculo El contrato y el tratado (1945) Kelsen distingue entre “conflictos lógicos” y


“conflictos teleológicos”. En el primer caso, una norma estatuye el contenido a y otra norma
del mismo sistema estatuye el contenido no a. En el segundo caso, el contenido de dos normas
no es lógicamente incompatible, porque es posible formularlo en dos frases que no implican
una contradicción lógica pero la ejecución de una de las dos normas significa un perjuicio para
el fin presunto de la otra»

Por ejemplo, que una norma de un sistema jurídico castigue la interrupción voluntaria del
embarazo mientras la de otro obliga a los médicos del sistema público de salud a practicar
abortos en determinadas circunstancias es un caso de normas cuyo contenido es incompatible,
pero no representa ningún problema de coherencia para ninguno de los dos sistemas.

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El concepto de antinomia

Dos normas constituyen una antinomia, cuando:

1) perteneciendo al mismo sistema normativo

2) refiriéndose al mismo supuesto de hecho

3) imputan consecuencias jurídicas (lógicamente) incompatibles

Cabe aclarar que no se considera como conflicto de normas, a los conflictos que puedan existir
entre las obligaciones jurídicas y deberes morales. Cuando una norma jurídica entra en colisión
con las convicciones morales de una persona lo que se da es un conflicto de deberes y no de
normas. En estos casos estamos ante un conflicto psicológico y no un conflicto lógico.

Se produce una antinomia cuando dos normas se dirigen a los mismos sujetos en las mismas
circunstancias espacio-temporales, contemplando la misma conducta, y sin embargo
regulándola de forma diferente.

Ámbitos de validez normativo

Podemos decir que las normas tienen cuatro ámbitos de validez:

i) Ámbito de validez personal


ii) Ámbito de validez temporal
iii) Ámbito de validez territorial o espacial
iv) Ámbito de validez material.

Siguiendo la propuesta de Ross podemos clasificar las antinomias en tres grandes casos:

i) Total-total: Dícese de una coincidencia completa entre el supuesto de hecho de


una norma y el supuesto de hecho de otra.
ii) Total-parcial: Sucede cuando no todos los casos de aplicación del supuesto de
hecho de una norma supone un conflicto con los supuestos de hecho de otra.
iii) Parcial-parcial: Se produce cuando el supuesto de cada una de las normas en parte
coinciden y en parte discrepa con el de otra norma.

«La situación creada en un conflicto de normas consiste en que si se sigue una de


las dos normas en conflicto, se viola la otra...»

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Incompatibilidades lógicas
Existe incompatibilidad lógica entre dos normas cuando la conducta está
Cualificada deónticamente de forma contraria o contradictoria:
a) Cuando una norma manda hacer algo y otra prohíbe hacerlo
b) Cuando una norma manda hacer algo y otra permite no hacerlo
c) Cuando una norma prohíbe hacer algo y otra permite hacerlo
En el caso A es un supuesto de contrariedad mientras que en los casos B y C
son supuestos de contradicción.

En el derecho natural hayamos un sistema normativo estático, mientras que el derecho


positivo es dinámico. Cuando hablamos de derecho hacemos referencia a un sistema
normativo inherentemente coherente: Para Kelsen la ausencia de antinomias no es una
propiedad meramente deseable sino necesaria .En definitiva, el derecho como sistema
normativo es una unidad dinámica a la vez que lógica.

Conclusión

En síntesis lo que se pretende con esta monografía es posicionar la lógica en toda su extensión,
aunque haciendo hincapié en la lógica deóntica por su cercanía al derecho y las normas.

Claramente, mi postura es positivista dado que concibo al derecho como una ciencia y a la
lógica como la ciencia ideal que se ha de usar de herramienta para el análisis del lenguaje
jurídico. Lenguaje que no posee una formalización en su totalidad por lo que puede conllevar a
errores conceptuales o de interpretación normativa.

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Bibliografía

NINO, C. (2003), Introducción al análisis del derecho, Editorial Astrea, Bs. As.

KALINOWSKI G., Introducción a la lógica jurídica (1973), Editorial Eudeba, Bs. As.

MORRIS, C. (1994) Fundamentos de la teoría de los signos, Editorial Paidós, Bs. As.

ECHAVE. URQUIJO y GUIBOURG (1986). Lógica, proposición y norma. Editorial Astrea, Bs. As.

COPI, I. (1999). Introducción a la lógica, Editorial Eudeba, Bs. As.

ROSS, A. (1971). Lógica de las normas, Editorial Tecnos, Madrid.

ZAVADIVKER, N. (2004). Una ética sin fundamentos, Universidad Nacional de Tucumán.

RODILLA, M. (2009). Doxa, Cuadernos de Filosofía, Universidad de Salamanca, p. 255- 314).

HUME, D. (1984), Tratado de la naturaleza humana. Tomo III: De la moral, Orbis, Buenos Aires.

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