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En este capítulo, el autor pretende promover, en el contexto histórico la comprensión del derecho, la

coerción y la moral, distinguidos como fenómenos sociales relacionados desde la perspectiva del
sistema Common Law, el derecho como unión de reglas primarias y secundarias. De esta manera
ambos tipos de reglas se combinarán para formar un sistema coherente de derecho. Su desarrollo
transcurre en el marco de la teoría jurídica analítica, debido a que se ocupa principalmente, de
aclarar la estructura general del pensamiento jurídico, para superar el limitante modelo conceptual
de "órdenes respaldadas por amenazas".
Primeramente, este expresa que las normas que más se parecen al modelo simple de derecho son las
normas penales. Las normas que confieren potestades no comparten las características de las
normas penales, ni de las órdenes respaldadas por amenazas. El concepto de soberano,
habitualmente obedecido y necesariamente libre de toda limitación jurídica, no da razón de la con-
tinuidad de autoridad legislativa ni explica las características de un moderno sistema jurídico.
Estas nociones desfiguran el entendimiento del derecho, puesto que han sido construidas a partir de
la noción de órdenes, obediencia, hábitos y amenazas, sin incluir la idea de regla, la cual nos
permite aclarar una de las formas más elementales de derecho. En este sentido, Hart introduce la
distinción entre dos tipos de reglas. Por un lado, están las reglas del primer tipo se refieren a
acciones que implican movimiento o cambios físicos, mientras que las del segundo tipo prevén
actos que conducen a la creación o modificación de deberes u obligaciones con estas se atribuye una
unión de elementos al lugar central en la teoría del derecho, debido a su poder explicativo para
aclarar los conceptos que constituyen la estructura del pensamiento jurídico.
Recordemos la ejemplificación representada por la situación del ladrón y su víctima. A pide a B que
le entregue el dinero y lo amenaza con disparar si no cumple con la orden. Esta situación nos da el
concepto de obligación y deber. No es lo mismo verse obligado que tener una obligación. Lo
primero es una afirmación sobre creencias y motivos de índole psicológica y el otro enunciado es
tener una obligación versada en muerte. En el caso del asaltante no hay obligación porque la
víctima se ve obligada a la realización de la conducta. El enunciado de que alguien está sometido a
una obligación implica sin duda la existencia de una regla.
El carácter estático del derecho conspira contra el crecimiento de la sociedad o adecuación a
circunstancias fácticas cambiantes. Otro defecto de la forma simple de vida grupal está constituido
por la falta de eficacia de la presión social ejercida para hacer cumplir las reglas primarias de
obligación, lo que implicaría el uso de la fuerza por mano propia, la vendetta, u otro tipo de castigo.
El remedio para cada uno de estos defectos principales de forma simple consiste en completar las
reglas primarias de obligación con reglas secundarias de tipo diferente. Dicho lo anterior, ahora es
posible ver la relación que existe por un lado entre las reglas secundarias en sí, y por el otro, entre
las reglas primarias y reglas secundarias. La regla de reconocimiento necesariamente da una
referencia a la legislación como característica identificatoria de las reglas, es decir, del
procedimiento legislativo, las reglas de cambio, es decir de reglas que facultan a los individuos o
cuerpo de personas a introducir nuevas reglas primarias para la conducción de la vida de grupo, y a
dejar sin efecto reglas anteriores. El tercer complemento del régimen se llama regla de adjudicación.
Además de identificar a los individuos que pueden juzgar tales reglas definen el procedimiento a
seguir. Así pues, la regla que confiere jurisdicción es una regla de reconocimiento que identifica a
las reglas primarias a través de las decisiones de los tribunales, y estas decisiones se convierten en
una “fuente” de derecho.
Concluye Hart que: “si recapitulamos y consideramos la estructura que ha resultado de la
combinación de reglas primarias de obligación con las reglas secundarias de reconocimiento,
cambio y adjudicación, es obvio que tenemos aquí, no solo la médula de un sistema jurídico sino
una herramienta muy poderosa para el análisis de mucho de lo que ha desconcertado tanto al jurista
como al teórico de la política”

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