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12/3/2022 INVESTIGACIÓN

TEMAS CLASE
TEORIAS DEL DERECHO Y
NEOCONSTITUCIONALISMO-
MAESTRA BEATRIZ SILVA
DELGADILLO

CARLOS PÉREZ TORRES


MAESTRIA EN DERECHO-UNIVERSIDAD LUCERNA
INTRODUCCIÓN
Esta investigación define los conceptos más frecuentes en el derecho, el deber jurídico, narra
diferentes nociones, desde el pensamiento de varios filósofos, hasta un concepto general. Su
origen histórico es fundamental para poder definir al deber jurídico, así que este ensayo abarca
distintos aspectos, para lograr dar una definición completa. Este texto también busca, aclarar las
diferencias entre un deber y uno jurídico, ya que el concepto legal es lo que más le concierne al
derecho.
Con este texto se pretende ahondar en este concepto, hasta hallar una idea completa,
comenzando desde sus orígenes en la historia, hasta el pensamiento que algunos filósofos
conciben de este término; analizando diferentes conceptos asociados al deber jurídico, para
tener una mayor comprensión de este, con fuentes confiables que aseguren una
contextualización adecuada del tema.
EL DEBER JURIDICO
Varias personas desconocen, el significado especifico y completo de lo que son los deberes
jurídicos, todos entienden que es tener que cumplir con un deber general y que al no hacerlo
probablemente enfrenten una consecuencia, pero está en ellos decidir si lo cumplen o no, la
voluntad juega un papel importante. Los deberes jurídicos van más allá de una noción ética
y moral, y el no cumplirlos estrictamente traerá consigo una consecuencia, pero esta vez será
jurídica, y es aquí cuando cumplir este deber, se vuelve una necesidad. El deber jurídico no
es un fin en sí mismo sino solamente un medio para proteger o realizar, tantas situaciones
jurídicas subjetivas de ventaja, como situaciones no jurídicas consideradas «deseables» por
el ordenamiento.
Para Thomasius lo que determina la obligación, “El deber, es el miedo de algún mal o la
esperanza de alguna ventaja: mal y ventaja que se producirá natural y necesariamente, por la
misma fuerza de las cosas, en el deber moral, mientras que en cambio en el jurídico dependerá
el que se realice el peligro o el lucro, en si inciertos, del arbitrio humano, pudiéndose, por tanto,
tal vez evitar, por astucia o por algún otro medio.”. Mientras que Blinden en su obra
Rechtsnorm une Rechtspflicht expresaba: “No hay un concepto jurídico en deber” “El
derecho no obliga jurídicamente a nada”. Esto nos da a entender que como tal no existe un
concepto u opinión exacta acerca del deber jurídico.
Su intención es guiar de manera moral la conducta humana de las personas, dirigiéndose
hacia el propósito de prohibir, obligar o permitir algo, buscando la Separación estricta entre
el deber jurídico, moral y racional de actuar y así mismo la aplicación y obediencia por parte
de autoridades y ciudadanos, puesto que las disposiciones jurídicas se centran más en
construir razones para la acción o caso que requieren.
Se puede identificar que el deber jurídico se apoya dentro de un concepto de aplicabilidad,
es decir que no dependen de las normas de un sistema de referencia, sino de las cuales si
deben de aplicarse sin impedimento alguno. Hay casos en los que una norma es parte de un
sistema, pero no debe aplicarse, se podría decir que estas cambian bajo el criterio en que se
usen. Por ejemplo, cuando una norma es aplicable se referencia a dos opciones distintas:
1. De forma que un caso, o conjunto de ellos, caiga bajo el ordenamiento de una norma.
2. De forma que una norma debe aplicarse para un caso específico, o conjunto de ellos.
ORIGEN HISTORICO
Es de aclarar que desde los primeros tiempos el derecho y otros ámbitos jurídicos se
consideraban dimensiones de ámbitos éticos y religiosos, esto mismo sucede con el deber
jurídico, siempre estuvo relacionado con la religión. Este se empezó a producir en Roma a
partir del siglo XVIII y se consolido en el siglo XIX, iniciando con el estoicismo al humanísimo
jurídico, el cual se influyó atreves de conceptos morales y luego del iusnaturalismo racionalista
que influyó en la actitud del hombre frente a las normas.
Con el humanismo jurídico influencio de Cicerón, se incorporó el tema de deber dentro del
derecho, el cumplimiento de lo justo empezó a relacionarse con el deber de los individuos.
Con Kant llego, la ética de los derechos y su opinión acerca de los deberes jurídicos. A qui
fue cuando la legislación convirtió una acción en obligatoria, para que al obrar esta obligación
se convirtiera en ética y cuando es así, el deber permite obrar de manera moral sin tener
obligaciones. Esto se representó como una obligación jurídica.
OPINIÓN DE KELSEN SOBRE EL DEBER JURÍDICO
Un deber jurídico existe en tanto haya una norma jurídica, afirma Kelsen: “normar y obligar
son una y la misma cosa” (1987:286), Se piensa que el deber jurídico se asocia al deber moral,
por lo tanto, es absurdo el pensar que ahí comportamientos que se castigan al no ser morales
para quienes imponen estos mismos, pero no lo hacen en acciones y comportamientos que
llegan a ser indiferentes y todo lo contrario a lo moral.
Según Kelsen “El deber jurídico se caracteriza por la capacidad de subjetivar la norma, como
su aplicabilidad a un sujeto concreto” en la TPD de 1934, aclaro que lo anteriormente dicho
hace alusión a: La conducta contraria a aquella que es condición para que se lleve a cabo un
acto coactivo, que se establece como consecuencia normativa.
La obligación tiene autonomía propia y es un concepto que está dentro de lo que concierne a
un deber jurídico, Los deberes jurídicos como ya se había mencionado, son una especie de
coerción general, destinados a una cantidad de sujetos. La obligación es un deber jurídico
especifico, por dos aspectos:
1. Este deber jurídico está destinado a un sujeto en particular (deudor). La conducta se
le impone a una persona en particular, excluyendo al resto de la sociedad, en caso de
que este incumpla, será sancionado, con la ejecución forzosa.
2. Se define a la obligación, como la relación entre dos personas, (deudor y acreedor).
Además de los diferentes contenidos de cada una, en la obligación el contenido de
esa conducta, la prestación que tiene que satisfacer el deudor, a favor de su acreedor,
siempre se traduce en términos económicos, su contenido es patrimonial.
Toda obligación se considera como un deber jurídico, pero no todo deber jurídico es una
obligación. El deber jurídico, cuenta con caracteres tales como, que es indeterminado, es un
deber dirigido a todos los sujetos, y sin contenido patrimonial. En cambio, la obligación es
un deber jurídico con unos sujetos específicos y con contenido patrimonial.
El fin básico de la función legislativa es regular anticipadamente la convivencia social y en
lo que se encarga el judicial es resolver conflictos derivados de la convivencia, así como la
administración de aplicar las normas
Es en estos dos principios para explicar lo que hacen las normas en una sociedad, pero para
poder entender el deber jurídico, remitámonos a la historia de ese pensamiento jurídico en la
que encontramos la relación entre la vida humana y el fenómeno del derecho ahí es donde se
plantea que es por obra del hombre que existe realmente el derecho y la razón es que ser
humano interactúa con sus semejantes es así como este puede modificar los principios del
mundo exterior.
LA SANCIÓN Y LA COACCIÓN
Para que las normas jurídicas cumplan con su fin social es necesario que de no cumplirse tengan
determinadas consecuencias legales, a estas consecuencias se les denomina sanción.
Podemos definir la sanción como la consecuencia jurídica negativa que nace del incumplimiento
de una disposición legal. A la norma que tiene como objeto señalar en qué consistirá la sanción
se le denomina norma sancionadora, por lo que tiene un carácter secundario, contrario de la
norma sancionada que es de carácter primario.
Existen otras consecuencias que se generan en caso de presentarse inobservancia de la norma
que no son una sanción como por ejemplo la legítima defensa, y la rescisión del contrato de
trabajo por causas imputables al trabajador.
Una de las clasificaciones que abordan el concepto de sanción, organizan sus tipos debido a la
rama del derecho de la que derivan, por lo que distingue entre sanción civil, penal, fiscal
administrativa, etc. Otra clasificación se hace atendiendo a la finalidad que persiguen y a la
relación entre la conducta ordenada por la norma infringida la que constituye el contenido de la
sanción.
Se entiende por Coacción a la aplicación forzada de la sanción por parte de las autoridades. A
modo de ejemplo cuando el juez dicta sentencia condenando a un deudor a liquidar el monto
adeudado, entendemos que el juez impuso una sanción, siempre y cuando el deudor la cumpla
voluntariamente, pero si no es así, el actor tiene derecho a exigir que la sanción se imponga
mediante el uso de la fuerza pública, en este caso estamos frente a la figura de la coacción.
La coacción es la principal herramienta que tiene el Estado para establecer su poder normativo,
y es el único capaz de utilizar la violencia legitima manifestada mediante el poder público, el cual
usara para imponer una determinada disposición legal.
CLASIFICACIÓN DE LAS SANCIONES
Sanciones penales: se les suele atribuir, según la política penal seguida, diferentes fines: el castigo
del delincuente, su corrección, la prevención general y especial, etc. En nuestro derecho el fin es
solo prevencional.
Sanciones civiles: Se suelen reducir a un acto coactivo típico: la ejecución forzosa de bienes del
deudor.
La pena: Es un tipo de sanción exclusiva del Derecho Penal prevista en el Código Penal e impuesta
por el juez competente. Constituye la privación de un bien (libertad, patrimonio, ejercicio de una
actividad) al sujeto que ha cometido un delito con una finalidad de prevención individual o
especial (para que no cometa un nuevo ilícito) y social o general (para que la comunidad se
aperciba de la conveniencia de cumplir la ley penal)
La sanción premial: Es una sanción positiva o técnica de gratificación que opera como un
mecanismo incentivador de aquellas conductas que el legislador pretende promocional.

s
Ahora bien, en el análisis de la relación entre derecho y coerción subyacen dos cuestiones. De
acuerdo con la primera, es necesario indagar en qué sentido el derecho puede ser considerado
un fenómeno coercitivo, es decir si alguna de su propiedad es (o de pende de la) coerción. De
acuerdo con la segunda, debe analizarse el concepto coerción ofreciendo una explicación de sus
elementos característicos y su funcionamiento en el derecho 9. La explicación de la coerción
resulta, desde luego, fundamental. Existe una prioridad metodológica de la segunda cuestión
sobre la primera en tanto no es posible concluir si el derecho es coercitivo si, previamente, no se
comprende el concepto de coerción. Por esta razón, Schaefer se vio en la necesidad de
conceptualizar la coerción.
Pero también la imposición directa de comportamientos. Agrega que la fuerza del derecho no se
reduce a la amenaza de castigos puesto que las prácticas jurídicas pueden incluir incentivos
positivos. En el marco de esta caracterización, Schaefer diferencia entre las nociones de sanción,
coerción y coacción. Según él, las sanciones se refieren a lo que el derecho impone a los
individuos que no obedecen sus normas. La coerción, por su parte, es la motivación que puede
generar el derecho en los individuos de realizar conductas que de otra forma no estarían
dispuestos a realizar. La coacción, por último, ocurre cuando la fuerza coercitiva (la afectación en
la motivación) realmente impacta en el comportamiento de los individuos.
No obstante, existen dos problemas en la conceptualización de Schaefer 12. En primer lugar,
Schaefer busca demostrar que el derecho es característicamente coercitivo. Y es justamente por
ello que recurre a un concepto amplio e impreciso de coerción: toda medida que implique la
imposición de conductas. Este concepto –por vaguedad– no logra captar las diferencias,
particularidades y conexiones de los diferentes fenómenos que designa con esos términos. En
efecto, no pueden reducirse al mismo marco conceptual figuras jurídicas tan distintas como las
amenazas de una sanción penal, las barreras que impiden el paso a una propiedad privada o las
medidas preventivas para proteger a un ciudadano. Es cierto que todas esas figuras jurídicas son
(en diferentes sentidos) formas de imposición de conductas. Pero por son justamente las
diferencias y particularidades de cada una de ellas las que se Schaefer no logra explicar. En
segundo lugar, Schaefer emplea su vago concepto de coerción para concluir que el derecho es
coercitivo.
1. La sanción es una CONSECUENCIA del incumplimiento.
2. La coacción es la APLICACIÓN FORZADA de dicha consecuencia, dicho de otra forma, es
la ejecución de la sanción.
En el ámbito jurídico, como coacción se denomina el poder legítimo por el cual el derecho tiene
la potestad de imponer el cumplimiento de las leyes. En este sentido, el único ente que tiene
poder legítimo para coaccionar es el Estado, que debe hacer cumplir la normativa y anunciar
castigos para quien no la cumpla.
La coacción es un delito contra la libertad de las personas que afecta la voluntad de la víctima,
obligándola a hacer, no hacer o tolerar alguna cosa. No significa que la voluntad se anula, sino
que queda restringida a un campo de acción más pequeño.
Según la gravedad de las coacciones podemos distinguir entre dos tipos de coacción:
El delito de coacción de tipo básico. Algunos ejemplos de este tipo de coacción es el delito de
coacciones sobre los derechos fundamentales o el delito de coacciones por impedir el disfrute de
la vivienda.
El delito leve de coacción (incluido tras la última reforma del Código Penal en el año 2015). Tiene
lugar cuando las coacciones ejercidas no se consideran de carácter grave. Este delito se encuentra
regulado en el artículo 172.3 del Código Penal y es obligatorio que la persona afectada (o su
representante legal) interponga la denuncia correspondiente.
Sin embargo, en la práctica no existe ninguna pauta claramente establecida para limitar la
gravedad de los delitos de coacción y clasificarlos como básicos o leves.
Las penas que se establezcan por un delito de coacciones van a depender sobre todo del tipo de
delito.
En primer lugar, el delito de coacciones básico se castiga con pena de prisión de 6 meses a 3 años
o con multa de 12 a 24 meses, en función de la gravedad de la coacción.
Por norma general, se impondrán penas en su mitad superior siempre que se trate de un delito
de coacciones sobre los derechos fundamentales, un delito de coacciones por impedir el disfrute
de la vivienda, o bien que el delito se cometa en presencia de menores de edad o en el domicilio
de la víctima.
Por otro lado, el delito de coacciones leve no supone penas de prisión en ningún caso, sino que
implica una pena de multa de 1 a 3 meses cuando entre las dos partes del delito no exista ninguna
relación.
No obstante, cuando el sujeto pasivo del delito (el ofendido) fuera el cónyuge, la pareja de hecho,
el hijo, los padres o los hermanos (entre otros individuos relacionados con la convivencia familiar)
del autor del delito las penas podrán ser el arresto domiciliario de 5 a 30 días, trabajos en
beneficio de la comunidad de 5 a 30 días, o bien una multa de 1 a 4 meses.
Hay que acudir a la literalidad del artículo 172 y siguientes del Código Penal, que forman parte
del Libro II (Delitos y sus penas), Título VI (Delitos contra la libertad), Capítulo III (De las
coacciones):
1. El que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley
no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con la
pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la
coacción o de los medios empleados.
Cuando la coacción ejercida tuviera como objeto impedir el ejercicio de un derecho fundamental
se le impondrán las penas en su mitad superior, salvo que el hecho tuviera señalada mayor pena
en otro precepto de este Código.
También se impondrán las penas en su mitad superior cuando la coacción ejercida tuviera por
objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.

2. El que de modo leve coaccione a quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya
estado ligada a él por una análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, será castigado
con la pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de
treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas
de un año y un día a tres años, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés
del menor o persona con discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación especial
para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.
Igual pena se impondrá al que de modo leve coaccione a una persona especialmente vulnerable
que conviva con el autor.
Se impondrá la pena en su mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de menores,
o tenga lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se realice quebrantando
una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Código o una medida cautelar o de
seguridad de la misma naturaleza.
No obstante, lo previsto en los párrafos anteriores, el Juez o Tribunal, razonándolo en sentencia,
en atención a las circunstancias personales del autor y a las concurrentes en la realización del
hecho, podrá imponer la pena inferior en grado.
3. Fuera de los casos anteriores, el que cause a otro una coacción de carácter leve, será castigado
con la pena de multa de uno a tres meses. Este hecho sólo será perseguible mediante denuncia
de la persona agraviada o de su representante legal.
Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2 del artículo
173, la pena será la de localización permanente de cinco a treinta días, siempre en domicilio
diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco a treinta
días, o multa de uno a cuatro meses, ésta última únicamente en los supuestos en los que
concurran las circunstancias expresadas en el apartado 2 del artículo 84. En estos casos no será
exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior.
HECHO ANTIJURIDICO Y DELITO
Definición legal del Delito: de acuerdo con el artículo 7° del Código Penal del Estado, "el Delito es
el acto u omisión que sancionan las leyes penales".
La palabra "delito", deriva del supino delictum del verbo delinquere, a su vez compuesto de
linquere, dejar y el prefijo de, en la connotación peyorativa, se toma como linquere viam o rectam
viam: dejar o abandonar el buen camino".
Para González Quintanilla, el Delito "es un comportamiento típico, antijurídico y culpable".
Para Ignacio Villalobos, el Delito "es un acto humano típicamente antijurídico y culpable".
Para Rafael de Pina Vara, el Delito "es un acto u omisión constitutivo de una infracción de la ley
penal".
Como se puede observar de las definiciones anteriormente citadas, se hace abstracción de la
imputabilidad, ya que ésta implica la capacidad de ser sujeto activo del delito, o sea, no es un
comportamiento propio del delito. La imputabilidad no es mencionada, por tratarse de una
referencia al delincuente, no al delito. La imputabilidad como concepto penal se reduce a la
capacidad de ser activo del delito, con dos referencias: a) un dato de orden objetivo, constituido
por la mayoría de edad dentro del derecho penal, que puede o no coincidir con la mayoría de
edad civil o política y; b) un dato de orden subjetivo, el que expresado en sentido llano se reduce
a la normalidad mental, normalidad que comprende la capacidad de querer y comprender "el
significado de la acción".

ELEMENTOS DEL DELITO.

El Delito tiene diversos elementos que conforman un todo. Para Maurach el delito es una acción
típicamente antijurídica, atribuible; para Berling es la acción típica, antijurídica, culpable,
sometida a una adecuada sanción penal y que llena las condiciones objetivas de penalidad; Max
Ernesto Mayer define al delito como acontecimiento típico, antijurídico e imputable; Eduardo
Mezger afirma que el delito es una acción típicamente antijurídica y culpable; para Jiménez de
Asúa es un acto típicamente antijurídico culpable, sometido a veces a condiciones objetivas de
penalidad imputable a un hombre y sometido a una sanción penal.
De las definiciones anteriormente citadas, así como las que se señalaron en párrafos anteriores,
nos muestran como elementos del delito, según su concepción positiva y negativa, son los
siguientes:
Positivos Negativos.
a) Conducta a) Ausencia de conducta
b) Tipicidad b) Ausencia de tipo o atipicidad.
c) Antijuricidad c) Causas de justificación.
d) Imputabilidad. d) Inimputabilidad.
e) Culpabilidad e) Inculpabilidad.
f) Condicionalidad objetiva f) Falta de condiciones objetivas.
g) Punibilidad g) Excusas absolutorias.

De acuerdo con nuestro Derecho Positivo Mexicano, el Código Penal para el Distrito Federal, en
su artículo séptimo define al delito como el "acto u omisión que sancionan las leyes penales", así
la conducta o hecho se obtiene de este artículo y del núcleo respectivo de cada tipo o descripción
legal. La tipicidad se presentará cuando exista una adecuación de dicha conducta a alguno de los
tipos descritos en el Código Penal; la antijuricidad se presentará cuando el sujeto no esté
protegido por una causa de licitud descrita en el artículo 15 del Código Penal. La imputabilidad
se presenta cuando concurre la capacidad de obrar en el Derecho Penal, es decir, que no se
presente la causa de inimputabilidad descrita en la fracción VII del artículo 15 de la Ley Penal
Federal. Habrá culpabilidad de acuerdo con los artículos 8 y 9 de nuestra ley penal. La punibilidad
existe cuando no se presentan las excusas absolutorias descritas por nuestro Derecho Positivo
(federal). Las condiciones objetivas de punibilidad se presentan cuando al definir la infracción
punible se establecen requisitos constantes, pero aparecen variables de acuerdo con cada tipo
penal; pueden o no presentarse.
Como se puede observar, el delito tiene un gran contenido en cuanto a los elementos que lo
componen y en relación con éstos, existen diversas corrientes de la doctrina, los cuales tratan de
explicar algunos de ellos, como la teoría causalista y finalista de la acción, la teoría psicologista y
normativista, el modelo lógico y la teoría sociologista.
Ahora, entraremos al estudio de cada uno de los elementos que componen al delito:
LA CONDUCTA.
La conducta es el primer elemento básico del delito, y se define como el comportamiento
humano voluntario, positivo o negativo, encaminado a un propósito. Lo que significa que sólo los
seres humanos pueden cometer conductas positivas o negativas, ya sea una actividad o
inactividad respectivamente. Es voluntario dicho comportamiento porque es decisión libre del
sujeto y es encaminado a un propósito porque tiene una finalidad al realizarse la acción u
omisión.
La conducta puede ser de acción o de omisión y esta última se subdivide en omisión simple y
comisión por omisión.
La conducta tiene tres elementos:
1) un acto positivo o negativo (acción u omisión).
2) un resultado.
3) una relación de causalidad entre el acto y el resultado.
El acto, es el comportamiento humano positivo o negativo que produce un resultado. Positivo
será una acción, que consiste en una actividad, en un hacer; mientras la omisión es una
inactividad, es cuando la ley espera una conducta de un individuo y éste deja de hacerla.
Delito de Acción. - La acción se define como aquella actividad que realiza el sujeto, produciendo
consecuencias en el mundo jurídico, en dicha acción debe de darse un movimiento por parte del
sujeto, de esta manera, la conducta de acción tiene tres elementos:
a) movimiento;
b) resultado;
c) relación de causalidad.
La acción en sentido estricto es la actividad voluntaria realizada por el sujeto, consta de un
elemento físico y de un elemento psíquico, el primero es el movimiento y el segundo la voluntad
del sujeto, esta actividad voluntaria produce un resultado y existe un nexo causal entre la
conducta y el resultado. Dicho resultado de la acción debe ser sancionado por la ley penal, es
decir, deberá configurar un delito descrito y penado en la ley, será intrascendente que lesione
intereses jurídicos protegidos por la ley o sólo los ponga en peligro según el tipo penal.
La omisión tiene cuatro elementos:
a) Manifestación de la voluntad.
b) Una conducta pasiva. (inactividad).
c) Deber jurídico de obrar.
d) Resultado típico jurídico.
Estos delitos se clasifican en delitos de omisión simple o propios y delitos de comisión por omisión
o impropios, respondiendo a la naturaleza de la norma, los primeros consisten en omitir la ley,
violan una preceptiva, mientras los segundos, en realizar la omisión con un resultado prohibido
por la ley. La primera no produce un resultado material, la segunda sí.
En los delitos de simple omisión, se viola una norma preceptiva penal, mientras en los de
comisión por omisión se viola una norma preceptiva penal o de otra rama del derecho y una
norma prohibitiva penal.
Los delitos de omisión simple producen un resultado típico, y los de comisión por omisión un
resultado típico y uno material.
En los delitos de omisión simple, se sanciona la omisión y en los de comisión por omisión, no se
sanciona la omisión en sí, sino el resultado producido.

LA ANTIJURICIDAD y HECHO ANTIJURIDICO.


La antijuricidad la podemos considerar como un elemento positivo del delito, es decir, cuando
una conducta es antijurídica, es considerada como delito. Para que la conducta de un ser humano
sea delictiva, debe contravenir las normas penales, es decir, ha de ser antijuridica.
La antijuricidad es lo contrario a Derecho, por lo tanto, no basta que la conducta encuadre en el
tipo penal, se necesita que esta conducta sea antijurídica, considerando como tal, a toda aquella
definida por la ley, no protegida por causas de justificación, establecidas de manera expresa en
la misma.
La causa de justificación es cuando es un hecho presumiblemente delictuoso falta la antijuricidad,
podemos decir: no hay delito, por la existencia de una causa de justificación, es decir, el individuo
ha actuado en determinada forma sin el ánimo de transgredir las normas penales, Así, si un
hombre ha matado a otro, en defensa de su vida injustamente atacada, estará en una causa de
justificación, excluyéndose la antijuricidad en la conducta del homicida.
Que es contrario a derecho. En lo penal, si la conducta es contraria a derecho supone que está
jurídicamente desvalorada y por ello prohibida, lo que supone una lesión o puesta en peligro
reprobable de un bien jurídico y que en el caso concreto no esté amparada por una causa de
justificación.
La antijuridicidad es aquel desvalor que posee un hecho típico contrario a las normas del Derecho
en general (no solo al ordenamiento penal). En resumidas cuentas, lo antijurídico es lo contrario
al Derecho. Esta definición no solo es muy amplia, sino que además puede confundirse fácilmente
con la tipicidad.
La existencia de un acto antijurídico presupone un comportamiento voluntario del administrador,
realizado con discernimiento, intención y libertad. El acto debe ser, además, atribuible al
administrador. Finalmente, el acto debe ser antijurídico, por contrariar las disposiciones que
integran el ordenamiento legal.
Por tradición se ha venido distinguiendo entre la antijuridicidad formal, que es aquella que viola
lo señalado por la Ley, y el material, cuando se trata de una conducta antisocial. En realidad, una
antijuridicidad material sin la antijuridicidad formal no tiene ninguna relevancia para el Derecho.

s
IMPUTACIÓN, RESPONSABILIDAD Y CULPABILIDAD.
IMPUTACIÓN.
Imputación es un término con origen en el vocablo latino imputatio. El concepto se utiliza para
nombrar la acción y efecto de imputar (atribuir la responsabilidad de un hecho reprobable a una
persona; señalar la aplicación de una cantidad para que sea tomada en cuenta en un registro).
Por ejemplo: “La imputación del delito sorprendió al empresario, quien asegura que no tiene
nada que ver con el hecho”, “Rupertson demostró ser un juez muy valiente al anunciar la
imputación del diputado”, “El contador olvidó la imputación de los nuevos impuestos”, “Con la
imputación de las ventas del último mes, el año arroja un saldo positivo”.
En el ámbito del derecho, la imputación es el acto que implica la acusación formal a una persona
de un delito concreto. A partir del momento de la imputación, el acusado puede ejercer su
derecho a defensa y deja de estar sometido a los deberes que les corresponden a los testigos
(como decir la verdad bajo la pena de perjurio).
Para la estadística, se conoce como imputación a la sustitución de valores que no han sido
informados en una observación por otros valores. Este paso es necesario para el tratamiento de
los datos a partir de ciertas técnicas estadísticas, que consideran datos que no son observados
porque sí son imputados.
En la economía, en tanto, se conoce como teoría de la imputación a un postulado del austriaco
Friedrich von Wieser que sostiene que los factores se combinan en proporciones fijas en cada
industria, lo que no sucede en industrias diferentes.
Por otro lado, el concepto de imputación de rentas inmobiliarias hace referencia a la obligación
de pago de impuestos por ser propietario o titular de un derecho real de disfrute sobre un
inmueble rústico o urbano con edificación no indispensable para el desarrollo de una explotación,
por ejemplo, agrícola o forestal.
El valor de la renta que supone la imputación al contribuyente se obtiene aplicando el 2% al valor
catastral de la propiedad, a menos que este último haya sido modificado o revisado, ya que en
ese caso se debe aplicar el 1,1%. Si un inmueble no tiene valor catastral, entonces se debe calcular
el 1,1% de la mitad del más alto de los siguientes valores: el de adquisición; el comprobado por
la Administración Tributaria con relación a otros impuestos.
Si la propiedad ha sido alquilada o utilizada con fines comerciales al menos unos meses del último
año, la imputación de la renta se debe llevar a cabo de manera proporcional al total de los días
que su dueño lo tuvo a su entera disposición, es decir, para su disfrute personal.
RESPONSABILIDAD.
La responsabilidad jurídica es la realización jurídica de un hecho jurídico causada por la
culpabilidad (dolosa o no) de la persona o por el simple acaecimiento del hecho desligado de
culpabilidad (responsabilidad objetiva); que supone el nacimiento de obligaciones para el
imputado, y el nacimiento de derechos para el sujeto que se encuentre en posición de
reclamarlas. En el ámbito penal, la responsabilidad parte de este mismo supuesto, aunque la
evolución histórica de la disciplina ha excluido la existencia de responsabilidad penal objetiva (se
requiere culpabilidad) y se ha distanciado de las consecuencias antes descritas, limitándose a una
sanción cuyos fines no son indemnizatorios, sino preventivos.
La imputabilidad surge de la existencia de una decisión de autoridad que atribuye tal condición
por la transgresión de un deber ser (obligación o prohibición), o bien por otras razones
justificadas en la conveniencia social de que una determinada persona no culpable sea
responsable objetivamente.
En las democracias liberales, la responsabilidad jurídica no surge de una imputación arbitraria
sino de una norma jurídica, que a diferencia de la norma moral procede de un organismo externo
al sujeto, principalmente el Estado, y es coercitiva.
Generalmente puede atribuirse la responsabilidad jurídica a todo sujeto de derecho, tanto a las
personas naturales como jurídicas, basta que el sujeto de derecho incumpla un deber de
conducta señalado en el ordenamiento jurídico, o en el caso de la responsabilidad objetiva, que
esté en la situación por la que el ordenamiento le señala como responsable.
La responsabilidad jurídica indirecta es aquella en la cual no hay identidad entre el agente del
ilícito (sujeto de la obligación) y quien está sujeto a la sanción que como consecuencia del ilícito
prevé la norma jurídica (por ejemplo, la responsabilidad patrimonial de una persona ante los
ilícitos cometidos por un familiar). En el caso de la responsabilidad jurídica directa, sí existe tal
identidad. Dicho de otro modo, se puede imputar la responsabilidad jurídica tanto como
consecuencia de conductas propias como ajenas.

La responsabilidad jurídica colectiva es la imputabilidad que una norma jurídica atribuye a un


grupo por la conducta de un individuo (si este es miembro del grupo, se trata de una
responsabilidad colectiva directa). La responsabilidad individual recae, obviamente, sobre
sujetos individuales.

La responsabilidad jurídica culposa se diferencia de la responsabilidad jurídica por resultado en


el hecho de que la primera requiere como condición necesaria la voluntad de producir los
resultados previstos en la norma o, al menos, negligencia por parte del sujeto responsable directa
o indirectamente. La responsabilidad por resultado, en cambio, solamente exige una relación
entre un sujeto y un resultado, incluso si tal relación no ha sido intencional y ni siquiera culposa
por negligencia (por ejemplo, el reglamento de tránsito en Francia hace responsables a los
conductores de un automóvil de indemnizar a un peatón incluso si el accidente ocurrió por culpa
excusable de este último). En un caso todavía más complejo de responsabilidad jurídica colectiva
indirecta por resultado, el sujeto que provoca los hechos que actualizan la responsabilidad del
grupo no forma parte de este y ni siquiera actúa culposamente (piénsese en el juez que establece
la responsabilidad solidaria de un grupo de empresas respecto a los derechos laborales de un
trabajador subordinado a un cliente insolvente de dichas empresas y ordena al grupo de
proveedores indemnizar al trabajador ajeno por el accidente de trabajo fortuito que este sufrió).

Otros tipos de responsabilidad jurídica son: La responsabilidad penal intenta dirigir la conducta
humana a través de prohibiciones cuya violación es sancionada y que requieren de la culpabilidad
del sujeto como condición necesaria (nulla poena sine culpa). En cambio, adjudicar la
responsabilidad civil tiene una finalidad distributiva mediante la compensación entre particulares
o los criterios de división del patrimonio.
Cuando se trata de un deber u obligación, se presenta como comprensión por la persona de su
lugar en la sociedad, de su papel en el progreso social y de su participación consciente en los
asuntos de la sociedad. En este sentido, la responsabilidad se presenta como un singular
regulador moral y político de la conducta humana en el presente y el futuro.
La responsabilidad es cumplimiento por una persona de las consecuencias desfavorables de su
conducta, y por otro lado acarrea ciertas privaciones a la persona como reacción negativa del
Estado a su acto. Cuando se habla de la responsabilidad como pena se tiene presente el aspecto
retrospectivo de la responsabilidad, es decir la responsabilidad por lo pasado. Lo principal estriba
en que el infractor debe sufrir privaciones contempladas por las sanciones jurídicas.
La responsabilidad jurídica consiste en la realización de las sanciones jurídicas. En el caso de la
responsabilidad jurídica se agrega a la condena el sufrimiento por la persona de otras privaciones,
privación de libertad, multa, reparación del daño causado, privación del permiso de conducir.
Para el Estado y sus órganos ante los cuales la persona asume una responsabilidad jurídica,
representa la coerción estatal para que el infractor cumpla los requerimientos del Derecho, la
condena estatal del infractor o la rehabilitación coercitiva del derecho violado. La responsabilidad
jurídica se presenta como coerción estatal tanto por su contenido, como por la forma. Las
sanciones jurídicas se aplican en el proceso y como resultado de la actividad de los órganos
estatales en la averiguación de las circunstancias de un acto injusto, su solución y el cumplimiento
efectivo de la resolución aprobada. Por su contenido la responsabilidad jurídica siempre es
coerción estatal para que se cumplan las disposiciones de Derecho, por su forma puede tomar el
aspecto del cumplimiento voluntario de las obligaciones ligadas con la rehabilitación del derecho
violado, reparación del daño causado por el infractor.
CULPABILIDAD.
El concepto de la culpabilidad dependerá de la teoría que se adopte, pues no será igual el de un
psicologista, el de un normativista o el de un finalista. Así, el primero diría, la culpabilidad consiste
en el nexo psicológico que une al sujeto con la conducta o el resultado material, y el segundo, en
el nexo psicológico entre el sujeto y la conducta o el resultado material, reprochable, y el tercero,
afirmaría, que la culpabilidad es la reprochabilidad de la conducta, sin considerar el dolo como
elemento de la culpabilidad, sino de la conducta. La culpabilidad en la tesis finalista se reduce a
la reprochabilidad y a diferencia de la teoría normativa el dolo y la culpa no son elementos de la
culpabilidad porque son contenido del tipo. "la culpabilidad es, por lo tanto, responsabilidad,
apartándose consecuentemente de los normativistas mantienen el dolo y la culpa en la
culpabilidad, constituyendo como se afirma por un sector un mixtum compositum, de cosas no
pueden mezclarse".
El concepto de culpabilidad como tercer aspecto del delito y de acuerdo con la definición
anterior, nos señala cuatro importantes elementos que la conforman y son: una ley, una acción,
un contraste entre esta acción y esta ley, y el conocimiento de esta situación, según lo manifestó
Maggiore.
La culpabilidad es un elemento básico del delito y es el nexo intelectual y emocional que una al
sujeto con el acto delictivo.
Es la valoración que se hace en el individuo que cometió un ilícito y su correspondiente acción.
En el juicio de reproche se individualiza la pena, es decir, se vincula al hecho injusto con su autor.
Puede decirse que es una consecuencia de la valoración de la conducta.
La culpabilidad se refiere a la posibilidad de reprochar penalmente al autor de un acto u omisión
típico y antijurídico su comisión, teniendo en cuenta las circunstancias o condiciones en que éste
se ha desarrollado y las personales del autor. La culpabilidad exige una valoración del
comportamiento humano.
La culpabilidad se refiere a la posibilidad de reprochar penalmente al autor de un acto u omisión
típico y antijurídico su comisión, teniendo en cuenta las circunstancias o condiciones en que éste
se ha desarrollado y las personales del autor.
La culpabilidad exige una valoración del comportamiento humano. El llamado ‘juicio de reproche’
consiste en la valoración que se hace cuando el individuo ha cometido un hecho ilícito.
En el proceso de exigencia de responsabilidad, la pena se individualiza y se vincula al hecho
injusto con el autor. Realmente es una consecuencia de la valoración de la conducta.
Importancia del principio de culpabilidad
Según algunos expertos, este principio de culpabilidad es el axioma más importante del que
derivan de forma directa otros en el Estado de Derecho. Su violación implica desconocer la
esencia del concepto de persona.
Se trata de un ideario del ordenamiento jurídico-penal, integra la conciencia jurídica de los
pueblos y es la base deontológica de la Nación. El Estado no culpa a alguien por cometer un delito
sin más criterio que la discrecionalidad, porque así perdería legitimidad frente a la sociedad y
ante el infractor.
Es necesario por tanto determinar los presupuestos y las condiciones, fácticas y jurídicas, en que
un delito se atribuye a un autor.
Tanto a la sociedad como al ciudadano les interesa saber cuáles son los mecanismos de
imputación que van a permitir atribuir ese hecho a una persona, ya sea imputando la
responsabilidad o, por el contrario, liberando de ella.
El Estado frente a la culpabilidad
Se permite con todo ello un juego limpio entre el Estado con el delincuente al determinarse los
requisitos de cómo un delito será considerado obra de un autor. El límite mínimo que el Estado
debe respetar está representado por el principio de culpabilidad y su instrumento de aplicación
más poderoso es la pena.
La sanción por medio de la pena no se justifica simplemente por necesidades de defensa o
prevención, se trata de un contenido material con un límite infranqueable a la acción punitiva
del Estado.
Culpabilidad y delito
La relación entre culpabilidad y delito es fundamental, la doctrina sostiene que se trata de uno
de los conceptos esenciales sobre los que se construye la noción de “delito”.
El principio de culpabilidad es uno de los más importantes en el Derecho Penal moderno. Según
este principio no existe pena si no hay culpabilidad.
La idea de culpabilidad ha ido variando con el paso del tiempo y evolucionando a la forma actual.
Entre esos momentos se encuentran:
La Concepción Psicológica de la Culpabilidad.
Las Teorías Normativistas.
El Libre Albedrío.
En esta última corriente se discute si es posible determinar en la práctica si el sujeto puede o no
actuar de otro modo, basándonos en la concepción determinista o indeterminista de las personas
y su comprobación.
En este enfoque se centra la capacidad del sujeto para actuar de una forma diferente,
fundamentando la culpabilidad en ese criterio. Se reprocha entonces la conducta, basada en la
libertad de la voluntad.
Estructura de la culpabilidad
La determinación de la culpabilidad conlleva una serie de juicios de valor sobre el sujeto, sobre
la posibilidad de actuar de modo distinto, que llevan a determinar tres elementos que se dan en
forma simultánea si el sujeto es culpable:
La conciencia de antijuridicidad, en la que se sustancian problemas relacionados al error de
prohibición.
La imputabilidad de la persona, haciendo un análisis de concurrencia o de ausencia de causas de
inimputabilidad.
La exigibilidad de la conducta, en un análisis de causas se determinan las posibilidades de
actuación de un modo correcto.
CONCLUSIONES
Podemos concluir que el deber jurídico junto con los demás conceptos jurídicos vistos en esta
investigación son una obligación impuesta por una norma jurídica, la cual debe ser respetada y
cumplida por los individuos, de esta manera nos damos cuenta que cumple un papel fundamental
en la sociedad y en la actualidad ya que el fundamento del deber jurídico radica en la necesidad
misma del Derecho y de esta manera ayuda a mantener la convivencia en un Estado ya que
contiene normas que regulan a todos los ciudadanos y de una u otra forma están en la obligación
de cumplirlas y de ser lo contrario tendrán una sanción o castigo como se indicó anteriormente.
Por otro lado, nos damos cuenta que la sociedad en la actualidad es muy dependiente del deber
jurídico debido a que si esta no existiera, las personas no tendrían límites de comportamiento y
podrían generarse muchos más conflictos de los que se presentan hoy en día, además de tener
en cuenta que este también es una obligación como la de pagar impuestos, la cual se utiliza para
aportar a las mejoras del país y si no estuviéramos regulados por este tipo de normas
simplemente no existiría un orden social.
BIBLIOGRAFIAS
• https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/25858/1/DEBER%20JURIDICO.pdf
• https://www.conceptosjuridicos.com/mx/deber-juridico/
• https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/12/5649/8.pdf
• https://www.poderjudicialmichoacan.gob.mx/tribunalm/biblioteca/almadelia/Cap2.htm
#:~:text=La%20culpabilidad%20es%20un%20elemento,sujeto%20con%20el%20acto%20
delictivo.
• http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-
38862015000100006

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