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Señores
JUEZ ADMINISTRATIVO DEL CIRCUITO DE BOGOTÁ (REPARTO)
E. S. D.

SERGIO ANDRÉS VARÓN ARDILA, mayor y vecino de esta ciudad, con domicilio y
residencia en la ciudad de Bogotá D.C, identificado con cédula de ciudadanía No.
1.032.435.637 de Bogotá, en mi calidad de abogado practicante adscrito al Consultorio
Jurídico de la Universidad Católica de Colombia, obrando en nombre y representación,
de acuerdo con el poder que adjunto, del señor CUPERTINO PÉREZ GONZALEZ
mayor de edad y vecino de esta ciudad, identificado con la C.C. No. 40.348.235 de
Bogotá; al señor Juez respetuosamente le manifiesto que promuevo DEMANDA DE
REPARACIÓN DIRECTA POR ACTIVIDAD PELIGROSA contra la NACIÓN-
MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL ante su Honorable Despacho según
los mandatos del artículo 90 de la Constitución Nacional y la Ley 1437 de 2011 en su
artículo 140, y basándome en los siguientes :

HECHOS

PRIMERO: El 4 de agosto de 2010 el señor CUPERTINO PÉREZ GONZÁLEZ se


dirigía en sentido oriente sur en vehículo de su propiedad tipo motocicleta de placas
LKD-60C, cuando de repente una motocicleta que era conducida por policiales
uniformados en el sentido contrario de la vía, invaden su carril y lo colisionan sin que
pudiera esquivarlos.

SEGUNDO: El policía de apellido CAMARGO, quien conducía el vehículo tipo


motocicleta, en el momento del accidente de tránsito omitió brindar la ayuda
pertinente al señor CUPERTINO PÉREZ GONZÁLEZ, y de manera arbitraria se limitó a
hacer una llamada a la policía de tránsito. Una vez se estableció comunicación con la
policía de tránsito, se le indico al señor Cupertino era mejor que conciliara para no
tener que llevársele su motocicleta a los patios, ante lo cual se opuso manifestando que
la moto policial fue la que invadió el carril contrario ocasionando el accidente, y que
además la moto era su medio de trabajo como cobrador; finalmente el patrullero
CAMARGO manifiesta al demandante que él le ayudaría con el arreglo de la
motocicleta.

TERCERO: El vehículo involucrado en los hechos, corresponde a una patrulla


(motocicleta) asdcrita a la Policía Metropolitana de Bogotá; identificada con la placa No,
17-O218, conducida por el señor Camargo (patrullero adscrito a la Policía
Metropolitana de Bogotá).

CUARTO: De acuerdo a lo anterior el señor PÉREZ GONZÁLEZ, sufre unas lesiones


por lo cual es atendido en el Hospital San Ignacio en donde se hicieron los
reconocimientos médicos en los siguientes términos:

“Cara: Excoriación de forma triangular cuyos lados miden 2.5., 2.5 y 3 cm el último
segmento sobre cicatriz antigua, con costra rojiza en región infra labial y labio inferior
derecho con laceración de 1 cm y edema perilesional.”

Tórax: Edema moderado en región para-esternal derecha tercio medio e inferior a la


auscultación cardiopulmonar normal.

Extremidades: Excoriación en forma de signo de pregunta que mide 13 cm con costra


rojiza en cara posterior externa tercio medio y distal del antebrazo izquierdo.- leve
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edema de 3x4 en cara lateral del muslo derecho.- excoriación de 2x1 cm con costra
rojiza en cara anterior de rodilla izquierda. Se queja de dolor para subir gradas.
Conclusión: Incapacidad médico provisional de 8 días.”

QUINTO: De acuerdo con la segunda valoración médica, se concluyó:

Cara: Cicatriz en comisura labial derecha de 1 cm lineal hipocromía no ostensible; en


región interna de labio inferior presenta cicatriz irregular deprimida de 3cm.

Extremidades: Cicatriz levemente hipercromía forma de signo de pregunta invertida


localizada en cara posterior de antebrazo izquierdo ostensible, de 9 cm en rodilla
izquierda cara anterior presenta cinco cicatrices moderadas, la mayor mide 3.5 x 2 cm
con costra seca, la menor mide 0.5 x 0.5 cm. Refiere dolor en rodilla izquierda al subir
escaleras y dolor en zona de cadera izquierda a la presión.

Conclusión: Incapacidad médico legal definitiva de trece (13) días.

SEXTO: A partir del accidente el señor PÉREZ GONZÁLEZ viene presentando


intensos dolores en sus piernas, brazos y otras partes del cuerpo, que aumentan con el
paso del tiempo y que no le permiten el desarrollo normal de su vida cotidiana
limitándolo para saltar, caminar, correr, y desempeñar normalmente su trabajo.
Adicionalmente como consecuencia de lo anterior el señor Cupertino debe consumir
diferentes medicamentos y analgésicos que alivien el dolor de manera vitalicia.

FUNDAMENTOS Y RAZONES DE DERECHO

Para sustentar jurídicamente lo solicitado, me apoyo especialmente en el artículo 2 y 90


de la Constitución Nacional y a su vez el artículo 140 de la Ley 1437 de 2011.
(COMPLETAR)

Por otra parte es importante mencionar que los hechos tratados anteladamente nos
llevar a aseverar que en este caso se presentó lo que la doctrina ha llamado falta de
previsibilidad puesto que el conductor oficial no actuó como debía hacerlo, acaeciendo
una falla del ente estatal.

El artículo 90 de la Constitución Política de Colombia, establece una cláusula general


de responsabilidad del Estado cuando determina que éste responderá
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la
acción o la omisión de las autoridades públicas, de lo cual se desprende que para
declarar responsabilidad estatal se requiere la concurrencia de estos dos presupuestos:
(i) la existencia de un daño antijurídico y (ii) que ese daño antijurídico le sea imputable
a la entidad pública, bajo cualquiera de los títulos de atribución de responsabilidad, la
falla del servicio, el daño especial, el riesgo excepcional, etc.

Además con ocasión a los daños antijurídicos que le sean imputables y en co-relación
con la responsabilidad e imputación objetiva, el CONSEJO DE ESTADO en su SALA
DE LO CONTENCIOSO ADMINSITRATIVO- SECCIÓN TERCERA, siendo Magistrado
Ponente el Dr. ENRIQUE GIL BOTERO (exp. 18967), se pronuncia sobre el régimen de
imputación objetiva cuando hay concurrencias de actividades peligrosas en el siguiente
sentido:

“En consecuencia, al establecer la causación del daño, en sede de imputación fáctica,


es posible que entren en juego factores subjetivos vinculados con la trasgresión de
reglamentos; el desconocimiento del principio de confianza; la posición de garante; la
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vulneración al deber objetivo de cuidado, o el desconocimiento del ordenamiento, entre


otros, sin embargo los mismos no enmarcan la controversia en el plano de la falla del
servicio, sino que serán útiles a efectos de establecer el grado de participación de cada
agente en la producción del daño y, por lo tanto, si es posible imputarlo objetivamente
a uno de los intervinientes o, si por el contrario, debe graduarse proporcionalmente su
participación. En esa medida, lo fundamental al momento de establecer la
imputación en este tipo de escenarios, es determinar cuál de las dos actividades
riesgosas concurrentes fue la que, en términos causales o fácticos, desencadenó
el daño, es decir, desde un análisis de imputación objetiva concluir a quién de los
participantes en las actividades concluyentes le es atribuible la generación o
producción del daño. Por consiguiente, en aras de fijar la imputación del daño en estos
supuestos, no resulta relevante determinar el volumen, peso o potencia de los
vehículos automotores, así como tampoco el grado de subjetividad con que obró cada
uno de los sujetos participantes en el proceso causal, sino, precisamente, cuál de las
dos actividades riesgosas que estaban en ejercicio fue la que materialmente
concretó el riesgo y, por lo tanto, el daño antijurídico. En esa perspectiva, en cada
caso concreto, el juez apreciará en el plano objetivo cuál de las dos actividades
peligrosas fue la que concretó el riesgo creado y, por lo tanto, debe asumir los
perjuicios que se derivan del daño antijurídico. En ese orden de ideas, el operador
judicial a partir de un análisis de imputación objetiva determinará cual de los dos o más
riesgos concurrentes fue el que se concretó y, en consecuencia, desencadenó el daño;
a estos efectos, la violación al principio de confianza y elevación del riesgo
permitido se convierte en el instrumento determinante de cuál fue la actividad
que se materializó. En otros términos, el régimen, fundamento, o título de imputación
de riesgo excepcional, cuando existe colisión o simultaneidad de actividades peligrosas
se configura y delimita a partir de un estudio de riesgo creado en sede de la imputación
fáctica, que supone un examen objetivo, desprovisto de cualquier relevancia
subjetiva (dolo o culpa), dirigido a identificar la circunstancia material que
originó la concreción del peligro. En el sub lite, al haber quedado establecido el
daño antijurídico y su imputación a la actividad riesgosa de la demandada –al margen
de que el demandante se encontrara al momento del accidente desplegando la misma
actividad riesgosa–, la entidad demandada para exonerarse se encontraba en el
deber de acreditar una causa extraña o, en su defecto, la concurrencia y
relevancia del hecho de la víctima en la producción del daño en los términos
establecidos en el artículo 2357 del Código Civil.” (Resalta la Sala).”

De otra parte, el CONSEJO DE ESTADO, SALA DE LO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO SECCION TERCERA, SUBSECCION A, Consejera ponente (E):
GLADYS AGUDELO ORDOÑEZ, en sentencia de fecha veintiséis (26) de enero de dos
mil once (2011), destacó que si bien inicialmente en los sucesos accidentales por el
desarrollo de actividades riesgosas como la conducción de vehículos automotores, se
manejó bajo el título de falla del servicio, posteriormente se ha dado aplicación del
régimen objetivo de responsabilidad; en efecto señaló:

“Si bien inicialmente los eventos caracterizados por el ejercicio de actividades


peligrosas fueron manejados por la jurisprudencia del Consejo de Estado bajo el
régimen de falla presunta, circunstancia ante la cual el actor se exoneraba de
demostrar la falla del servicio, bastándole probar el hecho dañoso para que surgiera,
en su favor y en contra del Estado, la presunción de falla y, por consiguiente, para que
se invirtiera la carga de la prueba, lo cierto es que la jurisprudencia de esta
Corporación adoptó un nuevo criterio en torno a dicho régimen, para concluir que en
estos eventos no es necesario que se pruebe la existencia de una falla del servicio y
resulta irrelevante que se presuma la misma, puesto que opera un régimen de
responsabilidad objetivo que implica, de un lado, que el demandante sólo tiene
que probar la existencia del daño y el nexo de éste con el servicio, es decir, que
el daño sufrido se originó en el ejercicio de la actividad peligrosa a cargo de la
entidad demandada; en esa medida, no basta que ésta pruebe que obró con
diligencia y cuidado, puesto que ello resulta insuficiente, y sólo se podrá exonerar de
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responsabilidad en tales casos probando la existencia de una causa extraña, como la


fuerza mayor o el hecho exclusivo y determinante de la víctima o de un tercero. La
conducción de aeronaves, al igual que ocurre con otras actividades tales como la
manipulación de armas de fuego, la conducción de energía eléctrica o la conducción
de vehículos automotores, es considerada una actividad peligrosa, de manera que al
demandante le basta acreditar que la actividad peligrosa fue la causa del daño
cuya reparación solicita, al paso que la entidad demandada para exonerarse de
responsabilidad deberá demostrar la existencia de una causal de exoneración, esto,
siempre que las pruebas obrantes en el plenario no evidencien la presencia de una
falla en la prestación del servicio, pues, si ello es así, el juez no tendrá otra alternativa
que declararla, porque de esa manera la jurisdicción ejerce una función de control del
ejercicio de la Administración. Ha sido reiterada la tesis de la Sala en el sentido de que
en aquellos eventos en los que el daño es producido por el ejercicio de actividades
peligrosas, el régimen aplicable es de carácter objetivo, porque el factor de imputación
está derivado de la realización directa de una actividad que entraña peligro, de tal
manera que en esos casos basta que el actor acredite, primero, la existencia del daño,
y segundo, que el mismo se ha generado como consecuencia de dicha actividad. En
relación con lo anterior, resulta necesario señalar que la responsabilidad se estructura
bajo el hecho cierto de que la actividad peligrosa hubiere sido ejercida por cuenta de la
entidad demandada.

(…) No obstante ello, cuando el daño sufrido deviene como consecuencia de una
actividad peligrosa, la cual es ejercida directamente por la propia víctima, no resulta
aplicable dicho régimen, sino el de falla probada del servicio. En efecto la Sala ha
tenido la oportunidad de precisar que la calificación de una actividad como
“peligrosa” tiene incidencia para establecer el criterio de imputación aplicable en
relación con los daños que se deriven de la misma, distinguiendo entre quienes
ejercen la actividad y los terceros ajenos a ésta. En el primer caso, cuando quien
ejerce una actividad peligrosa sufre un daño, la decisión sobre el derecho a ser
indemnizado debe gobernarse con fundamento en la tesis de la falla probada del
servicio y no del régimen de responsabilidad objetiva por riesgo excepcional, pues
éste último sería aplicable al segundo de los casos mencionados, como también
le sería aplicable por supuesto el de falla del servicio. En el presente asunto, es claro
que quien estaba al mando de la aeronave siniestrada era el Capitán de la Policía
Nacional Fray José Gamboa Taborda y no el Teniente del Ejército Nacional William
Ariel Riascos Bohórquez, de tal suerte que la decisión sobre el derecho a ser
indemnizado respecto del primero de ellos deberá gobernarse con fundamento en un
régimen de falla probada del servicio, mientras que respecto del segundo deberá
regirse con fundamento en un régimen objetivo por actividad peligrosa.”

(COMPLETAR)

PRUEBAS

A) DOCUMENTOS INDIVIDUALES:

1. Poder legalmente conferido para los efectos.


2. Copia de la cédula de ciudadanía del señor Cupertinio Perez
3. Copia de la cedula del abogado practicante
4. Copia de la cédula de su primer hijo
5. Copia de la cédula de su segundo hijo
6. Copia de la cédula de su tercer hijo
7. Copia de la cédula de su nieto
8. Copia de la cédula de su compañera permante
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10. DICTAMEN MEDICO

B) TESTIMONIALES

Respetuosamente solicito a su señoría, se sirva hacer comparecer a su Despacho a las


siguientes personas, todas mayores de edad y hábiles para declarar sobre los hechos
materia de demanda, para establecer a través de sus testimonios los hechos que
rodearon el accidente de tránsito del señor Cupertinio, el dolor y congoja entre sus
hijos, nieto y compañera permanente.
 Pepito Perez, CC 12345678
 Pepita Perez CC 910111213
 Sutano Perez CC 10102098

PRETENSIONES

PRIMERA.- DECLARAR administrativamente responsable a la NACIÓN-MINISTERIO


DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL, por los perjuicios materiales, morales, a la salud,
fisiológicos y a la vida en relación, ocasionados al señor CUPERTINO PÉREZ
GONZALEZ y a su núcleo familiar, por los hechos ocurridos el día 4 de agosto de
2010, cuando fue atropellado por una motocicleta de uso oficial de propiedad de la
Policía Oficial, lo que le produjo lesiones físicas en su humanidad.

SEGUNDA.- Que se condene a la entidad demandada a pagar a su favor:

Por concepto de perjuicios materiales, la suma de $3´000.000 de pesos.


Por concepto de perjuicios morales: la suma de 80 SMLMV para el actor, 60 SMLMV a
cada uno de sus tres hijos, 60 SMLMV a su nieto, y 60 SMLMV para su compañera
permanente.
Por concepto de daños fisiológicos, la suma de 50 SMLMV.

TERCERA.- DECLARAR que mi poderdante señor HECTOR IVAN DOMINGUEZ


GONZALEZ, tiene derecho al reconocimiento y pago de los intereses moratorios,
generados por la mora en el pago de las correspondientes mesadas adicionales de
junio y diciembre.

CUARTA.- Solicito al señor Juez falle en lo que considere extra y ultra petita.

QUINTA.- Por las COSTAS del proceso incluyendo las agencias en derecho.

COMPETENCIA Y CUANTIA

Es competente para conocer de este proceso, en PRIMERA INSTANCIA, el Honorable


señor Juez Administrativo del Circuito de la ciudad de Bogotá, por la naturaleza de la
acción, por el territorio donde se presentó el hecho, y por la cuantía que se desprende
de ella, según el artículo 155 de la ley 1437 de 2011 numeral 6to.

ANEXOS

Todos y cada uno de los documentos relacionados en el acápite (A ) de la


relación de medios de prueba, y el poder debidamente conferido, por mi mandante.
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NOTIFICACIONES

1. La demandada NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL en


la dirección Cra 54 # 26-25

2. Mi poderdante en la Calle 16ª No 24 sur-36/ cupertiniope1@hotmail.com

3. El suscrito, las recibiré en la calle 47 No. 13-54, Consultorio Jurídico de la


Universidad Católica de Colombia/ savaron31@ucatolica.edu.co/ 305 7393648.

Atentamente,

SERGIO ANDRÉS VARÓN ARDILA


C. C. 1032435637 de Bogotá
Abogado Practicante Adscrito al Consultorio Jurídico
Universidad Católica de Colombia, Central B

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