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LIBRO PRIMERO:
INTRODUCCIÓ N GENERAL A LA FENOMENOLO GÍA PURA
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
IDEAS RELATIVAS
A UNA FENOMEN OLOGÍA PURA
Y UNA FILOSOFÍA FENOMEN OLÓGICA
LIBRO PRIMERO
&lll
-
UNIVERSIDA D NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
INSTITUTO DE INVESTIGAC IONES FILOSÓFICAS
19 Casi no necesito advertir que he dejado sin traducir las notas críticas
poco significativas, como las que se refieren a cambios de minúscula a mayús-
cula, o las relativas a cuestiones gramaticales del alemán que no se reflejan en
la traducción.
18 PRESENTACIÓN
Drittes Buch: Die Phiinomenologie und die Fundamente der Wissenschaften. Hus-
serliana. Edmund Husserl Gesammelte Werke, Band V. Herausgegeben von Marly
Biemel. Martinus Nijhoff, Haag. Auslieferung für Deutschland durch den Max
Niemeyer Verlag (Tübingen). Auf Grund des Nachlasses veroffentlicht vom
Husserl-Archiv (Louvain) unter Leitung von H. L. van Breda. 1952. Photome-
chanical reprint, 1971. El Epílogo ("Nachwort"), en pp. 139-162.
21 La misma editora de Hua V, Marly Biemel, se refiere a él como "Epílogo
23
La mayoría de ellas se daba ya en la Presentación de Ideas II (ver la
nota anterior), y todas, como en el Glosario, en la página "Ideas (Glosario
de traducciones)" del sitio del Seminario-Taller de Estudios y Proyectos de
Fenomenología Husserliana.
PRESENTACIÓN 21
p. XIII).
7 Carta a P. Natorp del 1 de mayo de 1901 (citada en op. cit., p. XVI).
8 Carta a A. Meinong del 5 de abril de 1902 (reimpresa en Philosophenbrie-
1
Es un modo de proceder practicado a menudo por Husserl el
de buscar "apoyarse" en la elección de los temas de sus cursos
"y alcanzar bosquejos para las publicaciones" .11 De modo que
es quizá posible estimar los cursos de Husserl del semestre de
invierno de 1901-1902 sobre "Lógica y teoría del conocimien-
to", y todavía más su "Teoría general / del conocimiento" de /XVII/
1902-1903, como intentos de preparar una teoría del conoci-
miento fenomenológica. 12 En todo caso, en una anotación del
diario del invierno de 1903-1904 se advierte por primera vez
el proyecto de un "nuevo escrito" que, entre otras cosas, debía
tratar "el ideal de la teoría del conocimiento: el conocimien-
to divino" en una "importante investigación de teoría del co-
nocimiento". 13 Es probable que este plan, seguido todavía en
abril de 1904, haya sido formulado íntegramente en el curso
de Husserl del verano de 1904 sobre "Fragmentos principales
10 Véase por ejemplo la sección conclusiva de Ideas I, p. 323 (=aquí, p. 359).
11 Anotación del 25 de septiembre de 1906 en su diario: "Personliche Auf-
zeichnungen. Hrsg. von W. Biemel" ["Apuntes personales. Ed. de W. Biemel"],
en Philosophy and Phenomenological Research, 16 ( 1956, p. 299). Véase en op. cit.,
p. 301, la anotación retrospectiva del 4 de noviembre de 1907: "En gran parte
mi actividad docente se orientó por las metas de mi vida."
12 A favor de ello habla también una anotación del 4 de marzo de 1903 en la
el contenido de este curso: "He dado en la primera mitad ... una introducción
general a la teoría de la ciencia ... Después de Navidad he buscado desarrollar
brevemente las distintas formas de objetivación." ("Personliche Aufzeichnun-
gen", op. cit., p. 301.)
32 INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN
pp. XXXVI-XXXVIII.
49 Comp. los paralelismos con ello, ante todo en el Capítulo 1 de la Sección
II
Los novedosos cursos de pensamiento de las Investigaciones lógi-
cas comenzaron muy lentamente a arraigar en la más próxima
esfera de actividad de su autor, quien desde el invierno de 1901
enseñaba en la Universidad de Gotinga como profesor extraor-
dinario fuera del presupuesto. Quizá causó alguna impresión
su llamativo antipsicologismo; 61 sin embargo, el sentido posi-
tivo de sus intenciones se develó / sólo a aquellos oyentes Je /XXVI/
Husserl que participaron durante largos años en sus cursos y
seminarios, y aun a ellos sólo paulatinamente. 62 En cambio, ya
en el año de 1902, gracias al excepcional Johannes Daubert,
la obra tuvo entre los alumnos de quien había sido agudamen-
te impugnado por Husserl en los Prolegómenos, Theodor Lipps
(como por lo demás también sobre este mismo), 63 un efecto
contundente. 64 Bajo la dirección.de Daubert y del decano de
manner since Husserl had not yet thought the subject through" (D. Cairns,
Conversatioris with Husserl and Fink (Phaenomenologica, 66), La Haya, 1976,
p. 2).
61
Por ejemplo sobre Hugo Dingler. Comp. su obra Die Grundlagen der Na-
turphilosophie [Los fundamentos de la filosofía de la naturaleza], Leipzig, 1913,
p. 200, nota 6.
62
Quizá puede contarse como el más temprano de los discípulos propia-
mente fenomenológicos de Husserl al estético Waldemar Conrad, quien estu-
dió con él a partir de 1903. Comp. sobre él por ejemplo Z. Konstantinovi~,
Phiinomenologie und Literaturwissensschaft [Fenomenología y ciencia de la literatu-
ra], Munich, 1973, pp. 38-50. '
63 Comp. E. Holenstein, "Introducción
del editor", Husserliana XVIII,
p. XLII, así como Th. Lipps, Die Aufgabe der Psychologie [La tarea de la psico-
logía], 1904, p. 5 s.
64 Más detalles
sobre ello se verán en mi Husserl über Pjiinder, ibid., pp. 19-
23. E. Avé-Lallemant, Die Nachliisse der Münchener Phiinomenologen in der Baye-
rischen Staatsbibliothek [Los legados de los fenomenólogos de Munich en la Biblioteca
del Estado de Baviera], Wiesbaden, 1975, p. X, observa con razón: "Examinar
40 INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN
75 Ms.
F I 9/4a.
76 Comp. Husserliana XIII, p. 510. El texto de estas hojas está impreso en
ibid., pp. 141-152.
INTRODUCCIÓ N DEL EDITOR ALEMÁN 45
81
Ya el título de "Introducción a la fenomenología" recuer-
da el de las Ideas I: "Introducción general a la fenomenología
pura". El contenido del curso que acabamos de exponer breve-
mente ta1mpoco encuentra ningunas correspondencias en las
continuaciones de las Ideas I que bajo los títulos de Ideas 11 e
Ideas Ill han sido editadas por vez primera como Husserliana
IV y V. Así que hay que considerar el curso exclusivamente
como preparación del primer libro de las Ideas. A fávor de
ello habla también el que Husserl añadiera al título nombra-
do de "Introducción a la fenomenología": "No pensado como
introducción a la filosofía" .82 Como se sabe, las Ideas I son
una introducción a la FENOMENOLOGÍA PURA, pero no a la FI-
LOSOFÍA (fenomenológica).
Puesto que todavía en la segunda mitad de abril de 1912
Husserl trabajaba en la redacción de los manuscritos-MA, le
quedaban para la reorientación en la redacción de una obra
general comprehensiva sobre fenomenología sólo diez días en
total. Ahora bien, se había establecido, quizá también en las
conversaciones de Ratisbona, que el nuevo Anuario debía apa-
recer "desde el otoño del año" ,83 y los manuscritos de las con-
tribuciones ya debían haber sido entregados a más tardar el
1 de agosto de 1912. 84 Así que Husserl apenas pudo ceñirse
a su acostumbrada marcha de trabajo -primero redacción de
curso, después intento de composición-. Más bien, al lado de
la composición del texto que progresaba en las clases de hora
en hora, tuvo que redactar casi simultáneamente los primeros
85
borradores para la publicación. Quizá todavía en mayo, pero
seguro desde comienzos de junio, es decir, durante las vacacio-
nes de Pascua de 1912, empezó Husserl a trabajar en el libro
/xxxm/ planeado. El 7 de julio de 1912 le informa por ello a su/ an-
tiguo discípulo William E. Hocking, que escribe "ahora con
ahínco" en su publicación.
81 Ms.F1 4/la.,
82 Ms. F 14/la.
83 Carta a W. E. Hocking del 7 de julio de 1912.
84 Carta de A. Pfander a Husserl del 10 de junio de 1912.
85 El 24 de mayo de 1912 le escribe Malvine Husserl a G. Albrecht que Hus-
III
Los trabajos previos de Husserl y los posteriores intentos de
reelaboración de las obras publi(:adas por él mismo son, o
muy pocos en número -como en el caso de Lógica formal y
lógica trascendental-, 87 o de muy vasto alcance y desbordantes
--como en las Investigaciones lógicas, las Méditations Cartésiennes
o la Crisis de las ciencias europeas-, como para poder ofrecerlos
en una nueva edición junto con las obras respectivas en forma
tal que permitiera seguir, de manera iluminadora, la génesis de
las mismas en la corriente del pensamiento de Husserl desde
los primeros esbozos protoinstituyentes hasta sus últimas modi-
ficaciones apresables. En las Ideas I, por el contrario, la exten-
sión del material conservado se halla en el medio entre esos
extremos. Puesto que aquí, por ende, se podía documentar en
forma panorámica cómo una obra husserlÍana se matizaba en
perspectiva temporal en la evolución de Husserl, se decidió,
en la oportunidad de esta nueva edición, / presentar íntegra- /XXXIV/
mente el "dossier Ideas I", para usar una expresión del fundador
86
Se trata de las nueve hojas F I 42/26-28 y B 11 lS/63-68.
87 Publicada de nuevo en Husserliana XVII.
48 INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN
ducción impresa a las Ideas, que debió de ser escrita en los primeros meses de
1913. Más tarde Husserl dividió una vez más los trabajos preparatorios para el
Libro Segundo en dos nuevas redacciones que fueron editadas por M. Biemel
a partir de los escritos póstumos como los libros "segundo" y "tercero" de las
Ideas en Husserliana IV y V.
º
11 Investigaciones Lógicas I, "Prólogo a la segunda edición'', p. X (Husserliana
XVIII, p. 10).
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN 53
sido también la razón por la cual Husserl tuvo que renunciar a una conferen-
cia en la Sociedad Kant de Berlín planeada para comienzos de marzo de 1913
(comp. la carta de O. Simmel a Husserl del 2 de marzo de 1913).
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN 55
IV
Inmediatamente tras la impresión de Ideas I, en la primavera
de 1913, se dedicó Husserl a la reforma de las Investigaciones
lógicas, de las cuales los "Prolegómenos" y las primeras cinco
investigaciones aparecieron ya en el otoño del mismo año en
segunda edición mejorada. Llevó luego a cabo extensos inten-
/XLII/ tos de reforma / de la Sexta Investigación en varias acometi-
das, por lo menos hasta el verano de 1914, 129 para luego en
las vacaciones de Pascua de 1915 emprender el "ensayo de pro-
seguir de nuevo y con más profundidad" 130 el manuscrito a
lápiz de las Ideas 11. De modo que no le quedó tiempo en el
año para la preparación de nuevos cursos de investigación. Ya
en el invierno de 1912-1913 sólo había podido dar, debido a
la redacción de las Ideas, una repetición del curso de lógica
del invierno de 1910-1911, que también en el semestre de in-
vierno de 1914-1915 leyó una vez más. El curso de verano de
1913 sobre "Naturaleza y espíritu" se basó ampliamente en el
manuscrito a lápiz de las Ideas 11; en el invierno de 1913-1914
no impartió Husserl ningún curso de investigación, y en el ve-
128 Sobre el origen de este índice comp. G. Walther, Zum anderen Ufer [A la
145 Carta aj. Daubert del 19 de julio de 1913. El nexo de ambos lo corro-
V
El intento de mayor alcance, el más unitario y el más exitoso
que hizo Husserl por darle a las Ideas 1 una forma nueva y
mejor, y a la vez el único intento del cual Husserl mismo pu-
blicó un fragmento, es su reelaboración de la obra emprendi-
da en el otoño de 1929. Como había ocurrido ya con su redac-
ción en el otoño de 1912, fue de nuevo, diecisiete años más
tarde, un impulso externo lo que lo llevó a tomar la pluma:
el propósito del filósofo australiano William R. Boyce Gibson
158 Carta a D. Mahnke del 7 de agosto de 1924.
159 Carta a Felix Kaufmann del 27 de marzo de 1923.
16
°Carta a J. Daubert del 22 de diciembre de 1923. Comp. las Briefe an
Roman Ingarden, p. 24 s.
161 Anexos 33 y 34. A este contexto podría pertenecer también la reflexión
164 H. Spiegelberg,
"Editorial Preface" de su edición del "Diario" de Boyce
Gibson, enjournal of the British Society Jor Phenomenology, 2, 1971, p. 60.
165 W. R. Boyce Gibson,
"From Husserl to Heidegger: Excerpts from a 1928
Freiburg Diary" (ed. por H. Spiegelberg), en Journal of the British Society far
Phenomenology, 2, 1971, p. 65.
166 Loe. cit.,
p. 71.
167 Loe. cit.,
p. 76.
168 Publicadas en Husserliana
1, pp. 1-39. [Versión en castellano: Las confe-
rencias de París, Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM, México, 1988;
2a. ed., 2009. (N. del t.)]
169 Publicado por Eugen
Fink en Tijdschrift voor Philosophie, l, 1939, pp. 106-
133 y pp. 319-339 [una versión española de Agustín Serrano de Haro está
incluida en el volumen de E. Husserl, Textos breves ( 1887-1936) que publicará
próximamente la editorial Sígueme (N. del t.)]. No está excluido que este
"Proyecto de un prólogo" haya ejercido una influencia por lo menos indirecta
sobre el "Epílogo a mis Ideas" impreso en 1930.
64 INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN
de todos los sujetos trascendentales, respecto de mí, y luego del mío mismo
respecto de ellos". Este manuscrito fue editado en el contexto en que final-
mente Husserl lo asignó por l. Kern en Husserliana XV como Texto Núm. 2,
pp. 22-39.
º
2 1 Comp. la cita arriba en p. XLVIII.
º
2 2 Ms. B 11 4/87a.
203
Ms. B IV 3/la.
2o 4 Husserliana VIII, p. 55.
º
2 5 "Notas marginales", p. 498. [En esta traducción, véase la nota 451 de las
º
2 7 Título del Ms. B 11 4/98-100.
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN 71
208
Ms. B 11 4/87a.
209 Anexo 77.
º
21 Anexos 76 y 78.
211 Comp. los datos sobre este
manuscrito en Husserliana VIII, pp. 576 s. y
en Husserliana IX, p. 640.
212 Anexo 84. Comp. el señalamiento a él
en las "Notas marginales", p. 488.
:En esta traducción, véase la nota 213 de las "Notas marginales en los ejem-
plares propios". (N. del t.)]
213 Anexo 82, p. 642.
72 INTRODUCCIÓN DEL EDITOR ALEMÁN
***
Cuando en el año de 1971 el fundador y a la sazón director
de la Husserliana, el Profesor Padre H.L. Van Breda, me enco-
mendó la preparación de una nueva edición de las Ideas 1 de
E. Husserl, no podía preverse qué dificultades traería consigo
esta empresa. Tanto más agradecido le estoy al padre, tan pre-
maturamente fallecido, por su asistencia. - El Dr. E. Marbach
tomó a su cargo la tarea de cotejar los textos manuscritos publi-
cados en el segundo semitomo con los originales de Husserl,
y en esa oportunidad también contribuyó en la planeación de
la edición. - Quiero agradecer en particular a mi mujer, no
solamente por su variada ayuda práctica en la realización de
los trabajos de edición y de la corrección de pruebas, sino an-
te todo por sus muy provechosos juicios para el proyecto y la
singular hechura de la presente edición.
Karl Schuhmann
Introducción general
a la fenomenología pura
SECCIÓN PRIMERA:
LAS ESENCIAS Y EL CONOCIMIENTO DE ESENCIAS
ªSobre la idea de la lógica pura como mathesis universalis, cfr. las Investiga-
ciones lógicas, tomo 1, capítulo final.
b Cfr. más adelante la Sección 111, Cap. I, § 72. (2 )
100 LAS ESENCIAS Y EL CONOCIMIENTO DE ESENCIAS
[22] pues, algo coordinado con las regiones materiales (las regio-
1
!3 12 . Género y especie
§ 13 . Generalización y formalización
Rigurosamente, hay que distinguir las relaciones de la gene-
ralización y la especialización de las relaciones, esencialmen-
te heterogéneas, de la GENERALIZACIÓN DE LO DOTADO DE
CONTENIDO A LO FORMAL LÓGICO-PURO, o, a la inversa, de
la DONACIÓN DE UN CONTENIDO a algo lógicamente formal.
HECHO Y ESENCIA 109
ªCfr. los extensos análisis de las Investigaciones lógicas, 11, Investigación llI,
especialmente en la exposición algo mejorada de la nueva edición (1913). 65
HECHO Y ESENCIA 113
atendía, pasando por las partes no vistas del cuarto que están
a mi espalda, hasta el balcón, el jardín, los niños en el cenador,
etc., hasta todos los objetos de los cuales justamente "sé", como
objetos que están acá o allá en mi entorno inmediatamente co-
conciente -un saber que no tiene nada de pensar conceptual y
que únicamente 94 con el volverse de la atención, y aun enton-
ces sólo parcial y las más de las veces muy imperfectamente, se
convierte en un claro intuir. 95
Pero tampoco con el círculo de esta COPRESENCIA, intuiti-
vamente clara u oscura, distinta o indistinta, que constituye un
constante contorno del campo de percepción actual, se ago-
ta el mundo que para mí está concientemente "ahí delante"
en cada momento de la vigilia. Este mundo se extiende, antes
bien, en un ftjo orden del ser, hasta lo ilimitado. Lo actualmen-
te percibido, lo más o menos 96 claramente copresente y deter-
minado (o determinado hasta cierto punto, al menos), está en
parte atravesado, en parte rodeado por un HORIZONTE OSCU-
RAMENTE CONCIENTE DE REALIDAD INDETERMINADA. Puedo
lanzar hacia éste rayos de la mirada iluminadora de la atención,
con variable resultado. Evocaciones determinadoras, primero
oscuras,. pero que se van avivando, destacan algo para mí; se
eslabona una cadena de semejantes recuerdos; el círculo de la
determinación se amplía más y más, y eventualmente tanto, que
se establece el nexo con el campo de percepción actual como
entorno CENTRAL. Pero en general el resultado es distinto: una
niebla vacía de oscura indeterminación se puebla de intuitivas
posibilidades o conjeturabilidades, y sólo se delinea la "forma"
del mundo, precisamente como "mundo". El entorno indeter-
minado es, por lo demás, infinito. 97 El horizonte, nebuloso y
nunca plenamente determinable, está necesariamente ahí.
Lo mismo que pasa con ,el mundo en su orden de ser del
presente espacial, que es el que he considerado hasta aquí, pa-
sa con él con respecto al ORDEN DE SER EN LA SUCESIÓN DEL
TESIS DE LA ACTITUD NATURAL Y SU DESCONEXIÓN 137
TIEMPO. Este mundo que está ahí delante para/ mí ahora, y /58/
patentemente en cada ahora de la vigilia, tiene su horizonte
temporal infinito por dos lados, su pasado y su futuro conoci-
dos y desconocidos, inmediatamente vivos y no vivos. En libre
activación del experimentar, que me trae a intuición lo que se
halla ahí delante, puedo perseguir estos nexos de la realidad
que me circunda inmediatamente. Puedo cambiar mi posición
en el espacio y en el tiempo, dirigir la mirada hacia acá y hacia [50]
1
429
la esencia de un yo puro EN GENERAL y de una vivencia EN
GENERAL radica la posibilidad ideal de una reflexión que tiene
el carácter esencial de una tesis de EXISTENCIA evidentemente
insuprimible.ª
La consideración recién hecha pone también en claro que
no cabe concebir prueba alguna sacada de la contemplación ex-
periencia! del mundo que nos haga cerciorarnos con absoluta
seguridad de la existencia del mundo. El mundo no es dudoso
en el sentido de que hubiese motivos racionales que entrasen
/99/ en cuenta contra la enorme/ fuerza de las experiencias con-
cordantes, sino en el sentido de que una duda es PENSABLE,
y lo es, porque la posibilidad430 del no ser, como posibilidad
de principio, nunca está excluida. Toda fuerza de experiencia,
por grande que sea, puede ser paulatinamente contrapesada y
superada. En el ser absoluto de las vivencias nada cambia con
ello; más aún, éstas siguen siendo siempre un presupuesto de
todo ello. 431
432 Nuestra consideración ha llegado con esto a una cima.
NOTA
499
§ 52. Complementos. La cosa física y la "causa desconocida de
las apariencias"
Pasemos ahora a los complementos necesarios. Desarrollamos
la última serie de nuestras meditaciones refiriéndonos prin-
cipalmente500 a la cosa de la imaginatio sensible y sin tomar en
justa cuenta la cosa física, para la cual la cosa que aparece sensi-
blemente (la perceptivamente dada) ha de fungir como "mera
apariencia", incluso, digamos, como algo "meramente subjeti-
vo". Sin embargo, está ya implícito en el sentido de nuestras
exposiciones anteriores el que esta mera subjetividad no debe
confundirse (como se hace tan frecuentemente) con una sub-
jetividad de vivencias, como si las cosas percibidas, en sus cua-
lidades perceptivas, y como si estas mismas, fuesen vivencias.
Tampoco puede ser la verdadera opinión de los investigadores
de la naturaleza (sobre todo si nos atenemos, no a sus manifes-
taciones, sino al sentido de su método) que la cosa que aparece
sea una ilusión o una "IMAGEN" defectuosa de la "verdadera"
cosa física. Igualmente induce a error decir que las determina-
ciones de la aparición son "SIGNOS" de las verdaderas deter-
minaciones. a
¿Debemos, entonces, decir en el sentido del "REALISMO",
tan difundido, que lo realmente percibido (y lo que aparece, en
el primer sentido) ha de considerarse, por su parte, como apa-
riencia o substrucción instintiva de algo distinto, íntimamente
extraño a él y501 separado de él? ¿Debe esto último pasar, bajo
[98] el punto de vista teórico, por una realidad completamente des-
1
ªCfr. las exposiciones sobre la teoría de las imágenes y los signos en el § 43,
p. 78 SS.
LA REGIÓN DE LA CONCIEN CIA PURA 195
extraña a estas últimas y que las encubra; 509 antes bien, sólo en
la medida en que la x es sujeto de las determinacion es sensi-
bles es también sujeto de las físicas, que por su parte se DAN A
CONOCER EN 510 las sensibles. Por principio, según lo expues-
to en detalle, una cosa, y justo la cosa de que habla el físico,
sólo puede estar dada sensiblemente , en "modos de aparecer"
sensibles, / y lo idéntico que aparece511 en la cambiante con- / 113/
tinuidad de estos modos de aparecer es lo que el físico, en [100]
1
556
religión. De tal modo, SUCUMBEN A LA DESCONEXIóN TO-
DAS LAS CIENCIAS DE LA NATURALEZA y DEL ESPÍRITU con
su acervo de conocimiento entero, precisamente como ciencias
que han menester de la actitud natural.
*En el texto de la edición alemana que sigue esta traducción (la de Karl
Schuhmann de 1976: Husserliana III/ 1) falta una línea entre las líneas 8 y
9 de la página 132 ("nicht zur Immanenz des BewuBtseins selbst gehüren.
Man muB"; en la traducción, desde "no pertenecen" hasta "Hay que"), que
tomamos de la edición de Walter Biemel de 1950, p. 146, líneas 36-37. Véase
la Presentación.
218 LA CONSIDERACIÓN FENOMENOLÓGICA FUNDAMENTAL
NOTA
CAPÍTULO PRIMERO
CONSIDERACION ES METODOLÓGICA S
PRELIMINARES 572
por decirlo así, las otras significacio nes que en ciertas circuns-
tancias se imponen por la costumbre) , de tal suerte que reten-
gan con ftjeza sus conceptos intelectuale s en todos los posibles
contextos del pensar actual y pierdan la capacidad de adaptarse
a otras <ladones intuitivas con otras esencias que den cumpli-
miento. En todo momento es menester, dado que hay buenas
razones para evitar todo lo posible los términos técnicos extra-
ños al lenguaje de vigencia general, tener cautela frente a los
equívocos existentes en el uso común de las palabras y revisar
con frecuencia si lo ftjado en un contexto anterior se emplea
realmente en el mismo sentido en un nuevo contexto. Pero no
es éste el lugar de entrar en el detalle de estas reglas y otras se-
mejantes (por ejemplo, de aquellas que se refieren a la ciencia
como producto de una colaboració n intersubjetiv a).
§ 67. 574
Método de la clarificación. "Cercanía de la dación" /141/
y "lejanía de la dación"
De mayor interés son para nosotros consideraci ones metodo-
lógicas que, en vez de referirse a la expresión, se refieren a
las esencias y nexos de esencias que hay que expresar a través
de ella y que antes hay que captar. Si la mirada de la inves-
tigación se dirige a vivencias, éstas se ofrecerán, en general,
en un VACÍO y una VAGA LEJANÍA, que no las hace utilizables
ni para una constatació n singular ni para una eidética. Otra
cosa sería si, en lugar de interesarno s por ellas mismas, nos
interesáram os más bien por su modo de darse y quisiéramos
investigar la esencia de ese vacío y esa vaguedad mismos, que,
por su parte, no vienen a dación vagamente, sino con la más
plena claridad. Pero si lo vagamente conciente mismo, diga-
mos lo que flota oscurament e en el recuerdo o en la fantasía,
ha de entregar su esencia propia, lo que entregue sólo puede
ser algo imperfecto; es decir, allí donde las INTUICIONE S SIN-
GULARES que sirven de base a la captación de esencias son de
un ínfimo nivel de claridad, TAMBIÉN lo son las CAPTACION ES
DE ESENCIAS, y correlativam ente lo CAPTADO es en su sentido
"OSCURO", con sus nebulosidad es y sus imprecision es externas
e internas. Resulta imposible o "sólo a grandes rasgos" posible
decidir si lo captado aquí y allí es lo mismo (o la misma esencia)
o algo distinto; no puede establecerse qué component es entran
228 SOBRE LA METODOLOGÍ A Y LA PROBLEMÁTIC A
594
Cada yo vive sus vivencias, y en éstas hay diversos elemen- [145]
tos encerrados, tanto realmente, a la manera de ingredientes,
como intencionalmente. Que el yo las viva no quiere decir que
las tenga a ellas y a lo encerrado en ellas "ante la mirada" y las
capte en el modo de la experiencia inmanente o de alguna otra
intuición o representación inmanente. Toda vivencia que no es-
tá ante la mirada puede convertirse, de acuerdo con una posibi-
lidad ideal, en vivencia "mirada"; una reflexión del yo se dirige
a ella, y ella se convierte entonces en objeto PARA el yo. Lo
mismo pasa con las posibles miradas del yo a los componentes
de la vivencia y a sus intencionalidades (a aquello DE QUE son
eventualmente conciencia). Pero las reflexiones son a su vez vi-
vencias y pueden en cuanto tales tornarse sustratos de nuevas
reflexiones y así in infinitum, con generalidad de principio.
La vivencia vivida realmente en cada caso se da, al caer bajo
la mirada reflexiva, COMO realmente vivida, como siendo "aho-
ra";/ pero no sólo esto: se da también como habiendo SIDO /163/
hace un momento, y en tanto que no era mirada, precisamente
como tal, como habiendo sido irreflejada. En la actitud natural
vale para nosotros como una obviedad, sin haberle dedicado
mucho pensamiento, que las vivencias no existen sólo cuando
estamos vueltos a ellas y las captamos en la experiencia inma-
nente, y que eran reales, y eran vividas sin duda alguna real-
mente por nosotros, cuando en la reflexión inmanente en el
interior de la RETENCIÓN (del recuerdo "primario") son "toda-
vía concientes" como "recién" sidas.
595
Estamos convencidos, además, de que también la refle-
xión sobre la base de la REMEMORACIÓN y "en" ella, nos da a
conocer nuestras vivencias anteriores, que "entonces" estaban
presentes, entonces eran perceptibles inmanentemente, aun-
que no estaban inmanentemente percibidas. Precisamente lo
mismo es válido, según la manera de ver natural e ingenua,
por respecto a la PREMEMORACIÓN, la expectativa que dirige
su mirada hacia delante. Ante todo entra aquí en cuenta la in-
mediata "PROTENCióN" (como pudiéramos decir), la exacta
contraparte de la inmediata retención, y luego la prememora-
ción, re-presentativa de una manera totalmente distinta y en
el más propio sentido REproductiva, que es la contraparte de
la REmemoración. En ella, lo intuitivamente esperado, aquello
252 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
año 1905"], Archiv f d. ges. Psychologie, tomo IX ( 1907). - HJ. Watt polemiza
exclusivamente con T. Lipps. Aunque no se menciona mi nombre, creo poder
considerar su crítica como dirigida también contra mí, puesto que una gran
parte de lo que expone en su reseña pudiera referirse igualmente bien a mis
Investigaciones lógicas ( 1900-1901) que a los trabajos de T. Lipps, posteriores
cronológicamente.
ªLoe. cit., p. 5.
260 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
caracteriza como acto del yo, "procede del yo", que "vive" en
él "actualmente". Ya hemos hablado de ello y vamos a recordar
en pocas palabras lo antes expuesto.
/179/ Observando, percibo YO algo; de igual modo, con mucha
frecuencia estoy YO en el recuerdo "ocupado" con algo; cua-
siobservando sigo YO en la fantasía fingidora el trajinar que
tiene lugar en el mundo fantaseado. O bien, yo medito, yo saco
conclusiones; yo me retracto de un juicio, eventualmente "abs-
teniéndome" sin más de juzgar. Yo llevo a cabo un agradarme
o desagradarme, yo me alegro o estoy triste, yo deseo, o yo
quiero y hago; o, también, yo "contengo" la alegría, el deseo,
el querer y el obrar. En todos estos actos yo participo, partici-
po ACTUALMENTE. Al reflexionar, me aprehendo participando
como este hombre.
Pero si llevo a cabo la bmx~ fenomenológica, sucumbo,
como el mundo entero de la tesis natural, también "yo, el hom-
bre" a la desconexión, quedando la pura vivencia de acto con
su propia esencia. Pero veo también que la aprehensión de la
misma como vivencia humana, prescindiendo de la tesis de
existencia, acarrea toda clase de cosas que no necesariamente
tienen que concurrir en ella, 608 y que, por otra parte, no hay
desconexión capaz de anular la forma del cogito y de borrar
el sujeto "puro" del acto: el "estar dirigido a", "estar ocupado
con", "tomar posición relativamente a", "experimentar, pade-
cer por", encierra NECESARIAMENTE en su esencia esto: ser,
precisamente, un "desde el yo", o, en el rayo de dirección in-
ESTRUCTURAS GENERALES DE LA CONCIENCIA PURA 269
Sobre la terminología
En las Investigaciones lógicas precisamente esto general se desig-
na como "carácter de acto" [Aktcharakter], y toda vivencia con-
creta de este/ carácter, como "acto" [Akt]. Las constantes ma- / 190/
las inteligencias que ha experimentado este concepto de acto
me mueven (aquí, como en mis lecciones desde hace ya varios
años) a delimitar la terminología algo más cautelosamente y a
ªCfr. supra, § 37, p. 65 ss.
280 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
ª 11, la. ed., Investigación VI, § 58, p. 652; el concepto de contenido prima-
rio se encuentra, por lo demás, ya en mi Filosofía de la aritmética, 1891, p. 72 y
otras varias.
ESTRUCTURAS GENERALES DE LA CONCIENCIA PURA 283
Nota
La palabra función en la combinación "función psíquica" la usa
Stumpf en sus importantes 641 Disertaciones de la Academia de
Berlínª en oposición a lo que él llama "aparición" [Erscheinung].
ªCfr. Investigaciones lógicas, 11, la. edición, Investigación I, § 14, p. 50, sobre
el "sentido impletivo" (cfr. Investigación VI, § 55, p. 642, sobre "sentido per-
ceptivo"); además, para lo que sigue, la Investigación V, § 20 s., sobre "ma-
teria" de un acto; igualmente, Investigación VI, §§ 25 a 29 y otros pasajes.
["Sentido impletivo" es la expresión que traduce "erfüllender Sinn" en la ver-
sión de las Investigaciones lógicas de Manuel G. Morente y José Gaos. Aquí
hemos traducido antes esta expresión alemana como "sentido que da cumpli-
miento": véase el último párrafo del § 66. (N del t.)]
NÓESIS Y NÓEMA 295
hace echar de menos la comprensión de que se trata del primero y radical CO-
MIENZO de la doctrina de la atención, y de que la investigación ulterior debe
conducirse dentro del marco de la intencionalidad, y no en seguida como
empírica,678 por cierto, sino ANTE TODO como eidética.
308 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
ªCfr. Investigaciones lógicas, 11, la. ed., Investigación V, § 21, p. 391. [En
el § 21 de la Investigación V, al que aquí remite Husserl, se introducen las
nociones de "esencia intencional y "esencia significativa"; la de "esencia cog-
noscitiva" no se introduce hasta la Investigación VI, § 28. Como son aquéllas
y no ésta las que tienen interés en este lugar, cabe preguntarse si no se debe a
un error el que aquí aparezca en el texto "cognoscitiva" [erkenntnismiissig] en
vez de "significativa" [bedeutungsmii.ssig]. (N. del t.)]
310 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
tiene a la vista el número -orientado como está hacia las operaciones con
números, pero no hacia los problemas fenomenológicos de la relación entre
el número y la conciencia del número. 683 La fenomenología le fue aquí, en
la esfera lógica, como en general, algo COMPLETAMENTE EXTRAÑO al gran
lógico. Esto no puede menos de ser claro para todo el que haya estudiado
realmente la Wissenschaftslehre de Bolzano, que por desgracia se ha vuelto tan
rara, y además no esté inclinado a confundir toda elaboración de conceptos
eidéticos fundamentales -la labor fenomenológicamente ingenua- con una
labor fenomenológica. Habría entonces que ser tan consecuente como para
llamar fenomenólogo a todo matemático creador de conceptos, digamos a un
G. Cantor en vista de su genial determinación de los conceptos fundamentales
de la teoría de conjuntos, e igualmente, en conclusión, también al descono-
cido creador de los conceptos geométricos fundamentales en la aurora de la
antigüedad.
312 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
árbol que está ahí, que ahora está ahí quieto, luego aparece
movido por el viento, y que también se ofrece en muy diversos
modos de aparecer en la medida en que, sin dejar de observar-
lo, cambiamos nuestra posición en el espacio en relación con
él, digamos acercándonos a la ventana o simplemente alteran-
do la posición de la cabeza o de los ojos, a la vez que relajamos
la acomodación y de nuevo la tensamos, etc. La unidad de UNA
percepción puede de esta forma abrazar en sí una gran multi-
plicidad de modificaciones que nosotros, en cuanto observa-
dores en actitud natural, adscribimos, ora al objeto real como
alteraciones SUYAS, ora a una relación real y real con nuestra
320 SOBRE LA METODOLOGÍA Y LA PROBLEMÁTICA
COMO TAL. Como caracteres EN lo, por así decirlo, "ideal", son
ellos mismos "ideales" y no ingredientes.
En un análisis más preciso se advierte que los caracteres
puestos por ejemplo no pertenecen a UNA serie.
Por un lado, tenemos la modificación REPRODUCTIVA sim-
ple, la re-presentación simple, que EN SU PROPIA ESENCIA se
DA, harto notablemente, como MODIFICACIÓN DE ALGO DIS-
TINTO. La re-presentación remite en su propia esencia feno-
menológica a la percepción: por ejemplo, el acordarse de algo
pasado implica, como ya advertimos anteriormente, el "haber
percibido"; así, pues, en cierto modo la peréepción "correspon-
diente" (percepción del mismo núcleo de sentido) es conciente
en el recuerdo, pero, sin embargo, no está realmente conteni-
/234/ da en él. El recuerdo es, precisamente en su/ propia esencia,
"modificación de" percepción. CORRELATIVAMENTE, lo carac-
terizado como pasado se da en sí mismo como "presente sido",
esto es, como una modificación del "presente", el cual, en cuan-
to inmodificado, es precisamente el "originario", el "presente
en persona" de la percepción.
Por otro lado, la modificación FIGURATIVA pertenece a otra
serie de modificaciones. Ella re-presenta "en" una "imagen".
Pero la imagen puede ser algo que aparezca originariamente,
por ejemplo, la imagen "pintada" (no la COSA pintura, aque-
[210] lla de la 1 que se dice, por ejemplo, que cuelga en la pared)ª
que captamos perceptivamente. Pero la imagen puede ser tam-
bién algo que aparezca reproductivamente, como cuando en el
recuerdo o en ·libre fantasía tenemos representaciones figura-
tivas. 706
A la vez, se observa que los caracteres de esta nueva serie
no sólo están referidos retrospectivamente a los de la prime-
ra, sino que también presuponen complexiones. Esto último
en vista de la distinción entre la "imagen" y lo "representado
en la imagen",* inherente noemáticamente a la esencia de esta
§ 128. Introducción
Las excursiones fenomenológicas del último capítulo nos han
hecho entrar bastante en todas las esferas intencionales. Guia-
dos por el radical punto de vista de la distinción entre análisis
de ingredientes y análisis intencionales, entre análisis noéticos
y análisis noemáticos, topamos por todas partes con estructu-
ras que se ramificaban siempre de nuevo. Ya no podemos ce-
rrarnos a la intelección de que con esta distinción se trata de
hecho de una estructura fundamental que atraviesa todas las
estructuras intencionales, que, por tanto, tiene que formar un
dominante leitmotiv de la metodología fenomenológica y de-
terminar la marcha de todas las investigaciones relativas a los
problemas de la intencionalidad.
A la vez, resulta claro que con esta distinción queda eo ip-
so puesta de relieve otra de dos regiones de ser radicalmente
opuestas y, sin embargo, esencialmente referidas una a otra.
Hemos insistido anteriormente en que la conciencia en gene-
ral tiene que ser considerada como una región de ser propia.
Pero luego reconocimos que la descripción de la esencia de la
conciencia conduce a la de lo conciente en ella, que el corre-
lato de la conciencia es inseparable de la conciencia y que, sin
embargo, no está contenido en ella como un ingrediente. Así
se distinguió lo noemático como una OBJETIVIDAD aneja a la
394 RAZÓN Y REALIDAD
ªEn el sentido de las exposiciones supra, § 127, p. 262 ss., también§ 105 s.,
p. 127 SS.
408 RAZÓN Y REALIDAD
es deseable (no deseaDO ); en lugar de "S debe ser P", que S sea
P, eso debe ser, eso es algo debido, etc.*
La fenomenología misma no ve su tarea en el cultivo siste-
mático de estas morfologías, en las cuales, como puede apren-
derse en la morfología apofántica, se derivan deductivamente
a partir de primitivas configuraciones fundamentales axiomá-
[278] ticas 1 las posibilidades sistemáticas de todas las demás confi-
guraciones; 823 su campo es el análisis del apriori mostrable en
intuición INMEDIATA, la ftjación de esencias y nexos de esencia
inmediatamente intelectivos y su conocimiento descriptivo en
la trabazón sistemática de todos los estratos en la conciencia
trascendentalment e pura. Lo que el lógico teórico aísla en la
teoría formal de la significación, tratándolo como algo por sí
en virtud de la dirección unilateral de su interés, sin atención
ni comprensión de los nexos noemáticos y noéticos en que está
entretejido fenomenológicame nte -esto es lo que toma el fe-
nomenólogo en su contexto pleno. Su gran tarea es perseguir
OMNILATERALMENTE los entrelazamientos de esencia fenome-
nológicos. Toda mostración axiomática simple de un concepto
lógico fundamental se convierte en un título para investigacio-
nes fenomenológicas. Ya lo que con la más amplia generalidad
lógica se pone simplemente de manifiesto como "proposición"