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La crisis de las
ciencias europeas y la
fenomenología trascendental
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ESTUDIO PRELIMINAR
por aquel espíritu superior no persistió, eso sólo pudo suceder por
que perdió la potente creencia en una filosofía universal, en su ideal y
en el alcance de un nuevo m étodo” (p .8).
Desde las primeras páginas Husserl señala que se va a ocupar en
particular de la Modernidad filosófica, puesto que ella, inspirada en el
Renacim iento, intenta a la vez una repetición y una transformación
universal del sentido de su idea de la filosofía antigua y del verdadero
método (p .1 2 ). Para Husserl, la filosofía no sirve meramente a propó
sitos culturales, por eso pone en claro: “[...] en nuestro filosofar [...]
somos funcionarios de la hum anidad” (p. 15).
nemos representaciones y con ocim ien tos adecuados, y sólo los te
nemos en lo aním ico propio n u estro” (p. 8 8 ).
La posición de Locke y sus dificultades im plícitas conducen a una
reconfiguración del em pirism o devenido idealismo paradojal en Ber
keley, para quien la fuente de todo conocim iento es la experiencia de sí
mismo y sus datos inm anentes; las cosas corporales de la experiencia
natural son reducidas a los com plejos de datos sensibles en que apare
cen. Proponer una materia existente en sí sería un “invento filosófico”.
De este modo Berkeley disuelve la concepción de “formación de con
ceptos” de la ciencia de la naturaleza racional en una “crítica sensualista
del conocim iento” (p. 89).
Hume lleva hasta el extrem o esta posición: “Todas las categorías de
la objetividad, las científicas en las que lo científico, lo pre-científico
en las que la vida cotidiana piensa un mundo extra-aním ico, objetivo,
son ficciones” (p. 8 9 ). No es necesario adentrarse más en este punto
puesto que se trata de una conclusión escéptica y “com o todo escepti
cismo, com o todo irracionalism o, también el de Hume se suprime a sí
mismo” (p. 90 ). Es de mayor interés, según la óptica que conduce esta
revisión, destacar el aporte positivo de Hume, señalado por Husserl, a
la marcha de la filosofía trascendental.
El Tratado de Hume es, destaca Husserl, un acontecim iento históri
co importante. Ya no era posible sustraerse a la exigencia cartesiana de
retroceder al yo cognoscente en su inmanencia. Los descubrimientos
matemáticos y de las ciencias de la naturaleza, cuya verdad y método
eran considerados com o definitivos, resultaban ser una prueba a favor
de la posibilidad de fundar un nuevo racionalismo filosófico. Contra
tal convicción el escepticism o em pírico sostiene que “el conjunto del
conocimiento del m un do, tanto el pre-científico com o el científico, es un
enigma enorme" (p. 9 1 ); “[...] los productos de la conciencia lo son
del sujeto cognoscente, la evidencia y la claridad se transformaron en
incom prensible contrasentido” (p. 92 ). En ese estado de cosas científi-
co-cultural se habría podido hallar “un modo com pletamente nuevo
de juzgar la objetividad del mundo y todo su sentido de ser y correla
tivamente el de las ciencias objetivas, un modo que no atacara su dere
cho propio sino su pretensión metafísica y filosófica, vale decir, la de
una verdad absoluta”; se trataba de una ineludible verdad que no había
sido tomada en consideración: que la vida de conciencia es vida pro
ductora de sentido de ser (idem).
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trar que cuanto más radical es una filosofía trascendental, es más au
téntica y cum ple su misión com o filosofía, que llega a su meta cuando
“el filósofo se esfuerza por alcanzar una clara comprensión de su sí mis
mo com o subjetividad funcionan te com o fu en te origin aria” (p. 102). La
filosofía de Kant se orienta hacia esa meta. Husserl reconoce que si no
se toma en cuenta la filosofía negativista-escéptica de Hume, “el siste
ma kantiano es el prim er intento llevado acabo con seriedad cie n tí
fica con sid erable, de una filosofía trascen d en tal efectivam ente u n i
versal, pensada com o ciencia estricta, de u n sentido de cien tificidad
estricta recién d escu bierto y ú n ico a u té n tic o ” (id em ). Las cien cias
particulares no pueden alcanzar esa m eta; no se trata, en co n se
cuencia, de que la evidencia de su m étod o sea un engaño y sus
resultados m era apariencia sino del recon o cim ien to de que esa m is
ma evidencia es un problem a.
3 Iso Kern, “The Three Ways to the Transcendental Phenomenological Reduction in the
Philosophy of Edm und Husserl", traducido por F. Ellist.on en Husserl. ELxpositions and
A ppraisah, editado por E Ellíston y P.Mc. Corrnick, University of Notre Dame, Notre
Dame/Londres, 1977
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7 E. Husserl, Erste Phílosophie, Tomos I y II, editados por R. Boehm, Hua. VII y VIII, La
Haya, Martinus Nijhoff, 1956 y 1959 respectivamente.
8 Ibidem, p. 76.
9 E. Husserl, Cartesianische M editationen, editado por S. Strasser, Hua I, La Haya, Marti
nus Nijhoff, 1950.
La crisis d e las ciencias europeas y la fen om en o logía trascendental 27
tar como válido” el mundo y ju nto con esto, el tiempo objetivo, aún
pensándolo com o anulado, este cam ino no puede dar cuenta de la
subjetividad com o una corriente de conciencia que posee un pasado y
un futuro tem poralm ente determinados.
En los años veinte, Husserl se critica a si m ismo porque en las
“Cinco lecturas” y en Ideas I no mostró cóm o accede a la corriente de
vivencias sino que más bien la presupuso ingenuamente. En Filosofía
prim era hay profundos análisis de la reducción; allí se muestra que la
vida pasada y la futura de la subjetividad sólo se alcanzan por la doble
reducción; el análisis fenomenológico del recuerdo y de la expectativa
exhibe las características de las presentificaciones; en el recuerdo se
trata de la co-presencia de una conciencia presente que intenciona su
propio haber sido conciencia en el pasado; en la expectativa la con
ciencia presente tiene en su campo intencional a sí misma com o ella
misma en el futuro.
El segundo cam ino se vincula a la psicología intencional. En la
línea de I. Kern, es posible intentar esquematizar la estructura básica de
este camino a través de los siguientes pasos. El primero de ellos co
mienza con una referencia a las ciencias físicas, cuyo interés es pu ra
mente lo físico y abstrae lo psíquico. Husserl apunta a una ciencia
com plem entaria que se interesa por lo puram ente psíquico y abstrae lo
físico.
En segundo lugar, se señala que ambas no tienen la misma estruc
tura: en el prim er caso se trata de meros cuerpos, yo no puedo tener
algo puram ente psíquico ya que la actitud natural capta la relación in
tencional de las vivencias con los objetos com o relaciones reales (rea-
le), noem áticas, vale decir, según el paradigma de las relaciones entre
cuerpos. Puedo tener certidum bre de una vivencia pura sólo rehusan
do mi interés por la actualidad del objeto intencional de la vivencia (I.
Kern, p. 1 3 4 ). O sea, yo debo instalarme en oposición a esto, como
un observador desinteresado y evitar tomar el objeto de la experiencia
como válido.
El tercer punto señalado indica que al practicar la epojé particular
sobre la validez, o en la inhibición particular de los intereses por los
objetos particulares de las vivencias particulares y las conexiones de
las vivencias (sean mías o de otro) todavía no alcanzo lo psíquico
puro. Porque un análisis del horizonte de la conciencia en las viven
cias muestra que toda vivencia asume el m undo, por la vía de la im pli
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5) El mundo de la vida
Julia V. Iríbarne