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Tema 4

Física médica y del deporte

Protección radiológica
Índice

Esquema. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2

Ideas clave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

4.1 Introducción y objetivos . . . . . . . . . . . . . 3

4.2 Desarrollo de la protección radiológica . . . . . . . 4

4.3 Magnitudes en protección radiológica . . . . . . . . 7

4.4 Aplicación práctica en el ámbito hospitalario . . . . . 18

4.5 Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . 18


Esquema

Protección radiológica

Desarrollo de la P.R.
Magnitudes en P.R.

(ICRP) (ICRU)

Magnitudes de Magnitudes
protección operacionales

Dosis absorbida
Equivalente de dosis
promedio

Dosis equivalente Vigilancia de área

Dosis efectiva Vigilancia individual

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Tema 4. Esquema
Ideas clave

4.1 Introducción y objetivos


La protección radiológica es la combinación de todas las medidas que se toman para
asegurar la protección de las personas y del medio ambiente de los potenciales efectos
perjudiciales de las radiaciones ionizantes. Vamos a ver cómo a partir de su descubri‐
miento se empezaron a conocer sus efectos dañinos y cómo se desarrolló toda una
disciplina para protegerse de los mismos. En los años 20 del siglo XX se creó la Co‐
misión Internacional de Protección Radiológica (ICRP) con el objetivo de velar por un
uso seguro de las radiaciones, y también la Comisión internacional de unidades y me‐
didas radiológicas (ICRU), para definir y desarrollar toda la terminología, magnitudes,
unidades y métodos de medida relacionados con la radiación.

Después de una pequeña introducción sobre la protección radiológica desarrollare‐


mos todas las magnitudes enfocadas a ella, ya sea para establecer los niveles de re‐
ferencia de dosis que permiten el uso seguro de las radiaciones (magnitudes de pro‐
tección) o bien para facilitar la realización de medidas de campo para el control y la
vigilancia radiológica (magnitudes operacionales). Para todo ello, nos basaremos prin‐
cipalmente en la publicación 103 de la ICRP, (ICRP, 2007), y el informe no 85 de la ICRU,
(Thomas, 2012).

Los objetivos de este tema son:

▸ Tener una visión general de la protección radiológica.

▸ Comprender las magnitudes de protección y sus limitaciones.

▸ Conocer el caso particular de la exposición interna y el cálculo de las dosis com‐


prometidas.

▸ Entender las magnitudes operacionales.

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Tema 4. Ideas clave
4.2 Desarrollo de la protección radiológica
Casi desde el mismo momento en que se descubrieron los rayos X y las sustancias
radiactivas, se generalizó su uso tanto en investigación como en medicina siendo los
propios investigadores y médicos los primeros en sufrir las consecuencias: desde el
enrojecimiento de la piel y la caída del cabello hasta amputaciones, cánceres e incluso
la muerte. En la Figura 1 se puede ver el monumento a los mártires de los rayos X y
el radio de todas las naciones, que desde 1936 recuerda a los cientos de fallecidos a
causa de su trabajo con las radiaciones ionizantes.

Figura 1: Mártires de los rayos X y el radio de todas las naciones. Fuente: Wikimedia
Foundation.

Ante la evidente necesidad de un cambio de dirección que permitiera un uso seguro


de las radiaciones, en 1928 se constituyó el Comité internacional de protección de los
rayos X y del radio, cuya primera medida fue la de limitar las horas de trabajo en las
que se podía recibir la exposición. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces no
existía una manera de medir cuantitativamente la radiación y sus potenciales efectos,
por lo que se buscó el reducir el tiempo de exposición para evitar de esta manera la
aparición de los efectos perjudiciales.

En 1950, el comité se reestructura para incluir también los usos fuera del área médi‐
ca y cambia su nombre por el actual: Comisión internacional de protección radiológica
(ICRP). La ICRP realiza informes con recomendaciones dirigidos a las autoridades, orga‐
nismos y personas con algún tipo de responsabilidad en protección radiológica. Como
expresa la propia ICRP: el objetivo fundamental de las recomendaciones de la comisión

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Tema 4. Ideas clave
es contribuir al nivel adecuado de protección de las personas y del medio ambiente, de
los efectos perjudiciales de la exposición a la radiación sin limitar indebidamente las
acciones humanas beneficiosas que pueden estar asociadas a tal exposición.

LA ICRP trabaja codo con codo con la Comisión internacional de unidades y medidas
radiológicas (ICRU), organización que también tiene una gran importancia en la pro‐
tección radiológica y que se encarga, según sus propias palabras, de desarrollar y pro‐
mulgar recomendaciones aceptadas internacionalmente sobre magnitudes y unida‐
des, terminología, procedimientos de medida y datos de referencia relacionados con
la radiación para la aplicación segura y eficiente de las radiaciones ionizantes en diag‐
nóstico y terapia médica, ciencia y tecnología de la radiación y la protección radiológi‐
ca de individuos y poblaciones. En la Figura 2 se citan distintas organizaciones con las
que se relaciona la ICRP.

ICRU: Comisión internacional de unidades y medidas radiológicas

UNSCEAR: Comité Científico de la Naciones Unidas


sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas
WHO: Organización mundial de la salud

IAEA: Organismo internacional de la energía atómica


UN: Naciones unidas

ILO: Organización internacional del trabajo

UNEP: Programa de las naciones unidas para el medio


ambiente
CE: Comisión de las comunidades europeas

AEN/OCDE: Agencia de energía nuclear de la


Otras organización de cooperación y desarrollo económico
ISO: Organización internacional para la normalización

IEC: Comisión electrotécnica internacional

IRPA: Asociación Internacional de Protección Radiológica

Figura 2: Relaciones de la ICRP.

Las recomendaciones fueron evolucionando a lo largo de los años, adaptándose a los


nuevos conocimientos. Inicialmente se buscaba un nivel de exposición por debajo del

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cual no hubiera efectos perjudiciales pero en los años 50 del siglo XX la creciente evi‐
dencia del cáncer radioinducido a largo plazo hizo replantearse toda la filosofía, pues
a día de hoy se sigue sin saber si existe un nivel de exposición que sea 100 % segu‐
ro. A partir de entonces, la exposición debía ser tan baja como razonablemente fuera
posible (criterio ALARA) y los límites para los efectos deterministas han ido bajando
desde la primera limitación de las horas de trabajo, que se estima que supondría unos
1000 mSv al año, hasta el nivel de referencia actual, consistente en un promedio má‐
ximo de 20 mSv anuales.

La protección radiológica no puede basarse de forma exclusiva en el conocimiento


científico, pues hay que tener en cuenta los aspectos sociales y económicos para te‐
ner un modelo de protección realista. Se necesita también de juicios subjetivos para
valorar la importancia de los riesgos y el balance entre riesgos y beneficios. Si bien,
tanto por transparencia como por credibilidad, siempre debe quedar clara la distin‐
ción entre una estimación de carácter científico y un juicio de valor.

Todas la estimaciones de riesgo para las dosis bajas por debajo de los umbrales son
promedios de todas las edades y ambos sexos, para tener un sistema de aplicación
general. Para desarrollar sus recomendaciones la ICRP se basa en:

▸ Modelos anatómicos y fisiológicos.

▸ Estudios moleculares y celulares.

▸ Estudios con animales de experimentación.

▸ Estudios epidemiológicos.

En el año 2003, se empezó a desarrollar la política de orientación de la protección


del medio ambiente, teniendo actualmente como objetivo la prevención o reducción
de la frecuencia de los efectos deletéreos de la radiación, hasta un nivel en el cual
tengan un impacto despreciable para el mantenimiento de la diversidad biológica, la
conservación de las especies o la salud y el estado de hábitats naturales, comunidades
y ecosistemas. Hay que ser conscientes de que la exposición a la radiación es solo uno
de los factores a tener en cuenta, y casi siempre parece ser un factor minoritario.

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Tema 4. Ideas clave
4.3 Magnitudes en protección radiológica
A partir de la dosis absorbida y con el objetivo de controlar y limitar los efectos per‐
judiciales de las radiaciones, la ICRP y la ICRU definieron unas magnitudes dosimé‐
tricas especiales, conocidas como magnitudes limitadoras, de protección o primarias.
Su función es doble, pues sirven para conocer el daño potencial de las radiaciones (en
las condiciones que son aplicables) y para establecer valores límite de referencia que
garanticen la seguridad. Se basan a grandes rasgos en la energía depositada en órga‐
nos y tejidos, la eficacia biológica en función de la calidad de la radiación y la distinta
radiosensibilidad de órganos y tejidos.

Para poder comparar los efectos biológicos provocados por distintos haces utilizamos
el concepto de eficacia biológica relativa (𝑅𝐵𝐸).

Definición 1: Eficacia biológica relativa

La eficacia biológica relativa, 𝑅𝐵𝐸, es el cociente de la dosis de una radiación de


referencia de baja 𝐿𝐸𝑇 y la dosis de la radiación considerada, que producen un
efecto biológico idéntico. Los valores de 𝑅𝐵𝐸 varían con la dosis, la tasa de dosis
y el efecto biológico considerado.

Como se puede ver en la propia definición, la radiación de referencia no está bien es‐
tablecida, por lo que al utilizar la 𝑅𝐵𝐸 debe ser indicada de forma explícita. Las mag‐
nitudes de protección son la dosis equivalente y la dosis efectiva, a cuyas definiciones
llegaremos a través de los siguientes pasos:

1. Se calcula la dosis media en un órgano o tejido para cada tipo de radiación:


obtenemos así la dosis absorbida promedio 𝐷𝑇 ,𝑅 en el órgano o tejido 𝑇 debido
a la radiación 𝑅.

2. Se suman las dosis 𝐷𝑇 ,𝑅 para cada tipo de radiación, ponderando cada término
en función de su eficacia biológica. Para ello se usan los factores 𝑤𝑅 , obtenidos
a partir de las 𝑅𝐵𝐸 más limitantes: obtenemos así la dosis equivalente 𝐻𝑇 en
el órgano o tejido 𝑇 .

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Tema 4. Ideas clave
3. Se suman las dosis equivalentes 𝐻𝑇 para todos los órganos y tejidos, ponde‐
rando cada término en función de la radiosensibilidad de cada uno usando los
factores 𝑤𝑇 : obtenemos así la dosis efectiva 𝐸.

En la Figura 3 vemos el proceso de forma esquemática.

Dosis absorbida wR Dosis equivalente wT


Dosis absorbida
promedio (DT,R) (HT) Dosis efectiva (E)
(D)

Figura 3: Magnitudes limitadoras. Elaboración propia.

Una limitación importante de estas magnitudes es que no son medibles: no se puede


medir la dosis en todos los puntos del interior del cuerpo, ni tampoco se puede me‐
dir la contribución de cada tipo de radiación de manera separada. Lo que sí se puede
hacer es calcularlas usando maniquíes y campos de radiación específicos para cada
situación. Pero para realizar mediciones directas, se definen las magnitudes opera‐
cionales, que están pensadas tanto para poder ser medidas como para que resulten
buenas aproximaciones de las magnitudes de protección.

Ambos tipos de magnitudes se han ido actualizando a lo largo de los años, en suce‐
sivas publicaciones de la ICRU, para adecuarlas a los conocimientos del momento y
que cumplan sus funciones de la mejor manera posible. En 1962 se definieron el dose
equivalent (equivalente de dosis) y el effective dose equivalent (equivalente de dosis
efectiva), las magnitudes predecesoras de la dosis equivalente y la dosis efectiva. Por
desgracia fueron traducidas erróneamente al castellano como dosis equivalente y do‐
sis equivalente efectiva. En 1990 se definieron la equivalent dose (dosis equivalente)
y la effective dose (dosis efectiva) que sustituyeron a las anteriores, apareciendo una
duplicidad en la nomenclatura. Actualmente, el término dosis equivalente se debe uti‐
lizar exclusivamente para la magnitud equivalent dose, y equivalente de dosis para la
dose equivalent.

A modo de adelanto, antes de estudiarlas de una manera más detallada, vamos a ver
la función principal de cada una de estas magnitudes

▸ La dosis equivalente sirve para controlar los efectos deterministas que aparecen
al superar una energía umbral.

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Tema 4. Ideas clave
▸ La dosis efectiva da cuenta del riesgo de aparición de los efectos estocásticos.

▸ El equivalente de dosis sirve para definir las magnitudes operacionales.

Equivalente de dosis 𝐻 y factor de calidad 𝑄


Antes de 1991, el equivalente de dosis 𝐻 y el factor de calidad 𝑄 se utilizaban tanto
para definir las magnitudes de protección como las operacionales. Hoy día solamente
se utilizan para las últimas.

El factor de calidad es una función de la energía lineal transferida sin restringir 𝐿:

⎧ 1 𝐿 < 10 keV ⋅ 𝜇m−1




𝑄(𝐿) = ⎨ 0.32𝐿 − 2.2 𝐿 ⊂ (10, 100) keV 𝜇m−1

⎪ 300/𝐿 𝐿 > 100 keV 𝜇m−1

Para la radiación con una 𝐿𝐸𝑇 por debajo de los 10 keV 𝜇m−1 el factor de calidad
vale 1 y se le llama radiación de baja 𝐿𝐸𝑇 .

Dado un campo de radiación, se calcula por separado la contribución de cada calidad


de radiación a la dosis promedio en el punto de interés y se integra en todo el rango
de valores de 𝐿. El equivalente de dosis 𝐻 se define como:


𝐻= 𝑄(𝐿)𝐷𝐿 𝑑𝐿 = 𝑄𝐷 ,
∫0

siendo 𝐷𝐿 la distribución de la dosis absorbida en función de la energía lineal trans‐


ferida no restringida y 𝑄 el factor de calidad para dicho campo


1
𝑄= 𝑄(𝐿)𝐷𝐿 𝑑𝐿 .
𝐷∫0

La unidad para el equivalente de dosis es el J ⋅ kg−1 , que recibe el nombre especial de


sievert, Sv.

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Tema 4. Ideas clave
Dosis promedio, equivalente y factores de ponderación
▸ Dosis promedio en un órgano o tejido 𝐷𝑇 . Como hemos visto en la introduc‐
ción, el primer paso es promediar la dosis absorbida sobre los volúmenes de
cada tejido. A partir de aquí se definirán las magnitudes de protección, que se
utilizan para especificar los límites de exposición y asegurarse de que siempre se
está por debajo de ellos (o para saber si han sido superados). En este contexto
las dosis son bajas y el valor medio de la dosis absorbida puede correlacionarse
con suficiente exactitud con el detrimento de la radiación para los efectos esto‐
cásticos. Los límites de exposición estarán siempre por debajo de los umbrales
de aparición de efectos deterministas y mantendrán el riesgo de los efectos es‐
tocásticos en un nivel comparable a los riesgos propios de otras actividades. En
los casos en que el valor de la dosis media no es representativo se debe realizar
un tratamiento específico. Para la piel, por ejemplo, el límite de dosis estable‐
cido ya tiene en cuenta esta situación, y se define la dosis promedio limitante
para una superficie de 1 cm2 .

▸ Dosis equivalente 𝐻𝑇 y factores de ponderación de la radiación 𝑤𝑅 . El siguien‐


te paso es tener en cuenta el diferente efecto biológico que tiene cada tipo de
radiación. Para ello se calcula por separado la contribución de cada calidad de
radiación a la dosis promedio de cada órgano o tejido, 𝐷𝑇 ,𝑅 , y se realiza una su‐
ma ponderada según el daño biológico. Para ponderar el detrimento generado
por las distintas radiaciones, en 1991 la ICRP consideró que no está justificado
el uso del factor de calidad 𝑄 debido a las incertidumbres en la información ra‐
diobiológica y propuso un sistema más sencillo, introduciendo los denominados
factores de ponderación de la radiación 𝑤𝑅 . El resultado es la dosis equivalente
𝐻𝑇 para un órgano o tejido 𝑇 :

𝐻𝑇 = 𝑤 𝐷 .
∑ 𝑅 𝑇 ,𝑅
𝑅

La unidad para la dosis equivalente es el J ⋅ kg−1 (sievert ó Sv). A la 𝑤𝑅 de ca‐


da tipo de radiación se le asigna un valor excepto para los neutrones que se le
asigna una función que depende de la energía. Los valores recomendados en la

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publicación 103 de la ICRP están recopilados en Tabla 1.

Tipo de radiación Ponderación


Fotones 1
Electrones y muones 1
Protones y piones cargados 2
Partículas 𝛼 e iones pesados 20
Fragmentos de fisión 20
2
⎧ 2.5 + 18.2𝑒−[ln(𝐸𝑛 )] /6 < 1 MeV
⎪ 2
Neutrones 𝑤𝑅 = ⎨ 5.0 + 17.0𝑒−[ln(2𝐸𝑛 )] /6 (1, 50) MeV
⎪ 2
− ln(0.04𝐸𝑛 )] /6
⎩ 2.5 + 3.25𝑒 [ > 50 MeV

Tabla 1: Factores de ponderación de la radiación recomendados en la ICRP‐103.

Los valores de 𝑤𝑅 han sido seleccionados a partir de un espectro amplio de datos ex‐
perimentales de 𝑅𝐵𝐸, tomando en cada caso los valores más limitantes. Excepto en
el caso de los neutrones, se ha tomado un valor único para cada tipo de radiación; se
trata sencillamente de una simplificación útil, que proporciona una exactitud suficien‐
te para cumplir con los fines de protección radiológica para los que están definidos.
En otras situaciones se deberá realizar un estudio particular de la situación utilizando
distribuciones de la dosis más realistas y las 𝑅𝐵𝐸 adecuadas.

Dosis efectiva 𝐸 y factores de ponderación de los tejidos 𝑤𝑇


La dosis efectiva 𝐸 es:

𝐸= 𝑤𝐻 = 𝑤 𝑤 𝐷 ,
∑ 𝑡 𝑇 ∑ 𝑇 ∑ 𝑅 𝑇 ,𝑅
𝑇 𝑇 𝑅

siendo 𝑤𝑇 el factor de ponderación del tejido 𝑇 . La unidad para la dosis efectiva es


el J ⋅ kg−1 , que recibe el nombre especial de sievert, 𝑆𝑣. A cada tejido se le asigna un
valor 𝑤𝑇 para representar la contribución de cada uno al riesgo total de sufrir efectos
estocásticos. Se tienen en cuenta solamente aquellos órganos y tejidos considerados
sensibles. Los valores recomendados en la publicación 103 de la ICRP están recopilados
en Tabla 2.

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Tema 4. Ideas clave
Tejido 𝑤𝑇 ∑𝑤𝑇
𝑇
Médula ósea, colon, pulmón, estómago y mama 0.12 0.60
Gónadas 0.08 0.08
Vejiga, esófago, hígado, tiroides 0.04 0.16
Superficie del hueso, cerebro, glándulas salivales, piel 0.01 0.04
Resto de tejidos sensibles* 0.12 0.12
Total 1.00
*Resto de tejidos sensibles: Adrenales, región extra torácica (ET), vesícula, corazón, riñones, nódulos
linfáticos, músculo, mucosa oral, páncreas, próstata, intestino delgado, bazo, timo, útero/cérvix. Se
calcula una 𝐻𝑇 promedio, como si se tratara un único tejido, y se le aplica el factor 0.12.

Tabla 2: Factores de ponderación de los tejidos recomendados en la ICRP‐103.

Los valores de 𝑤𝑇 han sido seleccionados en base a estudios epidemiológicos sobre


la inducción de cáncer y evaluaciones del riesgo para los efectos hereditarios, para
personas de todas las edades y divididas por sexo. Los valores de la Tabla 2 son el
valor promedio para ambos sexos. La suma de todos los 𝑤𝑇 es igual a 1, de esta manera
para una dosis equivalente uniforme en todo el cuerpo la dosis efectiva será del mismo
valor.

Además, la dosis efectiva permite sumar contribuciones de distinta naturaleza, como


irradiaciones totales con parciales, o externas con internas. Esta propiedad hace que
el sistema de protección radiológica resulte mucho más sencillo.

Exposición interna
El caso de exposición por incorporación de radionucleidos tiene un tratamiento espe‐
cífico. La irradiación procede del interior del organismo y se puede prolongar durante
toda la vida del individuo afectado. La duración depende del propio radionucleido por
medio de su vida media, y también de la forma físico‐química que presente, pues esta
determinará su retención biológica. Para tener en cuenta esta particularidad se defi‐
nen la dosis equivalente comprometida y la dosis efectiva comprometida:

𝑡0 +𝜏
𝐻𝑇 (𝜏) = 𝐻𝑇̇ 𝑑𝑡 ,
∫𝑡0

𝐸(𝜏) = 𝑤 𝐻 (𝜏) ,
∑ 𝑡 𝑇
𝑇

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Tema 4. Ideas clave
siendo 𝐻𝑇 (𝜏) la dosis equivalente comprometida a un tiempo 𝜏 en años, 𝐻𝑇̇ la tasa
de dosis equivalente, 𝐸(𝜏) la dosis efectiva comprometida a un tiempo 𝜏 en años y 𝑡0
el momento de la incorporación. Para simplificar su uso, en las situaciones habituales,
el tiempo 𝜏 se toma como 50 años para personas adultas y 70 años para menores de
edad y se expresa de la siguiente manera: 𝐻𝑇 (50), 𝐸(50), 𝐻𝑇 (70) y 𝐸(70).

En la práctica, su valor se calcula a partir de la actividad incorporada y de unos coefi‐


cientes de dosis que la transforman en dosis. El procedimiento es el siguiente:

1. En primer lugar se realizan medidas que pueden ser directas (sobre el indivi‐
duo), indirectas (muestras de orina, heces...) o de muestras medioambientales.
A partir de las medidas y de los modelos biocinéticos correspondientes se ob‐
tiene una estimación de la incorporación (en Bq).

2. Seguidamente se aplican coeficientes de dosis para cada radionucleido y se ob‐


tienen las dosis comprometidas equivalentes o la efectiva.

Los coeficientes de dosis equivalente en los tejidos por inhalación y por ingestión han
sido calculados para cada radionucleido a partir de modelos biocinéticos, promedian‐
do para ambos sexos. Con ellos se pueden calcular las dosis equivalentes comprome‐
tidas:
𝐻𝑇 (𝜏) = ℎ (𝜏)𝐼𝑗,inh + ℎ (𝜏)𝐼𝑗,ing ,
∑ 𝑇 𝑗,inh ∑ 𝑇 𝑗,ing
𝑗 𝑗

siendo ℎ𝑇 𝑗,inh (𝜏) y ℎ𝑇 𝑗,ing (𝜏) los coeficientes de dosis equivalente en el tejido 𝑇 del
radionucleido 𝑗, para un tiempo 𝜏 por inhalación y por ingestión respectivamente, y
𝐼𝑗,inh y 𝐼𝑗,ing la incorporación en Bq del radionucleido 𝑗 por inhalación y por ingestión
respectivamente. La dosis efectiva comprometida es:

𝐸(𝜏) = 𝑤 𝐻 (𝜏) = 𝑒 (𝜏)𝐼𝑗,inh + 𝑒 (𝜏)𝐼𝑗,ing ,


∑ 𝑇 𝑇 ∑ 𝑗,inh ∑ 𝑗,𝑖𝑛𝑔
𝑇 𝑗 𝑗

siendo 𝑒𝑗,𝑖𝑛ℎ (𝜏) y 𝑒𝑗,𝑖𝑛𝑔 (𝜏) los coeficientes de dosis efectiva del radionucleido 𝑗 para un
tiempo 𝜏 por inhalación y por ingestión respectivamente. Estos coeficientes se obtie‐
nen a partir de los de dosis equivalente en tejidos:

𝑒𝑗,𝑖𝑛ℎ (𝜏) = 𝑤 ℎ (𝜏)𝑒𝑗,ing (𝜏) = 𝑤 ℎ (𝜏) .


∑ 𝑇 𝑗,inh ∑ 𝑇 𝑗,ing
𝑇 𝑇

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Tema 4. Ideas clave
Los coeficientes de dosis efectiva los podemos encontrar listados en el ICRP‐119.

Dosis efectiva colectiva 𝑆


Las dosis colectivas tienen en cuenta la exposición de todos los individuos de un grupo
durante un determinado lapso de tiempo o durante una operación ejecutada por este
grupo en áreas designadas de radiación. La dosis equivalente colectiva solamente se
utiliza en circunstancias especiales, por lo que nos centraremos en la dosis efectiva
colectiva, 𝑆. La unidad de esta magnitud recibe el nombre especial de sievert perso‐
na, 𝑆𝑣 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎. Es un instrumento para la optimización, para comparar tecnologías
radiológicas y procedimientos de protección, no está pensada para estudios epide‐
miológicos ni proyecciones del riesgo. Además, para que su uso tenga sentido, se de‐
be limitar a ciertos rangos de dosis y de tiempo. Así pues se define la dosis efectiva
colectiva debida a los valores de la dosis efectiva individual entre 𝐸1 y 𝐸2 y para un
lapso de tiempo Δ𝑇 como:

𝐸2
𝑑𝑁
𝑆(𝐸1 , 𝐸2 , Δ𝑇 ) = 𝐸( 𝑑𝐸 ,
∫𝐸1 𝑑𝐸 )Δ𝑇

donde ( 𝑑𝑁
𝑑𝐸 )
𝑑𝐸 indica el número de individuos que están expuestos a una dosis
Δ𝑡
efectiva entre 𝐸 y 𝑑𝐸 dentro del lapso de tiempo Δ𝑇 . Cuando el rango de las dosis
individuales abarca varios órdenes de magnitud, la distribución debería caracterizarse
dividiéndola en múltiples intervalos de dosis individual, cada uno cubriendo no más
de dos o tres órdenes de magnitud.

Magnitudes operacionales
Las magnitudes operacionales se definen como el equivalente de dosis medido en
unas condiciones determinadas, de tal manera que su valor nos proporcionará una
estimación de las magnitudes de protección para un campo dado.

Nos vamos a encontrar con dos tipos de situaciones:

1. Medidas para la vigilancia de área: se realizan en el seno de aire y deben ser

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Tema 4. Ideas clave
representativas de las dosis que podrían recibir las personas que se encuentren
en ese lugar.

2. Medidas para la vigilancia individual: se realizan con dosímetros personales que


se portan sobre el cuerpo, por lo que el campo resulta modificado por la pre‐
sencia del mismo.

En las condiciones habituales de trabajo solo es necesario controlar tres tipos de dosis
para asegurarnos de que estamos por debajo de las dosis umbrales: la dosis equiva‐
lente en piel, manos y pies, la dosis equivalente en cristalino y la dosis efectiva. Por
ello se definirán tres magnitudes operacionales para la vigilancia de área y tres para
la vigilancia individual.

▸ Vigilancia de área. En las medidas de área, el detector está expuesto a toda la


radiación que llega al punto de interés, independientemente de la dirección de
la que proceda. Nuestra magnitud será el equivalente de dosis en un punto de
un maniquí con simetría esférica llamado esfera ICRU (ver Figura 4). El campo de
radiación debe ser homogéneo en todo el volumen del maniquí e igual al campo
real en el punto de interés; a este campo se le denomina campo expandido.

maniquí esférico de 30 cm de diámetro

material equivalente a tejido (densidad 1 g cm-3)


composición másica:
76,2% de oxígeno

11,1% de carbono

10,1% de hidrógeno

2,6% de nitrógeno
Campo real Campo expandido

Figura 4: Esfera ICRU y campo real/expandido. Elaboración propia.

Para la dosis efectiva los detectores de área van a medir la radiación que llega desde
cualquier dirección, para trasladar este hecho a nuestra medida en el maniquí debe‐
mos evitar que la propia esfera atenúe la radiación de forma diferente según su di‐
rección. Para ello se utilizará un campo con todas sus fluencias alineadas en la misma
dirección; a este campo se le denomina campo alineado (ver Figura 5).

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Tema 4. Ideas clave
Figura 5: Campo expandido y campo alineado (dirección Ω). Elaboración propia.

El radio de la esfera que contiene el punto de medida se encontrará a su vez alineado


con el campo. La magnitud equivalente de dosis ambiental, 𝐻 ∗ (𝑑), se define como el
equivalente de dosis en estas condiciones para una profundidad 𝑑 en mm y será una
buena estimación de la dosis efectiva cuando 𝑑 = 10 mm, 𝐻 ∗ (10).

Para piel y cristalino solamente nos interesa la radiación poco penetrante por lo que la
dosis que reciba un individuo cambiará con el ángulo de incidencia de la radiación. En
este caso no se utiliza un campo alineado, sino que se define la magnitud en función
del ángulo que forma la dirección de incidencia con el radio de la esfera ICRU que
contiene el punto de medida. La magnitud equivalente de dosis direccional, 𝐻 ′ (𝑑, Ω),
se define como el equivalente de dosis en estas condiciones para una profundidad 𝑑 en
𝑚𝑚 y un ángulo de incidencia Ω y será una buena estimación de la dosis equivalente en
piel cuando 𝑑 = 0.07 mm, 𝐻 ′ (0.07, Ω), y de la dosis equivalente en cristalino cuando
𝑑 = 3 mm, 𝐻 ′ (3, Ω).

En la práctica no se especifica la dirección Ω puesto que las medidas se realizan siem‐


pre en la dirección que resulta más desfavorable. Hay que asumir que tampoco se ha
venido midiendo el equivalente de dosis direccional en cristalino, hasta el punto que
la propia ICRP anima en sus recomendaciones utilizar el 𝐻 ′ (0.07, Ω), que había sido
definido inicialmente de forma exclusiva para la piel.

▸ Vigilancia individual. Las magnitudes para la vigilancia individual se definen a


partir del equivalente de dosis a una determinada profundidad del cuerpo hu‐
mano. Se considera que en las condiciones más habituales, la dosis recibida en
el lugar donde está colocado el dosímetro personal es representativa de la dosis

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Tema 4. Ideas clave
recibida en todo el cuerpo. Si bien, cuando se trabaja con las manos cerca de la
fuente de radiación, se utilizan también unos dosímetros de muñeca y de dedo,
ya que la dosis en el tórax no es representativa. Otras situaciones se deben estu‐
diar de manera específica. La magnitud equivalente de dosis personal, 𝐻𝑝 (𝑑), se
define como el equivalente de dosis para una profundidad 𝑑 en mm en el cuerpo
humano y será una buena estimación de la dosis efectiva cuando 𝑑 = 10 mm,
𝐻𝑝 (10), de la dosis equivalente en piel cuando 𝑑 = 0.07 mm, 𝐻𝑝 (0.07) y de la
dosis equivalente en cristalino cuando 𝑑 = 3 mm, 𝐻𝑝 (3).

Para la calibración de los dosímetros personales se utilizan maniquíes que ayudan a


simular las condiciones en las que se realizarán las medidas (ver Figura 6). Igual que su‐
cede con su homóloga para la vigilancia de área, el equivalente de dosis personal para
el cristalino no se ha venido utilizando, y la ICRP anima a sustituirlo por el equivalente
de dosis personal para la piel. En la Tabla 3 tenemos un resumen de las magnitudes
operacionales.
Magnitud estimada Magnitudes operacionales
vigilancia de área vigilancia individual
Dosis efectiva Eq. dosis ambiental 𝐻 ∗ (10) Eq. dosis personal 𝐻𝑝 (10)
Dosis equivalente1 Eq. dosis direccional 𝐻 ′ (0.07, Ω) Eq. dosis personal 𝐻𝑝 (0.07)
1 para piel, manos y pies y cristalino.

Tabla 3: Magnitudes operacionales para la exposición externa.

Para realizar las medidas in situ, sobre el campo real


que queremos caracterizar, los detectores pueden ca‐
librarse directamente en estas magnitudes, cuya uni‐
dad es, nuevamente, el sievert. Como se puede ob‐
servar, existen evidentes diferencias entre las condi‐
ciones en las que se definen las magnitudes, las con‐ Figura 6: Maniquíes de tórax,
diciones reales de medida y las condiciones reales de muñeca y anillo para calibra‐
ción de equivalente de dosis.
irradiación de los individuos. La finalidad de todo esto Elaboración propia.
es obtener de manera sencilla una estimación conser‐
vadora, es decir sobrestimada en muchos casos, pero nunca subestimada, en la mayo‐
ría de situaciones habituales, útil para una vigilancia radiológica de rutina en la que las
dosis son bajas. Para la 𝐻𝑝 (10), por ejemplo, la estimación es siempre buena excepto

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para una irradiación que se produzca de espaldas o para una irradiación parcial que
no alcance los dosímetros personales.

4.4 Aplicación práctica en el ámbito hospitalario


A continuación, para comprender cómo se aplican los conceptos desarrollados en este
tema en el ámbito hospitalario, vamos a ver una interesante entrevista a un jefe de
protección radiológica:

Ŏ Accede al vídeo: Entrevista a Manel Artigues. Parte 1.

4.5 Referencias bibliográficas

ICRP (2007). Publication 103 the 2007 recommendations of the international commis‐
sion on radiological protection. Annals of the ICRP, 37(2.4), 2.

Thomas, D. J. (2012). Fundamental quantities and units for ionizing radiation. Technical
report, ICRU.

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Tema 4. Ideas clave

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