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MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS

CON ÉNFASIS EN DESARROLLO DEL TALENTO


HUMANO

Liderazgo e innovación

Ensayo Argumentativo
El liderazgo y la conciencia planetaria

Elaborado por:

❖ Jaqueline Hidalgo Pérez

Profesor: Eugenia Rodríguez Ugalde; MBA

Octubre, 2022

San José, Costa Rica


EL LIDERAZGO Y LA CONCIENCIA PLANETARIA

Se puede definir como conciencia planetaria la designación de un grupo de ideas y


valores que intentan crear una forma de sociabilidad humana en armonía con el
Planeta.

La sociabilidad puede ser determinada como el grupo de las relaciones sociales


(económicas, políticas, de vínculo y demás áreas de comportamiento) inscritas en
la cultura: la identidad cultural de un poblado o sociedad es determinada por la
manera de sociabilidad que construye y reproduce durante su historia.

La forma de sociabilidad hoy predominante es aquella que tiene origen en el


continente Europeo en el siglo XVI y tiene como base material la economía
capitalista de mercado; se sostiene por el desarrollo de las ciencias y de la
tecnología y se fundamenta en la concepción antropocéntrica (dominio sobre las
otras especies y sobre la Tierra) e individualista (primado del individuo personal
sobre la sociedad) del ser humano. A partir de entonces dicha forma que llamamos
moderna ha colonizado las maneras de sociabilidad de otras civilizaciones y
culturas.

Esta globalización de la sociabilidad antropocéntrica e individualista, basada en el


modo de fabricación y consumo capitalista, provoca el decrecimiento de la variedad
que caracteriza a la especie y a esta globalización unilateral y reductora de la
pluralidad humana se contrapone hoy la conciencia planetaria, con la propuesta de
otra forma de sociabilidad.

La conciencia planetaria nos expone que no existimos en la Tierra, sino que somos
parte de una red compleja y sutil que incluye cada una de las formas de vida en la
misma. Además nos hace conscientes de que una existencia plena en nuestro

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planeta, necesita la custodia y preservación de la variedad de formas de vida que
comparten nuestro mundo. Este comienzo de responsabilidad puede extenderse
para defender al máximo la vida humana y la vida de otras especies. Debemos
cultivar la responsabilidad planetaria y aceptar las secuelas globales de nuestras
propias acciones tanto a nivel socioeconómico como ecológico.

Es evidente que la conciencia planetaria requiere ganar fuerza para superar la


concepción antropocéntrica e individualista, aún dominante. Todos los días
aumenta la certeza de que la economía establecida (proceso de extracción >
transformación > consumo >descarte), causa la degradación de los suelos, de las
aguas, del viento y del clima, y que es imperativo descubrir otra forma de atender
las necesidades vitales de la raza humana sin causar mal al planeta Tierra.

Crece además la convicción de que es posible una sociabilidad incorporada en la


sociedad de la vida de la Tierra, procurando a las demás especies como
compañeras en la enorme y compleja red de vida que hace único nuestra planeta y
tan distinto de los otros. Es preciso renunciar a el antropocentrismo y comprender
que somos una sección de la Tierra y que poseemos un papel fundamental para
que continúe evolucionando, diversificándose y volviéndose cada día más sana.

La raza humana a partir de sus inicios ha estado ligada íntimamente con la tierra, la
cual es el espacio o hábitat que otorga maneras para la evolución y el desarrollo de
la vida. Y fue el hombre quien ha incidido de una u otra forma en la trasformación
del mundo por medio del tiempo con sus elecciones y actividades. Actualmente la
humanidad misma se encuentra frente a una situación que preocupa el futuro del
mundo puesto que, la carencia de cuidado relacionado con el medio ambiente ha
ido generando un desequilibrio ecológico que se incrementa todos los días debido
al avance globalizador que domina al mundo.

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Nuestra responsabilidad planetaria se debe manifestar en un sistema económico
que sea consciente de que la economía es únicamente un fin para alcanzar
objetivos sin afectar nuestro planeta. Asimismo, otra afectación de la
responsabilidad planetaria es no ejercer el inicio de precaución a toda tecnología
que tenga el potencial de empeorar la insostenibilidad de nuestro mundo.

La conciencia planetaria además incluye la responsabilidad hacia las generaciones


futuras, en las últimas décadas el consumismo nos hacía creer que satisfacer las
necesidades básicas aumentaba el bienestar; sin embargo, hoy día vemos que no
precisamente significa una mejor calidad de vida.

Las transformaciones mundiales que vivimos y en particular en lo concerniente a la


naturaleza o medio ambiente, por los mismos procesos evolutivos y por el deterioro
que se ha ido generando en los últimos tiempos por el uso absurdo de sus recursos,
los cuales han sufrido un desgate que pone en riesgo la estabilidad de la vida
planetaria, son distintas y apresuradas. Así como, son visibles los cambios en la
ecología, como del deterioro de la capa de ozono, el cambio climático, la
deforestación y contaminación, que son resultado las acciones del ser humano y de
las cuales debemos enfrentar las consecuencias.

Los recursos se agotan y su consumo se incrementa diariamente, gracias a la


enorme demanda de energía y de productos para el sostén humano y
lamentablemente se impone una generación que aboga más por un bien común que
por el bien planetario. Lo anterior, gracias a la utilización de economías globales,
que buscan el seguir estando en competencia imperativa, afianzadas en sus
intereses singulares, sin diferenciar la variedad planetaria. Con esto se ha ido
perdiendo la importancia del entorno y su valor abriendo de esta forma una brecha
socio-ecológica de enorme intensidad.

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En este ambiente tan cambiante, no tenemos la posibilidad de continuar creyendo
que el crecimiento material ilimitado es clave del avance de la sociedad y que el
consumo es sinónimos de plenitud personal, sino más bien, tenemos el desafío de
combinar los avances del mundo moderno (sociales y económicos, tecnológicos y
culturales) con el redescubrimiento de maneras de vida más satisfactorias,
sostenibles y amigables con el medio ambiente.

Hay un número creciente de individuos que han tomado la decisión de la simplicidad


voluntaria en su estilo de vida, consiguiendo una existencia más exitosa y a la vez
disminuyen su consumo de recursos materiales. La reducción voluntaria del
consumo incrementa el tiempo libre y la calidad de vida, es una manera de
autocontención y de generosidad universal, que libera al planeta de nuestra presión
y ayuda a la liberación de recursos para la utilización en las comunidades más
necesitadas.

Si profundizamos en la conciencia planetaria empezamos a notar como cada una


de las cosas permanecen interconectadas, es decir, dependen unas de otras, son
interdependientes. Un ecosistema es un sistema interdependiente, un sistema en el
cual ningún ser prevalece sobre los otros, una red de colaboraciones en que ningún
organismo puede concebirse apartado del resto. Actualmente, disciplinas tan
desiguales como la ecología, la geopolítica y la física cuántica nos revelan la
interdependencia de cosas que hasta hace poco considerábamos separadas.

Los diferentes grupos sociales que han existido en el planeta, según cada etapa
vivida han promovido cambios en pro de la raza humana, no obstante, los cambios
no todos fueron provechosos para la sociedad, pero ambos han sido fomentados
por personas que han ejercido ciertas cualidades sobre el resto y a las cuales se les
puede denominar líderes, es decir, las acciones que han beneficiado o perjudicado
a la humanidad en gran masa se puede considerar que han sido llevadas a cabo

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por los “líderes”, mismos que tienen la cualidad de influir en otras para la
consecución de objetivos determinados.

Bajo esta premisa, las organizaciones deben suscitar el forjamiento de auténticos


líderes, es decir, de personas que susciten cambios significativos para la
humanidad.

De esta manera, se debe fomentar la formación de personas que puedan


convertirse en líderes para el crecimiento completo de la sociedad, lo que
favorecería gestar soluciones a muchos de los problemas por los cuales atraviesa,
siendo uno de estos inconvenientes el relacionado a la ecología, es decir, que ante
el inminente detrimento que sufre la naturaleza a causa del calentamiento global, el
mal uso de los recursos renovables y no renovables, de la energía eléctrica, escases
de alimentos, entre otros, puedan nacer personas con la capacidad de promover
una nueva cultura ecológica que permita trabajar en la generación de alternativas
viables a la solución que hasta ahora se presenta en la humanidad.

La conciencia planetaria es solo una cuestión de sentido común en estos días. El


siglo XXI necesita con urgencia un nuevo tipo de juicio que sea personal, social y
global, un sentido que tenga en cuenta el entorno social y ecológico de los bienes y
servicios que consumimos, y hacer consciencia de las afectaciones, ya sean
grandes o pequeñas de nuestras acciones.

A nivel individual, podemos optar por la banca ética, el comercio justo y todos
aquellos productos y acciones que contribuyan a la salud de la sociedad y del
planeta, partiendo de una conciencia ecológica, donde se puede tener acceso a lo
que sucede en la Tierra y la oportunidad de escuchar diferentes disciplinas en
relación a la creación.

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Los humanos no somos solitarios, sino que coexistimos en un conjunto de
relaciones y que va aprendiendo a medida que se desarrolla.

En este sentido, la educación superior debe promover alternativas en sus aulas para
generar conocimientos importantes para lograr un cambio de paradigma de un
estado de alto consumo y degradación ambiental a un estado de equilibrio y orden,
es decir, tener un compromiso de promover una sociedad basada en valores
ecológicos como medio o instrumento para hacer frente a la grave crisis que se vive
actualmente en esta materia; de esta forma, se podrá promover la formación de un
líder ético y planetario que conozca los aspectos de la gestión en las organizaciones
donde interactúan las personas.

En este mismo orden de ideas, los programas universitarios deben desarrollar la


sensibilidad necesaria para participar desde sus perfiles formativos a las diversas
necesidades que se presentan en la sociedad. Es decir, desde la realidad de la
educación universitaria se han de crear alternativas viables para hacer frente a los
graves problemas que padecen las personas, muchos relacionados con los
problemas ecológicos.

Por consiguiente, hablar de un liderazgo ecológico no es más que ofrecer una


alternativa a la grave crisis ambiental y económica que atraviesa el mundo en la
actualidad. En este sentido, se puede señalar que los líderes con conciencia
planetaria son personas proactivas, educadas y con el talento necesario para
integrar la gestión con el tema ecológico, por lo que se puede generar un cambio de
paradigma en las organizaciones empresariales que promuevan el desarrollo
comunitario. También se puede describir como una persona que es capaz de crear
conciencia desde su entorno laboral, con el fin de apoyar cambios beneficiosos en
el equipo, es una persona que es capaz de estimular e influir en la actitud positiva
de sus compañeros.

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La educación integral es necesaria a medida que crece la era digital en la sociedad
globalizada y la idea de capacitarse en educación relacionada con las TIC puede
ayudar a reducir el impacto global del daño ecológico y luchar contra los paradigmas
relacionados con el consumo ilimitado y el comportamiento social.

Desde esta perspectiva, los esfuerzos por crear un mejor ambiente compartido,
buscando construir una sociedad basada en el respeto mutuo de todas las especies
que la habitan, requieren con urgencia acciones específicas, como la política
pública, búsqueda y formación de líderes con conciencia planetaria, entre otros, por
cuando ayudan a promover acciones concretas que contribuirían a la consolidación
de una perspectiva ecológica global.

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Bibliografía.
1. Informe sobre liderazgo empresarial para lograr un planeta sano con
personas sanas. Pacto Mundial de Naciones Unidas, 2019. Recuperado de
https://www.pactomundial.org/wp-content/uploads/2020/04/Informe-sobre-
el-liderazgo-empresarial-para-logral-un-planeta-sano-con-personas-
sanas.pdf. Consultado el 15 de octubre de 2022.

2. Conciencia Planetaria. Fundación Terra, 2010. Recuperado de


https://www.terra.org/categorias/articulos/conciencia-planetaria. . Consultado
el 15 de octubre de 2022.

3. Arjomandi, Farshad. 2022. “El liderazgo que viene”, Journal of the Sociology
and Theory of Religion. Recuperado de
https://revistas.uva.es/index.php/socireli/article/download/6122/4520/14390.
Consultado el 15 de octubre de 2022.

4. Conciencia Planetaria. Ecología Urbana, 2017. Recuperado de


https://la.network/conciencia-planetaria/. Consultado el 15 de octubre de
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