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Glosario de conceptos claves.

"Introductoria al Trabajo Social"

Atención: cuando se utilicen las definiciones o comentarios de este escrito se


debe citar (aclarar) de cuál texto proviene. GRACIAS.

Bonicatto, M. (2015). La construcción de un espacio ocupacional. Un juego de final


abierto. Facultad de Trabajo Social UNLP

● Intervención: la autora entiende a la intervención de trabajo social como una


práctica social específica, sostenida por un conjunto de saberes fundados, y
argumentados teóricamente que le permite, comprender, decir hacer, desplegando
su intervención en los espacios públicos, estatales y público soscietales, como
aspectos de la institucionalidad social de cada momento histórico.

● Política: es la actividad práctica que se desarrolla cuando el procesamiento o la


resolución del conflicto sobre el modo de organización del conjunto social, o la
transacción de las diferencias al respecto, requieren del ejercicio del poder (Vilas,
2013).

● Política pública: hace referencia a los procesos complejos en los que se dirimen y
se llevan a cabo decisiones y acciones sobre problemas que atraviesan a una
sociedad en un momento determinado. Así definido el concepto plantea dos
principales cuestiones: la primera es el hecho de que para comprender una política
pública, o un conjunto de ellas, debemos situarnos en el momento en el cual ésta ha
sido definida. El análisis histórico de las mismas permite comprender, entre otras
cuestiones, cuáles son las concepciones que están por detrás de determinados
diseños de política pública y cuál el entramado de actores, conflictos e intereses en
juego. De tal proceso de diálogo entre actores se avanza o no hacia la definición de las
políticas públicas, las cuales deben ser avaladas por las instituciones del Estado.

● Políticas sociales: son, dentro de las políticas públicas, el subconjunto de acciones


públicas y /o privadas relacionadas con la distribución de recursos de todo tipo en
una sociedad particular”.

Yacobazzo, Susana; Ana Moreno, Cristina Sánchez y Graciela Quinteros. “Algunas


preguntas y reflexiones sobre las prácticas pre- profesionales y la construcción de un
perfil en diálogo con el contexto” en Castronovo, R. y Cavalleri, S. (coord.) (2008)
Compartiendo notas.

● Constructivismo radical: sustenta la interdependencia entre el observador y lo


observado, no admite una realidad objetiva, independiente del observador, igual
para todos y anterior a la experiencia. Por el contrario, la realidad aparece como el
producto de la percepción individual y de la comunicación entre pares, por lo cual se
construye socialmente: se aplica perfectamente a la práctica profesional.
● Contexto: alude a las dimensiones económicas, sociales, políticas y culturales que
cambian constantemente en un espacio y tiempo determinado. Los cambios que se
están produciendo en tales lugares requieren de un análisis que permita visualizar
los aspectos más importantes para las intervenciones del/la trabajador/a social. Es
relevante aclarar que, en términos formativos, la construcción del perfil profesional
debe ser siempre dinámico y adecuarse a las necesidades de los sujetos que
habitan en los diferentes contextos.

● Especificidad del Trabajo Social: se basa en una intervención planificada de


mediación entre las necesidades sociales y los satisfactores de las mismas. Citando
a Susana García Salord “... la puesta en acción de un saber especializado que
interpreta el problema social como una realidad concreta, histórica, posible de
modificar en cuanto objeto de intervención” (Salord, 1991).

● Intervenir: es más que un mero hacer, es más que un dar respuestas inmediatas a
una realidad que se nos presenta como urgente e inmediata. Intervenir supone una
actuación fundada en el conocimiento de la realidad que, como dijimos, se apoya en
la ciencia. En este sentido, podemos decir que se halla atravesada por determinadas
perspectivas teórico-metodológicas que nos permiten entender y explicar las
situaciones en que intervenimos.

● Trabajo Social como profesión: es la expresión de diversos proyectos


sociopolíticos y, consecuentemente, produce diversas prácticas ante los procesos
sociales; se cree que aquellos profesionales comprometidos con los sectores
populares deben tener la capacidad teórica y práctica de buscar caminos singulares
que les permitan superar las prácticas cristalizadas, rutinarias y burocratizadas.

Unidad 2

Cavalleri, M. S. (2007). Trabajo Social y realidad social. Buenos Aires.

● Burguesía: es un término que representa a las personas que no hacen ningún tipo
de trabajo manual y que poseen una importante acumulación de bienes y dinero que
los convierte en una clase social fundamental rica.

● Conocimiento científico: permite llevar adelante estrategias profesionales


adecuadas y pertinentes, ya que estas se basan en un tipo de conocimiento
apoyado en la actividad científica que posibilita conocer las múltiples causalidades
que determinan los fenómenos sociales.

● Cuestión social: el conjunto de las expresiones de las desigualdades de la


sociedad capitalista madura, que tiene una raíz común: la producción social es cada
vez más colectiva, el trabajo se torna cada vez más ampliamente social, en cuanto la
apropiación de sus frutos se mantiene privada, monopolizada por una parte de la
sociedad (Iamamoto, M., 1997: 13).
Esta definición da cuenta de una contradicción estructural en el sistema capitalista,
siendo producto de las pujas entre la burguesía y el proletariado. Para la primera
clase social burguesa el capital se acumula y concentra (favorece sus intereses),
mientras que para la clase proletaria sólo queda un aumento constante de miseria y
pobreza. En tanto, se puede registrar que la cuestión social va cambiando sus
manifestaciones según el momento histórico que se indague: la precariedad laboral,
la contaminación medioambiental, el hacinamiento, la discriminación, entre muchas
otras, son ejemplos las manifestaciones de la cuestión social.

● Fatalismo: corresponde a una mirada totalmente condicionada del/a trabajador/a


social, quien sólo puede actuar dentro de los límites de la institución contratante.
Este tipo de prácticas profesionales tienden a la rutinización, burocratismo y
mediocridad.

● Mesianismo profesional: alude a una visión heroica del Trabajo social, donde el/la
profesional reduce su intervención a la voluntad política de los actores, sin ver que
dichas acciones puedan ser factibles y viables en la realidad.

● Profesión: se refiere a la actividad habitual de una persona, generalmente para la


que se ha preparado, que, al ejercerla, tiene derecho a recibir una remuneración o
salario. Yazbek sostiene que todas las profesiones surgen de necesidades sociales
que suponen intervenciones sistemáticas y organizadas; implican la existencia de
demandas, determinados “tipos” de usuarios que requieren estos servicios; incluyen
instancias de formación; intervienen a partir de un conjunto de valores orientadores
de la actuación, es decir se vinculan a cuestiones éticas; y se enmarcan en
determinadas disposiciones legales que reglamentan su ejercicio: incumbencias,
atribuciones, colegiación, etc (Yazbek, 1996).

● Proletariado: es una de las clases fundamentales de la sociedad capitalista; carece


de propiedad sobre los medios de producción y se ve obligada a vender su fuerza de
trabajo para proporcionarse los medios de subsistencia.

● Surgimiento del Trabajo Social como profesión: surge a fines del Siglo XIX en
Europa y Estados Unidos, un contexto marcado por el capitalismo en su fase
monopólica. Tal disciplina, al profesionalizarse, se enmarca en el Estado como una
de las modalidades de enfrentamiento a la llamada “Cuestión Social”. Es así que
los/as profesionales, al indagar en la dinámica social, reconocen cuales son las
manifestaciones de la cuestión social y las abordan desde las políticas sociales.

Trachitte, M. y otros (2014). “La etapa fundacional de la profesión de Trabajo Social”.


En Trabajo Social: textos y política en clave histórica (pp. 171-187 y 211-212). Paraná:
EDUNER. Ficha Ingreso - Modernidad - Basta y Carnevali - 2017.pdf

● Capitalismo incipiente: Los antecedentes del capitalismo se remontan al paso de


la Edad Media a la Edad Moderna (siglos XIII y XV). En este período, el feudalismo
entró en decadencia y comenzaron a formarse burgos con fuerte actividad comercial
y dinero circulante, lo que dio lugar al protocapitalismo, es decir, al capitalismo
temprano o incipiente.

● Crisis del sistema feudal: su colapso se debe, en gran medida, al uso de nuevas
tecnologías (molino, aperos de labranza) que produjeron excedentes en la
producción agrícola de los feudos; lo que conlleva a salir a comerciar a otras
comarcas, a realizar el trazado de nuevas rutas (para contactarse con otras
regiones), a implementar el uso de “moneda” para el intercambio y, también, la
aparición de grandes ferias de mercaderes.

Este modelo económico se vio potenciado con las exploraciones marítimas y el


descubrimiento de América en el siglo XV. Sus consecuencias fueron el acceso a
nuevas mercancías, la formación de nuevas rutas comerciales y la expansión del
imperialismo occidental, dando lugar al capitalismo mercantilista o mercantilismo,
bajo el control de los poderes reales.

● Cuestión social a fines del siglo XIX en la Argentina: está ligada al proceso de
modernización iniciado en 1860 que desencadena consecuencias sociales, laborales
e ideológicas debido a la industrialización y urbanización naciente. Es así que en
este contexto se desarrolla una fuerza obrera, creciente en cantidad y complejidad,
que protesta por mejores condiciones laborales, viviendas obreras y atención
sanitaria. Lo anterior es acompañado por la creación de organizaciones destinadas a
defender los derechos de los trabajadores por medio de huelgas y demostraciones
callejeras. Hacia dentro del movimiento obrero se organizan dirigencias con distintas
ideas: una de las más extremistas son las concepciones anarquistas.

● Movimiento higienista: el higienismo se constituye en la Argentina durante el último


tercio del siglo XIX, como un movimiento que si bien está liderado por profesionales
de la medicina, incorpora a intelectuales y políticos. Teniendo en cuenta que el área
de salubridad fue un espacio donde se intervenía fuertemente, el rol de los
higienistas fue bastante importante. La higiene en general era definida como “todas
las acciones que se ejercían sobre la salud” siendo una tarea que invitaba a varias
profesiones. Bajo dicha concepción, la enfermedad se plantea como problema
social, dando así legitimidad para abordar otras cuestiones referidas a lo
habitacional, moral e ideológico.

● Iluminismo: es un movimiento intelectual que expresa los ideales ascendentes de la


burguesía y se contrapone a los intereses absolutistas-monárquicos representados
por la antigua nobleza. Si bien tiene una continuidad de pensamiento con el
Humanismo Renacentista, el siglo XVIII también se lo ha llamado “el siglo de las
luces”, haciendo alusión al imaginario de las luces de la razón extendiéndose sobre
las tinieblas del oscurantismo y el dogmatismo propios del pensamiento basado en
el teocentrismo del medioevo.

● Modos de Producción: alude a la manera en que los hombres se organizan en


sociedad, transformando las condiciones naturales, para satisfacer sus necesidades.
El hombre no es un ser aislado sino que vive congregado y, por tanto, su trabajo
está mediado socialmente y se realiza en un determinado contexto histórico y de una
determinada manera.

● Modo de producción feudal: un sistema económico, social y político donde la


principal relación de producción era la servidumbre: es conocido como Feudalismo.
En este sistema, la sociedad se dividía entre hombres libres y no libres, ordenados
por distintos grupos, que ocupaban distintas posiciones sociales hereditarias.

● Revolución Industrial: se refiere al proceso de aceleración y crecimiento


económico autosostenido, ocurrido en Europa –principalmente en Inglaterra– a fines
del siglo XVIII y principios del XIX. También se lo conoce como “el despegue” o
take-off; desarrollándose en un contexto signado por el ascenso de la ciencia y de la
técnica, ideas iluministas y economía liberal.

● Sociedad Capitalista: fenómeno de aceleración económica y tecnológica que


afianza al Capitalismo como modo de producción (ya no como un capitalismo
mercantilista sino consolidado en su fase monopólica), trajo aparejado grandes
efectos, fundamentalmente consecuencias sociales.

● Transición del feudalismo al capitalismo: durante la Edad Moderna se produjo en


Europa la transición del feudalismo al capitalismo, proceso que se extendió hasta
mediados del siglo XVIII, aunque en algunas regiones el feudalismo perduró durante
mucho más tiempo.

Este proceso de transformación se observa en varios planos de las sociedades.


Primeramente, en lo económico se pasa de una economía agrícola (feudal y rural) a
una economía industrial (capitalista y urbana). En lo social, la organización
estamental (posición definida por nacimiento y desigualdad de derechos) cambia a
otra regida por las clases (posición definida por la riqueza). En dicho lapso de tiempo
se da el fortalecimiento de la burguesía, quien incrementa su poder económico y
social. Paralelamente se impone un nuevo sistema de explotación basado en la
mano de obra asalariada.

En el terreno cultural y religioso se da el paso del teocentrismo (Dios y religión como


centro) al antropocentrismo (revalorización del hombre como centro y medida de
todas las cosas).

Por otra parte, en lo político se origina la decadencia del poder de los señores
feudales, dando lugar a la consolidación de los Estados Nacionales Modernos a
través del fortalecimiento de las monarquías. Este proceso de centralización del
poder conduce al establecimiento de monarquías absolutas (totalidad del poder
concentrado por los reyes), las cuales a fines de la Edad Moderna entraron en crisis
dando paso a un sistema político liberal (la burguesía alcanza el poder político y se
amplía el derecho al voto de los ciudadanos).

Unidad 3
Cazzaniga, Susana. “Las políticas sociales, una lectura desde el Trabajo Social”.

● Agenda pública: se utiliza para referirse al conjunto de situaciones problemáticas


que requieren de un debate público e intervenciones activas, por parte de las
autoridades públicas legítimas, a fin de encontrar solución.

● Estado de bienestar: es un concepto que alude a un sistema de regulación de las


relaciones económicas, de protección ante la vulneración de derechos sociales y que
además se caracterizó por la promoción del pleno empleo, columna vertebradora, del
sistema de seguridad social en estos regímenes.

● Instituido e instituyente: el primero alude a la forma de ser, establecida por una


institución, organización o grupo humano etc., mientras que el segundo se refiere a
la acción de cambiar o transformar lo establecido.

● Modelo universalista de políticas sociales: en Argentina, desde la década de los


cuarenta hasta mediados de los setenta, se originó una configuración de Estado
similar a la de los estados de bienestar (Estado Social). Las políticas de dicho
periodo se caracterizan por una oferta de educación y salud pública; regulaciones en
el mercado de trabajo y otras que se hacían cargo de la población vulnerable
(discapacidad, ancianidad, niñez, etc.).

Esta perspectiva universalista, desde la lógica de inclusión-exclusión, presenta una


inclusión por medio del trabajo asalariado que, en términos generales, permite
acceder a estándares de vida digna. Hay movilidad social ascendente, siendo la
educación pública un factor central en dicho proceso de desarrollo. Respecto a la
lógica de las políticas sociales, el modelo es universal y se fragmenta en áreas de
salud, educación, vivienda, seguridad social, etc., que son ejecutadas desde
organismos estatales.

● Modelo focalizado de políticas sociales: parte de discursos eficientistas que


asocian las crisis económicas a las concepciones re-distribucionistas, reguladoras e
interventivas que se venían aplicando. Primeramente, se puede ver que, al contrario
del modelo universalista, el Estado se retrae su intervención centralizada en el área
de trabajo asalariado, dejando ahora que el mercado regule la estructuración de la
sociedad.

Esto supone cambiar el enfoque universal de las políticas (abordaje a amplios


sectores sociales) por uno focalizado que, en base a argumentos de eficiencia para
reducir el costo, destina la intervención a una población más acotada. Otro aspecto
del modelo es que no comprende la idea de eficacia, la cual tiene en cuenta como
llegar a la población de manera efectiva y con los menores problemas y esfuerzos
posibles.

Desde la lógica de inclusión-exclusión, este proceso registra un crecimiento de la


pobreza, ya que el Estado sólo se encarga de prestar servicios básicos y compensar
sólo los desequilibrios que comete el mercado. En este punto, el proceso de
exclusión se agudiza empeorando la situación de los sectores pobres y clase media:
comienzan a aparecer los denominados “nuevos pobres”.

● Sectores subalternos: refieren a grupos sociales que actúan bajo el control y/o
supervisión de otros grupos que concentran más poder (económico, político, social,
etc.)

● Sujetos excluidos: estas personas u organizaciones se encuentran fuera, o casi


fuera, del proceso económico y social. Dicha posición impide que puedan satisfacer
sus necesidades básicas.

● Sociedad global: es producto del procesos de globalización, donde las múltiples


mutaciones políticas y económicas configuran escenarios de alta complejidad que
impacta fuertemente en las posibilidades de proyección y cohesión social de las
poblaciones nacionales. Este último contexto plantea una crisis para el sujeto como
actor social, ya que se le hace difícil adaptar sus proyectos individuales y colectivos
ante un contexto tan dinámico e inédito.

● Trabajo asalariado: es considerado como variable de inclusión social y


estructurador de los sistemas de protección social. A esto se suman otros
dispositivos clásicos de protección como la asistencia (ayuda social) y el seguro
(seguridad social).

Fink, Tatiana.“Trabajo social y construcción de identidad: una mirada desde la


práctica profesional”.

● Actitud fatalista: corresponde a una mirada totalmente condicionada del/a


trabajador/a social, quien sólo puede actuar dentro de los límites de la institución
contratante. Este tipo de prácticas profesionales tienden a la rutinización,
burocratismo y mediocridad.

● Actor social: son sujetos o grupos sociales que reconocen uno o varios problemas
en común y comienzan a actuar para transformar la situación que los produce. Por
ejemplo, los movimientos sociales son actores sociales que actúan frente a las
problemáticas que producen las medidas neoliberales.

● Categorías analiticas de Derechos Humanos: permiten abordajes que tienen en


cuenta la protección y promoción de los derechos declarados en los tratados
internacionales de derechos humanos. Dichas ópticas se centran en aspectos como
la universalidad, transversalidad, integralidad, género y pluralidad, entre otros.

● Colectivo profesional: es una agrupación social donde sus integrantes comparten


ciertas características o trabajan en conjunto por el cumplimiento de un objetivo en
común.
● Dimensión teórico-metodológica: en ella se plantean las concepciones de mundo,
sujeto y sociedad que permiten analizar la realidad social y brindan fundamentos a la
intervención profesional (Cavalleri, Lopez, 2009).

● Dimensión operativo-instrumental: alude a los instrumentos y técnicas con los


que se operativizan fundamentos teóricos-metodológicos (Cavalleri, Lopez, 2009).

● Dimensión ético-política: se refiere a los valores guían y orientan la intervención


profesional y, por lo tanto, le otorgan una direccionalidad a la profesión (Cavalleri,
Lopez, 2009).

● División social del trabajo: alude a la separación de distintos tipos de trabajo en la


sociedad.

● Espacio socio ocupacional: se asocia a los espacios donde los/as profesionales


pueden intervenir.

● Identidad profesional: se construye históricamente por medio de la relación entre la


profesión (los debates hacia dentro del colectivo) y las demandas de los actores
sociales. Si se hace referencia a la identidad atribuida (por la sociedad y sus
instituciones) del Trabajo Social, esta comprende un rol tutelar y ejecutor que tiende
a la rutinización y burocratismo: las prácticas son de base conservadora, ya que no
dan lugar a nuevas propuestas. Por otra parte, se pretende superar la anterior visión
construyendo una identidad profesional que, en diálogo con la pluralidad de actores
sociales, amplíen el campo de intervención con nuevas alternativas de acción.

● Mesianismo profesional: alude a una visión heroica del Trabajo social, donde el/la
profesional reduce su intervención a la voluntad política de los actores, sin ver que
dichas acciones puedan ser factibles y viables en la realidad.

● Programa neoliberal: se basa en un conjunto de ideas políticas y económicas


capitalistas que defiende la no participación del Estado en la economía, dejando
fuera cualquier injerencia gubernamental, fomentando la producción privada con
capital único sin subsidio del gobierno. Dichas políticas, basadas en estrategias de
focalización, compensación y privatización, debilitaron los programas sociales. Se
transfirieron las competencias del Estado a organismos de la sociedad civil como
asociaciones, fundaciones, organizaciones de base, entre otras, reduciendo las
respuestas universales a otras de corte individual.

● Participación popular: se refiere a la actuación de la ciudadanía en la toma de


decisiones respecto al manejo de los recursos y las acciones que tienen un impacto
en el desarrollo de sus comunidades.

Ana Arias entrevista a Gisela Spaziuk “Conversaciones sobre lo público”.


● Distribución secundaria o redistribución del ingreso: al contrario de la
distribución primaria del ingreso, que consiste en la asignación de recursos que dicta
el mercado, la distribución secundaria es organizada por medio del Estado que
gestiona los impuestos y redistribuye el dinero por medio de las políticas públicas y
las políticas sociales .

● Perspectiva cuantitativa: se basa en un abordaje positivista, donde se entiende


que la realidad se puede captar de manera objetiva. Aquí se utiliza mayormente el
método deductivo, siendo los datos cuantitativos (estadísticos mayormente) con los
que se trabaja a menudo.

● Perspectiva cualitativa: se asocia a un abordaje fenomenológico que basa su


planteo en que el observador, a partir de sus categorías subjetivas, interpreta los
sucesos de la realidad.

● Recuperar la perspectiva del actor: refiere a que se tengan en cuenta los


intereses de los actores sociales cuando se diseñen y ejecuten las políticas sociales.

● Salario indirecto: conjunto de beneficios y ventajas que el/a trabajador/a obtiene


además del pago principal por trabajar.

● Vida cotidiana: se refiere a las acciones que una persona desarrolla diariamente.
Algunas son comunes a todos los individuos (despertarse, comer, irse a dormir),
mientras que otras dependen de la realidad de cada sujeto.

Unidad 4

Salazar, Laura. “La intervención interpelada”.

● Asistencialismo: acción técnico-política orientada a resolver problemas sociales a


partir de la asistencia externa en lugar de generar soluciones estructurales. Se
interviene en la demanda inmediata (solicitud de alimento, materiales de
construcción, etc.) sin reconocer en los actores demandantes los saberes y las
capacidades para co-operar sobre la problemática que nos convoca. Esto evita
proponer otras alternativas que den soluciones a mediano o largo plazo,

● Demanda: parte inicial del proceso de intervención donde el/la profesional recibe un
pedido para resolver un problema. La demanda no muestra la red problemática que
contiene el problema que se nos presenta a resolver; queda en el/la profesional interpelar
la situación problemática junto al sujeto demandante para avanzar en el conocimiento
mutuo sobre la trama de problemas que sostiene la demanda.

● Intervención profesional: es la puesta en acto de la profesión, que carga con


significaciones que pueden ser opuestas: lo autoritario y lo cooperativo. Esto plantea
una contradicción, un punto de inflexión donde se puede seguir con una intervención
lineal y unívoca, que aborda lo concreto inmediato, o “ir más allá”. Esta última
postura supone una interpelación mutua (“por qué es así y cómo se llegó a eso”)
entre el/la profesional y la persona que padece la situación problemática. Dicha
interpelación no es contraria al abordaje de lo concreto (dar alimento, chapas, etc,)
sólo que no termina ahí, sino que posiciona al sujeto como portador de capacidades
y derechos, lo cual habilita a pensar más intervenciones de carácter cooperativo que
den más autonomía a las personas.

● Lógica institucional: se refiere al quehacer institucional (sus funciones), o sea, a


como la institución aborda las problemáticas que se le presentan. De no contar con
una estructura abierta a las modificaciones, las instituciones presentan respuestas
prediseñadas que tienden a cristalizarse, cerrarse en un todo determinado e
inmutable. En tales contextos se ve reducida la autonomía de los/as profesionales y
personas que participan en la intervención.

● Objetivar la intervención: alude al proceso de la lógica formal y de lo “seguro”,


donde el/la profesional sólo reduce su intervención a la “constatación” o “verificación”
de entregar, o no, el bien (alimento, chapas, etc.) que necesita la persona. No se da
lugar a una interpelación mutua, una subjetivación que invite a indagar el “porqué”
de cómo el sujeto llegó a esa situación vulnerable, lo cual impide elaborar otro tipo
de alternativas interventivas.

● Subjetivar la intervención: se refiere a la superación de lo “seguro”, ya que hay


una mutua interpelación entre el/la profesional y el sujeto: se salta “al vacío”. De esta
manera se indaga en el por qué y cómo la persona llegó a esa situación, esto es
verlo de manera subjetiva, como un otro que tiene historia, intereses, valores y,
sobre todo, capacidades. La anterior perspectiva no niega la asistencia directa y
concreta (entrega de alimentos, objetos de primera necesidad, etc.) sino que,
además de ello, se pretende “ir más allá” conociendo la trayectoria de la persona y
ver como generar alternativas para que tenga más autonomía (poder de decisión
sobre su vida y contexto).

Moreno Ana, García Adriana, Montañez Graciela “De la intervención Comunitaria al Abordaje
Territorial” - proyecto de Investigación 2018/2019 “La intervención nutricional comunitaria como
un proceso de construcción: el análisis del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria” – En El
abordaje alimentario-nutricional comunitario en los territorios – en editorial para publicación.

● Acción situada: permite entender que la intervención se da en el territorio, siendo


un espacio con historicidad, situación económica, política, social y cultural especifica.
Por ejemplo, no es lo mismo intervenir en una problemática ambiental situada en
Buenos Aires que otra existente en Jujuy, ya que tienen distintos tiempos, espacios,
actores, problemas, recursos, interpretaciones, racionalidades, etc. Estos aspectos
determinan la intervención profesional, fijando obstáculos y oportunidades durante
su ejercicio.

Pensar en la intervención situada permite reconocer los actores sociales, viendo


cómo se relacionan entre sí y que intereses tienen sobre la situación problemática
abordada. Por ejemplo, una multinacional sojera utiliza agrotóxicos para producir
más soja con el interés de aumentar sus ganancias. Se sabe que la actividad
repercute en la salud de las familias, consumidores y otros actores que tienen
contacto con el suelo y alimento contaminado: al contrario de la sojera, sus intereses
se ven afectados negativamente.

● Comunidad: mayormente se la puede entender como un tipo de lazo social que une
a las personas por el lugar de residencia, intereses comunes o una identidad social
compartida. A su vez, estos lazos conllevan acciones generalmente asociadas a
relaciones positivas de solidaridad y ayuda mutua.

Si se piensa a la comunidad como vínculo entre individuos, se puede decir que tiene
tres características. 1) Las comunidades son distintivas porque no son iguales,
comprenden varios aspectos que las diferencian 2) Al ser pequeñas posibilitan que
haya un conocimiento del que todos los involucrados forman parte, ya que pueden
comunicarse de manera efectiva y fluida 3) A la pequeñez se suma la autosuficiencia
de las necesidades que presentan sus miembros, esto hace que no sea necesario salir
de la comunidad y, por lo tanto, terminan aislándose dentro de ella.

Por otra parte, el término comunidad se puede analizar desde tres dimensiones. 1)
Como lazo social, un espacio que comprende las relaciones entre vecinos, amigos o
familiares, siendo el vínculo el elemento que constituye tales formas de cohabitar
lugares en común 2) Como espacio territorial, un recorte geográfico que establece
ubicación y aspectos específicos 3) Como dispositivo de intervención, escenario
donde se interviene con los demás actores sociales.

● Identidad social: se muestra como el sentido de pertenencia que siente el sujeto al


vivir dentro de la comunidad. Uno, al pertenecer, adopta comportamientos y formas
de pensar que influyen significativamente en la formación de valores y la toma de
decisiones sobre los problemas compartidos.
● Interdisciplina: refiere al trabajo de no sólo pensar y actuar dentro de los márgenes
de la propia profesión (ej. Trabajo Social, Abogacía, Arquitectura) sino conjugar
diferentes disciplinas y saberes. Es así que se pretende comprender el planteo del
“otro”, tener la capacidad de entender sus metodologías y maneras de pensar con un
lenguaje en común, para abordar problemas que no se podrían resolver desde una
sola disciplina.
● Intervención: alude a una acción de mediación, intersección o cooperación que
orienta su finalidad según la perspectiva teórico-metodológica, ético-política y
operativo-instrumental de quien la defina. Otros elementos que determinan la
intervención son las ideas o representaciones que tienen los sujetos que participan,
directa o indirectamente, en dicho proceso. Si bien la intervención se entiende como
una acción transformadora de la situación problemática que afecta a los sujetos,
también se la puede asociar a la intromisión, intrusión, coerción o represión. Por ello,
en el marco de enfoques interdisciplinarios, se cuestiona sobre la utilización del
concepto de intervención, para pensar en un abordaje territorial-comunitario que
involucre activamente a los sujetos.
● Paradigma de la complejidad: constituye una forma de situarse en el mundo que
ofrece un marco creador de nuevas formas de sentir, pensar y actuar que orientan el
conocimiento de la realidad y la adquisición de criterios para posicionarse y
cambiarla. En este punto, las expresiones de la cuestión social (problemáticas) son
difusas y están compuestas por múltiples determinaciones, lo cual exige un abordaje
integral que requiere de propuestas multidisciplinares, intersectoriales e
interjurisdiccionales.
● Territorio: se entiende como una construcción social que remite a un proceso de
constitución político-institucional, socio-productivo y simbólico-identitario, donde
distintos niveles jurisdiccionales, actores y sectores, confluyen y constituyen un
entramado de relaciones, en un espacio determinado.

En tanto, se puede decir que el concepto de territorio se refiere a un espacio físico,


pero a su vez lo trasciende. Esto es así porque, además de considerarlo como
condición material, se constituye simbólicamente por ser modificado a partir de las
prácticas e interpretaciones que le confieren sus habitantes. Bajo dicha óptica, el
territorio permite analizar al espacio social como una arena donde se disputan
intereses y poder.

● Transdisciplina: partiendo del paradigma de la complejidad, se la entiende como los


momentos en que los saberes profesionales logran articularse, en los equipos de
trabajo, para construir un conocimiento superador al individual de cada disciplina. La
acción requiere de un alto compromiso participativo de las partes, con el fin de
plantear alternativas innovadoras a las problemáticas complejas que enfrentan.

Giribuela, W. y Carlis, M. “Profesional/Personal. Algunos impactos del contexto en la persona del/a


trabajador/a social”; en Simonotto, E. (coord.) (2007). Los laberintos del trabajo social. Nuevos
paradigmas en la formación, la práctica y la investigación. Buenos Aires: Espacio

● Agenda pública: refiere a aquellos problemas que tiene una sociedad, y que por
diversos motivos, son puestos en la discusión pública. Si se dan determinadas
circunstancias, dichas problemáticas pueden dar lugar a políticas públicas que traten
de resolverlas.
● Autonomía relativa: alude al margen de decisión que tiene el/a profesional para
realizar su trabajo (intervenciones) dentro de la institución que lo/a contrata.
● Asistencialismo: Intervención orientada a resolver problemas sociales a partir de la
asistencia inmediata en lugar de generar soluciones estructurales.
● Crisis social: se entiende como las épocas de transición y cambio propias de
situaciones conflictivas e inestables. El concepto se adjudica al devenir
socioeconómico y político del país luego de transitar la crisis del 2001.

En principio, la idea de crisis puede ser analizada desde tres dimensiones: 1) crisis del
pensamiento que es predecesora de la revolución científica que aún transitamos 2)
crisis del desarrollo personal que se asocia a los ciclos vitales de las personas
(adolescencia, mediana edad, etc.) 3) crisis vinculadas a las distintas fases de la
historia sociopolítica. La población que atiende el/la TS se encuentra inmersa en la
crisis que afecta los aspectos de su vida cotidiana.

● Condiciones socio-laborales de los/as TS: dentro del ámbito laboral se pueden


observar dos dimensiones: 1) la relación de la institución con los/as profesionales,
siendo que la primera, al cambiar sus funciones a través del tiempo, modifica su
trato/contrato con sus empleados/as (los/as TS) 2) la relación de los/as profesionales
con la población beneficiaria; en tanto, si cambia el marco institucional, esto afecta
también el modo de vinculación entre los/as TS y las personas que acceden a los
servicios de la institución.
● Distancia operativa y cercanía óptima: la primera permite abordar el objeto de
intervención y los sujetos involucrados desde un posicionamiento teórico y reflexivo
profesional, siendo una instancia que desnaturaliza las problemáticas sociales y
brinda alternativas para su resolución. Mientras que la segunda, complementaria a la
distancia operativa, implica una relación con el “otro” (personas) a partir de un trato
humano que tenga en cuenta los sentimientos, sin que ello recaiga en actitudes
alejadas del rol profesional (ej. heroísmo profesional).
● Flexplotación: caracteriza un modo de dominación que inhibe a los trabajadores y los
hace obedientes mediante mecanismos que, aparentando ser naturales, se justifican
a sí mismos para mantener procesos de precarización laboral continua. Partiendo de
ser asalariados/as, los/as TS son afectados/as por la flexplotación, proceso que
disminuye su autonomía relativa, ya que pueden perder el empleo si no se adaptan a
las directrices de la institución contratante.
● Heroísmo y cinismo profesional: son extremos de la actuación profesional a los que
apelan los/as TS según cómo interpretan su propia formación y contexto donde
intervienen. El heroísmo profesional es abordar las problemáticas sólo desde la
militancia, dejando de lado el análisis profundo y pensamiento estratégico, los cuales
son insumos claves si realmente se quiere realizar intervenciones que permitan
transformar los problemas. En el otro extremo se encuentra el cinismo profesional
que alude a un posicionamiento acrítico y burocrático del/a TS, quien invisibiliza las
consecuencias de las políticas sociales que ejecuta, y su propio rol dentro de ellas.
● Indicadores de pobreza e indigencia: permiten identificar las transformaciones que
ocurren en la estructura social del país: a partir de ello, entre otras cosas, se puede
saber qué porcentaje de la población puede acceder a servicios esenciales
(electricidad, gas, agua), estado de vivienda e ingreso anual. La línea de pobreza (LP)
representa el valor monetario de una Canasta Básica Total (CBT), canasta de bienes y
servicios obtenida a través de la ampliación de la Canasta Básica Alimentaria. Los
hogares cuyos ingresos sean menores a la CBT se caracterizan en el estudio como
pobres. En cambio, la línea de indigencia (LI) se establece a partir del valor monetario
de la Canasta Básica Alimentaria, que representa a los productos requeridos para la
cobertura de un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas de cada
miembro del hogar.

El texto no lo menciona pero existe otro indicador llamado “necesidades básicas


insatisfechas” (NBI) que permite la delimitación de grupos de pobreza estructural y
representa una alternativa a la identificación de la pobreza considerada únicamente
como insuficiencia de ingresos.

● Mecanismos de defensa: son respuestas que tiene el/a TS ante condiciones laborales
que dificultan el ejercicio profesional. Estas acciones defensivas pueden ir desde el
abandono del puesto hasta cumplir acríticamente con las funciones que asigna la
institución.
● Nominar: alude a nombrar, expresar qué y cómo se ve algo, siendo el mundo de lo
social el objeto observado en este caso. No nominar cumple el mismo efecto
nominador, ya que, si se oculta el fenómeno, no se podrá trabajar sobre su forma,
causas y efectos.

Por ejemplo, si no se nomina la flexplotación que están viviendo los/as


trabajadores/as en general, situación problemática que claramente incluye a los/as
TS, no van a poderse desarrollar instancias de debate, ni alternativas para abordar
dicho asunto.

● Pobres estructurales y nuevos pobres: a grandes rasgos se puede decir que la


pobreza estructural comprende a las familias e individuos con necesidades básicas
insatisfechas, que habitan viviendas de muy baja calidad o en condiciones de
hacinamiento, sin servicios sanitarios y/o de educación mínimos. Sobre los nuevos
pobres, conocidos también como “pobres por ingreso”, no tienen necesidades
básicas insatisfechas, y mayormente trabajan, sólo que su salario está deteriorado a
tal punto de quedar por debajo de los indicadores de pobreza (Ej. línea de pobreza).
● Precarización laboral: es la situación que viven los trabajadores que sufren unas
condiciones de trabajo por debajo del límite considerado como normal. Incide
especialmente cuando los ingresos económicos que se perciben por el trabajo no
cubren las necesidades básicas de una persona.
● Presiones de la inserción laboral – TS: es una clasificación analítica permite
organizarlas en:
● Presiones políticas – se pueden analizar en dos dimensiones 1) una apunta a la
relación que gestiona el/a TS entre las políticas sociales y sus destinatarios, siendo un
espacio donde entran en conflicto las postura profesionales
(asistencia-asistencialismo) y directrices institucionales (focalización,
descentralización y privatización); un ejemplo de esto podría ser la intención fundada
del/a profesional en intervenir sobre situaciones que involucran a 10
beneficiarios/as, pero 6 de ellos/as no cumplen con los requisitos (institucionales)
para acceder a la prestación 2) la otra dimensión refiere a lo político partidario, en
este punto el/a TS, al ejecutar políticas públicas, participa indirectamente en la
construcción de un partido político, actor que mayormente solicita su presencia para
actos o espacios alejados de las competencias del/a profesional.
● Presiones laborales – aluden al exceso de trabajo, espacios inadecuados, sobrecarga
horaria y/o manejo burocrático del tiempo por parte de las autoridades, sin evaluar
que las acciones sean eficientes.
● Presiones institucionales – sostienen y profundizan las demandas de “resolución ya”
que, además de poder ser problemáticas alejadas de las competencias profesionales,
no pueden solucionarse desde intervenciones inmediatas y superficiales.
● Presiones emocionales – pueden afectar al/a TS durante el ejercicio profesional, se
analizan en dos dimensiones: 1) la propia posición dentro del contexto laboral, un
espacio atravesado por la crisis social, lo cual genera todo tipo de presiones sobre
los/as profesionales, ya que viven en la incertidumbre, y a merced de la decisión de
terceros 2) en la relación con el “otro” el/a profesional puede identificar situaciones
cotidianas que los emparentan en padecimiento (ej. precarización laboral) siendo
esto un factor que puede inhibir sus capacidades resolutivas.
● Vida cotidiana: refiere a las acciones que una persona desarrolla diariamente.
Algunas son comunes a todos los individuos (despertarse, comer, irse a dormir),
mientras que otras dependen de la realidad de cada sujeto. Por ello son importantes
las experiencias que se vivencian al ejercer la profesión del Trabajo Social. Su
cercanía a los sectores postergados permite entender su realidad de primera mano,
un conocimiento al que no pueden acceder otras profesiones.

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