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Posterior a ello se realiza una prospección geobiológica para analizar y hacer un diagnóstico del
terreno. Una vez realizado este estudio localizamos el punto energético principal del territorio. En
este lugar, en caso de ser bien recibido por la naturaleza, ofrendaremos un ánfora, y según el criterio
de quiénes reciben esta asesoría se decidirá poner una vara a modo de geopunturizar el punto y
activarlo como si fuera un tótem, puede ser algo significativo, pero de peso, una roca ígnea
redondeada, un árbol, una estatua, etc.
Las posibilidades para fabricar un mandala son variadas, ya que pueden activarse con rocas a modo
de crómlech o menhires, con plantas a modo de jardín diseñando un paisajismo temático, o también
pueden ser varas especiales sembradas bajo tierra sin dejar rastros sobre la superficie.
EL CUADRADO O ROMBO DEL PADRE representa la manifestación del Cielo, las energías del cosmos.
Presenta un carácter de inestabilidad, crecimiento y expansión, fortaleza y claridad. Al unirse con el
cuadrado madre genera una estabilidad mayor que puede contener y sostener todas las energías
sutiles y telúricas que se manifiesten en el mandala. Para proyectarlo se debe girar el cuadrado
madre 45°
EL MANDALA proviene del sánscrito que significa rueda o círculo. Antiguamente los griegos con el
concepto de cosmos representaban el orden. El mandala es la organización del cosmos sobre la
Tierra: Representa el orden cósmico plasmado en el ritmo solar y lunar sobre la Tierra. Esto les
permitía a los antiguos maestros de obra organizar las energías en las zonas donde se armonizaba o
prospectaba. “Afuera el caos, dentro del finis terrae la armonía”.
A continuación, se presentan diferentes características obtenidas con las medidas energéticas del mandala y sus
respectivos significados: