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LAS MIGRACIONES INTERCONTINENTALES

La existencia de dificultades a la hora de medir el movimiento migratorio


intercontinental no nos impide señalar el periodo que estamos estudiando como el de
mayor intensidad migratoria. Realicemos un análisis comparado.

1. Antes de 1875.

Durante la Edad moderna se inaugura el flujo migratorio intercontinental, entre Europa


y América. Pero los datos disponibles nos señalan su escasa importancia. Así por
ejemplo la presencia de españoles en América durante los siglos XVI al XVIII se elevó
a tan sólo 3 millones, en su mayor parte latifundistas, comerciantes, militares e
intelectuales. A ellos debemos añadir 1,5 millones de esclavos llevados de Africa para
trabajar en las plantaciones. Ya en el siglo XIX este movimiento migratorio aumenta.
La principal zona emisora continúa siendo el Viejo Continente del que salen
aproximadamente 15 millones de personas entre 1820 y 1875. De los cuales un 75 por
ciento proceden de la Europa noroccidental. El principal destino por no decir el único
será Estados Unidos, que absorbe el 80 por ciento. En esta fase la emigración se
caracteriza por realizarse en grupos familiares formados por jornaleros agrícolas y
artesanos, que han sido expulsados de sus países por el proceso de industrialización. Sin
embargo, disponen de importante capital humano para ser puesto a disposición de las
regiones receptoras
2. 1875-1914
Durante este periodo la intensidad migratoria es mayor ya que salen de Europa, que
continúa siendo la principal zona emisora, unos 40 millones (1 millón anual). Ahora
bien, ya el predominio no corresponde a la parte noroccidental sino a la cuenca
mediterránea y a la Europa central y del este, que aportan las dos terceras partes del
contingente. Asimismo, los destinos se amplían ya que, si bien Estados Unidos continúa
siendo el principal país receptor, otras zonas emergen con fuerza como América Latina,
Canadá o Australia. En esta fase se trata de una emigración individual, compuesta por
trabajadores asalariados. También será en este periodo es cuando con mayor intensidad
se dará la emigración transitoria o también denominada “golondrina”.

CAUSALIDAD

Desde la teoría económica neoclásica los movimientos migratorios serían una


consecuencia de la desigual asignación espacial de factores y renta. En este sentido
vendrían determinados por la existencia de un exceso de oferta en el mercado de trabajo
del país emisor (bajos salarios) y, por el contrario, un exceso de demanda en los
receptores (altas remuneraciones). Sin embargo, este planteamiento requiere de un
análisis más profundo:
1. Factores de expulsión

Se manifiestan en las regiones emisoras y tiene que ver con el deterioro de su situación
económica. Así, para el periodo que nos ocupa, la crisis del sector agrícola tradicional y
la segunda revolución industrial – mayor intensificación del capital— explicarían la
emigración desde la Europa noroccidental. En la periferia Europea el inicio aunque
tardío del proceso de Revolución Industrial genera también importantes excedentes de
manos de obra, tanto en el sector agrario como en el manufacturero, que buscan su
recolocación en ultramar.

2. Factores de atracción

Se presentan en los países receptores y tienen que ver con las oportunidades de mejora
del nivel de vida que ofrecen para los potenciales inmigrantes. En este sentido, tanto la
industrialización de Estados Unidos, como la expansión de la producción de bienes
primarios en el conjunto de la periferia ultramarina se convierten en elementos de
referencia para la población desplazada en Europa.

3. Obstáculos intermedios

Son aquellos factores que inciden en el ritmo de flujo migratorio, acelerándolo o


frenándolo. ¿Cuáles son los principales? a) El coste del transporte durante esta etapa va
a reducirse considerablemente gracias a las innovaciones que se introducen la
navegación – Clipper y barco de vapor—, así como el establecimiento de líneas
regulares para el transporte de pasajeros. b) Las mejoras en las comunicaciones hicieron
que la transmisión de información sobre las zonas receptoras fuese más rápida y amplia,
lo que facilitó la implantación de las cadenas migratorias (influencia que ejercen los
primeros emigrantes sobre los potenciales que existen en sus lugares de origen). c) Las
políticas migratorias, que en los países receptores eran totalmente liberales, habida
cuenta de su necesidad perentoria de mano de obra. Sin embargo en algunos países
emisores, sobre todo de la Europa oriental la persistencia de la servidumbre suponía un
freno importante a la emigración. De ahí, que su abolición permitiese un aumento
considerable de su participación en el flujo migratorio hacia ultramar.

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