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LA RADIOPROTECCIÓN

La aplicación de la protección radiológica se basa en establecer y cumplir


normas, métodos de trabajo y garantías de seguridad que hagan mínimo el
riesgo. Se basa en tres criterios:

1. Justificación: cualquier exposición a radiaciones debe suponer un beneficio


a cambio.

2. Optimización: buscando el mínimo riesgo y el máximo beneficio, de forma


que el cociente riesgo/beneficio debe ser lo más pequeño razonablemente
posible (criterio Alara).

3. Limitación: no se deben superar unos valores máximos de dosis, que están


establecidos legalmente tanto para pacientes como para trabajadores
profesionalmente expuestos. La protección radiológica debe abarcar tanto a
pacientes, equipos, zonas de trabajo como a personal.

Medidas de protección radiológica para el profesional sanitario.

Los equipos de radiodiagnósticos tienen que ser sometidos a controles de


calidad. Cuando estén fuera de funcionamiento, deberán permanecer en
condiciones de seguridad, de modo que no puedan ser puestos en marcha ni
manipulados por personal no autorizado.

Todo miembro del equipo de salud dental debe ser protegido desde un punto
de vista radiológico.

Examen de salud previo y periódico al personal que vaya a trabajar con


radiaciones ionizantes con objeto de obtener una historia clínica completa en la
que se aprecie el estado de salud y de los órganos o aparatos que se estime
puedan ser afectados con mayor probabilidad por la exposición a radiaciones
ionizantes. Esta historia debe permanecer al menos durante 30 años después
del cese de la actividad del trabajador.

Vigilancia dosimétrica de los trabajadores expuestos, mediante dosimetría


personal. Se suelen emplear dosímetros fotográficos que se sitúan en el
uniforme a nivel del tórax, y se determinará la dosis recibida con periodicidad
mensual, realizando la lectura Servicios de Dosimetría Personal autorizados
por el Consejo de Seguridad Nuclear. Igualmente se realizará lado simetría de
área para estimar las dosis recibidas por los trabajadores expuestos. En el
historial dosimétrico del trabajador constarán las dosis mensuales recibidas, así
como las dosis acumuladas anualmente, y las dosis acumuladas en periodos
de cinco años consecutivos.

El funcionamiento de los equipos de rayos X debe ser dirigido por el odontólogo


acreditado al efecto, para la supervisión del cumplimiento de las normas de
protección radiológica. Si las operaciones con los equipos de rayos X no las
realiza directamente el titulado que dirige la instalación, sino personal bajo su
supervisión, este deberá igualmente estar capacitado y acreditado.

Empleo de accesorios de protección.

En radiografías intraorales, hay que tener en cuenta las siguientes


consideraciones:

La película debe sujetarla el paciente o utilizar dispositivos de sujeción.

El operador debe situarse al menos a dos metros del tubo emisor de rayos X,
preferiblemente en un ángulo comprendido entre 90º y 135º del eje del haz y si
hay que realizar la exposición en la misma sala, se protegerá mediante un
delantal plomado.

El tiempo de exposición no ha de ser superior a 5 segundos, el disparo ha de


hacerse por pulsador y no por interruptor, y con rearme obligado, es decir, que
no se puedan repetir las radiografías involuntariamente.

Medidas de protección radiológica para el paciente.

Basándose en los criterios de la protección radiológica, no se deben hacer


radiografías rutinarias, solo las necesarias, especialmente en niños.

Utilizar la película más rápida compatible con la calidad de imagen a obtener


para lograr una adecuada optimización. Se suele aumentar la tensión, lo cual
reduce la dosis, aunque se pierda algo de contraste.

Utilizar medios de protección radiológica: delantales y collarines de plomo, para


protección tiroidea.

El tamaño del campo de radiación será el mínimo compatible con la zona que
se pretende visualizar.
Medidas de protección radiológica en las instalaciones y equipos.

Las instalaciones de radiodiagnóstico deben presentar blindajes de paredes,


pantallas, puertas, sobre las que puede ir dirigido en alguna ocasión el haz
directo, en condiciones normales de trabajo.

Las salas de radiodiagnóstico no serán lugares de paso para acceder a otras


dependencias.

Mediante un Servicio de Protección Radiológica, se realizará, como mínimo


anualmente o cuando se detecten irregularidades, la vigilancia de los niveles de
radiación en los puntos de trabajo y en las áreas colindantes accesibles al
público.

La vigilancia de las zonas de trabajo tiene por objeto garantizar que el personal
no reciba dosis superiores a los límites. Así, las zonas se clasifican en función
de los niveles de riesgo, debiendo estar señalizadas y controlando el acceso.

Revisiones periódicas de los equipos para comprobar su perfecto estado.

El diseño del cuarto oscuro y del almacenamiento de las películas irá orientado
a contribuir a la obtención de una buena calidad de imagen con el mínimo de
exposición a la radiación, evitando repeticiones indebidas.

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