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sueños
Primero hay que entender las fases en las que soñamos, cómo
nuestro cerebro recibe el contenido de esos sueños y qué podemos
hacer para recordarlos.
Kristin Lesko
Pongamos que sueñas con tu ex y la escenita se parece bastante a la de Jack y Rose en Titanic.
¿Significa esto que quieres volver? ¿Significa que deberías reservar un crucero para tus próximas vacaciones?
¿O quizás sólo significa que deberías volver a ver Titanic, solo, en una sala oscura?
A menudos nos preguntamos si los sueños tienen significado. Pero para entender el mensaje que hay detrás, es
importante entender primero las fases en las que soñamos, cómo nuestro cerebro recibe el contenido de nuestros
sueños y qué podemos hacer para recordarlos mejor.
Esto es todo lo que necesitas saber y hacer para interpretar los sueños:
REM es la fase que proporciona energía al cerebro y al cuerpo, esencial para rendir al día siguiente. Tus músculos
están apagados, pero tu cerebro sigue activo, alimentando así el contenido de tus sueños.
La calidad de tus sueños normalmente varía dependiendo del momento de la noche. Al principio de la noche, la
fase REM puede dar lugar a un sueño corto, como el tráiler de una película, ilustra Nielsen. Más tarde, cuando el
período REM sea más largo, es probable que tu sueño se parezca más a una película.
Los adultos suelen tener entre cuatro y seis sueños por noche, según la National Sleep Foundation, aunque no se
recuerden todos.
“Es poco probable recordar más del 10% de los sueños que se tienen en una noche”, calcula Robert Stickgold,
profesor de Psiquiatría en la Harvard Medical School. “Simplemente, soñamos demasiado”.
En otras palabras: seguramente no tengas el panorama completo de tus sueños cuando te despiertes.
Aunque se te aparezcan imágenes de recuerdos en tus sueños, nunca se reproducirán tal y como ocurrieron,
excepto en el caso de un trastorno de estrés postraumático, apunta Stickgold. En su lugar, el cerebro determina lo
que sueñas calculando cuáles de tus recuerdos recientes son más valiosos y no del todo comprensibles, explica.
Además, también sueñas con las cosas que tu cerebro conecta a ese recuerdo reciente.
Stickgold da un ejemplo: digamos que casi tienes un accidente de coche. Ese suceso puede aparecer de una
forma diferente en tus sueños, como si estuvieras en un coche de choque con tu hijo en un parque de atracciones.
Puede que él se esté riendo y tú sientas mucho estrés.
“Los recuerdos emotivos suelen tener prioridad en nuestros sueños”, afirma Stickgold.
Como consecuencia de ese casi accidente de coche, puede que en el sueño se haga una asociación negativa con
los coches de choque. O puede que el sueño te ayude a rebajar la sensación de riesgo que asociaste
originalmente al suceso.
“Puede hacer que te des cuenta de que, cuando estás en los coches de choque, otros 100 coches chocan contigo
y no pasa nada”, apunta Stickgold.
La mayoría de los sueños implican algún tipo de emoción, que suele proceder de emociones reales que has
experimentado, afirma Lisa Medalie, especialista en Medicina Conductual del Sueño de la Universidad de
Chicago.
“Muchos de mis pacientes aseguran que, en momentos de estrés, experimentan más sueños que les provocan
ansiedad”, cuenta Medalie. “Según mis experiencias clínicas, las emociones del día tienen un papel en las
emociones que subyacen en los sueños”.
PEXELS
De niños, a todos se nos caen los dientes de leche. La reacción emocional a ese acontecimiento, así como la de
los padres del niño, será diferente a la de otras personas y a la de su familia, explica Nielsen.
Estas reacciones se almacenan en la memoria a largo plazo, y pueden surgir después, como una plantilla, pero
con otros aspectos relacionados. Por ese motivo, los sueños en los que se te caen los dientes deberían
examinarse en ese contexto.
″¿Qué cosas han ocurrido recientemente en tu vida?”, pregunta Nielsen. ”¿Qué emociones han surgido? ¿Hay
algo en tu vida similar a tu plantilla emocional de aquel entonces?”. Tus respuestas a esas preguntas son las que
crean tu versión del sueño diferente a la versión de otra persona.
Por ejemplo, si a alguien le dieron 5 euros por cada diente que se le cayó y le gustaba el Ratoncito Pérez, el
recuerdo será positivo. En cambio, una persona que perdió el diente de un puñetazo tendrá una asociación más
negativa.
Por ello, Nielsen no apoya ese enfoque del “diccionario de los sueños”, que asigna un significado general a cada
tipo de sueño.
“Tú quieres recordarte estando en el sueño” y, para ello, puedes utilizar un diario de sueños o una app para
registrar los detalles, sugiere Nielsen.
Unirte a un grupo de sueños es otra forma de procesar el contenido de tus sueños, propone Nielsen, aunque el
grupo no esté dirigido por un experto. Esto puede estimular tu deseo de recordar los sueños.
Si quieres hablar con un profesional sobre un sueño, Nielsen recomienda buscar a un psicólogo que use análisis
de los sueños en su consulta. No todos los psicólogos están necesariamente formados en la interpretación de los
sueños, pero puede que utilicen los sueños o pesadillas como un punto de partida para hablar de cuestiones más
profundas o de las reacciones emocionales de un paciente.
“Creo que los sueños pueden liberar rápidamente los problemas emocionales subyacentes que la gente tiene y
con los que pueden necesitar ayuda en psicoterapia”, sostiene Nielsen.
PIXABAY
“Sabiendo que los sueños son un reflejo de nuestra vida despiertos, sospecho que pueden informarnos de las
emociones que no estamos gestionando bien o que están ganando peso durante el día”, explica Medalie.
“Podemos pensar en cómo abordar nuestra lucha emocional de forma más directa desde ahí”.
Si te despiertas ansioso o nervioso por tus sueños y hacer ejercicio te ayuda a reducir la ansiedad, quizás la
conclusión es que necesitas hacer más ejercicio, indica Medalie.
No, responde Stickgold: están tratando de mostrarte algo. Él lo compara con la diferencia entre un manual y una
obra de teatro. Un manual te da información, mientras que una obra de teatro te muestra posibilidades.
“En ese sentido, soñar es como una buena obra”, describe Stickgold. “No te vas de una buena obra diciendo ‘vale,
ahora sé lo que debo hacer si ocurre X’. No, tú sales de ahí diciendo ‘se me ha abierto un mundo entero y nunca lo
había pensado antes’. Creo que es lo que el cerebro está intentando mostrarte: un mundo de posibilidades”, zanja.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco
Serrano