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Unidad 7. El Cristo de la fe.

EL CRISTO DE LA FE
Ahora y desde la fe cristiana tratamos de responder a la pregunta sobre
la verdadera identidad de Jesús de Nazaret.

- Decir que Jesús es un personaje histórico ya es algo. Pero queda la gran pregunta:
¿ Quién es él?, ¿ cuál es su verdadera identidad?
- ¿ Importa solamente el Cristo de la
fe y no el Jesús histórico?, ¿ es creíble un
Cristo de la fe desvinculado del Jesús de la
historia?
- A muchos contemporáneos nuestros
les resulta incomprensible y difícil de
aceptar que Jesús sea Hijo de Dios .
Hombre- Dios: ¿ es éste el rasgo fuerte
y definitivo de la identidad de Jesús?

1.- Cartel: “ Se busca”.


Este cartel, al estilo de los utilizados en
las películas del Oeste, fue muy
difundido en los años setenta entre los
jóvenes, presenta un rostro fuerte, de
mirada penetrante, símbolo de la
protesta juvenil frente a los Cristo
dulzones anteriores. Tiene un rostro
misterioso, radical e inconformista que
invita a la búsqueda del Cristo real.

Actividad: ¿ Hay en ese cartel algún


mensaje válido para los jóvenes de hoy? Dí cuál y explica el motivo de tu elección.

2.- “¿ Quién dice la gente que soy yo?”


Es la pregunta de Jesús a sus discípulos para averiguar hasta dónde había
llegado a la gente, y ellos mismo, en el conocimiento de su persona. La
contestación de los discípulos revela la intriga existente en torno a aquel hombre al
que veían igual a los demás y, al mismo tiempo, distinto.
Hoy, después de más de dos mil años de cristianismo, la pregunta vuelve
insistente: ¿ quién es Jesús verdaderamente? Muchos, creyentes y no creyentes,
intuyen en él, más allá del
personaje histórico, a alguien
que no es como los demás y
cuyo mensaje no sólo ha
perdurado a lo largo de los
siglos, sino que sigue vivo,
atrayendo a millones de
seguidores. Los no creyentes
hablan del “enigma de Jesús”,
los creyentes se acercan a esta
persona excepcional por la fe. El
conocimiento histórico de Jesús
sólo lleva al descubrimiento del
gran personaje histórico de Jesús. Llegar a su verdadera identidad, como Mesías o
Cristo1, como Hijo de Dios2 es obra de la fe.

1Mesías o Cristo es un título utilizado para identificar a Jesús. Mesías y Cristo son dos
nombres, uno hebreo y otro griego, que significan lo mismo: ungido. La unción expresaba la
elección divina. Referida a Jesús se quiere significar que él es el elegido de Dios en quien se
cumplen las antiguas promesas de Dios a su pueblo y a toda la humanidad.

2 Hijo de Dios. De Jesús se afirma que es el Hombre-Dios: hombre verdadero y Dios


verdadero. Para los cristianos de hoy llamar a Jesús “Hijo de Dios” equivale a decir que Jesús
transparenta de tal manera a Dios que es Dios mismo.

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Unidad 7. El Cristo de la fe.

Al Dios_de_Jesús lo conocemos en “lo_humano”, en “un” hombre concreto.


Al Dios de Jesús se le conoce no elevándose por encima de la humanidad, sino en
ella misma. Al Dios de Jesús se le conoce y se le encuentra en lo que es propio del
ser humano y, por tanto, a través de lo humano. Éste es el sentido de la
“Encarnación”; esto es, del hecho de que, históricamente, Dios se ha dado a
conocer en la vida de un ser humano, un hombre concreto.

“ Al principio ya existía la Palabra y la palabra se dirigía a Dios y la palabra era


Dios.(...) A la divinidad nadie la ha visto nunca; su Hijo_único, Dios, el que está de
cara al Padre, él ha sido la explicación”. ( Cfr Jn 1,1-4. 14. 16-18)
No sabemos si Dios pudo escoger otros caminos para darse a conocer a
nosotros. Pero el hecho es que escogió el camino de “lo humano”. Pero no basta
con decir que a Dios lo conocemos en lo humano. En realidad a Dios no lo hemos
conocido en el hombre, sino en un hombre concreto: Dios se nos ha dado a conocer
en la persona y en la vida del hombre que fue Jesús de Nazaret.

Es importante subrayar el hecho de que lo decisivo no es tanto hacerse


presente como un ser humano cualquiera, sino el hecho de hacerse presente en un
ser humano concreto, que vivió de una manera determinada y murió como
consecuencia de esa manera de entender la vida. Por eso decimos que al Dios de
Jesús lo tenemos que entender a partir de esos hechos concretos, desde aquella
vida concreta y desde aquella historia tan humana y tan desconcertante.
Dios se revela como debilidad. Al decir que a Dios lo conocemos y lo
encontramos en “un” hombre ( el hombre Jesús de Nazaret) es lo mismo que decir
que a Dios lo encontramos y lo conocemos en la debilidad. Esto es, el Dios que se
nos reveló en Jesús solamente podemos conocerlo y encontrarlo en lo más débil de
nuestra condición humana. Por contra, el Dios que tienen en la cabeza muchos
creyentes es el Dios que se entiende a partir del poder, de la grandeza, de la
majestad, de la fuerza que impresiona, de la autoridad que se impone y manda, de
la amenaza que sobrecoge y asusta. Y todo esto se aplica a Jesús. Y todo lo que
venimos diciendo ha tenido ( tiene) sus concreciones en la vida ordinaria y en la
misma historia.

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