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CONCEPTO DE MONUMENTO
(S.XIX) «la gran síntesis romántica del
patrimonio nacional»,
- concepto de monumento histórico, la «superestructura» de la cultura,
altas manifestaciones artísticas e intelectuales, creaciones aisladas
producto de la inspiración creativa del genio
- el monumento es un objeto físicamente concreto que se reviste un
elevado valor simbólico que asume y resume el carácter esencial de la
cultura a la que pertenece.
- construcción ideológica, política y social del Estado-Nación: la
constitución de los estados nacionales creó la necesidad de redactar el
catálogo del patrimonio nacional para dotar a los estados –antiguos y
modernos− de plena legitimidad histórica.
Concepto de patrimonio cultural: del monumento histórico a los bienes culturales – LOS BIENES CULTURALES
a) Monumentos históricos
- Patrimonio histórico-artístico: objetos de valor artístico
b) Patrimonio construido (arquitectura)
b.1) Patrimonio construido (arquitectura)
y patrimonio arqueológico: ruinas y yacimientos arqueológicos
b.2) Patrimonio construido (arquitectura)
y patrimonio industrial: arquitectura industrial
b.3) Patrimonio construido (arquitectura)
y patrimonio etnográfico: arquitectura vernácula o popular
b.4) Patrimonio construido (arquitectura)
y ciudad: conjuntos históricos o ciudades históricas
c) Patrimonio natural y paisaje cultural
- Patrimonio natural y paisaje cultural: itinerarios y rutas culturales
d) Patrimonio etnológico o etnográfico
d.1) Patrimonio etnológico material: arquitectura vernácula o popular y
bienes etnológicos materiales
d.1) Patrimonio etnológico inmaterial: patrimonio inmaterial
e) Patrimonio documental y bibliográfico
1.3. Patrimonio y Sociedad:
El patrimonio cultural y la construcción de las identidades colectivas
∎ Antonio Ariño Villarroya, «La expansión del patrimonio cultural», Revista de Occidente, nº
250, 2002, pp. 129-150.
Si uno contempla la diversidad de actividades y objetos humanos que han sido merecedores de
convertirse en objeto de colección y de conservación museístia, que se presentan en
exposiciones y que, por tanto, son depositarios de una mirada patrimonial, no puede dejar de
sentirse invadido por cierto desasosiego y confusión. Junto a los museos nacionales que reúnen
grandes obras de la pintura y de la escultura, encontramos museos regionales o comarcales de
carácter etnológico que reproducen formas de vida típicas de las sociedades preindustriales. Los
hay también dedicados a tipos concretos de actividades o de objetos: artesanías diversas,
apicultura, vinicultura, cerámica, indumentaria, juguetes, tipos particulares de fiestas y
costumbres, numismática, cinematografía… A la luz de los cambios que viene experimentando
el repertorio o inventario de objetos susceptibles de patrimonialización, bien podría sostenerse
que intentar definir qué es patrimonio cultural parece una empresa insensata, abocada al
fracaso, algo así como pretender enjaular el viento o recoger agua con una red. Desde sus
aplicaciones originarias hasta la actualidad, el patrimonio ha experimentado una expansión
indefinida y potencialmente infinita que puede conducir a la paradoja de que «todo sea
patrimonializable». De hecho, se ha producido una triple deriva: desde el concepto clásico de
monumento hasta el de bien cultural; desde los bienes tangibles a los intangibles y a los
testimonios vivos; y desde una visión insularista hasta la confluencia entre patrimonio natural y
patrimonio cultural en el marco de la sociedad de riesgo».
CONCEPTO DE PATRIMONIO: TEXTOS SELECCIONADOS.
∎ Ignacio González-Varas Ibáñez, Las ruinas de la memoria. Ideas y conceptos para una
(im)posible teoría del patrimonio cultural, Siglo XXI, México, 2014, (XI Premio Internacional
de Ensayo), introducción, pp. 7-8.
Esta herencia que hemos recibido de los tiempos pasados −seleccionada con deliberada minuciosidad o
bien meramente casual en su pervivencia, incólume en su consistencia o, por el contrario, mixtificada
por adulteraciones naturales, casuales o dolosas− es, por tanto, lo que actualmente denominamos
patrimonio cultural. Este, el patrimonio cultural, es así todo aquello que reconocemos, valoramos y
deseamos conservar de ese pasado y de esa historia. Su conservación se ha revelado como una tarea
esencial, a veces de índole casi religiosa, para nuestra sociedad, pues el reconocimiento y valoración de
este patrimonio debe garantizar, nada más y nada menos, que la posibilidad del mantenimiento de
nuestra identidad histórica como comunidad humana. Las sociedades reciben el patrimonio del pasado,
lo custodian y lo transmiten a las generaciones futuras, de modo que en esta tarea no sólo interviene el
pasado, la materia física o puramente espiritual que se transmite a través de este viaje por los tiempos,
sino también el presente que la recibe y custodia y, asimismo, el futuro hacia el que, finalmente,
encauzamos todas nuestras acciones.
Por eso el concepto de patrimonio es dependiente de la relación que mantenemos con el tiempo, es
deudor de las incertidumbres, crisis, repudios o reconciliaciones con el orden del tiempo. Pero en este
continuo avanzar y devenir de las dimensiones temporales, el patrimonio cultural, a pesar de su aparente
estabilidad de herencia recibida, en realidad no es un legado inmutable, sino que, por el contrario,
responde a valoraciones sociales, ideológicas e intelectuales que son cambiantes y discontinuas, en
cuanto producidas históricamente: las sociedades se vuelven y se revuelven continuamente hacia el
pasado para encontrar nuevos valores y significados o para renovar o anular los actualmente vigentes.
CONCEPTO DE PATRIMONIO: TEXTOS SELECCIONADOS.
∎ Ignacio González-Varas Ibáñez, Las ruinas de la memoria. Ideas y conceptos para una
(im)posible teoría del patrimonio cultural, Siglo XXI, México, 2014, (XI Premio Internacional
de Ensayo), introducción, pp. 7-8.
El patrimonio es así una selección subjetiva y simbólica de elementos culturales del pasado que son
revitalizados, adaptados o reinventados desde y para nuestro presente. Los cambios entre los que se
debate la conciencia y asunción del pasado nos llevan a comprobar cómo el proceso de creación y
recreación del patrimonio no es estático sino que, por el contrario, se trata de un proceso dialéctico,
variable y altamente crítico; además, el acto de seleccionar, custodiar, pensar y actuar sobre este legado
de la memoria no solo es racional o científico –aun cuando se busque el auxilio de disciplinas tan
consolidadas como la historia, la arqueología, la historia del arte o la antropología– sino que también
intervienen en esta crucial tarea las creencias políticas e ideológicas o incluso, ahondando en el
componente subjetivo, hasta son invocadas muchas veces las emociones y los sentimientos de pueblos,
sociedades o de comunidades de ciudadanos. ¡Cuántas veces las revoluciones han sido cantadas y
proclamadas ante monumentos emplazados en lugares públicos que se convierten a partir de entonces en
lugares de memoria! En este proceso dialéctico y crítico de construcción o deconstrucción de la
memoria se puede llegar a producir la modificación del sentido y de los valores que atribuimos a este
patrimonio. Esta alteración no se detiene en este primer eslabón que atañe al concepto, al significado o al
valor atribuido al objeto, sino que puede llegar a afectar incluso a la propia transformación física de ese
objeto cultural o, más allá, incluso a su desaparición, como aquellos monumentos originariamente
erigidos a perpetuidad y que han sido bruscamente destruidos o condenados al olvido por dejadez o
indolencia.
CONCEPTO DE PATRIMONIO: TEXTOS SELECCIONADOS.
∎ Ignacio González-Varas Ibáñez, Las ruinas de la memoria. Ideas y conceptos para una
(im)posible teoría del patrimonio cultural, Siglo XXI, México, 2014, (XI Premio Internacional
de Ensayo), introducción, pp. 7-8.
El fanatismo destructor no es algo que permanezca en el pasado, pues todos tenemos todavía en la retina
la brutal voladura con dinamita de las colosales estatuas de los Budas de Bamiyan o, con paralelismo
aterrador, el derrumbamiento de las Torres Gemelas de Nueva York, atroz atentado humano, caída de un
símbolo y, para otros muchos, inicio de una nueva era marcada por las incertidumbres y la desconfianza
en el futuro. Pero también puede suceder lo contrario, es decir, que rituales, costumbres, tradiciones u
objetos culturales que han sido atrapados dentro de la red conservacionista lleguen a perder su vitalidad
originaria: hemos logrado que los vestigios de la memoria sean conservados y perduren pero, eso sí,
embalsamados a modo de esos especímenes biológicos que flotan inertes en botes de formol
cuidadosamente etiquetados y clasificados, como sucede con esos monumentos sometidos en
exclusividad a la tiranía del turismo de masas o con aquellas ciudades históricas asimiladas a la
hiperrealidad complaciente y vacua del parque temático. Pero también sucede que los objetos que
integran el patrimonio cultural, extraídos de ese territorio extraño que es el pasado, reciben un bautismo
iniciático cuando son declarados «monumentos» o «bienes culturales» o cuando ingresan entre las
vitrinas del museo, revistiéndose así de una doble naturaleza, cultural y cultual, al mismo tiempo. Pero
ese culto a la cultura necesita ser reactivado o reformulado continuamente. Esto es así porque los
contextos de interpretación del pasado cambian continuamente y, en ocasiones, sobre todo en los
momentos de crisis o de cambios traumáticos en las sociedades, se producen rupturas en la cadena de
transmisión de este patrimonio que desde luego afectan al propio concepto de patrimonio que varía en el
tiempo.
1.4. Axiología del patrimonio cultural: teoría de los valores del patrimonio
cultural.
valores rememorativos
(Erinnerungswerte) −valor
rememorativo intencionado
(simbólico-identitario), valor
histórico y valor de antigüedad−
valores de
contemporaneidad
(Gegenwartswerte) −valor
instrumental y valor
artístico−.
valores de contemporaneidad
(Gegenwartswerte) valor artístico.
Valor artístico: la apreciación del valor Valor estético: valor que asume un
artístico de una obra es de carácter objeto o actividad susceptible de
«relativo» pues depende de las provocar una experiencia sensibile,
fluctuaciones del gusto en cada sensitiva o estética, cualidad que desde
momento presente; así lo demuestra la luego asociamos a las obras de arte,
evolución crítica de El Greco que de ser pero que también se puede extender a
considerado un pintor «extravagante y otras categorías, como a un centro
singular» y denostado por Antonio histórico o un paisaje cultural, por
Palomino, que tachó su pintura de ejemplo
«ridícula y desagradable», su
restitución no se produciría sino en
1902 con la celebración de la primera
exposición monográfica del pintor
cretense en el Museo del Prado,
organizada bajo el ministerio del Conde
de Romanones, desde entonces su
fortuna crítica no ha hecho más que
crecer hasta su eclosión con motivo de
las exposiciones y actos celebrado con
motivo del cuatrocientos aniversario de
su muerte en 2014.
Valores de contemporaneidad: Valor de instrumental o de uso.
valores de contemporaneidad
(Gegenwartswerte) valor instrumental.
La consideración y tratamiento del monumento a partir de sus contenidos rememorativos intencionados u originarios −si
estos aún están vigentes para nuestra sociedad actual− implicaría, como apuntaba Riegl, la finalidad de «no permitir que
ese momento se convierta nunca en pasado, de que se mantenga siempre presente y vivo en la conciencia de la
posterioridad»; es decir, la atención a este valor reclamaría mantener vigente la aspiración «a la inmortalidad, al eterno
presente, al permanente estado de génesis», lo que se consigue deteniendo, paralizando o incluso reinvirtiendo los efectos
del tiempo sobre el monumento para mantener viva en el presente actual toda la carga conmemorativa presente en el
monumento en el momento de su génesis en el pasado. El mantenimiento o la recuperación de ese valor rememorativo
impone, por tanto, la restauración, la revitalización, como regreso constante al origen del monumento; como tal, el valor
rememorativo intencionado supone, por tanto, la transición hacia los valores de contemporaneidad en cuanto nos remite a
la actualización constante de su valor, esto es, nos conduce a un presente-eterno que no se desliga del pasado. Pero las
otras situaciones que hemos señalado implicaran acciones distintas sobre el monumento: cuando el valor rememorativo es
negado puede, por el contrario, producirse la destrucción física del monumento, mientras que cuando se enfría o vacía de
contenido el monumento y éste se estima por otros valores –como los históricos, artísticos, estéticos o incluso
urbanísticos− se produce su mantenimiento y conservación insertado en otro contexto e, incluso más allá, cuando se
transforma su mensaje rememorativo, en ocasiones puede transformarse también su presencia física para actualizar sus
contenidos y asumir así un nuevo sentido rememorativo; en conclusión, los valores rememorativos podemos decir que
actualmente se funden con los valores simbólicos e identitarios que asume el patrimonio cultural que se corresponden con
la identificación que un determinado colectivo tiene con su patrimonio, bien se trate éste de un monumento, un espacio
urbano, una tradición o costumbre o un paisaje.
Valor de autenticidad
Valor de autenticidad
La definición académica de auténtico lo considera como aquello que es «acreditado cierto y
positivo por los caracteres, requisitos y circunstancias que en ello concurren». Pero los
caracteres, requisitos y circunstancias que concurren en la obra de arte son conceptos y
realidades muy complejas, como la materia, el tiempo y la forma, y su presencia –o
compresencia− sobre ella no admite una interpretación unívoca:
El tiempo imprime sus huellas sobre la materia, transmuta la materia, y con ello
transforma, lenta y paulatinamente, la forma original del monumento y en esta
transformación, que modifica inexorablemente la obra original, encontramos
argumentos para constatar su autenticidad: esta acción del tiempo sobre la materia
debe ser conservada pues estas huellas del paso del tiempo son testimonio de la
autenticidad del monumento.
En otras ocasiones la acción del tiempo sobre la materia puede ser destructora:
en momento críticos no basta con la conservación y se estima necesaria la
renovación material de la consistencia física del monumento para mantener su
forma, lo que se consigue a través de la restauración de la materia.
Pero algunas teorías fueron más allá y consideraron factible recuperar el espíritu
originario con la pretensión de subvertir el orden natural del tiempo para retroceder a la
obra original, para restaurar su forma original, aunque para ello se adulterara la materia e
incluso la forma (la forma transformada, queremos decir).
VALOR DE AUTENTICIDAD: TEXTO SELECCIONADO
A) Manuales de curso
1.5. aproximación bibliográfica
A) Manuales de curso
1.5. aproximación bibliográfica
A) Manuales de curso
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
1.5. aproximación bibliográfica
A) Manuales de curso
1.5. aproximación bibliográfica
A) Manuales de curso
1.5. aproximación bibliográfica
A) fuentes documentales:
· proyectos de restauración (intervención)
· ensayos y literatura crítica (pensamiento)
· legislación y documentos
· técnicas de restauración
· congresos y revistas
· publicaciones institucionales
1.5. aproximación bibliográfica
B) historia de la restauración:
· monumentos restaurados
· arquitectos restauradores
· monografías sobre historia de la restauración
· congresos, revistas y exposiciones