Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
U.d.1
LAS TIPOLOGÍAS DEL PATRIMONIO CULTURAL,
EN EL ÁMBITO DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO
Y DE LAS ADMINISTRACIONES AUTONÓMICAS:
IDENTIFICACIÓN, CLASIFICACIÓN Y CATALOGACIÓN.
Es la comunidad quien actúa como transmisora de los significados que se concentran con
mayor contenido simbólico en los bienes culturales, al aportar estos una significativa carga
material e inmaterial.
Lejos queda la época del renacimiento y la ilustración con la aparición del coleccionismo y
la creación de las grandes colecciones reales germen de muchos museos históricos, de los
conceptos heredados de la época neoclásica y romancista en cuanto a la apreciación y con-
servación de los monumentos, de los antagonismos entre Ruskin y Viollet le Duc, y demás
teóricos de la conservación patrimonial como Beltrani o Giovanoni. En los siglos XIX y XX el
patrimonio cultural se transmitía con una visión historicista y un tanto hegemónica heredada de
los conceptos centro europeos del postcolonialismo.
La primera y segunda guerra mundial además de ser las más sangrientas de la historia, re-
2
sultaron un verdadero azote para el patrimonio cultural. Fue la enorme pérdida de patrimonio
lo que hizo aumentar el interés por la salvaguarda de este. Grupos de expertos internacionales
redactan la Carta de Atenas en 1931, a la que le suceden otros documentos consensuados,
dirigidos a la conservación del patrimonio. Al concluir la segunda guerra mundial, se celebró en
Londres La Conferencia de Naciones Unidas de 1945 con el fin de establecer la organización
para las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura, surgiendo la UNESCO.
La conservación del patrimonio es uno de los principios de la evolución del concepto pa-
trimonial, que está unido al valor cultural atribuido (no solo el estético o histórico), y al legado
inmaterial y paisajístico.
A finales de los años 60 del pasado siglo, la comisión Francheschini define un innovador
concepto de Bien Cultural que determina la tutela y la valoración del patrimonio vinculándolo
con la sociedad. Esta nueva percepción aparece desde entonces reflejada en las cartas y le-
gislaciones de varios países. A partir de la década de los 70 del pasado siglo, el concepto “cul-
tura” (saber enciclopédico desde la Ilustración) pasa a denominarse “cultural” y a vincularse a
escala mundial con el turismo de masas. Desde entonces el binomio patrimonio-turismo es un
significativo motor de desarrollo a nivel global, con una visión integrada desde ambos sectores
y correspondencias crematísticas mutuas.
La formación del patrimonio se entiende como un criterio de evaluación que establece clasi-
ficaciones patrimoniales, y estas a su vez determinan su relevancia. Este sistema estructurado
de bienes previamente seleccionados, se proyecta como valores fundamentales de una cons-
Son las instituciones y los gestores patrimoniales con sus medios de declaración, quienes
identifican, clasifican y establecen los criterios de selección para determinar la relevancia de
estos y es aquí dónde radica el peligro de exclusión.
Algunas manifestaciones relevantes para una cultura, pueblo, o religión, cuentan con un re-
conocimiento formal para la salvaguarda y protección de su patrimonio, otras desaparecen por
la modificación de patrones relacionales y modos de vida, o por la pérdida de la significación
del entorno en el que tradicionalmente se han ido desarrollando, como el despoblamiento de
áreas rurales que condena muchas manifestaciones populares a su fosilización o desaparición.
Por esto, muchos profesionales de la cultura tratan de vincularla con el medio natural, y
alertan de las consecuencias de las alteraciones ambientales, sosteniendo que la destrucción
de la naturaleza desdibuja la identidad cultural de muchos pueblos.
Los Bienes Culturales se distribuyen en dos grandes bloques, los bienes tangibles e intan-
gibles.
Los bienes culturales intangibles son las expresiones de la evolución o creación humana
que no se expresan con magnitudes físicas, como las emociones, los sentimientos, la
música o la transmisión oral.
Diferentes tipos de patrimonio según UNESCO. Esquema original: Dr. Albert Macaya
Y por último, aunque hasta hace poco no se le consideraba como tal, se reconoce como
patrimonio natural, las zonas relacionadas con el desarrollo de la biodiversidad.
PATRIMONIO CULTURAL:
Estas primeras definiciones son muy generales pero ya podemos ver como el patrimonio
cultural engloba las creaciones realizadas por el ser humano y por ende a toda manifestación
fruto de una sociedad que posea valores excepcionales de diferente índole.
4
Con esta definición, se hace hincapié en el valor social del patrimonio cultural tanto por ser
reflejo de una herencia colectiva como por ser el elemento cohesionador de la misma. Así
mismo, deriva el 15 de noviembre de ese mismo año en una Recomendación sobre la Salva-
guardia de la Cultura Tradicional y Popular, donde se empieza a pincelar la idea de introducir
en el concepto de patrimonio cultural los saberes tradicionales y populares en cuanto a que
constituyen una expresión cultural.
Siguiendo en esta línea, la conocida como Carta de Cracovia 2000, derivada de la Confe-
rencia Internacional sobre Conservación, celebrada en esa misma ciudad, señala que:
“Patrimonio es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad
reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica. La
identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso relacionado
con la elección de valores.” (Carta de Cracovia 2000).
Para finalizar con la identificación del patrimonio cultural, en España la Ley 10/2015, de 26
de mayo, para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, explica que el concepto de
patrimonio cultural ha seguido un ininterrumpido proceso de ampliación a lo largo del último
siglo. De lo artístico e histórico y monumental como valores y tipologías principales, ha pasado
a incorporar también otros elementos que integran una nueva noción ampliada de la cultura.
Ello responde a una nueva concepción derivada de la teorización científica de la etnología y la
antropología, a la que se asocia un incremento de la conciencia social acerca de otras expre-
siones y manifestaciones de la cultura, que van más allá de los bienes materiales.
Es Patrimonio Cultural Subacuático Español aquel que, reuniendo las características del Pa-
trimonio Histórico Arqueológico recogido en la legislación vigente, se encuentra en las aguas
interiores y continentales españolas, incluidas las capas freáticas, y en las aguas marinas
sobre las que España ejerce soberanía o jurisdicción, extendiendo esta consideración a aquel
Patrimonio de iguales características sobre el que España pueda ejercer alguna reclamación o
invocar algún derecho por medio de las leyes nacionales y el Derecho internacional.
PATRIMONIO NATURAL:
CLASIFICACIÓN
Puesto que el concepto de patrimonio cultural abarca, como hemos visto, una amplia gama
tipológica de patrimonio diverso, procederemos a mostrar una clasificación general con el fin
de facilitar su comprensión, partiendo de las definiciones generales aceptadas internacional-
mente para los tipos de Patrimonio. 6
A su vez, dicho patrimonio cultural puede ser dividido de forma general entre el tangible o
material, y el intangible o inmaterial.
Se entiende por patrimonio intangible o inmaterial aquel que no puede ser tocado físi-
camente; está constituido por aquella parte invisible que reside en el espíritu mismo de las
culturas.
Por el contrario, el patrimonio tangible o material, es aquel que puede ser tocado física-
mente, es la expresión de las culturas a través de grandes realizaciones materiales. A su vez,
los bienes que lo componen pueden ser divididos entre bienes muebles o bienes inmuebles.
Entendemos como bienes muebles aquellos que pueden ser trasladados, movidos y trans-
portados desde su lugar de origen, que comprende los objetos arqueológicos, históricos, ar-
tísticos, etnográficos, tecnológicos, religiosos y aquellos de origen artesanal o folklórico que
constituyen ejemplos o colecciones importantes para las ciencias, la historia del arte y la con-
servación de la diversidad cultural de una sociedad.
Por el contrario, los bienes inmuebles son aquellas obras o producciones humanas que no
pueden ser trasladadas de un lugar a otro dado que perderían parte de su contenido o valor,
ya sea porque sus características estructurales se lo impiden, por ejemplo un edificio, o por-
que están en inseparable relación con el terreno o lugar de origen, por ejemplo unas pinturas
rupestres.
Además de la definición que recoge el Código Civil, son reconocidos como bienes inmue-
bles cuantos elementos puedan considerarse consustanciales con los edificios y formen parte
8
de los mismos o de su entorno o lo hayan formado, aunque en el caso de poder ser separados
constituyan un todo perfecto de fácil aplicación a otras construcciones o a usos distintos del
suyo original (Ley 16/1985, art. 14.1).
Campaña de prospección arqueológica subacuática de la zona del hundimiento de la Fragata Nuestra Señora de
las Mercedes. La recuperación de parte de su cargamento constituyó un hito en la legislación internacional.
Por último, existe un tipo de patrimonio denominado patrimonio mixto, que atiende a lugares
con un valor excepcional al combinar patrimonio natural y patrimonio cultural. Algunos ejem-
plos de Bienes Mixtos declarados por la Unesco son: el Santuario de Machu Pichu en Perú o
la zona arqueológica de Calakmul y su área natural en Campeche, México. En nuestro país 9
y compartiéndolo con Francia, podemos nombrar el paisaje montañoso de los Pirineos y el
macizo calcáreo del Monte Perdido, que destaca por sus formaciones geológicas clásicas con
dos de los cañones más grandes y profundos de Europa, tres grandes circos glaciares en la
vertiente septentrional francesa, siendo además el Monte Perdido una zona de pastoreo donde
se puede observar un modo de vida rural muy extendido antaño por las regiones montañosas
de Europa, que se ha conservado intacto en este lugar, siendo un testimonio inestimable del
pasado de la sociedad europea.
CATALOGACIÓN
Llegados a este punto hemos podido comprobar que lo que corresponde al patrimonio cul-
tural, su definición, identificación o clasificación, es un campo complejo, dado su evolución en
el tiempo y la existencia de numerosos textos legislativos y normativos; sin embargo, en lo que
concierne a su catalogación, existe un texto normativo que destaca por encima del resto, al
menos en el territorio nacional. Se trata de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español que
contempla las diferentes categorías en las que se catalogan los bienes culturales a la hora de
establecer sus mecanismos de protección y las bases para su gestión.
El Registro General de Bienes de Interés Cultural tiene como objetivo la localización, iden-
tificación y protección de los bienes patrimoniales que se consideran de una relevancia signifi-
cativa para la cultura y/o la historia de la sociedad y por ello merece ser protegido y difundido.
La declaración de BIC corresponde al mayor nivel de protección, es la figura administrativa del
patrimonio más relevante y es gestionado por la Administración del Estado. 10
La declaración puede afectar tanto a bienes inmateriales como bienes muebles o inmue-
bles, en el caso de estos últimos son declarados como Monumentos, Zonas Arqueológicas, o
Jardines, Conjuntos y Sitios Históricos.
Los Bienes No Inventariados integrantes del Patrimonio Histórico Español son aquellos que
corresponden a la categoría más genérica y el menor nivel de protección.
En el art.1.2 se indica que integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos
muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o
técnico, además del patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos o zonas arqueoló-
gicas, así como los sitios naturales, jardines o parques, que tengan valor artístico, histórico o
antropológico y añade los bienes que integran el patrimonio cultural inmaterial.
11
Se constituye pues por todos aquellos bienes que conforman la aportación de España a la
cultura universal. Es decir, todo aquello que comprendemos como Patrimonio Cultural Español.
En el art.1.3 se establece que los bienes más relevantes del Patrimonio Histórico Español,
deben de ser inventariados o declarados de interés cultural. Es decir, que desde este nivel, se
accede a los niveles superiores de protección, siempre en los términos previstos en la propia
Ley 16/1985.
La legislación es la primera medida de protección del patrimonio. Los países que no tienen
legislación al respecto, son más vulnerables a la pérdida del mismo.
El actual marco legislativo de protección del patrimonio cultural español está formado por:
El mandato de la Constitución Española en sus artículos número 46, y de transferencia a
las Comunidades Autónomas, artículos nº 148 y 149.
La Ley 16/1985, de 25 de junio de Patrimonio Histórico Español (LPHE) y el Real De-
creto 111/86 de desarrollo de la LPHE, así como lo dispuesto en relación con los delitos y
atentados al patrimonio cultural del Código Penal.
El Real Decreto 1680/1991, de 15 de noviembre, por el que se desarrolla la disposición
adicional novena de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, sobre
garantía del Estado para obras de interés cultural.
La Ley 10/2015 de 26 de mayo para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial y
la Ley 1/2017 de 18 de abril, sobre Restitución de bienes culturales que hayan salido de
forma ilegal del territorio español o de otro Estado miembro de la Unión Europea, por la
que se incorpora al ordenamiento español la Directiva 2014/60/UE, del Parlamento Europeo y
del Consejo de 15 de mayo de 2014.
A la legislación de ámbito nacional hay que añadir las normativas supranacionales que, una 12
vez ratificadas y firmadas adquieren rango legal, las Convenciones y acuerdos aprobados por
la Conferencia General o por conferencias intergubernamentales convocadas por la UNESCO,
sola o conjuntamente con otras organizaciones internacionales, que tienen un carácter norma-
tivo cuando son ratificadas por los diferentes países, pasando a formar parte de la legislación
de cada país, así como los Convenios de La Unión Europea.
Los art. 148 y 149 de la Constitución enumeran las materias sobre las que inicialmente, las
Comunidades autónomas podían asumir competencias, siendo la conservación del patrimonio
una de ellas.
Además de la legislación nacional, la ley de patrimonio redactada por cada una de las 17
Comunidades Autónomas se suma al corpus legislativo de protección al patrimonio.
El conjunto de normas sobre la protección del patrimonio cultural español se define por tanto
en niveles administrativos obligatorios o vinculantes:
Y otros orientativos:
• Recomendaciones, cartas, resoluciones.
Otros organismos como los Ayuntamientos, deben colaborar con las instituciones designa-
das, en la conservación y protección del patrimonio a su cargo. Notificando cualquier amenaza
o daño producido en el patrimonio que tutelan.
Grafico extraído de Tapia M.C.: “Un lugar para el patrimonio la conservación del patrimonio cultural en la red”.
El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) es una Subdirección General adscrita
a la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, del Ministerio de Cultura y Depor-
te. Su cometido es la investigación, conservación y restauración de los bienes que conforman
el patrimonio cultural.
La compleja labor que se desarrolla en el IPCE se aborda desde una perspectiva multidisci-
plinar, a través de su personal (unos 120 técnicos) entre arquitectos, arqueólogos, historiado-
res del arte, etnógrafos, conservadores-restauradores, físicos, geólogos, químicos, biólogos,
documentalistas, informáticos, bibliotecarios, archiveros y conservadores, entre otros.
Se cumple así con una tarea que emana del compromiso social, de naturaleza constitucio-
nal, de la Administración General del Estado, junto con el resto de las Administraciones Públi-
cas, para la preservación y enriquecimiento del patrimonio cultural.
Posee una estructura interna articulada en torno a cinco áreas y nueve servicios. El desa-
rrollo de su organigrama es:
El IPCE coordina los Planes Nacionales de conservación, junto con las CCAA.
Los Planes Nacionales de Patrimonio Cultural son instrumentos de gestión del patrimonio
compartidos por las diversas administraciones y con participación de otras entidades públicas
Los planes nacionales constituyen de esta forma, una base informativa para tomar decisio-
nes, establecen una metodología de actuación y fijan prioridades en función de las necesida-
des del patrimonio, con el objetivo último de proteger y conservar los bienes culturales.
Las comisiones de seguimiento, integradas por la A.G.E, las CC.AA. y expertos en la mate-
ria, velan por el cumplimiento de las líneas de trabajo y prioridades establecidas en los docu-
mentos cada Plan Nacional.
16
En este momento existen 14 planes pero se prevé que se reagrupen y aparezcan nuevos
planes, priorizando patrimonios emergentes como el patrimonio inmaterial o el paisaje cultural.
Cuatro planes se consideran transversales por su correlación con el resto: el Plan Nacional
de Educación en Patrimonio, el Plan Nacional de Investigación en Conservación de Patrimonio
Cultural, el Plan Nacional de Conservación Preventiva o el Plan Nacional de Emergencias y
Gestión de Riesgos en Patrimonio Cultural.
http://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/planes-nacionales.html
En teoría todos los estados miembros deben adherirse a las Convenciones de la UNESCO
puesto que constituyen un sistema de gobernanza cultural, que opera en plena conformidad
con los instrumentos internacionales de derechos humanos y respetando íntegramente la di-
versidad cultural.
Los Estados miembros pasan a denominarse Estados Parte mediante la ratificación de las
Convenciones, pero Unesco elabora también recomendaciones y declaraciones que no tienen
carácter de instrumentos jurídicos internacionales vinculantes.
Tiene el objetivo de mejorar la protección de los bienes culturales en caso de conflicto ar-
mado, estableciendo un sistema de refuerzo para los bienes culturales especialmente desig-
nados. Entre sus funciones se encuentra la aplicación de la Convención internacional de La
El escudo azul es la señal distintiva que prevé la citada convención para la identificación y
protección de los museos, los archivos, las bibliotecas, los monumentos, los conjuntos históri-
cos y los yacimientos arqueológicos. Su trabajo se centra tanto en la protección directa como
en la coordinación de esfuerzos para responder a situaciones de emergencia; para ello crea
acuerdos nacionales de protección, entrena expertos en el tema, actúa como asesor en la
protección de patrimonio en peligro. Su trabajo fue reconocido en el segundo protocolo de la
Convención de Hauge de 1999, en el cual adquiere el rol de asesor del Comité Interguberna-
mental para la Protección de Bienes Culturales en Eventos de Conflicto Armado.
El Comité Nacional del Escudo Azul en España, organismo cuyo propósito es la protección
de los bienes culturales frente a catástrofes, tanto naturales como causadas por el ser huma-
no, se constituyó el 14 de noviembre de 2013 en el Instituto del Patrimonio Cultural de España,
dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. 18
El propósito del Comité Nacional del Escudo Azul es promover la protección de los bienes
culturales frente a las catástrofes naturales y artificiales, la promoción de la conservación pre-
ventiva y de la prevención de riesgos, la formación de expertos para prevención, control y recu-
peración de los bienes culturales ante desastres y la asistencia técnica en caso de catástrofe.
El Patrimonio Mundial Español forma parte del Consejo de Patrimonio Histórico Español del
Ministerio de Cultura. http://www.mcu.es/patrimonio/MC/PME/index.html.
20
Zampantzarrak
Son muchos los lugares de la geografía española donde las fiestas populares tienen como
protagonistas los cencerros. Como ejemplo la Zampantzarrak originaria de Ituren y Zubieta
(Navarra) una danza en la que los habitantes de los pueblos se visten con pieles de cordero
y llevan grandes esquilas para ahuyentar los malos espíritus, o la Diablada de la Virgen de la
Candelaria en Almoacín del Marquesado, (Cuenca). Se trata de fiestas de origen pagano, y
es una de las tradiciones más antiguas que se conservan y que se extiende por toda Europa
meridional; manifestaciones similares, los Mamuthones de Cerdeña, los Kurenti de Eslovenia
o los Kukeri de Bulgaria, se cree que se remontan a la edad del bronce.
Son muchas las expresiones culturales, las gastronomías japonesa, francesa, mexicana y
mediterránea están consideradas como «Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad»,
por la calidad de vida que aportan.
21
LA AGENDA 2030
La Asamblea General de la ONU adoptó en el año 2015 la Agen-
da 2030 para la Estrategia de Desarrollo Sostenible, un plan de
acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que
también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso
a la justicia.
Todos los ODS contemplan la cultura en sus enunciados. Los objetivos se dirigen a la pre-
vención y lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social; el Plan Estratégico de
Igualdad de Oportunidades; la Agenda Urbana; economía circular; la Ley de Cambio Climático
y Transición Energética; la investigación científica y técnica para el desarrollo de los ODS; la
Estrategia de la Economía Social; el Plan de Gobierno Abierto; y la Cooperación Española.
22
La Agenda 2030, reconoce el patrimonio cultural como un motor de desarrollo sostenible.
Hay 4 Comités creados para patrimonio cultural. Su trabajo consiste en redactar recomen-
daciones y elevarlas a categoría de Proyecto de Convención, para luego ser aprobadas por la
Asamblea Parlamentaria.
La Valetta 1992. Convenio Marco del Consejo de Europa para La protección del
patrimonio arqueológico.
Florencia 2000. Convenio Europeo del Paisaje.
Nicosia 2017. Convención del Consejo de Europa sobre Los delitos relacionados con
bienes culturales.
Además de otras muchas reuniones de los comités para aspectos concretos, como:
23
Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, es el resultado de la antropización del paisaje, formado en época
romana entre los años 29 y 16 a.C. al colapsar varias galerías durante la explotación minera de oro en la
comarca del Bierzo.
LA CONVENCIÓN DE FARO
El Convenio Marco del Consejo de Europa sobre el valor del patrimonio cultural para la so-
ciedad, conocido como Convención de Faro (porque se firmó en dicha ciudad portuguesa en
2005, ratificándolo España el 18 de diciembre de 2018) establece unos principios básicos y
reconoce que los derechos referentes al patrimonio cultural son inherentes al derecho a tomar
parte en la vida cultural (como parte de la Declaración Universal de Derechos Humanos).
Este convenio propone un nuevo concepto de patrimonio cultural en el que las personas
y los valores humanos ocupan un lugar central; subraya el valor y el potencial del patrimonio
cultural como recurso para el desarrollo sostenible y para mejorar la calidad de vida de las
personas y defiende el derecho de todas las personas a establecer vínculos con el patrimonio
cultural de su elección, respetando los derechos y libertades de los demás. Además, insiste en
la necesidad de que toda la sociedad participe en el proceso de definición y gestión del patri-
monio cultural y destaca la importancia de la educación patrimonial para promover el diálogo
entre culturas y religiones.
Los ministros de los Estados Parte de la Convención Cultural Europea se reunieron en abril
de 2015 y adoptaron la Declaración de Namur para promover un enfoque compartido y unifica-
dor de la gestión del patrimonio cultural. Pero es en febrero de 2017, cuando los diputados de
los ministros adoptaron la Recomendación CM / Rec (2017) 1 a los Estados miembros sobre la
“Estrategia europea del patrimonio cultural para el siglo XXI” que se lanzó oficialmente en Li-
massol, Chipre en abril de 2017.
La estrategia europea para el siglo XXI “Strategy 21”, redefine el lugar y el papel del patri-
monio cultural en Europa y proporciona directrices para promover el buen gobierno y la par-
ticipación en la identificación y gestión del patrimonio. Consta de tres objetivos básicos que
cada uno a su vez, tiene varias metas. En los tres objetivos principales se vincula el PC con los
componentes sociales, territoriales, de desarrollo económico y de educación.
24
Puedes consultar la recomendación del Comité de Ministros a los Estados miembros sobre la estrategia europea
del patrimonio cultural para el siglo XXI en: https://rm.coe.int/16806f6a03
Tras las enormes pérdidas de patrimonio sufridas en la primera y segunda Guerra Mundial,
aumenta el interés por la salvaguardad de los Bienes Culturales. En diversas reuniones man-
tenidas por grupos de expertos internacionales, se generan los primeros documentos para su
protección, como la Carta de Atenas (1931), el Convenio de la Haya (1954) y otras. A media-
dos del pasado siglo, las normativas y recomendaciones sobre la protección del patrimonio
cultural se desarrollan en mayor medida, sobre todo con la Comisión Franceschini (años 60),
dónde se reconoce la concepción cultural del patrimonio.
Desde 1972 la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, se
contextualiza y vincula los conceptos de conservación de la naturaleza con la preservación de
los bienes culturales. Los protocolos de intervención en conservación del PC suelen ser teóri-
cos y actúan como patrones consensuados, redactados por expertos que sintetizan normativa
aplicable a cada caso.
Al igual que la normativa jurídica, los criterios de conservación e intervención sobre bienes
culturales forman un código deontológico que está en continua evolución, actualmente la sos-
tenibilidad humana, material y ambiental es un requerimiento fundamental a la hora de formu-
lar cualquier proyecto de intervención en un bien cultural.
Normas técnicas, a partir de la década de los 70, las recomendaciones sobre la Conservación del Patrimonio se
incrementaron considerablemente.
Nace en el año 2012 como un esfuerzo colectivo para actualizar y renovar los criterios y
métodos de intervención sobre los bienes culturales. La iniciativa surgió del Instituto del Patri-
monio Cultural de España y a la misma se unieron otros institutos integrados en la Red Técnica
de Institutos de Patrimonio y Centros de Conservación de España, como el Instituto Andaluz
de Patrimonio, el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y
León o el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
Si le interesa puedes acceder a las publicaciones en abierto desde la página del IPCE:
https://ipce.culturaydeporte.gob.es/difusion/publicaciones/libros-del-ipce/coremans.html
CONCLUSION
En España los bienes culturales los tutela en su mayoría el estado, las administraciones
autonómicas y la iglesia. Siendo un factor determinante el impacto del binomio cultura-turismo
en relación con las actividades económicas ligadas a la explotación de elementos culturales.
La gestión cultural supone una cadena productiva de bienes y servicios que aportan
aproximadamente un 2,5 % de VAB y entre el 2,4 y el 3,6 % de PIB, generando un 3,5% del
empleo total en este país. (Datos extraídos del Anuario de estadísticas culturales del Ministerio
de Cultura y Deporte, noviembre 2021).
Antes de concluir, quisiera apuntar que deliberadamente se han omitido imágenes de las
denominadas “bellas artes” en este texto, para remarcar la idea de un patrimonio cultural más
plural.
BIBLIOGRAFÍA
ARIÑO, A. et al. (2005) “Políticas culturales en España”. En Roche, J.A.; Oliver, M. (Eds.),
Cultura y globalización. Entre el conflicto y el diálogo. San Vicente del Raspeig: Publicaciones
COELHO NETTO, J. T. (2009). Diccionario crítico de política cultural: Cultura e imaginario. Ed.
Gedisa. Barcelona.
BALLART HERNÁNDEZ, J. (2010) Gestión del patrimonio cultural. Ed. Ariel. Barcelona.
BRUGMAN, F. (2006) “La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial”.
Patrimonio inmaterial y gestión de la diversidad, pp. 55-66. Granada: Instituto Andaluz del
Patrimonio Histórico.
CRESPI VALLBONA, M., PLANELLS COSTA, M. (2003) Patrimonio cultural. ed. Síntesis.
Madrid.
GIANNINI, M.S. (2005) “Los bienes culturales”, Revista de Patrimonio Cultural y Derecho.
Nº9. Asociación Hispania Nostra. Madrid.
LÓPEZ BRAVO, C. (1999) “Interrelación de las categorías legales de protección del Patrimonio
Cultural en España”, Revista PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Año nº
7, Nº 27, 83-90.
QUEROL, M.A. (2009) “El tratamiento de los bienes inmateriales en las leyes de Patrimonio
Cultural”, En El Patrimonio Inmaterial a debate. Revista de Patrimonio Cultural de España.
IPCE. Madrid.
QUEROL, M. A. (2010) Manual de Gestión del Patrimonio Cultural, Ed. Akal. Madrid
TIMÓN TIEMBLO, M.P. (2009) “Frente al espejo: lo material del Patrimonio Inmaterial”, En El
Patrimonio Inmaterial a debate. Revista de Patrimonio Cultural de España. IPCE. Madrid.
TUCCI, R. (2013) “Beni culturali inmateriali, patrimonio inmateriale: qualche riflessione fra
dicotomie, prassi, valorizzazione e sviluppo”. Voci, anno X.
RECURSOS WEB
29
Ministerio de Cultura y Deporte
http://www.culturaydeporte.gob.es/servicios-al-ciudadano/normativa/cultura/patrimonio-
cultural/museos.html