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Las nuevas exigencias del mercado y la evolución tecnológica son los principales factores que
sustentan la constante evolución del sector empresarial. En este sentido, las organizaciones
buscan optimizar sus procesos, enfoques y metodología, a través de la gestión de proyectos, a
fin de lograr destacarse en cada uno de sus rubros.
La variedad de enfoques existentes para la gestión de proyectos exige la elección del método a
efectuar, teniendo en cuenta el rubro del negocio y sus requerimientos, utilizando diversas
técnicas y herramientas que permitan cumplir con los objetivos empresariales, la satisfacción
del cliente y la eficiencia en el manejo de los recursos. Ante ello, es importante precisar y
explicar las principales diferencias de las metodologías más utilizadas para la gestión de
proyectos: metodología tradicional (PMI) y ágil (SCRUM).
Considero que una de las principales diferencias sobre la gestión Tradicional (PMI) es que
cuenta con una metodología ya establecida, donde el proyecto a desarrollar atraviesa diversas
fases como son: inicio, planificación, ejecución, monitoreo y control, y cierre. Precisando que
esta metodología tiene una planificación que no permite efectuar cambios en los requisitos y
necesidades, es decir son fijos. A diferencia de las metodologías ágiles, ya que estas ofrecen
mayor flexibilidad para efectuar cambios, por lo que los involucrados en la gestión de
proyectos tienen libertad de intercambiar ideas, para mejorar y/o crear productos adecuados
según las necesidades.
Asimismo, en PMI la responsabilidad del proyecto es del gerente o director asignado, siendo el
encargado de un rol planificador y quién demostrará el recorrido del producto sin
participaciones externas, de igual forma, los miembros del equipo de trabajo no suelen
expresarse ni comentar sobre los resultados personales que conllevan al progreso del
proyecto. En cuanto al SCRUM, el proyecto pertenece a todo el equipo, dado que se trabaja en
conjunto para la elaboración del plan y monitoreo del progreso del producto, de inicio a fin,
logrando un desempeño productivo y colaborativo.