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Clase 7

ENFOQUES DE LA INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
Carlos Barrientos
¿Cómo se define la investigación?
Comencemos con la definición fundamental de
investigación: conjunto de procesos sistemáticos,
críticos y empíricos que se aplican al estudio de un
fenómeno o problema con el resultado (o el
objetivo) de ampliar su conocimiento. Esta
concepción se aplica por igual a los enfoques
cuantitativo, cualitativo y mixto.

Los fenómenos pueden ser tan variados como el


universo mismo: comportamientos, sentimientos y
emociones, enfermedades, procesos psicológicos,
organizaciones sociales (comunidades, empresas,
etc.), valores y actitudes de los individuos,
actividades en las distintas profesiones, y un
sinnúmero de otras cuestiones.
¿Cómo comenzamos a investigar?

Toda investigación se inicia con una idea que se desarrolla


paulatinamente. Pero para comenzar una investigación necesitas
primero conocer las rutas que han sido construidas por las
comunidades científicas para estudiar cualquier tema, fenómeno
o planteamiento. Hay tres rutas fundamentales: la cuantitativa, la
cualitativa y la mixta.
La distinción entre la investigación cuantitativa y cualitativa
es relativa, pues hay diversos elementos que son comunes
y otros que pueden utilizarse en ambos enfoques. Por
ejemplo, la estadística se asocia con la investigación
cuantitativa, pero como se verá en la tercera parte de la
obra, algunos estudios cualitativos han usado la estadística
para profundizar en ciertos análisis. En otras palabras, las
rutas se entrelazan y comparten ciertas cuestiones, no son
“caminos completamente independientes”.
¿Qué rutas se han construido en
las ciencias para investigar?

A lo largo del estudio sobre el conocimiento han surgido


históricamente diversos paradigmas1 o corrientes de
pensamiento sobre cómo indagar en distintos fenómenos o el
universo que nos rodea, en todos sus ámbitos (físico, social,
económico, etc.). Algunos de ellos son el empirismo, el
materialismo dialéctico, el positivismo, el constructivismo, el
estructuralismo, el pragmatismo,2 los cuales dieron origen a
tres enfoques para investigar cualquier hecho o problema:
cuantitativo, cualitativo y mixto.
En el siglo xx y parte del actual, para ciertos expertos en
investigación el esquema para investigar
era:

Es decir, primero el paradigma; luego, el enfoque (regularmente


si el paradigma era positivista o derivado de este, el método
debía ser cuantitativo; si era fenomenológico o constructivista,
el método tenía que ser cualitativo).
Finalmente, se planteaba el problema de investigación de
acuerdo al enfoque elegido. Pero nosotros hemos
propuesto que un esquema más adecuado y realista es:

Es decir, según el planteamiento del problema (lo que


queremos indagar y el tipo de fenómeno) y el contexto
(conocimientos y creencias del investigador, recursos
disponibles, lugar y tiempo), elegimos el enfoque más
adecuado (la ruta), teniendo en cuenta el paradigma que lo
fundamenta. Sin olvidar que las rutas se entrelazan.
Los tres enfoques utilizan procesos sistemáticos, reflexivos y
empíricos en su esfuerzo de generar conocimiento,
valiéndose de las siguientes estrategias:

1. Observación y evaluación de fenómenos.


2. Establecimiento de suposiciones como consecuencia de la
observación y evaluación.
3. Demostración del grado en que las suposiciones tienen o
no fundamento o son ciertas en determinado
contexto, mediante análisis y pruebas.
4. Proponer nuevas observaciones y evaluaciones para
consolidar, esclarecer o modificar las suposiciones;
o incluso para generar otras.

Desde luego, cada enfoque posee sus propias características esenciales.


La ruta cuantitativa de la investigación

El significado original del término cuantitativo (del latín


“quantitas”) se vincula a conteos numéricos y métodos
matemáticos (Niglas, 2010).3 Actualmente, representa un
conjunto de procesos organizado de manera secuencial para
comprobar ciertas suposiciones.
La ruta cuantitativa es apropiada cuando queremos
estimar las magnitudes u ocurrencia de los fenómenos y
probar hipótesis. Por ejemplo, determinar la prevalencia
de una enfermedad (número de individuos que la
padecen en un periodo y zona geográfica) y sus causas;
predecir quién de los candidatos va a triunfar en la
próxima elección para presidente del país; comprobar
cuál de dos métodos de enseñanza incrementa en mayor
medida el aprendizaje de algo (por ejemplo, robótica
elemental) en cierta población, etcétera.
Ruta cuantitativa

Necesitamos un lugar preciso al cual arribar (planteamiento


especificado y delimitado) y un mapa preciso o GPS (diseño
acotado). Nuestro equipaje incluye análisis estadístico pues
lidiaremos con números.
La ruta cualitativa de la investigación

El término cualitativo tiene su origen en el latín “qualitas”, el


cual hace referencia a la naturaleza, carácter y propiedades
de los fenómenos (Niglas, 2010).

Con el enfoque cualitativo también se estudian fenómenos de


manera sistemática. Sin embargo, en lugar de comenzar con
una teoría y luego “voltear” al mundo empírico para confirmar
si esta es apoyada por los datos y resultados, el investigador
comienza el proceso examinando los hechos en sí y revisado
los estudios previos, ambas acciones de manera simultánea,
a fin de generar una teoría que sea consistente con lo que
está observando que ocurre.
La ruta cualitativa de la investigación

El enfoque cualitativo tiene su origen en otro autor clásico de


las ciencias sociales: Max Weber (1864-1920), quien
introdujo el término “Verstehen” o “entender”, resaltando que
además de la descripción y medición de variables sociales,
deben considerarse los significados subjetivos y la
comprensión del contexto donde ocurre el fenómeno. Este
autor propuso un método híbrido, con herramientas como los
tipos ideales, en donde los estudios no sean únicamente de
variables sociales en el nivel macro, sino de instancias
individuales.
Las investigaciones cualitativas suelen producir preguntas
antes, durante o después de la recolección y análisis de
los datos. La acción indagatoria se mueve de manera
dinámica entre los hechos y su interpretación, y resulta un
proceso más bien “circular” en el que la secuencia no
siempre es la misma, puede variar en cada estudio.
En la ruta cualitativa, aunque obviamente se efectúa una
revisión inicial de la literatura, esta puede complementarse
en cualquier etapa del estudio y apoyar desde el
planteamiento del problema hasta la elaboración del
reporte de resultados.
La inmersión inicial en el campo implica
sensibilizarse con el ambiente o entorno en el cual
se llevará a cabo el estudio, identificar informantes
que aporten datos y guíen al investigador por el
lugar, adentrarse y compenetrarse con la situación
de investigación, además de verificar la factibilidad
del estudio.
Una peculiaridad del proceso cualitativo consiste en
que la muestra, la recolección y el análisis son
fases que se realizan prácticamente de manera
simultánea y van influyéndose entre sí.

La ruta cualitativa resulta conveniente para


comprender fenómenos desde la perspectiva de
quienes los viven y cuando buscamos patrones y
diferencias en estas experiencias y su significado.
Por ejemplo, entender cómo familiares de jóvenes
suicidas afrontan el duelo y proporcionarles
herramientas para apoyarlos en su lamentable
pérdida; comprender las razones profundas por las
cuales un cierto grupo de votantes sufragó por
determinado candidato en una elección
presidencial; conocer a fondo las vivencias de
algunos individuos respecto a un acto terrorista
(como los atentados ocurridos en París el 13 de
noviembre del 2015).
Ruta cualitativa:

Definimos un rumbo (planteamiento del problema),


pero no es un camino en línea recta. Actúa como la
aplicación de tráfico y navegación Waze u otros
sistemas similares (va reposicionado o
recalculando la mejor ruta de acuerdo a las
circunstancias para arribar al lugar que deseamos).
Nuestro equipaje incluye análisis temático e
interpretación de significados pues lidiaremos con
narrativas.
La ruta mixta
Esta tercera vía para realizar investigación entrelaza a las
dos anteriores (cuantitativa y cualitativa) y las mezcla, pero es
más que la suma de las dos anteriores e implica su
interacción y potenciación.

Los métodos mixtos o híbridos representan un conjunto de


procesos sistemáticos, empíricos y críticos de investigación e
implican la recolección y el análisis de datos tanto
cuantitativos como cualitativos, así como su integración y
discusión conjunta, para realizar inferencias producto de toda
la información recabada (denominadas metainferencias) y
lograr un mayor entendimiento del fenómeno bajo estudio
(Hernández-Sampieri y Mendoza, 2008).
En la ruta mixta se utiliza evidencia de datos numéricos,
verbales, textuales, visuales, simbólicos y de otras clases
para entender problemas en las ciencias (DeCuir-Gunby y
Schutz, 2017; Creswell, 2013a y Lieber y Weisner, 2010).

Los métodos mixtos pueden implementarse de acuerdo a


diversas secuencias. A veces lo cuantitativo precede a lo
cualitativo, en otras ocasiones lo cualitativo es primero;
también pueden desarrollarse de manera simultánea o en
paralelo, e incluso es factible fusionarlos desde el inicio y a lo
largo de todo el proceso de investigación.
Referencias bibliográficas

Hernández-Sampieri R, Mendoza Torres CP. Las tres rutas de la


investigación científica: Enfoques cuantitativo, cualitativo y mixto. En:
Hernández-Sampieri R, Mendoza Torres CP. Metodología de la
investigación: Las rutas cuantitativa, cualitativa y mixta. México:
McGraw-Hill; 2018.

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