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POEMAS

Y RELATOS ERÓTICOS
Mi vibador impermeable de estimulación doble.

Mi juguete viene en una caja negra con una esponja a tono que calza
perfectamente con su forma, dejando espacio para un compartimento
donde se guarda el cargador, es una caja de una naturaleza similar a
las de los zapatos, pero en este caso la textura es mate y en la tapa dice
“Silicone Vibrator” en letras plateadas.
El color del vibrador es rosado oscuro (casi morado) con un detalle
dorado. Su forma es principalmente fálica y compone tres partes: la
base, la estimulación externa y la estimulación interna. Su textura es
muy suave, da esa sensación tersa que caracteriza a los juguetes de
silicona médica. Tiene 7 vibraciones distintas que alcanzan hasta 5
niveles de potencia.
A la base del juguete podríamos decirle “el control de mando”, desde
ahí se decide qué tipo y en cual potencia quiere una la vibración por
medio de tres botones consecutivos que indican “más”, “menos” y “0”;
esta parte toma la forma de un aro ovalado que está enmarcado en su
zona interna por un aro dorado que rodea la silicona opaca y fucsia,
desde ahí es donde se debe manipular, este aro está para poder afirmar
el juguete. Después, está la parte destinada a estar en constante
contacto con la parte externa del clítoris, tiene una forma más o
menos cilíndrica parecida a un dedo pulgar muy grueso. A
continuación, está la parte más prominente que toma una forma más
gruesa y alargada, en la parte frontal hay tres ondas, una más gruesa
que la otra, que culmina en una “cabeza”un poco más gruesa, por su
cara posterior continúa la forma lisa hasta llegar al control.
Este juguete está destinado a ser usado tanto en la parte externa como
interna, estimulando clítoris y vagina al mismo tiempo, pero la verdad
yo prefiero montarme en cima y disfrutar sus vibraciones en la
extensión de toda mi vulva.
Tu mirada electrizante
penetra mis fantasías
Mi balita vibradora.

Hace cuatro años decidí regalarme otro juguete para mi


colección. En conmemoración de mi cumpleaños número
22 fuí con mi mejor amigue a una galería cercana a la
estación “Los leones” donde había encontrado varias tiendas
sexuales. Ése día entramos a todas para ver qué
encontrábamos, en una de las tiendas hallé la que hoy es mi
única balita vibradora.
Este juguete mide aproximadamente 15cm de largo, es de
cuerpo rígido, tiene forma cilíndrica, es plana en la base y
redondeada en la punta. En la base se ubica el control de
velocidad o intensidad, es un control simple que girando a
favor o en contra de las manecillas del reloj aumenta o
disminuye la intensidad de la vibración. La base de control
es de color negro de plastico con una textura plisada
compuesta por una trama muy ajustada de hendiduras
verticales que provee la capacidad antidelizante necesaria
para poder mantener la vibración requerida. El cuerpo
insertable es plateado de textura lisa y resbalosa de
apariencia metálica. La vibración se expande a lo largo de
todo el juguete, pero solo la parte aparentemente metálica es
insertable, la batería del juguete funciona con dos pilas AA,
que rinden varios meses si es que se mantienen fuera de la
balita cuando no se está usando.
Este es el juguete más simple que tengo, pero el de uso más
recurrente.
Pubis rollizo
brilla y se expande
entre bellos sensibles
Mi rotador.

El mismo año que decidí conmemorar mi cumpleaños número 22 escogí dos


juguetes el mismo día, me parece una ironía haber elegido 2 juguetes el año
que cumplí 22 años, la ironía más grande es que no era consciente de la
relación numérica entre mi regalo y mi compra. Ése día en la misma tienda ví
mi balita plateada y mi rotador rosado pálido, al que yo bauticé como “Mae”
por “ Mae West” una actriz antigua conocida por ser la primera “bomb shell”
de la historia del cine, la razón por la que nombré este rotador es por sus
características, se notaba que era un modelo antiguo (casi obsoleto) de
dimensiones típicas, muy clásico, el cuerpo insertable está cubierto de un
material llamado “jelly”, silicona traslúcida y blanda que viste la parte
industrial (un sistema metálico con motor y varas de movimiento)el color
de esta “vestimenta” es rosado pálido. La forma del cuerpo insertable es muy
fálica, de hecho, tiene algunas referencias a un pene humano, pero, casi
llegando a la punta por dentro hay perlas blancas que giran como un carrusel
cuando se activa la rotación, la cabeza rota en forma circular proporcionando
estimulación directa al cérvix. En la base hay un vibrador chiquito en forma
de manito (también rosada pálida de jelly translucido), es una mano que
posiciona sus dedos como si estuviera apuntando con el dedo índice y
corazón, esta manito es de apariencia muy femenina, tiene las uñita largas y
limadas, aquí se encuentra la estimulación de clítoris mientras se inserta el
rotador. Más abajo está el control (esta parte ya no es insertable), al ser un
modelo más antiguo el control es de un plástico blanco muy nostálgico, con
botones básicos, una ruedita para regular la potencia y un interruptor de
“encendido y apagado”, este juguete también usa pilas AA, pero usa 4.
Me atrevería a decir que este rotador es el juguete más lujoso que tengo,
porque usa muchas pilas, es un modelo obsoleto y tiene toques elegantes
como el color rosado y el collar de perlas blancas (la manito también es muy
estilizada). Es mi juguete más grande y solo lo uso en ocasiones especiales.
Entre dos piernas
gordos labios peludos
cobijan placer
Dos mariposas.

Como el relajo de un día lluvioso estábamos sentadas en el sofá


escuchando los nocturnos de Chopin, cuando la miré directamente
a los ojos cual felina contempla su presa y estiré mi mano hacia su
muslo izquierdo, ella bajó la mirada, sonrió y abrió las piernas. Con
los ojos cerrados suspiraba mientras yo acariciaba casualmente la
delgada capa de algodón que retenía mis dedos de sus labios, como
cuando exploras un regalo intentando saber qué hay dentro antes de
rasgar su envoltura.
Hasta que el deseo de tomarla entre mis garras fue demasiado
intenso. La tomé por la cintura, la senté piernas abiertas al borde del
mullido y abrasador acantilado y desnudé su deseo con ella
mirándome, como si fuéramos dos mariposas que revolotean al
ritmo de su sensualidad.
Lúbricos besos chorreaban por mis manos y su cuello, mientras
ella disfrutaba del juego que le ofrecían mis sinuosas curvas, como
abundantes y rollizas golosinas dispuestas para su deleite.
Sumergida en el frenesí de mis tentáculos, mi presa exhaló el primer
orgasmo de la noche.
Con la respiración aún agitada, como alguien que disfruta del oficio
de la jardinería y disfruta de la hermosura de su obra, regó besos por
mis piernas. Su lengua recorrió mi voluptuoso paisaje hasta llegar
al epicentro de la ebullición, donde se abrió paso para descubrir el
sabor del almíbar que le ofrecía mi fruta, cuál banquete que ofrece
suculentos placeres. Entre jadeos supliqué por sus besos y ,mientras
sus dedos ondulaban mi interior, un beso profundo concluyó la
inauguración de lo que fue una larga noche.
Caderas magnéticas bailan
al ritmo de las tijeras
Dionaea muscipula.

Tu piel
pestañea coqueta
ante vendas sedosas.

Víctima de la brisa oscura


que agudiza
escalofríos.

Solamente yo
puedo verte mordiendo
tus labios cuando
rieles arrastran el dolor gracioso
de mis carcajadas
y tantean el rastro
de tu desesperación jugosa.

La sangre delata mis intenciones


atormentada
se agolpa en la galería del teatro.
Manos excursionistas
encuentran ojos frenéticos
Ojos de Presa

Recostadas en la cama
nuestros besos se intensificaron.

Le gusta que le muerda los labios,


me gusta sentir que cayó en mis redes.

En su pierna izquierda comencé a flamear la cadera


mientras miraba su boca sedienta y sus ojos de presa,
el blues de fondo marcaba el ritmo de nuestro roce.

Nuestra desnudez progresiva fue desarmando la cama,


sostuve sus brazos inmovilizando su inquietud

hasta que me dijo “tócame”.


Beso
entre manos y suspiros
tu sabor
Concierto íntimo.

Navegante voyerista, seducida por mi encanto de sirena,


te sumergiste en el mar de nuestra fantasía. Al son de un
jazz decadente, transformaste melodías en gemidos.
Cómplices del mismo espectáculo, jugamos a masturbar
nuestros fetiches, rendida, caí ante tus halagos y mi voz
decidió salir a coquetearte, así que mi pieza fue tanto el
escenario como el camerino donde, exhibicionista me
desnudé para vestir de cantante ante tus ojos. Tersas y
envolventes caricias hechizaban tus oídos mientras mi
lascivo danzar anunciaba nuestro afán.
Montada sobre tus caderas concluyó mi concierto, hice
mi reverencia final hacia tu boca y mordí tus labios.
Manos sedientas buscaron mi voraz humedad, mientras
con la lengua caminé por tus hombros dejando un rastro
traslúcido por el sendero que da al tesoro donde
guardas miles de terminaciones nerviosas. Codiciosa,
asalté tu cofre y me bañé en el cálido río que baja por el
monte de venus.
Labios en llamas
empatías curiosas
sexo lésbico
Bugambilias.

Amarrando tu entusiasmo

recorro las curvas

que encierra mi deseo,


Una mirada nerviosa exhala vapores sexuales.

Lamo con mis cuerdas tiranas


tu sonrisa nerviosa,

tu miedo masturba mi ceño fruncido

y empapa mi lienzo carnívoro.

Mientras caderas cantan un ritmo sincopado

tu voz solfea suspiros agota

Amordazada te ofreces
ante mi hambrienta perversión
Entre tus piernas
bruma afrodisiaca
respirandote
Jazmín.

Tu perfume resonante
deleita mi mirada
que encuentra
una paz asfixiante
en el misterioso céfiro
que paraliza mis falanges,
me entrego
espesa y derretida
a beber de tu pulso
desesperada,

se calcina nuestra bruma.


Dedos húmedos
se resbalan labios
entre cuerpas
Soy Sádica

Los besos ardieron


me dijo “maltratame”

soy sádica
disfruto de el dolor y la desesperación

me ensañé frotando su clítoris

su cara de placer/dolor
mis gemidos graves/profundos

entre lenguas llegué a sus labios


suavemente lamí su vulva
Ramificación
manos de tentáculos
orgasmo
Entre dos piernas
gordos labios peludos
cobijan placer
Trío

En una de nuestras sesiones mis esclavos me invitaron a


someterse. Ella era más audaz, él era completamente dócil,
pero tonto.
Ese día yo decidí vestir de tacones altos, transparencias negras
y un maquillaje que enmarcase mi mirada penetrante. Luego
de estar vestida me dediqué a maquillar y vestir a mi esclava
(me gusta jugar a las muñecas) mientras la maquillaba llegó
el intruso de mi esclavo a preguntar si es que necesitaba algo
más que pudiera ordenar o limpiar, le di la orden de descansar
a mis pies luego de cumplir la simple tarea de abrochar en mi
tobillo una cadena de plata que a veces cuelgo en mi cuello.
Una vez lista la indumentaria bajamos a jugar.
Ambos curiosos me seguían con la mirada mientras caminaba
en dirección a las correas y collares que le correspondía a cada
una de mis mascotas.
Le puse su collar a mi esclavo y lo dejé en una esquina
esperando mis instrucciones, a ella le dí suaves caricias en el
pecho, recostada en la cama aproveché de lamer sus labios.
Cuando las mascotas estaban listas para su paseo, el no pudo
resistir las ganas de tocar mis piernas, así que tuve que
castigar su insolencia con quince azotes de su propia correa,
ella tomó la cuenta sentada sobre las manos estúpidas de
nuestra víctima.
Adolorido y erecto mi mascota gateo hacia mis zapatos, fue
inevitable notar su patética erección,
misericordiosa, decidí favorecerlo un poco en pos de darle un
tratamiento justo y lo acaricié con mi taco aguja desde la base
hasta el glande aplastando un poco en la punta, me pareció un
espectáculo bastante ridículo, por lo que fue
inevitable soltar un par de risotadas.
Ella masturbandose miraba toda esta situación desde el
sillón, se veía tan apetitosa que me fuí a sentar a su lado, la
tomé por la correa y la besé mientras ella pasaba de su
clítoris al mío. A él lo dejé hincado a sus pies besando su vulva
y penetrando mi vagina con sus dedos, ella llegó al orgasmo
excitada por mi propio éxtasis.
De camino a la pieza el bruto de mi esclavo pensó que era una
buena idea buscar mis besos también, el pobre creyó que los
merecía, pero no. Esta vez el castigo fueron
veinte arañazos en la espalda con mis largas y fuertes garras,
él mismo tuvo que tomar la cuenta, se equivocó tres veces así
que, fueron veintitrés rasguños en total.
Me senté en la cara de el imbécil erecto y recosté a mi
mascota boca arriba para poder introducir mis dedos en ella,
sus gemidos empapaban la cara de mi esclavo, yo lamía y
mordisqueaba los muslos de ella hasta que yo alcancé
nuevamente el orgasmo en la boca de él.
Acariciandola, noté el pelo enredado de mi mascota, decidí
peinar su larga cabellera, me acomodé detrás de ella y le
ordené a él que me alcanzara el cepillo. La peiné en el tiempo
que mi esclavo preparaba la cena.
Al acariciar
pezones entre dedos
suavemente despiertan
Mi silla.

Tu cara me suplica ser un mueble,


firme te voy a amarrar, estarás
receptiva como una silla más
reluciendo mi comedor celebre.

Voy a deleitar a cada comensal


hambriento que quiera venir a probar
mis sabrosas ataduras, observar
acaudalado tu goce vaginal.

Aquí, humillarte será mi festín,


roja, me voy a burlar de tu gemir,
sádica, sobre el mantel de satín.

Sé que no te puedes resistir a mí.


Amo que ahora eres mi silla,
recito poesía de rodillas.
Piernas carnosas
se balancean
sobre el desorden
Tijeras

Remodelando y ordenando metiste tus manos por debajo de


mi falda y tocaste mi vulva, yo estaba de espaldas hacia la
muralla, tu no dejabas de tocar, con mi cara hundida entre
mis brazos me rendí a tu deseo y caímos al suelo. Con una
tijera cortaste la ropa que cubría mi entre pierna para poder
dar con tu cometido. Abierta en el piso a tu disposición
lamiste profundamente lo que habías descubierto,
suspirando del gusto yo acariciaba tu pelo mientras me
comías la concha, después de un rato metiste tus dedos
dentro de mi vagina con un ritmo acelerado y brusco, me
mirabas directamente a los ojos mientras yo me mordía los
labios.
Apenas te acercaste a mi boca supe que era el momento de
atacar, logre tumbarte, metí mí mano entre tus piernas y
resbalé con un ritmo agresivo mis dedos por tu clítoris
mientras afirmaba tus muñecas contra el suelo, rebelde te
sometí a mi ritmo y solo lograste el orgasmo bajo mis
condiciones, aún muy exitada me recoste entre medio de
todo el caos y me masturbé contigo mirandome desde
arriba.
Atmósfera húmeda
empaña nuestros labios
Cunnilingus

Rollizas y rebosantes nalgas


rebotan sobre tu cara,
asfixiada te sumerjo en mí.

Bajo mi sexo relames deseosa mi sustancia,


mis caderas danzantes te empapan,
bailo una danza perversa.

Tu respiración está en mi poder,


relajada sobre tu lengua
acaricio tu clítoris erecto.

Atrapada entre mis piernas


sufres bajo el yugo carnoso que te aplasta,
en mis manos te tengo erecta,
te ahorco entre mis muslos.

Yo soy la que mide tu respiración


de mi depende tu agonía,
sumisa suspiras bajo mi dominio.
Rasguñas redes de placer en mi espalda
y yo me regocijo entre tus telas de araña
Baño Termal

Un día nevado de paseo por el sur quisimos ir a las termas,


debido a la nieve el público escaseaba y nos encontramos
solas, relajantes aguas calientes contuvieron nuestro ro-
mance ese día, sumergidas entre coquetos vapores nues-
tros cuerpos se atraían. Al principio solo nos acariciamos,
pero, sobrepasadas por nuestras ansias nos trasladamos
hacia un pequeño lago de aguas termales escondido de
transeúntes que pudieran pasar curiosos por nuestro lado.
Bañadas por una vertiente nos besamos apasionadamen-
te, voluptuosas caricias comenzaban a encender nuestro
interior, inspiradas por la belleza del paisaje comenzamos
nuestra danza, la nieve se evaporaba sobre nuestra piel
mientras el bosque frondoso cobijaba confidente nuestro
amor.
Abracé tu sexo con la armonía del agua hirviendo por mi
espalda y el roquerío arañando mi exitación, fundidas en
el calor disfrutamos la una de la otra, imnotizadas por el
hechizo de la naturaleza embelezadas nos rendimos a la
hermosura del romance que nos consumía.
Entre tus piernas
bruma afrodisiaca
respirandote
Apuradas y calientes

Llena de deberes me sentía privada de gozar de mi


sexualidad, pero llegaste tu a seducirme, no pude ne-
garme a tus caricias, sobre mi cama me desnudaste
y me chupaste, mis caderas calientes bailaban con tu
boca al mismo tiempo que yo empuñaba tu pelo y
restregaba tu cara en contra mío.
Le pusiste pestillo a la puerta antes de recostarte en
mi cama, nos acomodamos y yo te comí a besos la
chora mientras tu jugabas con mi vagina, rebosan-
do en lubricación te metí dos dedos sin despegar mis
labios de los tuyos, tu respiración intensa retumbaba
en mis muslos y mi boca chorreaba tus nalgas, por
encima de mi hombro alcanzaba a divisar tu boca en-
tre abierta. Las luces doradas del atardecer esbozaron
nuestra presurosa escena, rendida ante tus espasmos
atraje tus manos dentro mio mientras yo misma es-
timulaba mi clítoris enardecido.
La intensidad
del tacto entre jadeos
marcan la piel
Ojos amorosos

rondan tu placer
Entre dos piernas
gordos labios peludos
cobijan placer

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