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INTRODUCCIÓN

Un modo de introducir a este saber es de la mano de los grandes filósofos. En lo que sigue lo
haremos a través de los grandes filósofos clásicos, tanto de los socráticos, aquellos que
recibieron el legado de Sócrates: Platón y su discípulo Aristóteles. Con todo, lo que sucede con
la experiencia filosófica es que tiene que ser personal.

El encuentro con la verdad es todo un acontecimiento. Por eso, lo que seguramente es mejor
en estos casos, es poner a los alumnos en condiciones de ejercer la actividad filosófica, de la
misma manera como a nadar se aprende nadando. Esa actividad o ejercicio filosófico se
despliega en el enfrentamiento con los grandes problemas filosóficos. Se trata entonces de
animarse a dar el primer paso para pensar filosóficamente la realidad, de manera que se
puedan descubrir sus más profundos secretos; y después, sostener la actividad y seguir
abriéndose nuevos horizontes para continuar planteándonos las preguntas claves de los
grandes filósofos y tratando de contestarlas.

Se puede, entonces, empezar suscitando una pregunta, una inquietud, sobre la realidad,
especialmente si ésta nos parece evidente; y luego continuar descubriendo la verdad, sin
cansancio, valorándola y dándole acogida en la propia vida, lo cual es siempre personal y por
eso es algo inédito, siempre nuevo.

Éste fue el modo como los grandes filósofos comenzaron a hacer filosofía la que luego
sistematizaron hasta hacer de ella una ciencia, la más alta en el plano natural. Para empezar
esta aventura se precisa de unas condiciones básicas, y es que quien se adentra en el camino
del saber filosófico tiene que tener un pre requisito y es un incoado amor a la verdad y mucha
capacidad de afrontar retos, lo cual conlleva una cierta rebeldía, respecto a la comodidad de
quedarse en lo ya sabido.
ETAPA ANTOLÓGICA

Se denomina “período ontológico” a la etapa de la filosofía griega que se caracteriza por la


aparición de los dos grandes sistemas filosóficos de la antigüedad. Un sistema es un conjunto
ordenado de elementos que se encuentran interrelacionados y que interactúan entre sí.

El concepto se utiliza tanto para definir a un conjunto de conceptos como a objetos reales
dotados de organización. Un sistema real es una entidad material formada por componentes
organizados que interactúan de forma en que las propiedades del conjunto no pueden
deducirse por completo de las propiedades de las partes (una bicicleta, por ejemplo). Un
sistema conceptual es un conjunto organizado de definiciones, símbolos y otros instrumentos
del pensamiento (como las matemáticas, la notación musical y la lógica formal).

La Filosofía trata de integrar todos los sistemas parciales de conocimiento (matemáticas,


biología, física, antropología, ética, política, etc.) en un único sistema de tal manera que
relacione todas las disciplinas particulares en un todo ordenado y coherente. Este orden
conceptual entraña una cierta organización jerárquica, de modo que unos conceptos y
disciplinas aparecen subordinados a otros, como la medicina está subordinada a la química y
las explicaciones acerca del funcionamiento de un organismo deben respetar y ser coherentes
con las leyes químicas de las que dependen. Así, en un sistema de conocimiento que pretenda
abarcar la totalidad de lo conocido nos encontramos con dos disciplinas básicas y
fundamentales de las que dependen todas las demás.

Éstas son la Metafísica u Ontología y la Gnoseología o Epistemología. La primera pretende dar


una explicación de la realidad, precisando el significado de la palabra “ser”, aclarando cuáles
son las características que debe tener algo para que se puede decir de él que “es”,
estableciendo clasificaciones de los seres o de los modos de ser, etc. La Epistemología, por su
parte, pretende dar cuenta de la posibilidad del conocimiento y de cual es método a través del
cual podemos acceder a él. Ambas disciplinas están tan relacionadas entre sí que es difícil decir
cuál de ellas es la fundamental y cuál es la subordinada. El hecho es que en la época griega
clásica se dio más importancia a la Ontología, de la cual se hacía depender la Epistemología y
ese es el motivo por lo que se denomina a esta época “período ontológico” y en ella los
sistemas filosóficos se clasifican en función de su concepción metafísica, de la que reciben el
nombre. Los dos grandes sistemas de este período son el Idealismo, que sostenía Platón y el
Realismo que mantenía su discípulo Aristóteles.
El idealismo platónico: Platón sostuvo que las ideas constituyen un mundo
suprasensible, ideal e independiente, es decir, un mundo que se intuye de manera intelectual y
no a través de los sentidos. El mundo material no es más que una copia degradada de las ideas
perfectas y eternas. Todas las formas de idealismo coinciden en que para poder alcanzar la
verdad de las cosas (y conocerla con propiedad), podemos prestar atención a las ideas y no
solo a los objetos materiales-sensibles.

Características del idealismo

El idealismo se caracteriza por considerar que las ideas constituyen la realidad única o más
perfecta. dependiendo del tipo de idealismo al que se adhiera. Al mismo tiempo, solo la mente
(y en algunos casos el espíritu) tiene acceso a esta realidad única y verdadera.

Tipos de idealismo

Idealismo objetivo: El idealismo objetivo es una variante del idealismo, muy posterior a Platón
que las ideas existen por si mismas y que solo podemos tener acceso a ellas mediante la
experiencia.

Idealismo subjetivo: sostiene que las ideas existen dentro de la mente del sujeto, por lo que
no existe un mundo autónomo por fuera de ella.

Idealismo subjetivo radical: Quienes sostienes esta postura aseguran que la subjetividad es la
que construye el mundo, por lo que no existe una naturaleza independiente de quienes la
percibimos, si no que existe “para nosotros”.

Idealismo subjetivo moderado: quienes defienden esta postura sostienen que la percepción
de lo real varía según el contenido de la mente, por lo que su existencia varía según el sujeto, a
pesar de tener cierta existencia propia

Realismo Aristotélico: Es un realismo natural. El conocimiento para este sistema se


puede entender como una reproducción de la realidad. Para Aristóteles la inteligencia del
hombre está dotada de una capacidad grande de llegar hasta las cosas y obtener de ellas los
contenidos del conocimiento.

El concepto de realismo permite identificar a la manera de contar, presentar, considerar o


percibir lo que ocurre tal como sucede. A raíz de esto se puede decir que la postura realista
tiene la particularidad de evitar exageraciones: solo narra los acontecimientos concretos.
más adelante, al irrumpir la Modernidad, los autores, en permanente conflicto con las
cuestiones de fe, dirigen atención prioritaria al problema del conocimiento tratando de
establecer un método objetivo de conocimiento que mantenga la independencia respecto de
las creencias personales. Es por eso que los sistemas filosóficos modernos reciben el nombre
de su concepción epistemológica, pasando a denominarse Racionalistas y Empiristas.

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