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La verdad acerca de Lutero y su música

Tomado del libro: La Batalla por la Música Cristiana


Por Tim Fisher

Difícilmente hay en toda la historia de la música de la iglesia, alguien


que haya sido citado más que Martín Lutero (1483-1546). La posición
de Lutero en la Dieta de Worms es ya una leyenda. Sus escritos fueron
base para el pensamiento reformista. Aún hoy, se le da crédito al gran
reformador por influenciar la música en las iglesias, y es cierto. Uno de
los logros de Lutero, fue restaurar los cánticos congregacionales al
lenguaje común. Lutero amaba la música, era un consumado flautista y
era compositor. Él es autor de uno de los grandes himnos en la historia
de la música de la iglesia, “Castillo fuerte es nuestro Dios”. Muchos
grupos han querido apropiarse de las enseñanzas de Lutero, y él se ha
convertido en la persona más citada, por ambos bandos, en la batalla por
la música cristiana.

Constantemente, escuchamos la siguiente pregunta, “¿No es cierto que


Lutero tomó música secular de su tiempo, y la incluyó en la música
sacra? ¿No es esto prueba de que está bien tomar la música secular y
aún la música rock de nuestro tiempo?” Puesto que esta pregunta la
escuchamos tan a menudo, vamos a estudiar cuál fue exactamente la
posición de Lutero acerca de esta situación. Este estudio debe ampliar
los principios que hemos venido revisando en este libro.

¿Verdaderamente fue Lutero influenciado por la música secular de su


tiempo? Sí, claramente lo fue. Nadie vive en un limbo, y es ridículo
pensar que se puede ser creativo y permanecer al margen de la cultura
en que se vive sin ser afectado por ella. Lutero no fue la excepción, pero
decir que, “puesto que Lutero tomó de la música secular de su tiempo
para ser música sacra, nos autoriza tomar de la música de rock de
nuestros días”, es ignorar los hechos y ser irresponsables.
Lutero dijo claramente, que en su tiempo había música buena y música
mala:

Y tú, mi joven amigo, deja que esta noble, grande y alegre creación de
Dios (la música), sea encomendada a ti. Por medio de ella tú puedes
escaparte de deseos vergonzosos y malas compañías. Así mismo, por
medio de esta creación tú puedes acostumbrarte a reconocer y alabar a
tu Creador. Pon especial cuidado en evitar y rechazar las mentes
pervertidas que prostituyen este amoroso regalo de la naturaleza y del
arte con sus imaginaciones eróticas, y ten la completa seguridad de que
no es ningún otro, sino Satanás, quien les acecha para desafiar a su
propia naturaleza, la cual puede y debe alabar a Dios, su Creador con
este don; de tal forma que esas mentes tuercen el don de Dios y lo usan
para alabar al enemigo de Dios, enemigo de la naturaleza y de este
hermoso arte!

Ya sea que tú quieras confortar al triste, aterrorizar al feliz, dar ánimo al


que desfallece, humillar al orgulloso, calmar al apasionado o apaciguar
a aquéllos llenos de odio. ¿Quién podrá enumerar todos estos aspectos
del corazón humano: Las emociones, las inclinaciones y los afectos que
impelen al hombre al bien o al mal? ¿Y qué medio más efectivo puedes
encontrar que la música?

Obviamente, Lutero no creía en la neutralidad de la música. ¿Ahora,


hasta qué punto usó Lutero la música secular para la música sacra? De
las melodías de treinta y siete obras corales de Lutero, quince fueron
compuestas por él mismo, trece vienen de himnos de servicio de música
en Latín, cuatro vienen de canciones religiosas populares Alemanas, y
dos fueron originalmente canciones religiosas de peregrinos. Dos más
son de origen desconocido, y una vino directamente de una canción
popular secular. Como podemos ver, no fueron la mayoría de sus
canciones que vinieron de fuentes seculares. Verdaderamente, muy poca
de su música, se deriva de la música secular.
Recordemos que en tiempo de Lutero, la cultura estaba controlada por la
iglesia. La mayoría de las Universidades se encontraban bajo la
autoridad de la iglesia. Las bellas artes, incluyendo a la mayoría de los
grandes compositores, escritores, escultores y pintores, fueron
entrenados bajo el patronato de la iglesia y eran empleados por la
iglesia. Sería tonto decir que el ambiente de Lutero, fue similar al
ambiente de nuestros días. En la actualidad, el liderazgo de las bellas
artes está en rebelión con la iglesia y con la cultura tradicional.

Blume observa: “El protestantismo, conservó la clasificación medieval


del mundo, en la cual el arte estaba sujeto a una disciplina intelectual,
caracterizada por la piedad y la inclinación hacia las cosas relacionadas
a la iglesias. Bajo estas condiciones, las diferencias entre la música
sacra y la secular, pueden realmente haber sido muy pocas y de ninguna
manera fueron un problema.” De manera que, decir que Lutero tomó de
la música secular para su música sacra, es admitir que en el peor de los
casos, se basó en la cultura religiosa.

Una contribución importante de Lutero a la adoración en las iglesias,


fue el restaurar los cánticos congregacionales. Él dijo: “Yo quisiera
componer himnos sacros, de tal forma que la palabra de Dios habite
entre la gente, también, por medio de los cánticos.”

En los tiempos de Martin Lutero, a las congregaciones no se les


permitía cantar en los servicios Católicos Romanos. Su “entrenamiento
musical” consistía solamente, de algunas tonadas seculares que ellos
escuchaban en las calles. Blume nos dice que “la gente estaba
acostumbrada a cantar solamente en ambientes seculares y a permanecer
callada en la iglesia tradicional…tuvo que aprender cómo cantar en la
iglesia.” Es en este contexto que Lutero hizo el siguiente famoso
comentario, “¿Por qué el diablo debe tener todas las buenas tonadas?”
Debemos recordar que no había tonadas para que el pueblo cantara, no
se lo permitían. En los servicios, solamente se cantaba el gregoriano y
música igualmente austera. Sólo se escuchaba música en latín, que las
personas en su mayoría no podían entender.
Lutero pensó que deberían usarse tonadas más fáciles de cantar, más
familiares, y enseñar a la gente rápidamente los nuevos textos en
alemán, que él estaba compilando o escribiendo. Su plan fue desarrollar
un estilo único de música, para ser usado en la adoración. Lutero no
confió en la música erótica o sensual de su tiempo. El no buscó entre
aquéllos que se rebelaron contra la esencia misma de la cultura, para
tomar el modelo de su música. Es más cierto decir que Lutero tomó
como ejemplo la música “clásica” de su tiempo.

Aún entonces, la práctica de tomar música de las fuentes seculares —


contrafacta— fue breve. Blume nos dice: “rápidamente declinó la
contrafacta.” Él nos dice que esas tonadas, que fueron obtenidas de la
música secular, rara vez tenían la grandeza y la permanencia de la
música compuesta por Lutero.” Esta, por supuesto fue la mayor parte de
su trabajo.

Como podemos ver, asegurar que Lutero simplemente tomó tonadas de


los bares de su tiempo y por lo tanto nosotros podemos hacerlo, también
es deshonesto. El compositor favorito de Lutero fue Josquin de Prez,
quien es reconocido como el más competente de los compositores de su
siglo. Lutero siguió aprendiendo a tocar el laúd (instrumento
relacionado con la guitarra), y fue considerado un experto.

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