Está en la página 1de 3

Conquista y colonización

La colonización o conquista española de América fue el proceso por el que


se implantó en el Nuevo Mundo una administración que pretendía ser
imitación o duplicado de la administración peninsular
contemporánea.Este periodo se extendió desde el 12 de octubre de 1492,
día del descubrimiento de América, hasta el 13 de julio de 1898, cuando se
celebró un acto formal de arriado de la bandera española en San Juan de
Puerto Rico, en cumplimiento del Protocolo de Paz de Washington
firmado el día anterior con Estados Unidos. Las principales motivaciones
de la expansión colonial eran el beneficio a través de la extracción de
recursos y la difusión del catolicismo a través de las conversiones de las
poblaciones indígenas.

La colonización de América fue efectuada sustancialmente por la


Corona de Castilla (ligada a los reinos indianos dinásticamente) y es
la continuación de una primera expansión y experiencia
colonizadora del Reino de Castilla en las islas Canarias, en las cuales
ensayó por primera vez a cierta escala la experiencia de conquistar,
poblar y administrar un territorio nuevo, habitado por pueblos
desconocidos, asimilándolos y cristianizándolos en el proceso. Así,
las tres últimas grandes islas de Canarias fueron completamente
sometidas en los años 1478-1483 (Gran Canaria), 1492-1493 (La
Palma) y 1494-1496 (Tenerife) aunque el impulso colonizador
arranca mucho antes, en las otras islas del archipiélago. Esta
experiencia y la existencia de fórmulas desarrolladas para solucionar
los problemas de fundación de nuevas ciudades, pactos y
enfrentamientos con los naturales del país, designación y
atribuciones de los Adelantados militares, engranaje de los aparatos
administrativos: religioso, civil y militar, fueron luego ampliamente
usadas en América, tienen sus antecedentes lejanos en la experiencia
de la reconquista y repoblación de la península ibérica.

Sociedad aborigen
Los arqueólogos estiman que los aborígenes llegaron al continente
australiano por primera vez hace unos 45.000 años.

Los propios aborígenes, sin embargo, sitúan su creación en el


Tiempo del Sueño, una era remota en la que la Tierra se formó. Un
hombre aborigen lo explica así:

‘“Cuando hablamos del Sueño, nos referimos a la


creencia de que estas criaturas iniciaron la sociedad
humana hace mucho tiempo, hicieron todas las cosas
naturales y las colocaron en un lugar especial.

Estas criaturas del Sueño estaban conectadas a lugares


especiales y caminos, senderos o vías especiales. En
muchos sitios las grandes criaturas se transformaron en
lugares donde se instalaron sus espíritus.

Los aborígenes tienen una conexión especial con todo


lo que es natural. Los aborígenes se ven a sí mismos
como parte de la naturaleza… Consideramos que todas
las cosas de la Tierra tienen una parte humana. Es
cierto que las personas que pertenecen a una zona
concreta son realmente parte de esa zona, y si la zona
se destruye, se destruye a ellas también.”
La tierra de los aborígenes fue invadida desde finales del
siglo XVIII en adelante, con consecuencias catastróficas para ellos.

Antes de la invasión, los aborígenes vivían a lo largo y ancho de


Australia, aunque la mayor densidad de población se situaba en la
costa. Allí, parece que las comunidades se desplazaban
estacionalmente entre asentamientos permanentes en el litoral y
otros ubicados en la cabecera de los ríos costeros.

Las evidencias sugieren que estas comunidades gestionaban


cuidadosamente su entorno a fin de asegurar un abastecimiento
constante de comida, por ejemplo, plantando ñames silvestres en
huertos irrigados por ellos o construyendo diques para ampliar el
hábitat de las anguilas.
Los aborígenes que vivían en el interior, en el bosque bajo y en el
desierto, practicaban la caza y la recolección y quemaban la maleza
para fomentar el crecimiento de las plantas. Eran expertos en
encontrar agua.

Hoy en día más de la mitad de todos los aborígenes vive en


ciudades, a menudo en los suburbios en muy malas condiciones.
Otros trabajan como temporeros en los ranchos de ganado que han
usurpado su tierra.

Muchos, especialmente en el norte del país, han conseguido


aferrarse a su territorio y aún cazan y recolectan plantas silvestres.

También podría gustarte