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Unidad 3: Mecanismo de defensa contra infecciones

Una manera que tiene el organismo de defenderse contra las infecciones es el


aumento en el número de ciertos tipos de glóbulos blancos (neutrófilos y
monocitos. obtenga más información), que se encargan de fagocitar (ingerir.
obtenga más información) y destruir los microorganismos que invaden el
cuerpo.
3.1 Composición de la sangre
Plasma: El plasma es la fracción acelular de la sangre. Se obtiene al dejar a la
sangre desprovista de células como los glóbulos rojos y los glóbulos blancos.
Está compuesto por un 90 % de agua, un 7 % de proteínas, y el 3 % restante
por grasa, glucosa, vitaminas, hormonas, oxígeno, dióxido de
carbono y nitrógeno, además de productos de desecho del metabolismo como
el ácido úrico. A estos se les pueden añadir otros compuestos como las sales y
la urea. Es el componente mayoritario de la sangre, representando
aproximadamente el 55% del volumen sanguíneo total, mientras que el 45 %
restante corresponde a los elementos formes (tal magnitud está relacionada
con el hematocrito).

Suero: es el líquido que queda una vez extraídos los factores de coagulación
del plasma sanguíneo. El suero es un suplemento común en los medios de
cultivo celular y proporciona una mezcla de hormonas, factores de crecimiento
y de fijación, agentes amortiguadores y otros componentes nutricionales.

Proteínas séricas: se clasifican como albúmina o globulinas. La albúmina es la


proteína más abundante en el suero. Transporta muchas moléculas pequeñas.
También es importante para impedir que el líquido se escape de los vasos
sanguíneos hacia los tejidos.
Una prueba de proteína sérica total mide la cantidad de proteína total en
sangre. También mide la cantidad de dos grupos importantes de proteínas en
la sangre: albúmina y globulina.
 La albúmina se produce principalmente en el hígado. Ayuda a evitar que
la sangre se escape de los vasos sanguíneos. La albúmina también
ayuda a transportar algunos medicamentos y otras sustancias a través
de la sangre, y es importante para el crecimiento de los tejidos y la
curación.
 La globulina está compuesta de diferentes proteínas llamadas tipo alfa,
beta y gamma. Algunas globulinas son producidas por el hígado, y otras
por el sistema inmunitario. Ciertas globulinas se ligan con
la hemoglobina. Otras globulinas transportan metales en la sangre,
como el hierro, y ayudan a combatir infecciones. La globulina sérica
puede separarse en varios subgrupos por electroforesis de proteínas
séricas. Para saber más, vea el tema Electroforesis de proteínas séricas.
Una prueba de proteína sérica total informa valores separados de proteína
total, albúmina y globulina. También pueden medirse algunos tipos de globulina
(como la globulina alfa-1).
Células sanguíneas: Una célula sanguínea o glóbulo, también llamado célula
hematopoyética, hemocito o hematocito, es una célula producida a través de la
hematopoyesis y se encuentra principalmente en la sangre . Los principales
tipos de células sanguíneas incluyen:

Los glóbulos blancos o leucocitos: son la defensa del cuerpo contra las


infecciones y las sustancias extrañas que pudieran entrar en él. Para defender
el cuerpo adecuadamente, es necesario que exista una cantidad suficiente de
glóbulos blancos capaces de dar una respuesta adecuada, llegar a un sitio en
el que se necesitan y luego destruir y digerir los microrganismos y sustancias
perjudiciales. Al igual que todas las células sanguíneas, los glóbulos blancos
son producidos en la médula ósea. Se forman a partir de células precursoras
(células madre) que maduran hasta convertirse en uno de los cinco tipos
principales de glóbulos blancos: los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos,
los eosinófilos y los basófilos. Una persona produce aproximadamente unos
100.000 millones de glóbulos blancos al día.
Los glóbulos rojos: también llamados hematíes o eritrocitos, se ocupan de
transportar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos, y de llevar de vuelta el
dióxido de carbono de los tejidos hacia los pulmones para su expulsión. Los
hematíes dan a la sangre su color rojo característico.

Las plaquetas o trombocitos: colaboran en la coagulación de la sangre


cuando se produce la rotura de un vaso sanguíneo.

Todas las células de la sangre son el resultado de la diferenciación y


maduración de las células madre, también denominadas progenitores
hematopoyéticos. En el adulto, las células madre se localizan en la médula
ósea, sustancia blanda y esponjosa que se halla en el interior de los huesos.
En condiciones normales, la producción de células sanguíneas tiene lugar de
forma controlada, a medida que el cuerpo precisa de ellas. La alteración de
este equilibrio origina diversas enfermedades; unas se deben a una insuficiente
producción de todas las células sanguíneas (aplasia medular) o de algún tipo
específico de las mismas (eritroblastopenias, amegacariocitosis,
agranulocitosis); otras son causadas por la producción de células incapaces de
realizar las funciones que le son propias y en cantidades insuficientes
(síndromes mielodisplásicos) y, finalmente, otras son debidas a la producción
de células cancerosas en grandes cantidades (leucemias).
Interacción Microbio-Hospedador: Cualquier microorganismo que sea capaz
de causar enfermedad en un organismo hospedador se denomina patógeno.
Este artículo se limita a los patógenos microbianos humanos, aunque los
patógenos de plantas y animales también están muy extendidos en la
naturaleza. Cuando un microorganismo patógeno (bacteria, virus o parásito
protozoario) infecta el cuerpo humano, se produce una batalla entre
los sistemas inmunitarios innato y adaptativo del hospedador y los
diversos mecanismos y factores de virulencia del patógeno. El resultado de
esta batalla determina si el hospedador sobrevive y se recupera, y de qué
manera. La recuperación completa implica la consecución de una homeostasis
fisiológica (e inmunológica) en el hospedador, y el tiempo que esto tome
dependerá de la naturaleza y la gravedad de la infección y de si ha habido
alguna intervención profiláctica o terapéutica. Muchos patógenos están
provistos de mecanismos de evasión inmunitaria para lograr la invasión de la
célula del hospedador y su colonización, aunque también pueden utilizar con
éxitos a las células de éste para acceder a los tejidos diana.
3.2 Patogenicidad y Virulencia
La patogenicidad (la capacidad de los parásitos para infectar un huésped y
causar enfermedad) y la virulencia (el grado de daño que causa un parásito a
su huésped) son propiedades clave de los parásitos que determinan su
evolución, y la coevolución huésped-parásito.
Exotoxinas: Una exotoxina es una proteína secretada extracelularmente por
un microorganismo como bacterias, protozoos y algunos hongos y algas. Las
exotoxinas son muy potentes y pueden causar gran daño al hospedador al
destruir sus células o perturbar el normal metabolismo celular; pueden ser
secretadas, o, al igual que algunas endotoxinas, pueden ser liberadas durante
la lisis celular.
La mayoría de las exotoxinas pueden ser destruidas por el calor. Pueden
ejercer efectos en forma local o producir efectos sistémicos. Entre las más
conocidas se encuentran la toxina botulínica producida por Clostridium
botulinum, la exotoxina de Corynebacterium diphtheriae que se produce en la
enfermedad de la difteria.
Las exotoxinas son sensibles a los anticuerpos producidos por el sistema
inmune, pero muchas son tan tóxicas que pueden ser fatales para el
hospedador antes de que el sistema inmune tenga la oportunidad de producir
defensas contra ellas.
Endotoxinas: Las endotoxinas son un componente de la membrana exterior de
las bacterias Gram negativas. Se trata de agregados macromoleculares de
alrededor de 1 millón de daltons (endotoxina libre).

Factores enzimáticos y otros


Los principales factores que pueden impactar la actividad enzimática
incluyen: pH, temperatura y concentración de sustrato o de la enzima. Estos
pueden afectar la estructura conformacional de la enzima, desnaturalizarla o
afectar la velocidad de la reacción enzimática.
Hialuronidasa: Enzima que descompone una sustancia del cuerpo llamada
ácido hialurónico. El ácido hialurónico se encuentra en diferentes partes del
cuerpo: en el tejido conjuntivo, la piel, el líquido de las articulaciones y el líquido
de los ojos. Hace que los líquidos adquieran una consistencia gelatinosa, lo
que ayuda a hidratar y proteger los tejidos y las articulaciones. En el ámbito de
la medicina, la hialuronidasa se elabora en el laboratorio y se administra con
otros medicamentos mediante una inyección debajo de la piel para tratar
ciertas afecciones. La hialuronidasa descompone el ácido hialurónico, lo cual
sirve para disolver los líquidos y aflojar el tejido conjuntivo de manera que los
medicamentos se absorban con mayor facilidad en los tejidos.

Lecitinasa: Esta prueba se realiza para determinar la capacidad de los


microorganismos para producir la enzima lecitinasa.
MEDIO DE CULTIVO
 Agar yema de huevo
 Peptona 20,0 g
 Fosfato disódico 2,5 g
 Cloruro de sodio 1,0 g
 Solución al 0,5% p/v de sulfato de magnesio 0,1 mL
 Glucosa 1,0 g Agar 12,5 g
 Agua destilada 500,0 mL
Mezcle los ingredientes y caliente con agitación hasta disolución total. Ajuste el
pH a 7,3 - 7,4 y esterilice en autoclave. Enfríe en baño de agua a 60°C. Lave
bien un huevo y desinfecte la cáscara con alcohol. Déjelo secar, rompa la
cáscara y separe la yema de la albúmina. Añada, asépticamente, la yema al
medio de cultivo fundido y enfriado hasta 60°C (500 mL), y mezcle hasta
obtener una suspensión homogénea. Dispense el medio en placas y déjelo
solidificar.
PROCEDIMIENTO: Realice un aislamiento o una estría en una placa de agar
yema de huevo con el microorganismo a identificar. Incube durante 1 a 4 días a
la temperatura óptima de crecimiento del microorganismo.
RESULTADOS: Una prueba de lecitinasa positiva, consiste en la aparición de
una zona opaca alrededor del crecimiento microbiano, como resultado de la
hidrólisis de la lecitina de la yema de huevo.

Colagenasa: la colagenasa es una enzima, más específicamente


una metaloproteinasa de matriz que rompe los enlaces peptídicos de
los colágenos que pueden ser tipo (I, II, III, IV, V) y que contiene zinc. Son una
familia de enzimas de diversos orígenes celulares y especificidades para
distintos sustratos. Estas enzimas también ayudan a destruir estructuras
extracelulares en la fagogénesis de las bacterias como por ejemplo
la clostridium.
La colagenasa ha sido aprobada por los médicos para utilizarse como
cicatrizante, se utiliza generalmente en úlceras, escaras, quemaduras y
lesiones. La colagenasa medicinal es una enzima que se extrae del medio de
cultivo del clostridium y se utiliza para eliminar los restos celulares y
extracelulares del tejido necrosado. Contribuye en la formación del nuevo tejido
y reepitelización de las úlceras y escaras dérmicas. El colágeno del tejido sano
o recién formado no es atacado por la colagenasa.
Coagulosa: La coagulasa es una proteína producida por
varios microorganismos que permite la conversión del fibrinógeno en fibrina. En
el laboratorio, se usa para distinguir entre diferentes tipos de Staphylococcus.
Un resultado de coagulasa positivo indica que la muestra
contiene Staphylococcus aureus. Esta proteína también es producida
por Yersinia pestis
La coagulasa reacciona con la protrombina en la sangre. El complejo resultante
se llama estafilotrombina, y permite que la enzima proteasa convierta el
fibrinógeno en fibrina. Esto hace que se coagule la sangre.
La coagulasa está estrechamente relacionada con la superficie de la
bacteria S. aureus y puede revestir su superficie con fibrina al entrar en
contacto con la sangre. Se cree que está cubierta de fibrina del estafilococo es
capaz de resistir la fagocitosis haciendo esta bacteria tenga un factor
de virulencia mayor. La coagulasa Bound es parte de una familia más grande
de MSCRAMM.

Fibrinolisinas: es una enzima derivada del plasma de origen bovino o extraída


de cultivos de ciertas bacterias. Se utiliza localmente única y exclusivamente
junto con la enzima desoxirribonucleasa. La fibrinolisina y la
desoxirribonucleasa actúan como enzimas líticas.
Leucocidinas: Sustancias tóxicas para los leucocitos. Son exotoxinas
producidas por algunos STAPHYLOCOCCUS y STREPTOCOCCUS
patógenos, que destruyen leucocitos mediante lisis de los gránulos
citoplasmáticos y son parcialmente responsables de la patogenicidad de los
organismos.

Hemolisinas:Sustancia producida en el organismo, capaz de destruir los hema
tíes o glóbulos rojos de la sangre.

Material capsular: En general, el material capsular se compone de


macromoléculas asimétricas que, en muchos casos constan de una serie de
unidades repetitivas: polisacáridos o polipéptidos. Alginatos (p. ej., en
Azotobacter, Pseudomonas), consistentes en una alternancia de distintos tipos
de ácidos urónicos.
Flora normal en el humano: Se denomina microbiota normal, flora normal o
flora nativa al conjunto de microorganismos que se localizan de manera
habitual en distintos sitios del cuerpo humano, y que conviven con el huésped
sin causar enfermedad.
3.3 Factores que influencian la infección
Las enfermedades infecciosas tienen su origen en microorganismos patógenos
como las bacterias, los virus, los parásitos o los hongos y pueden transmitirse
de una persona a otra. 
Afinidad del tejido: El tropismo tisular de un virus o bacteria es la afinidad que
ese virus tiene a un tejido específico del hospedero.
La distribución de un virus ola en un tejido del huésped es un proceso
determinado por varios factores como la presencia de receptores de ese virus,
la tasa de replicación viral, la tasa de mutación y la susceptibilidad del huésped.
La afinidad que el virus tiene al tejido también está influenciada por citoquinas o
por proteínas solubles que pueden contrarrestar la respuesta ola del huésped.
Puerta de entrada: mecanismo por el cual los microorganismos localizan las
zonas estériles huésped. Depende de la patogenicidad microbiana.

Resistencia e inmunidad
Resistencia e inmunidad
Resistencia e inmunidad: La resistencia es una palabra empleada para
designar las fuerzas defensivas que normalmente posee un huésped, para
impedir la implantación de un agente infeccioso .
Existen en el huésped dos tipos de mecanismos que impiden la aparición de
una infección.
Mecanismo de resistencia inespecífica: actúan contra una gran cantidad de
agentes causales biológicos, de tal forma que sólo unos cuantos son capaces
de producir enfermedades.
Los mecanismos específicos:
se basan en la inmunidad,
que es la capacidad
Los mecanismos específicos:
se basan en la inmunidad,
que es la capacidad
Los mecanismos específicos: se basan en la inmunidad, que es la capacidad
que poseen los organismos vivos para resistir una enfermedad infecciosa o
producida por la mordedura o picadura de algunos animales.
La inmunidad es un estado específico de protección que el organismo
desarrolla como consecuencia de un ataque previo del agente infeccioso.
Como, por ejemplo, el hombre posee resistencia contra el bacilo tuberculosis,
el grado de esta resistencia puede variar según el individuo (resistencia
individual)

3.4 Mecanismo inespecífico de defensa


Todos los organismos han desarrollado mecanismos de defensa frente a la
invasión de agentes patógenos. Estos mecanismos pueden
ser inespecíficos que actúan de igual manera, independientemente de cuál sea
el invasor, impidiendo su entrada en el organismo o destruyéndolos con
rapidez, o muy específicos, que actuarán de manera diferente para cada
patógeno, lo que se conoce como respuesta inmunitaria.
Los mecanismos de defensa inespecíficos actúan contra cualquier
microorganismo o sustancia extraña. Son de tres tipos: barreras naturales,
microflora normal del organismo y respuesta celular inespecífica.
Piel: Es el órgano más externo del cuerpo y constituye la primera barrera que
han de franquear los microorganismos. Cuando está intacta es impermeable a
la mayoría de los gérmenes, excepto cuando se producen heridas o
quemaduras. Además, las secreciones sebáceas y el sudor generan un pH
ligeramente ácido, muy eficaz contra los hongos. Es un órgano
autorregenerable, cuya capa más superficial, la capa córnea, se encuentra en
continuo proceso de descamación, lo que contribuye eficazmente a eliminar las
bacterias que hubieran podido infiltrarse.
Mucosas: Epitelios delgados y muy humedecidos de las aberturas naturales
del cuerpo: boca, nariz, ojos y los tractos digestivo, respiratorio y urogenital.
Estas características las convertirían en lugares idóneos para la penetración de
gérmenes, si no fuera por la presencia de mecanismos de defensa propios,
como la secreción de lágrimas o de mucus que contienen lisozima, un enzima
que destruye la pared de las bacterias. Las secreciones del tracto respiratorio y
el movimiento de los cilios impiden el paso de sustancias y de organismos
extraños al interior de los pulmones.
Tubo digestivo: El intestino posee mecanismos de defensa que limitan el
acceso de sustancias nocivas al organismo. Esta barrera intestinal está
integrada por diversos elementos como enzimas digestivas pancreáticas, el
epitelio intestinal y las bacterias que constituyen la flora intestinal.
Pulmones: Para evitar las lesiones e infecciones que estas partículas y
microorganismos podrían provocar, el pulmón dispone de una serie de
mecanismos de defensa. Entre ellos encontramos los mecanismos encargados
de mantener la vía aérea protegida, como son las barreras anatómicas, la tos y
el aparato mucociliar.

Fagocitos y enzimas: Tipo de célula inmunitaria que puede rodear y destruir


microorganismos, ingerir material extraño y eliminar células muertas. También
puede estimular la respuesta inmunitaria. Los monocitos, los macrófagos y los
neutrófilos son fagocitos.
Durante la fagocitosis se produce frecuentemente liberación de enzimas
lisosómicas tales como las proteasas neutras las que contribuyen a la
fluidificación de la matriz extracelular. Asimismo aporta mediadores químicos
de la inflamación tales como las proteínas catiónicas.

Sistemas de properdina: la properdina es un componente esencial en la


defensa contra las infecciones bacterianas y el único regulador que promueve
la activación del complemento sobre las superficies de los patógenos.

Interferón: Sustancia natural que ayuda al sistema inmunitario del cuerpo a


combatir infecciones y otras enfermedades, como el cáncer. Los glóbulos
blancos y otras células del cuerpo elaboran interferones, pero también se
producen en el laboratorio para su uso en el tratamiento de diferentes
enfermedades.
Inflamación: Aguda, crónica: La inflamación puede ser aguda o crónica.
Cuando es aguda, ocurre como una respuesta inmediata a un trauma (una
lesión o cirugía) – habitualmente en el curso de las siguientes dos horas.
Cuando es crónica, la inflamación refleja una respuesta continua a una
condición médica de más largo plazo, tal como la artritis.
Curación y formación de cicatriz: Una cicatriz es un parche de piel
permanente que crece sobre una herida. Se forma cuando el cuerpo se cura
después de una cortadura, un raspón, una quemadura o una llaga. Las
cicatrices también pueden resultar tras una cirugía donde se corte la piel,
infecciones como la varicela o afecciones de la piel, como el acné.

Resistencia especifica (respuesta inmunitaria): Adaptativa, adquirida o


específica: mecanismos de defensa específicos frente a microorganismos o
sustancias extrañas no infecciosas. Se genera una respuesta inmune que se
incrementa tras exposiciones repetidas a la MISMA sustancia o agente
infeccioso.
Antígenos: Cualquier sustancia que haga que el cuerpo produzca una
respuesta inmunitaria contra ella. Los antígenos incluyen toxinas, sustancias
químicas, bacterias, virus u otras sustancias de fuera del cuerpo.

Tipos de vacunas, toxoides


Vacunas atenuadas: la vacuna consiste en una inyección de patógenos vivos
que han sido tratados para reducir su virulencia (atenuados). De esta manera
pueden causar una infección leve pero no una enfermedad severa. Un método
de atenuación es crecer al patógeno in vitro, pasándolo por varios cultivos de
células; otro es crecerlo bajo condiciones inusuales o manipularlo
genéticamente. En este tipo de vacunas, el patógeno es capaz de infectar, por
lo que provoca una respuesta inmune muy buena y parecida a la que causaría
el contacto con el micro-organismo sin atenuar. Sin embargo, existe el riesgo
que el patógeno atenuado cause una enfermedad grave en pacientes
inmunocomprometidos, o que logre atravesar la placenta e infectar al feto, o
bien que vuelva a su condición original (no atenuado) y cause graves daños en
la población vacunada. Este tipo de vacunas activan principalmente la
respuesta celular de la tercera línea de defensa.
Vacunas inactivadas: pueden ser de dos tipos, o bien conteniendo al
patógeno completo pero inactivo (muerto), o bien conteniendo partes o
subunidades del patógeno. En ambos casos el patógeno es incapaz de
infectar, volverse peligroso o causar enfermedad, por lo que son mucho más
seguras que las anteriores. Para matar al patógeno se pueden utilizar
químicos, pero se debe tener en cuenta que la estructura del microorganismo
se mantenga lo más parecida posible a la original, para que la respuesta
inmune lograda sea más efectiva. Sin embargo, estas vacunas producen una
respuesta inmune débil. Para mejorar la se deben utilizar dosis mayores y más
de una aplicación o utilizar una sustancia llamada adyuvante. Esta sustancia
incrementa la respuesta al patógeno pero puede inducir una respuesta
inflamatoria local dolorosa y causar alergias. Este tipo de vacunas activan
principalmente la respuesta humoral de la tercera línea de defensa.
Vacunas con tecnología recombinante: una forma moderna de producir
vacunas que posean las mejores cualidades de las tres vistas anteriormente,
es utilizar nuevas tecnologías para manipular genéticamente los patógenos. De
esta manera se puede, por ejemplo, eliminar su virulencia, utilizar solo las
regiones inmunogénicas del mismo o mezclar partes de distintos
microorganismos de la misma especia para producir una respuesta más
completa. En la Argentina, el calendario Nacional de vacunación obligatorio
incluye vacunas de los cuatro tipos. Entre las inactivadas podemos nombrar las
vacunas contra el neumococo conjugada, contra la hepatitis B y algunos
componentes de la pentavalente. Entre las toxoides, el componente anti
tétanos y difteria de la vacuna quíntuple. Las vacunas BCG y Sabin son
atenuadas y la nueva vacuna para el HPV es fabricada con tecnología
recombinante. El calendario completo puede verse en la página del Ministerio
de Salud de la Nación.
Vacunas Toxoides: para algunas enfermedades bacterianas como el tétanos y
la difteria, es más efectivo provocar una respuesta inmune contra la toxina que
estos microorganismos producen que contra el microorganismo en sí. Estas
vacunas contienen toxinas inactivas por calor o modificadas químicamente. Al
igual que las vacunas inactivas requieren varias dosis e inducen principalmente
la respuesta humoral de la tercera línea de defensa.

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