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EL OJO LAMPARA DEL CUERPO/// PS.

AL BERTO

EL OJO LÁMPARA DEL CUERPO


(Mateo 6:22-23)

INTRODUCCIÓN
Pareciera que Jesús introduce un tema diferente del cual viene hablando y continuara a lo largo
del capítulo seis, sin embargo no es así.

El gran Maestro comenzó hablando de la importancia de preocuparnos más por hacer tesoros en
el cielo, que dedicar nuestra vida entera a la acumulación de riquezas terrenales las cuales son
perecederas, y termina advirtiendo que es importante que vigilemos nuestro intereses, ya
que donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Enseñamos que para esto es importante valorar las cosas espirituales las cuales son invaluables
y por lo que Pablo exhortaba en  (Colosenses 3:2). Por tal motivo ahora viene Jesús y advierte
a sus discípulos la importancia de tener nuestra mirada en las cosas verdaderamente valiosas y
eternas, porque de lo contrario nuestros intereses serán contrarios al del reino de Dios.
Mateo 6:22-23

Muchas veces se ha dicho que los ojos son la ventana del alma… Todos sabemos que si una
ventana se encuentra sucia, la luz del día no penetra bien a la casa y no alumbra bien a los que
la habitan...

También dificulta la visualización de los que viven en ella… Así también lo es en el caso del
hombre y la mujer que han permitido que su visión espiritual sea manchada y miope por el
diablo el cual los ha enceguecido por la maldad de este mundo… San Jerónimo dijo en cierta
ocasión: “El hombre que tiene los ojos sucios ve multiplicadas las luces, mientras que el ojo
simple y puro ve las cosas simples y puras”.

Podemos entender el uso de esta metáfora para hacer la comparación de que así como el ojo es
la lámpara del cuerpo, así lo es el corazón para el alma. Es del corazón de donde manan todas
las intenciones y sentimientos, por lo que si el corazón es malo, las intenciones serán malas y
por ende las acciones.

Como creyentes debemos cuidar nuestro corazón, para que todas nuestras intenciones y
sentimientos sean buenos y se transformen en acciones que glorifiquen a Dios. La Biblia nos
enseña que debemos ser cuidadosos al momento de  poner nuestra atención en cualquier cosa.
Rick Warren dice: “cualquier cosa que atrape tu atención te atrapara a ti”.

Nuestros ojos juegan un papel muy importante ya que generalmente todo lo que nos cautiva
entra por ellos. Jesús advirtió que el codiciar a una mujer es considerado adulterio (Mateo
5:28).
Job dijo que cuido sus ojos para no codiciar a las jóvenes doncellas (Job 31:1).
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El pecado de adulterio de David inicio con solo ver a una mujer hermosa desnuda que se
bañaba (2 Samuel 11:2).

El pecado de Acán consistió en codiciar un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de
plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, que Dios había maldecido (Josué 7:21).
Todos estos pecados entraron por la vista a través del órgano del ojo, y por ello debemos
cuidarnos de poner nuestra atención de aquellas cosas que nos puedan arrastrar al pecado.
Proverbios 4:25-26

Por lo tanto, nuestra atención principal debe estar en lo espiritual ya que ellas son las que
producen las verdaderas riquezas espirituales y definen nuestra fidelidad hacia aquello que
nosotros consideramos más importante:

Dios o lo que el mundo ofrece. Así cuando algo captura nuestra atención se apodera de
nuestro corazón, y generalmente define nuestra fidelidad a aquello que tanto apreciamos.

Si nuestra mirada está dirigida a las cosas eternas, nuestro corazón le pertenecerá a Dios y por
ende nuestra fidelidad; pero, si nuestro interés está en hacer riquezas en esta tierra, nuestro
corazón le pertenecerá a las cosas terrenales y sus prioridades giraran alrededor de ellas y por
tanto Dios no será su Señor, y por ello ahora Jesús nos hablara que nadie puede servir a dos
señores.

Ps. Alberto

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