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Mirando lo que es eterno

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado
a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis
muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”.
Colosenses 3:1-4

INTRODUCCIÓN
El propósito principal de la Carta a los Colosenses era advertir y corregir ciertas enseñanzas
erróneas que estaban surgiendo en la iglesia de Colosas. La carta busca reafirmar la supremacía
de Cristo y exhortar a los creyentes a mantener una fe sólida en él, evitando la influencia de
falsas doctrinas y prácticas religiosas.

Pablo aborda el tema central de la carta, enfocándose en la suficiencia de Cristo. Explica la


naturaleza de Cristo como la imagen visible de Dios, su papel en la creación y su obra redentora.
Pablo también advierte sobre enseñanzas engañosas que amenazaban la fe de los creyentes y
ofrece instrucciones prácticas sobre cómo vivir una vida cristiana auténtica en diversos
contextos, como en el hogar, la iglesia y la sociedad.

En la Carta a los Colosenses, el apóstol Pablo menciona a Epafras como alguien muy querido y
fiel servidor de Cristo (Colosenses 1:7). Pablo también elogia el amor que Epafras tiene por los
colosenses y su compromiso con la obra de Dios (Colosenses 1:8). Además, se menciona que
Epafras les ha informado acerca del amor en el Espíritu que los creyentes en Colosas han
demostrado (Colosenses 1:8). Así que es muy posible que este hombre fuese el Pastor de la
iglesia en Colosas.

Fecha y lugar de redacción: Se cree que la Carta a los Colosenses fue escrita por el apóstol Pablo
durante su encarcelamiento en Roma, alrededor del año 60-62 d.C.

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I. Una exhortación a buscar las cosas de arriba.

Colosenses 3:1
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado
a la diestra de Dios”.

El apóstol Pablo hace una exhortación a buscar las cosas de arriba y no en las de la tierra., donde
Jesús está sentado a la diestra de su Padre: buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. Si nos damos cuenta estas cosas que vienen de arriba son de gran valor porque
vienen del mismo trono de Dios, donde Cristo está sentado a su diestra.

Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;

A veces creemos que las mejores cosas las encontraremos fuera de la voluntad de Dios y que este
mundo puede ofrecérnoslas, pero no es así ya que todo lo bueno proviene de Dios.

Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

II. Poner la mira en las cosas de este mundo es un terrible error.


Colosenses 3:2
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.

Cuando el apóstol dice: Poned la mira en las cosas de arriba, significa que debemos enfocarnos
en las cosas espirituales. Entendemos que aquellas cosas que son de la tierra se refieren a todo
aquello que es material o de origen pecaminoso y esto es un total error y en la Biblia podemos
encontrar algunas razones por las cuales no debemos hacerlo. Veamos al menos tres:

1. No debemos poner la mira en las cosas del mundo porque nos alejan de Dios.

La primera razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este mundo es porque nos
alejan de Dios ya que solo nos impulsan a pecar, por ello Juan decía:

1 Juan 2:15-16 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo”.

El pecado destruye la vida del hombre y cualquier cosa que nos ofrece solo provoca un deleite
temporal de la carne, y eso es, es algo temporal que con el tiempo nos condenara ya que nos
convierte en enemigos de Dios:

(Santiago 4:4 ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera,
pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”

Nadie que viva para satisfacer los deseos de su naturaleza pecaminosa terminara bien, por ello
debemos esforzarnos por no poner la mira en las cosas de este mundo porque a lo mejor nos
impulsen a pecar.
2. No debemos poner la mira en las cosas de este mundo porque son de carácter temporal.

Otra razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este mundo es porque todo lo
que ofrece es temporal, no permanece para siempre:

1 Juan 2:17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece
para siempre”,

Todo lo que hacemos para el mundo no transciende eternamente, aquí podemos hacernos de
muchos tesoros, propiedades, títulos y reconocimientos, y que bueno si lo podemos hacer, pero
todo esto quedara atrás después de nuestra muerte. Es muy triste ver como los hombres nos
afanamos y esforzamos en este mundo por alcanzar logros materiales y riquezas descuidando la
parte espiritual, no se le da valor a aquello que nos asegurara una eternidad con Dios, al
contrario, el hombre vive como si este mundo lo fuera todo, pero lo cierto es que un día
moriremos y partiremos sin nada.

1 Timoteo 6:7 Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos.

3. No debemos poner la mira en las cosas de este mundo porque nos crean una falsa
confianza.

La tercera razón por la cual no debemos poner la mira en las cosas de este mundo es porque nos
crean una falsa confianza. Hay personas que viven enfocadas en lo que este mundo ofrece, creen
que las riquezas o las ofertas de este mundo son suficientes para asegurar su futuro. En la Biblia
se encuentra la parábola del rico insensato que pensó que enfocarse en ser rico le daría la
garantía de su existencia, pero se equivocó:

Lucas 12:16-21 “También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico
había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde
guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí
guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados
para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a
pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es
rico para con Dios”

Qué triste es enfocarse en triunfar en cualquier área en la vida y ser un pobre y fracasado para
Dios, al final nuestra alma se condenará y ningún esfuerzo habrá valido la pena.

III. La verdadera vida se encuentra escondida en cristo.

Colosenses 3:3-4
“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo,
vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”.

Aquí Pablo nos enseña que la verdadera vida se encuentra escondida en Cristo. Es curioso que
use la palabra escondido, pero si consideramos un poco, así es, las cosas espirituales que son las
que verdaderamente tienen valor en la vida se encuentran ocultas a la vista del hombre natural,
pero nosotros debemos pedirle a Dios que abra nuestros ojos para que estos estén puestos en su
persona y su reino. Ahora bien, para lograrlo debemos morir a este mundo y re-direccionar
nuestra mirada a las cosas espirituales: Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios. Morir al mundo significa renunciar a nuestros pecados, darle la espalda a la
maldad y comenzar a vivir para Cristo, por un día estaremos con Él y se manifestara nuestra
vida: Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados
con él en gloria.

CONCLUSIÓN.

Las personas suelen poner su mirada en las cosas de este mundo, ya sea por los placeres
temporales que este ofrece, o por sus propuestas de poder y fama que en este se encuentran o por
las riquezas que se pueden acumular; pero lo cierto es que todo esto no tiene ningún valor eterno,
nada de esto nos ayudara en la eternidad, al contrario, el afán en ellas nos alejase de Dios y nos
conducirán al infierno. Por ello la Biblia nos exhorta a poner la mira en las cosas de arriba donde
Cristo se encuentra sentado a la diestra del Padre, estas son de gran valor y nos ofrece una vida
libre del yugo del pecado y una herencia en la eternidad.

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