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GEOQUIMICA DE LA TIERRA SÓLIDA: EL MANTO Y


EL NÚCLEO

Aunque algunas piezas provenientes del manto terrestre afloran en la superficie en


forma de macizos alpinos u ofiolitas y pequeños fragmentos (xenolitos) que son traídos
ocasionalmente a la superficie por medio de erupciones volcánicas, la mayor información
que poseemos actualmente sobre el manto es aportada a través de evidencias indirectas.
Estas incluyen determinaciones de propiedades geofísicas como flujo de calor, densidad y
velocidad sísmica. Otro método indirecto consiste en el estudio de las rocas volcánicas
producidas por la fusión parcial del manto, así como también el estudio de la composición
de los condritos.
La composición del manto terrestre es heterogénea. Las mayores evidencias de las
heterogeneidades del manto a gran escala están dadas por la composición de elementos
traza observadas en rocas volcánicas y en menor medida, por la composición mayoritaria.

Composición química del manto


La Tabla 6.1 incluye las masas relativas de las distintas capas de la Tierra, las cuales
constituyen los mayores reservorios químicos de la Tierra. El manto es la capa de mayor
tamaño, constituyendo el 99% de la masa de la Tierra silicatada, mientras que la corteza
representa el 1% restante. Aparentemente, la corteza fue formada a partir de la fusión
parcial del manto a través de los tiempos geológicos. En el caso de los elementos
mayoritarios, este proceso no produjo cambios significativos a gran escala en la
composición química del manto debido al escaso volumen de la corteza, aunque estos
cambios si pueden observarse localmente. Con excepción de los elementos altamente
incompatibles que se concentran en la corteza y los siderófilos y algunos calcófilos que se
concentran en el núcleo, la mayoría de los elementos litófilos se encuentran en el manto en
la misma proporción que en el total de la Tierra. Dado que asumimos que los condritos son
una buena representación de la composición quimica del sistema solar, se suelen usar estos
materiales para inferir la composición química del manto y de la Tierra total.

Tabla 6.1. Características físicas y tamaños de las distintas capas del interior Terrestre.

Restricciones cosmoquímicas en la composición del Manto


Nuestro conocimiento sobre la composición de la Tierra está basado en dos
supuestos cosmoquímicas: 1) el sistema solar se formó más o menos simultáneamente a
partir de una nébula de polvo y gaseosa; 2) la composicó a partir de la cual se formó el
sistema solar fue similar a la de los condritos CI, excepto para el caso de los elementos más
volátiles (H, N, gases nobles).
En general, podemos asumir como válidas las siguientes conclusiones relacionadas
la formación y composición de la Tierra en base a evidencias de la cosmoquímica:
1) El material a partir del cual se formó el sistema solar tenía la composición de los
condritos carbonáceos (CI) más gases.

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2) A pesar del primer supuesto, la composición de los cuerpos formados a partir de


esa nébula es variable. Esto es evidente a partir de las variaciones composicionales
de los condritos y de las distintas densidades de los planetas.
3) La formación de los cuerpos planetarios comenzó tempranamente luego de que los
nuevos elementos sintetizados fueran añadidos a la nébula solar.
4) Los meteoritos metálicos claramente reflejan la segregación de líquidos metálicos
desde un material con la composición de los condritos carbonáceos. Además no es
posible distinguir las edades de los meteoritos metálicos de los condritos, lo cual
sugiere que la formación de los núcleos de los planetas se produjo muy
tempranamente, probablemente durante la etapa de formación de los
planetesimales.

Composición del manto superior


La mayoría de los geoquímicos y geofísicos consideran que la composición química
del manto es ultramáfica, más específicamente, peridotítica. La peridotita es una roca
dominada por el olivino (Fig. 6.1)

Fig. 6.1. Nomenclatura de rocas ultramáficas.

Las rocas que contienen cantidades sustanciales de piroxenos y olivinos se


denominan Iherzolitas. Se considera que la composición del manto superior es
principalmente iherzolítica. La Tabla 6.2 compara algunas estimaciones de la composición
química del manto con la de las contritas carbonáceas, luego de sustraerle la mayoría de los
volátiles (1º columna). Claramente los condritos son más ricos en siderófilos (Ni, Fe) que el
resto de las estimaciones. La composición del condrito se ajusta mejor luego de que una
suficiente cantidad de siderófilos ha sido removida para formar el núcleo. Sin embargo,
quedan aún diferencias significativas entre la composición aparente del manto y la de los
condritos. En primer lugar, el manto está deprimido en elementos alcalinos (K y Na) y
otros elementos moderadamente volátiles, la mayoria siderófilos o calcófilos, que también
pueden haber sido removidos del manto al ser incorporados al núcleo.
La pérdida de volátiles en el manto primitivo es una característica que comparten
todos los planetas terrestres, probablemente como consecuencia de las altas temperaturas
de la nébula solar interna durante las primeras etapas de la acreción.
La Tabla 6.2 refleja además que el manto superior se encuentra deprimido en Si en
relación con el manto “condrítico”.Esto se puede demostrar a través de la aproximación de
Hart y Zindler (1986).

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Tabla 6.2. Comparación entre distintas estimaciones de la composición química de la Tierra


silicatada.

La Figura 6.2 muestra la relación Mg/Si en función de la relación Nd/Si para


xenolitos del manto y para varias clases de condritos. Ambos tipos de muestras muestran
dos tendencias bien diferenciadas. De acuerdo con los mencionados autores, la tendencia
de los meteoritos refleja el fraccionamiento sufrido durante los procesos que ocurrieron en
la nébula solar o bien durante la formación de los planetas, mientras que la tendencia que
mostraron las rocas terrestres refleja procesos que ocurrieron en el manto terrestre, como
por ejemplo, fusión parcial. Dado que la composición del manto total no debería haberse
visto afectada por la separación de la corteza, estos autores consideran que su composición
estaría dada por la intersección de las dos líneas de tendencia en la Figura 6.2. Una análisis
similar puede hacerse con las relaciones Al/Si y Ca/Si. Los datos sugieren que la Tierra está
deprimida en Si en relación con los condritos.

Fig. 6.2. Variación de Mg/Si vs Al/Si en xenolitos del manto terreste y meteoritos.
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Palme & O’Neill (2003) adoptaron un valor de concentración de FeO de 8,1% y


una valor de 0,89 para la relación molar MgO/(MgO+FeO) medidos en peridotitos para
calcular una concentración de 36,77% de MgO en el manto. Luego compararon este valor
con el de otros óxidos, tales como SiO2, CaO, and Al2O3 to MgO en peridotitas.
Observaron entonces que existe una relación inversa entre el %MgO y los otros óxidos
debido a la extracción de fundidos a partir de esas peridotitas (Fig. 6.3). La extracción del
fundido deja a la peridotito rica en MgO y pobre en SiO2, Al2O3, y CaO.

Figura 6.3. Correlación entre SiO2, Al2O3 y CaO con MgO en peridotitas. Las estrellas
indican la composición estimada del manto primitivo.

Transición de fases en el manto


Las asociaciones mineralógicas cambian a medida que la presión se incrementa. En los
primeros 200 km, los únicos cambios importantes están asociados con la naturaleza de la
fase aluminosa, la cual cambia de plagioclasa a espinelo (MgAl2O4) a los 30 km de
profundidad y de espinelo a granate entre los 60 y 90 km de profundidad, dependiendo de
la composición y la temperatura (Fig 6.4). La asociación de granate en la peridotita
permanece estable hasta los 300 km. A esa profundidad, comienzan a disolverse cantidades
apreciables de piroxenos en granates, formando soluciones sólidas. Este granate se
denomina Majorita y se diferencia de los granates encontrados a menores profundidades en
que tiene un empaquetamiento más compacto de sus átomos. Este cambio de fase es
gradual y se completa a los 460 km profundidad aproximadamente, lo cual resulta en un
incremento de un 10% de densidad del componente piroxeno.

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Fig.6.4. Asociaciones minerales en los primeros 1000 km del Manto.

Entre los 400 y 670 km, las velocidades sísmicas se incrementan notablemente; este
intervalo se conoce como la zona de transición. A los 400 km, el olivino sufre un cambio
estructural de la fase de baja presión (α) a la fase de alta P (β). A diferencia de la
transformación de granate en majorita, este límite de fases es abrupto y d lugar a un
incremento de la densidad de un 8%.
A los 500 km de profundidad, el olivino se transforma en su fase γ, con una
estructura similar a la del espinelo. Esto produce un incremento de la densidad de un 2%.
En la zona de transición, algo del Mg y Ca contenidos en la majorita se exsolven para
formar CaSiO3 en la perovskita y MgSiO3 en la ilmenita. La proporción de Ca perovskita se
incrementa con la profundidad hasta que la majorita desaparece a los 720 km. Mg ilmenita
persiste únicamente hasta los 660 km.
A los 660 km de profundidad se produce un abrupto y gran incremente en las
velocidades sísmicas, conocido como la discontinuidad sísmica 660. Esta profundidad
marca el inicio del manto inferior. A es profundidad, el γ-olivino se transforma en
(Mg,Fe)SiO3 en la estructura de la perovskita y (Mg,Fe)O magnesiowustita, con el Fe más
afín a esta última fase. Este cambio de fases representa un incremento del 11 % en la
densidad del material.

Composición del manto inferior


El manto inferior se encuentra entre los 660 y los 2900 km de profundidad, por lo
que es prácticamente inaccesible para su estudio. Su composición debe inferirse
indirectamente y la única restricción directa relacionada con su composición la dan sus
propiedades sísmicas. Otra restricción está dada por el supuesto que la composición de la
Tierra total es condrítica. Hay un amplio consenso en que el manto inferior tiene una
composición muy similar a la del manto superior, es decir dominada por SiO2, MgO, y FeO
con cantidades menores de CaO, Al2O3, TiO2, etc. Sin embargo aún no hay consenso en
cuanto a si el manto inferior es mas rico en FeO y SiO2 que el manto superior.
En cuanto a las fases minerales, perovskita y Mg-wustita parecen predominar en el
manto inferior, en una proporción de 80 y 20% respectivamente. Sin embargo, algunos
autores consideran que en el manto inferior sólo existiría una única fase de perovskita, lo
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cual ajustaría mejor con las propiedades sísmicas observadas y la composición resultante
sería más rica en SiO2, lo cual la acercaría con la composición observada en los condritos.

La capa D´´ y el límite manto-núcleo


En general, las velocidades sísmicas se incrementan a través del manto inferior, lo
cual es consistente con la compactación de los materiales y la homogeneidad de la
composición química. Sin embargo, los 200 km inferiores del manto inferior muestran un
comportamiento particular. En esa capa conocida como la capa D´´ los gradientes de
velocidad tanto de las ondas s como de las p son menores y revelan que el espesor de la
capa D´´ es también muy variable. Existen dos hipótesis que intentan explicar esta
situación. Por un lado, se considera que se trata de un límite químico producido por la
reacción entre los silicatos del manto y el núcleo de Fe-Ni. Por otro lado, se consider que la
heterogeneidad está dada por la presencia de litósfera oceánica subductada que e hundió en
la base del manto. De acuerdo con esta última hipótesis, la capa D´´ es la fuente de las
plumas de manto.

El manto primitivo
El manto primitivo (o tierra silicatada) corresponde a la composición química del
manto luego de la separación del núcleo, pero anterior a la separación de la corteza. Esta ha
sido inferida considerando que su composición es similar a la de las condritas carbonáceas.
La composición química del manto primitivo difiere de la de los condritos por dos
razones: 1) pérdida de volátiles en l nébula solar interna durante la formación de la Tierra y
2) pérdida de elementos siderófilos segregados en el núcleo.
La formación de la corteza a partir de las rocas del manto es un factor de
diferenciación de la composición química porque se forma a partir de la extracción de
fundidos parciales del manto (volcanismo). Este proceso no afecta su composición
mayoritaria global. Por ejemplo:
SiO2 manto primitivo: 45%
SIO2 corteza continental: 60%
SiO2 manto actual: 44.6%
El proceso de separación de la corteza en cambio, si afecta las concentraciones de
los elementos altamente incompatibles. Al comparar la composición estimada del manto
primitivo con la de los condritos carbonáceos, se observa un empobrecimiento en volátiles,
probablemente relacionado con altas temperaturas en las porciones internas de la nebulosa
solar que impidió su condensación y tal vez incrementado por bombardeo de meteoritos en
las épocas tempranas y un empobrecimiento en siderófilos producido por la segregación
temprana hacia el núcleo (Fig. 6.5).

Composición química del Núcleo Terrestre


La composición química del núcleo se infiere a partir de una serie de restricciones
de tipo geofísicas y cosmoquímicas. Entre las primeras, se considera que:
1. De acuerdo con mediciones llevadas a cabo en el Siglo XVII, la Tierra posee un
campo magnético similar al de un imán
2. Las mediciones de la masa terrestre indican que el interior de la Tierra debe tener
una densidad elevada
3. En el Siglo XX, Inga Lehmann encontró que el núcleo terrestre consiste en una
capa más externa (núcleo externo) que no transmite las ondas s, por lo que debe
ser líquido, y una capa interna (núcleo interno) que si lo hace, por lo que tiene que
ser sólida. Ambas capas tienen velocidades sísmicas menores que los silicatos, lo
que sugiere que su densidad es mayor.

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Fig.6.5. Abundancia de los elementos en el manto primitivo comparadas con los condritos
carbonáceos.

Entre las restricciones cosmoquímicas, se encuentran:


1. Los meteoritos metálicos derivan de los núcleos de asteroides, formados bajo
condiciones de relativa baja presión (son cuerpos pequeños)
2. Los meteoritos metálicos no están formados sólamente por una aleación de Fe y Ni, sino
que contienen otros componentes: sulfuros, fosfuros, así como elementos siderófilos y
calcófilos.
3. El manto está deprimido en relación a numerosos elementos cuando lo comparamos con
los condritos. Muchos de estos elementos son siderófilos, por lo que es razonable pensar
que se concentraron en el núcleo.

De acuerdo a los estudios cosmoquímicos, si buscamos el elemento que sea


suficientemente abundante como para formar el 16% del volumen y el 32% de la masa de
la Tierra, se concluye rápidamente que este elemento es el Fe. Además, el Fe tiene un punto
de fusión menor que la peridotita, lo cual explicaría la transición entre el manto sólido y el
núcleo externo líquido. Además, el Fe es conductor y cuando se mueve, puede generar un
campo magnético. Además del Fe, el Ni es también lo suficientemente abundante y su
contenido está deprimido en la porción silicatada de la Tierra, lo cual sugiere también su
presencia en el núcleo. Si consideramos cualquier combinación de Fe y Ni, se obtiene una
densidad para el núcleo que es entre 5 al 10% mayor que la que se conoce actualmente.
Esto está indicando que el núcleo contiene concentraciones significativas de otros
elementos más livianos, probablemente H, C, O, Si y S
En función de numerosos estudios, se propone la siguiente composición estimativa
del núcleo:

Valores en ppm

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Composición química de la corteza


En base a la recopilación de una enorme cantidad de datos de todo el mundo, se ha
elaborado una tabla con la composición química de la corteza terrestre. La Tabla 6.1
representa la composición química promedio de la corteza, considerando únicamente los
elementos mayoritarios. Los ocho elementos representados en la Tabla 6.3 constituyen
cerca del 99% de la composición química total de la corteza terrestre, por lo que estos
elementos son los que usualmente se encuentran en los minerales y rocas más comúnmente
encontrados. El O y el Si dominan la composición química de la corteza como
consecuencia de la predominancia de silicatos en la rocas que la conforman.

Elemento % peso óxido % atómico


O 60.8
Si 59.3 21.2
Al 15.3 6.4
Fe 7.5 2.2
Ca 6.9 2.6
Mg 4.5 2.4
Na 2.8 1.9
K 2.2 1.0
Total 98.5 98.5
Tabla 6.3. Composición química promedio de la corteza terrestre

En la Tabla 6.4 se muestra la composición química mayoritaria y minoritaria de


algunas rocas ígneas más comunes, cuya composición varía desde ultramáfica a granitica y
alcalina. De acuerdo con los datos de la tabla, los 7 óxidos mayoritarios indicados en la
Tabla 6.1 son constituyentes esenciales en todas ellas Las peridotitas son rocas típicas del
manto, y por lo tanto su composición química es representativa de esa capa terrestre. Los
óxidos de TiO2, H2O, MnO y P2O5 suelen estar frecuentemente presentes como
constituyentes minoritarios de las rocas ígneas. El Fe puede estar presente en sus dos
estados de oxidación. En general, la relación Fe3+/Fe2+ aumenta con la fugacidad de
oxígeno en la roca o el fundido del equilibrio. Dado que el Fe3+ se concentra en óxidos de
Ti y Fe, las rocas con fugacidades de oxígeno relativamente elevadas contienen menor Fe
disponible para los silicatos, lo cual reduce el contenido de silicatos máficos de una roca. El
Fe (III) se informa cuando la especiación analítica del Fe se ha realizado; de lo contrario, el
Fe se informa como Fe total y se expresa como FeO* (o FeOT).
Al analizar los valores de la Tabla 6.2, es posible notar que los contenidos de MgO
y FeO* disminuyen a medida que aumentan los de SiO2 y de los elementos alcalinos yendo
desde las peridotitos a las riolitas. Esta es la típica tendencia composicional entre rocas
máficas a silícicas, la cual se refleja también en su composición mineralógica. Así, las rocas
más silícicas, generalmente contienen más feldespatos alcalinos, más cuarzo, y menor
cantidad de minerales máficos. Esta relación entre la mineralogía y la composición química
es evidente en las rocas plutónicas, pero menos evidente en las volcánicas, dado que estas
últimas están compuestas por cantidades considerables de minerales amorfos y vidrios. En
estos casos, conocer la composición química de la roca es de mucha utilizada para su
clasificación.
La composición química de las rocas también permite comparar una roca ígnea con
sus equivalentes metamorfizados o alterados. Aunque la mineralogía de una roca puede
cambiar con los cambios de P y T, la composición química de la roca debería permanecer
inalterable (al menos teniendo en cuenta los elementos más inmóviles). Esto permite
identificar las rocas ígneas a partir de las cuales se formaron algunas rocas metamórficas o
también correlacionar provincias ígneas antiguas y modernas.

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Oxido Peridotita Basalto Andesita Riolita


SiO2 44.8 49.2 57.9 72.8
TiO2 0.19 1.84 0.87 0.28
Al2O3 4.16 15.7 17.0 13.3
Fe2O3 1.36 3.79 3.27 1.48
FeO 6.85 7.13 4.04 1.11
MnO 0.11 0.20 0.14 0.06
MgO 39.2 6.73 3.33 0.39
CaO 2.42 9.47 6.79 1.14
Na2O 0.22 2.91 3.48 3.55
K2O 0.05 1.10 1.62 4.30
+
H2O 0.0 0.95 0.83 1.10
Total 99.36 99.02 99.27 99.51
Tabla 6.4. Composición química promedio de algunas rocas ígneas

Normativa Mineral
Debido a que muchas rocas volcánicas son de grano muy fino como para reconocer
los minerales que la conforman, aun microscópicamente y contienen una importante
cantidad de componentes vítreos, es necesario recurrir a métodos alternativos para calcular
idealmente la mineralogía de estas rocas, a fin de poder compararlas con rocas de grano
grueso.
Para ello se calcula la norma mineral (CIPW), que “reconstruye” la composición
mineralógica de una roca en base a su composición química. Los minerales normativos son
aquellos que usualmente cristalizan a partir de un fundido anhidro a baja temperatura. Por
lo tanto, es posible definir la norma como la mineralogía calculada a partir de la
composición química de una roca. Dado que la composición química de una roca
usualmente se expresa en % en peso de sus óxidos, la norma CIPW se expresa también en
% en peso de minerales normativos.

Diagramas de variación
En petrología existen tres tipos de formatos típicamente utilizados en los diagramas
de variación de datos químicos. El primero de ellos es el diagrama bivariado (x,y) de tipo
cartesiano. El segundo, es el diagrama triangular que permite representar la variación de
tres parámetros, cada uno ubicado en un vértice del triángulo. Estos diagramas no muestras
valores absolutos, sino relativos, dado que cada parámetro debe estar normalizado de tal
manera que la suma de ellos sea el 100%. El tercero es el diagrama multielemental
normalizado o spidergram.

Diagramas bivariados
Estos diagramas se utilizan para representare y comparar las concentraciones de
cualquier elemento químico mayoritario o traza o incluso combinaciones y relaciones entre
ellos. El diagrama más utilizado en petrología de este tipo es el diagrama de Harper, el
cual representa el %peso de SiO2 en la abscisa contra el resto de los óxidos mayoritarios
medidos en las rocas. La Figura 6.1 muestra el diagrama de Harper obtenido para rocas
volcánicas tomadas en el crater Lake/Mt Mazama. Lo primero que se puede observar en el
gráfico es que estas rocas presentan un amplio rango de variación composicional (desde
basaltos a riolitas) y que no existe demasiada dispersión en cuanto a las tendencias

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observadas. La baja dispersión en los datos sugiere que las lavas estudiadas están
relacionadas genéticamente y son probablemente el producto de un mismo proceso que
determina una variación continua en la composición. Los magmas primarios son aquellos
que derivan directamente de la fusión parcial de alguna fuente y no presentan características
que reflejen los efectos de una subsecuente diferenciación. A menos que se especifique otra
cosa, siempre se presume que la fuente es el manto. Los magmas que han experimentado
alguna forma de diferenciación química a lo largo de las tendencias observadas en la Figura
6.1 se denominan magmas evolucionados o magmas derivados. Aquellos magmas que
no muestran grandes signos de evolución, se denominan primitivos. El magma parental
corresponde a las rocas más primitivas presentes en el área de estudio y por lo tanto, es el
magma del cual han derivado las otras rocas presentes en esa región.
Harper (1909) observó que el % en peso de SiO2 aumenta a medida que aumenta la
evolución magmática, por lo que se plotea en la abscisa para indicar el grado de evolución.
En consecuencia, los magmas con la menor cantidad de SiO2 en la Figura 6.6 son
considerados magmas parentales.
A pesar que no podemos observar directamente la dinámica y los procesos que
ocurren dentro de una cámara magmática, podemos caracterizar estos procesos mediante
estudios geoquímicos que involucran a todos los productos de un sistema ígneo. Por
ejemplo, es posible determinar si las tendencias químicas y mineralógicas observadas son
consistentes con algunos de los posibles procesos que pueden ocurrir a nivel magmático
como ser mezcla de dos magmas, depositación de cristales, asimilación de las paredes de la
roca encajante, etc.
Cuando un cristal es removido del fundido, el proceso se denomina cristalización
fraccionada y la composición del fundido residual sigue la línea descendente del líquidus,
hasta alcanzar el eutéctico, que es el punto de menor temperatura en la que coexisten en
equilibrio el fundido y el sólido (ver capítulo 2). Durante gran parte del siglo XX, los
petrólogos consideraron que la cristalización fraccionada es el principal proceso de
diferenciación magmática y por lo tanto, que explica los cambios composicionales del
magma. Si este proceso fuera aplicable al ejemplo de la Figura 6.6, podríamos imaginar una
cámara magmática ubicada a cierta profundidad por debajo de la superficie en la cual los
minerales formados más tempranamente se fueron separando del magma original
(hundiéndose, por ejemplo) y el líquido residual se fue escapando periódicamente hacia la
superficie formando los conos, flujos de lavas y depósitos piroclásticos de la región.
Si asumimos que la cristalización fraccionada es el principal mecanismo responsable de
las tendencias indicadas en la Figura 6.6, podemos relacionar las tendencias observadas con
una secuencia razonable de minerales extraídos? La disminución de MgO, FeO* y CaO a
medida que se incrementa el contenido de SiO2 es consistente con la remoción de los
primeros minerales formados a partir del enfriamiento del fundido. Los MgO y FeO* se
incorporan en olivinos y piroxenos, que cristalizan a mayores temperaturas, mientras que
CaO puede ser removido tanto asociado a las plagioclasas cálcicas como a los
clinopiroxenos o a ambos.
El aumento aparente de las concentraciones de K2O y Na2O es en realidad una
consecuencia de ajustar los análisis al 100%. A medida que algunos elementos son
incorporados en las fases cristalinas, otros permanecen en el fundido. Estos elementos no
necesariamente incrementan su concentración en términos absolutos; simplemente
componen en mayor proporción el fundido residual.

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Figura 6.6. Diagrama de Harper

La curva del Al2O3 muestra un comportamiento interesante, ya que primero se


incrementa y luego decrece. Como el CaO decrece continuamente, es posible interpretar
estas tendencias suponiendo que primero se removió clinopiroxeno (y por lo tanto Ca pero
no Al) y luego plagioclasa, removiendo ambos elementos.
Si bien para la gran mayoría de los petrólogos los diagramas de Harker demuestran
ampliamente el proceso de cristalización fraccionada, existen casos donde la tendencia
descrita no es la esperable. Por ejemplo, las intrusiones máficas estratificadas (donde es
posible documentar el proceso de cristalización fraccionada) y en muchas series volcánicas,
el contenido de SiO2 no aumenta en gran parte del proceso de diferenciación. En esos
casos es necesario utilizar un nuevo índice más sensible a esos procesos. En la Tabla 6.5 se
enumeran una serie de parámetros químicos que han sido utilizados como medidas de
diferenciación progresiva en algunas provincias ígneas. La mayoría de estos índices se basan
en los elementos mayoritarios, aunque algunos también utilizan elementos traza debido a
que muchos de ellos no se incorporan se las fases que cristalizan sino que se van
concentrando en el fundido. A partir del desarrollo de nuevas y más precisas técnicas
analíticas, el uso de elementos traza en la determinación de la evolución magmática es más
extendido.
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NOMBRE FORMULA
Indice félsico 100*(Na2O+K2O)/( Na2O+K2O+CaO)
Indice Larson 1/3SiO2+K2O-(FeO+CaO+MgO)
Elementos traza conservativos Zr,Th, Ce
Tabla 6.5. Algunos de los índices de diferenciación propuestos en la literatura

Cualquiera de los índices de la Tabla 6.5 pueden representarse en el eje x en diagramas


bivariados si lo que se quiere es analizar la evolución magmática en una serie ígnea. Los
diagramas de variación son muy útiles para describir y para interpretar procesos de
diferenciación magmática.

Diagramas Triangulares: El diagrama AFM


Es el diagrama de variación triangular más utilizados por los petrólogos (Figura
6.7). El extremo A en estos diagramas representa los álcalis (Na2O + K2O), F a los óxidos
del Fe (FeO + Fe2O3) y M, MgO. En el diagrama de la Fig. 6.3 se han representado datos
de Crater Lake y de la intrusión máfica Skaergård del este de Groenlandia. El diagrama
muestra dos tendencias muy diferentes para ambas series. Considerando que en los
minerales más máficos, la relación Mg/Fe es mayor en la fase sólida que en el fundido, la
remoción de los sólidos por cristalización fraccionada disminuye la concentración de MgO
del fundido, que se enriquece en FeO, tendencia que puede observarse en la serie de
Skaergård. Los álcalis por su parte quedan típicamente enriquecidos en los magmas más
evolucionados y entran en las fases sólidas sólo en los últimos estadios de la cristalización.
Por lo tanto, es posible reconocer las curvas de evolución en estos diagramas. Los magmas
parentales se ubicarán próximos al vértice del MgO, mientras que los más evolucionados,
cercanos al vértice de los álcalis.
Las distintas tendencias observadas en la Figura 6.7 indican cambios en
composición continuos y bien diferenciados entre ambos tipos de rocas que implican una
relación genética o un proceso de evolución. Esto indica que las rocas también se pueden
agrupar como “familias” de magmas. Un grupo de rocas que comparte algunas
características químicas y mineralógicas y muestra un patrón de evolución consistente en un
diagrama de variación que sugiere una relación genética, son consideradas como una serie
magmática. En general se reconocen tres principales series magmáticas: alcalina,
calcoalcalina y tholeitica.
La ocurrencia de cada una de estas series está asociada a los distintos ambientes
tectónicos (Tabla 6.6). En principio, los magmas calcoalcalinos están restringidos a zonas
de subducción. Los magmas tholeiticos son prácticamente exclusivos de las zonas con
márgenes divergentes, donde también se encuentran magmas alcalinos pero en forma
subordinada.

Elementos Traza
Los elementos traza tienen una gran cantidad de usos en las ciencias geológicas.
Debido a que las diferentes fases incorporan o excluyen elementos trazas de una manera
mucho más selectiva que en el caso de los elementos mayoritarios, los primeros suelen ser
mucho más sensitivos a los procesos de fraccionamiento ígneo. En consecuencia, el origen
de los fundidos y los procesos que dieron lugar a su evolución pueden ser descritos mucho
mejor usando elementos traza.
Como se estudió en capítulos anteriores, la inclusión de elementos traza en las
estructuras cristalinas de los minerales formadores de roca como impurezas, obedece a las

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reglas de Goldschmidt. De todo el conjunto de elementos traza presentes en una roca o


mineral, existen algunos que han sido mucho más utilizados para los estudios petrológicos.
Entre ellos están los metales de transición (Sc, Ti, V, Cr, Mn, Co, Ni, Cu, yZn), los
lantánidos y otros elementos como Rb, Sr, Y, Zr, Nb, Cs, Ba, Hf, Ta, Pb, Th y U.

Figura 6.7. Diagrama AFM para las rocas volcánicas de Cratewr Lake y la Intrusión máfica de
Skaergård.

Tabla 6.6. Series magmáticas en ambientes tectónicos específicos.

Los elementos de Tierras Raras (REE)


Corresponden a la serie comprendida entre el La y el Lu, miembros del Grupo IIIA
en la Tabla periódica. Todos estos elementos poseen características químicas y físicas
similares, lo que provoca que estos elementos se comporten como series coherentes (la
serie de los lantánidos). Como regla, todos poseen un estado de oxidación +3 y sus radios
iónicos decrecen al aumentar el número atómico (efecto denominado contracción
lantánida). La disminución del radio iónico determina que los elementos de Tierras Raras
más pesados (HREE) sean progresivamente menos compatibles, lo cual da origen a un
cierto fraccionamiento en la serie. Debido a efectos en el campo del cristal, este
fraccionamiento puede ser mucho más marcado en algunos minerales. Así por ejemplo, las
plagioclasas son prácticamente insensibles al efecto del radio iónico, mientras que los
granates favorecen fuertemente la incorporación de los HREE.
Existen dos excepciones al estado de oxidación +3 de las REE. Cuando los valores
de fugacidad de Oxígeno son bajos, el Eu puede formar Eu2+, el cual puede substituir al

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Ca2+ en las plagioclasas (sin embargo es demasiado grande como para sustituirlo en los
clinopiroxenos u otros minerales portadores de Ca). En condiciones oxidantes, el Ce puede
existir también como Ce+4.
La interpretación de los datos relacionados con las REE se realiza sobre la base de
diagramas en los cuales se representan las concentraciones de cada elemento en el eje de las
y, en función del número atómico del elemento. Si lo que se grafican son las
concentraciones absolutas de los elementos, se obtiene una curva en zig-zag, derivada del
efecto de Oddo-Harkins (ver capitulo 4). Ese efecto puede eliminarse normalizando, es
decir, dividiendo las concentraciones de cada elemento en la muestra por las
concentraciones respectivas en un patrón seleccionado. Entre los patrones más utilizados
se encuentran los condritos, representativos del manto primordial, o los valores promedios
calculados para la corteza continental superior (CCS), entre otros.
Al graficar las concentraciones de los REE normalizadas a un patrón seleccionado
en función del número atómico creciente, se observa una tendencia lineal que puede
representarse mediante una pendiente. La misma se puede aproximarse matemáticamente
dividiendo la concentración normalizada de un elemento de la izquierda (La o Ce) en la
concentración normalizada de un elemento de la derecha (Yb o Lu). Este valor obviamente
se incrementa con la pendiente. Una relación La/Yb = 1 indica una pendiente nula (es una
línea horizontal), mientras que una relación menor a 1 indica una pendiente positiva y una
mayor que 1, negativa.
Muchos de los diagramas normalizados de REE incluyen un pico positivo o
negativo asociado con el Eu con el Ce. Esto es conocido como anomalía de Eu o Ce. La
anomalía de Eu refleja la sustitución de Ca2+ por Eu2+ en las plagioclasas y puede ser
positiva o negativa dependiendo de si la plagioclasa fue removida o acumulada en el magma
durante la cristalización. La magnitud de la anomalía se puede calcular mediante la relación
Eu/Eu*, donde Eu* es el valor hipotético de Eu si la plagioclasa no hubiera capturado el
Eu2+ (Fig. 6.8).

Fig. 6.8. Patrón de REE para un fundido. Debido a que el Eu2+ fue retenido en la
plagioclasa, el fundido remanente quedó deprimido en Eu, lo cual se refleja en la anomalía
negativa observada.

Una anomalía de Eu negativa es un buen indicador de que el fundido estuvo en


equilibrio con plagioclasa ahora ausente.
Los diagramas de REE juegan un papel muy importante en la interpretación de la
petrogénesis de distintos tipos de rocas ígneas. La forma de los patrones de REE y las

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anomalías pueden ser utilizadas para identificar fuentes de un fundido o la participación de


un mineral específico en la evolución de un magma. El uso de REE se vuelve aun más
complicado en rocas muy silícicas como los granitos, debido a que contienen un serie de
minerales accesorios como apatita, zircón, monazita y allanita que poseen muy altos Kd
para las REE.

Diagramas multielementales
Además de usar diagramas normalizados que involucran las REE, existen también
diagramas normalizados multielementales conocidos como spidergrams que se elaboran de
la misma manera que la descripta para los REE, pero que incluyen otros elementos traza.
Estos elementos están ordenados en el eje de las x en base a su creciente incompatibilidad
de derecha a izquierda en típicos mantos sometidos a fusión parcial. Los elementos
seleccionados son casi siempre incompatibles durante la fusión parcial máfica a intermedia.
En general, los elementos más incompatibles en el extremo izquierdo del
spidergram (Fig 6.9) deberían estar enriquecidos en el fundido durante la fusión parcial,
resultando una pendiente negativa.

Figura 6.9. Spidergram normalizado a condrito mostrando los patrones para elementos
traza de un basalto de isla alcalina.

Aplicación de elementos traza en sistemas ígneos.


A continuación se hace una breve referencia al uso de los elementos traza en
petrología ígnea:

Ni, Co, Cr: son elementos altamente compatibles. Ni y Co se concentran en el olivino y el


Cr en espinelo y clinopiroxeno. Altas concentraciones de estos elementos indican fuente
asociada al manto, fraccionamiento limitado o acumulación de cristales.

Zr, Hf: elementos altamente incompatibles que no pueden incorporarse en las fases
silicatadas mayoritarias (aunque pueden reemplazar al Ti en el rutilo o titanita). Altas
concentraciones de estos elementos indican un fuente enriquecida o una evolución
extensiva del líquido.

Nb, Ta: HFSE que particionan en fases ricas en Ti (titanita, anfíboles ricos en Ti, óxidos de
Fe y Ti). Típicamente tienen bajas concentraciones en fundidos de zonas de subducción.

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Ru, Rh, Pd, Re, Os, Ir, Pd: elementos del grupo del Pt (PGEs) que son siderófilos y por lo
tanto son utilizados para estudiar fusión y cristalización en sistemas máficos y ultramáficos,
en los cuales los PGEs se asocian con los sulfuros.

Sc: se concentra en los piroxenos y puede ser utilizado como indicador del fraccionamiento
de estos minerales.

Sr: sustituye al Ca en las plagioclasas y en menor medida al K en los feldespatos potásicos.


Se comporta como un elemento compatible a baja presión donde la plagioclasa se forma
tempranamente. A altas presiones se comporta como elemento incompatible dado que la
plagioclasa ya no es estable.

REE: el granate acomoda mejor las HREE que las LREE (tierras raras livianas), al igual
que el ortopiroxeno y la hornblenda. Titanita y plagioclasa prefieren, por el contrario las
LREE, mientras que las apatitas y monazita concentran las tierras raras medias.

Y: comúnmente incompatible. Particiona fuertemente en granate y anfíboles, y en menor


media en titanita y apatita.

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