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EL TIEMPO PROFUNDO: EL EON ARQUEANO

2.4 LA TIERRA EN SUS INICIOS

Los cuatro planetas interiores del Sistema Solar (los


llamados planetas terrestres), Mercurio, Venus, Tierra y
Marte, están constituidos por silicatos y hierro y son más
densos (3,9 a 5,4 g/cm³) que los planetas más externos
(también llamados jovianos) como Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno (Plutón es bastante diferente), con
densidades que varían entre 0,7 y 2,1 g/cm³ y formados
básicamente por hidrógeno, helio, metano, amoníaco en
estado gaseoso y escasos silicatos.
Como se sabe, los componentes de la Tierra están
claramente diferenciados en tres envolturas o ‘capas’, el
núcleo, el manto y la corteza. El primero está formado
esencialmente por Fe y una menor proporción de Ni. El
manto, en cambio, tiene una composición similar a la de
la peridotita, una roca ultrabásica. La corteza de los
continentes es diferente a la de los océanos. Determinar
los procesos que llevaron a esta diferenciación ha sido
uno de los grandes temas teóricos de la geología. La
corteza continental tiene una composición comparable a
la de la andesita, mientras que la corteza oceánica está
Figura 2.6. Simulación por computadora del impacto de un cuerpo formada por rocas de naturaleza basáltica. Se supone
del tamaño de Marte con la Tierra. El núcleo metálico aparece en que, en un comienzo, la estructura interna de la Tierra
azul y el manto en tonos rojizos. En la colisión parte del núcleo del era relativamente homogénea, pero el proceso de dife-
cuerpo impactante es transferido a la Tierra; el resto del material
renciación debe haber comenzado muy temprano en su
forma una pluma de rocas volatilizadas que luego darán origen a la
Luna. Toda la secuencia duraría menos de 30 minutos (simulación historia, alrededor de 10 Ma de años después de su for-
realizada por Cameron, del Harvard-Smithsonian Center for mación (Fig. 2.4). Es posible que en la fase final de la
Astrophysics, Cambridge). formación de la Tierra haya ocurrido un fuerte calenta-
miento por la acción combinada de la acreción de pla-
netesimales (transformación de energía cinética en
de las rocas lunares recuperadas en las misiones Apolo, calórica) que tuvo su clímax entre 4,5 y 4 Ga. También
se calcula que nuestro satélite se originó alrededor de contribuyeron a aumentar el calor interno la compresión
30-50 Ma después de la formación de la Tierra. En un gravitatoria y la radioactividad de las rocas; esta última
principio la Luna estaba cubierta por un océano de mag- habría sido cinco veces mayor que en la actualidad. Así,
ma de hasta 450 km de profundidad, pero luego los en poco tiempo, la temperatura pudo haber alcanzado el
silicatos más livianos cristalizaron formando las típicas punto de fusión del hierro, de alrededor de 2000°C,
anortositas de la superficie lunar. En los estadios finales menos refractario que los componentes silicatados.
las depresiones topográficas fueron rellenadas por Por su densidad mayor, el hierro y otros metales si-
coladas de basalto formando las regiones oscuras de su derófilos se hundieron hacia el centro formando el
superficie – los llamados ‘mares’– en los que se han pre- núcleo metálico, mientras que los compuestos silica-
servado los cráteres dejados por las sucesivas colisiones tados más livianos de Al, Ca, K y Na fueron desplazados
de meteoritos. ascendiendo a las envolturas más externas. En este
Luego del ‘gran impacto’ que separó la Luna, el lapso también se originó el campo magnético terrestre.
bombardeo de asteroides de más de 300 km de diá- Los volátiles, como el vapor de agua y diversos gases,
metro sobre la Tierra continuó al menos hasta los 3,8 llegaron a la superficie formando la primitiva atmósfera
Ga. A partir de entonces, el tamaño de los cuerpos y los primeros océanos. Se estima que la envoltura
impactantes debió haber decrecido gradualmente, gaseosa comenzó a ser retenida cuando la Tierra alcanzó
aunque hasta los 3,3 Ga las colisiones de cuerpos de alrededor del 40% de su tamaño actual. El colapso
hasta 100 km fueron todavía frecuentes. Se estima que gravitacional que condujo a la formación del núcleo
este bombardeo debe haber tenido una marcada terrestre debe haber generado un calentamiento adicio-
incidencia en los procesos que dieron origen a la vida nal que fundió nuevamente parte de los silicatos del
(ver § 2.10). manto, aunque no hay consenso acerca de la magnitud

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CAPÍTULO 2

de la fusión de los materiales más externos. producido por fotolisis de moléculas de agua en las
Las principales incógnitas se refieren a la extensión capas más altas. El agua provino de distintas fuentes: 1)
y naturaleza de la corteza primitiva, la edad y los pro- por desgasificación, bajo la forma de vapor; 2) contenida
cesos de su formación, y las causas de la diferenciación en el interior de los meteoritos que impactaron la
de la corteza oceánica y continental. Ambos tipos de superficie durante el ‘gran bombardeo’ y 3) formando
corteza tienen diferencias notables no sólo en sus carac- parte de cometas, que contienen abundante hielo. Al
terísticas petrográficas sino también en su edad: Las principio, es probable que la Tierra haya estado rodeada
rocas continentales más antiguas, como dijimos, supe- por una densa envoltura de vapor. El CO2 disuelto en los
ran los 3800 Ma, mientras que la corteza oceánica más océanos reingresaba en el sistema hidrotermal pero en
antigua tiene sólo 180-190 Ma (edad Jurásica), aproxi- parte precipitaba como carbonatos. El resultado fue una
madamente 20 veces más joven que el basamento más disminución neta de la concentración de CO2 en la
antiguo de los continentes. Esto tiene un profundo atmósfera y la consiguiente disminución del efecto
significado geológico pues revela que son los conti- invernadero. Esto contribuyó al enfriamiento, la con-
nentes, por su imposibilidad de subducir en el manto, densación del vapor de agua y la formación de la hidros-
los que preservan los testimonios de la historia de la fera. Esta, además de seguir enfriando la superficie,
Tierra desde la primera formación de corteza hasta jugó un papel decisivo en la ulterior diferenciación de
nuestros días. La corteza oceánica, por el contrario, es la corteza continental. En el Sistema Solar los océanos
efímera pues se recicla una y otra vez en las zonas de constituyen un rasgo exclusivo de nuestro planeta,
subducción y de ella sólo suelen conservarse retazos en aunque otros planetas como Marte o Venus pueden
los cinturones orogénicos, particularmente a lo largo de haber tenido agua líquida superficial en algún momen-
las suturas continentales. El estudio de la corteza oceá- to de su historia. La presencia de agua en la Tierra pri-
nica actual, no obstante, aporta valiosos datos sobre la mitiva está corroborada por la existencia de rocas
historia mesozoica y cenozoica, como veremos más sedimentarias de origen marino de más de 3,8 Ga y de
adelante lavas en almohadilla, las que adquieren esa forma al
solidificarse rápidamente debajo del agua. Pero ¿hubo
2.5 LA FORMACIÓN DE LA CORTEZA PRIMITIVA Y agua líquida antes de esa época? ¿pueden estimarse las
EL PAPEL DE LOS OCÉANOS condiciones de temperatura? Como se vio previamente,
los únicos registros preservados de esa edad son
Al final de la etapa acrecional, la envoltura externa pequeños cristales de circón detrítico reciclados en rocas
de la Tierra estaba compuesta por silicatos fundidos más jóvenes. El circón es un mineral traza frecuente en
formando un extenso ‘océano’ de magma. Al descender rocas graníticas y más escaso en rocas máficas, como los
la temperatura su parte más externa habría comenzado basaltos. Además de ser excelentes para fechar rocas
a solidificarse originando los primeros núcleos de (ver Capítulo 1) los circones proveen valores del isótopo
corteza. La presencia de circones de 4,2 Ga indica que no estable del oxígeno O18, cuya proporción varía según las
toda la Tierra estaba fundida y que ya había núcleos condiciones de formación de las rocas ígneas. El análisis
corticales embrionarios sólo 160 millones de años de circones de 4.2 Ga demostró que la proporción de O18
después de la acreción. El principal influjo de calor (8-10‰) es similar a la de los circones presentes en gra-
provenía de los impactos de planetesimales que fundían nitoides formados a partir de un protolito alterado
y refundían localmente esta delgada corteza original, hidrotermalmente. A partir de esto, Valley et al. (2002)
creando reservorios de magma que, por diferenciación, infirieron que en ese tiempo no sólo ya había océanos
originaban materiales más livianos que quedaban en la sino que la temperatura de la superficie terrestre no era
superficie y silicatos más densos que tendían a hundirse. muy distinta a la de épocas posteriores, posiblemente
En este escenario se generaron la envoltura ga- menor de 200°C. De otra forma, el agua estaría íntegra-
seosa y los primeros océanos, elementos cruciales en la mente bajo la forma de vapor.
evolución subsiguiente del planeta. La atmósfera pri- Debido a la abundancia de komatiita (Fig. 2.7) en
mitiva se originó a partir de gases emanados desde el casi todos los núcleos arqueanos del mundo, se supone
interior por un proceso conocido como desgasifica- que la corteza oceánica primitiva debió estar formada
ción del manto terrestre. Si bien la composición de la esencialmente por esta roca, cuyo nombre se debe a
atmósfera arqueana es aun tema de especulación, hay que fue descripta por primera vez en afloramientos
consenso en que era muy rica en CO2 (entre 10 y 100 del río Komati, en África del Sur. Se trata de una roca
veces más que en el presente) y vapor de agua, y ultrabásica con alto contenido de óxido de Mg (más del
contenía cantidades menores de nitrógeno, metano, 18%) y bajo tenor de sílice (densidad 3,3 g/cm³) en la que
amoníaco, dióxido de azufre y vestigios de oxígeno el piroxeno cristaliza en forma de espinas (estructura

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enfriamiento de la envoltura externa de la Tierra, la


corteza de komatiita hidratada hundida en las zonas de
subducción se fundió sólo parcialmente generándose
por cristalización fraccionada magmas de composición
granitoide que ascendieron formando arcos magmá-
ticos de tipo insular (Fig. 2.8B). Estas rocas, que repre-
sentan los primeros esbozos de corteza continental,
eran trondhjemita, tonalita y granodiorita, de ahí su
denominación TTG. Se ha postulado que antes de los
3,1 Ga el ángulo de subducción de la corteza komatítica
era muy bajo, por lo que casi no había interacción del
magma TTG con la cuña de manto suprayacente, pero
en el Meso y Neoarqueano las tonalitas se fueron enri-
queciendo en Cr y Ni lo que indica una mayor contami-
nación con materiales del manto y, en consecuencia, una
Figura 2.7. Sección delgada de una komatiita vista con luz polarizada mayor inclinación de las zonas de subducción.
mostrando los cristales de piroxeno con estructura spinifex.
Un aspecto controvertido es el papel que jugaron en
la génesis de la corteza continental determinados pro-
spinifex). Por sus características petrológicas y geoquí-
cesos no vinculados a la tectónica de placas. Se cree
micas se acepta que las lavas komatíticas se formaron
que se produjeron reajustes de tipo vertical en sitios
a una temperatura mayor de 1500°C, mucho más alta
donde el basamento siálico fue cubierto por extensos
que la de las lavas actuales, que lo hacen a 1350°C. Su
flujos basálticos. Tal configuración debió ser inestable
frecuencia disminuye drásticamente en rocas más jó-
en términos gravitacionales debido a la inversión de
venes, lo que indica que la temperatura externa de la
Tierra fue decreciendo a través del tiempo y que el flujo
térmico de la Tierra arqueana era al menos tres veces
mayor que en el presente. Esto lleva a suponer que en
el magma subyacente debieron desarrollarse enérgicas
corrientes convectivas. Esta convección constituye un
sistema de refrigeración mediante el cual las rocas más
calientes – y por ello menos densas – ascienden y liberan
calor al exterior. En las zonas de divergencia de células
convectivas se habrían formado las primeras dorsales
submarinas (Fig. 2.8A). Un aspecto importante es que la
pérdida de calor en las dorsales es proporcional a la raíz
cúbica de la longitud de las mismas, por lo que, si el flujo
de calor en el Arqueano era tres veces mayor, la longitud
de las dorsales debió ser inicialmente 27 veces mayor
que en la actualidad. De no haber existido este sistema
de enfriamiento, la Tierra se hubiera calentado al punto
de fundir íntegramente las rocas de la corteza. Sin
embargo, la existencia de rocas cristalizadas de más de 4
Ga prueba que tal fusión generalizada no ocurrió. La
velocidad de expansión de la delgada corteza oceánica
debió ser mayor que la actual y debió compensarse con
el desarrollo de extensas zonas de subducción. De otra
forma la Tierra habría expandido su volumen, de lo cual
no hay evidencias convincentes.
Según el modelo de Condie (1986), a partir de las Figura 2.8. Representación esquemática de dos etapas en la formación
dorsales submarinas se inició la formación de una de la corteza terrestre. A: formación de corteza komatítica en las
primera corteza komatítica inestable. Por su alta den- dorsales y posterior hundimiento. Intenso bombardeo de meteoritos
de gran tamaño que refundían la corteza recientemente formada; B:
sidad comenzó a hundirse formándose incipientes
estadio posterior donde se produjo la fusión parcial de la corteza
zonas de subducción, siendo rápidamente reciclada en oceánica y la formación de la primera corteza continental de com-
el manto. Pero en cierto momento, debido al continuo posición tonalítica (simplificado de Condie, 1986).

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CAPÍTULO 2

las densidades, de modo que las rocas más densas se ‘móviles’ de la Tierra correspondientes a los extensos
hundieron y parte de la corteza TTG fue removilizada y cinturones orogénicos fanerozoicos. En América del Sur
emplazada en forma de domos diapíricos, como se están representados por las fajas orogénicas Caribe y
observa actualmente en el cratón de Pilbara de Australia. Andina.
En otras regiones, sin embargo, los procesos habrían Un rasgo llamativo, aun poco comprendido, es que
estado más ligados a deformación tangencial como la los cratones más antiguos poseen una extensa raíz o
que se produce en las zonas de convergencia de placas. quilla situada entre 250 y 350 km de profundidad, tal
como lo evidencian las velocidades anormalmente altas
2.6 DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE LOS CRATONES de las ondas sísmicas. Esto significa que las raíces son
relativamente frías (hay menor cantidad de roca fun-
Los terrenos precámbricos tienen gran extensión en dida). A profundidades del orden de 120-150 km y a
todos los continentes. Las rocas de edades mayores de temperaturas menores de 1000°C se produce la fase de
2,5 Ga (Arqueano) son mucho más restringidas que las transición grafito-diamante, por lo que los diamantes
del Proterozoico y representan en su conjunto no más son casi exclusivos de los cratones arqueanos (King,
del 3% de la superficie del planeta (Fig. 2.9). Estos nú- 2005).
cleos de rocas precámbricas se denominan cratones. Su De acuerdo a su distribución geográfica actual se
parte aflorante, de escaso relieve, forma los escudos, reconocen dos conjuntos de escudos, los septentrio-
mientras que la que yace bajo una cubierta sedimentaria nales y los australes (Fig. 2.9). Entre los primeros están
constituye las plataformas (a veces, sin embargo, suele los escudos Lauréntico (o Canadiense), de Groenlandia,
incluirse bajo el nombre de ‘plataforma’ tanto las rocas Báltico (o Fenoscándico), Siberiano y Sínico (formado
precámbricas aflorantes como su cubierta fanerozoica). por los cratones Sino-Coreano, de Yangtzé y de Tarim).
Por su rigidez y estabilidad tectónica, los cratones El escudo Lauréntico (o Canadiense) está formado
forman el armazón estructural de los continentes. En la por diversos núcleos arqueanos (Superior, Hearne, Rae,
periferia de los cratones se desarrollaron las regiones Slave, Wyoming) y orógenos paleoproterozoicos (2,0-1,8
Ga) de tipo colisional, como se
verá en el Capítulo 3 (Fig. 2.10).
El orógeno colisional Trans-
Hudson es uno de los más ex-
tensos. Hay evidencias paleo-
magnéticas que sugieren que
los cratones Superior y Hearne
estuvieron separados por un
océano de más de 4000 km de
anchura y la colisión entre
ambos, de acuerdo a las data-
ciones, se produjo a los 1,9-1,8
Ga.
El Escudo Báltico está
cubierto por una potente se-
cuencia proterozoica y fane-
rozoica que constituye la Pla-
taforma Rusa, por lo que sólo
están bien expuestos el cra-
tón Fenoscándico, en el NO
de la región escandinavia, y
el cratón Ucraniano, en el SE
(Fig. 2.11). A partir de estudios
geofísicos y de perforacio-
nes profundas se ha puesto
en evidencia que debajo de la
Figura 2.9. Distribución actual de los cratones del Arqueano y del Paleoproterozoico. Las rocas
cobertura sedimentaria de la
proterozoicas están en parte cubiertas por sedimentos fanerozoicos y por un manto de hielo en los plataforma del este de Europa
polos, especialmente en Antártida (simplificado de Zhou et al., 2002). hay extensas áreas de rocas ar-

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tados por discontinuidades estructurales tales como


megasuturas o zonas de cizalla. La provincia Central
Amazónica del escudo Brasiliano, la provincia Pilbara
del escudo Australiano y la provincia Superior del
escudo Canadiense son buenos ejemplos. Dado que
actualmente están rodeados de orógenos más jóvenes
se presume que durante el Arqueano fueron elemen-
tos independientes que se amalgamaron en un ciclo
posterior. Sin embargo, la posición geográfica original
de los cratones arqueanos es una cuestión aun no
resuelta. La causa de esta incertidumbre es la dificul-
tad de aplicar los métodos clásicos (paleomagnetismo,

Figura 2.10. Principales provincias corticales del Escudo Canadiense.


Los cratones arqueanos están suturados por orógenos paleo-
proterozoicos (en negro). En la periferia del escudo hay orógenos
más jóvenes (simplificado de Hoffman, 1988).

queanas y proterozoicas con diferentes historias geo-


lógicas, por lo que actualmente se divide al basamento
de esta región en los bloques Sarmatia, Fenoscandia y
Volgo-Uralia (Zhao et al., 2002). Estos se amalgamaron
a los 1,9-1,8 Ga y las suturas están representadas por
los orógenos Ruso Central y Pechemel. A su vez, el
escudo de Fenoscandia está formado por dos cratones
más pequeños, Kola y Karelia, unidos también por un
orógeno colisional.
Los principales escudos australes son los de
Guayana, Amazonas, San Francisco, Africano, Índico,
Australiano y Antártico. Desde fines del Proterozoico
formaron parte del supercontinente Gondwana que se
fragmentó durante el Mesozoico luego de permanecer
unido durante casi 500 Ma. Muchos de estos escudos
encierran unidades menores. En el cratón Africano, por
ejemplo, se reconocen el escudo Nor-Africano, del
Congo y de Kapvaal-Zimbabwe, entre otros. Dado que
los escudos son litológica y estructuralmente muy hete-
rogéneos, es más frecuente el uso de provincias o do-
minios corticales. Con este término se designan áreas de
corteza caracterizadas por determinadas asociaciones
petrotectónicas, lineamientos estructurales, patrones de
metamorfismo, rangos de edades radimétricas y signa- Figura 2.11. Arriba: bloques arqueanos y proterozoicos del Escudo
Báltico. En el sector noreste de la península escandinava los cratones
turas isotópicas. Todos estos rasgos reflejan un deter-
Kola y Karelia están suturados mediante un cinturón orogénico.
minado contexto geodinámico y una particular historia Abajo: interpretación geodinámica de la aproximación y colisión de
de deformación. Estos dominios corticales están limi- los cratones arqueanos (simplificado de Zhou et al., 2002).

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CAPÍTULO 2

paleobiogeografía) a rocas de esta edad. Todo indica que perior del escudo Canadiense, situadas al norte de los
al menos desde los 3,5 Ga existió un campo magnético grandes lagos, se observa particularmente bien la rela-
con características similares al actual. Sin embargo, los ción espacial entre estos dos tipos de terrenos (Figs. 2.10,
paleopolos confiables para el Arqueano son aun muy 2.12).
escasos debido a la sobreimposición de eventos más Las asociaciones de rocas verdes son estructural y
jóvenes. Las evidencias paleontológicas son inaplicables estratigráficamente complejas y muestran diferencias
debido a la extrema rareza de fósiles. A pesar de estas importantes en el estilo tectónico y composición según
limitaciones, Aspler y Chiarenzelli (1998) especularon las distintas provincias corticales, lo que indica que no
que en el Neoarqueano hubo dos grandes continentes. todas se originaron por los mismos procesos. Del punto
Uno de ellos, denominado Kenorlandia, comprendía las de vista económico, los cinturones de rocas verdes son
provincias arqueanas de Norteamérica (provincias de enorme interés pues encierran importantes yaci-
Slave, Superior, Wyoming), Fenoscandia (provincia mientos de oro, plata, cobre, hierro, cromo, níquel,
Kareliana de la región Báltica) y Siberia (provincia manganeso y bario, entre otros. En general, estos cin-
Aldan) las que, de acuerdo a los datos paleomagnéticos, turones son ensambles de diversos tipos de rocas en
habrían estado cerca del ecuador. El otro continente los que se reconocen al menos tres asociaciones que
habría estado formado por los cratones Kapvaal y reflejan distinta génesis: 1) potentes sucesiones de flu-
Zimbabwe (Sudáfrica), San Francisco (Brasil) y Pilbara jos de basaltos toleíticos con estructuras en almohada,
(Australia), y posiblemente la India y parte de Antártida. komatiita, tufitas félsicas, hierro bandeado (ver el pun-
Los bloques de Pilbara, Kapvaal y Antártida fueron to siguiente), chert y rocas clásticas, principalmente
referidos al supercontinente de Vaalbara (Cheney, 1996). grauvacas. Esta asociación se habría formado en am-
El desarrollo de sucesiones litológicas de margen pasi- bientes marinos de variada profundidad, desde some-
vo bordeando los núcleos arqueanos (por ejemplo, la ros hasta profundos, en encuadres tectónicos tan
Provincia Superior) marcan los límites de este super- diversos como ‘plateau’ oceánicos, cuencas de trasarco,
continente. La ruptura de Kenorlandia habría comen- islas oceánicas incipientes y dorsales meso-oceánicas; 2)
zado hacia los 2,5 Ga y se correlaciona con la efusión sucesiones de gran espesor de rocas metavolcánicas
de enormes volúmenes de basaltos continentales e calcoalcalinas (flujos de andesitas, dacitas y riolitas, y
intrusión de diques de gabro. En el noreste del Escudo rocas piroclásticas como tufitas, brechas y aglomerados
Báltico (Provincia Kola), por ejemplo, se acumularon volcánicos) asociadas con granitoides comagmáticos.
cerca de 8 km de rocas volcánicas bimodales con una También participan, aunque en menor proporción, ba-
edad de 2,5-2,1 Ga formando un cinturón de alrededor saltos toleíticos y komatíticos. Se ha sugerido que estas
de 1000 km de longitud. La ruptura del megacontinente secuencias corresponden a arcos magmáticos – de tipo
‘austral’ habría comenzado antes, hacia los 2,6 Ga. La arco de islas o continentales – pero, en parte, pueden re-
dispersión de los bloques arqueanos de Kenorlandia presentar magmatismo de trasarco o relacionado con
habría culminado hacia los 2,1 Ga. Curiosamente, en puntos calientes. Los grandes yacimientos de sulfuros
muchas de estas áreas las secuencias de rift, formadas masivos arqueanos están contenidos en esta asocia-
por conglomerados y areniscas continentales, se asocian ción; 3) rocas volcánicas alcalinas asociadas con rocas
con depósitos glaciales de edad paleoproterozoica (2,4 sedimentarias de origen continental (fluviales, abanicos
a 2,2 Ga), lo que permite inferir que una vasta glacia- aluviales). Esta asociación tiene una distribución más
ción tuvo lugar en estos continentes antes de su ruptura restringida que las precedentes y se interpreta como
(ver § 3.5). formada en cuencas de tipo transpresivo.
Los terrenos con metamorfismo de alto grado
2.7 ASOCIACIONES LITOLÓGICAS ARQUEANAS están formados esencialmente por gneises granulíticos
provenientes del metamorfismo de rocas ígneas de com-
En la mayor parte de los escudos las rocas ar- posición tonalítica a granodiorítica y de rocas sedimen-
queanas están constituidas por dos tipos de terrenos tarias como lutitas y cuarcitas. Las migmatitas son
que difieren en su composición litológica y grado de frecuentes, revelando que se alcanzó la fusión parcial
metamorfismo: 1) los cinturones de rocas verdes de las rocas. Además de fuerte metamorfismo, estos
(‘greenstone belts’), que son terrenos lineales o de forma terrenos han sufrido deformación tectónica severa
irregular, metamorfizados en facies de esquistos verdes- producto de varias fases compresivas superpuestas
anfibolita e intruidos por cuerpos graníticos de diversa (deformación polifásica) que produjeron plegamiento
naturaleza, y 2) terrenos con metamorfismo de alto gra- isoclinal. Si bien hay fajas de milonitas con deformación
do, formados básicamente por complejos de gneises gra- dúctil que denotan zonas de cizalla, en general estos
nulíticos y migmatitas. En las provincias Slave y Su- terrenos testimonian intensos esfuerzos compresivos.

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EL TIEMPO PROFUNDO: EL EON ARQUEANO

El origen de estos terrenos arqueanos es aún


materia de debate. Lo que parece indudable es que los
fuertes contrastes en la litología y estilos de deformación
requieren de la acción de procesos tectonomagmáticos
diversos y de distintas configuraciones geodinámicas.
Incluso es posible que algunos no tengan estrictos
equivalentes actuales. Al comienzo prevalecieron los
modelos ‘no plaquistas’ o ‘no actualistas’ como el que
postulaba el hundimiento de las rocas máficas más
densas en las rocas tonalíticas subyacentes, producien-
do su fusión parcial y posterior intrusión en las rocas
verdes, o la hipótesis que suponía la fusión parcial de la
base de la corteza oceánica seguida de hundimiento y
relleno sedimentario, para terminar intruida por el
ascenso de magma tonalítico a modo de diapiros. Tam- Figura 2.12. Detalle de las asociaciones litológicas (subprovincias)
bién se postuló que los cinturones de rocas verdes son arqueanas de la Provincia Superior del escudo Canadiense. En
amarillo: complejos de gneises granulíticos; en verde: cinturones
cicatrices dejadas por impactos meteoríticos que fun-
de rocas verdes; en azul: rocas metasedimentarias: en rojo y rosado:
dieron las rocas corticales y luego fueron intruidos por rocas plutónicas.
tonalitas y finalmente deformados. Sin embargo, nunca
se encontraron evidencias de minerales y/o texturas máfica y ultramáfica en una zona de subducción. Los
de impacto. Al final del capítulo ampliaremos esta grandes volúmenes de intrusivos pueden explicarse
discusión (§ 2.11). por la alta tasa de subducción relacionada con la gran
Actualmente se piensa que los cinturones de rocas actividad de las dorsales. La deformación tangencial de
verdes son compatibles con escenarios de subducción estas cuencas es interpretada en términos de colisiones
(Fig. 2.13). Los ‘modelos de arco’ postulan que estas entre placas continentales pequeñas y altamente móviles
rocas se formaron sobre corteza continental adelgazada (algunos hablan de ‘tectónica de microplacas’) que se
por detrás de un arco volcánico y representarían el re- acrecionaban formando placas más grandes. Dada su
lleno de cuencas extensionales de trasarco en las que se temperatura elevada y su pequeño tamaño podían de-
depositaron rocas clásticas inmaduras (grauvacas) y formarse completamente, a diferencia de las placas del
rocas volcaniclásticas provenientes del arco magmático Fanerozoico en las que la deformación tangencial se
adyacente. La signatura geoquímica de las rocas ígneas restringe a su periferia. En tales colisiones se habrían
que las intruyen es también compatible con magmas exhumado las raíces de los arcos magmáticos formados
originados a partir de la fusión parcial de una corteza a profundidades de 50 km y temperaturas del orden de
700-900°C. Al erosionarse
la parte superior del arco,
estas rocas ascendieron
por isostasia constituyen-
do los terrenos de alto
grado metamórfico (los
gneises granulíticos). Si
bien las asociaciones de
este tipo son raras en el
presente, se han hallado
equivalentes en las raíces
de los grandes orógenos,
como el Himalayo.
Las asociaciones de
ambiente continental, por
otra parte, pueden ser ex-
plicadas por los ‘modelos
de rift’, pero también son
Figura 2.13. Interpretación geodinámica de la formación de los cinturones de rocas verdes y de gneises compatibles con exten-
granulíticos mediante la colisión de múltiples microplacas (modificado de Windley, 1984). sión en arcos magmáticos

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CAPÍTULO 2

(cuencas de intra-arco) y aun con puntos calientes. Los


grandes volúmenes de riolitas y la presencia de rocas
volcánicas subaéreas de composición bimodal asocia-
das con arcosas y conglomerados aluviales indican que,
al menos en parte, los cinturones de rocas verdes se
formaron en ambientes de rift y en zonas de fallas trans-
formantes.
A diferencia del Proterozoico, las rocas de origen
glacial son extremadamente raras en el Arqueano. Las
más antiguas, de alrededor de 2,9 Ga de antiguedad,
han sido documentadas en Sudáfrica (Crowell, 1999),
pero su distribución restringida no permite inferir un
evento de glaciación global.

2.8 LOS DEPÓSITOS DE HIERRO BANDEADO

Las formaciones de hierro bandeado (BIF, acrónimo


del inglés ‘Banded Iron Formations’) son típicas del
Precámbrico. Hacen su aparición a los 3,8 Ga, alcanzan
su mayor volumen hacia los 2,5 Ga y virtualmente
desaparecen del registro geológico a los 1,8 Ga, para
reaparecer 1000 Ma de años después, en el Proterozoi-
co tardío (0,8-0,6 Ga), asociadas a depósitos de origen
glacial (ver Capítulo 3). En el Arqueano, la mayor parte
del hierro bandeado está en los cinturones de rocas
verdes donde se intercala con metagrauvacas, meta-
pelitas y tufitas (Klein, 2005). Se presenta como láminas
alternantes de unos pocos milímetros hasta varios cen-
tímetros de espesor de chert de color rojizo o amari-
llento y capas oscuras de óxidos de Fe (magnetita, he- Figura 2.14. Arriba: mina de hierro a cielo abierto en el Escudo de
matita), carbonatos de Fe (siderita, ankerita) y silicatos Amazonas. Abajo: muestra de mano de un hierro bandeado donde se
de Fe hidratados (greenalita, minnesotatita) (Fig. 2.14). observa la alternancia de láminas de chert (rojizo) y de láminas ricas
en hierro (bandas violáceas oscuras).
El contenido de Fe es, en promedio, mayor del 15%.
Teniendo en cuenta su amplia distribución geográfica,
las formaciones de hierro bandeado constituyen cerca tan está caracterizado por una mineralogía simple (esen-
de la mitad del reservorio de hierro mundial. Fuera del cialmente hematita-cuarzo) y está asociado con depósi-
escudo Canadiense se explotan importantes yacimien- tos de origen glacial. Son los BIFs típicos del Protero-
tos de este tipo en Brasil, Bolivia y en el oriente de zoico tardío (0,8-0,6 Ga).
Venezuela (Fig. 2.14). El origen de estos particulares depósitos es aún
Se han reconocido tres tipos de hierro bandeado materia de discusión. El microbandeado y la ausencia
que reflejarían distintos ambientes de formación. El de elementos detríticos indican que se formaron de-
tipo Algoma es mineralógicamente complejo y está bajo del nivel de acción de la base de las olas, en sitios
asociado con sedimentos de aguas profundas (tur- oceánicos relativamente profundos, aunque se han
biditas). Dado que el hierro es de origen hidrotermal descripto estructuras mecánicas tales como estratifica-
su origen estaría relacionado con centros volcánicos. ción cruzada, ondulitas y superficies de corte y relleno.
Es muy común en los cinturones de rocas verdes del Los patrones geoquímicos (REE, anomalías de Eu y Ce)
Arqueano. El tipo Lago Superior abarca más superficie de los hierros bandeados arqueanos sugieren precipi-
y tiene mayor espesor que los otros depósitos. El hierro tación química a partir de agua con influjo de actividad
bandeado se intercala con sedimentos de plataforma hidrotermal proveniente de las zonas de expansión del
somera y con capas volcánicas. Se interpretan como pre- fondo oceánico y puntos calientes. Las aguas hidro-
cipitados químicos inducidos por la acción de cianobac- termales profundas habrían ascendido hasta la región
terias. En su mayor parte se formaron en el Proterozoico externa de las plataformas de los cratones arqueanos
temprano, entre los 2,5-1,8 Ga. Finalmente, el tipo Rapi- por el fenómeno de ‘upwelling’. Al hierro de origen hi-

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EL TIEMPO PROFUNDO: EL EON ARQUEANO

drotermal hay que sumarle el transportado a los océa-


nos bajo la forma de Fe+2 soluble proveniente de la me-
teorización de rocas ricas en hierro. Su estado redu-
cido al momento de ingresar al océano permite inferir
que la atmósfera arqueana poseía poco oxígeno libre
para oxidarlo. La sílice también podría provenir de la
actividad hidrotermal y magmática submarina. El me-
canismo más plausible para la formación del hierro
bandeado, al menos para el tipo Superior, es la inter-
acción entre microorganismos y el hierro ferroso
disuelto en el agua de los océanos (Konhauser et al.,
2002). La proliferación de cianobacterias en las aguas
superficiales produjo O2 como subproducto de la foto-
síntesis (ver § 2.10). Este oxígeno libre se combinó con el
Fe+2 oxidándolo y formando magnetita (Fe3O4) que
precipitó como geles amorfos de sílice formando las
capas ferríferas. Para explicar la alternancia de capas
ricas en hierro y ricas en sílice (o carbonato) se ha es-
peculado que la biomasa de cianobacterias habría
fluctuado drásticamente en el tiempo. En los intervalos
de máxima abundancia la producción de O2 bacteriano
no podía ser neutralizada por el hierro disuelto re-
sultando en la contaminación del agua y en la decli-
nación en el número de cianobacterias (a diferencia
de éstas, hoy en día las bacterias tienen sistemas en-
zimáticos propios para captar el oxígeno). Como con-
secuencia, el Fe disponible para captar el oxígeno Figura 2.15. Principales cratones arqueanos y áreas de rocas prote-
fotosintético volvía a aumentar y las poblaciones se rozoicas de Sudamérica (simplificado de Marques de Almeida et al.,
recuperaban, depositándose una nueva capa rica en Fe. 2000).
También se ha sostenido que el bandeado puede ser
debido a variaciones en la actividad volcánica, espe- cratones de San Francisco, Luiz Alves y Río de La Plata
cialmente las bandas más gruesas, las que represen- (Fig. 2.15). En el cratón de Amazonas las rocas del
tarían episodios mayores, aunque breves, de actividad Arqueano integran la Provincia Amazónica Central, la
hidrotermal. que está bordeada al NE y al E por orógenos del Protero-
zoico inferior (Orogenia Transamazónica), los que repre-
2.9 EL ARMAZÓN DE GONDWANA sentan las suturas con el cratón de Africa Occidental y
con el terreno de Imataca.
El continente de Gondwana surgió como una enti- En el escudo de Guayana las rocas arqueanas están
dad paleogeográfica recién hacia fines del Proterozoico, restringidas a la Provincia Imataca, la que ocupa una
a partir de la amalgama de diversas masas continen- franja de cerca de 500 km de longitud en el oriente de
tales. Cómo estaban distribuidos estos cratones y cómo Venezuela (Estado Bolívar) y reaparece hacia el SE en
se llegó a la consolidación de esta enorme masa conti- Surinam y en la Guayana Francesa (Isla de Cayena). La
nental es aun materia de debate y se discutirá en el ca- Provincia Imataca (o Provincia Bolívar) está constituida
pítulo siguiente. Lo que se observa actualmente es que la principalmente por gneises granulíticos félsicos a má-
corteza continental de Sudamérica y África está com- ficos y escasas anfibolitas, con edades de 3,5-3,6 Ga.
puesta por núcleos arqueanos y mesoproterozoicos Estas rocas están fuertemente deformadas y fueron
bordeados por cinturones orogénicos del Neoprote- afectadas al menos por dos eventos de intrusión de
rozoico generados durante la Orogenia Brasiliana/ granitos, uno de 2,8 Ga y otro de alrededor de 2,1 Ga.
Panafricana. Una característica de la Provincia Imataca es la presencia
En América del Sur las rocas precámbricas forman de capas de hierro bandeado que alcanzan localmente
los extensos cratones de Guayana (situado entre los ríos hasta 100 m de espesor. Estas rocas ferríferas, ricas en
Orinoco y Amazonas) y Amazonas (al sur del río del magnetita, se conocen desde el siglo 18 y se vienen
mismo nombre), y diversos núcleos menores, como los explotando intensivamente desde 1950, en particular los

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