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Título: Análisis de la supervivencia humana en los planetas terrestres basado en sus

condiciones y procesos químicos


Nombres: Juan Felipe Niño Galindo
Paola Riaño García
Diana Carolina Vargas Gómez

Resumen:

La actual situación medioambiental ha puesto en duda si existe posibilidad de habitar alguno


de los otros planetas terrestres o rocosos pertenecientes al sistema solar. En este proyecto de
investigación se busca dar una respuesta a esta pregunta desde un enfoque químico, teniendo
en cuenta las composiciones y procesos químicos de cada uno de los demás planetas en
comparación con las características químicas que posee nuestro planeta Tierra. Por eso se
encontrará más adelante descripciones de las composiciones y algunos de los procesos que se
dan en cada uno de los 3 planetas a evaluar (Mercurio, Venus y Marte). Con base en estas
descripciones, se procederá a analizar y comparar sus condiciones con respecto a las de la
Tierra, y tratar de proponer bajo qué condiciones se podrían llegar a habitar.

Marco teórico:

El problema sobre el origen de la vida siempre ha estado fuertemente relacionado con la


composición química de las nubes interestelares, el ciclo de vida de las estrellas, la formación
de los planetas y la historia, térmica y química, de los cuerpos planetarios [1]. Debido a ello,
a través de los años se han realizado diversos estudios en la química del universo empleando
técnicas como la espectroscopia. El primer uso astronómico de la espectroscopia astronómica
fue en el análisis de la luz solar por Fraunhofer y Kirchhoff a principios del siglo XIX.
Aunque esperaban observar un arco iris al pasar la luz blanca emitida por el sol a través de un
prisma, lo que en realidad observaron fue un patrón de líneas oscuras. Estas líneas, que se
denominan líneas de absorción, se pueden considerar como la huella dactilar de los elementos
químicos interactuando con la luz [2]. Basado en lo anterior, la espectroscopia revela
características químicas importantes de los cuerpos celestes que interactúan con la luz.

En la instrumentación astronómica se utilizan los espectrógrafos que son más sofisticados que
un prisma [2]. La mayoría de los telescopios grandes tienen espectrógrafos. Este instrumento
funciona igual que un espectroscopio, es decir, descompone la luz en las diferentes longitudes
de onda que la conforman con la única diferencia de que presentan una cámara que almacena
la imagen del espectro y su capacidad óptica es mucho mejor [3]. El espectro de un cuerpo
celeste revela la presencia de los elementos químicos que lo componen y describe sus
condiciones físicas, tales como temperatura y densidad. Además, los espectros también
pueden informar sobre la velocidad de un cuerpo celeste con respecto a la Tierra utilizando el
efecto Doppler. De esta manera, también se pueden medir las distancias a estrellas, galaxias o
planetas extrasolares. Sin embargo, para la próxima generación de espectrógrafos se espera
buscar rastros de vida en las atmósferas de exoplanetas con condiciones similares a la Tierra
[2]. Teniendo en cuenta lo descrito anteriormente, se presentarán algunas de las condiciones
químicas que presenta cada uno de los planetas a evaluar.

Mercurio: Se cree que posee un núcleo compuesto de una aleación hierro-níquel que se
encuentra desprovisto de azufre. Hay evidencia de que se encuentra parcialmente fundido, o
líquido. Un manto muy delgado desprovisto de óxido ferroso (FeO), pero que se encuentra
altamente compuesto de silicato de magnesio (MgSiO3). El contenido de FeO es menos del
0,1% en masa de la porción de silicatos del planeta y el contenido volátil predecido es nulo.
Por otro lado, se establece la generación de dióxido de carbono (CO 2) por reacciones entre los
componentes metálicos carbonados con las trazas de FeO de los silicatos [4]. Las
temperaturas de superficie son extremadamente calientes en el día y frías en la noche,
llegando a 430 °C en el día y a -180 °C en la noche [5].

Mercurio es el segundo planeta más denso después de la Tierra. Además, se cree que posee
hielo en sus polos norte y sur pero se encuentran dentro de profundos cráteres, pero solo en
las regiones que se encuentran en la sombra permanente. Por otra parte, Mercurio en vez de
poseer una atmósfera, este posee una exosfera muy delgada que se conforma por átomos
disparados desde la superficie debido a los vientos solares junto con los fuertes impactos de
meteoritos. Su exosfera se compone principalmente de oxígeno, sodio, hidrógeno, helio y
potasio [5]

Venus: Para determinar la composición de este planeta, se utilizó espectroscopía infrarroja


basada en el espectro de la Tierra. Con esto se pudo determinar abundancias relativas de 5
constituyentes. Se encontró que el mayor constituyente de este planeta es el dióxido de
carbono (CO2), el cual fue encontrado en un 97%. Seguido a este, monóxido de carbono (CO)
y vapor de agua (H2Ov) con abundancias relativas de aproximadamente 0.1% Aunque por un
análisis con el programa Venera, el cual es una serie de sondas espaciales Venera fueron
desarrolladas por la Unión Soviética entre los años 1961 y 1984 para recopilar información
sobre Venus, se logró determinar que realmente Venus tiene 0.7% de abundancia de H 2Ov. Y
por último, se encontró HF y HCl en concentraciones de 1 ppm. Estas últimas se
determinaron por medio de un espectro de emisión térmica sobre la superficie del planeta.

Más adelante, con el mismo sistema Venera, se encontró que también hay presente un 2% de
nitrógeno aproximadamente, además de tener radionucleidos de potasio (K), Uranio (U) y
Torio (Th), en concentraciones aproximadas de 4% de K, 6.5 ppm de U y 20 ppm de Th,
concentraciones muy comparables a las presentes en la tierra. [4]

Dada a la baja cantidad de oxígeno (O2) que existe en este planeta, el CO no puede sufrir una
oxidación directa hacia CO2. Por lo que, la atmósfera opta por un mecanismo de
recombinación fotoquímica haciendo uso de la relativa alta concentración de HCl. Los
átomos de Cl sufren esta recombinación al reaccionar con las trazas de O2 provenientes de la
fotólisis del H2Ov y del CO2, produciendo así un agente oxidante muy fuerte como lo es el
dióxido de cloro (ClO2). Este agente si puede oxidar directamente al CO hasta el CO2. Las
trazas observadas de HCl son suficientes para catalizar la recombinación de CO y O 2, y
además puede suministrar átomos de hidrógeno (H) a la atmósfera superior a una velocidad
mucho mayor que la fotólisis del H2Ov.
Marte: La densidad teórica vs. El modelo de profundidad de Marte revela que este presenta
un núcleo más pequeño y menos denso. Por otro lado, el manto es más denso que el de la
Tierra. Toda esta información puede explicarse si el núcleo de Marte es solamente sulfuro
ferroso (FeS) y el manto está enriquecido en silicatos. La completa ausencia de hierro
metálico es compatible con la información anterior. Adicionalmente, las bajas temperaturas
de Marte explican por qué las reacciones químicas entre los gases atmosféricos y las rocas de
superficie son tan lentas. Sin embargo, el color rojizo de Marte se debe a una posible
oxidación del material de su corteza. Esta oxidación puede ser una consecuencia de la
penetración de luz ultravioleta en la superficie [4].

Por otro lado, la composición de la atmósfera de Marte no es tan conocida. El gas dominante
corresponde a CO2. Como en el caso de Venus, la destrucción fotoquímica de CO 2 para
producir CO y O2 es muy eficiente. Además, debe existir un mecanismo que reforme CO 2 por
medio de la oxidación del CO para proveer CO 2 puro a la atmósfera. Además, debido a la
baja velocidad de escape que este presenta, átomos calientes producidos en reacciones en la
exosfera pueden perderse completamente del planeta. Estos pueden corresponder a átomos de
carbono, nitrógeno y oxígeno [4].

Un dato curioso de la atmósfera de Marte es que el CO 2 se condensa en las regiones polares


para formar capas delgadas de hielo seco. Adicionalmente, también existen nubes de cristales
de hielo seco a altas altitudes. Por lo tanto, la presión atmosférica en Marte puede variar
estacionalmente ya que depende de la cantidad de CO2 que ha sido congelada en las capas
polares [4].

Cabe mencionar que este planeta presenta altas cantidades de agua, aunque el agua líquida es
inestable en la superficie y, tanto las masas de hielo en las capas polares como en la
atmósfera son despreciables. Por lo tanto, se espera que estas altas cantidades se asocian a
los minerales hidratados en la corteza y en el manto, como a los extensos depósitos de hielo
mineral cercanos a la superficie [4].

Tierra: Se presentarán solo algunas de las características químicas de la Tierra, para tomarlas
como punto de comparación con los demás planetas del sistema solar. Para empezar, la Tierra
cuenta con una estructura de densidad diferenciada, empezando con un núcleo metálico
(cerca de la tercera parte de la masa de la Tierra), seguido de un masivo manto de silicatos
ferromagnesianos y aproximadamente un 10% de óxido ferroso (FeO) (cerca del dos terceras
partes de la masa de la Tierra) y una delgada corteza (cerca del 1% de la masa total) rica en
metales alcalinos (Litio (Li), Sodio (Na), Potasio (K), Rubidio (Rb), Cesio (Cs)), aluminio
(Al) y todos los elementos metálicos cuyos iones son mucho más grandes o pequeños que el
ion magnesio (Mg2+) y el ion ferroso (Fe 2+). El núcleo se subdivide en un núcleo interno
sólido ligeramente más denso que el hierro (Fe) (cerca del 1% de la masa de la tierra) y un
núcleo externo líquido ligeramente menos denso que el hierro, con un contenido aproximado
del 15% de componente ligero como azufre (S) o Silicio (Si).

Con respecto a los últimos planetas del Sistema Solar, cabe mencionar que Júpiter presenta
una masa aproximada de 300 veces la Tierra y una densidad de tan solo 1,3 g/cm 3. Además,
Saturno presenta una densidad de 0,7 g/cm 3. Basado en lo anterior, se determina que Júpiter y
Saturno presentan composiciones elementales parecidas a las del Sol. Urano y Neptuno se
caracterizan por densidades más altas que Saturno. Sin embargo, todas las evidencias indican
que también presentan una composición similar a la solar, pero con abundancia de metales
pesados y posiblemente tienen nubes de metano [4].

Objetivo:

Se busca analizar las composiciones químicas de los diferentes planetas del sistema solar y
realizar una comparación de los mismos respecto a la tierra, para así explicar para cada uno
de los planetas planteados (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) por qué no es posible la vida tal
como la conocemos y que se debería hacer si se quisiera colonizar estos planetas para
albergar vida.

Descripción: (con metodología)

Mediante la investigación entre artículos, libros y videos se pretende dar a conocer la


composición química de cada uno de los primeros 4 planetas (Mercurio, Venus Tierra y
Marte) para posteriormente realizar un análisis que permita hacer una comparación respecto a
las condiciones químicas de Mercurio, Venus y Marte en comparación con la Tierra y cuáles
de estas condiciones específicas que existen en esta última, pero en los otros planetas no,
permitieron que se formara la vida tal y como la conocemos.
Debido a las condiciones ambientales actuales, en las que la supervivencia humana se puede
ver gravemente afectada en el futuro se plantean diversas soluciones. Entre ellas, se encuentra
la colonización en otros planetas. Basado en lo anterior, se busca establecer las condiciones
necesarias en los planetas anteriormente mencionados para permitir la supervivencia de la
vida humana en cada uno de ellos.
Lo anterior se piensa explicar de manera entretenida y que sea entendible para cualquier
persona, teniendo en cuenta que uno de los grandes problemas de la divulgación científica es
que no se logra hacer claridad en los conceptos los cuales, en muchas ocasiones, se explican
de una manera tediosa y aburrida, en especial la química. Por lo anterior en esta oportunidad
se planea hablar de un tema fascinante perteneciente a la rama de la astroquímica de la cual
no se conversa mucho, mediante el uso de la prosa en la sección del desarrollo del problema y
posteriormente en una exposición con la ayuda audiovisual de diapositivas hechas en el
programa Power Point que se realizará en clase. Se debe tener en cuenta que solo se
evaluarán condiciones químicas, por lo que no se tomarán en cuenta efectos físicos, como la
temperatura, presiones, entre otros.

Referencias:

[1]Physics and Chemistry of the Solar System


[2]Spectroscopy. (2021). Retrieved 31 March 2021, from
https://www.eso.org/public/spain/teles-instr/technology/spectroscopy/

[3](2021). Retrieved 31 March 2021, from


https://repository.udistrital.edu.co/bitstream/handle/11349/24999/L
%C3%B3pezFonsecaBryanSantiago2020.pdf?sequence=2&isAllowed=y
[4]Lewis J, Chemistry of the planets, Massachusetts Institute of Technology, Cambridge,
Massachusetts, Annual Reviews Further, 1973, pp: 1-13

[5](2021). Retrieved 31 March 2021, from


https://repository.udistrital.edu.co/bitstream/handle/11349/24999/L
%C3%B3pezFonsecaBryanSantiago2020.pdf?sequence=2&isAllowed=y

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