0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
17 vistas2 páginas
El Juancho cuenta una historia de un encuentro extraño que tuvo mientras manejaba por la ruta de noche. Vio a una joven parada y la llevó en su auto, pero la chica no habló durante el viaje y desapareció misteriosamente cuando llegaron al pueblo. Cuando le contó a su esposa, ella no le creyó y se fue a vivir con su madre por un mes, burlándose de él.
El Juancho cuenta una historia de un encuentro extraño que tuvo mientras manejaba por la ruta de noche. Vio a una joven parada y la llevó en su auto, pero la chica no habló durante el viaje y desapareció misteriosamente cuando llegaron al pueblo. Cuando le contó a su esposa, ella no le creyó y se fue a vivir con su madre por un mes, burlándose de él.
El Juancho cuenta una historia de un encuentro extraño que tuvo mientras manejaba por la ruta de noche. Vio a una joven parada y la llevó en su auto, pero la chica no habló durante el viaje y desapareció misteriosamente cuando llegaron al pueblo. Cuando le contó a su esposa, ella no le creyó y se fue a vivir con su madre por un mes, burlándose de él.
En esas noches de frío, donde hay muy poco que hacer, se
reunieron en el bar de Lucho Gomez ,el Juancho,el Pepe y el Jacinto, eran amigos desde chicos, cada uno tenía hoy actividades diferentes, corría la caña Legui, unas papitas fritas un salamín feteado, y algún que otro aditamento que don Gomez conocedor de su clientela traía a medida que su botella bajaba y la alegría subía. La mesa estaba instalada al lado de un gran fogón, en las otras había poca gente ya que era un día de semana. Colgaban en las paredes toda clase de cuadros con fotos muy antiguas del lugar lo que le daba al sitio un halo de emotividad especial, algún recuerdo que había dejado aquel famoso que había pasado en una de sus giras. El Juancho, un tanto entonado, vendedor de repuestos, gran contador de chistes, bromas y algún que otro chimento, trató de captar la atención diciendo: escuchen lo que me sucedió. Hace un tiempo en unos de mis viajes, iba muy tranquilo, noche estrellada, luna llena lo que regalaba una gran claridad, de repente a lo lejos veo una persona, era bastante raro por que en ese lugar no se veían casas, reflexioné ¿qué hago?... gran dilema, si era alguien que necesitaba algo, bien, pero si por casualidad era un asaltante de esos que suelen andar por la ruta, cuándo volviera a mi casa la flaca me iba a querer colgar. Mientras mi cabeza parecía una licuadora de reflexiones,ya más cerca veo que se trataba de una joven. Paro en la banquina, abro la puerta y la piba sin mediar palabra sube, me mira y se acomoda en el asiento, flaquita, muy blanca, un tanto extraña. Pensé, que se creé esta ¿Miss Universo que ni buenas noches dijo?, ya me estaba arrepintiendo de mi generosidad, cuándo murmuró que necesitaba llegar al próximo pueblo, bueno por lo menos no era muda, ahí se terminó todo diálogo, me sentía incómodo, y enojado, porque desde que ella subió, parecía que la calefacción no andaba, chiflidos de aire helado pasaban por mi cuello y encima nada, ni una palabra para acortar el camino. Cuándo estábamos llegando a la curva anterior al sitio donde tenía que bajar, hay amigos que cagazo, se empezó a sentir un olor nauseabundo, pensé, se tiró un pedo la muy asquerosa, sumado a eso destellos de luces que me encandilaron y casi me hacen salir de la ruta, cuándo todo esto pasó y una calma extraña me rodeó, miro a mi acompañante,¿ pueden creer lo que pasó? Ya no estaba. Encima, cuándo llego a casa y le cuento a la flaca, me miró con esos ojos que meten miedo cuando quieren y como un juez dando su sentencia me dijo, Juancho eso no te lo crees ni vos, te levantaste una piba y ahora querés justificarte…. Fantasma tu abuela, que en paz descanse!!!!!! . Agarró la valija y se fue a casa de su madre por un mes, y de allá me mandaba audios muy campante y burlona preguntando, ¿te queda comida?, ¿tenés ropa limpia?, bueno si la respuesta es no, salí a la ruta buscá la piba y que ella te atienda.