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Durante la ejecución del contrato de compraventa internacional surge la cuestión de

quien debe soportar la posibilidad de que la mercadería no llegue en las condiciones


pactadas o directamente que se pierda. El riesgo es soportado hasta cierto punto por el
vendedor y luego por el comprador. Este punto se llama transmisión del riesgo y se
presentan varias posibilidades.

La convención reconoce en primer lugar (art. 9) que esto se regirá por lo que las partes
hayan pactado libremente, siendo lo más recurrente que se aplique alguno de los
incoterms para, entre otras cosas, determinar el momento en que se produce la
transmisión del riesgo. Señala Plitz que en caso de aplicar cláusulas fuera de los
incoterms se debe prestar especial atención a si se está utilizando para la distribución de
los costos o si también se pretende regular la transmisión del riesgo. Subsidiariamente la
Convención lo regula en el Capítulo IV.

De este instituto puede surgir una situación que a priori parecería conflictiva o poco
justa para el comprador. ¿Qué debe hacer este al recibir mercadería que no se ajusta a lo
pactado? Y, ¿Qué debe hacer si no recibe la mercadería porque ha sido robada o puesto
en poder de un tercero? Naturalmente el comprador se sentiría con derecho a no abonar
el precio ya que no recibió lo que quiso comprar.

La Convención en el art. 66 prevé una solución distinta. Una vez operada la transmisión
del riesgo el comprador debe cumplir con su obligación de pagar el precio, es decir que,
los daños sobrevinientes o posteriores a la transmisión del riesgo al comprador no lo
liberan de la obligación del pago de la mercadería, ya que es él quien asume el riesgo de
dichos daños a partir de ese momento. Esta obligación subsiste incluso en el extremo de
no recibir nada si el riesgo le fue transmitido conforme lo pactado. Honnold1 indica que
esta es una solución pragmática, y señala que esto se debe a que como la pérdida o
deterioro de las mercaderías se descubren generalmente al final del transporte, es el
comprador quien se encuentra en una mejor posición para verificar los daños o pérdida.
También señala que lo normal es que esto finalmente sea pagado por la aseguradora
contratada, siendo más fácil para el comprador realizar el reclamo correspondiente.

Respecto a un análisis profundo del art. 66; la doctrina considera que por pérdida o
deterioro debe asimilarlo en el sentido más amplio y de esta forma abarcar las distintas
posibilidades que pueden existir respecto a esas dos situaciones 2. Teniendo en cuenta
esto, habría que entender a la pérdida como destrucción, extravío, robo y todos aquellos
supuestos en los que como consecuencia el comprador no reciba la mercadería; y por
deterioro se entiende a aquellas situaciones en que las mercaderías no son las que
deberían haber llegado por la relación contractual pactada.

Pareciera así que el vendedor tiene el camino libre para entregar mercaderías que no se
ajustan a lo acordado, pudiendo incluso vender la misma mercadería a varios
compradores ya que al cumplir con lo necesario para transmitir el riesgo estaría
cumpliendo con sus obligaciones y tendría derecho a percibir el precio. El art. 66 prevé

1
Honnold, John O. Uniform Law for International Sales under the 1980 United Nations Convention. 3d
ed.. Kluwer Law International. 1999. pp. 185-186. Disponible en:
<https://iicl.law.pace.edu/sites/default/files/bibliography/honnold_0.pdf>

2
Alcover Garau, G. (1991). La transmision del riesgo en la compraventa mercantil, pp. 116.
una excepción que aplica para estos casos, y es que la pérdida o deterioro se deba a
“actos u omisiones” del vendedor.
Se ha criticado el empleo de los términos elegidos por la Convención debido a su
ambigüedad, y que debería haberse optado por un término más preciso como
incumplimiento contractual. Por otro lado, Honnold3 sostiene que la elección es sabia,
ya que sino habría ocasiones en que mediante actos u omisiones que no constituyeran
una violación de las cláusulas contractuales, el vendedor podría causar daño a las
mercaderías sin tener que responder por ello.

La jurisprudencia ha ido en el mismo sentido, confirmando la obligación de pagar el


precio a menos que se cumpla la excepción prevista. Un tribunal argentino en el caso
“Bedial”4 consideró que el comprador, después de la transmisión del riesgo, no quedaba
liberado de su obligación de pagar el precio de compra, ni siquiera en caso de pérdida o
deterioro de las mercaderías, a no ser que la pérdida o el deterioro se debieran a un acto
u omisión del vendedor.

Debido a la importancia que tiene la transmisión del riesgo, es de vital importancia si


está efectivamente ocurrió y cuándo ocurrió para determinar quién soportaba el riesgo.
La Convención no trata el tema de la prueba así que nos remitiremos a la jurisprudencia
para ver a quién corresponde la carga de la prueba.
Un tribunal alemán consideró que quien invoca la transmisión del riesgo debe probarla 5
y otro tribunal del mismo país condenó al vendedor porque su prueba era insuficiente 6.

También debe probarse el momento en que se produjeron los daños, o si los mismos
fueron producto de los actos u omisiones del vendedor, y la carga recae sobre el
comprador. Frente a un Bill of Lading limpio el comprador deberá encontrar algún
elemento que le permita vencer en la prueba este documento, que reviste gran fuerza
probatoria7.

Vista la importancia de la transmisión del riesgo resta analizar en que momento se


produce. La convención regula subsidiariamente tres supuestos.

El art. 67 regula el caso de que el contrato de compraventa internacional incluya el


transporte y el vendedor no esté obligado a entregarlas en un lugar determinado,
produciéndose la transmisión del riesgo cuando las mercaderías sean dadas al porteador
para que las traslade. Además, se establece el supuesto en que el vendedor se encuentre
obligado a entregar las mercaderías en un punto determinado, en ese caso será
responsable hasta el momento en que pone las mercaderías en poder del porteador en el
punto determinado, a pesar de que para llevarlas a ese destino se contrate otro
transporte.

En el inc. 2, señala cuáles serían los requisitos para que se haga efectiva la transmisión
del riesgo, se menciona que las mercaderías deben estar correctamente identificadas con

3
Ídem 1, pp. 186.
4
Caso 191: CIM (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Argentina, 31 de octubre de 1995)
5
 Caso 338: CIM [Oberlandesgericht Hamm, Alemania, 23 de junio de 1998] y
6
 Caso 283: CIM [Oberlandesgericht Köln, Alemania, 9 julio de 1997].
7
 Caso 247: CLOUT [Audiencia Provincial de Córdoba, España, 31 de octubre de 1997].
señales en ellas, o a través de los documentos de expedición, mediante comunicación al
comprador o cualquier otro modo. Como se puede ver hay una obligación que impone la
Convención acerca de la correcta identificación de las mercaderías y brinda diferentes
modalidades en que el vendedor puede identificarlas. En el caso 283: CIM el Tribunal
entendió que un conocimiento de embarque que no identifica al comprador no cumple
con los requisitos exigidos por este art.

En el Caso 247: CIM el Tribunal entendió que la responsabilidad del vendedor


conforme a los artículos 31 y 67 de la CIM termina en el momento en el que la
mercadería traspasa la borda del buque.

En el ya citado Caso Bedial, el tribunal determinó que el riesgo se había transmitido al


comprador en el momento en que la mercadería se entregó al primer porteador. En el
presente caso, los daños sufridos por las mercaderías tuvieron lugar después de la
transmisión del riesgo al comprador, que no había alegado que se debieran a un acto o
una omisión del vendedor. Por lo tanto, el tribunal desestimó la acción.

En el caso de que el vendedor utilizara sus propios transportes para entregar las
mercaderías no se transmite el riesgo al ponerse a cargo del transporte, ya que la
posesión de los bienes no ha cambiado. En este caso se estaría en un supuesto regulado
por el art. 698.

Existen casos en los que el comprador desea vender la mercancía antes de lo esperado.
El art. 68 regula la venta de mercaderías en tránsito e indica que se transmite el riesgo al
comprador en el momento de la celebración del contrato, sin embargo, teniendo en
cuenta las distintas circunstancias, la Convención brinda la posibilidad de que se
considere que el riesgo se transmite cuando las mercaderías hayan sido puestas en poder
del porteador. Protege al comprador en el caso de que si al momento de la celebración
del contrato el vendedor conocía o debería haber conocido que las mismas sufrirían la
pérdida o deterioro, en este caso el responsable será el vendedor.

Caso 1494: CIM9 en este caso el tribunal considera que el comprador adquirió las
mercaderías cuando se encontraban depositadas en el puerto donde las compró y antes
de la apertura del contenedor, por lo que no cabe aplicar el artículo 68 pues no se trata
de una compraventa en tránsito. Más allá de esto el tribunal asimila que aunque si se
tratare de una venta en tránsito, la responsabilidad la tendría el vendedor ya que este
debía haber desplegado una mínima diligencia para comprobar el estado de la
mercancía.

Los supuestos que no entran en los arts. 67 y 68 son regulados por el 69. La Convención
establece como el primero de los supuestos la transmisión del riesgo en el momento en
que el comprador se hace cargo de las mercaderías, y menciona como una excepción en
el caso en que no lo haga en un tiempo razonable, la transmisión entonces comenzará a
correr en el momento en que el vendedor ponga a disposición del comprador las
mercaderías y éste incumpla con el contrato en tanto se rehúse a recibirlas.

8
Ídem 1, pp. 189-190.

9
Caso 1494: CIM Spain: Pontevedra Provincial High Court (Section 6), Hoogendik Import/Export B.V v.
Blue Marine Fish International, S.L. (6 October 2014)
El segundo inciso del mismo artículo señala el caso en que el comprador tenga la
obligación de hacerse cargo de las mercaderías en un lugar distinto al establecimiento
del vendedor, aquí la transmisión del riesgo se hará cuando se pongan a disposición del
comprador las mercaderías y éste sepa que estas se encuentran a disposición en el lugar
indicado. Por último, el inciso 3 del art. 69 hace referencia a las mercaderías sin
identificación, en ese caso cuando las mercaderías no estén correctamente identificadas
no se puede considerar que hayan sido puestas a disposición del comprador, guardando
coherencia con el inc. 2 del art. 67.

Para ampliar lo anteriormente mencionado, haremos referencia al Caso 995: CIM 10


donde el tribunal consideró natural interpretar el contrato entre las partes en el sentido
de que la entrega de la mercadería se había efectuado a más tardar en el momento en
que el comprador tomó posesión de esta; es por ello que asignó la responsabilidad y que
se había efectivizado la transmisión del riesgo al comprador.

O, como en el caso Caso 943: CIM11, donde el comprador había visitado en varias
oportunidades el vivero para examinar los árboles objeto del contrato, e hizo el pedido
haciendo referencia únicamente a su tamaño y ubicación, siendo claramente
identificados. Es por ello que el artículo 69 3) no puede aplicarse, debido a que el lote
de árboles que se habían comprado estaban identificados y destinados al cumplimiento
de la obligación. Cuando todos los árboles de ese lote mueren, el riesgo incumbe al
comprador por haber aceptado la entrega tarde.

El artículo 70 indica que, si hay un incumplimiento esencial del contrato por parte del
vendedor, las disposiciones anteriores, que se mantienen vigentes, no afectarán los
derechos y acciones que le corresponden al comprador. En el fallo Sip Impex12, un
tribunal español condenó a la vendedora a pagar lo que había recibido en concepto de
precio más intereses pese a que el daño ocasionado se produjo después de la transmisión
del riesgo, la actora no pudo probar lo contrario, ya que había incumplido esencialmente
el contrato al no cumplir con la obligación tendiente a la indemnidad del comprador, al
no contratar correctamente el seguro y enviarle la documentación correspondiente al
comprador.

10
Caso 995: CIM [Denmark: Randers Byret (Randers City Court); BS 2-2229/2002 (8 July 2004)]
11
Caso 943: CIM [Slovakia: Okresný súd Galanta; 17Cb/7/2006 (15 December 2006]
12
https://iicl.law.pace.edu/sites/default/files/case-text/sap_b_11139_2018.pdf

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