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13/06/21

Testimonio:

Somos Elizabeth Eugenia Castillo Santa Cruz Y Oscar Isaac Trujillo Contreras y tenemos dos hijos Iker de 6
años y Oliver de 4.

Vivimos en San Miguel de Allende después de vivir muchos años en la ciudad de Celaya, creemos que el
cambio ha sido positivo en muchos aspectos entre ellos este programa.

La decisión de tomar el estudio de caso de Paternidad Efectiva nace primero de la creencia de que no
siempre lo bien arraigado es lo que conviene para nuevos tiempos y segundo desde la preocupación de
formar seres libres, amorosos, y seguros, tanto en su alma como en su mente, en pareja nos hemos dado
cuenta que la infancia es algo que marca toda la personalidad de un adulto, tanto en forma positivas
como en formas que no trascienden hacia cambios que influyan o impacten de una manera que ayude a
nosotros mismos o hacia las personas que nos rodean. El haber tomado anteriormente otros métodos
de paternidad nos había ayudado mucho, pero no lográbamos aterrizar toda la información ni ponerla
en acción la mayor parte del tiempo, la lucha de poder y el que los niños no nos hicieran caso era de
todos los días.

Las cargas de un pasado y una historia pesan en el minuto uno de convertirnos en papás, y muy pocos
nos hacemos presentes hacia la consciencia de nuestras acciones o emociones ante situaciones que nos
ponen en conflicto o duda. Por suerte a nosotros siempre nos brilló una luz lejana de que debíamos de
hacer algo para no tener más noches de culpa antes de dormir, o tener estas sensaciones de que algo no
estamos haciendo bien con nuestros hijos porque corregimos desde lo inmediato sabiendo que esa
huella inmediata no será una huella que queremos que tengan que sanar ellos en un futuro y repetir
patrones.

Marce Escamilla nuestra facilitadora, nos impartió en 12 sesiones los temas relacionados con el
programa de paternidad efectiva, abordó cada tema de manera contundente, dando ejemplos y dejando
actividades que nos permitieran practicar, concientizar y comprender las situaciones y lo que nuestros
hijos y nosotros necesitamos. Cada tarea fortaleció nuestro ser y nuestras emociones y por supuesto la
de nuestros hijos.

Del mismo modo nos dimos cuenta que un gran porcentaje de las reacciones que surgían por
comportamientos que consideremos inadecuados de los niños tienen raíz en nosotros como papás,
porque es importante que primero atendamos nuestras necesidades y emociones para poder responder
adecuadamente y guiarlos con empatía.

Cada tema tocaba puntos específicos para poder abrirnos los ojos y el corazón, para poder acercarnos
más a nuestros hijos e incluso a nuestros padres y verlos con una manera más clara y amorosa, sin
prejuicios, así mismo sanando todos en un todo.
Marce siempre estuvo disponible y atenta a nuestras dudas, nos acompañó y atendió siempre amable, y
estamos seguros que dió más de lo que correspondía, con consejos, y retroalimentación, así como con la
reflexión con palabras siempre alentadoras y exactas en momentos que teníamos de frustración y así
motivarnos a continuar y conectar con nosotros.

Hubo comportamientos de los niños que no esperábamos por los cambios que se iban dando, pero
Marce nos supo dirigir para tomarlo como un aprendizaje e identificar esos puntos débiles y poder
fortalecerlos. Con algunas visualizaciones pudimos sanar algunas partes de nuestra historia y también
ponernos en el lugar de nuestros hijos. EL Código familiar nos hizo identificarnos y sentir la seguridad de
pertenecia, de ubicación en un tiempo y en un lugar, que se convierte en un refugio ante todas las
situaciones que pasaremos juntos o separados. El tema de las vasijas es el ancla de la empatía que
queremos que nuestros hijos sientan hacia ellos y hacia los demás.

El poder darles a manos llenas todo lo que tenemos para ellos será nuestro mejor legado, porque
aprendimos con este método que ellos nacieron para recibir siempre lo mejor y puedan desde pequeños
estar abiertos a tomar sin temor todo lo bueno que les corresponde. Logramos cumplir con nuestros
objetivos y nos quedamos con tareas que nos ayudaran a reforzar y seguir llenando nuestras vasijas.Nos
quedamos las herramientas necesarias para tener una paternidad más enfocada a lo que deseamos con
nuestros hijos.

Nuestras expectativas con base al programa fueron más que satisfechas fue un complemento muy basto
a otros cursos de paternidad y cursos personales que hemos tomado, y ahora nos sentimos completos y
seguros para seguir creciendo junto con nuestros hijos, sin dejar a un lado siempre esa motivación por
ser mejores padres y mejores seres humanos y seguir aprendiendo, que es lo que nos encamina a
acercarnos de nuevo a nuestros apuntes, visualizaciones y rutinas de sanación y así replantear a tiempo
cosas que aún no están arraigadas aun, o temas que van surgiendo. Logramos conectar con los niños y
atraer su atención para que nos escuchen, así como logramos reconocer sus necesidades emocionales y
las de nosotros, y ahora sabemos encaminarlos hacia una inteligencia emocional más eficiente.

Estamos muy agradecidos y felices.

Atte: Oscar, Ely, Iker y Oliver

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