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u otro tipo de asistencia, deberán contratarse los servicios competentes de un profesional.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. 4
PARTE UNO:
EDUCAR DESDE EL AMOR Y RESPETO. 7
PARTE DOS:
LA IMPORTANCIA DE ESTABLECER NORMAS Y LÍMITES EFICACES. 12
PARTE TRES:
ESTILOS EDUCATIVOS DE CRIANZA, CÓMO IMPACTAN EN
NUESTROS HIJOS/HIJAS. 23
PARTE CUATRO:
SANAR NUESTRAS HERIDAS EMOCIONALES NOS AYUDA A
SER MEJORES PADRES. 32
PARTE CINCO:
LOS PADRES PERFECTOS NO EXISTEN. 40
PARTE SEIS:
COMO AYUDAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS A GESTIONAR
LAS EMOCIONES. 48
PARTE SIETE:
VIVIR EN ARMONÍA FAMILIAR. 62
PARTE OCHO:
SI TÚ ESTÁS BIEN, TUS HIJOS E HIJAS TAMBIÉN LO ESTARÁN. 69
PARTE NUEVE:
PALABRAS FINALES. 73
“La infancia, esa etapa maravillosa llena de alegría, de energía, de risas, de sueños... Etapa
de inocencia, de ilusión, de imaginación, de fantasía, de exploración, de asombro. Una etapa
mágica con características propias, únicas y especiales. La infancia es un mundo donde todo
es posible... y donde todo se puede hacer realidad. Nosotros los adultos que alguna vez
fuimos niños, solemos olvidarla con el trajín de la vida. Pero si buceamos, muy profundo, la
infancia siempre perdura en nuestros recuerdos, es uno de los tesoros más hermosos que
tenemos...
Lo más lindo es que al acompañar a nuestros hijos en su crecimiento y vivencias, nos hace
reconectar con esa parte nuestra que está en algún rincón de nuestros corazones guardado.
Esos recuerdos, bastante escondidos, en el contacto con nuestros hijos emergen a la su-
perficie, es entonces cuando añoramos esas sensaciones de bienestar y despreocupación y
nos gustaría recuperar. Tenemos la oportunidad de acompañar la infancia de nuestros hijos
y hacerla memorable, la vida es corta y pasa rápido, vivámosla y disfrutémosla junto a ellos
conectando desde lo más profundo de nuestra alma y corazones.
Liliana Gómez
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Criando a tus hijos desde el amor
INTRODUCCIÓN.
En esta fase de la vida, cuando somos madres y padres por primera vez, todo es nuevo. La
maternidad y paternidad se transforman en un proceso de aprendizaje para cada uno de
nosotros. Es un recorrido que vamos haciendo camino al andar. La tarea es continua y nos
demanda flexibilidad y adaptación a las nuevas necesidades y retos que van surgiendo en las
distintas etapas de crecimiento de nuestros hijos e hijas.
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Criando a tus hijos desde el amor
La intención al escribir este ebook fue llegar a mamás y papás interesados en conocer más
herramientas para educar conectando y comunicándose con sus hijos e hijas desde el cora-
zón y evitar hacerlo desde la reacción. Mamás y papás que se fueron dando cuenta en este
recorrido de la ma/paternidad que se puede criar con armonía, de una manera respetuosa y
positiva, diferente a como a muchos de nosotros, nos criaron nuestros padres por descono-
cimiento o porque no había tanta información como existe en este tiempo.
Para disfrutar de una crianza con armonía, hay que aprender y conocer más sobre cómo
nuestra historia repercute en nuestros hijos; cómo piensan, sienten, expresan los niños/niñas
y qué es lo esperable en cada etapa, así como también contar con estrategias efectivas
que ayudan a construir un vínculo estrecho de confianza y seguridad. De esta forma crecen
sintiéndose valorados, escuchados, reconocidos haciendo de ellos/ellas, personas felices,
seguras y autónomas, con buena autoestima, empáticas y con capacidad de resiliencia.
En este ebook les quiero transmitir algunos saberes, experiencias y estrategias que me die-
ron buenos resultados como mamá de tres hijos (hoy adolescentes) y como profesional ase-
sorando a lo largo de 25 años a familias. Tener estos conocimientos y aplicarlos en la práctica
les puede ser muy útiles como padres, para ayudarlos a orientar la tarea cotidiana. También
quiero aclararles que cada mamá y papá tomará lo que le resuene más, evaluará y adaptará
estas herramientas de acuerdo a su propia familia y a cada uno de sus hijos/hijas, ya que cada
familia es un mundo y cada niño es único y especial.
Liliana Gómez
Crianza con Armonía
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“Tus hijos solo
tienen una niñez,
hazla memorable”
Regina Brett
Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
La calidad del vínculo entre padres (mamá y papá) e hijos durante los primeros años de
vida es un aspecto significativo para que los niños adquieran herramientas para adaptarse al
entorno. Cuando los niños y las niñas se sienten aceptados/as amados/as y acompañados/as
por sus progenitores, buscan dar lo mejor de sí mismos, quieren agradar y cooperar, ven a
sus figuras parentales como modelos a seguir y desean aprender de ellos. Es a través de las
interacciones significativas con sus figuras de apego que los niños y niñas tendrán la posibi-
lidad de desarrollar al máximo sus potencialidades.
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Criando a tus hijos desde el amor
Como mamás y papás, no siempre sabemos bien cómo tenemos que actuar, qué debemos
aportarles a nuestros pequeños/as para contribuir a su desarrollo sano y feliz. Muchas son las
preguntas que nos hacemos, los dilemas y los interrogantes nos invaden. Pero más allá de
las distintas formas de crianza que adoptemos con nuestros hijos, que está determinado por
la cultura, los valores, las normas y tradiciones de cada familia... Tenemos, necesariamente
que educar desde el buen trato, para que todos los niños y las niñas vivan una infancia sana
y feliz.
El buen trato hace referencia a que todos tenemos los mismos derechos (niños y adultos),
pero necesidades diferentes que debemos respetar, así generamos el bienestar entre todos.
Cuando existe buen trato con nuestro hijo/a o con otras personas, nos relacionamos basán-
donos en un sentimiento de respeto y valoración, tenemos empatía y comprendemos sus
necesidades. Así como también nos comunicamos de manera asertiva, buscando resolver las
situaciones conflictivas de forma no violenta y tratando de llegar a acuerdos. De esta manera
la relación entre padres e hijos se orienta a asegurar el desarrollo de las máximas potenciali-
dades de los niños/niñas en ambientes cariñosos, respetuosos y seguros afectivamente.
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Criando a tus hijos desde el amor
hijos/hijas hagan lo que quieran, sino asumir un estilo basado en la enseñanza adecuada de
normas y límites que ayude a niños y niñas para vivir en sociedad.
Es preciso que mamás y papás comprendamos que para educar se requiere un adecuado
equilibrio entre la firmeza y la amabilidad para poder poner límites, y sobre todo el cariño y
la paciencia para educar y criar desde el amor y el respeto. En la medida que los hijos e hijas
conozcan de esta manera, las normas y límites e internalicen tempranamente, les será más
fácil desenvolverse socialmente en los ámbitos donde participen (familia, escuela, comuni-
dad). También será más fluida, armoniosa y de disfrute la crianza.
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Criando a tus hijos desde el amor
Ser mamá o papá es sin duda una tarea maravillosa, pero al mismo tiempo puede resultar
difícil y agotadora. Lo importante es que en los momentos de tensión los adultos podamos
tener control de nuestras emociones, demos el ejemplo y pensemos que siempre será mejor
desarrollar comportamientos de buen trato a través del cariño y el uso apropiado de las nor-
mas y límites, que otros métodos más reactivo, si lo que realmente deseamos es criar a hijos
e hijas más felices y seguros de sí mismos.
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Criando a tus hijos desde el amor
Es importante establecer rutinas, hábitos, normas y límites desde la primera infancia. Si nues-
tros hijos/as desde muy pequeños/as conocen lo que tiene que hacer y siguen una rutina
establecida dentro de unos límites que le son familiares, tendrán una mayor probabilidad
de adoptar un buen comportamiento y de tomar mejores decisiones. Además, las normas
les permiten interiorizar valores como el compromiso, la responsabilidad, la solidaridad, la
convivencia, la paciencia y la empatía.
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Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
pautas de comportamiento, aunque tengamos que acompañar aún para que las concreten.
Por ejemplo, saber que después de jugar hay que recoger los juguetes y ponerlos en su lugar
o que después de cenar, hay que cepillarse los dientes, ponerse el pijama, y prepararse para
escuchar un cuento antes de dormir.
Además, cumplir una rutina con hábitos positivos y saludables les permitirá a nuestros hijos e
hijas anticipar lo que viene y manejar la ansiedad, adaptarse mejor a las distintas situaciones
y seguir un ritmo de vida organizado.
Es necesario saber que el enseñar normas y límites es un proceso que no se logra de un día
para otro. Al inicio tenemos que explicarles por qué son importantes para que tengan un
sentido de ser para tu hijo/hija, así como también acompañarlos y modelar lo que queremos
enseñar, haciendo con ellos/ellas lo que queremos que aprendan, por ejemplo ordenar sus
juguetes. Más adelante podremos acompañar sólo con recordatorios verbales dirigidos, con
preguntas abiertas Ej. - Después de jugar ¿qué tenemos que hacer?, les podemos facilitar
cajas de plástico grandes para ordenar sus distintos juguetes, eso les facilita la tarea. Por
último el niño/niña cuando haya internalizado el hábito lo realizará de forma autónoma en
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Criando a tus hijos desde el amor
Una clave a la hora de enseñar límites y normas es tener paciencia y como mamás, pa-
pás, mantener el autocontrol emocional al momento de enseñar o corregir un comporta-
miento. Las reacciones impulsivas automáticas de enojo, o pérdida de la calma de parte
del adulto impedirán una experiencia positiva de aprendizaje para el hijo/hija.
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Criando a tus hijos desde el amor
La idea es que en un tono de voz calmado y sin reproches, hables con tu hijo/hija sobre lo
sucedido, los resultados y las maneras adecuadas de pedir o hacer las cosas para que haya
aprendizaje y pueda actuar de una manera diferente en otras ocasiones.
Cuando uno quiere dialogar con su hijo/hija sobre temas relacionados con los límites, es
mejor que sea en momentos de calma, cuando el niño/niña esté de buen ánimo y dispuesto
a comprender razones. Podemos armar acuerdos en los que el objetivo es consensuar juntos
por ejemplo “si la hora de ver su programa favorito la prefiere antes o después del baño”
lo que decidamos, después tenemos que ser firmes y cumplirlo. Los hijos/hijas son más
cooperativos y mejor predispuestos cuando tienen la posibilidad de ser parte de las
decisiones.
Podemos empezar de a poco haciendo un trato con los temas fundamentales. Para estar
seguro/a que el niño o niña ha comprendido lo que se espera de él, es bueno preguntarle
en forma de juego: “A ver si te expliqué bien ¿cuál es nuestro trato?”. Esperar la respuesta y
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Criando a tus hijos desde el amor
volver a repasar si no la comprendió. Es importante recordar que los niños están aprendien-
do y que en esta etapa es necesario repetirles varias veces los límites y explicarles qué espe-
ramos de ellos/ellas. Habrá ensayos y errores en esta práctica de parte de los niños y desde
nosotros es necesario la comprensión, paciencia y tomar el error como parte del aprendizaje.
Es importante cumplir los acuerdos pautados y sostenerlos a diario. Por ejemplo, si acor-
damos que la hora de dormir es a las 21 hs y el niño/niña no desea hacerlo, es aconsejable
sostener el horario, acompañarlo y acostarlo aunque no desee hacerlo. En este caso para
que vaya motivado y no sea con enojos, le podemos brindar algunas opciones (limitadas)
para que elija, por ejemplo ¿qué cuento quieres escuchar esta noche, o quieres caricias en
la cabeza, o una música tranquila? Nuestra presencia es muy contenedora y gratificante para
ellos.
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Criando a tus hijos desde el amor
Las normas y límites tienen que estar adaptadas a la edad, al grado de madurez y autono-
mía de nuestro hijo o hija. De forma progresiva iremos transformándolos en función de sus
nuevas habilidades, de su capacidad de tomar decisiones y de las nuevas responsabilidades
que puede ir asumiendo. Esto nos permite exigir en la medida de sus posibilidades y tener
expectativas reales, acordes a las capacidades de los niños. No es lo mismo pedirle a un niño
que ordene los juguetes a los 5 años (que ya lo puede hacer solo) que a un niño de dos años
que lo puede hacer, pero sólo con ayuda del adulto acompañándolo todo el tiempo.
El lenguaje que usemos tiene que ser claro, sencillo, concreto y comprensible, así como un
tono de voz calmo pero firme. Por ejemplo, no basta con decir “pórtate bien”, “No te portes
mal”, “sé bueno”, esas son definiciones generales que nuestro hijo/hija no comprende. Es
más adecuado dar las instrucciones precisas: “hablamos con calma y no gritamos”, “cada
vez que termines de jugar guardá tus juguetes”, “la ropa sucia la ponemos en este cesto”,
“cuando crucemos la calle, dame la mano”, “en el sofá nos sentamos, no es para pararse
o saltar”, etc. Los niños necesitan saber, concretamente, qué es lo que se debe y no se
debe hacer. O ser concreto en decirle lo que esperamos de ellos/ellas.
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Criando a tus hijos desde el amor
Es aconsejable que después de dar una instrucción, las madres y padres nos aseguremos de
que el niño/niña la comprendió y permitirle hacer las preguntas que desee, respondiendo a
todas sus dudas e inquietudes.
Es importante que el niño comprenda que las normas y los límites, tienen un sentido y buscan
el bienestar y la protección. Hay que explicarles el por qué se fija esa norma o límite y por qué
es importante cumplirlo. Como también qué pasa cuando no lo hace. Esto le ayuda a desarro-
llar conciencia alrededor de la norma y límite y le permite una sana convivencia con quienes
se relaciona.
De nada sirve que como adultos le digamos a nuestro hijo/hija que cumpla una norma o límite
“porque lo digo yo que soy tu mamá o papá” o “porque sí y punto”, “porque aquí mando
yo” o “porque en esta casa se hace lo que yo digo”. De esta forma no les estamos enseñando
a cumplir de manera responsable y consciente sino por miedo o por sumisión a la autoridad.
Una sugerencia que favorece a que nuestros hijos/hijas comprendan mejor lo que les pedimos
es que, siempre que sea posible, las normas y límites las expresemos en términos positivos.
Evitar el uso del “no” constantemente y decir con claridad que pretendemos de su conducta.
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Criando a tus hijos desde el amor
Resulta más eficaz y comprensible decirle a una niña o a un niño lo que debe hacer, ejemplo:
“habla en voz baja”, en lugar de lo que no debe hacer “No grites”. A su vez, es importante
darles opciones o alternativas aceptables. Por ejemplo, enseñarle que dibujar o pintar en las
paredes no es una opción, explicarle y ofrecerles donde sí puede dibujar y decirles “Aquí
tienes papeles para pintar. Aquí puedes hacer tus dibujos”. Al ofrecerles alternativas, le es-
tás demostrando que sus sentimientos y deseos son válidos y que pueden llevarlos a cabo
bajo ciertas reglas. Aclaración: en algunas ocasiones y cuando son más pequeños de edad
los niños, se requiere el uso del No cuando se trata de advertir un peligro o cuando quieren
llevarse algo a la boca que es inadecuado, o tocar algo que puede ser peligroso.
El cumplimiento de las normas y límites tenemos que aplicarlos con firmeza y con respeto en
todo momento y lugar. No es conveniente que unas veces las cumplamos y otras no, porque
esto confunde a los niños. En algunas ocasiones podemos flexibilizar algunas normas o lími-
tes, como en tiempo de vacaciones, que al niño se le puede permitir levantarse o acostarse
un poco más tarde. En esos casos, es necesario que el niño tenga claro que esos nuevos
acuerdos son adaptados al contexto y que son temporales.
Cuando ya logran expresarse con mayor facilidad a través del lenguaje, es necesario que
involucremos a nuestro hijo/hija en las nuevas normas que decidamos para la convivencia
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Criando a tus hijos desde el amor
familiar. Si bien al inicio, las normas y pautas de comportamiento las fijamos los adultos debi-
do a que la niña o el niño aún es muy pequeño, entre más los involucremos en la definición
de una norma, mayor sentido de pertenencia desarrollará hacia ésta y, por lo tanto, estará
más dispuesto a cumplirla cuando sabe que fue consensuada con él /ella y ha sido parte de
la decisión.
A su vez, es fundamental que mamás y papás tengamos las normas y límites claros y consen-
suados, como también que evitemos desautorizar a la pareja, ya que esta situación genera
confusión en los hijos/hijas.
Cuando pautamos las normas y límites con nuestros hijos/hijas haciéndolos participar, es
necesario también darles a conocer cuáles son las consecuencias de su incumplimiento. Esto
les permite conocer de manera anticipada lo qué ocurrirá si no la cumplen y les ayudará a
autorregular su comportamiento.
Así mismo, esas consecuencias tienen que ser coherentes con la norma o límite pautado y
partir de un principio de reparar la conducta no adaptativa. En vez de referirse a la palabra
castigo podemos reemplazarla por “reparación de lo sucedido”. Esto implica que el niño
comprenda que cometió un error y que puede aprender del mismo. Al explicarle el motivo
de por qué no puede actuar así, sabe que una próxima vez podrá pedir ayuda al adulto o
actuar de una manera diferente más positiva.
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Criando a tus hijos desde el amor
• Ser ejemplo.
Nuestros hijos/as aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Imitan los com-
portamientos que observan a diario. Tenemos que ser conscientes y mantener coherencia
entre lo que decimos y lo que hacemos, así el niño/a aprende y consolida lo que queremos
enseñar. Ej. Si queremos tener hijos lectores, nosotros como padres debemos fomentar el
amor por la lectura y los libros, tienen que vernos leer, contarles cuentos, visitar librerías....
Si nuestro hijo/ hija nos observa hacerlo y disfrutar de ciertas actividades, llevarán a cabo
con más facilidad las mismas, de lo contrario, habrá más resistencias. Esto aplica a deportes,
comidas, etc. Nosotros somos su ejemplo en toda la modalidad de vida que llevamos.
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Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
Los estilos de crianza que llevemos a cabo con nuestros hijos van a influenciar en su desarro-
llo. Es importante prestar atención y que fomentemos estilos de crianza positivos y respetuo-
sos que contribuyan a un desarrollo sano tanto social como emocional.
El estilo de crianza es un patrón de actuación de los padres que incluye emociones, pen-
samientos, conductas, creencias, actitudes que impactarán directamente en los hijos/hijas.
Los estilos de crianza son importantes porque en la forma que las madres y los padres inte-
ractuemos con los hijos e hijas va a formarse la base de su desarrollo social y emocional y
por lo tanto de su bienestar. También va a determinar las interacciones sociales y relaciones
afectivas futuras.
1. Autoritario
2. Permisivo
3. Democrático
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Criando a tus hijos desde el amor
En los niños/niñas este estilo de crianza provoca problemas emocionales como baja autoes-
tima, timidez, sumisión o rebeldía. Crecen con falta de confianza y miedo a cometer errores,
ya que suelen recibir castigos por ellos, lo que les lleva a mentir para evitarlos. Este estilo
puede convertir a los hijos en personas dependientes e inseguras.
En los niños/niñas este estilo de crianza genera una actitud desafiante y rebelde. No apren-
den a tolerar la frustración. Se les dificulta entender qué conductas son adecuadas y cuáles
no. Pueden tener dificultades para relacionarse de manera sana y armónica con los demás.
También es común observar que en ocasiones se adoptan ambos estilos “permisivo y auto-
ritario”, así confunden a los niños/niñas no logrando enseñarles las conductas esperables.
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Criando a tus hijos desde el amor
En este modelo mixto, las mamás y papás suelen adoptar, en ocasiones un estilo permisivo,
son afectuosos y brindan todos los deseos a sus niños/as, y en otros momentos, se molestan
con la conducta de sus hijos porque no responden como ellos desearían y pasan al estilo
autoritario que sanciona o castiga. No hay aprendizaje de las normas y límites, porque no
hay claridad en el mensaje que les dan. Los niños/as no saben qué se espera de ellos/ellas.
Los hijos/hijas criados por padres democráticos suelen tener control de sus emociones y
confianza en ellos mismos para aprender cosas nuevas y adaptarse a situaciones nuevas. En
su crecimiento aprenderán a ser personas asertivas, resilientes y empáticas.
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Criando a tus hijos desde el amor
Este estilo de crianza pasa por atender las necesidades emocionales de los niños/as y al mis-
mo tiempo aplicar una disciplina positiva. Es un estilo que consiste en consensuar de modo
democrático las decisiones y normas para dejar que los hijos/hijas desarrollen su autonomía
y su confianza. No siempre es fácil llevar a cabo un estilo de crianza positivo y respetuoso, la
clave está en buscar el equilibrio.
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Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
3. Demuestra afecto.
Exprésale todos los días tu amor con palabras y caricias. Mostrar cariño de forma directa
a nuestros hijos/hijas mejora el nivel de felicidad y autoestima. Se trata de manifestarles y
hacerles sentir que los amamos de forma incondicional. Nuestros hijos/hijas lo perciben, se
sienten aceptados y queridos. También esta actitud de parte nuestra les enseña a demostrar
afecto hacia los demás. Aceptémoslos como son y recordemos que están en proceso de
desarrollo y crecimiento.
Estimula su aprendizaje valorando sus logros y esfuerzos. Es importante para nuestros hijos/
hijas que los animemos, alentemos cuando realizan algo bien o cumplen con metas estable-
cidas, o colaboran en alguna tarea del hogar. Esta actitud refuerza la conducta positiva y po-
tenciamos el aprendizaje. En general como adultos destacamos más cuando hacen las cosas
de forma inadecuada y no hacemos mención cuando lo hacen bien. Fortalezcamos lo posi-
tivo y demos aliento, así sean pequeños logros, para que avancen en las buenas conductas.
Es importante que les enseñemos a resolver los conflictos a través del diálogo y la negocia-
ción. A encontrar un punto de encuentro con la otra parte, donde los dos ganen y ninguno se
sienta mal. Para lograrlo, tiene que aprender a relajarse en momentos de enojo o molestia,
situación de la cual no podrá surgir una solución coherente. Aprender a respirar y estar cal-
mado es positivo para iniciar una conversación y acuerdo posterior. También es aconsejable
alentarlos a pedir disculpas dependiendo de la situación, eso ayudará a reparar las relaciones
con los demás y buscar juntos soluciones.
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Criando a tus hijos desde el amor
Es importante que enseñemos que el error es parte del aprendizaje. Todos nos equivocamos
en algún momento, y podemos repararlo, pensar mejores formas de proceder o de hacer, en
otras oportunidades. No tenemos que transmitir el error como algo vergonzoso sino como
algo a partir de lo cual podemos mejorar. Evitemos criticar o avergonzar por el error al ni-
ño/a, seamos comprensivos y ayudémoslo. Como mamás/papás podemos cometer muchos
errores, pero lo importante es rectificar y apuntar a ser cada vez mejores en nuestro rol. Asi-
mismo, es importante que, cuando nos equivoquemos, sepamos pedir disculpas a nuestros
hijos/hijas. Así, ellos también aprenden el valor del perdón y reconocen que todos podemos
cometer errores.
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“...podemos compartir
nuestras emociones,
experiencias, de manera
que generemos un
espacio de confianza y
permitamos un vínculo
cercano y afectivo”.
Criando a tus hijos desde el amor
Educar a nuestros retoños no es una tarea fácil ni sencilla. Nadie dijo que sería un camino sin
obstáculos en el que caminaríamos sin tropezar. Ser madre o padre es una experiencia llena
de altibajos emocionales para la que nadie nos prepara. Aprendemos del día a día, de nues-
tros aciertos y errores, de nuestros éxitos y fracasos, con más o menos alegrías, desilusiones
o frustraciones. Pero sin duda, todos queremos ver cómo nuestros hijos e hijas crecen sanos,
autónomos, seguros de sí mismos y felices. También que desarrollen una buena autoestima,
motivación para aprender y capacidad de resolver situaciones cotidianas que los prepare
para afrontar los desafíos de la vida.
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Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
Comprender nuestra historia y aceptar las carencias que nuestros padres tuvieron nos lleva
a disfrutar más de nuestra propia posición como madres y padres. Cuando trabajamos en
nuestro autoconocimiento estamos en mejores condiciones de brindar seguridad y bienestar
emocional a nuestros hijos. Si logramos dar sentido a nuestras experiencias infantiles aunque
hayan sido difíciles o traumáticas, no repetiremos el mismo tipo de crianza con interacciones
con nuestros hijos, que pudieron ser negativas. De lo contrario, es muy probable que la his-
toria se repita y que esos patrones heredados se continúen transmitiendo de una generación
a otra.
En este proceso de crianza tenemos que tomar consciencia que la mayoría de las veces
estamos guiados por un estilo, de modo piloto automático, que se presentan así de repente
de forma instintiva que nos van indicando qué hacer en cada momento. Y esa forma de
actuar viene marcada por nuestra propia historia familiar. Evidentemente los esquemas de
formación han variado y tratar de formar a nuestros hijos como lo hicieron nuestros padres
con nosotros, ya no es suficiente, ni muchas veces, efectivo. Ser madres y padres nos plantea
constantes dilemas y esta situación nos lleva con afán a buscar respuestas y soluciones para
enfrentar exitosamente este gran desafío.
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Criando a tus hijos desde el amor
con las heridas emocionales, que son las huellas de las experiencias dolorosas que hemos
experimentado en nuestra vida. Muchas pueden venir de la infancia.
En muchas respuestas automáticas que damos a nuestros hijos/ hijas nos sorprendemos
cómo manifestamos características incorporadas como propias de nuestros progenitores,
en acciones y/o sermones, y en ocasiones, nos damos cuenta que dichas características las
rechazábamos en nuestra infancia.
Cuando las hacemos conscientes, tenemos la posibilidad de poder sanarnos y soltar esos
problemas no resueltos de nuestro pasado y así logramos estar bien con nuestros hijos/
hijas. Empezamos a sentir que logramos hablar con voz propia, que podemos construir
con nuestros niños/niñas, una relación de mayor conexión, respeto y armonía, diferente
a la que tuvieron nuestros padres con nosotros. Cuando lo conseguimos, sentimos una
liberación pero para completar el proceso, también es importante reconocer que nuestros
padres hicieron lo que pudieron y estuvo a su alcance. Perdonar y soltar también es parte
de sanar.
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Criando a tus hijos desde el amor
La resolución de nuestros temas personales también nos aporta más herramientas adaptati-
vas y nos da mayor libertad de elección de respuesta en nuestras relaciones interpersonales,
no solamente con nuestros hijos/as.
Es clave para reconocer lo que nos afecta y nos hace reaccionar de manera reactiva, impulsi-
va, forma que irrumpe en la cotidianidad anulando la capacidad de procesar la información
para dar una respuesta más adaptativa a la situación que se nos presenta. Una vez que lo
hagamos consciente, podemos buscar soluciones y trabajar para superarlas. Conocernos
bien también nos ayudará a adoptar estrategias que nos ayuden a gestionar mejor nuestras
emociones y a ser personas más auténticas.
Conectarse con nuestra esencia y con nuestra voz interior, ayuda a conocernos, compren-
dernos y amarnos. Si nos conocemos podremos sanarnos y aprender de aquellas heridas
emocionales que dolieron mucho, pero que nos enseñaron algo.
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Criando a tus hijos desde el amor
Todas las emociones que sentimos son necesarias, ninguna es mala. Para que puedan seguir
su curso debemos expresarlas. Algunas personas, nunca hablaron de lo vivido en la infancia.
A veces se guardan traumas sin resolver que se activan en la adultez a través de miedos,
fobias o reacciones desmedidas que no se comprenden bien, y que son limitantes para su
vida. Un buen recurso para que puedan fluir y liberarlas es darles paso cuando revivimos el
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Criando a tus hijos desde el amor
Gestionar las emociones permite cerrar heridas. Si aprendemos cómo comunicar y utilizar los
sentimientos, las podremos cerrar antes. Para hacerlo debemos aprender de las experiencias
pasadas y capitalizar los aprendizajes que nos dejó.
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Criando a tus hijos desde el amor
La culpa y el rencor son obstáculos para sanar las heridas emocionales. Tras la aceptación y
el perdón viene la transformación. Perdonarse y perdonar cuando se hace de manera sincera
y de corazón tiene un enorme poder sanador y transformador aunque no lo hagamos direc-
tamente con la otra persona implicada.
6. Piensa en el presente.
Vivir en el pasado solo nos coarta de disfrutar la vida, y la vida es ahora. Vívela y disfruta junto
a tus seres queridos.
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Criando a tus hijos desde el amor
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Criando a tus hijos desde el amor
lograr ese punto justo es un trabajo arduo que no siempre lo conseguimos. Sabemos que
las madres y padres perfectos no existen y que del error se aprende. Sin embargo, las dudas,
miedos, inseguridades nos invaden constantemente. Si de algo tenemos que estar seguros
en este camino, y no nos tenemos que olvidar, es que para educar a nuestros hijos e hijas
necesitamos estar presentes como también ser conscientes de la importancia de aprender
a criar con armonía combinando ingredientes tan necesarios como la paciencia, el amor, el
respeto y la tolerancia.
Es necesario recordar también la necesidad de establecer normas y límites y claros que nos
ayuden a modelar los valores y las actitudes que deseamos transmitir en nuestra familia.
Para conseguirlo, madres y padres adoptamos diferentes estilos educativos y estrategias con
las que no siempre obtenemos lo que deseamos. Cuando esto ocurre entonces aparecen
más dudas, que no siempre logramos resolver y a veces, la culpa. Y nos preguntamos ¿Lo
estamos haciendo bien? En realidad, no hay una única manera de educar, ni guiar a los hijos
como tampoco existen soluciones mágicas, ni recetas milagrosas. Sí, tenemos la posibilidad
de aprender a educar implementando una disciplina positiva que nos brinda distintas estra-
tegias y recursos para la crianza, las mismas facilitan nuestra labor como madres y padres,
considerando que cada niño es único y
teniendo en cuenta que habrá que res-
petar y adecuarse a sus posibilidades
evolutivas.
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Criando a tus hijos desde el amor
En la primera infancia, los niños y niñas son muy demandantes, están llenos de energías,
son muy activos y se encuentran en pleno desarrollo emocional, cognitivo y físico. A esta
edad exploran el mundo y empiezan a adquirir y practicar habilidades sociales. Por lo tanto
tenemos que prepararnos para realizar el recorrido de la ma/paternidad para guiarlos, acom-
pañarlos y ofrecerles en cada paso de su desarrollo la contención y recursos necesarios para
el aprendizaje de las habilidades sociales que a medida que crezca le darán la posibilidad de
autorregulación de su conducta y autonomía. Para ello debemos conocer las características
del niño y tomar la crianza con mucha paciencia y como un compromiso a largo plazo.
Educar además requiere compromiso, esfuerzo y mucho tiempo. Un tiempo que no siempre
tenemos como nos gustaría, y un esfuerzo a diario que realizamos en medio de tantas ocu-
paciones, preocupaciones, estrés, para acompañarlos y sostenerlos.
Los niños de hoy viven en un mundo acelerado, lleno de prisas. Todo a su alrededor va de
forma vertiginosa condicionada por el modo de vivir de los adultos. Así las infancias de nues-
tros hijos e hijas pasan velozmente, lo que nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de que
las vivamos de un modo más calmo y pausado, ofreciéndoles lo que necesitan en cada etapa
y así, prepararlos para el camino que deberán recorrer hacia la edad adulta.
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“El reto de la maternidad
y paternidad puede ser
apasionante y a la vez
difícil y complicado...”
Criando a tus hijos desde el amor
Si nos decidimos por una crianza positiva y respetuosa tenemos que saber que requiere
tiempo, esfuerzo, altas dosis de paciencia y mucho amor. Los niños y niñas necesitan sentir-
se queridos, comprendidos y respetados por sus madres y padres mientras van creciendo.
Necesitan tiempo para aprender y nuestra guía con límites que les contengan y aporten
seguridad. Necesitan nuestros besos y abrazos, nuestra presencia.
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Criando a tus hijos desde el amor
el ejemplo, a que reconozcan sus errores y a que aprendan de ellos, en lugar de negarlos
y culpar a los demás. A tomar como oportunidad de aprendizaje y a buscar alternativas de
solución o reparación. Si les hemos ofendido, pidámosles perdón, aprenderán así a perdonar
y a disculparse de corazón cuando hayan herido a alguien. Así daremos ejemplo de cuándo
y cómo pedir disculpas.
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Criando a tus hijos desde el amor
Una aspiración amorosa y realista es la de intentar ser buenos padres esforzándose cada día por
estrechar los vínculos de afecto y cariño con nuestros hijos/hijas. Para ello, es muy importante
mantener un clima emocional que transmita seguridad y protección, basándose en la idea de
que pueden aparecer distintos conflictos y para resolverlo se requiere el diálogo basado en
el respeto al otro. No basta con criar y educar, solo con lo que traemos aprendido, tenemos
que hacer un trabajo de formarnos como mamás o papás, equiparnos de herramientas y dar
lo mejor a nuestros hijos/as, enfocándonos en lograr una versión mejorada de educación de
la que recibimos nosotros como hijo/a. Es tomar consciencia que podemos educar diferente
y abandonar el modelo de crianza basada en el miedo o en el abuso de la fuerza. Dejar atrás
los métodos autoritarios y de maltrato que generaron por mucho tiempo un impacto negativo
en el desarrollo de la niñez, para dar lugar a una crianza con armonía y disfrute, educando
desde el amor y respeto. Si bien es un gran desafío, es posible y vale la pena.
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Criando a tus hijos desde el amor
Este camino largo a recorrer donde tenemos que educar a nuestro hijo/hija, es una misión
que requiere una buena dosis de paciencia, amor, comprensión, respeto y presencia, así
nuestros hijos e hijas se sentirán acompañados, cuidados, queridos y respetados por noso-
tros transformándose en personas sanas, seguras, felices e independientes.
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Criando a tus hijos desde el amor
Es importante que un niño pueda expresar lo que piensa y siente, lo que les gusta, les da
miedo, las situaciones que le causan tristeza o lo que perciben como asco. El poder hablar
de sus sentimientos y pensamientos hace que se liberen de una carga emocional que en
ocasiones les genera presión y estrés.
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Es importante considerar que las emociones son innatas y las sentimos desde que nacemos,
son naturales del ser humano. Se necesitan porque todas cumplen su función.
Cuando hablamos de emoción positiva o negativa, nos referimos al hecho de resultar agra-
dables o desagradables para quien las experimenta. Es un error pensar que una emoción
positiva es una emoción buena y una negativa, mala.
En realidad, todas las emociones tienen la función de propiciar nuestra adaptación al en-
torno. Nos protegen de peligros, facilitan la comunicación con los demás, intervienen en la
toma de decisiones, marcan nuestros intereses o nos permiten reconocer y corregir errores
cometidos.
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Criando a tus hijos desde el amor
conscientes de las emociones que están sintiendo y cómo las pueden regular en una situa-
ción en particular, para así interactuar y llevarse bien con los demás.
Las habilidades sociales están fuertemente ligadas con la empatía. Ya que es esencial enten-
der lo que sienten las personas de nuestro alrededor para saber cómo actuar. Desarrollar la
empatía hará que el niño consiga interactuar de forma adecuada, adquiriendo una mayor
capacidad de asertividad.
Para reconocer una emoción es importante que el niño/a entienda qué es esa emoción, defi-
nir y explicar que siente a nivel físico. Por ejemplo cuando nos enfadamos se tensa el cuerpo,
se frunce el ceño, se arruga la nariz, levantamos el tono de voz.
2. Expresarlas.
Es necesario que entienda sus emociones de forma progresiva y luego pueda expresarlas, es
decir explicar a alguien cómo se siente y por qué.
Si como madres y padres nos acostumbramos a hablar de forma abierta sobre nuestras
emociones, expresarlas y hacerlo de forma adecuada, será más fácil que nuestros hijos/hijas
copien esas conductas
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Criando a tus hijos desde el amor
Es importante explicarle de qué formas puede gestionar cada emoción. Enseñarle formas al-
ternativas de actuar cuando observamos que no puede gestionar adecuadamente la situación.
En ocasiones, se nos hace difícil como mamás o papás porque nosotros no hemos tenido
educación emocional. Además hemos crecido en una sociedad que fomenta más la represión
que la gestión de las emociones, en especial si las emociones son negativas. La mayoría de las
veces, por desconocimiento oímos decir a los adultos “No tengas miedo”, “No llores”, “No te
enojes”. Las emociones necesitan ser expresadas y manifestadas de una manera saludable y
para ellos los adultos somos los responsables de enseñar a nuestros hijos/hijas como hacerlo.
Tenemos que ayudarles a que aprendan una buena gestión emocional, esto los ayudará a
desenvolverse mejor en la sociedad, a tener un buen autocontrol, a regular sus emociones po-
sitivamente, se sentirán así mejor con ellos mismos, y les beneficiará a la hora de relacionarse,
de tomar decisiones y en la resolución de problemas personales.
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Criando a tus hijos desde el amor
Nosotros, madres y padres somos una parte fundamental en este proceso, de la enseñanza
de estas habilidades emocionales, pero también influyen otras figuras referentes familiares
o educadores.
A continuación brindamos algunas pautas a seguir a través del desarrollo emocional de los
niños.
En esta etapa es importante aprender a conocer a nuestro hijo/a, en una primera instancia
descifrar o hacer una lectura de lo que le pasa, de lo que nos quiere comunicar, que está
ocurriendo en su mundo, entender el lenguaje de sus emociones, si está irritado, molesto
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Criando a tus hijos desde el amor
Es una etapa donde aparece el berrinche cuando algo se le niega o no sale como ellos quie-
ren y se frustran. Se caracteriza por una gran descarga emocional importante de enojo, que
puede ser acompañado por gritos, patadas, tirarse al piso, etc. En estos momentos hay que
mantener la calma para darle posibilidades de que exprese y canalice la emoción de forma
adaptativa y de a poco ir controlando ese sentimiento sin llegar a descontrolarse.
De 3 o 5 años. Los niños/as ya están capacitados para reconocer y nombrar las emocio-
nes. Las mamás y papás tenemos que aceptar y respetar las emociones de nuestros hijos/
hijas, escuchándolos, conteniéndoles y ayudándoles a saber expresar sus sentimientos,
como por ejemplo: “Te veo enojado, cuéntame qué es lo que te enoja”, de este modo
identificamos y damos nombre a su sentimiento. Le damos la posibilidad de conectar con lo
que siente y poder expresarlo con palabras. Si no logra ponerle nombre a la emoción, o no
encuentra la causa le facilitaremos el vocabulario oportuno para que lo aprenda de forma
progresiva y no les falten recursos.
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Otra forma para que aprendan a identificar las emociones y hacer familiar hablar de ellas, es
contándoles nuestras emociones, tanto las positivas como las negativas, de esta manera le
mostramos cómo expresar sus emociones de manera adecuada y que no es malo compartir o
expresar cómo se siente cada uno. A medida que los niños/as crecen pueden contextualizar
mejor sus emociones.
Entre los 5 y los 10 años. Van teniendo más capacidad para afrontar las emociones. Pode-
mos enseñarles y ayudarles a expresar con palabras lo que les molesta, sin tener que llegar a
gritar o pegar a otras personas cuando se enojan. Es la etapa donde empiezan a desarrollar
la empatía, capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus necesidades. Po-
demos dar ejemplos de situaciones concretas y pensar con ellos cómo creen que se sienten
otras personas en determinadas situaciones. También cómo piensan que podrían ayudarlas.
A medida que crecen, podemos potenciar que el niño desarrolle sus propios recursos por
medio de reflexiones sobre situaciones que le ocurran, por ejemplo: “Comprendo que ten-
gas miedo a dormir solo y que la oscuridad te asuste” ¿Cómo te puedo ayudar? ¿Qué te
haría sentir más seguro? “Cuando me pasó a mí me ayudó... quizás a vos también te funcio-
nen”. Podes probar y seguimos pensando juntos alternativas. ¿Qué te parece?
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“Tenemos que ayudarles
a que aprendan
una buena gestión
emocional...”
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• Ayudará a tener más empatía, lo cual es fundamental para establecer relaciones interper-
sonales sanas.
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arreglar? ¿Qué te parece que podrías hacer ahora? que impulsan el razonamiento y cui-
dan la autoestima y la autonomía emocional.
✔ Recuérdale que lo/la quieres siempre: Es importante que el niño/a tenga claro que
el amor de mamá y papá va más allá de su conducta y reacciones emocionales que mani-
fieste.
✔ Escucha y conecta estrechando el vínculo. Compartir juegos con los niños con aten-
ción plena, escuchándolos y dejándoles expresarse libremente, sin juzgarlos, promueve
una relación óptima que le brindará más cercanía con su hijo y oportunidades para acom-
pañarlos en su gestión emocional.
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Dibujar emociones
Es una de las actividades más sencillas y consiste en poner un espejo delante de los niños y
pedirles que represente emociones por medio de una expresión. Luego puede dibujar en un
papel las expresiones que observó en el espejo y escribir cuándo se ha sentido así.
Rincón de calma
Es un espacio accesible para los niños/as donde pueden recurrir cuando quieren, un momen-
to de calma. Pueden armarlo con ellos/as. Con anticipación les explicamos a los niños que
pueden acudir a este espacio para expresar su emoción a través del dibujo en momentos
que lo necesiten.
Le indicamos que en este espacio pueden dibujar lo que sientan y deseen en ese momento.
También pueden romper las hojas, arrugar o rasgar el dibujo una vez acabado.
Allí cuenta con varios elementos como un frasco de la calma¹ y una libreta u hojas de papel,
con crayones o fibrones de colores.
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En la vorágine del día a día, las madres y los padres que estamos en pleno proceso de crian-
za tratamos de compartir con nuestros hijos momentos de nuestro tiempo. Sin embargo, por
distintos motivos el tiempo nunca alcanza y parece ser siempre insuficiente, situación que
muchas veces nos hace sentir culpables. Está claro que los padres tenemos que ocuparnos
de muchas cosas, del trabajo, de la casa, entre otras varias tareas y no podemos estar siem-
pre presentes como nos gustaría. Pero es preocupante si esto se da de forma sistemática
a diario sin posibilidad de cambiarlo. De ser así, esta situación puede generar conflictos
emocionales en los hijos/as. Es necesario que los padres estemos atentos a nuestros hijos,
de los cambios que vemos en ellos, de ponernos en su lugar e intentar entender cómo es su
vivencia interna y de generar espacios de diálogo y confianza donde les preguntemos ¿cómo
están? Y les podemos explicar el porqué de esos momentos de mayor ausencia o de poca
interacción con ellos, haciéndoles saber que los extrañan, que los quieren y que jugarán una
vez que el periodo álgido de trabajo o situación particular pase.
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Criando a tus hijos desde el amor
De todas maneras, es necesario que busquemos momentos, instantes para compartir y dedicar-
les tiempo, demostrando que son lo más importante de nuestras vidas. Pueden ser pequeños
lapsos de tiempo de forma cotidiana, leerles un cuento antes de dormir, jugar con ellos, cocinar
juntos sus comidas preferidas en familia…, son acciones que les demostrarán que son nuestra
prioridad.
Nuestros hijos/hijas, distinguen la importancia mediante las caricias, las palabras y el tono de voz
en el que les hablamos, la forma en que los miramos, el tiempo de calidad que le dedicamos y la
atención que les brindamos. Para los niños/niñas la familia es lo más importante. La consideran su
refugio donde se encuentran las personas que los apoyan, que se preocupan por ellos, que los
aman sin importar lo bueno o malo que hagan y que siempre están a su lado cuando la necesitan.
La familia para nuestros hijos/hijas significa su mayor tesoro, significa amor, comprensión y acep-
tación. En pocas palabras los padres en la primera infancia se convierten en los ídolos de sus
hijos/as. Para los niños compartir en familia es de las mejores experiencias que pueden vivenciar,
recopilan muchas anécdotas para la vida, se adquieren aprendizajes y se almacenan infinidad
de recuerdos. Sin embargo, también en la familia existen momentos tensos y de conflicto como
parte de la vida y tenemos que utilizar las mejores estrategias y recursos para vivir con armonía y
que los niños tengan una infancia feliz.
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1. Cariño y apego.
Tome unos minutos al final del día para conectarse con sus hijos con un abrazo, una sonrisa,
una canción, o unos pocos minutos escuchándolos y mutuamente hablando con ellos.
Involucre a sus hijos cuando realicen tareas cotidianas (con las comidas, los quehaceres del
hogar, las compras…).
Hágale preguntas sobre lo que su hijo/a está haciendo, o juegue juegos simples (como
“veo, veo”).
Pregunte cómo estuvo el día del otro, si tienen algún problema como lo pueden apoyar
como familia, los niños aprenden del ejemplo. Hable de qué fue lo que más les gustó y lo
que no en su día.
A veces no valoramos ese tiempo en familia y sin darnos cuenta estamos juntos cada uno
en su mundo mental, pero realmente no compartimos a nivel personal. Compartir en familia
debe convertirse en un momento especial, no importa cuántas horas o minutos puedan
dedicar al día para estar todos juntos. Lo esencial es que lo hagan de una forma agradable
y comprometida. Donde en realidad se sienta la presencia de cada uno de sus integrantes y
no simplemente un acto de presencia.
Es una buena actividad para interactuar entre todos y generar sentimientos de apoyo y unión.
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Es muy valioso apoyarse mutuamente en la pareja. Complementarse entre ambos para guiar
y educar a los hijos/as. Si en el matrimonio, tienen hijos/as pequeños/as y pasan mucho
tiempo con ustedes, es importante que busquen espacios diferentes para compartir como
pareja y recargar energías. Pidan ayuda a cualquier familiar que pueda cuidar a los niños y
así, ustedes puedan disfrutar a solas de una cena romántica o salida recreativa, eso favorece
la comunicación sin interferencias y hacer actividades que logren sacarlos de la rutina.
La hora de la comida es un momento ideal para compartir en familia. Es ideal comer todos
juntos y hacer un hábito, al menos una comida (almuerzo o cena). Este espacio refuerza
vínculos y promueve la comunicación de cada uno de los integrantes. Esto fortalecerá la
importancia de la familia para los niños.
4. Salidas familiares.
El juego por excelencia es una buena herramienta para compartir momentos especiales con los
niños. Es aconsejable jugar con ellos todos los días, al menos media hora. Son momentos que
los hijos/as recordarán por siempre.
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Criando a tus hijos desde el amor
realizar determinada acción, el otro,no debe desautorizar indicando al niño que si la puede
realizar. Esto lo único que trae es confusión en el niño, conflictos en la pareja y para la familia.
Los errores se corrigen hablando en tono de voz calmado y amable y explicándole al niño por
qué estuvo mal lo que hizo. Gritar no es el camino, nunca soluciona nada, por el contrario,
empeora, los niños se asustan y crecen con temores. Creen que no pueden equivocarse por
el miedo a la reacción de los padres.
Hablar de una forma tranquila es la forma más adecuada para corregir y mostrarles sus erro-
res, buscando solucionar los conflictos y mostrándoles que la familia y los niños son lo más
importante.
Tanto familiares como individuales. Asimismo, generen motivación mutua en familia para lo-
grar metas. Compartan sus logros con tu hijo o hija y estimulen a que ellos hagan los mismo
resaltando las conductas positivas.
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“Lo importante
de una familia
no es vivir
juntos, sino estar
unidos.”
Criando a tus hijos desde el amor
Si realmente quieres que tus hijos estén estables emocionalmente, entonces es necesario
que tú estés bien emocionalmente. Los padres tienen la responsabilidad de cuidarse a sí
mismos tanto física como emocionalmente, sólo de esta manera podrán tener la capacidad,
la energía y la vitalidad suficientes para cuidar a sus hijos de una forma equilibrada.
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Tome tiempo tranquilo para recargar energías: tome un baño, escriba, cante, ría, juegue,
tome una taza de té. Lo que más le guste…
Comparta sus sentimientos con alguien en quien confíe. Rodéese de personas que lo apoyan
y le hacen sentir bien.
Hay personas en nuestro entorno que son positivas, nutritivas y te contagian de buenas ener-
gías. Cuando compartes con ellas momentos, te sientes bien, en plenitud. Y otras personas,
que son negativas, quejosas, consumen tu energía. Elige rodearte de gente que contribuya
con tu bienestar y el de tu familia.
Para que los niños sean felices deberán aprender a tener buenas relaciones consigo mismos
y con los demás. Las madres y padres deben valorar realmente cuánto tiempo pasan con sus
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Criando a tus hijos desde el amor
hijos enseñándoles a relacionarse con los demás, es necesario ayudarles a construir buenas
habilidades sociales. Para conseguirlo, es necesario animar a los niños a realizar actos de
bondad para poder construir la empatía.
Para que los niños aprendan que el esfuerzo junto con la motivación es lo que realmente
les ayudará a conseguir grandes cosas en la vida, deberán entender que la perfección no
existe. Son los errores los verdaderos maestros y los que nos ayudan a entender el camino.
Por eso, madres y padres deberán alentar, motivar el esfuerzo. Si ponen demasiado énfasis
en el logro o en la perfección, estarán criando a niños con altos niveles de exigencia, lo que
puede derivar en depresión y ansiedad.
Cuando los adultos referentes alentamos a los hijos/as por el esfuerzo y el trabajo realizado,
ellos querrán mantener su participación en el proceso, no se desviarán de la tarea de apren-
dizaje y encontrarán su propia motivación.
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Criando a tus hijos desde el amor
El optimismo está estrechamente relacionado con la felicidad y por eso es necesario enseñar
a los niños/as a ver, valorar y resaltar el lado positivo de las cosas. Los niños que son capaces
de ver el lado bueno de las cosas tendrán más éxito y estarán más satisfechos/as con sus
relaciones interpersonales. Esto no implica negar o no ver la parte negativa de las situaciones
sino enseñarles a fortalecerse siendo optimistas y buscando resolver de forma resiliente las
adversidades que se le presentan.
6. Dejar Huella.
Piensa cómo te gustaría que te recuerden tus hijos/hijas, qué te gustaría aportar a este mun-
do, cómo puedes hacer de este mundo un lugar mejor o cambiar la vida de alguien. Cuando
dejamos de centrarnos en nosotros mismos y contribuimos a la felicidad de los demás, en
especial a la de nuestros hijos, nosotros también somos más felices
Educar hijos felices no es darles todo lo que quieren (nada más lejos de la realidad) es
enseñarles a tolerar la frustración, a aceptar la realidad y buscar manejar las emocio-
nes de forma adaptativa cuando las cosas no salen como uno quiere, a valorar lo que
tenemos, a cuidar de nosotros mismos, a saber decir “no” cuando es necesario, a ser
resiliente y asertivos. También es enseñarles a tener metas y sueños y la confianza ne-
cesaria para perseguirlos y lograrlos.
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Criando a tus hijos desde el amor
Espero haya sido de utilidad la información brindada y los ayude a facilitar la conexión y
comunicación con sus hijos/hijas haciendo que el proceso de la maternidad/paternidad sea
más ameno, fluido y de disfrute.
Deseo que el vínculo que se genere entre vos mamá/papá y tu hijo o hija sea de amor, respe-
to, confianza, aprecio y reconocimiento en un clima emocional estable, que haga sentir tanto
a sus niños y niñas como a ustedes, que son aceptados, queridos y que serán escuchados
con la comprensión de no ser juzgados cuando expresan sus deseos y experiencias de vida.
También que convivan con armonía familiar aprendiendo a tomar y respetar acuerdos, siendo
flexibles, comprendiendo las diferencias de pensamiento e ideas, así como identificando las
propias emociones y sentimientos.
Por último, conecta con tus hijos desde el corazón y vive el presente disfrutando cada
momento intensamente. El tiempo pasa volando y los niños crecen muy rápido… En un
abrir y cerrar de ojos.
Liliana Gómez
Crianza con Armonía
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